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Obstetricia
(SEGO)
EDITORES:
Bajo Arenas JM
Melchor Marcos JC
Mercé LT
COORDINADORES:
Criado Enciso F
Presidente Sección Psicosomática
Ferrer Barriendos FJ
Presidente Sección Menopausia
Iglesias Guiu J
Presidente Sección Suelo Pélvico
Martín Jiménez A
Presidente Sección Endoscopia
Troyano Luque J
Presidente Sección Ecografía
Xercavins Montosa J
Presidente Sección Oncología y Pat. Mamaria
Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la
ley y bajo los apercibimiento legalmente previstos, la re-
producción total o parcial de esta obra por cualquier me-
dio o procedimiento, incluyendo ilustraciones, ya sea elec-
trónico o mecánismo, el tratamiento informático, el alquiler
o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autoriza-
ción previa y por escrito de los titulares del copyright.
I.S.B.N.: 978-84-690-5397-3
Depósito Legal: M-18199-2007
PRÓLOGO
Procede hoy presentar un nuevo libro SEGO que hemos denominado Fundamentos de Obstetricia. Tiene sus orígenes
y génesis en el antiguo Manual del residente que hemos actualizado, añadiéndole ilustraciones, imágenes y fotos. No ha
habido una revolución sino más bien una transformación, habida cuenta del constante fluir de los conocimientos médicos
que tiene en la duda razonable, un aliado natural. Siguiendo la política tradicional y hartas veces repetida en SEGO, el libro
es resultado de la colaboración de muchos. Esta contribución desinteresada de los socios es sin duda un gran patrimonio
de nuestra sociedad que personalmente valoro en gran medida. Cumple por tanto agradecer a todos los autores su es-
fuerzo y el haber aportado su trabajo, quitando horas a su descanso y familia. El hecho de diversificar mucho los escritores
tiene como inevitable el que a veces se produzcan redundancias, tratamiento distinto de temáticas semejantes, o abordar
tópicos similares en distintos capítulos. Para evitar esto en la medida de lo posible, se acordó en Junta plenaria, que fue-
ran los Presidentes de las distintas secciones los encargados de sistematizar los temas bajo su competencia. Es por eso
que todos aparecen como coordinadores de la obra. En este primer tomo, Obstetricia, el peso ha recaído sobre la sección
de Medicina Perinatal y han sido los Dres Melchor y Mercé los que me han ayudado a revisar uno a uno, de forma laborio-
sa todos los manuscritos, vaya para ellos también mi más sincero agradecimiento.
Cuando se acaba una obra, junto a sensación de alivio por el peso descargado, también se tiene la impresión de que
habría sido mejorable y que lo que hacemos está inacabado, es inherente a la naturaleza humana y sólo se puede sentir
cuando se finiquitan travesías emprendidas. El juicio sobre lo realizado queda ahora en jurisdicción del lector, por mi parte
me daré por satisfecho con que sirva de báculo a los que adquieren formación, inicial o continuada, en Obstetricia, que
constituye la mitad de nuestra especialidad y evoluciona constantemente acorde a las exigencias de nuestro entorno so-
cial. La asistencia al parto se mueve entre Escila y Caribdis, la primera serían las fuertes críticas, de los que, horros de co-
nocimientos, preconizan el mal llamado “parto natural”, que es una terminología, equívoca y absurda, cuyo acuñamiento no
sabemos de donde procede. Entendemos que querría decir “quiero un parto eutócico”. Nosotros también lo ambicionaría-
mos para todas las parturientas, pero juzgamos que el devenir del mismo puede ser distócico y entonces las intervencio-
nes que describimos en este tratado serán salvadoras. La petición sería extrapolable a decir: “Quiero un corazón natural”.
La hago propia, pero evidentemente si tengo insuficiencia, precisaré de digitálicos y si sufro un infarto, seré el primero en
pedir que me pongan un “stein”.
En el extremo contrario está Caribdis, encarnada en el rebenque de los jueces, que condenan “por no haber realizado
cesárea” la travesía de este desfiladero, es la que nos ocupa. Quedan claras en el capítulo de asistencia al parto las reco-
mendaciones de nuestra SEGO. No administrar oxitócicos de forma sistemática, ni realizar episiotomía rutinaria, y estamos
abiertos si estructuralmente lo permiten las salas de dilatación de los distintos hospitales, a posturas libres durante el pe-
riodo de dilatación. Pero no podemos renunciar a la máxima seguridad para madre e hijo y a la disponibilidad de “despe-
gue inmediato” para una intervención en caso que sea precisa y que puede salvar la vida de la madre y del niño.
Agradecer a 3M el patrocinio de la obra y a Grupo ENE Publicidad la tarea realizada y el estoico comportamiento ante
las reiteradas correcciones demandadas por los autores
III
Fundamentos de
Obstetricia
(SEGO)
ÍNDICE DE AUTORES
ÍNDICE DE AUTORES
Abehsera Bensabat M. Hospital Materno-Infantil Carlos Cabero Roura A. Hospital Universitario Arnau de
Haya. Málaga. Vilanova, Lleida.
Acebes Tost R. Hospital Materno-Infantil. Las Palmas. Cabero Roura L. Hospital Valle de Hebrón de Barcelona.
Aguilar Romero T. Hospital Universitario Virgen de las Cabrera Morales F. Hospital Materno-Infantil. Las
Nieves. Granada. Palmas.
Alcázar Zambrano JL. Clinica Universitaria Navarra. Cabrillo Rodríguez E. Hospital Maternal La Paz. Madrid.
Aleman M. Ginefiv Clinica Belen. Madrid. Calero I. Hospital Universitario Vall d’Hebrón. Barcelona.
Alfonsín Somoza, MG. Hospital Xeral. Santiago de Campelo Martínez T. Hospital de Basurto. Bilbao.
Compostela. Cañete Palomo ML. Hospital Virgen de la Salud. Toledo.
Almagro-Martínez J. Hospital Universitario Santa Cararach V. Institut Clínic de Ginecologia, Obstetrícia i
Cristina. Madrid. Neonatología. Hospital Clínic.
Álvarez de los Heros JL. Hospital General Universitario Carballo Martínez MJ. Hospital Arquitecto Marcide. El
de Guadalajara. Ferrol.
Álvarez P. Hospital Sta. Cristina. Madrid. Carballo J. Hospital Universitario de Canarias, La
Álvarez Silvares E. Complexo Hospitalario de Ourense. Laguna. Tenerife.
Andrés MP. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. Carreras E. Hospital Universitario Vall d’ Hebrón.
Arbués J. Hospital Universitario “12 de Octubre”. Madrid. Barcelona.
Arenaza A. Ginefiv Clinica Belen. Madrid. Carroza Pacheco MA. Hospital Universitario “Reina
Arevalo S. Hospital de Antequera. Málaga. Sofía”. Códoba.
Aznar Mañas F. Hospital Universitario Reina Sofía de Castro-Gavilán D. Hospital Virgen del Rocío. Sevilla.
Córdoba. Cavallé Vallverdú P. Hospital Universitario Sant Joan de
Bajo JA. Hospital General del S.A.S., Jerez de la Reus. Tarragona.
Frontera. Cádiz. Ces Silva L. Hospital Universitario de Canarias, La
Bajo MR. Hospital General del S.A.S., Jerez de la Laguna. Tenerife.
Frontera. Cádiz. Cobo T. Institut Clínic de Ginecologia, Obstetrícia i
Barbancho C. Hospital Sta. Cristina. Madrid. Neonatología. Hospital Clínic. Universitat de Barcelona.
Basanta Ortega A. Hospital Universitario Virgen de la Coghen I. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid.
Macarena de Sevilla. Coll Escursell O. Institut Clínic de Ginecologia,
Baulies Caballero. Institut Universitari Dexeus. Obstetrícia i Neonatología. Hospital Clínic. Barcelona.
Barcelona. Comino R. Hospital de Puerto Real. Cádiz.
Bayo Díez A. Hospital del Río Hortega. Valladolid. Cordón Scharfhausen J. Hospital Universitario “Reina
Bellart Alfonso J. Hospital Clínico Universidad de Sofía”. Córdoba.
Barcelona. Barcelona. Couceiro Naviera E. Complejo Hospitalario Universitario
Bernal A.B. Hospital Virgen de la Macarena Sevilla. de Vigo. Pontevedra.
Bernardo Vega R. Hospital del Río Hortega. Valladolid. Couso Cambeiro B. Complexo Hospitalario de Ourense.
Bescós Santana E. Hospital Clínico Universitario Lozano Couso González A. Hospital Universitario Príncipe de
Blesa. Zaragoza. Asturias, Alcalá de Henares. Madrid.
Blanco Fernández MP. Universidad de Cantabria. Criado Enciso F. Hospital Carlos Haya. Málaga.
Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander. De la Cal C. Hospital Sta. Cristina. Madrid.
Blázquez AR. Hospital Universitario Granada. De Castro B. Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia
Borrás Suñer D. Hospital Universitario La Fe. Valencia. y Neonatología. Barcelona.
Borrell, A. Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia y De la Fuente Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid.
Neonatología, Barcelona. De la Torre Fernández J. Hospital Universitario de
Borrero González C. Hospital Nuestra Señora de Valme. Canarias, La Laguna. Tenerife.
Sevilla. De Miguel Sesmero JR. Universidad de Cantabria.
Botija J. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander.
Bueno B. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid. De Toro Salas A. Hospital Universitario Macarena de
Burgos J. Hospital de Cruces, Baracaldo. Sevilla.
VII
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Del Palacio Alfayate R. Hospital Clínico Universitario. González Bosquet E. Hospital Sant Joan de Déu.
Valladolid. Barcelona.
Díaz García C. Hospital Universitario La Fe. Valencia. González Bugatto F. Servicio de Obstetricia y
Díaz-Toledo B. Hospital Sta. Cristina. Madrid. Ginecología. H. U. “Puerta del Mar”. Cádiz.
Domínguez Eguizábal B. Complejo Hospitalario San González de Agüero Laborda R. Hospital Clínico
Millán-San Pedro. Logroño. La Rioja. Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
Domínguez Ramos E. Área de Gestión Sanitaria Campo González de Merlo G. Complejo Hospitalario
de Gibraltar. Universitario de Albacete.
El-Kathib Cobo T. Hospital de Mérida. Badajoz. González Gi PM. Complejo Hospitalario Universitario de
Engels V. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid. Vigo. Pontevedra.
Escudero Turpín MA. Hospital Universitario. Granada. González Gómez F. Hospital Universitario San Cecilio,
Espada Vaquero M. Hospital Universitario La Paz. Granada.
Madrid. González González NL. Hospital Universitario de
Ezenarro González-Etxabarri E. Complejo Hospitalario Canarias. Facultad Medicina Universidad Laguna.
Donosti. San Sebastián. Tenerife.
Fabre González E. Hospital Clínico Universitario Lozano González González A. Hospital Universitario La Paz.
Blesa. Zaragoza. Madrid.
Fabre González S. Hospital Clínico Universitario. González Mesa E. Hospital Materno-infantil Carlos Haya.
Zaragoza. Málaga.
Fernández Corona A. Hospital de León. Gonzalez Navarro G. Hospital Ruber Internacional.
Madrid.
Fernández Fuentes D. Hospital General. Segovia.
González Paredes A. Hospital Universitario Virgen de las
Ferrer Barriendos J. Hospital Universitario Central de
Nieves. Granada.
Asturias. Oviedo.
González Salmerón MD. Hospital Universitario Virgen de
Fortuño Salais S. Hospital Universitario La Fe. Valencia.
las Nieves. Granada.
Fraca Padilla M. Hospital de Basurto. Bilbao.
González Seijas LM. Hospital Universitario de Santiago
Galindo A. Hospital “12 de Octubre”. Madrid.
de Compostela. Santiago de Compostela.
García-Díaz L. Hospital de la Mujer, Hospital Universitario
González A. Hospital Universitario Príncipe de Asturias de
Virgen del Rocio. Sevilla.
Alcalá de Henares.
García García SN. Hospital General Universitario de
Goya Canino MM Hospital Universitario Materno-Infantil
Guadalajara.
de Canarias Las Palmas de Gran Canaria.
García Grandal T. Hospital Universitario San Carlos.
Grande Gómez J. Hospital Universitario “Reina Sofía”.
Madrid.
Córdoba.
García Hernández JA. Hospital Universitario
Grimau M. Consorcio Hospitalario Parc Taulí. Sabadell,
Materno-Infantil. Las Palmas de Gran Canaria.
Barcelona.
García Peña M. Hospital Universitario de Canarias. La
Guerra AL. Hospital Universitario de Canarias. Sta. Cruz
Laguna. Tenerife.
de Tenerife.
García-Gamón M. Hospital Universitario La Fe. Valencia.
Guri Arqué L. Hospital Universitario Sant Joan de Reus
Garrido Teruel R. Hospital Nuestra Señora de Valme.
Tarragona.
Sevilla.
Haya Torres AR. Hospital Marqués de Valdecilla.
Garrido MC. Hospital Universitario San Cecilio. Granada.
Santander.
Gil Sánchez A. Hospital Universitario Virgen de la
Haya-Palazuelos FJ. Hospital Universitario Sta Cristina.
Arrixaca. Murcia.
Madrid.
Gil Ventura G. Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva.
Hernández Aguado S. Institut Clínic de Ginecologia,
Gómez de Segura R. Ginefiv Clínica Belén. Madrid. Obstetrícia i Neonatología. Hospital Clínic. Barcelona.
Gómez B. Hospital Universitario Sta. Cristina. Madrid. Hernández S. Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia
Gómez García B. Hospital Sta. Cristina. Madrid. y Neonatología. Barcelona.
Gómez Latre M. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona. Hernández-Aguado JJ. Hospital Universitario Sta
Gómez Ruiz ML. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. Cristina. Madrid.
VIII
ÍNDICE DE AUTORES
Herraiz García I. Hospital Universitario “12 de Octubre”. López Rojano M. Institut Clínic de Ginecologia,
Madrid. Obstetrícia i Neonatología. Hospital Clínic. Universitat
Herráiz Martínez MA. Hospital Universitario San Carlos. de Barcelona.
Madrid. López-Gorosabel C. Hospital Universitario Sta Cristina
Herranz A. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid. Madrid.
Herrera Peral J. Hospital Regional Universitario Carlos Lorente González J. Hospital Universitario Reina Sofía de
Haya. Málaga. Córdoba.
Herrero Gámiz S. Hospital Universitario Sta. Cristina. Lubian DM. Hospital Universitario Puerto Real. Cádiz.
Madrid. Magdaleno Dans F. Hospital Universitario La Paz,
Herreros López JA. Hospital General del S.A.S., Jerez Madrid.
de la Frontera. Cádiz. Maiques Montesinos V. Hospital Maternal La Fe.
Hervías B. Hospital Universitario del Mar. Servicio de Valencia.
Obstetricia y Ginecología. Cádiz. Maldonado Ezequiel V. Hospital Ciudad de Jaén. Jaén.
