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GUSTAVO GALLO MACHADO | PUBLICADO EL 01 DE OCTUBRE DE 2011
Mercar es un arte. Eso lo saben muy bien las amas de casa, que todos
los das ponen en prctica el rito de asomarse a la nevera o a la
alacena, hacer un atento y rpido escaneo de necesidades, ir al
supermercado y comprar, una y otra vez, los vveres que faltan, ms
o menos de la misma manera, fijndose muy bien en las pequeas o
grandes variaciones de precios.
Pero con el paso de los meses, los aos y las dcadas, el rito de ir a
mercar se va volviendo ms complejo. El costo empieza a importar,
sobre todo cuando en la familia ya no son slo los dos. As que los
jabones se compran en un sitio distinto, para periodos de tiempo ms
largos y por volumen, lo mismo que el arroz, el aceite o las
legumbres.
Ni hablar de las productos de primera necesidad, que se rebuscan
donde sea ms favorable para la economa del hogar, porque como
dice Adela Gonzlez, habitante del barrio Santa Mara, en Itag, la
caresta le est rompiendo el bolsillo a ella y a su esposo, que cada
ocho das le da la plata para mercar.
La mujer, de 69 aos, ya tiene detectado donde es ms econmico.
Que las legumbres y las frutas es mejor comprarlas donde 'El Mono',
su tendero de la esquina porque siempre estn frescas y no abusa
con los precios.
Otros productos como aceite, arroz, panela y vveres similares s los
compra en el supermercado. Y ella, como tantas amas de casa, tiene
un sitio preferido, despus de ir de un lado a otro buscando el mejor
precio. Surtimax, el supermercado que abrieron hace poco ms de un
ao cerca al parque de Itag, es su preferido "porque todo es ms
barato y siempre hay promociones".
Comparando precios
Ir al supermercado con hambre no es una buena estrategia, ya que si
siente que sera capaz de comerse un buey entero, es probable que lo
compre si se lo ofrecen.
Lo que dicen los expertos es que la mejor idea es ir a mercar despus
de alguna comida para no cegar el sentido comn. Y eso lo
comprueba Roco Londoo, habitante del barrio La Doctora, en
Sabaneta. Acuciosa como cada 10 o 12 das, la mujer est en uno de
los pasillos del supermercado Merquepaisa.
"Yo me vine desayunada porque uno con hambre se compra todo",