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oe als ENG ProSense gedim AA An Grllanvo Etica de las profé EL NACIMIENTO DE LAS PROFESIONES El concepto de profesién, tal como ha ido acufiéndose a lo largo de la historia, tiene claros origenes religiosos. Como bien mues- tra uno de los principales tedricos de las profesiones, Max Weber,’ las palabras ale- mana (Beruf) e inglesa (calling) que noso- tos traducimos por profesién tienen a la vez el sentido de vocacién y de misién, y reci- ben el significado que ahora les damos so- bre todo a partir de a Reforma protestante. Son los reformadores los que, sin pre- tenderlo, sientan. las bases para que pueda entenderse que la propia conducta moral consiste en sentir como un deber el cumpli- miento de la tarea profesional en el mundo. Y es esta conviccion la que genera el con- cepto a la vez religioso y ético de profesién el'inico modo de agradar verdaderamente a Dios consiste en el cumplimiento en el mun- do de los propios deberes profesionales, por 250 el profesional se entregaré en alma y cuerpo a realizar su vocacién'. : Ahora bien, la conciencia de que es un deber moral ejercer. la propia profesién con pleno rendimiento va separdndose paulatina- ' Max Weber: La ética protestante y el espiritu del capitalismo, Barcelona, Peninsula, 1969, pp. 81 ss. mente de Ja conciencia de religioso y cobrando auton: que es este deber moral el q' el espiritu ético del capitalis to quienes desempeiian prof: como los que tienen por pre el capital interpretan sus ta: sin que deben cumplir en « la vocacién a la que han & ahi que dediquen todo su es: en ese doble sentido, y no ! rés egoista, como suele cre los origenes del capitalist ejerce una profesién liber pretende producir riqueza como una misién que debe: vicio de un interés que le: profesional —como afirma es siempre «un consagrado una gran trascendencia soc‘ De ahi que el ejercicio ¢ exija hasta nuestros dias propio interés egofsta y mente en esa causa social cia, comunicacién, etc.) q quien la sirve. ? Diego Gracia: «El recto ¢je {Cuestién personal 0 institucion. CAPS, n2 23 (1995), p. 94. iones es un deter fa, De suene - va inspirando ©, porque tan- iones liberales sin aumentar , s como la mi- mundo, como -esponder. De crzo a trabajar zando el int 2 al hablar ée tanto el que como el que nten su tarea mplir al ser- sasciende. El ego Gracia— . una causa de y humana»? Jearse seria- idad, docen- trasciende @ profesional. en Quaders 51 52 ENCAY LEGISLACION EN ENFERMERIA Ciertamente, en el nacimiento de lo que hoy lamamos profesiones sdlo tres se reco- nocian como tales: las de los sacerdotes. los médicos v los junistas, Esias tres profesiones exigian vocacion, ya que no todas las perso- as eran llaf{@as a ejercerlas. sino unica- mente las escogidas. Pero, ademas. de los nuevos miembros se exigia en los res casos que pronunciaran un juramento al ingresar porque la actividad a la que pretendian dedi- carse ya venia configurada por unas reglas y valores morales que el neofito debia aceptar si pretendia ejercerla. Y, por wltimo. las tres profesiones tenjan de algun modo un cardc- ter sagrado, en la medida en que se dedica- ban a intereses tan elevados como el cuida- do del alma, del cuerpo o de ta cosa publica Mas tarde también se considero como profesionales a los militares y los mannos pero, en cualquier caso, es en la Modemi dad, como hemos dicho, cuando las pr: siones empiezan a emanciparse de 1a ester religiosa y a fundamentarse en una etica auténoma. CARACTERES DE UNA ACTIVIDAD. PROFESIONAL Ciettamente, son muchos los autores que se han ocupado de estudiar los caracteres que ha de reunir una actividad humana para que la consideremos una profesin?. Pero aqui no nos interesa tanto hacer un recorrido por distintos paradigmas como intentar es- bozar uno que recoja el mayor nimero posi- ble de caracteristicas para entender lo que es hoy una profesién, cudles son sus rasgos > Véase. por ejemplo. Talcott Parsons: Essays on So- ciologicai Theory, Glencoe. The Free Press. 1954: Max Weber. Economia y Sociedad, México, FCE., 1964; La ttica protestante y el espiritu del capitalismo: Athe- na, The Professional Women, Cambridge. Sehenkiman Public.. 