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Sobre la estafa analtica

(Ilaciones)
C.F.
Uno de los ngulos desde donde tomar la estafa se encuentra en Prefacio a
la edicin inglesa del seminario XI. Otra razn que justifica el deseo del
analista, y que no sea el deseo de hacerse de algn dinero, remite a la Hystoria
que no llamamos eterna porque su aetas no es serio ms que al referirse al
nmero real, o sea, a lo serial del nmero. (Cf. Ornicar? n 12/13, p. 125.)
Inmediatamente despus, Lacan agrega: Por qu entonces no someter dicha
profesin a la prueba de esa verdad con la que suea la funcin llamada
inconsciente, con la cual especula deshonestamente (tripote)? (id., ibd.).
Todos los errores que se han seguido de este texto derivan de que no se
comprendi que est enteramente basado en la imposibilidad que causa la serie
de los nmeros reales. Los cuatro conceptos, al ordenarse en funcin del deseo
del analista, vienen precisamente a ese lugar; uno tras otro en el texto. Por
ejemplo, si la serie es la biografa, la satisfaccin (pulsional) solo se alcanza
saliendo de ella. Tal el pretendido pase.
Ahora bien, que se independice un psicoanlisis orientado a lo real, un
inconsciente real, etc. a partir del Prefacio es insostenible. Sin serie no hay
lmite. De manera equivalente, se plantea un contraanlisis (siguiendo el
seminario XXIV) de entrada, sin otro anlisis, llammosle convencional,
previo. No hay materia sobre la que aplicarlo, ni privilegio ninguno de lo
simblico, envolviendo a los otros registros, que se haya producido. (Otra
opinin, en Jacques-Alain Miller, El ultimsimo Lacan, Paids, Buenos Aires,
2012, passim.)
Que se siga discutiendo el tema del pase, y buscndole nuevas vueltas, a
treinta y cinco aos de la disolucin, deja pocas esperanzas.

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