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Historia de la entrevista

A fines del siglo XIX y comienzos del XX, en el periodo del simbolismo y el
modernismo, se populariz en las revistas mundanas una suerte de entrevista
que era menos que literaria y ms que periodstica, y que se podra calificar de
encuesta porque era una lista ms o menos fija de preguntas que los escritores
y artistas respondan a nombre de sus peculiaridades. Una de esas preguntas
tpicas de la poca era: "Cul es su ideal?". Era una pregunta equivalente, en
los aos 60, por la persuasin ideolgica o poltica. Nos hubiesen sido de gran
utilidad, hoy da, las entrevistas que no se le hicieron a Rubn Daro, por
ejemplo. Ya en los aos 20 y 30 empiezan a aparecer unas entrevistas de
actualidad, mezcladas con la crnica y la noticia, como la que un periodista le
hizo a Csar Vallejo cuando lleg a Madrid. La voz del escritor aparece filtrada
por el comentario del cronista. Tal vez la entrevista no se desarroll en estos
aos porque todava las opiniones personales no tenan el rango de
documentos, y porque la figura del escritor an no era la del protagonista de su
tiempo. Por eso, cuando un periodista norteamericano le pregunt a Kipling
qu pensaba sobre algn tema actual, el ingls lo amenaz con su bastn:
"Con qu derecho me pregunta usted por mis opiniones personales". Todava
no hace mucho el entrevistado sola decir: "Yo, personalmente, creo...", a modo
de excusa. Hoy, por el contrario, lo que esperamos es una revelacin ms
personal.

Pero el gnero de la entrevista se convirti en un instrumento de debate


intelectual y poltico en manos de los intelectuales franceses, seguramente a
partir de las polmicas a propsito de las purgas de Stalin, la ruptura de las
izquierdas con la Unin Sovitica y el pacto germano-sovitico; tambin, a
partir de la importancia social creciente de la figura del escritor. El papel de la
prensa en ello fue fundamental. Los intelectuales usaron el espacio de la
entrevista para definir sus posiciones ideolgicas y polticas. No podemos
entender esta poca sin las entrevistas de todo tipo que propag, por ejemplo,
Jean Paul Sartre. Y ms tarde, con una inteligencia menos rgida y ms
mundana, crticos como Roland Barthes. Como si los dilogos de Platn fuesen
un modelo arquetpico, algunos filsofos convirtieron la entrevista en
"conversacin," con mayor espacio a su favor.

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