Hofner K. Hospital Virgen de la Macarena. Sevilla. Manzanares Galán S. Hospital Universitario Virgen de las
Huarte Martínez M. Hospital de Basurto. Bilbao. Nieves. Granada.
Huertas Fernández MA. Hospital Universitario de Getafe. Marina C. Hospital del Río Hortega. Valladolid.
Madrid. Marín-Buck Gómez A. Hospital Universitario de
Canarias. La Laguna. Tenerife.
Ibáñez Burillo LP. Hospital clínico Universitario Lozano
Blesa. Zaragoza. Mariño Mariño M. Hospital Son Dureta. Palma de
Mallorca.
Iglesias Guiu J. Hospital Clínico de Barcelona.
Martín González A. Hospital Universitario Central de
Iniesta Perez S. Hospital Universitario Sta Cristina.
Asturias. Oviedo.
Madrid.
Martín Jimenez A. Hospital Son Llatzer. Palma de
Iniesta Doñate MD. Hospital La Paz. Madrid.
Mallorca.
Izquierdo González F. Hospital Sta. Cristina. Madrid.
Martín Nalda A. Hospital Universitario Vall d’Hebrón.
Jordi Bellart Alfonso J. Institut Clínic de Ginecologia, Barcelona.
Obstetrícia i Neonatología. Hospital Clínic. Barcelona.
Martínez de Arenaza A. Hospital Gineciv. Madrid.
Kazlauskas S. Hospital Universitario Sta Cristina.
Martínez Cabañero RM. Complejo Hospitalario
Madrid.
Universitario de Albacete.
Lailla Vicens JM. Hospital Sant Joan de Déu. Barcelona.
Martinez García T. Hospital La Paz. Madrid.
Lara Gonzalez JA. Hospital Virgen del Camino,
Martínez Navarro L. Hospital Universitario Virgen de las
Pamplona Navarra.
Nieves. Granada.
Larracoechea Barrionuevo J. Hospital Materno-Infantil
Martínez Pérez-Mendaña FJ. Hospital Arquitecto
Carlos Haya Málaga. Marcide. El Ferrol.
Larracoechea Romarate JM. Hospital Materno-Infantil Martinez-Lara A. Hospital Universitario Sta Cristina.
Carlos Haya Málaga. Madrid.
Lázaro de la Fuente J. Hospital Ramón y Cajal. Mascaró Sastre M. Hospital Son Dureta. Palma de
Madrid. Mallorca.
Lledó Weber P. Hospital Maternal La Paz. Madrid. Maza Bertrand M. Hospital de Mérida. Badajoz.
Llurba E. Hospital Val de Hebrón de Barcelona. Melchor Marcos JC. Hospital de Cruces, Baracaldo.
López Freire D. Institut Universitari Dexeus. Barcelona. Melero V. Hospital Universitario Puerta del Mar. Cádiz.
López Galian JJ. Hospital General Universitario Materno- Méndez Lorenzo Y. Hospital Universitario de Canarias,
Infantil Gregrorio Marañon. Madrid. La Laguna, Tenerife.
López Gutiérrez P. Hospital Materno-Infantil. Merino Martín G. Hospital Universitario Sant Joan,
Las Palmas. Alicante.
López Hernández C. Hospital General del S.A.S., Jerez Mínguez Sanz JA. Hospital Universitario La Fe.
de la Frontera. Cádiz. Valencia.
Lopez Martinez L. Ginefiv Clínica Belén. Madrid. Mínguez Sanz JM. Hospital Universitario La Fe.
López Roca A. Hospital Xeral Santiago de Compostela. Valencia.
IX
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Miño Mora M. Hospital Universitario “Reina Sofía”. Puente Martínez MJ. Complejo Hospitalario San Millán-
Córdoba. San Pedro. Logroño, La Rioja.
Monleón Sancho J. Hospital Universitario La fe. Valencia. Puertas Prieto A. Hospital Universitario Virgen de las
Montalvo Montes J. Hospital Clínico San Carlos. Madrid. Nieves. Granada.
Montesinos L. Hospital Universitario Sant Joan. Alicante. Recari Elizalde E. Hospital Virgen del Camino.
Mora Ruíz-Moyano R. Hospital Marques de Valdecilla. Pamplona, Navarra.
Santander. Redondo T. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid.
Morales A. Hospital Virgen de la Macarena Sevilla. Regueiro P. Consorcio Hospitalario Parc Taulí. Sabadell,
Mozo de Rosales F. Hospital de Basurto. Bilbao. Barcelona.
Nieto Reguero T. Hospital Virgen de la Salud. Toledo. Rincón Ricote MI. Hospital Universitario La Paz, Madrid.
Nieto Velasco O. Hospital “12 de Octubre”. Madrid. Rizo Rodríguez C. Hospital Maternal La Fe. Valencia.
Novo Domínguez A. Hospital Xeral Santiago Rodríguez Gómez L. Hospital de Cruces. Baracaldo.
Compostela. Vizcaya.
Orensanz I. Hospital Universitario Santa Cristina. Rodríguez Martín L. Hospital Clínico Universitario.
Madrid. Valladolid.
Orihuela F. Hospital Universitario Puerto Real. Cádiz. Rodríguez Morante D. Hospital Sant Joan de Déu.
Orós López D. Hospital Clínico Universitario, Zaragoza. Barcelona.
Padilla Pérez AI. Hospital Universitario de Canarias, La Rodríguez Pampín M. Hospital Xeral. Santiago de
Laguna, Tenerife. Compostela.
Palacio M. Institut Clínic de Ginecologia, Obstetrícia i Royo Manero P. Clinica Universitaria Navarra.
Neonatología. Hospital Clínic. Barcelona. Ruano García A. Hospital Juan Ramón Jiménez de
Palomo Viciana MJ. Hospital Universitario San Cecilio, Huelva.
Granada. Ruano Rodríguez Y. Hospital Universitario Oviedo.
Parada Millán C. Hospital Arquitecto Marcide, El Ferrol. Rubio Sanz MA. Hospital Clínico Universitario. Valladolid.
Parrilla Paricio JJ. Hospital Universitario Virgen de la Rueda Marín S. Hospital Clínico Universitario Lozano
Arrixaca. Murcia. Blesa. Zaragoza.
Parrondo Sánchez P. Hospital Universitario de Ruiz Campillo CW. Hospital Universitario Vall d’ Hebrón.
Guadalajara. Barcelona.
Payá P. Hospital Sta. Cristina. Madrid. Ruiz Redondo GM. Hospital Universitario San Cecilio.
Pelayo Delgado I. Hospital Ramón y Cajal. Madrid. Granada.
Pelegay MJ. Hospital Universitario Arnau de Vilanova. Salazar FJ. Hospital Universitario Sta. Cristina. Madrid.
Lleida. Salegi Arregi A. Complejo Hospitalario Donosti. San
Perales Marín A. Hospital Universitario La Fe. Valencia. Sebastián.
Peralta Flores S. Institut Clínic de Ginecologia, Sanfrutos LM. Hospital Universitario Sta Cristina. Madrid.
Obstetrícia i Neonatología. Hospital Clínic. Universitat Sánchez Iglesias JL. Hospital Valle de Hebrón de
de Barcelona. Barcelona.
Perea A. Hospital Virgen de la Macarena. Sevilla. Sánchez Juárez M. Hospital Universitario Reina Sofía de
Pérez Álvarez JA. Hospital Universitario Ntra. Sra. de Córdoba.
Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. Sánchez MA. Hospital Universitario Vall D’Hebrón.
Pérez Medina T. Hospital Universitario Sta. Cristina. Barcelona.
Madrid. Sánchez Ramos J. Hospital Universitario Macarena de
Pérez Prieto B. Hospital de León. Sevilla.
Poblador Torres E. Hospital Virgen de la Macarena Santamaría Lozano R. Hospital General, Segovia.
Sevilla. Santandreu M. Hospital Universitario de Canarias, La
Povedano Cañizares B. Hospital Universitario Reina Laguna. Tenerife.
Sofía de Córdoba. Santos Lorente D. Hospital Materno-infantil Carlos Haya.
Prados López S. Hospital Universitario San Cecilio. Málaga.
Granada. Serra Zantop B. Institut Universitari Dexeus. Barcelona.
X
ÍNDICE DE AUTORES
Serrano Oliva MA. Área de Gestión Sanitaria Campo de Troyano Luque JM. Hospital Universitario de Canarias,
Gibraltar. La Laguna, Tenerife.
Sobrino V. Hospital General Universitario Materno-Infantil Ucieda Somoza, R. Santiago de Compostela.
Gregorio Marañon. Madrid. Usandizaga Elio R. Hospital La Paz. Madrid.
Tejerizo A. Hospital Universitario “12 de Octubre”. Valero FJ. Hospital Universitario Sta Cristina Madrid.
Madrid. Velasco M. Hospital Universitario. Granada.
Tello Muñoz A. Complejo Hospitalario Universitario de Verdú V. Ginefiv Clinica Belen. Madrid.
Albacete.
Villalba N. Hospital Universitario de Canarias. Tenerife.
Teulón M. Hospital de Fuenlabrada. Madrid.
Villegas M. Hospital Universitario Arnau de Vilanova,
Tobajas JJ. Hospital Miguel Servet. Zaragoza. Lleida.
Toledano Montero C. Hospital Ciudad de Jaén, Jaén. Xercavins Montosa J. Hospital Vall D’Ebron.
Toro A. Hospital Universitario Macarena de Sevilla. Barcelona.
Torres Solanas VM. Unidad de Bioética y Orientación Zamarriego-Moreno JJ. Unidad de Bioética y
Sanitaria. Consejería de Sanidad y Consumo. Orientación Sanitaria. Consejería Sanidad y Consumo.
Comunidad de Madrid. Comunidad de Madrid.
Torres Afonso A. Hospital Materno-infantil. Las Palmas. Zapardiel I. Hospital Universitario Sta. Cristina. Madrid.
Trabado Montesinos JL. Hospital Universitario Ntra. Sra. Zapico Goñi A. Hospital Universitario Príncipe de
de Candelaria. Santa Cruz de Tenerife. Asturias, Alcalá de Henares. Madrid.
XI
Fundamentos de
Obstetricia
(SEGO)
ÍNDICE GENERAL
Índice general
PROGRAMA TEÓRICO
TOMO I OBSTETRICIA
1. Evolución histórica advenimiento de la especialidad. Concepto actual de obstetricia y ginecología........... 1
2. Medicina basada en la evidencia para residentes de obstetricia y ginecología .......................................... 13
3. Bioética en obstetricia y ginecología.......................................................................................................... 19
MEDICINA MATERNO-FETAL
I. FISIOLOGÍA OBSTÉTRICA
18. Establecimiento de la gestación. Gamatogénesis, fecundación y desarrollo del huevo hasta
las tres hojas germinales. Implantación...................................................................................................... 137
19. Morfogénesis y morfología de la placenta a lo largo de la gestación.
Fisiología de la unidad feto-placentaria ...................................................................................................... 147
20. Anatomía y fisiología de los anexos fetales: el cordón umbilical y el líquido amniótico ............................... 159
21. Inmunología y gestación ............................................................................................................................ 165
22. Duración del embarazo. Modificaciones de los órganos genitales y de las mamas.
Molestias comunes del embarazo normal.................................................................................................. 171
23. Adaptaciones maternas al embarazo......................................................................................................... 183
24. Metabolismo en el embarazo. Modificaciones endocrinas. Sistema nervioso y modificaciones psíquicas.. 191
25. Medicina materno-fetal. Fisiología obstétrica. Consideraciones generales y concepto de edad perinatal.
El feto en los distintos meses del embarazo.............................................................................................. 203
26. Medicina materno-fetal. Fisiología obstétrica. Nutrición, respiración y circulación fetal............................... 207
27. Medicina materno-fetal. Fisiología obstétrica. Crecimiento fetal normal. Características del feto a término 211
XV
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
PATOLOGÍA DE LA IMPLANTACIÓN
54. Embarazo ectópico. Concepto y clasificación. Estudio de sus diversas formas......................................... 443
55. Placenta previa: concepto y clasificación. Su estudio................................................................................ 457
56. Estudio del desprendimiento prematuro de la placenta normalmente inserta.
Otras anomalías de la implantación ........................................................................................................... 463
XVI
´INDICE GENERAL
XVII
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
TOCURGIA
90. Consideraciones generales. Evacuación uterina en caso de aborto diferido.
Legrado postaborto. Legrado puerperal .................................................................................................... 775
91. Parto instrumental ..................................................................................................................................... 783
92. La cesárea................................................................................................................................................. 793
93. Histerectomía obstétrica............................................................................................................................ 809
DIAGNÓSTICO PRENTAL
110. Bases físicas de los ultrasonidos. Nociones básicas en la ecografía obstétrica y ginecológica .................. 975
111. Marcadores bioquímicos y ecográficos de cromosomopatías ................................................................... 993
112. Diagnóstico prenatal de anomalías congénitas. Indicación y técnicas de diagnóstico................................ 1001
113. Diagnóstico ecográfico de las malformaciones fetales ............................................................................... 1011
114. Interrupción voluntaria del embarazo. Métodos ......................................................................................... 1053
MORBI-MORTALIDAD
115. Mortalidad materna ................................................................................................................................... 1061
116. Obtención del título de doctor ................................................................................................................... 1065
117. La responsabilidad sanitaria ...................................................................................................................... 1073
118. La legislación europea sobre médicos especialistas y en formación.......................................................... 1103
119. Repertorio jurisprudencial comentado ....................................................................................................... 1107
XVIII
Fundamentos de
Obstetricia
(SEGO)
Capítulo 1
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD.
CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
Bajo J, De Miguel JR, González-Navarro G
1
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
2
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD. CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
SIGLO XVII
El desarrollo del fórceps obstétrico fue el principal
avance de este siglo (Figura 1). La palabra fórceps se cree
que deriva de “Formas” que quiere decir “caliente” y “ca-
pere” que quiere decir “coger”. Así el nombre parece deri-
var de los instrumentos utilizados para manejar el hierro o
carbón caliente.
Hay muchos datos en los libros de historia de la utiliza-
ción de múltiples sistemas de tracción usados a lo largo de
los años para la extracción de fetos muertos. Pero posi-
blemente la primera mención de aplicación de un fórceps Figura 3. Lugar en que se descubrió el Forceps en el desván de
en un niño vivo es en 1554. la casa de los Chamberlain en WAX_HALL. Fotos que se venden
en Royal College de Londres.
El invento del fórceps se le atribuye a la familia Cham-
berlain (Figura 2). Pero hay datos en la antigüedad de la uti-
lización de fórceps rudimentarios con una articulación fija.
