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COMUNICACION COMUNITARIA EN POS DE LA PALABRA Y LA VISIBILIDAD SOCIAL* Maria Cristina Mata spués de estos dias en que se han ido compartiendo diversas J valiosas experiencias de comunicacién comunitaria, he ido hilvanado algunas ideas en funcion de lo escuchadlo y de mis propias cexperiencias de trabajo. ‘Vyoy a comenvar refirigndome a una actividad que organizamos ‘en la Escuela de Ciencias dela Informacién hace poco tiempo ats, ‘cuando yo era todavia directora. En el marco de la Feria del Libro {que ve reaiza todos on aos en Cordoba, decidimos onganizar una detividadl en la que no se presents ningéin libro porque lamentable- Imente hay textos cue no se eseriben pero merecen ser dichos. La actividad consistié en proponer tn espacio que permitiera poner en ‘inculacién una serie de organizaciones sociales de Cordoba con un prdblico mayormente estudiantil ~alumnos de nuestra escuela~ para hablar acerca de la comuanicacién. Era casi un ibro oral aquél que se nos ocurrié offecer, Yala actividad en cuestin. la bautizamos Del murmullo «ta palabra, Fue ast que invitamos a un conjunto de ‘organizaciones sociales muy dispares con wn dato en comin: todas trataban de hacerse very often el espacio pablico loca. * Conerenci feds ene marco des Segunda Jomadas de Comnicacion ‘Comunitaia Parana, 8a 10 de noviembre de 2006, Area de Comunicaion ‘Comuntaia- ead de Chena de x Edueacin- Universidad Nacional de ire Rios) yea para esta publican, 22| Aca oe Comucacon Comeran(coneusoo¥s) Algunos de quienes partciparon fueron grupos de personas con tun débil lazo onganizatvo: jévenes de locldades cercanss que ha- bian comenzado a reunirse con algunos docentes de nuestra escuela, ppreocupacdos por servistos por lot dems como sospechosos, simple ue por el hecho de ser jvenes y pobres. Oras organizaciones te- ran mayor formalizacién: mujeres de un barrio popular que estaban Iuchando contra la contaminacién que existe en su zona y que provo- ‘aba enfermedades y muertes. También habia algunas consolidadas ‘onganizativamente y con aleances, como la agrupaciéa HLL}. Esos ‘eran los tipos de organizaciones que habiamos invitado. les pedimos ‘que contaran por qué razones querian hacerse very oir porlos demas, ‘mo traaban de hacerlo, qué dificultadesyobstieuos hubian encon- twado, as como también que logros habian podide obtener. No voy’ dar cuenta aqui de todo lo que se dijo en esa reunisn, pero quiero compartir con ustedes algunas razones acerca de por qué denominamos a es actividad Del murmailo ala palabra. Patios dela ‘onvccidn de que en nuestra sociedad hay una enorme cantiad de ‘organizacionesy movimiento sociales que estin pugnandl por hacerse very escuchar Fstono es algo muevo, sn embargo creo que nosotrs, os ‘comunicadores (le disinasfacultades), somos capaces de escuchar ese ‘murmullo, ¥ somos eapaces de hacerlo porque ponemos el ofdo. Vaya centonces una primera reflex: ef murmllo se puede escuchar Ese ‘murmullo para nosotros conse una prcica que viii, es deci; tuna prcica queda fuerza alos indlviduos. Es esa fuerza que se cobra ‘cuando uno puede decir quién es Ese murmnullo convierte en solidari- ‘dad lo que en nuestra sociedad a veces puede ser puro asstencialismo, pura buena voluntad. Ese murmulloaglutina, permite aprendizajes. Nuestro interrogante, sin embango, era cémo transformar el rmullo en palabra, Cuando hablamos de palabra, nos tefer- mos un acto de enunciacion claro y distinvo, eapae de ser dicho y ‘do pablicamente. Una palabra que no sea hablada por los otros. Y somos conscientes de que ef miurmllo existente no siempre se ‘onvierteen palabra clara y distinta, que hay difcultades para ello, porque se trata de una palabra capaa de promuncia cuales el orden social que se quiere constnair; de una palabra politica. ¥ hay mur- ‘mulls que no van a ser jams palabras porque estén ensimismados. Coven Comune. Fnsimismamiento en la voluntad de pronunciarsea sf mismos. ¥ €s fen este punto dénde creo que vale hacerse algunas preguntas acerca de la comunicacién comunitaria. Reflexionar sobre horizontes y cambiar de rumbo cual es creo que conviene preguntarse~ el horizonte de la comu