1971; Philip Elliot. Sociologia de las profesio- nes, Madrid. Tecnos, 1975; Amando de Miguel, Socio- logia de las profesiones, Madrid. CIS, 1982: Diego Gracia, vEl poder médico», en Varios, Ciencia y Po- der, Universidad Comillas, 1987, pp. 141-174; Juan Gonzilez Anleo. «Las profesiones en la sociedad cor- Porativar. en José Luis Femdndez y Augusto Horial (©omp,), Erica de las profesiones, Madrid, Universidad Comillas. 1994. pp. 21-34. Augusto Horta. «Plantea- miento de una éuica profesional», en ibid., pp. 35-73, morales, y cémo puede aplicarse el paradig. ma esbozado a la profesiin de enfermeria. Podriamos decir hoy dia que profesiones son aguellas actividades ocupacionales en las que encontramos los siguientes rasgos*: @) Una profesién es una actividad me- a:3fte la cual se presta un servicio esvecifi- co a Ia sociedad. de forma invrimucionalizada, Tmporta recordar desde el comienzo que una profesion es una actividad humana so- cial, un producto de la accién de personas concretas. porque frecuentemente se ‘olvida que le enfermeria, la docencia o la politica son en primer lugar actividades realizadas por personas. El nivel institucional, indis- pensable también en el caso de las profesio- hes, cobra, sin embargo, todo su sentido de dar cuerpo a las actividades. Este punto seré muy importante cuando veamos en el proxi- mo apartado cual es la estructura de una ac- uvicad humana social. En lo que respecta al tipo de servicio que st el profesional, tiene que reunir las si- cavacteristicas El servicio ha de ser_tinico. en la me- en que Jos profesionales reclaman el jerecho de prestario a la sociedad en exclu- @, considerando como «intruso» a cual- quiere que desee ejercerlo desde fuera de la profesion. @ Las prestaciones que de él puedan obtenerse han de estar claramente definidas, de modo que el ptiblico sepa a qué atenerse Con respecto a esos profesionales, es decir, Qué puede esperar recibir y qué puede exigir de ellos. ‘ Pero también ha de tratarse de una tarea indispensable, es decir, de un tipo de Servicio del que una sociedad no puede Prescindir sin perder una dosis imenunciable de salud (actividad Sanitaria), formacién (actividad docente), organizacién de la con- “ivencia (actividades juridicas) 0 informa- c16n (actividad informativa), Esta es la raz6n por la que hoy dia se exige que buena parte de los servicios profe- sionales puedan legar a todos los ciudada- Gos, sobre todo, desde los inicios del llamado Estado de bienestar (por ejemplo, servicios —__ * Véase Juan Gonzilez Anleo, o.¢. sex iments como 1a asistencia sanitarias 9" la‘ edua- sida). La profesién se considera como una suerte de focacion v de misién; por eso se espera del profesional que se entregue a ella > invierta parte de su tiempo de ocio prepa- dose para cumplir bien esa tarea que le encomendada, Ejercen la profesin un conjunto de- terminado de personas. a los que se denomi- na profesionales. Los profesionales ejercen ig_profesi6n de forma estable, obtienen a Través de ella su medio de vida v se conside- “ranentre_sf coleeas. }) Los profesionales forman con sus co- iegas un colectivo que obtiene, o trata de obtener. el_control_monooolistico sobre el ejercicio dé Ta profesion. Es en este sentido en el que se tacha de intrusos a los que care- ven de las certificaciones académicas co- rrespondientes y se les prohibe oficialmente ejercer la profesién. Se accede al ejercicio de la profesién a wavés-de-un largo proceso de capacita- ion tedrica v practica. és decir, a través de unos esiudios claramente reglados, de los que depende la acreditacidn 0 licencia para ejercer la profesion. Estos estudios deben ser especificos, recibir a su término algdn documento oficial acreditativo (diploma, li- cenciatura) y ser s6lo dominados por los miembros de esa profesién determinada Este es uno de los grandes problemas en profesiones como el periodismo, en las que resulta sumamente discutible que quien ha estudiado a carrera de Ciencias de la Infor- macién esté més preparado para informar y opinar que algunas personas cultas, dotadas de una pluma 4gil. Y también en el Ambito de la enfermerfa ha sido uno de los grandes problemas el de determinar el cuerpo de sa- ber técnico que sus profesionales poseen en exclusiva, siendo asf que el cuidado