La utilización del fórceps se fue perdiendo hasta el siglo
XVII en que esta familia lo retomó e introdujo en su diseño
una articulación de las palas móvil que permitía introducir
cada pala por separado en la pelvis materna; éste fue el
gran invento de los Chamberlain. Esta familia de obstetras
ingleses durante varias generaciones y durante más de
100 años mantuvieron su invento del fórceps en secreto
(Figura 3). Para ello cuando eran llamados por un parto di-
fícil acudían con una gran sábana blanca y aplicaban el fór-
ceps (Figura 4). Así fue mantenido el secreto a lo largo de
los años.
Figura 2. Peter Chamberlain. Royal Collage Londres. Figura 4. Cuadro en la sede SEGO-Madrid.
3
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
SIGLO XIX
En este siglo el desarrollo de la Obstetricia y Ginecolo-
gía, que hasta este punto habían ido en paralelo, se sepa-
ran asistiendo a un gran avance en ginecología sobre todo
a nivel de cirugía como consecuencia de la introducción de
la anestesia. Las primeras histerectomías abdominales fue-
ron realizadas en 1843.
Recamier inventó la legra uterina haciendo así posible
la exploración de la cavidad del útero. La anestesia tam-
bién se introdujo en la práctica de la obstetricia pero no fue
socialmente aceptada hasta que John Snow de Londres
administró cloroformo durante el parto a la reina Victoria en
1853.
En este siglo se llevó a cabo la conquista de la fiebre
puerperal, enfermedad que mató a miles de mujeres; la
asepsia y la aparición de los antibióticos son las claves de
esta conquista. Debemos destacar a Felipe Semmelweis
(Figura 7) clave en el control de la infección. Nace en Buda
1818 y muere en Pest 1865 (Figura 8).
Figura 5. Exploración ginecológica. Cuadro sede SEGO-Madrid.
Semmelweis trabajaba en una clínica en Viena en la
que había dos pabellones de mujeres, uno era atendido
los mecanismos del parto y diseñó un método de extrac- por comadronas y el otro que era atendido por médicos y
ción para la cabeza última en las presentaciones de nalgas, estudiantes de medicina. En este último la fiebre puerpe-
lo que hoy conocemos como Maniobra de Mauriceau. Es- ral mataba a más mujeres. La muerte de un amigo cola-
taba claramente en contra de la operación de cesárea, tan borador tras la contaminación de una pequeña herida en
discutida en esa época. Se comienzan con las exploracio- la mano en la sala de autopsias con el cadáver de una mu-
nes ginecológicas (Figura 5).
jer que había muerto por fiebre puerperal, le hizo relacio-
La invención del microscopio durante este siglo per-
mitió conocer la anatomía desde otra perspectiva. Una
de las descripciones anatómicas más importantes en
ginecología fue la de Regnier de Graaf (1641-1673),
quien describió por primera vez los folículos y el cuerpo
lúteo en el ovario, también las arterias uterinas y el sis-
tema linfático del útero. Los partos, atendidos en la ma-
yoría de los casos por matronas eran domiciliarios (Fi-
gura 6).
Figura 6. Parto domiciliario. Cuadro sede SEGO-Madrid. Figura 7. Ignaz Philips Semmelweis.
4
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD. CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
5
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
6
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD. CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
Gabriel Alarcón y Casanova, unió a su condición de gi- Fargas Roca fue autodidacta. Influido por Claude Ber-
necólogo la de bibliófilo. Fue bibliotecario de la Facultad de nard, vio en la fisiología el pedestal que sostiene la clínica
Medicina de Madrid y de la Real Academia Nacional de médica y quirúrgica. Su segunda vocación fue la anatomía
Medicina. Publicó un Compendio de Patología Obstétrica normal y patológica. Conocedor de la obra de Pasteur y de
(1889) y, un año después, una notable monografía sobre Lister, abrazó sus postulados. Fisiología, anatomía patoló-
La patología gástrica de la gestación. gica y bacteriología, trípode en el que asentó toda su labor.
Andrés del Busto y López, catedrático de Obstetricia Artífice de la cirugía abdominal ginecológica, plasmó en
en la Facultad de Medicina de Madrid, mostró un inusita- su obra su experiencia, alcanzando alguno de sus trabajos
do interés por los estudios histológicos y la micrografía, la categoría de referencia obligada, dentro y fuera de Es-
influyendo decisivamente en la difusión del pensamiento paña. Los tres tomos de su Tratado de Ginecología, pri-
anatomopatológico. Cirujano y partero reputado, publicó mera edición en 1903, encierran el saber ginecológico del
un Curso de Obstetricia, en 1878, de exclusivo interés momento. Es sin duda, la obra ginecológica más impor-
docente. tante escrita en español hasta ese momento.
Antonio Gómez Torres, catedrático de Granada y lue- González y Gutiérrez se trasladó a París el año 1879,
go de Madrid, fue autor de un Tratado Teórico y Clínico de formándose con Gallard, Martineau, Depaul y Ribemont.
enfermedades de las mujeres (1881). Estudió histología y anatomía patológica con Ranvier. De
regreso a Madrid, fue nombrado jefe del laboratorio histo-
El madrileño Francisco Cortejarana y Aldebó (Figura 11)
lógico del Instituto de Técnica Operatoria (Instituto Rubio),
representó en esta “generación posibilitadora” a la medici-
desempeñando además la dirección del Servicio de Gine-
na ortodoxa, destacando su actitud beligerante con el lis-
cología.
terismo. Conservador atento a lo europeo, trasladó su ex-
periencia por esos países, su mejor aportación, junto al Cirujano de sólida formación, firme partidario de la ci-
decidido apoyo a hacer de la Ginecología una especiali- rugía antiséptica y aséptica, destacó en la cirugía vaginal.
dad. Su Manual de Partos (1871) es el último destacable Su formación como anatomopatólogo le permitió sentar
antes de la generalización de la antisepsia en España. una serie de principios básicos en cirugía ginecológica on-
cológica, recogidos en su discurso de ingreso en la Real
Los principales representantes de la “generación de
Academia Nacional de Medicina, el 13 de mayo de 1894,
sabios”, nacidos alrededor de 1850, fueron el catalán
Límites de la Cirugía radical en Ginecología, punto de refe-
Miguel Arcángel Fargas Roca y el santanderino Eugenio
rencia dentro y fuera del país. A su tesón se debe la crea-
Gutiérrez y González, los padres de la Ginecología cien-
ción del primer Instituto del Cáncer en España.
tífica española. Autores de obra original, dieron el salto
del meritorio “hablar de ciencia” al fundamental “hacer Como obstetra, destaca su labor en la prevención y
ciencia”. tratamiento de la fiebre puerperal, desde un planteamiento
etiológico bacteriano, como dejó de manifiesto en una im-
portante publicación, Patogenia y tratamiento de la fiebre
puerperal.
Formaron parte de esta generación Candela y Pla, Bo-
net i Amigo y Cospedal Tomé.
El valenciano Candela y Pla, catedrático de Obstetricia
en la Facultad de Medicina de Valencia, se ocupó de for-
ma especial del parto patológico. Defensor de la etiopato-
genia bacteriana de las enfermedades infecciosas, brindó
su casa a Ferrán cuando se instaló en Valencia durante la
epidemia de cólera que asoló la región. Fundó en Valencia,
en 1892, un importante Instituto Ginecológico privado.
El barcelonés Bonet i Amigo influyó decisivamente en el
tránsito de la asistencia tradicional al parto a la Obstetricia
científica. Su contribución más señera se refiere a la infec-
ción puerperal y al método antiséptico, tema de su discur-
so de ingreso en la Real Academia de Medicina de Barce-
lona, en 1885, Antisepsia puerperal. Once años después,
Figura 11. Francisco Cortejerana y Aldebó (1894). en la misma Corporación, constató el cambio radical que
7
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Figura 12. D. Federico Rubio y Galí. Los avances en los equipos, con la aparición de la son-
da vaginal, doppler color, 3D y 4D ha sido realmente es-
pectaculares mejorando la sensibilidad y especificidad de
supuso su incorporación a la Obstetricia, en su discurso los diagnósticos. Han aparecido nuevos marcadores de
Práctica ginecológica de antaño y hogaño. diagnóstico prenatal como la alfa feto proteína y PAPP_A.
Cospedal Tomé, natural de Valladolid, se formó en El embarazo ectópico puede ahora diagnosticarse pronto,
gracias a las sondas vaginales y a las determinaciones de
Francia, Suiza, Austria y Alemania, donde tomó conciencia
B hcg y tratarse de forma conservadora.
del cambio de rumbo científico europeo, que pasó de lo
francés a lo germánico. Su contribución fue decisiva para En Ginecología se dasarrolló la planificación familiar, en
consolidar la cirugía ginecológica, con aportaciones origi- la década de los 30 aparecieron los métodos naturales de
nales y rigurosas, recogidas en buena parte en su discur- planificación (Ogino, Knaus, Temperatura basal, Billings).
so en la Sociedad Ginecológica Española, el año 1894, Los métodos de barrera se han usado durante siglos pero
Consideraciones sobre la cirugía ginecológica. es en la década de los 30 con el desarrollo del látex cuan-
do alcanzan su auge. Los dispositivos intrauterinos estu-
No podemos dejar el siglo XIX sin hablar de Federico
vieron disponibles desde principios de siglo. La contracep-
Rubio y Galí (Figura 12) que fue un adelantado cirujano gi-
ción hormonal se basó en el descubrimiento de los
necológico con amplio dominio de las técnicas quirúrgicas
estrógenos (Edrar Allen y Edward Doisey en 1923) y de la
del ovario y útero siendo de los primeros en realizar histe-
progesterona (George Corner, Willard Allen y Walter Bluer
rectomía abdominal total (1861), además de encargarse de
en 1928). La primera píldora contraceptiva se comercializó
la sección de Ginecología de la recién nacida Sociedad gi- en Estados unidos en 1960. Desde entonces hasta ahora
necológica Española han ido continuamente mejorando disminuyendo las dosis,
ampliando las vias de administración, tornándose más
efectivas y seguras.
SIGLO XX –XXI–
La oncología ginecológica adquiere como nueva arma
Los avances de la Obstetricia y Ginecología durante en su lucha contra el cáncer los fármacos citostáticos; has-
este siglo han sobrepasado a todos los de las eras previas. ta 1946 las formas de tratamiento del cáncer habían sido
En Obstetricia se introdujeron los cuidados prenatales, la cirugía y la radioterapia. Se mejoran las técnicas quirur-
así como la identificación de la patología prenatal y en par- gicas y se amplia el horizonte etario intervencionista ope-
ticular el diagnóstico de la preeclampsia que consiguió dis- rándose mujeres que en otra época habríamos rechazado.
minuir de forma importante la mortalidad materna. Comen- Surge una ginecología geriátrica.
zó una tendencia gradual a la asistencia hospitalaria al El conocimiento de los cambios hormonales durante el
parto, se empezaron a desarrollar distintas técnicas para ciclo menstrual, las enfermedades venéreas y el estudio de
inducir el parto, aparece la monitorización fetal electrónica la esterilidad son otros de los grandes avances. No es el,
8
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD. CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
sitio para enumerar los avances en el campo del la fertliza- admite actualmente el EBCOG). Básicamente se ocupa de
ción in vitro, microinyección espermática, congelación de toda la anatomía, fisiología y patología benigna y maligna
embriones, diagnóstico preimplantacional. La congelación del aparato genital femenino y la mama
de oocitos puede perfeccionarse en este 2007.
Apliquemos un concepto más o menos amplio o res-
El suelo pélvico también ha tenido un avance conside- tringido, lo que resulta indudable es el enorme progreso
rable tanto diagnóstico como terapéutico, Las nueva ma- que ha experimentado nuestra especialidad en los últimos
llas y técnicas de suspensión aseguran éxito incluso en los años. Si durante muchos años la Obstetricia fue conside-
casos más rebeldes. rada como una especialidad poco científica de la medicina
ahora podemos afirmar que uno de los problemas de la
Las técnicas endoscópicas tuvieron alguna importancia
Obstetricia y Ginecología consiste en su inabarcabilidad
a principios de siglo pero a partir de los años 60 la intro-
que comienza a obligar a decantarse por una rama si se
ducción de instrumentos modificados y la iluminación con
quiere dominar Nuestra especialidad ha evolucionado más
fuente de luz fría han llevado a un resurgimiento de la lapa-
en los últimos años que en el resto de los siglos pretéritos.
roscopia que continúa su expansión y ha llevado sus limi-
tes de actuación a casi todo el territorio ginecológico ex- Al ser nuestra materia ahora tan amplia, que reciente-
cluido el cáncer de ovario. Es de prever que todas las mente desde la Comisión Nacional hemos solicitado la am-
intervenciones se realicen en un futuro de forma laparos- pliación a cinco años del periodo de formación del resi-
cópica ayudados de los robots que empiezan a aparecer dente en Obstetricia y Ginecología. La petición no ha sido
en el mercado. aceptada pero deberá serlo tarde o temprano habida
cuenta de que así es en los paises de la unión Europea.
9
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
minares un notable avance. Nuestra Sociedad ya elabora- Las relaciones de nuestra especialidad con la legislatu-
do un documento de consenso sobre ellas. Una conducta ra y judicatura no acaban ahí, sino que son cada vez más
adecuada en medicina fetal tiene que incluir la educación complejas. Modelan nuestras actuaciones, hasta tal punto
maternal necesaria para que la madre sea consciente de de que estamos en riesgo de perder la tocurgia clásica, en
que su conducta durante el embarazo es susceptible de in- favor de la cesárea más fácil de realizar y menos proble-
fluir sobre el desarrollo del feto. mática. Si se ha realizado esta, los jueces no pueden asir-
se a la malhadada sentencia “Condenado por no haber re-
Pero nuestra actuación tiene límites: científicos, éticos,
alizado una cesárea que hubiera evitado los daños”
sociales, laborales y jurídicos. Se ha creado una demanda
creciente de servicios de salud y los cambios científicos y Asertos de este tipo emanados desde los juzgados
tecnológicos obligan a la búsqueda no siempre fácil de una amenazan seriamente a la Obstetricia y el numero de ce-
dimensión cultural y ética capaz de propiciar el éxito en la sáreas sigue aumentando como lo demuestra las últimas
elección. El imparable avance de la tecnología requiere ca- estadísticas perinatales de la SEGO del 2006. Operar cán-
da vez medios más sofisticados de actuación. La profusión ceres ginecológicos que requiere intervenciones arriesga-
científica conduce a la elaboración de complejos índices, das, ya no es una labor segura y pocos se adentran en ese
Nuestra Sociedad tiene editado los más significativos índi- campo. A los residentes que se inician en nuestra especia-
ces prenatales y postnatales y ginecológicos. Regular su lidad hay que enseñarles que es muy probable que a lo lar-
utilidad, su necesidad y su rentabilidad es una necesidad go de su carrera se vean inmerso en alguna demanda. Es
insoslayable y empezar por instaurar unos pocos en todo lo más probable. Deben de prepararse para ello. Forma
el territorio Nacional. Ahí ya debería influir la administración, parte del lote, La “medicina defensiva” puede conducir la
porque la SEGO no tiene capacidad impositiva, pero eso práctica obstétricoginecológica al absurdo en menoscabo
es ya harina de otro costal. Con la política y las Autonomí- de la salud de las pacientes. El “Consentimiento Informa-
as hemos topado. do” es, acorde a la Ley de Autonomía de l paciente, im-
prescindible hoy día para realizar cualquier intervención y
Lo científico, por otra parte, se imbrica profundamente sustituye el antiguo principio de la beneficencia por el de
con las limitaciones éticas. Los ensayos clínicos, el diag- Autonomía del paciente. Nos vemos abocados a una nue-
nóstico prenatal, la reproducción asistida y el derecho a va forma de ejercer la Medicina y habrá que acostumbrar-
morir tienen connotaciones muy problemáticas que justifi- se a los criterios que rigen las nuevas relaciones entre mé-
can cada una por si solas, la existencia de un Comité de dico y paciente. La reserva en el pronóstico, no se puede
ética en nuestra SEGO. En todos los casos se enfrentan asegurar nunca un buen resultado y el incremento de las
dos tipos de principios: por un lado el derecho de la per- explicaciones, detalladas claras según la ley, puede llevar
sona a tomar sus propias decisiones individualmente y sin al, uso continuo del consentimiento informado. Esto impli-
coacciones externas y por otro el derecho de cada socie- ca más tiempo y dinero
dad a proteger la vida humana. Pero no cabe duda que
mientras no se controle todos y cada uno de los aspectos Empujada por la necesidad de utilizar los medios técni-
de los procesos de diagnóstico y de tratamiento, seguirán cos necesarios para el cumplimiento de sus fines, con im-
produciéndose situaciones de controversia en las que la periosa necesidad de especialización en pequeñas parce-
toma de decisiones va a quedar supeditada a la justa elec- las de su actividad, la Medicina grupal ha sustituido a la
ción del médico. Un ejemplo son las técnicas de repro- individual, y las relaciones de confianza entre médico y pa-
ducción asistida: diversos estudios demuestran que en so- ciente han desaparecido para ser sustituidas por las deri-
ciedades industriales del mundo occidental de un 15 a vadas de un mero nexo contractual.
