Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Arsenal Leon - El Libro Negro
Arsenal Leon - El Libro Negro
Len Arsenal
Ahora que pienso en ello, no s por qu, pero
imaginaba de otra forma al dueo del Libro Negro.
Desde luego, no esperaba encontrarme con un hombre
fuerte y entrado en aos, con algo que me recordaba
a los tenderos de antes: uno de aquellos personajes
de mandiles a rayas que conocan el nombre de sus
clientes y que atendan el mostrador con un lpiz
detrs de la oreja. Y, sin embargo, un hombre as
fue quien respondi a mis llamadas.
-El Libro Negro - dije simplemente -.
-El Libro Negro? - me mir con expresin perpleja.
-El Libro Negro - asent, sin dejarme confundir por
su falsa ignorancia -, usted lo tiene.
Dud un par de segundos, estudindome
pensativamente. Luego, con un gesto, me franque el
umbral de su casa. Aquel hombre viva con modestia,
en un piso interior de paredes empapeladas. Le
segu hasta un saln minsculo y sombro,
abarrotado de viejos muebles oscuros y macetas con
plantas de interior. Me seal una silla, cerrando
los visillos de la ventana. Con el ndice, se
ajust las gafas de gruesos cristales.
-Poca gente ha odo hablar del Libro Negro.
Acept ese hecho con un vaivn de la cabeza.
-La primera vez que supe del Libro Negro, fue hace
casi veinte aos - entonces, record mis buenos
modales -. Disculpe por presentarme de esta forma
en su casa. Desde que tuve la certeza de que el
libro exista, he dedicado mucho tiempo a descubrir
su paradero, y no ha sido nada fcil. Por supuesto,
usted no sabe nada sobre m y...
Me interrumpi con un gesto, dando por buenas mis
explicaciones.
-No soy bebedor, pero puedo ofrecerle un caf.
-Gracias declin -, pero no se moleste por m.
-Bien, un minuto.- y se march por el pasillo.
Cuando volvi, sent que el corazn me daba un
vuelco. Entre las manos traa un tomo grueso y
grande, como esos volmenes que vemos expuestos
tras las vitrinas de los museos y que solemos