parece ser cosa de sentido comtin y de entrega, 0 parece que el médico posee ese tipo de sa- ber en mayor grado. Por eso, la profesionali- Fasisn de Ia enfermeria-requiere un Cuerpo de_conocimientos especifico para las enfer- meras. . Los profesionales reclaman un Ambi- to de autonomia en el ejercicio de su profe- sién, Obviamente, el piblico tiene todo el CHICA DE LAS PROFESIONES «= 53. derecho a elevar sus protestas y debe ser atendido. Pero no es menos cierto que el profesional se presenta en sociedad como el experto en el saber correspondiente y, per lo tanto, exige ser el jueza la hora de detexmi- nar qué forma de ejercer la profesién es la correcta y qué formas de ejercerla son ces- viadas. Esta d@ble peculiaridad de cualquier ; fesién —€1hecho de que el consumidor “21 ga todo el derecho a exigir y el profesio: el de enjuiciar sobre su correcto ejercici hace necesario establecer un dificil ec brio entre ambas partes, evitando caer ¢ dos extremos igualmente desafortunac>: creer que las demandas del piiblico han de atenderse siguiendo los procedimientos cue el ptiblico exige, como si para ello no fuera necesario el juicio de los expertos, o bien. establecer la regulacién de las activideces profesionales atendiendo sélo a los experzos. Tener en cuenta ambas partes es, a tod2s luces, esencial. Por ejemplo, en cualquier juicio soz: una presunta negligencia profesional, se hace cada vez mds necesario que el juez es:é también especializado en la profesién_co- fa hora de juzgar, En caso contrario, juzgeé por apaniencias, y los profesionales se ver:a obligados a tomar medidas a menudo supe: fluas, pero aparentemente necesarias. Fené menos como éste explican en buena medicz el éxito de la «medicina defensiva», q) exige un extraordinario derroche de dinero energias, pero parece en ocasiones la tinic2, forma de cubrirse las espaldas frente a pos: bles denuncias y frente al fallo de un juez inexperto en sanidad. Por eso, tradicionalmente, los colegic profesionales promulgan cédigos de la pro- fesién con la intencién de autorregularse + resolver los posibles conflictos antes de te- ner que acudir al juzgado. Obviamente, este modo de proceder puede tener una lecture gremial, corporativista, en la medida en que el cuerpo profesional pretenda cerrar filas = impedir cualquier juicio externo; pero tam- bién tiene una base en la realidad que no conviene olvidar: la de que es positivo que los profesionales tomen conciencia de las exigencias de su profesién y sean los prime- ros en desear dignificarla. Para ello, sin em- O- ee gs i a i ce 54 ENCA Y LEGISLACION EN ENFERAERIA, bargo, no basta con asumir cédigos deonto- ldgicos, es necesario incorporar :ambién un cOdigo éico. Mas adelante comentaremos las diferencias entre ambos. 7.” Légicamente, al afin de autonomia corresponde el deber de asumiz ia responsa- bilidad por los actos v técnicas de la profe- iOn. Y éste es uno de fos puntos en Tos que Tonviene insistir en todo tiempo, pero coda- via mds en nuestros dias. cuando va resul- tando urgente complementar el tiempo de los derechos con el de las responsabilidades Justo €s que los profesionales reclamen sus derechos, pero igualmente justo es que asu- man la responsabilidad por el correcto ejer- icio de su profesién, ya que son sujecos morales, 8. De los profesional ejerzan su profesion por af que se trata de un tipo de act Ciende el interés egoista y exige truismo, una onientacidn basic enc a favorecer a la colectividad En este sentido, conviene distingair rm claramente entre el fin de una projesidn, por el cual cobra su sentido, y los inereses que persiguen las personas que la ejercen. Evi- dentemente, el interés de una enfermera a la hora de ejercer su profesién puede consistir exclusivamente en ganar un dinero, pero el fin de ta enfermeria no es ése; de ahi que no tenga més remedio que asumir el fin y los habitos que la actividad de la enfermeria exige, relegando a un segundo plano su inte- rés originario. Para aclarar bien este extre- mo del fin de una profesion y de los habitos indispensables para ejercerla, conviene que pasemos a un tercer punto, les se espera que no de lucro, ya idad que tras: 110 al- nada ESTRUCTURA DE UNA ACTIVIDAD PROFESIONAL Como comentamos en el