20% de las parejas tienen dificultades para concebir un hi- Nuestra Sociedad de Ginecología creó en su momento
jo sin ayuda médica; aunque la OMS reconoció que la es- unos documentos, los Protocolos, de indiscutible ayuda
terilidad involuntaria era una enfermedad, existen todavía para los ginecólogos y el tiempo ha demostrado que tam-
organismos que no lo consideran así y para los que se les bién para los juristas. Han quedado sancionadas por el
hace difícil entender que ayudar a la reproducción de estas uso. Numerosas recomendaciones que se dieron en aque-
parejas no es manipular la naturaleza, sino optimizar su ca- llos protocolos (tres ecografías durante el embarazo, nu-
pacidad natural de fertilidad. Pero hay límites. Reciente- mero de visitas gestacionales, analíticas a pedir en cada
mente hemos visto en España el caso del nacimiento de un una, etc., han quedado convertidas in factum en ley. Si el
niño en una madre de 67 años. Aunque técnicamente po- médico no cumplió todas las recomendaciones escritas,
sible, y legalmente contemplable, dudosamente puede ob- difícilmente saldrá indemne de un proceso judicial. Sim
tener el respaldo ético y de la razón. Eso sin adentrarnos embargo el reverso no se cumple. Aun que actuar acorde
en la clonación, hibridación o manipulación genética que a protocolo es siempre una garantía, tenemos numerosos
debe ser escrupulosamente legislado. ejemplos en nuestra jurisprudencia actual en que proceder
10
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE ADVENIMIENTO DE LA ESPECIALIDAD. CONCEPTO ACTUAL DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
“según arte” no ha evitado el tener que pagar cuantiosas desarrollados como subdesarrollados. Los supuestos
indemnizaciones inhabilitación y cárcel. Sigue prevalecien- avances en los métodos diagnósticos y terapéuticos de-
do el principio pro damnato. Parece razonable que el re- ben ser sometidos a rigurosos ensayos antes de su intro-
cién nacido seriamente inhabilitado reciba ayudas, pero no ducción en la práctica clínica. Es de esperar que el interés
es justo que las cargas recaigan sistemáticamente sobre creciente de los obstetras y ginecólogos en las auditorías
los obstetras que hasta ahora hemos pagado siempre la médicas y el intento de satisfacer al paciente, convencerán
factura de los platos rotos con culpa o sin ella. Esto preci- a la opinión pública de la humanidad subyacente, los altos
sa de pronto arreglo o acabaremos con la obstetricia. Las ideales y las actitudes de interés y cuidado de todo aquél
soluciones son difíciles y a veces se propugnan medidas que se casa con esa noble profesión.
que nos hubieran parecido disparatadas hace unos pocos
años.
La evolución se ve definida por todos estos factores, LECTURAS RECOMENDADAS
configurándola por un camino diferente hasta el que ahora De Miguel Sesmero JR. Hitos históricos de la obstetricia desde la
había seguido. Edad media hasta el siglo XIX (1ª parte). Toko-Gin Práct
1995; 54: 38-46.
La ginecología en un futuro próximo será una especia-
De Miguel Sesmero JR. Hitos históricos de la obstetricia desde la
lidad de mujeres para tratar mujeres. Durante casi toda la
Edad media hasta el siglo XIX (2ª parte). Toko-Gin Práct
historia de la humanidad, el parto estuvo en manos de ellas 1995; 54: 86-95.
mismas. Se ayudaron unas a otras al nacimiento de los hi-
Gonzalez Navarro Historia de la Obstetricia y Ginecología Espa-
jos desde tiempos inmemoriales. Es probable que la “in- ñola Tomo I. Madrid 2006
vención” por Chamberlain del fórceps marcara el comien- Hernández Alcántara A. El consentimiento informado. Actualidad
zo de la presencia del hombre en el parto. Su carácter Obstétrico Ginecológica 1995; 7: 9-60.
perecedero en el tiempo parece llegar ya a su fin puesto López Piñero JM. Saber y práctica en la medicina científica mo-
que actualmente más del noventa por ciento de los resi- derna: Historia de la medicina. Edited by Historia 16. Madrid,
dentes que acceden a la formación en nuestro país son 1990, pp. 50-53.
mujeres. El ginecólogo varón comienza a ser un avis raris y O’Dowd MJ, Felipe EE. The History of Obstetrics and Gynaeco-
tiene visado de especie a extinguir. logy. Edited by Parthenon Publishing Group. Casterton Hall,
Carnfort Lancs, 1994.
Los tiempos nuevos requieren adecuaciones oportu-
Ordás J. Nuevas tecnologías en Ginecología y problemas éticos.
nas, para ello es preciso que el obstetra no abandone dos Actualidad Obstétrico Ginecológica 1995; 7: 113-114.
comportamientos capitales: 1) el que se basa en principios
S.E.G.O. Protocolos asistenciales en Ginecología y Obstetricia.
éticos insoslayables y en que la primera satisfacción del Tomo I: Obstetricia: Medicina materno-fetal. Tomo II: Gineco-
profesional es sentirse satisfecho con su propia concien- logía: ginecología general, endocrinología reproductiva y es-
cia, y 2) el que permite conquistar la confianza de aquellas terilidad, oncología ginecológica. Ed. Comunicación y Servi-
mujeres que tratamos con paciencia y profesionalidad. cio. 1994. Madrid.
S.E.G.O. Protocolos de procedimientos diagnósticos y terapéuti-
Recibimos y buscamos con esperanza solucionar las
cos. Tomo III: Ginecología: ginecología general, endocrinolo-
patologías clásicas y las nuevas con un enfoque más obje- gía reproductiva y esterilidad, oncología ginecológica. Tomo
tivo, científico y humano, pero también lo queremos menos IV: Obstetricia: Medicina materno-fetal. Ed. Comunicación y
judicializado y egoísta, sometido a la aprobación de la gran Servicio. 1995. Madrid.
mayoría, que no impida continuar el progreso y la labor Usandizaga Beguiristain JA. Ética, legalidad y realidad de la asis-
propia del médico en general y del obstetra y ginecólogo tencia perinatal. Anales Españoles de Pediatría 1995; supl.
en particular. 73: S121-122.
Usandizaga Beguiristain JA. Problemas judiciales en el ejercicio
Es imprevisible predecir el futuro, aunque es probable de la especialidad. Prog Obst Gin 1995; 38 (supl. 1): S154-
que el progreso continúe. Las sociedades, los gobiernos y 156.
los profesionales sanitarios deben entre todos determinar Usandizaga JA. Responsabilidad penal y responsabilidad civil: la
cuáles son los métodos para convivir reduciendo al mínimo difícil coyuntura de una profesión “judicializada”. Actualidad
los conflictos y morbilidad existente tanto en los países Obstétrico a.
11
Capítulo 2
MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA
PARA RESIDENTES DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGIA
Royo P, Alcázar JL
13
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Localización de las mejores evidencias para Internet es, sin duda, la primera estación de consulta
responder esa pregunta concreta bibliográfica en nuestro medio, con un marcado predo-
minio anglosajón. Debido a su gran extensión y la
Para buscar las mejores evidencias disponibles que complejidad de su estructura es fundamental el uso
respondan nuestra pregunta, debemos tener en cuenta adecuado de los operadores booleanos (AND, OR,
dos aspectos importantes: NOT...) y de los términos MeSH para una correcta re-
– El tipo o tipos de estudio a consultar que mejor se copilación de la información requerida.
adapta para responder a nuestra pregunta. – EMBASE (la base de datos correspondiente a Excerp-
– Dónde y cómo consultar estos estudios, las fuentes ta Médica, con numerosas citas en otros idiomas dife-
que debemos consultar. rentes al inglés) y LILACS (es la base de datos del La-
tin American and Caribbean of Informatics in Health
No todos los estudios valen para responder las mismas Sciences, creada con la finalidad de compilación y di-
preguntas. Cada tipo de estudio tiene una finalidad y unas fusión de literatura científica médica procedente de es-
limitaciones que debemos conocer en cuanto buscamos la tas áreas geográficas y generalmente no incluida en
mejor evidencia disponible. Si nos centramos en el ámbito otras bases de datos internacionales).
del diagnóstico, la pregunta que nos haríamos podría ser
“¿Qué prueba es mejor, A o B, para detectar una determi- • BASES DE DATOS “PRECRITICADAS”. Según
nada enfermedad? o bien ¿Para detectar esa enfermedad Montaño y Rivas, aquellas fuentes de información de alta
debería solicitar la prueba A o mejor la B?”. En estos casos calidad sobre la efectividad de las intervenciones clínicas,
el mejor tipo de estudio para consultar es el correspon- son clasificadas en cuatro apartados:
diente a los llamados estudios transversales. Si quisiéra- a) Guías de Práctica Clínica Basadas en la Evidencia
mos valorar las consecuencias de una exposición, por (GPCBE), elaboradas de forma sistemática para ase-
ejemplo de un grupo de personas a una sustancia, o inter- sorar a médicos y pacientes en la toma de decisiones
pretar los resultados de una nueva prueba a un conjunto acerca de la atención más adecuada en circunstancias
de pacientes deberíamos acudir a diseños del tipo caso- clínicas concretas. Veánse las elaboradas por: Cana-
control o estudios de cohorte. También podemos pregun- dian Task Force on Preventive Health Care, US Pre-
tarnos: ¿Qué tratamiento de los disponibles hoy día para ventive Services Task Force, Scottish Intercollegiate
una determinada enfermedad es el mejor para esta pa- Guidelines Network (SIGN), National Institute of Clinical
ciente?, ¿Es mejor el tratamiento A o el B para ella?, ¿ Pue- Excellence (NICE), New Zealend Guidelines Network
de evitarle el tratamiento A la enfermedad?. En estos ca- (NZGG), National Health and Medical Research Coun-
sos, los mejores diseños para consultar son los ensayos cil (NHMRC).
clínicos randomizados o bien revisiones sistemáticas de los
mismos. En el ámbito del pronóstico, los estudios de co- b) Informes y textos basados en la evidencia (IBE), se
horte nos pueden responder bien a preguntas del tipo: ¿La trata de documentos que revisan de forma sistemática
exposición a la sustancia X, incrementa el riesgo de tener un determinado tema. Se diferencian fundamentalmen-
la enfermedad V?, ¿Cuál es la probabilidad de morir (en- te de las RS (ver apartado C.) en que responden a más
fermar, recurrir,…) si esta presente el factor de riesgo Z? de una pregunta, y de las GPCBE en que se centran en
En términos de evaluación económica, acudiremos a los la síntesis de la evidencia sin recomendar cursos de ac-
análisis coste-beneficio, coste-efectividad o coste-utilidad, ción concretos. Podemos encontrarlos en los Agency
entre otros. for Healthcare Research and Quality (AHRQ) Evidence
Reports y en Clinical Evidence.