hicaciGn comunitaria? Mi intenei no es afrmar cui debe ser ese ho- eontc Trataré en cambio de pensar en él partir de algunas expevien as que mejor conozco, En este sentido, creo que se puede reconocer “por lo menos-lt exstencia de dos tipos de horizntes muy dstints Por un lado, hay quienes tienen como horizonte de la comuniea- con comunitaria una meta que hace de la comunidad una suerte de tefiigio muy precario, Me refiero a una cantidad de experiencias y dle pricticas de comunicacion que ve caractrizan a sf mismas como brientadas a fortlecercierts laos comunitarios. Una comunidad, ‘como bien se sabe, no aide solamente a laexistencia de un grupo le individuos, sino que ademas refiere a las interacciones que se ‘construyen dentro del mismo. Hay algunas précticas de comunica- ‘ibn euyo horizonte earaterizo como un refugio precio, ya que se ‘etienen en la idea de lograr la fortaleza de un espacio restringido ‘en el cual sus atones se identifcan y mueven, (Otras prcticas, en cambio, asumen un horizonte mayor Se trata de un hotizonte que se plantea como meta o desallo, que no tiene ‘que ver estrctamente con lo que pasa dentro dela comunidad o el {grupo inmediato, Son experiencias que, sin nega la importancia de ‘onstrir lo propio, saben que hay algo que las excede y que, ceci- ‘lamente, no tiene que ver con lo inmediatamente propio sino con algo que las excede pero que le otorga sentido y proyeccién. Ese horizonte de la comunicacion comunitaria es uno de los te ‘mas sobre los que hay que reflexionar fuertemente, no slo en rela ‘in con cada préetica sino también para seguir pensando y constra- yendo nuevas herramientas de trabajo. Es como cuando uno emprende wn camino o un viaje. All, al fond, hay algo que es et horizonte. Si uno lo tiene medianamente 24 | Aso Comucacon Camunrana(coursoots) nevi ngs no extol caida al reepect, puede parse Slo dl caine o pune dears por alguna senda seunarny fas lgara prdeme_ pero uno sie oct sean aye permite tetra el rune, Feo “como pas ambien en os veer Sando ucolegas aque qe errs co xt aparece ruc. Uno mir ao ios ay tv horizon. Cand uno eg, 1 {qe pare el harm comienoas verse de manera dita. En ci ee ee eee Ckiamos que paras ent a herzome. Son mca deaios ‘que excden optical pero frente in cles retrain ee eee ee Si erteno de consruccion cleave ener demand err sos horzontes son ncerts, move igalnenteneeson para anda. En este panto me gustaria detenerme a pensar acerea de mo se acumulan fuerzas para desarollartareas de comunicacion comanitaria, de dénde se sacan las enemas cuando las cosas no salen demasiado bien, para que el trabajo siga motivando y continde crecendo, Creo que esa acumulacin de fuerzas es posible cuando uno tiene media xnamente caro el horizonte. Aun con toda la incertidumbre que nos rodlea ex horizante es el inicn lugar desde el que uno puede ver ~dia ‘de oémo la prictica acerca o ale. So tenienlo mis o menos la ‘6 horizonte se puede tomar cert distancia y cambiar el rumbo. fsa es una de ls difcltades que experimentamos a veces quie- es asumimos como parte de nuestra pricicas profesional la tarea de acompanar y promover la comtnicacon en rlacon con onganizaciones sociales, Porque cambiar el rambo es por ejemplo, dlevoler el dinero que nos an dado para un subsidio cual con sideramos que las areas plnficadas sera irrelevants o hasta con- Uraproducentes..oreconocer que algo no ha funcionado como expe- ribamos oq no sabemon cémo hacer algo que en en papeles, cla planifcacon de areas pareia adecuado y sencilla de ejecta. La perspectiva del “ir con los otros” Me parece que hay demasiadas experienciasconstruidas-siguien- o con la metfora del camino~ desde la idea del estar y no tantas Constevce Commences la perspectiva deli. Es decir hay en I comunicacion comuni- luna gran cantidad de construcciones del estar que se vinculan ign soy2", Y no estd mal que se trab sos identitaios, nique se trabaje el reconocimiento, pero creo hay algunas experiencias que, adem de trabajar sobre eso, te- Ja virtud de trabajar aquel horizonte del ir. Hablo de ir hacia meta, hacia un desaffo, Se puede decir de hecho a veees lo di- , por es0 me antcipo- que esta idea del finalismo en los procesos ‘Comunicacién comunitaria podria ser fruto de visiones politicas Jeoligicas que ya mostraron su imutilidad y su fracaso en tx hhisrices. En algin sentido puedo estar de acuerdo con eso: jncdo por horizonte entendemos un fururo disefado de manera cls por grupos que, quizés sin quererlo, asumen casi el papel le Vanigardia ilustradao bien cuando por camino se entiende un fo de recetas 0 de metodologias ya aceptadas que se siguen hnan, © cuando se niega que en ese caminar va a haber destiem= ‘oss ritmos distintos y modalidades de transitar muy diferentes. fnkargo, no estoy de acuerdo con eso cuando el trabajo del estar se convierte en ensimismamiento, en puro trabajo de expresividad _ghipal que fortalece internamente pero que termina alentando la fonstruccidn de un nosotros incapaz de entablar un dislogo con los ftr0s. En verdad encuentro que hay muchas experiencias de comu- hcaciGn comunitaria de ese tipo. Tor otra parte, « ha hablado hasta el cansancio acerca de uno dle los problemas poltico-cultarales mas serios de nuestro pats: el Aiviebre de anteriores condiciones de agrupamiento y de partcipa- ‘dn social Esto se suele nombrar como lacreciente desafliacion de Jos individuos respecto de ls instituciones y de espacios en los que aio nos consttuiamos como actores de la vida en comin. Eneste ido, se ha hablaclo mucho de la necesiad de recomponer el te- {ido social, dle recoustrur viejo lazos comunitarios, et. No abstante fell, muchas veces me pregunto hasta qué punto en las experiencias fle comunicacion comunitaria se hace visible este diagndstco tan fextendido, que surgiéen un momento de nuestro paisy que hoy pa- fece conjugarse con un diagndstico que habla de aquella capacidaat ‘onganizativa y eivindicaiva que va creciendo -el murmullo al que a5 26 | Aus orComoncicou Comrana(countcons) Ime tefiero- y que sino lega a constituirse en palabra es por la inca ‘pacidad de artculacin que existe entre esas prticas particulates Hacia una conceptualizacién de la comunidad y lo comunitario En este punto quisiera proponertes otro punto de rellexin ‘cuando los terminos comunicacién popular y comunicacin alterna tiva fueron susttudos por la nocién de comunicacién comunitara, algunos sealamos que eso merecia un fuerte debate es decir, dsc siones te6rieas y politicas. Consider que todavia son debates no sil dados. Seguramente hay muchas razones que intervinieron en ello Yo es éte el momento de replantearlo. De todos modos, ns alld de esta falencia que arrastramos, me parece que es ain necesatio conceptualizar lo que la comunidad y lo cormunitario nombran, En general, por comunidad se entiende « agrupamicntos de in dividuos en los que se produce una serie de interacciones fandadas fen valores, en signficados, en fines, en expectativas compart, Es una nocién bastante habitual de comunidad, 0 que por lo menos puede lerse en muchas de ks prcticas, Sin embargo encuentro que ese tipo de conceptualizacion puede inducir a un error, que se me hace visible en muchas ocasiones: pensar lo compartido como sind- nimo de lo acortado y de lo consensuaclo, Creo que To compartide lide a lo que se reconoce como propio, pero de ninguna manera puede nombrar el acuerdo o el consenso Asi como se ha yenido instalando una cierta idea de la demo- cracia como sistema de los acuerdos y los consensos, también se hha instalado una nocién de comunidad en la cual el coniieto ha desaparecido. Entonces, frente a es0, otra eflexin: la comunidad © lo comunitario no puede ser munca el paraiso, No sslo porque siempre vat existr el eonfito, sin porque en cualquier proceso de Jnteracein humana y social est presente el poder y la hicha por el ‘mismo. Y éte es otro de lo elementos que a menudo, en muchas ex: periencias de comunicacién comunitaria, se sosaya y se elude. Pero fen ese eludi el conflict, lo tinico que logramos es reproducit un CCourmretoo Comune. ado ideal, equivalente « creer que cuando alguien promuncia su bra ha podido convert en igualdad Ia profunda desigualdad, ‘acuerdo, en idea compartda, lo que es meramente una yuxtapo- mn de palabras, una tras otra Fun marco mayor sa constatacin me lleva a plantear otras problemdticas que de- josatender enrelacion