Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos

¡¡ Nunca mas . . . !! - Ro.5:6-11

La Epístola del Apóstol Pablo a los Romanos

Romanos 5:6-11 - ¡¡ Nunca mas . . . !! -

Pablo, tras presentar la necesidad de todo ser humano, de ser justificado, y tras
explicar el alcance de Romanos 1:16-17: en el evangelio, que es Jesucristo, la
justicia de Dios se revela por fe y para fe y como todo buen pedagogo, tras presentar
el ejemplo de Abraham, ahora, se enfoca en mostrarnos los resultados de la
justificación, para finalizar su carta hablando de las aplicaciones de la doctrina en la
vida de los creyentes.

Romanos 5:6-11 que es un eslabón que vincula la explicación, por así llamarla,
"teórica", con los resultados prácticos de la justificación por fe, podría sintetizarse en
la frase: “Nunca mas” y se desarrolla en dos grandes bloques: (1) Vs. 6 al 8, donde
contrasta la poco probable e infructuosa y fallida obra del hombre, con la gloriosa y
segura salvación, por gracia, obtenida por nuestro Señor Jesucristo y (2) Vs. 9 al 11,
presenta mas bendiciones derivadas de la justificación por fe en Jesucristo.

Ese es el planteamiento de Pablo, está explicando que aunque muy difícilmente un

ser humano moriría por otro que pudiera calificarse como “justo”, como “bueno”, el
Señor Jesucristo, por amor, siendo él, justo en toda la plenitud de la palabra, murió
por los impíos y obtuvo unos benditos resultados.

Da comienzo a este pasaje con el término: “porque Cristo”, para indicarnos que las
extraordinarias bendiciones que anunció en Romanos 5:1 al 5 se originaron en la
misericordiosa y completa obra de Cristo en la cruz, dice el versículo 6:

Porque Cristo,
cuando aún éramos débiles,
a su tiempo murió por los impíos.

Está indicando que Cristo murió por unos que éramos débiles e impíos.

Hay en las Escrituras un término para referirse a aquellos que por gracia son objeto
del amor y cuidado de Dios; desde el A. T. y a lo largo del Nuevo se les llama
“ovejas”, según las Escrituras, los creyentes, antes de serlo, éramos “ovejas
perdidas”, la razón por la cual se nos llama así, es porque se nos parecemos a ese
indefenso, débil y algo tontarrón, animalito.

En Ezequiel 34 el profeta describe a las ovejas así: necesitan ser apacentadas,

pastoreadas, alimentadas; Vs.4, son débiles, se enferman, se accidentan, se
descarrían y se extravían, Vs.5 y 6, andan errantes, dispersas, fácilmente se
espantan y toman cualquier dirección, van por cualquier lugar, son fáciles presas de
sus enemigos y si no hay quien las busque y ayude, prontamente serán destruidas.
En conclusión, son incapaces de cuidar de si mismas, son débiles; ese es el sentido

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del término “débil” que el apóstol Pablo usa en Romanos 5:6, dice: “éramos débiles”,
es decir, sin fuerza, frágiles, enfermizos, lo que el apóstol señala es la incapacidad de
todo ser humano, en términos espirituales, para conseguir su propia salvación.

El término "débil", en el contexto espiritual, es sinónimo de “pecado”, compare los

versículos 6 y 8, un versículo explica al otro: Vs. 6, cuando éramos débiles, Cristo
murió por los impíos; Vs.8, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

La Biblia dice: “cuando aún éramos débiles” afirma que siendo nosotros "ovejas
perdidas", indefensos, débiles, tontarrones, estando espiritualmente descarriados y
extraviados y corriendo el riesgo de ser prontamente destruidos para la eternidad,
Cristo murió por nosotros, el apóstol lo explica en Efesios 2:1, estando "muertos en
vuestros delitos y pecados", por lo tanto siendo incapaces de cuidar de nosotros
mismos, incapaces de conseguir nuestra propia salvación, Cristo murió por nosotros.

Usted y yo, y cualquier otro ser humano, dependemos para nuestra salvación de la
buena voluntad de Dios, solo por él, por su gracia seremos salvos.