Una vez sabemos qué tipo de estudio buscar para res-
ponder a nuestra pregunta, debemos encontrarlo en las c) Revisiones Sistemáticas e Informes de Evaluación
fuentes. Internet y las bases de datos, prácticamente la de Tecnologías Sanitarias (RS/IETS). Las RS son el
mayoría online, son nuestra principal fuente de conoci- resultado de aplicar una metodología formal y explícita
mientos actualizados: para localizar, seleccionar, analizar y sintetizar los re-
sultados de las investigaciones sobre una determinada
• BASES DE DATOS GENERALES. Contienen todo
cuestión. Responden a la necesidad de contar con sín-
tipo de estudios (pudiendo acotar los que queremos bus-
tesis no sesgadas toda la evidencia relevante sobre un
car), y sirven bien para búsquedas concretas (originales) o
tema. Los IETS, utilizan como base central las RS, pe-
para hacerse una idea del “background” existente sobre la
ro incorporan otros elementos vinculados a decisiones
cuestión que intentamos responder.
específicas, aplicables a un sistema sanitario concreto,
– MEDLINE. La base de datos de la US Nacional Library como análisis de necesidades, utilización y variabilidad
of Medicine, accesible libremente mediante PubMed en de servicios y evaluaciones económicas. A este grupo
14
MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA PARA RESIDENTES DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
pertenecen The Cochrane Library, Internacional Net- Si definitivamente el estudio es válido, nos fijaremos a
work of Agencies of Health Technology Assesment (IN- continuación en los resultados. La “utilidad” que nos pro-
ATHA) y Database of Abstracts of Rewiews os Effecti- porcionan éstos debemos testearla conforme a las exigen-
veness (sólo las revisiones sistemáticas evaluadas). cias bioestadísticas que The Evidence Based Medicine
d) Resúmenes Estructurados de Documentos Filtra- Working Group propone en sus guías. El residente de gi-
dos (REDF), los REDF son resúmenes estructurados necología debe manejar con soltura los conceptos de
de estudios primarios o de los diferentes tipos de do- magnitud y precisión estadísticas, el valor de p, los interva-
cumentos mencionados anteriormente (GPCBE, IBE, los de confianza, los errores alfa y beta…, fundamentales
RS, IETS) que previamente han sido sometidos a un para calibrar la aplicabilidad clínica de los resultados con-
doble filtro: la importancia clínica de los resultados que sultados.
comunican y la credibilidad de de los mismos (validez El proceso de evaluación crítica y apreciación de la
de la metodología utilizada para alcanzar dichos resul- evidencia es costoso y requiere formación y práctica, que
tados). Revistas como ACP Journal Club, Bandolier, debe irse adquiriendo paulatinamente, desde las faculta-
Evidence Based Medicine, EB Obstetrics and Gynae- des de medicina y creciendo a lo largo de toda nuestra ca-
cology..., o Servicios de Respuestas (CCE, ATTRACT, rrera profesional, dado que no es una concepción estáti-
etc.). ca de la medicina, si no que permanece en constante
evolución. No obstante, para facilitar esta tarea existen,
Valoración y evaluación crítica de la entre otros, los denominados “niveles de evidencia y de
evidencia. Determinar la validez y utilidad fuerza de recomendación” publicados por el US Preventi-
de los resultados para nuestra necesidad ve Services Task Force, usando la metodología adaptada
del Canadian Task Force on Preventive Health Care. Este
A pesar de la gran proliferación de artículos, pocos son organismo esta constituido por un grupo de expertos no
relevantes o presentan una metodología rigurosa, por tan- gubernamentales de diferentes especialidades como Me-
to la estimación crítica de la validez, utilidad y aplicabilidad dicina de familia, Medicina interna, Obstetricia y Ginecolo-
clínica de sus resultados es fundamental: es el paso don- gía, Pediatría y Medicina Preventiva, todos con el aborda-
de decidimos si la literatura seleccionada nos puede ayu- je crítico de la investigación clínica. La Task Force hizo
dar o no a responder la pregunta que nos realizamos al recomendaciones basadas estrictamente en evidencias
principio, antes de aplicar los resultados a nuestros pa- científicas de eficacia y no en opiniones de expertos o en
cientes. Para realizar esta tarea, contamos con la ayuda de la práctica clínica prevaleciente y clasificó en forma des-
guías de lectura crítica elaboradas por The Evidence Based cendente la jerarquía de la evidencia y de la fuerza de la
Medicine Working Group, y publicadas en la revista JAMA
recomendación.
(The Journal of the American Medical Association).
Usando esta gradación la ACOG (American College of
La evaluación de la validez (interna) revela la calidad y
Obstetricians and Gynaecologists) evalúa la evidencia y re-
la presencia de sesgos en el estudio que estamos consul-
comendación de sus guías de práctica clínica. Actualmen-
tando. Existen una serie de ítems para esta evaluación en
te muchos artículos disponibles ya proporcionan esta in-
función del tipo de diseño de estudio. Por ejemplo, para
formación en su texto original, siendo muy útil para el
estudios que versen sobre prevención, pronóstico o trata-
residente de ginecología, tanto por el ahorro de tiempo que
miento, se consideran válidos aquellos en los que se cuen-
supone esta información a priori como por la confiabilidad
te con un seguimiento de al menos el 80%, o bien, en los
que se deposita en el contenido del texto:
referentes a diagnóstico, se considera que la existencia de
un “gold standard”, para comparar otra prueba, es im- – Nivel I. Evidencia obtenida de por lo menos un ensayo
prescindible así como la evaluación de resultados, al me- clínico bien diseñado y adecuadamente distribuido en
nos, por doble ciego. Así podemos configurar una valora- forma aleatoria.
ción global de la validez interna y decidir si seguimos
– Nivel II-1. Evidencia obtenida de un ensayo clínico bien
contando o no con la información que nos proporciona el
diseñado sin distribución aleatoria.
estudio.
– Nivel II-2. Evidencia obtenida de un estudio de casos
Todos estos ítems están compilados en las denomina-
y controles o de cohorte bien diseñados, preferente-
das “planillas de lectura crítica” que recogen una lista de
mente de más de un centro o grupo de investigación.
preguntas a través de las cuales podemos cuantificar la
calidad de cada tipo de estudio. En Internet podemos en- – Nivel II-3. Evidencia obtenida de un estudio transver-
contrar algunas de las usadas en nuestro medio como son sal. Los estudios de investigación no controlados tam-
las de CASPE y SIGN50. bién podrían considerarse dentro de este nivel.
15
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
– Nivel III. Opiniones de autoridades respetadas con ba- fortaleza de sus recomendaciones y el nivel de evidencia de
se en la experiencia clínica, estudios descriptivos e in- las referencias bibliográficas de los boletines, diferenciando
forme de casos o de comités de expertos. los referentes a obstetricia y a ginecología. De los 55 bole-
tines revisados, se obtuvieron 438 recomendaciones, de las
La mejor evidencia es el nivel I que proviene de por lo
cuales el 29% fueron nivel A, el 33% nivel B y el 38% nivel
menos un ensayo clínico aleatorio y así sucesivamente.
C. De las 3953 citas bibliográficas de los boletines, el 17%
Los meta-análisis y revisiones sistemáticas se clasifican fueron nivel I, el 46% nivel II y el 34% nivel III. Además se re-
de acuerdo a la calidad de los estudios en los cuales los vela un dato diferencial importante: las recomendaciones
análisis fueron basados; por ejemplo, grado I si el meta- nivel A fueron significativamente mayores en los boletines
análisis agrupó adecuadamente estudios controlados ale- relativos a ginecología (23) que a obstetricia (32), respecti-
atorios. vamente un 37% frente a un 23% y odds ratio de 1.95 con
La fortaleza de la recomendación de la evidencia para intervalo de confianza al 95% de 1.28, 2.96. Las recomen-
o en contra de las intervenciones preventivas las clasifica daciones nivel B y C fueron similares en ambas áreas. Una
de la siguiente manera: de las explicaciones que el autor desarrolla en el estudio
alude a la mayor facilidad de realización de ensayos clínicos
a) Existe buena evidencia para apoyar la recomendación. aleatorizados en pacientes no embarazadas.
b) Existe poca evidencia para apoyar la recomendación. Aamir Khan et al., publicaron otro estudio, también en
c) Existe evidencia insuficiente para apoyar la recomen- marzo de 2006, dónde analizaron las tasas de evidencia en
dación. la asistencia obstétrico-ginecológica de un hospital tercia-
rio británico. La muestra de sujetos a estudio fue de 325
d) Existe poca evidencia para excluir la recomendación.
pacientes ingresados, recogidos prospectivamente entre
e) Existe buena evidencia para excluir el procedimiento o 1998 y 1999. Se recopilaron los principales procedimien-
recomendación. tos diagnósticos o de intervención al que fue sometido ca-
da paciente ingresado y posteriormente, varios revisores
Aplicación de los resultados de esa se encargaron de buscar la mejor evidencia disponible pa-
ra cada procedimiento, clasificándola en tres grados:
valoración a nuestra práctica clínica diaria
A) Cuidados basados en ensayos clínicos aleatorizados.
No debemos perder de vista que en medicina lo principal
es el paciente, el paciente individualizado. La consideración B) Cuidados basados en estudios prospectivos de cohor-
global de todas las circunstancias que rodean al paciente es te no randomizados, estudios grandes comparativos
necesaria para obtener el beneficio del mismo. La experiencia de tipo retrospectivo y estudios metodológicamente
clínica, las expectativas y preferencias de ese paciente nunca correctos basados en investigación básica o biológica
deben ser sustituidas por “un valor de p favorable”. La MBE dónde los ensayos clínicos controlados eran innecesa-
es un arma mas que debemos integrar en el “arte” que supo- rios o no éticos.
ne una buena práctica clínica. y solamente en estas condicio- C) Cuidados sin base de evidencia consistente.
nes la validez interna de los estudios proporciona una validez
externa, es decir, una aplicabilidad clínica a los resultados. De las 325 admisiones, 135 (42%) recibió cuidados
grado A, 157 (48%) grado B y 33(10%) grado C. El estudio
termina concluyendo que el 90% de la actividad obstétrico
¿PRACTICAMOS OBSTETRICIA ginecológica proporcionada se basa en una evidencia sus-
tancial. Además hace referencia a otros estudios del mis-
Y GINECOLOGIA BASADA mo tipo realizados para otras especialidades médicas, os-
EN LA EVIDENCIA? cilando la asistencia basada en la evidencia desde un 77%
en cirugía torácica hasta un 97% en anestesiología.
¿Se realiza una práctica de la Obstetricia y Ginecología
basada en la evidencia?. ¿Qué actuaciones son las más y
menos “evidenciadas”? A continuación, exponemos algu-
nas de las respuestas encontradas en la literatura.
LECTURAS RECOMENDADAS
Abalos E, Carroli G, Mackey ME. The tools and techniques of evi-
En un estudio publicado en el American Journal of Obs-
dence-based medicine. Best Pract Res Clin Obstet Gynaecol.
tetrics and Gynecology en marzo de 2006, se revisaron los 2005; 19(1): 15-26.
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metodología propuesta por el US Preventive Services Task bas (Evidence-based Medicine). JANO (EMC) 1997; LIII
Force, entre los años 1998 y 2004, analizando el grado de (1218): 71-72.
16
MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA PARA RESIDENTES DE OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
Chauhan SP, Berghella V, Sanderson M, Magann EF, Morrison Motaño Barrientos A, Rivas Agüayo MD. Algunas consideracio-
JC. American College of Obstetricians and Gynecologists nes sobre la aplicabilidad de la MBE y la toma racional de de-
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17
Capítulo 3
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
Martinez García MT, Iniesta Doñate MD, Usandizaga Elio R
19
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
20
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
razones de interés público o con motivo de la asisten- En España existe desde 1985 (Ley Orgánica 9/1985,
cia sanitaria. de 5 de julio 1985 que modifica el artículo 417 bis del Có-
digo Penal) una ley que permite la despenalización del
6. Todo profesional que interviene en la actividad asisten-
aborto en tres circunstancias:
cial está obligado no sólo a la correcta prestación de
sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de «1. No será punible el aborto practicado por un médico, o
información y de documentación clínica, y al respeto de bajo su dirección, en centro o establecimiento sanita-
las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el rio, público o privado, acreditado y con consentimiento
paciente. expreso de la mujer embarazada, cuando concurra al-
guna de las circunstancias siguientes:
7. La persona que elabore o tenga acceso a la informa-
ción y la documentación clínica está obligada a guardar 1.ª Que sea necesario para evitar un grave peligro pa-
la reserva debida.” ra la vida o la salud física o psíquica de la emba-
razada y así conste en un dictamen emitido con
Esta ley, en su artículo 3 define el Consentimiento In- anterioridad a la intervención por un médico de la
formado como “la conformidad libre, voluntaria y conscien- especialidad correspondiente, distinto de aquél
te de un paciente, manifestada en el pleno uso de sus fa- por quien o bajo cuya dirección se practique el
cultades después de recibir la información adecuada, para aborto. En caso de urgencia por riesgo vital para
que tenga lugar una actuación que afecta a su salud”. la gestante, podrá prescindirse del dictamen y del
También se recoge que el consentimiento será verbal por consentimiento expreso.
regla general; sin embargo, se prestará por escrito en los 2.ª Que el embarazo sea consecuencia de un hecho
casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos constitutivo de delito de violación del artículo 429,
diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplica- siempre que el aborto se practique dentro de las
ción de procedimientos que suponen riesgos o inconve- doce primeras semanas de gestación y que el
nientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre mencionado hecho hubiese sido denunciado.
la salud del paciente. El paciente podrá revocar libremente
3.ª Que se presuma que el feto habrá de nacer con
por escrito su consentimiento en cualquier momento.
graves taras físicas o psíquicas, siempre que el
aborto se practique dentro de las veintidós prime-
ras semanas de gestación y que el dictamen, ex-
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA presado con anterioridad a la práctica del aborto,
La Bioética debe estar presente en todas las especiali- sea emitido por dos especialistas del centro o es-
dades médicas, pero es la Obstetricia y Ginecología una tablecimiento sanitario, público o privado, acredi-
de la que más problemas puede plantear; esto es debido tado al efecto, y distintos de aquél por quien o ba-
a que su ámbito de actuación se centra en gran medida en jo cuya dirección se practique el aborto.
los procesos biológicos del principio y fin de la vida. A con- 2. En los casos previstos en el número anterior, no será
tinuación vamos a repasar algunos de los aspectos que punible la conducta de la embarazada aún cuando la
más problemas nos pueden plantear en la práctica diaria. práctica del aborto no se realice en un centro o esta-
Nuestra intención no puede ser dar soluciones definitivas, blecimiento público o privado acreditado o no se hayan
sino plantear los aspectos conflictivos y las distintas ten- emitido los dictámenes médicos exigidos.»
dencias enfrentadas. En los casos en los que exista una ley
De estas tres circunstancias, la relacionada con la sa-
que regule los modos de actuación, expondremos los artí-
lud materna es la que acoge a la inmensa mayoría de IVEs
culos fundamentales, con algunos comentarios cuando
en España. El hecho de incluir criterios tan amplios como
parezca pertinente.
salud física o psíquica de la embarazada, permite una in-
terpretación muy laxa y discutible. La introducción de la
Interrupción voluntaria del embarazo (IVE) “salud psíquica” como causa de despenalización plantea la
El aborto se define como la interrupción del embarazo, dificultad de precisar qué es la “salud psíquica” y cuando
espontánea o provocada, antes de que el feto alcance la se pone en peligro.
viabilidad, estimada hoy en día alrededor de la semana 22. La posibilidad de IVE por malformación fetal es, asimis-
Las posturas éticas frente a la interrupción voluntaria del mo, un arma de doble filo. No hay que olvidar que, a pesar
embarazo son muy variadas. Existen opiniones que van de los grandes avances en el diagnóstico prenatal, tanto
desde el rechazo absoluto hasta la aceptación bajo cual- mediante marcadores ecográficos (ecografía de alta reso-
quier circunstancia, así como situaciones intermedias en lución) como mediante técnicas invasivas, no siempre so-
las que es aceptado sólo en determinados casos. mos capaces de identificar las malformaciones o incluso el
21
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
diagnóstico de éstas es tardío. Existen determinados ha- eficacia de la AE en situaciones potencialmente conflicti-
llazgos ecográficos altamente sugestivos de malformación, vas, como son la agresión sexual o el uso de fármacos te-
mientras que otros son meros signos de sospecha. Por ratógenos en el momento de la relación sexual desprotegi-
otra parte es necesario tener en cuenta la repercusión que da.
dicha malformación tendrá en el neonato así como la gra-
El componente farmacológico para la AE aprobado en
vedad de la misma.
España es el levonorgestrel. Actúa mediante diferentes
Con respecto a las técnicas invasivas convendría pre- mecanismos como son: impedir la ovulación, producir
cisar que en determinados casos no sabemos la repercu- cambios en el endometrio que impidan la implantación y
sión de algunas alteraciones cromosómicas sobre el des- por último dificultar el paso de los espermatozoides por al-
arrollo de un ser humano, como por ejemplo, las teraciones en el moco cervical.
traslocaciones balanceadas.
