GRAU All en las postrimeras del siglo XIX se versaba la siguiente idea: Necesitbamos el sacrificio de los buenos y humildes para borrar el oprobio de los malos, era pues el pensador peruano Manuel Gonzlez Prada quien resuma con elocuente epitafio las malavenidas desgracias de la guerra del Pacfico, y con mayor precisin, el funesto colofn del Combate de Angamos y la heroica inmolacin de Grau. No muy lejos de nuestra actual realidad, ese oprobio de los malos del cual habla Gonzlez Prada persiste con desparpajo a la fecha, situacin ampliamente corroborada tras una ojeada panormica en las pginas de nuestra turbulenta historia, en donde sobresale la vileza por encima de la razn y la perfidia por encima de la humanidad. La imagen de Grau se asoma cada 8 de octubre como un llamado de atencin a la sociedad en general, solicitando se realice un rpido balance de los valores del pas, sin embargo, el descuido educacional de esta herencia parece ser un innegable factor de la crisis social en donde el desinters generalizado parece superponerse por encima del civismo y la ciudadana. Qu ha hecho pues la sociedad con esta herencia? La respuesta, en clave de Gonzlez Prada, an sera as: Si Grau se levantara hoy del sepulcro, nos dira Es intil repetir sus palabras: todos adivinamos qu deberes hemos de cumplir, adnde tenemos que dirigirnos maana.