En las Escrituras abundan los ejemplos de la incapacidad del hombre, para cuidar de
sí mismo, para salvarse; estoy hablando en términos espirituales, recuerde por
ejemplo Mt.8:23-25 como en medio de las olas que cubrían la barca y la anegaban,
los discípulos fueron absolutamente incapaces de cuidar de sí mismos, eran débiles y
su vida estaba en grave riesgo, solo ante el ruego: “Señor, sálvanos que perecemos”
y solamente por la omnipotente voluntad y voz de nuestro Señor, fueron salvos de
una muerte segura. El ser humano es tan incapaz y débil como el paralítico de
Lc.5:18-19 que tendido sobre una cama, dependía completamente de que entre
cuatro hombres lo transportaran de un lugar a otro y solo ante al amor y potestad de
Jesús pudo levantarse de su lecho e ir a casa, y mucho mas que eso, Jesucristo
perdonó sus pecados.

Usted y yo, en nuestro estado natural, somos unos “Desvalidos, totalmente

incapaces espiritualmente, de rescatarnos a nosotros mismos de los efectos de la
caída” la debilidad “es la incapacidad del hombre de conseguir su salvación”.

Pero el Espíritu Santo, dice mas, el hombre no solamente es débil e incapaz de cuidar
de si mismo, sino que además es impío, le podríamos aplicar el dicho popular: “tras
de ladrón, bufón”, nuestro dicho podría ser: “tras débil, impío” decir que alguien es
impío es decir que es irreverente, que es malvado, el impío es aquel que desprecia a
Dios y a su voluntad, el impío escarnece, abomina a Dios, blasfema de Dios, le
menosprecia y le tiene en poco.

Así lo explica el Salmo 10:3:

Porque el malo

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se jacta del deseo de su alma,

Bendice al codicioso,
y desprecia a Jehová.

Judas 4 describe a los impíos como aquellos que: "convierten en libertinaje la gracia
de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo" y
los describe también como burladores que andan en sus malos deseos, sus
concupiscencias y sus cosas impías.

Nosotros, muertos en nuestros delitos y pecados, éramos incapaces de salvarnos y

además rebelde e impíamente negábamos a Dios, nos burlábamos de él, en esa
condición de debilidad e impiedad “Cristo murió por nosotros”.

Hablando de la debilidad dijo Lutero: “La ley es débil y pobre, el pecador es débil y
pobre: dos mendigos enclenques que tratan de ayudarse mutuamente. No lo pueden
lograr. Solo se fatigarán el uno al otro. Pero por medio de Cristo el débil pecador es
revivido y enriquecido para vida eterna”

Después de esta explicación de nuestra debilidad e impiedad, Pablo pasa a contrastar

la grandiosa obra de gracia y amor de Cristo con la inútil y poco probable obra del
hombre, Romanos 5:7:

Ciertamente, apenas
morirá alguno por un justo;
con todo,
pudiera ser que alguno
osara morir por el bueno.

Pero, preguntémonos ¿habrá alguno, “justo”? o ¿alguno “bueno”? las Escrituras

enseñan que no:

Salmo 14:3
Todos se desviaron,
a una se han corrompido;
No hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.

Salmo 53:3
Cada uno se había vuelto atrás;
todos se habían corrompido;
No hay quien haga lo bueno,
no hay ni aun uno.

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El mismo Pablo que aquí afirma: “Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo”,
en la misma carta, en Ro.3:13-18 también afirma: ”No hay justo ni aún uno. No hay
quien haga lo bueno, No hay ni siquiera uno, y explica:

Sepulcro abierto es su garganta;

Con su lengua engañan.
Veneno de áspides
hay debajo de sus labios;
Su boca está llena
de maldición y de amargura.
Sus pies se apresuran
para derramar sangre;
Quebranto y desventura
hay en sus caminos;
Y no conocieron camino de paz.
No hay temor de Dios
delante de sus ojos.

Si las Escrituras, dicen que no hay justo, que no hay ninguno “bueno” sino por el
contrario que todos se desviaron, se han corrompido, son malos, ¿cómo puede Pablo
afirmar: “Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que
alguno osara morir por el bueno”?

