El historiador debe despertar en el pueblo y en la juventud, el amor al pasado y el
respeto a sus instituciones y sus grandes hombres, la preocupacin idealista de los orgenes y el conocimiento consciente del proceso de nuestra formacin, robusteciendo la personalidad espiritual y el alma de la patria. De este modo, la historia es espritu de continuidad, fundamento del verdadero progreso a superacin que no se conquista a saltos. Ricardo Levene, Lecciones de historia argentina, prlogo a la 17 edicin, Buenos Aires, Lajouane, 1937.
La historia no es el campo de accin de leyes inexorables, sino la resultante de la
accin de los hombres en permanente lucha por la conquista de los fines que se plantean, aun cuando condicionados por las circunstancias con que se encuentran. Todo depende, en ltima instancia, del juego de fuerzas en pugna, del equilibrio de poder entre las clases en que se encuentra escindida la sociedad. [] Cul debe ser nuestra actitud hacia el pasado? [] Ms que por una preocupacin de erudicin abstracta deber estar guiada por las exigencias que derivan de la propia vida, por las necesidades prcticas que proceden de la realidad. Son esas exigencias y necesidades las que nos obligan permanentemente a dirigir nuestras miradas al pasado para comprender las diferenciaciones producidas y poder as justificarlas desde un punto de vista crtico. Jos Aric, presentacin de la revista Pasado y Presente, nm. 1, Crdoba, abril-junio 1963.
El pasado ayuda a comprender el presente, a pesar de los cambios y las
transformaciones producidas por las contingencias, la aparicin de nuevos actores y de acontecimientos inesperados, las interferencias, el azar, la misma erosin del tiempo. No se trata de la repeticin fatal de la historia en un eterno retorno, sino de descubrir en el pasado los grmenes de los conflictos actuales. La ventaja de la visin retrospectiva es conocer las consecuencias de determinados comportamientos cuyo ejemplo sirva para evitar la reiteracin de errores, aunque de las enseanzas se extraigan, a veces, conclusiones equivocadas. El presente y el pasado se relacionan en una combinacin de continuidad y discontinuidad, de permanencia y cambio; estn opuestos y, a la vez, unidos por su misma oposicin. Juan Jos Sebreli, Crtica de las ideas polticas argentinas, Buenos Aires, Sudamericana, 2002.