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CURSO: COMPRENSIN LECTORA

Creado por Jssica Salva Grate

ANCDOTA
UNA NOCHE DE LUNA LLENA
Era mi tercera semana en Andahuaylillas (Cusco), Milagros, Sofa, Mabel y yo nos
habamos aventurado a realizar un trabajo de campo en este pueblo. Nuestra labor
consista en ensear a los nios a escribir y a leer, as como a ayudar a la gente en
las distintas actividades que hacan.
La convivencia con las personas del campo nos hizo aprender a valorar lo nuestro y a
respetar ms a los dems. Estbamos felices porque todo estaba resultando cmo lo
habamos imaginado hasta que sucedi algo sorprendente.
-Hemos trabajado bastante y an no hemos hecho turismo.
-Qu tal si visitamos!!
- S, vamos a Machu Picchu!
Como premio a nuestra misin, decidimos emprender el viaje a la majestuosa Ciudad
Imperial. El tren parti a las 6.00 am y llegamos cuatro horas despus; realmente,
vali la pena, quedamos fascinadas en cuanto la vimos, nos divertimos mucho; pero
la sorpresa vendra al regreso.
Salimos en el ltimo tren (4.00 pm) y llegamos a la ciudad a las 8.00 pm. Tenamos
hambre y decidimos cenar all antes de regresar en un taxi a Andahuaylillas, la cual
estaba a unos 40 min. del centro de la ciudad.
As lo hicimos, el joven que acept llevarnos, pareca un buen hombre, su auto era
moderno, tena un buen equipo de sonido que amenizara el recorrido, etc. Todo iba
bien, cuando de pronto -a mitad de camino- la llanta se pinch. Tuvimos que hacer
maniobras para salir de la carretera. Todo era desolado, solo nos acompaaba una
hermosa luna llena jams la vi tan grande- no queramos salir por el fro, pero el
grito de Sofa nos alarm.
-Acaba de salir un hombre de la maletera gritaba desesperada.
-No puede ser, le decamos todas.
Mir por el retrovisor y era cierto: el joven hablaba con otro que haba estado todo
ese tiempo en la maletera. Les dije a mis amigas: Cojan sus cosas y salgamos de
aqu.
-Seoritas, seoritas, es mi hermano. l me cuida de los asaltos, por eso iba en la
maletera.
-Nosotras le gritamos: Nosotras nos cuidamos de ti, estpido.
Corrimos hacia la carretera, levantamos el dedo en seal de aventn, mientras los
dos hombres cerraban las puertas del auto y fueron a nuestro alcance.
Finalmente un camin que lleva gas se detuvo a tiempo y acept llevarnos.
Arribamos sin pensar ms y nos pusimos a buen recaudo dejando atrs a aquellos
demonios.

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