El Espíritu Santo nos está mostrando la óptica del hombre común, la de aquel que se
observa y califica a sí mismo y a los demás conforme a las normas y modelos del
mundo. El mundo dice que una persona es buena, si esa persona se ajusta a sus
propias normas y comportamientos, no importa que delante de Dios sea un rebelde
impío, si se ajusta al comportamiento del mundo este le llamará “justo”, le llamará
“bueno”, la Palabra de Dios que dice en Romanos 12:1-2:

Así que, hermanos,

os ruego
por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios,
que es vuestro culto racional.

No os conforméis a este siglo,

sino transformaos
por medio de la renovación
de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea
la buena voluntad de Dios,

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agradable y perfecta.

Pero el mundo se opone, se burla y rechaza, Dios dice: “No tendrás dioses ajenos
delante de mí. No te harás imagen, no te inclinarás a ellas, ni las honrarás”
perversamente el mundo dice: cree en ti mismo, tu eres un dios, rinde culto a
cualquiera de los millones de imágenes que te ofrezco: santos, vírgenes,
pensamientos, filosofías, actitud positiva, materialismo, humanismo, cualquiera que
elijas está bien, tu eres un buen hombre. Dios dice: “Acuérdate del día de reposo
para santificarlo, no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo,
ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas”; el mundo
rebeldemente dice: “no exageres, usa el día del Señor para ir a pasear, para trabajar
y bajo cualquier excusa hacer trabajar a otros para ti, ¿porqué razón pondrás freno a
tu codicia, si también ese día puedes ganar dinero?, usa el día del Señor para
estudiar, para divertirte, no seas aburrido. Dios dice: “No matarás”; el mundo dice:
no, no, un momento, no seamos radicales, te autorizamos a matar al bebé que crece
en tu vientre, ¿porqué limitaremos el libre desarrollo de tu personalidad? ¡¡aborta!!,
no, no seamos tan estrictos, ¿Porqué arrastrarás de por vida las consecuencias de tu
descuido, cuando tan solo querías divertirte un poco con tu novio? ¡¡Usa la píldora del
día después!! Dios dice: “No cometerás adulterio”; el mundo dice: no, un minuto,
seamos pluralistas, ahora tienes opciones, ¿Por qué serás fiel, cuándo hay tantos que
te desean y están dispuestos? Si ustedes dos son de avanzada, -dice el mundo a los
matrimonios-, les ofrezco opciones que jamás se imaginarían.

Esa es la terrible y pecadora óptica del mundo, pero si una persona se ajusta a ella,
será llamada “justa” y “buena”, eso si, le es necesario ser moralista, presentarse
“bueno” y “justo” conforme a los criterios del mundo.

Es en ese corrupto contexto, en donde a lo bueno se le llama malo y a lo malo

bueno, que Pablo dice:

Ciertamente,
apenas
morirá alguno
por un justo;
con todo,
pudiera ser que alguno
osara morir por el bueno.

Pablo usa dos términos que han de tenerse muy presentes: “ciertamente” y
“apenas”, es decir, sin la menor duda, sin la menor posibilidad de equivocación, es
muy poco probable que alguna persona muera, dé su vida, por otra “buena”, con
grandísima dificultad, muy a duras penas, una persona ofrendaría su vida por otra
que pudiera catalogar de “buena”, pero en el caso de Cristo, generosamente El
entregó su vida, por impíos, rebeldes, pecadores.

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¿Osará alguna persona morir por otra “buena”? posiblemente si, pero . . . ¿osará
alguna persona morir por su impío, contumaz y rebelde enemigo?

No son muchas las historias, pero hay algunas de personas que han dado su vida por
otras que ellas han considerado buenas y justas y dignas de amor.

Irena Sendler salvó a mas de 2500 niños judíos, sacándolos a escondidas de un

campo de concentración. Fue condenada a muerte, aunque finalmente fue rescatada,
ella estaba decidida a dar su vida por estos pequeños.

En el vergonzoso campo de concentración de Auschwitz, un sacerdote,

voluntariamente murió en reemplazo de un judío polaco.

Una madre inglesa, renunció a abortar al hijo que esperaba, para someterse a un
tratamiento de quimioterapia, "Si voy a morir, mi bebé vivirá", tras el parto, falleció.