capitulo dedica- do a la ética aplicada, una actividad profe- sional es, en principio, una actividad social en Ja que cooperan personas que desempe- fan distintos papeles: los profesionales, los beneficiarios directos de ta actividad social (Clientes, consumidores, pacientes, alumnos, €tc.), otros estamentos implicados (provee- dores de un hospital, competidores en el caso de una empresa, etc.) y, por supuesto, Ia so- ! "he aa. Baatt ciedad en su conjunto, que ha de dictaminar si considera necesaria esa actividad, 0 al me- os beneficiosa, y si considera que se esté eyerciendo de modo satisfactorio para ella. Puesto que de una actividad social se tra- (a, utilizaremos en principio para analizar su estructura el modelo que el fildsofo anglosa- jon Alasdair Macintyre expone en su libro Tras la virred’. En él sugiere aprovechar un muy fecundo concepto aristotélico —el de praxis— para comprender mejor determina- das actividades sociales cooperativas. Noso- tros lo emplearemos para interpretar mds adecuadamente ese tipo de actividades so- ciales que son las profesiones, modificdndo- lo para adaprarlo a Jo que precisamos. En la filosofia de Anistételes se entiende por praxis (accién), a diferencia de potesis (produccién), aquel tipo de accién que no se realiza para obtener un resultado distinto de ella misma, sino que tiene incluido en ella misma su propio fin, También a este tipo de accién denomina Arist6teles praxis telefa, es decir, «accién que tiene el fin en sf misma», a diferencia de las praxis atelés, cuyo fin es distinto a la accién por la que se realiza®, Aunque MacIntyre modifica un tanto es- tas distinciones, son las que le sirven de mo- delo ultimo para elaborar su concepto de prictica; un concepto que vamos a tomar prestado para identificarlo con el de activi- dad social y, concretamente, con el de acti- vided profesional Préctica es una actividad social coopera- tiva que se caracteriza por tender a alcanzar unos bienes que son internos a ella misma y que ninguna otra puede proporcionar. Estos bienes son precisamente los que le dan sen- tido, constituyen la racionalidad que le es propia y, a la vez, le prestan legitimidad so- cial. Porque cualquier actividad humana co- bra su sentido de perseguir un fin que le es propio, y ademés cualquier actividad social ecesita ser aceptada en la sociedad en la que se desarrolla, necesita estar socialmente legitimada’. Trasladando esta caracterizacién a las ac- tividades sociales, podriamos decir que el 5 Alasdair Macintyre: Tras la virtd, cap. 14. « sariiteles: Eca e Nicémaco iro Vi; Metis a, io 0 * Alasdair Macingyre: Tras la virtud, pp, 233 y 83: a bien interno de la sanidad es el bien del pa- ciente; el de la empresa, la satisfaccién de necesidades humanas con calidad; el de la litica, el bien comin de los ciudadanos; ef de la docencia, la transmision de la cultura y la formacién de personas criticas; el de las biotecnologias, 1a investigacién en pro de una humanidad més libre y feliz. Quien in- gresa en una de estas actividades no puede proponerse una meta cualquiera, sino que ya le viene dada y es la que presta a su accién sentido y legitimidad social’. De donde se infiere que dentro de ese 4m- bit, como afirma Aristételes, «deliberamos sobre los medios», no sobre los fines o bie- nes tltimos, porque éstos ya vienen dados. No podemos inventar los fines de las activi- dades profesionales, porque ya proceden de una tradicién que conviene conocer a fondo, estudiando su historia. La tarea de quien in- gresa en una profesién no consiste, pues, en idear nuevas metas, nuevos fines, sino en incorporarse a una tarea de siglos —a una tradicién profesional— y en integrase en una comunidad de colegas que persiguen idénticas metas. En este sentido es en el que algunos re- presentantes del actual movimiento comuni- tarista critican duramente a la Modernidad y la Ilustracién por haber querido olvidar las tradiciones, las comunidades y los fines ya dados, abogando por la autonomia de las personas. En efecto. 