con la comunicacién comunitaria. Muchas sel encierro en la comunidad no permite pensar alas comun es, sean del tipo que sean, inscriptas en un contexto mayor. La ctca indica que atin en situaciones en las que algunas comuni= ules logran hacer explicitas sus voluntades politias, sus conflicts, acuerdos sus desacuerdos, son ficilmente valnerables si quedan 1adas en sf mismas. Son vulneradasen ese marco mayor, en est edad en la que se desenvuelven, donde de alguna manera no jodido procesarve las fuerzas que acian, los poderes qe extn pigna y que inevitablemente van a afectar ala comunidad, por smocritica y participativa que sea Ente sentido, a més de uno de nosotros nos ha tocado ver emo mas comunidades que se onganizaron en el marco de la ctsis de (me refiero a barrios, cooperativas vecinales, comedores com- itaries, etc.) partir de una gran necesidad, pero también de un im- jortanteresurgir politic, fueron finalmente destruidas desde afuera a utlizacion que certos morimientos politicos y el propio Estado eron de aquelas necesidades eintereses. Al menos, fue la realidad ‘pdimos observar en Cérdoba, ¥ se tata de una realidad que fa no veo procesada desde muchas de las pricticas de commani- ncomunitaria que se desarrolaron, porque finalmente sintieron| jehabianfracasado cuando lo que x habia constraido como interac Jn, como valor compartdo, como disefo de experiencia conjunta, Bers desarticulado répidamente. Desarticulados por un disefo de s0- ‘eclad de asistidos, en ver de un disero de sociedad de tabajadores; Hlesartculados aquellos esfuerzos onganizativos, expresivos, consti thos con mucha partcipaccn, debid a I expacidad de cooptacion 0 lle disgregicion derivada de un cierto proyecto politieo-econcmico, 2 28 | Ano Commcacon Comarata(couraoots) CConsmoenoo Comoe. | 29 Trabajar en conjunto asumiéndose como actor social ch ps qc viene eh itucional compartido y sustentable. Es en este sentido que creo jemos una obligacién no s6lo como universtatos sino también profesionales -aunque ya no estemos en la Universidad, una igacion como gente que ha tenidloy tiene la oportunidad de con- ‘on un capital simbélico del que otros carecen y que a veces se ica 0 encubre bajo la forma de pretendidas modestias o actit- basisas. Hasta aqut las cuestiones que mas me preocupan cuando pienso cen la comunicacién comunitaria, que son también los problemas y preocupaciones que comparto con compaieros, con estudiantes, do- entesy militantes que intentanrellexionar sobre las précticas que realizan diariamente. A partir de ello, me animo a destacat, al me nos, fo que consdero que son nuestros puntos de fuerza, aquello que se esta haciendo desde milkiples y diversas experiencias y que nos da la luz para seguir andando por estos terrenos, La comunicacién comnitaria debe ser un espacio de integracion diferentes grupos. No s6lo de grupos de la misma comunidad ino dle personas e instituciones que, situadas en distintos lugares, feden compartir un mismo horizonte police. Siempre recono- co las diferencias y asumiéndose como actores sociales diferen- acon na mine oan yeni pare aaa ‘Una gran enseflanza que nos dejan muchas de esas experien- cas esa convicei de que la comunicacin posibilta la produccién ide signficads y expectativas compartidas. Existen ejetcicis -en el sentido de esfuerzos y trabajo~ de comunicacién comunitaria que ‘onstitayen espacios efectivos para el reconocimiento de las dife- rencias, ce las coincidencias, para revelar y procesar conflictos, para testablecer acuerdos. ¥ ésas son ls experiencias de las que tenemos ‘que aprender Por eso mismo, si en el trabajo que realizamos desde nuestras ‘situciones en los barrios en relaci6n con organizaciones soci hs, no nos asumimos como un actor social de pleno derecho y nos ‘eyncebimos s6lo como alguien que coopera o que se compromete ‘ton otro a quien reeonocemos wna mayor legitimidad en términos Aociales y politicos, estamos en serios problemas. Porque si, como folla decir Armand Mattelart hace mucho tiempo, sentimos la dis- jinucidn de ser “el pequetio burgués ilustrado”, estamos negando pposbilidad de construir verdaderas alternativas polftcas plura- es; findadas en el reconocimiento