Querido oyente, con franqueza, pregúntese ¿moriría usted por sus hijos, por su
cónyuge, por su mamá? Ahora piense en quienes están a su lado, ¿moriría usted por
ellos? ¿Daría su vida por ellos? Le invito a pensar en personas que le han ofendido,
personas que le han hecho daño ¿francamente, usted moriría por ellas? ¿moriría
usted por uno que siendo extraño a usted, además es su enemigo? ¿moriría usted a
sabiendas de que ese enemigo suyo además de odiarle, le desprecia hasta lo mas
profundo de su corazón, a sabiendas de que todo lo que sale de su boca son groseros
insultos contra usted y su familia? ¿Moriría usted aun teniendo clara e irrefutable
evidencia de que esa persona expulsa por su boca veneno y engaño contra usted,
sabiendo que sus mas profundos sentimientos son de maldición y amargura hacia
usted y que de poder hacerlo se gozaría torturándole hasta la muerte a usted o a su
familia? Mi querido amigo, eso y mucho mas es lo que Cristo hizo, la Biblia dice que
Cristo murió por impíos como usted y como yo, ¿le aterra lo que le acabo de
mencionar de esa persona? ¿esa que le torturaría a usted o a su familia hasta la
muerte? La Biblia dice que el hombre en su condición natural, hace eso y mucho mas
contra Dios y eso nos incluye a usted y a mi, usted y yo no éramos angelitos tocando
la lira tiernamente sentados en una nube, no, usted y yo, antes de ser reconciliados
con Dios por Jesucristo, éramos impíos pecadores, esa era nuestra condición, éramos
irreverentes, malvados, despreciábamos a Dios y a su voluntad, escarnecíamos,
abominábamos a Dios, blasfemábamos contra Dios, le menospreciábamos y le
teníamos en poco. Convertimos en libertinaje su gracia, negamos su soberanía, nos
burlábamos de El y de su voluntad, andábamos en malos deseos, en concupiscencias
y en cosas impías. Pero . . . pero . . . en el tiempo determinado por Dios, anunciado
por los profetas, Cristo murió por aquellos que el Padre amó y escogió desde antes
de la fundación del mundo, y lo hizo con un solo propósito: reconciliarnos con Dios,
justificarnos delante de El.

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El Espíritu Santo, inspirando al apóstol Pablo, habla con una tremenda sabiduría y
establece un contraste impresionante, no comprendo porque algunos insisten en
afirmar que se requiere un co-redentor para salvar a los escogidos de Dios, ¿porque
insisten a agregar personas a Cristo?, la obra completa la hizo Cristo, pero algunos
dicen, no, no puede ser, es Cristo mas el hombre mismo, el hombre obligatoriamente
debe tener participación, se equivocan, porque desconocen las Escrituras, ¿cómo uno
que es débil, absolutamente incapaz de salvarse a sí mismo, debe coparticipar en su
propia salvación? ¿cómo uno que odia a Dios, que lo odia intensamente desde lo mas
profundo de su corazón, puede participar en la obra santa y gloriosa de la salvación
de sí mismo, cuando lo que le gusta y atrae es el pecado?, ¿cómo es posible afirmar
que Cristo requiere de la ayuda de otras personas para salvar a algunos? Cristo mas
la virgen, Cristo mas el sacerdote, Cristo mas las indulgencias, Cristo mas el
purgatorio, Cristo mas las penitencias, ¡¡¡ Cristo mas aquel que ha de ser salvado !!!
no, no y no, la Biblia no enseña eso, la Biblia dice, en Romanos 5:6:

Porque Cristo,
cuando aún éramos débiles,
a su tiempo
murió por los impíos.
Y en Romanos 5:8:

Mas Dios
muestra su amor
para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros.

¿Podrá un hombre morir por otro, en un acto heroico dar su vida para preservar la de
otro?, si, si puede, pero . . . ¿querrá morir por su enemigo? ¿querrá y podrá un
impío pecador, salvar de la muerte eterna a otro impío pecador que además es su
enemigo? ¿en caso de que locamente decidiera morir un impío por otro, le será
posible obtener la salvación eterna para aquel por quien murió o para sí mismo?
¿podrá reconciliarle con Dios?