1a Tlustracién nace y se desarrolla con el anhelo de que los seres humanos se libren de prejuicios, de dogmas, de tradiciones, y traten de construir el mun- do por si mismos, librdndose de la heterono- mia. «Aprende a servirte de tu propia razén es —segin.Kant— la divisa de la Ilustra- cién»?, El comunitario- hodiemo nos recuer- da, por contra, que las personas nacemos en comunidades concretas, que nos integramos en actividades sociales ya legitimadas por fines muy determinados, que vivimos de las tradiciones en las que ingresamos. De donde se ‘seguiria, por ejemplo, que una enfermera no tiene que «inventar los fines de la enfermerfa, unos fines ya dados * Adela Cortina, Jestis Conill. Agustin Domingo y Domingo Garcia Maraé: Erica de la empresa, cap. 1. se Imvmanvel Kant: Qué es la Musiracion?, Madrid eenos. ETICA DE LAS PROFESIONES = S5 por una larga historia, que arranca de i:s sacerdotisas dedicadas a tareas de cuidaco, y llega a nuestros dias a través de distinss fases (vocacional, técnica, profesional). Su tarea consiste en integrarse en esa actividad. ya afieja, en esa larga tradicidn, en una co- Tunidad de profesionales que comparten fa misma actividad. Ahora bien, esto es cierto, pero s6lo parte. Porque si es verdad que las distins profesiones tienen una larga historia, tam- bién lo es que han ido variando sus metzs matizando la forma de ejercerse, modifica: do las relaciones entre los colegas y tam! las relaciones con los destinatarios de la 2: tividad profesional. Y tales variaciones :¢ han debido a razones diversas, como, por ejemplo, el aumento de la capacidad técnica humana, pero sobre todo al cambio de con- ciencia moral social. En efecto, las actividades profesionales se van desarrollando en el seno de sociedades cuya conciencia moral va evolucionando ea e! sentido de que las personas reclaman va mayor respeto a su autonomfa, exigen que se respeten sus derechos, piden que se les deje participar en Jas decisiones que les afectan. Pacientes y consumidores, ciuda nos y lectores, presentan paulatinamente (2 les éxigencias, pero también quienes trabe: jan en la profesién: enfermeras, médicos. proveedores. Con ninguno deben realizarse précticas humillantes, a ninguno debe tratar- se sin respeto. Ello significa que aunque el fin de la pro- fesin, como tal (cuidar con calidad), sigue siendo el mismo, y quien ingresa en la en- fermeria lo tiene ya dado, el tipo de relacio- nes humanas mediante las cuales se alcanz= esa meta, el tipo de actitudes, ha cambiado notablemente. Y esto exige que los profesio- nales derrochen capacidad creativa, inventi- va rigurosa, para alcanzar la meta de su pro- fesin de una forma acorde a Ja conciencie moral de su tiempo. Por eso conviene ir dilucidando qué ha tos concretos han de ir incorporando los profesionales para alcanzar los fines de la profesion, qué actitudes han de ir adoptando para practicar el bien interno, habida cuenta de que nos encontramos en sociedades que han accedido al nivel posconvencional en el desarrollo de su conciencia moral. | SO EMEA EESACIONS On (oa Ltn te Porgue alcanzar tot bicnies interno pro pos de una prachea ELPE # QUIERES parC pan en ella desamoliat cererminaSon habr AV ARGH. ay! actos la predisposicsin a a do determinado ene de practicar Jos brenes internos de la profe primer capitulo— han re naimente el nombre de viru MON que Consiene entender en el se que tenia en Ja Grecia clasice como excelencia del cara en una profesion, como « on un maesiro del piano o €l violin, es el que pretende alcanzar ¢ 2 excele huve de la mediocn: de la media Ello no significa optar por la carrera de una competencia con los demas prof je: sino sencillamente, inientar se enie alcanzar un grado de excelencia er ag Nas aptitudes que son requerid a canzai el bien interno de 1a j dn Precisamente pe en humanas se we idad unas perso tuosas» que otras, Esas pe: capacitadas para encarnar activided que permiten al internos De ahi que el profesional rrollar dos tupos de aputudes: las habilida- des técnicas que resulten indispensables, pero también ja capacidad de tomar decisio- nes desde unos valores. propios de ia profe- si6n, que son valores morales. La conjun- cién de habilidad y capacidad de optar por los valores preferibles compone al buen pro- fesional. Las distintas actividades sociales, y muy concretamente las profesionales, se caracte- nizan, pues, por los bienes internos que sélo a través de ellas se consiguen, por los valo- res