El problema ético de la AE radica en decidir el momen-
La importancia de cada malformación depende del va- to a partir del cual se considera al embrión un ser humano:
lor relativo que le den los padres y de la información que antes o después de la implantación. Algunos autores apo-
reciban por parte de los profesionales. Es evidente que el yan que la vida humana empieza con el embarazo y éste
diagnóstico prenatal de muchas malformaciones, como con la implantación del embrión en el útero, y por lo tanto,
por ejemplo la aquiria (ausencia de mano) puede ser moti- cualquier manipulación antes de la implantación es ética-
vo de aborto para una pareja mientras que para otra no. mente admisible, pues no se estaría actuando sobre un ser
Otra situación éticamente conflictiva es la embriorre- humano en desarrollo, sino sobre lo que ellos denominan
ducción en los casos de gestaciones múltiples, cuando un preembrión.
uno de los fetos presenta una malformación, o bien para Por otra parte, es preciso hacer mención a la posibili-
disminuir los riesgos, o por el deseo de los padres de que dad de objeción de conciencia tanto por parte del ginecó-
sea una gestación única. logo como del farmacéutico.
Finalmente, nunca hay que olvidar el derecho del médi-
co a la objeción de conciencia, ante la práctica o colabo- Gestaciones pretérmino/viabilidad
ración en un aborto, aunque éste sea legal.
En los últimos años, debido a cambios epidemiológi-
cos, como por ejemplo la mayor edad de las mujeres en el
Consejo genético momento de la gestación, su actividad laboral o el des-
La OMS define el consejo genético como un servicio de arrollo de las técnicas de reproducción asistida con el au-
salud individual o familiar orientado a facilitar las decisiones mento del número de embarazos múltiples, se ha asistido
de la pareja sobre la reproducción, basadas en la com- a una progresión de las tasas de prematuridad. Además de
prensión y el conocimiento del riesgo de ocurrencia o re- las diversas consecuencias sobre la salud de la madre y
currencia de una afección genética en su descendencia. del feto que lleva aparejadas el nacimiento antes de las 37
En su práctica diaria, es necesaria la participación de un semanas de gestación, tales como las elevadas tasas de
equipo multidisciplinar que agrupe a genetistas, obstetras, morbimortalidad perinatal (la prematuridad es la principal
pediatras, psicólogos y en ocasiones a otros especialistas. causa de morbilidad y mortalidad neonatal en todo el mun-
do) y morbilidad de la mujer embarazada, habría que aña-
El consejo genético lleva implícito otros problemas éti- dir el importante consumo de recursos sanitarios que su-
cos como son el aborto, el diagnóstico preimplantacional y pone. De todos los neonatos supervivientes, el 25% nacen
prenatal. Por ejemplo en el caso de parejas que consultan por debajo de la semana 37 y hasta el 45% de éstos na-
por enfermedades de transmisión genética ligadas el sexo, cen antes de la semana 32 y requerirán múltiples cuidados
el primer dilema ético surge de la necesidad de seleccionar en el momento del nacimiento y primer mes de vida, así
el sexo fetal, o de hacer un diagnóstico preimplantacional. como educación especial durante el primer año de educa-
ción primaria. Según Smith et al, por cada niño nacido de
Anticoncepción emergencia (AE) bajo peso (menos 2.500 g) los costes sanitarios en el pri-
mer año de vida se estiman en alrededor de 40.000 euros.
La AE puede definirse como la utilización de fármacos
o procedimientos diversos para evitar un embarazo des- Los avances realizados en los últimos años en relación
pués de una relación sexual no protegida, es decir, cuan- a la medicina neonatal han determinado un aumento en la
do se considera que existe riesgo de un embarazo no de- supervivencia de neonatos que antes fallecían irremedia-
seado, por no haber utilizado un método anticonceptivo o blemente. Sin embargo, ha surgido un debate en relación
por fallo del mismo. Es importante resaltar la importancia y al tratamiento de los recién nacidos críticos, pues aun
22
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
23
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
En la práctica diaria, el obstetra se encuentra ante la resolver los problemas legales que de este tipo de prácti-
frecuente indicación de amniocentesis por ansiedad ma- cas se derivan. A continuación hemos recogido algunos de
terna en pacientes de bajo riesgo. En realidad, no debe los aspectos más relevantes de esta Ley.
realizarse una prueba de DP si no existe una indicación es-
1. A los efectos de esta Ley se entiende por preembrión
trictamente médica. Es en este tipo de situaciones donde
el embrión in vitro constituido por el grupo de células
el principio de autonomía del paciente se enfrenta al del
resultantes de la división progresiva del ovocito desde
médico. Así mismo, puede suceder que una pareja solicite que es fecundado hasta 14 días más tarde.
una técnica de DP, aunque ante un diagnóstico de cromo-
2. Se prohíbe la clonación en seres humanos con fines re-
somopatía no vaya a interrumpir la gestación. Es importan-
productivos.
te saber que la pareja tiene derecho a conocer su situación
independientemente de la decisión que tome después. 3. Las técnicas de reproducción asistida se realizarán so-
lamente cuando haya posibilidades razonables de éxi-
to, no supongan riesgo grave para la salud, física o psí-
Cesárea electiva
quica de la mujer, o la posible descendencia y previa
Son innegables los beneficios que aporta la operación aceptación libre y consciente de su aplicación por par-
cesárea ante determinados problemas obstétricos, tanto te de la mujer, que deberá haber sido anterior y debi-
para la salud materna como para la fetal. Sin embargo, de- damente informada de sus posibilidades de éxito, así
bido a la reciente medicina defensiva, la comodidad de un como de sus riesgos y de las condiciones de dicha
parto programado, y la menor experiencia por parte de los aplicación.
profesionales más jóvenes en otras técnicas tocúrgicas, la 4. En el caso de la fecundación in vitro y técnicas afines,
operación cesárea se ha convertido en técnica amplia- sólo se autoriza la transferencia de un máximo de tres
mente utilizada en nuestros días, llegando a tasas por en- preembriones en cada mujer en cada ciclo reproducti-
cima del 20% de los partos. El aumento progresivo de la vo.
tasa de cesáreas es un motivo de preocupación en el co- 5. La aceptación de la aplicación de las técnicas de re-
lectivo de obstetras. producción asistida por cada mujer receptora de ellas
Entre los inconvenientes de la cesárea están una mor- quedará reflejada en un formulario de consentimiento
talidad materna de 2 a 4 veces superior a la del parto va- informado en el que se hará mención expresa de todas
ginal, una morbilidad de 5 a 10 veces más alta, además de las condiciones concretas de cada caso en que se lle-
un coste económico superior. El parto vaginal conlleva ve a cabo su aplicación.
múltiples beneficios para el feto, tanto a nivel pulmonar (fa- 6. La mujer receptora de estas técnicas podrá pedir que
voreciendo la respiración extrauterina) como a nivel sisté- se suspenda su aplicación en cualquier momento de su
mico por el aumento en el flujo de determinados órganos realización anterior a la transferencia embrionaria, y di-
vitales. cha petición deberá atenderse.
El principal problema ético planteado sería la solicitud 7. La donación de gametos y preembriones para las fina-
de cesárea por parte de la gestante o su entorno sin una lidades autorizadas por esta Ley es un contrato gratui-
clara indicación obstétrica. Como se ha mencionado ante- to, formal y confidencial concertado entre el donante y
riormente, sería preciso sopesar los beneficios y los riesgos el centro autorizado.
asociados en la situación concreta de cada paciente. Por 8. La donación sólo será revocable cuando el donante
tanto debemos ser objetivos y tener claro si está indicado precisase para sí los gametos donados, siempre que
o no y actuar en consecuencia, sin dejarnos influir por la en la fecha de la revocación aquéllos estén disponibles.
presión a la que nos someta la paciente y por los posibles A la revocación procederá la devolución por el donan-
problemas jurídicos que se puedan derivar. te de los gastos de todo tipo originados al centro re-
ceptor.
9. La donación nunca tendrá carácter lucrativo o comer-
BIOÉTICA EN GINECOLOGÍA cial. La compensación económica resarcitoria que se
pueda fijar sólo podrá compensar estrictamente las
Técnicas de reproducción asistida molestias físicas y los gastos de desplazamiento y la-
Debido al auge en las últimas décadas de las técnicas borales que se puedan derivar de la donación y no po-
de reproducción asistida (TRA), surge la necesidad de re- drá suponer incentivo económico para ésta.
gular todos estos procedimientos. En España reciente- 10. El número máximo autorizado de hijos nacidos en Es-
mente se emitió la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre téc- paña que hubieran sido generados con gametos de un
nicas de reproducción humana asistida, con el fin de mismo donante no deberá ser superior a seis. A los
24
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
efectos del mantenimiento efectivo de ese límite, los pondiente, y se pudieran demostrar de manera feha-
donantes deberán declarar en cada donación si han re- ciente las actuaciones llevadas a cabo con el fin de ob-
alizado otras previas, así como las condiciones de és- tener dicha renovación sin obtener la respuesta reque-
tas, e indicar el momento y el centro en el que se hu- rida, los preembriones quedarán a disposición de los
bieran realizado dichas donaciones. centros en los que se encuentren crioconservados, que
11. Toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad podrán destinarlos conforme a su criterio a cualquiera
de obrar podrá ser receptora o usuaria de las técnicas de los fines citados, manteniendo las exigencias de
reguladas en esta Ley, siempre que haya prestado su confidencialidad y anonimato establecidas y la gratui-
consentimiento escrito a su utilización de manera libre, dad y ausencia de ánimo de lucro.
consciente y expresa. La mujer podrá ser usuaria o re- Con esta nueva Ley quedan resueltos algunos proble-
ceptora de las técnicas reguladas en esta Ley con in- mas legales asociados a las TRA, aunque todavía siguen
dependencia de su estado civil y orientación sexual. existiendo aspectos éticos sin resolver. Por ejemplo no es-
12. En la aplicación de las técnicas de reproducción asisti- tá definido en la Ley el número máximo de ciclos de FIV/IA
da, la elección del donante de semen sólo podrá reali- a los que puede someterse una paciente, como tampoco
zarse por el equipo médico que aplica la técnica, que la edad máxima de las mujeres a las que se realizan dichas
deberá preservar las condiciones de anonimato de la técnicas. Igualmente, el término de “riesgo grave para la
donación. En ningún caso podrá seleccionarse perso- salud, física o psíquica, de la mujer o la posible descen-
nalmente el donante a petición de la receptora. En to- dencia” es un concepto poco conciso que permite inter-
do caso, el equipo médico correspondiente deberá pretaciones subjetivas.
procurar garantizar la mayor similitud fenotípica e inmu-
Del mismo modo, un punto importante que queda sin
nológica posible de las muestras disponibles con la
resolver sería el futuro de los preembriones criopreserva-
mujer receptora.
dos; teniendo en cuenta un criterio anatomo-fisiológico del
13. Los preembriones sobrantes de la aplicación de las
desarrollo, se puede definir como estado pre-embrionario
técnicas de fecundación in vitro que no sean transferi-
desde la primera división celular hasta los 14 días después
dos a la mujer en un ciclo reproductivo podrán ser crio-
del inicio del proceso de fertilización, y estado embrionario,
conservados en los bancos autorizados para ello. La
desde el día 15 hasta el final de las 8 semanas después de
crioconservación de los ovocitos, del tejido ovárico y
la fertilización. En base a este principio, queda en parte re-
de los preembriones sobrantes se podrá prolongar
suelto el dilema ético de los embriones congelados, pues-
hasta el momento en que se considere por los respon-
to que los consideraríamos pre-embriones.
sables médicos, con el dictamen favorable de especia-
listas independientes y ajenos al centro correspondien-
te, que la receptora no reúne los requisitos Pacientes oncológicos/terminales
clínicamente adecuados para la práctica de la técnica En el campo de la oncología ginecológica nos pode-
de reproducción asistida. Los diferentes destinos posi- mos encontrar con pacientes terminales, donde es muy
bles que podrán darse a los preembriones crioconser- importante el manejo correcto, tanto del dolor como del
vados, así como, en los casos que proceda, al semen, resto de síntomas acompañantes.
ovocitos y tejido ovárico crioconservados, son: a) su
utilización por la propia mujer o su cónyuge; b) la do- Para definir a un paciente como terminal deben concu-
nación con fines reproductivos; c) la donación con fines rrir una serie de factores: la enfermedad debe estar en fa-
de investigación, y d) el cese de su conservación sin se avanzada y progresiva, sin respuesta a tratamientos es-
otra utilización. En el caso de los preembriones y los pecíficos y con pronóstico de vida inferior a 6 meses. Esta
ovocitos crioconservados, esta última opción sólo será situación produce un gran impacto emocional en el pa-
aplicable una vez finalizado el plazo máximo de con- ciente y su entorno (tanto familia como equipo terapéutico)
servación establecido en esta Ley sin que se haya op- relacionado con el final de la vida. Esta situación compleja
tado por alguno de los destinos mencionados en los produce una gran demanda de atención y de soporte, a los
apartados anteriores. que debemos responder adecuadamente.