de las diferencias y negamos encubrimos el riesgo de la confrontacién, del desacuerdo, del Tearicter politica y no meramente profesional o téenico de nuestras Kervenciones. Ctra dimensién que considero digna de destacar es que actual~ ‘mente muchas experiencias enfatizan fuertemente la necesidad. de la informacién, Sin embargo, en tiempos donde se instala con. Fuerza el pensamienta dnien, creo que algunas experiencias de co- ‘municacin comunitatia nos estn mostrando que sin una re-infor- ‘matizacién dela sociedad es muy cifcl construir alternativas que uicbren las légicas predominantes y el sentido comin. Cuando hhablo de v-informatizacién de la sociedad me refiero aun proceso. de informatizacion desde otra perspectiva. No me estoy efiienda, Sélo a esa dimensién que habitualmente trabajames a informac ibn acerea de Io propio, de lo local y lo particular sino més bien fla necesidad de trabajar para incorporar conocimientos,saberes {que son negados, para cuestionar las agendas que se construyen desde los medios masivos pero también desde las instituciones ceducativas y desde el Estado. Si de verdad creemos y pensamos que la comunicacion es una psc insane comarca de sede a parr de ‘ul se construye Ia socialidad, es decir, nuestros modos de ver estar juntos, tenemos que asumir que nuestra palabra interviene ‘onesa Construecién, aunque pensemos que es s6lo una palabra de ‘woperacién y de apoyo. Siempre interviene. Yel mejor modo que lenemos de intervenir es asumiendo plenamente que nuestra inter- ‘encén, lo descemos o no, es tna intervencién politica Este desafio impone, para la comunicaci6n comunitara, la ne= ‘cesidad de entablaraianzas y acuerdos para la préctica de la come hicacion comunitaria; alianzas que no slo pueden ser acuerdos de 30 Att oe Comumcacon Cowan conmusoons) ‘Momentos de una red discursiva Hay una gran gama de experiencias de comunicacién comani- taria que van trabajando como pueden y como saben este asunto ‘del interven, pero me parece muy interesante tratar de leer aque- Mas en las que la fntrvencdn implica realmente jugarse en el mismo terreno, juno todo os os acres scales cn xcs non 1a comics commmiara bse spaces de arcacién con stra nvancas mayors de comnicacion de ders moon fa {nada mds que un moments de una ved dicusa mache major ale queen res, pcics on proto decor Comorian iris, Es muy terme vr oc a pri deta comnnlaon commie noe mange al ecto prop t Woes stent wegen ep ere Durante muchos afios tuyimos polémicas, a veces desgastanes € Incl, en las que se iscutfa sila comunieacion popular y alterna- tiva debta ser 0 no masiva, Tales debates nos permitieron, lnego de ‘mucho tiempo, entender que silo popular y alternativo no buscaba Ja masividad, iba a lograr de manera muy precatia sus Sinaidades, Lo que hoy tenemos que plantearnos, a parti de estas makiples ex. periencias, e cGmo la comunicacién comunitaria puede~y de hecho Ya lo hace en algunos casos- modificar agendas, intalarse en otros rmedios, en otros espacios,vsibilizar tematicas, voce, actores ‘no estin presentes en la escena pablica, Las prdctcas de comunica in comunitatia se inscriben en un didlogo ya exstente que, en gran ‘en los medios masives de comnicacin, For ello. debe asumise el desaflo de intentar ser parte de ese didlogo, para lo cual ambien debemos explorar el trabajo con algunos profesio rales de la comunicacién que desde esos propios mediosy en otros ‘espacios pueden compartir visionesy bsquesdas En ese sentida hay {odavia una enorme tarea por hacer. Me refiero nicvamente a crear agendas, instalar actores sociales, instalar temas en los distintos me- dios, em insttuciones publica, incluso a nivel del Estado. Ror eso ‘quisiera plantear ls vinculaciones entre précticas de comunicacién comunitariay construecién de ciudadansa oeesacasaesets lo Acerca de la ciudadania ‘Asi como posemos pensar que la comunicacisn comunitaria vino “sreemplazar como nocién—a la idea de comunicaci6n popula, hay {quienes argumentan que la nocin de cudadania emper6 a utilizar- teen dstintos Ambitos, cuando ya no convenia hablar de los sectores populares, det pucblo o de la clase rabajadora. Me parece que no sti mal interrogatse sobre qué