que en la persecucién de esos fines se descubren y por las virtudes cuyo cultivo exigen. LA CORRUPCION OF LAS ACTIVIDADES PROFESIONALES 5 disiintan xtividades tipo de beenes a porque no son : pero que tarr cote liewarlas a cabo Enos bienes ton comunes a la mayor parte de fas acuvidades. y no sirven, pot tanto, para es ra distinguit unas de octas De esie orden son bienes como ef dinero, gio o el poder. que s¢ consiguen con con eb deporte @ fa nvestigacior ao la jun dencia, pero no son el tipo de bienes 4 nos por el que cads una de ellas se distingue de las demas, dandole un sentido Por eer a actividad docente o la sanitana pue con Ia docen 1 proporcionar dinero, prestigio y poder y. sin bargo, su bien intemo es, resper vamente. transmitir ensefianzas formand personas auténomas y criticas. y lograr el bien de los pacientes Ooviamente, no existe ningun problema gue un profesional, ademas de intentar jos bienes internos que dan se! on, perciba a wavés de ella unos logre un cierto poder social en et sido de la palabra. y se gane un reputaciOn, si es «excele Lo cue. en cambio, desvirtéa cualquier pro- hecho de que quienes la ejercen s bienes internos por los bienes os. olviden la meta por la que la pro- cobra sentido y legitimidad social, y suscuen Gnicamente dinero, prestigio 0 po der En ese caso las profesiones se corrom- pen de forma inevitable. Corrupcidn, en el mas amplio senudo de la palabra. significa «cambiar la naturaleza de una cosa volviéndola mala», privarle de la naruraleza que le es propia. pervirtiéndo- la. Es decir, que cuando una sustancia 0 una actividad humana se corrompen, pi¢rden su naturaleza, se convierten en otra cosa distin- ta y acaban oliendo mal. La corrupcién de las distintas actividades se produce, en principio, cuando aquellos que participan en ellas no las aprecian en sf mismas porque no valoran el bien interno que con ellas se persigue, que es el que les da sentido, especificidad y legitimidad so- ae pean a cabo entonces exclusiva- mente por los bienes externos que 7 SEE PRLS ene eros que po me econémicas, las ventajas sociales, el poder Con Jo cual esa actividad y quienes en ella cooperan acaban perdiendo su legitimidad social y, con ella, toda credibilidad, porque cuando una actividad deja de perseguir el fin por el que est4 socialmente legitimada, se desnaturaliza. se cotrompe y, obviamen: te, se deslegitima. Y en este sentido, convie- ne recordar que la corrupcién no es sélo ile- gal, sino inmoral. Ahora bien, ia rafz tltima de la corup- cién reside en estos casos en la pérdida de vocacién, en la renuncia a la excelencia. EN BUSCA DE LA EXCELENCIA En el aiio 1983 los norteamericanos Pe- ters y Watermen publicaron un libro que hizo fortuna en el 4mbito empresarial. Su atractivo titulo —En busca de la excelen- cia— era suficientemente expresivo de las aspiraciones de iodo un mundo, el empresa- rial, preocupado por superar la mediocridad y por situarse entre los mejores. Y, en efec- to, el texto recogia las experiencias de em- presas «excelentes», que son —a fin de cuentas— las que obtienen una abultada cuenta de resultados, muy superior, sin duda, a la medis"°. El éxito del libro se debié a que un buen numero de empresarios, deseosos de aumen- tar su competitividad, intentaron tomar como ejemplo estas empresas excelentes para obtener ganancias sustanciosas. Porque en el mundo empresarial una empresa debe ser competitiva, debe ofrecer una relacién calidad-precio tal que sus productos puedan permanecer en el mercado a largo plazo, re- tribuyendo suficientemente al capital y al ‘rabajo, y logrando ademés generar nuevos clientes: competitividad significa permanen- cia en el mercado. y esto exige a la empresa no solo ser aceptable, sino también ser exce- lente. E] término empleado por Peters y Water- man —excelencia— venia a recordar el % Peters, T. J.. y Waterman, R. H.: En busca de la preslencia Rareelona Folio. 