14. En el caso de los preembriones, cada dos años, como El manejo adecuado de estos pacientes se basa en
mínimo, se solicitará de la mujer o de la pareja proge- una atención integral e individualizada, que incluya aspec-
nitora la renovación o modificación del consentimiento tos físicos, emocionales, sociales y espirituales. Cualquier
firmado previamente. Si durante dos renovaciones con- decisión debe basarse en el principio de autonomía, es de-
secutivas fuera imposible obtener de la mujer o de la cir, toda medida terapéutica debe decidirse en conjunto
pareja progenitora la firma del consentimiento corres- con el paciente. En los pacientes terminales la finalidad de
25
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
los tratamientos no es curativa, si no de alivio de los sínto- nifestado en el curso del desarrollo y asociado a una altera-
mas. No hay que olvidar que el enfermo y la familia son la ción de los componentes adaptativos. Los problemas en re-
unidad a tratar, el entorno familiar es fundamental ya que lación a la sexualidad de los deficientes mentales en este
supone el principal apoyo del enfermo. aspecto han crecido en los últimos años debido al aumen-
to de la esperanza de vida de las personas con deficiencia,
La “distanasia” proviene del griego, que significa
a su integración en la sociedad, y a la violencia que existe
“muerte difícil o angustiosa”. En la ética se utiliza para indi-
en la actualidad en muchas ciudades. Todo esto hace que
car el uso de tratamientos que no hacen sino prolongar la
los padres y educadores estén preocupados por la posibili-
vida biológica del paciente. Es probable que el concepto
dad de embarazos no deseados, y soliciten la esterilización.
de obstinación terapéutica, introducido por los doctores
Sans Sabrafen y Abel Fabre, sea más adecuado para defi- Son múltiples los requisitos necesarios para aceptar la
nir esta situación. esterilización de una deficiente mental, entre ellos son im-
portantes el correcto diagnóstico de la deficiencia mental
La obstinación terapéutica puede estar causada por
irreversible y la no existencia de otros métodos que pue-
múltiples factores, entre los que destaca el convenci-
dan resultar más eficaces y sencillos.
miento por parte de algunos médicos de que la vida bio-
lógica debe prolongarse al margen de la calidad de vida
que ofrezca. Es posible que en algunos casos el médico
esté más centrado en la técnica a usar que en lo que de-
ANEXO
mande el enfermo o sus familiares. Por muchos motivos Historia de la Comisión de Bioética de la
(presión familiar, política, edad del paciente, prestigio del SEGO: Prof. J. González-Merlo
profesional...) el médico se resiste al fracaso terapéutico
y a la muerte del paciente, haciendo uso de diversos tra- La Comisión de Bioética de la SEGO fue creada en el
tamientos más o menos agresivos que no aportan ningu- año 1997 por iniciativa, fundamentalmente, de Luis Cabe-
na mejoría a un paciente ya terminal. No hay que olvidar ro, presidente, a la sazón, de la Sociedad Española de Gi-
que en muchas ocasiones la presión ejercida por el en- necología y Obstetricia. La primera sesión de constitución
torno familiar del paciente conlleva actitudes y conductas de la Comisión tuvo lugar el 16 de mayo de 1997, en ella
distanásicas. quedaron ratificados como presidente J. González-Merlo;
como vocales J. Martínez-Pereda, magistrado del Tribunal
El quehacer profesional se fundamenta en los cuatro
Supremo, F. Abel Fabre, experto en Bioética, S. Mateu
principios de la Bioética: Justicia, No Maleficencia, Benefi-
Sánchez, representante del Ministerio de Sanidad y los gi-
cencia y Autonomía. El paciente tiene derecho a decidir so- necólogos C. Cuadrado Mangas, F. Vergara Sánchez, J.
bre lo que se le hace, por tanto el médico debe aportar una Zamarriego Crespo y L. San Frutos Llorente, este último
adecuada información. Pero es evidente que debemos de- como secretario.
terminar una jerarquía entre estos principios de manera
que cuando entran en conflicto a la hora de tomar una de- La creación de la Comisión de Bioética de la SEGO se
cisión sepamos cuál debe prevalecer. Otro punto de con- propuso ante las posibles alternativas éticas que podrían
troversia aparecería cuando nuestros valores entran en originarse por los importantes e incesantes avances habi-
conflicto con los del paciente, ya que el concepto bueno- dos en los últimos años en la Ginecología y Obstetricia tan-
malo, salud-enfermedad y beneficio-daño a veces no es to en la investigación, como en la asistencia al paciente.
idéntico para cada persona. Por último mencionar el con- Particularmente si tenemos en cuenta que los avances
cepto de Voluntad Anticipada, que proporciona al enfermo técnicos y científicos suelen ir por delante de la legislación.
la capacidad de decidir sobre su futuro cuando ya no pue- Se establecieron como funciones de la Comisión:
da expresar su voluntad.
1. Asesorar éticamente en decisiones puntuales clínicas y
sanitarias.
Esterilización
2. Formular orientaciones de actuación en situaciones clí-
La esterilización es la anulación definitiva de la función nicas y sanitarias habituales, que planteen problemas
reproductora, que se consigue mediante intervenciones éticos.
quirúrgicas sobre el aparato genital. Un problema ético 3. Tomar posicionamientos en situaciones concretas por
asociado a la esterilización se produce en el caso de las su especial conflictividad.
pacientes con deficiencia mental.
4. Elaborar protocolos de actuación para situaciones clí-
La OMS define a los deficientes mentales como indivi- nicas y sanitarias habituales, que planteen problemas
duos con una capacidad intelectual inferior a la media, ma- éticos.
26
BIOÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
5. Organizar programas, cursos y otras actividades for- – Consideraciones éticas sobre la cesárea.
mativas en el ámbito de la bioética. – Aspectos bioéticos en la asistencia al nacido de bajo
En consonancia con lo expuesto anteriormente, la Co- peso. En su confección intervinieron dos expertos ex-
misión de Bioética ha intentado fomentar el conocimiento ternos, E. Fabre González y J. Arizcun Pineda, además
y la difusión de la bioética. Para ello ha organizado una se- de los miembros de la comisión.
rie de mesas redondas, 14 en total, en distintas ciudades – Ética del tratamiento hormonal sustitutivo con estróge-
españolas: Sevilla, Málaga, Zaragoza, Cádiz, Oviedo, Bil- nos y gestágenos, en el que también intervino un ex-
bao, Madrid, Barcelona, Valencia, Santander, Palma de perto externo, J.L. Dueñas.
Mallorca, Santiago de Compostela, Alicante y Tenerife. Las – Bioética y reproducción asistida.
mesas redondas estaban constituidas por varios miembros – Recursos necesarios en la mejora de la salud pública
de la comisión y destacados ginecólogos de las ciudades en Obstetricia y Ginecología. Para la confección de es-
en que se desarrollaban. En dichas mesas se trataron con- te documento se tuvo en cuenta las sugerencias de un
ceptos básicos de bioética y se discutieron aspectos bioé- grupo de médicos expertos en la materia.
ticos de casos prácticos. En general estas reuniones tuvie-
ron gran éxito. La Comisión de Bioética también ha realizado informes
a algunas entidades que se lo solicitaron.
Durante los días 23 y 24 de octubre de 1998 se cele-
bró en Madrid la reunión “Jornadas de Bioética en Obste- En los seis primeros años de existencia de la Comisión,
tricia y Ginecología”, en las que se trataron fundamental- dos miembros C. Cuadrado Mangas y L. San Frutos Llo-
mente lo siguientes temas: principios éticos del rente renunciaron a sus puestos y en su lugar fueron nom-
diagnóstico prenatal, ética de la esterilización voluntaria y brados C. Coll, D. Álvarez y R. Usandizaga.
esterilización de deficientes mentales, aspectos éticos y le- En Octubre de 2003, el presidente J. González-Merlo
gales de la clonación, ética de la asistencia clínica y bioéti- renunció, por razones personales, a la dirección de la Co-
ca, ginecología y sociedad. También se presentaron co- misión. A partir de esa fecha, J. Zamarriego fue nombrado
municaciones libres. Estas jornadas tuvieron una gran presidente. El resto de la comisión está compuesto por L.
asistencia, lo que motivó un importante e interesante Cabero, vicepresidente, R. Usandizaga, secretario, F. Abel,
debate. J. Martínez-Pereda, C. Cuadrado, J. Martínez-Salmeán, A.
Herruzo, E. Cabrillo y E. Fabre, vocales.
Durante los días 7, 8 y 9 de junio de 2000, la Comisión
de Bioética, en colaboración con el Departamento de Far- Desde entonces se ha publicado un nuevo documen-
macología, dirigido por el profesor Cecilio Álamo González, to:
organizó un Curso de Extensión Universitaria de la Univer-
– La relación entre el médico y las industrias farmacéutica
sidad de Alcalá de Henares titulado “Obstetricia y Gineco-
y de productos de tecnología sanitaria. Visión ética.
logía en el contexto de la Bioética Clínica”, celebrado en la
bella ciudad de Sigüenza.
Como puede deducirse de la enumeración de las fun- LECTURAS RECOMENDADAS
ciones encomendadas a la Comisión de Bioética de la SE- Abel Fabre F: Bioética: Orígenes, Presente y Futuro. Madrid,
GO, que anteriormente hemos expuesto, su principal labor Mapfre, 2001.
es la elaboración de documentos que sirvan de orientación Abel Fabre F, Carrera Maciá JM, Cuadrado Mangas C, González-
en la conducta a seguir al ginecólogo en situaciones ética- Merlo J, Martínez-Pereda JM, Mateu Sanchís S, San Frutos
mente conflictivas. Desde su fundación, en 1997, la Comi- Llorente L, Vergara Sánchez F, Zamarriego Crespo J. Aspec-
sión ha elaborado 9 documentos, en algunos de los cua- tos Bioéticos de las Técnicas Invasivas de Diagnóstico Pre-
natal. Documentos de Consenso SEGO. Comisión de Bioéti-
les se ha solicitado la colaboración de expertos exteriores.
ca en Obstetricia y Ginecología. Madrid, Juste. 1998.
Los documentos producidos son los siguientes:
Abel Fabre F, Cuadrado Mangas C, González-Merlo J, Martínez-
– Esterilización voluntaria Pereda JM, Mateu Sanchís S, San Frutos Llorente L, Vergara
Sánchez F, Zamarriego Crespo J. Esterilización Voluntaria.
– Esterilización de personas con deficiencia mental Documentos de Consenso SEGO. Comisión de Bioética en
– Aspectos bioéticos de la técnicas invasoras de diag- Obstetricia y Ginecología. Madrid, Juste. 1998.
nóstico prenatal. En este documento, además de los Abel Fabre F, Álvarez González D, Coll Capdevillla C, Cuadrado
miembros de la Comisión de Bioética, intervino en su Mangas C, González-Merlo J, Martínez-Pereda JM, Mateu
confección un experto externo, el Dr. J.M. Carrera Sanchís S, San Frutos Llorente L, Vergara Sánchez F, Zama-
rriego Crespo J. Consideraciones Éticas sobre la Cesárea.
Maciá.
Documentos de Consenso SEGO. Comisión de Bioética en
– Clonación humana. Aspectos jurídicos y éticos. Obstetricia y Ginecología. Madrid, Juste. 2000.
27
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Cabero Roura Ll (ed.): Aspectos Médico Legales en Obstetricia y Proyecto de Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Hu-
Ginecología. Madrid, Doyma, 1997. manos. Conferencia de la UNESCO 19 de Octubre de 2005.
Camps Herrero C (ed.): Manual SEOM de Cuidados Continuos. Smith GN. What are the realistic expectations of tocolytics? Br J
Pfizer. Obstet Gynecol 2003; 110: 103-106.
González Barón M: Dolor total y sufrimiento. En Dolor y Cáncer. The Belmont Report: Ethical Principles and Guidelines for the Pro-
Hacia una Oncología sin dolor. Madrid, Médica Panameri- tection of Human Subjects of Research. U.S. Government
cana, 2003. Printing Office; 1978.
Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Neonatología so- Usandizaga JA: Problemas éticos y legales en el ejercicio de la
bre Limitación del Esfuerzo Terapéutico y Cuidados Paliativos profesión obstétrico-ginecológica. En Tratado de Obstetricia
en recién nacidos. Decisiones de limitación del esfuerzo tera- y Ginecología. Madrid, McGrawHill, 2005.
péutico en recién nacidos críticos: estudio multicéntrico. An Vergara Sánchez, F. Principios Generales de la Bioética. En: Tra-
Esp Pediatr 2002;57:547-53. tado de Ginecología, Obstetricia y Medicina de la Reproduc-
Ley Orgánica 9/1985, de 5 de junio 1985, de despenalización del ción. Madrid, Médica Panamericana. 2003.
aborto (BOE n.º 166 de 12 de julio).
Ley Orgánica, 41/2002, de 14 de noviembre de 2002, básica re-
guladora de la autonomía del paciente y de derechos y obli-
gaciones en materia de información y documentación clínica Los autores desean agradecer su inestimable colabora-
(BOE n.º 274 de 15 de noviembre). ción en la elaboración de este capítulo a: Dr. Francesc Abel
Ley Orgánica 4/2006, de 26 de mayo 2006, sobre técnicas de re- i Fabre, Prof. Jesús González-Merlo, Prof. José Antonio
producción humana asistida (BOE n.º 126 de 27 de mayo). Usandizaga Beguiristain y Prof. José Zamarriego Crespo.
28
Capítulo 4
ANATOMÍA DEL APARATO
GENITAL FEMENINO
Parrondo Sánchez P, Pérez Medina T, Álvarez de los Heros JI
GENITALES INTERNOS
Están constituidos por el útero, la vagina, los ovarios y
las trompas de Falopio, todos ellos relacionadas con el res-
to de las vísceras de la pelvis menor: el colon, la vejiga uri-
naria y la uretra. Figura 1.
29
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Vagina
Conducto músculo membranoso situado entre la vejiga
y el recto con una longitud media de 10-12 cm. Atraviesa
el suelo pélvico y acaba abriéndose en el vestíbulo entre los
labios menores. Alrededor de la porción intravaginal del
cuello uterino se forman los fondos de saco de la vagina
constituidos por un fondo de saco posterior, más profun-
do, otro anterior, y dos laterales. La pared posterior de la
vagina es más larga, unos 11 cm, mientras que la anterior
mide unos 8 cm.
Figura 2.
Vejiga urinaria
Tiene forma de tetraedro. Está situada por detrás de la
Trompas uterinas o de Falopio sínfisis del pubis y por delante del útero y de la vagina. Los
Las trompas de Falopio, de unos 12 cm de longitud, co- uréteres llegan a la misma por los dos ángulos posterola-
munican las cavidades uterina y peritoneal. Están situadas terales mientras que su ángulo inferior se prolonga a la
en el borde superior libre del ligamento ancho (mesosálpinx), uretra. Su superficie superior se halla tapizada en toda su
entre los ligamentos redondo y úteroovárico. Podemos divi- extensión por el peritoneo, en contacto con el cuerpo y
dirlas en tres zonas: la porción intersticial de ≈1 cm, que es cuello uterino, formando así el fondo de saco anterior o
la que se introduce en los cuernos uterinos y se abre en la vésicouterino. El espacio de Retzius se sitúa entre el pu-
cavidad, la porción ístmica, de 2-4 cm y la porción ampular, bis y la vejiga urinaria, cubierto por tejido adiposo extra-
que es la zona más gruesa que termina en forma de embu- peritoneal.
do en las fimbrias denominándose pabellón y constituyendo
la zona de contacto entre trompa y ovario (Figura 2). Uréter
El uréter penetra en la pelvis cruzando por delante de
Ovario la bifurcación de la arteria ilíaca común y alcanza el suelo
Órgano bilateral situado cada uno en la fosa ovárica, en pélvico siguiendo la pared lateral de la pelvis. A nivel de la
el ángulo formado por la bifurcación de la arteria iliaca pri- espina isquiática se dirige hacia delante y hacia dentro,
mitiva. Por la base de la fosa discurre el nervio y los vasos por debajo del ligamento ancho y entre las arterias uteri-
obturadores, mientras que por su borde posterior descien- nas y vaginal, para alcanzar el fórnix vaginal lateral. En es-
de el uréter y los vasos hipogástricos. El polo superior del te punto se encuentra a 2 cm del cérvix. Después ascien-
ovario está en contacto con la trompa mientras que el po- de por delante de la vagina hasta alcanzar el trígono
lo inferior está orientado hacia el útero y fijado a él por el li- vesical, penetrando en la vejiga en sentido oblicuo (Figu-
gamento útero ovárico. Por su borde anterior se encuentra ras 4 y 5).
unido a la hoja posterosuperior del ligamento ancho por el
meso del ovario que es por donde llega la inervación y vas-
cularización ovárica (Figura 3).