Pues lo que el apóstol nos está enseñando es que Cristo, el Justo, murió por los
injustos, nos reconcilió con Dios, cambió nuestra relación con El, pero hizo mucho
mas que eso, su obra viene acompañada de muchas y muy grandes y deseables
bendiciones, Romanos 5:9-10:

Pues mucho más,

estando ya justificados en su sangre,
por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos,
fuimos reconciliados con Dios

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por la muerte de su Hijo,

mucho más,
estando reconciliados,
seremos salvos por su vida.

¿Nota la bendición? Estando ya justificados, seremos salvos de la ira, estando

reconciliados, seremos salvos por su vida. Eso es lo que no puede hacer hombre
alguno, darnos salvación.

Toda la obra es de Dios, mediante Jesucristo, nos reconcilió, nosotros somos el

objeto de su gracia, siendo nosotros sus enemigos, estando en guerra con él,
estando bajo su ira: -Ro.1:18; Ro.2:5, 8, necesitábamos ser reconciliados, Dios
entregó a su hijo, para, por nuestro pecado, hacerlo a él su enemigo y descargar
sobre El, toda su justa ira y a nosotros sus Hijos y acreditarnos la santa justicia de su
Hijo, eso es gracia. Vs. 6, Cristo murió por los impíos; Vs. 8, siendo aun pecadores,
Cristo murió por nosotros; Vs.10, siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios,
por la muerte de su Hijo; Vs.11, por Jesucristo hemos recibido ahora la
reconciliación, en 2Co.5:18-19 dice:

Y todo esto proviene de Dios,

quien nos reconcilió
consigo mismo por Cristo,
y nos dio el ministerio
de la reconciliación;
que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo,
no tomándoles en cuenta
a los hombres sus pecados . . .

Cristo, en la cruz, nos reconcilió, quitó el pecado, destruyó la enemistad y re-

estableció la paz, Cristo cambió la situación y restauró para siempre nuestra relación
con Dios. Fuimos reconciliados, hechos nuevas criaturas, fuimos justificados, el amor
de Dios fue derramado en nuestros corazones. Por cuanto Cristo fue hecho pecado
por nosotros y nosotros fuimos hechos justicia en El, ahora tenemos una nueva
relación con Dios.

La obra de reconciliación que Jesucristo realizó en la cruz, va mucho mas allá de lo

que podríamos esperar e imaginar, a diferencia de cualquier relación humana, en la
que un día dos personas están en paz y armonía y al otro día ya no, para después
volverse a reconciliar y luego volverse a pelear, nuestra nueva relación con Dios, es
estable, permanente, inmutable, ahora estamos y siempre estaremos en paz; por
eso en Romanos 5:10 nos habla en pasado: ”fuimos reconciliados con Dios" y luego
nos habla en futuro: “seremos salvos por su vida", por nuestro pecado remanente,
los creyentes, durante nuestra vida, muy a nuestro pesar, ofenderemos a Dios, pero

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nuestra relación ya no se romperá, seremos disciplinados, pero nuestra relación

¡¡nunca mas!! se romperá, “seremos salvos por su vida".

¿Le parece poco? Pues sepa que hay mas, Cristo, en la justificación, hizo y nos
bendijo aun mucho mas, podemos gloriarnos en Dios por nuestro Señor Jesucristo,
esto es extraordinario, es razón de gloria y honra para Dios, el pasaje comienza en el
versículo 6 presentando a Cristo humillado y maldecido en la cruz, por causa de los
impíos y concluye maravillosamente, en la gloria de Dios por nuestro Señor
Jesucristo, Vs.11:

Y no sólo esto,
sino que también
nos gloriamos en Dios
por el Señor nuestro Jesucristo,
por quien hemos recibido
ahora la reconciliación

Pero hay mas, mucho mas, el pasaje comienza presentando la desgracia tuya y mía,
Vs.6 y 7; débiles, impíos, enemigos de Dios y concluye mostrándonos como por la
obra de Cristo, nos gloriamos en Dios.

Por tanta y tanta bendición,

por la obra de Jesucristo en la cruz,
que nos reconcilió con el Padre,
a El y solo a el, sea la gloria.