nombra la nocién de ciudadanta fctualmente, para no dar lugar a ambigiedades, Para nosotros lo que nombra esta nocién, mis allé de sa dimen- sin jutica innegable, x relaciona con el derecho a tener derechos, Es Alecr fa notin de ciudadanta, tal como la vienen trabajando nume- tososteéricos politics, habla del reconocimiento de derechos pero también de su efectivo ejerccio y de sa ampliacion; es decir, de ka posibilidad de que lo que esté escrito normativamente se cumpla y tle que to que no esta excrito se pueda escribir como parte de la dis- pa por el orden social que se antl, En ese sentido, quiero retomar una idea formulada por algunos Icsicos politicos, sein la cual la cudadanér no ex un estado perm: hente, Vile decir, uno no es ciudadano todo el tempo; e es ciuda- ddano todo el tiempo sdlo en términos juridicos. Siempre tenemos formalmente tos ciertos derechos, desde que nes levantamos hasta ‘que nos aeostanos; la Consttucin esta ab y las leyesestn at. Eso Si constituye un estado permanente al menos mientras rie la institi- Cjonalidad democratca. Pero desde un punto de vita politic —segtin Sefialan algunos autores-no somos ciudadanos todo el empo. Uno sciudadano cada vez que demanda y propone algo que tiene que ver con el campo de los derechos en la exferapblica. Uno es dudadano ‘cuando puede expresar las demandasy la propuestas, que ha podido ‘constnar como frito de un ejercicio colectivo de reconocimiento de hnocesidades ¢intereses yun ejerticio de andlissacerea de os poderes {que niegan la posbilidad de satisfaceraso hacerlos realidad En este sentido, 4 es ciadadano cuando se irrumpe en la esfera pblica para hhacer visible la falta de derechos ola necesidad de nuevos derechos. Ahora bien, 2por qué nos es util esa renovada nocion de ciuda- ania? 2Por qué nos ayuda a pensar de otra forma la comunicacion? 32| Ans oe Comwcacen Comourana(curaoots) Porque al asumir esta perspectiva sobre la udadanta podemos decir 4que la misma es imposible sin la comunicacién, No hay modo de ‘demandar y proponer en a esfera publica, de hacer surgir nuevas ideas de un eolectivo, sino a través de la comunicacién, de la posibi- Tidad de hablar, de expresarse y partcipar. En este punto nosotros cuestionamos enfiticamente la idea de comunicacién como herr ‘mientao instrumento, Sostenemos que la comnizacon es una précti- cxinsttuyente de nuestra condicién de ciudadanos, No se puede ser ciudadano sino se puede expresar en la esfera piblica la carencia de derechos y la lucha por nuevos derechos. El derecho a la comunicacién pablica Desde esta perspectiva, podemos reconocer nuevas preocypacio- nes. Realizando una serie de estdios con las organizaciones sociales ‘de Contos, encontramos que existe una débil puesta en relaién entre sis préctcasonganizativas, sus précticas reivindicativas, lo que quieren aleanzar en términos politicos y el econocimiento de lo sustancal que son para ello ls derechos ala informacin ya la comunicacicn, Son muy escasas las onganizaciones sociales ce Cérdoba que la- chan para revert, por ejemplo, el incumplimiento de ciertas nor mativas vinculadas a esos derechos que tenemos en nuestra pro- vincia, por ejemplo, el derecho a la informacion pibliea. Casi no cexisten organizaciones secales y polticas que esten interviniendo cen los debates para que tengamos una nueva ley de radiodifusién, por ejemplo. Tampoco se vishimbran proceso y trabajos en torno. lo que deberian ser los melos pblicos en la ciudad y en la pro- vincia, Es cierto que desde el sindicato de prensa local y desde la Universidad se trabajan estas dimensiones y se busca motivar para que otros sectores sociales partcipen en debates ¢ iniiativas sobre esas emaicas. Pero ls resultados son débiles. En otros estudios hemos comprobado que existe una difusa idea acerca de los derechos constitucionales ala expresién ya la comun- Cacién que tenemos los individuos en nuestra sociedad. Una idea di- fusa porque, mientras los datos de una encuest realizada como par Conerauenan Connscis te de esos estos nos indican que mas de cincuenta por ciento de Jn poblacién de Cordoba alcanza a reconocer esos derechos, esa mis- 1 poblacin esti conforme con la informacién que