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ANTES DE HABLAR, REFLEXIONA

Haba una vez un nio que tena muy mal carcter y se peleaba
con todo el mundo. Un da su padre le dio una bolsa con
clavos y le dijo lo siguiente:
-

Cada vez que pierdas la calma, cada vez que discutas


con alguien, irs a clavar un clavo en la cerca que est
detrs de casa.

As pues, cada vez que el chico se enojaba con alguien, tomaba el martillo y clavaba un
clavo en la cerca. En poco tiempo haba clavado treinta y siete clavos. Sin embargo, a
medida que clavaba se fue calmando porque descubri que era mucho ms fcil
controlar su carcter que tomarse el trabajo de clavos los clavos en la madera.
Pasaron unos meses y el nio le dijo a su padre:
-

En las ltimas semanas no he discutido con nadie.

Su progenitor le sugiri entonces que cada vez que controlara su carcter sacara un
clavo de la cerca. Los das pasaron y el joven fue sacando clavo tras clavo hasta que un
da el hijo se le acerco y le anunci:
-

Ya he sacado todos los clavos.

El padre lo observ y, tomndolo de la mano, lo condujo a su cerca.


-

Observa, hijo, has hecho bien, pero fjate en todos los agujeros que han quedado;
de esta manera que nunca ser la misma de antes, cuando dices o haces cosas
que ofenden a otro, dejas una cicatriz como este agujero de la cerca. El dao ya
est hecho. Aunque pidas perdn, all donde hayas dado una estocada habr
quedado una herida.

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