Figura 3. Figura 4.
30
ANATOMÍA DEL APARATO GENITAL FEMENINO
31
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Los ligamentos cardinales o de Mackenrodt están for- mas viscerales; vesical superior, hemorroidal media, uteri-
mados por tejido fibroso denso y fibras musculares lisas, na y vaginal.
extendiéndose desde la cara lateral del istmo uterino a la
La arteria obturatriz discurre sobre la aponeurosis del
pared de la pelvis. Constituyen una gruesa capa de tejido
obturador interno, entre el nervio obturador que está por
conectivo que rodea a los vasos uterinos. Los ligamentos
arriba y la vena que está por debajo. Produce ramas ilia-
cardinales se unen a la fascia úterovaginal y a la fascia en-
cas, vesicales, púbicas y ramas que irrigan estructuras
dopélvica vesical. Por detrás, se unen con los ligamentos
óseas, anastomosándose con ramas de la arteria epigás-
úterosacros.
trica inferior y de la arteria iliaca externa.
La arteria umbilical sigue la pared lateral de la pelvis,
IRRIGACIÓN SANGUÍNEA DE LA PELVIS desde la hipogástrica hasta el ombligo. En el adulto sólo es
permeable su tramo pélvico, dando numerosas ramas ve-
Las vísceras pélvicas se hallan irrigadas por las ramas sicales superiores que se ramifican en la pared superior y
hipogástricas de las arterias iliacas comunes, a excepción lateral de la vejiga, la más inferior de las cuales se llama a
de las arterias ovárica, hemorroidal superior y sacra media. veces arteria vesical media.
Las arterias ováricas son ramas directas de la aorta. La arteria uterina procede de la rama anterior de la ar-
Nacen a un nivel variable, en un intervalo comprendido en- teria hipogástrica. Después de penetrar en le ligamento
tre las arterias renales y la arteria mesentérica inferior. Se ancho es rodeada por las venas uterinas a nivel del para-
dirigen hacia abajo, siguiendo lateralmente al músculo pso- metrio y por una hoja de tejido conectivo denso. A nivel
as mayor y al uréter. Entran en la pelvis cruzando la arteria del istmo uterino produce una rama cervical descendente,
iliaca común antes de su bifurcación, y penetran en el liga- pero los vasos uterinos principales se dirigen hacia arriba,
mento ancho. Irrigan el ovario, además de anastomosarse por los bordes laterales del útero. La arteria uterina termi-
con las ramas ováricas de las arterias uterinas, e irrigar na produciendo una rama tubárica y una rama ovárica que
también la trompa, el uréter y el ligamento redondo. se anastomosa con la arteria ovárica a nivel del mesoova-
La arteria hemorroidal superior es rama de la arteria rio.
mesentérica inferior, anastomosándose con los vasos he- En la zona en que la arteria uterina se incurva, se halla
morroidales medios de la arteria hipogástrica y las ramas en íntima relación con el uréter, cruzándolo por delante y
hemorroidales inferiores de la arteria pudenda interna. por encima, a unos 2 cm del cérvix uterino (Figura 6).
La arteria sacra media prolonga la aorta en la pelvis y La arteria vaginal puede proceder de la arteria hipogás-
representa el segmento pélvico atrofiado del tronco aórti- trica, de la arteria uterina o de las arterias vesicales supe-
co. riores. Se dirige por detrás del uréter hacia la porción su-
Las arterias iliacas comunes son ramas de la aorta y se perior de la vagina, donde se anastomosa con las ramas
dividen en la arteria iliaca externa y la arteria hipogástrica o descendentes de la arteria uterina, formando una red vas-
iliaca interna aproximadamente a nivel del borde inferior de cular que rodea la vagina.
la quinta vértebra lumbar. La arteria iliaca común derecha La arteria glútea inferior es una de las ramas terminales
es cruzada por los vasos ováricos, el uréter y las fibras ner- de la arteria hipogástrica. Irriga el músculo glúteo mayor y
viosas simpáticas que descienden hacia el plexo hipogás- los músculos de la cara posterior del muslo.
trico superior. La arteria iliaca común izquierda es cruzada,
además, por el colon sigmoide y el mesocolon, y por el ex-
tremo terminal de la arteria mesentérica inferior.
La arteria iliaca externa se dirige hacia abajo, por la por-
ción antero interna del músculo psoas, hasta el arco crural
donde se convierte en arteria femoral.
La arteria hipogástrica o iliaca interna se origina a nivel
de la articulación lumbosacra y desciende hasta el borde
superior de la espina ciática mayor, dando diversas ramas
que en su mayoría nacen de dos troncos; uno anterior y
otro posterior. Su tronco posterior da lugar a tres ramas
parietales; la arteria iliolumbar, la arteria sacra lateral y la ar-
teria glútea superior. La tronco anterior produce ramas pa-
rietales; obturadora, glútea inferior y pudenda interna y ra- Figura 6.
32
ANATOMÍA DEL APARATO GENITAL FEMENINO
La arteria pudenda interna es la arteria del periné y de Ganglios linfáticos inguinales superficiales. Los ganglios
los órganos genitales externos. Abandona la pelvis a través de la vena safena drenan la extremidad inferior. Los gan-
del orificio ciático mayor, y, acompañado por sus venas y glios de la vena circunfleja superficial drenan la cara póste-
el nervio pudendo, penetra en un canal fibroso (Canal de rolateral del muslo y de las nalgas. Los ganglios de la vena
Alcock), formado por las fascias que recubren el músculo pudenda externa superficial drenan los genitales externos,
obturador interno. Entre las ramas de la arteria pudenda in- el tercio inferior de la vagina, el periné y la región perineal.
terna tenemos:
Ganglios linfáticos inguinales profundos. Generalmente
– Las arterias hemorroidales inferiores: En número variable situados junto a los vasos femorales. Pueden estar situa-
(1, 2 o 3) se dirigen a través de la fosa isquiorrectal a irri- dos junto a la cara media de la femoral, por encima y por
gar el conducto anal, el ano y la zona perineal. debajo de su punto de unión a la safena. Los ganglios fe-
– La arteria perineal, que se separa de la pudenda interna morales profundos, situados en posición más elevada, se
enfrente del borde posterior del músculo transverso su- encuentran junto al orificio del conducto femoral (ganglio
perficial del periné. Irriga los músculos isquiocavernosos, de Cloquet o de Rosenmüller.
bulbocavernosos y perineales transversos. Las ramas
terminales de la arteria perineal, o arterias labiales pos-
teriores, atraviesan la fascia de Colles para acabar irri- INERVACIÓN
gando los labios mayores y menores. DE LOS GENITALES INTERNOS
– La arteria del clítoris discurre por el interior del músculo
perineal transverso profundo y del esfínter de la uretra Los órganos pélvicos se hallan inervados por el sistema
membranosa, dando finalmente cuatro ramas que irri- autónomo. A nivel de la bifurcación aórtica se encuentra el
gan el tejido eréctil del compartimento perineal superfi- plexo hipogástrico superior o nervio presacro. Existe un
cial. plexo hipogástrico medio, situado por debajo del promon-
torio sacro, que no es constante. El plexo hipogástrico in-
ferior o nervios hipogástricos proceden del plexo hipogás-
VASOS LINFÁTICOS PÉLVICOS trico medio. Estos nervios se sitúan a nivel de los
ligamentos úterosacros, para dirigirse hacia delante hasta
Los ganglios linfáticos pélvicos reciben vasos linfáticos la porción superior de la vagina. En las cercanías de la va-
procedentes de los órganos de la pelvis y de la región in- gina reciben el nombre de plexos pélvicos.
guinal. En general, estos ganglios siguen un recorrido pa-
ralelo al de los vasos sanguíneos principales y reciben el El plexo pélvico se divide en plexos secundarios: el ple-
mismo nombre que estos. xo rectal, que inerva el recto, el plexo úterovaginal, que in-
erva la cara interna de las trompas de Falopio, el útero, la
Los ganglios iliacos externos se hallan junto a los vasos vagina y el tejido eréctil del bulbo vestibular, y el plexo ve-
iliacos externos, por arriba y por debajo de ellos. Reciben sical, que inerva la vejiga.
vasos linfáticos de la región inguinal, de la pared del abdo-
men, de la vejiga, del clítoris, del cérvix uterino y de los Los plexos ováricos proceden de los plexos aórtico y
ganglios iliacos internos. renal, que acompañan a los vasos ováricos para inervar los
ovarios, la cara externa de la trompa de Falopio y los liga-
Los ganglios hipogástricos, grupo iliaco interno, se ha- mentos anchos.
llan junto a las venas hipogástricas, siendo su número y lo-
calización variables. Reciben vasos aferentes de los gan-
glios iliacos externos, del útero, de la vejiga, de la vagina y
INERVACIÓN DE LOS GENITALES
de la porción inferior del recto.
EXTERNOS Y EL PERINÉ
Los ganglios iliacos comunes se encuentran junto a la
cara media y lateral de los vasos iliacos comunes, inme- Los músculos y tejidos del periné se hallan inervados
diatamente por debajo de la bifurcación aórtica. Reciben principalmente por el nervio pudendo.
vasos linfáticos aferentes procedentes de los ganglios ilia- El nervio pudendo procede de las ramas anteriores de
cos externos, internos y de las vísceras. Los linfáticos efe- los nervios sacros II, III y IV, y se divide en tres ramas: El
rentes van a desembocar en los ganglios periaórticos. nervio hemorroidal inferior, inervando el esfínter anal exter-
La cadena ganglionar periaórtica se halla por delante y no y la piel del periné, el nervio perineal, con una rama pro-
lateralmente en relación con la aorta. Estos ganglios des- funda y otra superficial. La rama profunda inerva el esfínter
embocan en los troncos lumbares que van a parar al con- anal externo, el músculo elevador del ano, los músculos
ducto torácico. perineales superficial y profundo, los isquiocavernosos y
33
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
Ligamentos de Cooper
GLÁNDULA MAMARIA
Pectoral menor
Es una glándula exocrina de origen ectodérmico. Su ta- Pezón
maño y forma varía de una mujer a otra e incluso en la mis-
ma mujer en las distintas épocas de su vida. Conducto galactóforo
34
ANATOMÍA DEL APARATO GENITAL FEMENINO
Drenaje linfático
Es importante reseñar la gran cantidad de anastomosis LECTURAS RECOMENDADAS
linfáticas existentes y las grandes variaciones anatómicas Burkitt H.G, Young B, Heath J.W. Wheater. Histología funcional.
individuales. Podemos diferenciar cuatro vías principales: Ed Churchill livingstone, 1996
1. Vía axilar: Vía fundamental de drenaje mamario. Recibe González Merlo J. Anatomía e Histología del Aparato Genital fe-
menino. Ed Salvat, 1986.
el drenaje de la porción superior y externa de la mama.
Guzmán López S, Guzmán López, A. Tratado de Ginecología,
Se considera que el drenaje linfático de esta vía se rea-
Obstetricia y Medicina de la Reproducción. Tomo I. Ed Pan-
liza escalonadamente pudiendo diferenciar tres niveles: americana, 2003.
Nivel I: Comprende los ganglios que están por fuera del Kässer O, Ikle FA, Hirchs HA. Atlas de operaciones ginecológicas.
borde externo del pectoral menor. Ed Marban, 2003.
Nivel II: Los ganglios que se encuentran por detrás del Lombardía Prieto J, Fernández Pérez ML. Guía Práctica Gineco-
logía y Obstetricia. Ed Jassen-Cilag, 2001.
pectoral menor, aproximadamente a la altura de la des-
Lombardía Prieto J, Rodríguez Prieto I, Carreira Gómez MC. La
embocadura de la vena mamaria externa en la vena
mama paso a paso.
axilar.
Rouviére H, Delmas A. Anatomía Humana. Tomo II. Ed Masson,
Nivel III: Los ganglios del vértice de la axila o grupo sub- 1991.
clavicular, es decir, aquellos situados por dentro del Sobotta. Atlas de Anatomía. Tomo II. ed Panamericana, 1993. ed
borde superior del pectoral menor. Ergon, 2002.
35
Capítulo 5
BASES DE GENÉTICA PARA GINECÓLOGOS
Alemán M, Verdú V, Martínez de Arenaza A, Bajo JM
37
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)
38
BASES DE GENÉTICA PARA GINECÓLOGOS
Dos o más tipos celulares genéticamente diferentes en Las alteraciones cromosómicas son responsables de
una considerable proporción de enfermedades genéticas y
un mismo organismo. Los tipos celulares son derivados de
constituyen la principal causa conocida de retraso mental
cigotos distintos.
y aborto. Se observan en el 20% de los abortos espontá-
neos del segundo trimestre y en el 50% de los abortos del
Cariotipo primer trimestre.
El cariotipo es la visualización de los cromosomas or- El estudio de los cromosomas y de sus anomalías se
denados por tamaño. El cariotipo humano consta de 46 llama citogenética.
cromosomas divididos en 23 pares. Los pares autosómi-
La citogenética se vale de diversas técnicas para mejo-
cos se ordenan en relación a su tamaño decreciente, nu-
rar la visualización de los cromosomas, entre ellas se en-
merándose del 1 al 22. El par 23 corresponde a los cro-
cuentran diversos métodos de tinción, que producen pa-
mosomas sexuales.
trones específicos de bandas, como el patrón de bandas
G obtenidas mediante tinción con Giemsa, bandas R, con
Nomenclatura patrón inverso a G, bandas Q. Las bandas de alta resolu-
La nomenclatura de los cromosomas humanos ha sido ción se consiguen mediante tinción de los cromosomas en
profase, obteniéndose un número mayor de bandas.
objeto de muchas conferencias, Denver en 1960, Londres
en 1963, Chicago en 1966, Paris en 1971. En la actualidad En el cariotipo espectral se utilizan combinaciones de
la ordenación de los cromosomas y la nomenclatura del ca- sondas fluorescentes de manera que cada cromosoma se
riotipo se realizan según las pautas del Internacional System identifica porque aparece de un color único.
for Human Cytogenetics Nomenclatura (ISCN, 1995). La técnica FISH (hibridación in situ fluorescente) em-
La fórmula cromosómica se establece citando en primer plea el uso de sondas (fragmentos de DNA) marcadas con
lugar el número total de cromosomas, seguido por una co- fluorocromos. Estas sondas se pegan a su correspondien-
ma y a continuación el par de cromosomas sexuales, XX te homologo del DNA y se visualizan con un microscopio
para la mujer y XY para el varón. Y finalmente se describen de fluorescencia. Se aplica para determinar la existencia de
las posibles anomalías según las normas anteriormente ci- deleciones, duplicaciones y para detectar reorganizaciones
tadas, algunas de cuyas abreviaturas son las siguientes: cromosómicas.
39
Fundamentos de Obstetricia (SEGO)