1990. ETICA DE LAS PROFESIONES © 57 concepto griego de virtud, en la medida en que el virtuoso era quien’ sobresalfa. cuien Superaba la media, en alguna actividad. Pa- Tecfa, pues, que en el mundo de las pro‘esio- ngs liberales en general algo semejan:e de- beria ocurrir, porque es exigencia de una profesién la de ejercerla de la forma mejor posible, aspirando a la excelencia. Y. sin embargo, esta terminologfa parecia extin- guida en buena parte del mundo profesional, un mundo conforme con cumplir unos mfni- mos indispensables, pero rara vez dispuesto a llegar a los niveles més elevados. ;Qué habia ocurrido? Como bien sugiere Diego Gracia, 2 pro- fesional le es inherente ejercer la viruc fisi- ca, que consiste en ser competente 22 las habilidades propias de la profesién, y ie vir- tud moral, que le predispone a emplear siempre esas habilidades en un sentido due- no, en el sentido que exige la profesién para prestar su servicio a la sociedad. El z-ofe- sional, por tanto, debe aspirar tanto a :2 ex- celencia fisica como a la excelencia moral, ya que una profesién no es un oficio 2! una simple ocupacién. Sin embargo, la burccra- tizacién de buena parte de las profesiones ha destruido en muy buena medida la espi- racién a la excelencia, porque, des‘ perspectiva burocratica, el buen profe es simplemente el que cumple las normas legales vigentes, de forma que no se le 2ue- da acusar de incurrir en conductas negli- gentes; el buen profesional es el que !ogra ser irteprochable desde el punto de vista legal! Para lograr la «perfeccién legal» exigida por el ethos burocratico, basta con cubrir unos minimos de permanencia en el cento y de atencién al paciente, en nuestro caso. Sia ello se afiade el tradicional corporativismo que reina en las profesiones, esa inconiesa- da complicidad entre los profesionales que les lleva a defenderse mituamente ante las denuncias que vienen de los pacientes, 2un- que s6lo fuera por poder obtener la misma ayuda de los colegas en caso de recibir una denuncia, es claro que con cubrir enos minimos el profesional queda bien resguat~ dado frente a cualquier problema legal. Diego Gracia: «E} recto ¢jecicio profesonal {Cuestién personal 0 instirucional?», pp. 95 5 es 58 ENCAY LEGISLACION EN ENFERMERIA —D Sin embargo. es preciso distinguir aqui de nuevo entre la legatidad y la ética. Las le~ yes exigen un minimo indispensabie que, en al caso de las profesiones, resulta insuficien- te para ejercerlas como exige el servicio que han de prestar a la sociedad. De ahi que la ética_de ia profesién pida siempre_mucho mas que el cumplimiento de_unas minimos. ‘Tegales, Que exija de los profesionales aspi- Tar ala excelencia. Es verdad que en el dmbito ético suele hacerse una distincién entre los deberes que son universalizables, que pueden exigirse a cualquier persona, y las acciones superero- gatorias, que son las que ciertas personas evan a cabo porque consideran que forman parte de su proyecto de felicidad, pero no pueden pedirse a todos (por ejemplo. pei hecer en un hospital en Randa cuando se ha desencadenado una guerra, por no aban- donar a los pacientes, y las autondades han dado orden expresa de que los extranieros abandonen el pais). Esto no puede pedirse a cualquier enfermera 0 a cualquier médico, porque es una accién supererogatoria. Sin embargo, una distincién semejante no puede confundirse con la diferencia entre cubrir los minimos legales 0 ejercer la pro fesi6n de modo excelente. Entre los mini mos legales, la excelencia en el ejercicio & una profesion y las acciones supererogato- rias existe una diferencia. El ethos burocrd- tico s6lo pide cumplir el horario, seguir une conducta_que no_pueda acusarse de_negli- gente; la erica de una profesion pide ejercer- fa con entreay diligencia, desarrollando las habilidades necesanas, y poniéndolas plens- mente al servicio de la poblacién. desde aguellas actitudes que caracterizap_el ¢ihos de esa profesin'™. Las conducwus superero- aiorias Tlegan a la entrega de la propia vida, de ahi que no puedan exigirse univer- salmente. Regresando al Ambito sanitario, que ¢s el que ahora nos importa, Ja Jegislacién_s6lo exige unos minimos, cealment ent para llevar a cabo la tarea de hacer bien ala persona eiferma. El bien de esa persona ige de las profesionales que desarrollen esa actividad aspirando a la excelencia, entre otras razones porque su compromiso fundamental no es el que les liga a la buro- cracia, sino a las personas concretas, a los pacientes necesitados de atencién.

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