le brindan los Inedios. Reconocen que hay desigualdades expresivas, que algunos fienen més posibilidades de comunicarse que otros, pero para ellos Jas rzzones son fundamentalmente potticas y econémicas, mientras los medios de comunicaci6n parecieran no tenes mayores respons Dildades en esa situacion. Nos resulta preocupante encontrar una ona no problematizada de la sociedad y de la pricticas sociales: la ‘comunicacion medidtica; pibliea. Se trata de una zona que ests pro- Dlematizada s6lo por quienes trabajamos en el campo de la corn hicacidn, Iimese comunitaria, popular 6 alternativa. Nosotros que: emos construir estamos construyendo otra comunicacién, pero el ‘conjunto del movimiento social parece no haber asumide ain como propia la lucha por una comunicacién diferente, Asimismo, nos esta- 10s encontrando con que rauchas veces las organizaciones sociales y politicas que quieren hacerse ver y of, como aquellas que hablamos convocado a partcipar en el espacio Del mermalle a la paladva, recs. ‘en sistemticamente a extrategias propagandisticas y publiitarias, que son las que mis cabida tienen en el sistema de medios conso- lidado. Es decir, en funcién de su necesidad de lograr visibilidad Aceptan de algiin modo la Iogica comunicaiva que los medios insta- Jan hegeménicamente Un desafio para la comunicacién comur Son varios los teéricos de la ciudadania que reconocen en el dlesempleo una de las mayores trabas para acceder a la posibilidad de ser ciudadano: el desempleado no cventa salarialmente, queda fvera de lo que se suelen denominat eadenas sociales aseguradoras; se-ve privado (él mismo y sus familiares) del acceso ala educacion la salud pero también a una vivienda digna, Desde el terreno de Ja pura necesidad material a que se ve reducia su vida, resulta em- pobrecida su capacidad de asumirse como actor politico. Pero sin imizar los efectos del desempleo como dispositivo de desc dadanizacién, quisiera setalar que las grandes mayorias excluidas fel derecho a la informacién y Ia comunicaci6n pablia, tampoco B 134 Aus oe Comnacacow Comunrana(courtcons) cuentan y ven seriamente limitadas sus posibilidades de ser ciu- dadanos. En este sentido, podemos decir que uno de los desaios dela co- ‘unicacion comunitatia hay es aquello que hace algunos afios Jests Martin Barbero sefalé que debia ser el desafo para los comunicado- res en Colombia y que cteo que también es un desaflo para nosoos. Martin Barbero decfa que el mayor desaio para los comunicadores en Colombia era poner “aquel pais row a contar’ Y remarcaba que al término conar lo usaba en un doble sentido: tanto en el sentido ddenarra, de contar qué somos, quidnes somos, qué queremos y qué bbuseamos; como en el sentido de scr tenidos en cuenta. La comunicacin comunitaria debe asumir ese desffo: recono- cer que sin una palabra cada ver més clara y distnta, capar de ex presir lo que busca, le reconocer a aquél con quien puede hablar y 2 aquél a quien hay que identificar como el que privaa los demas de su derecho hablar, no podremos jams contar. Vla bisqueda de esa palabra clara y distinta no puede restringirse, como he tratado de ‘manifesta, al desarrollo exitoro de algunas experiencias grupales, tenimismadas en sus logros, sino en el horizonte mayor del dislogo. omntin a toda la sociedad. Es all donde la comunicacién comunt- taria debe ensanchar sus perspectivas, innovar estrateias, asumir riesgos, para ir generando condiciones que permitan la emergencia, ‘del murmullo con autonomia y legitimidad. No somos los comuni= ‘adores los snicos que debemos asumir el desafio; pero tenemos, a respecto, una oblgacion miaydsela For eso, cada ver que nos reunimos, cada ver que sistematiza- ‘mos oanalizamos nuestras experiencias, creo que se impone marcar To que se va logrando, pero también reconocer lo que falta. De to contrario, desde la comnieacin comunitaria corremos el riesgo de lautocomplacernos perdiendo de vsta ese horizonte mayor en el que ‘lla necesariamente debe inseribirse si anhelamos modifica ls 1 ‘glcas comunicativas dominantes, que no sélo regulan medios y le fuajs sino la verdadera posibilidad de ser sujtos.

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