Apéndice: .
La Declaracién de Independencia (1776)
Guando en el curso de los acontecimientos humanos se hace nece-
sario para un pueblo disolver los vinculos politicos que lo han li-
gado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto sepa-
rado é igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa
naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la huma-
nidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separa-
cidn,
Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hom-
bres son creados iguales; que son. dotados por su Creador de cier-
tos derechos inalienables; que entre éstos estan la vida, la libertad y
la biisqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se
instituyen entre los hombres tos gobiernos, que derivan sus pode-
res legitimos del consentimiento de los gobernados; que cuando
quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos
principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e insti-
tuir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a orga-
nizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecera las mayores
probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia,
claro esta, aconsejard que no se cambie por motivos leves y transi-
torios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la expe-
riencia ha demostrado que la humanidad esté mds dispuesta a pa-
decer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia
aboliendo las formas a que esta acostumbrada, Pero cuando una
larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al
375376 BREVE HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS
mismo objetivo, demuestra el designio de someter al pueblo a un
despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese go-
bierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad.
Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; tal es ahora la
necesidad que las obliga a reformar su anterior sistema de gobier-
no. La historia del actual Rey de la Gran Bretafia es una historia de
repetidos agravios y usurpaciones, encaminados todos directa-
mente hacia el establecimiento de una tirania absoluta sobre estos
estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un
mundo imparcial:
Ha denegado su consentimiento a eyes semamente saludables
ynecesarias para el bien publico.
Ha prohibido a sus gobernadores que aprueben leyes de in-
mediata y apremiante importancia, o de lo contrario les ha sus-
pendido en sus funciones hasta la obtencién desu consentimien-
tos y, estando asi suspendidos, se ha negado por completo a
recibirles.
Se ha negado a aprobar otras leyes para la instalacién de gran
ntimero de personas, a no ser que esas personas renunciaran al de-
recho de representacién en la asamblea legislativa: derecho de ines-
timable valor para ellos, y sdlo para los tiranos amenazador.
Ha convocado a érganos legislativos en lugares insdlitos, incé-
modos y alejados de donde depositan sus actas piiblicas, con el tini-
co propésito de que se fatiguen al cumplir sus drdenes.
Ha disuelto en reiteradas ocasiones a las cdmaras de represen-
tantes que se han opuesto, con enérgica firmeza, a sus interferen-
cias en los derechos del pueblo.
Se ha negado, durante mucho tiempo después de esas disolucio-
nes, a permitir que se elijan otras nuevas; y por ello el ejercicio de
las facultades legislativas, que es imposible suprimir, ha vuelto al
pueblo en general; y mientras tanto el Estado se ha visto expuesto
alriesgo de todo tipo de invasiones del exterior, ya convulsiones en
elinterior.
Ha tratado de impedir que estos Estados se poblaran, para lo
cual ha puesto obstdculos a las leyes sobre la nacionalizacién de los
extranjeros, se ha negado a aprobar otras que fomentaban su emi-
gracién a estos Estados y ha endurecido las condiciones para la
apropiacién de nuevas tierras.
Ha obstruido fa administracidn de la justicia, negando su con-
sentimiento a las leyes que establecian los poderes judiciales.
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Ha hecho que los jueces dependan tnicamente de su voluntad
en Jo quese refiere al tiempo desu mandato ya la cuantia y pago de
sus salarios.
Ha creado un sinfin de nuevos cargos, y ha enviado a multitud
de funcionarios para que acosen a nuestro pueblo y destruyan su
esenicia.
Ha mantenido entre nosetros, en tiempos de paz, a ejércitos
permanentes sin el consentimiento de nuestras asambleas legisla-
tivas.
Ha querido hacer del ejército un poder independiente y supe-
rior al poder civil.
Seha aliado con otros para someternos a una jurisdiccién que es
ajena a nuestra Constitucién y no esté reconocida por nuestras le-
yes, dando su consentimiento a sus actos supuestamente legislati-
vos;
Por acuartelar entre nosotros a grandes contingentes de tropas
armadas:
Por proteger a esas tropas, mediante falsos juicios, del castigo
que merecen por susasesinatos de habitantes de estos Estados:
Por cercenar nuestro comercio con todas las partes del mundo:
Por imponernos tributos sin nuestro consentimiento:
Por privarnos, en muchos casos, de! beneficio del juicio con ju-
rado:
Por trasladarnos al otro lado de los mares para ser alli juzgados
por supuestos delitos:
Por abolir el sistema libre de las leyes inglesas en una provincia
vecina, estableciendo alli un gobierno arbitrario, y por extender
sus fronteras a fin de convertirla al punto en un ejemplo ¢ idoneo
instrumento para instaurar ese mismo poder absoluto en estas co-
lonias:
Por retirarnos nuestras cartas constitucionales, aboliendo las
mds valiosas de nuestras leyes y modificando fundamentalmente
los poderes de nuestros gobiernos:
Por suspender nuestras propias asambleas legislativas y decla-
rarse poseedores de la facultad de legislar por nosotros en todos los
casos que se presenten.
Haabdicado de gobernar aqui ai declararnos fuera desu protec-
cién, y al hacer la guerra contra nosotros.
Ha saqueado nuestros mares, asolado nuestras costas, quemado
nuestras ciudades y destruido la vida de nuestros compatriotas.378 BREVE HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS:
Estd en estos momentos transportando a grandes ejércitos de
mercenarios extranjeros para que completen la obra de muerte,
desolacién y tirania que ya se ha iniciado, con circunstancias de
crueldad y perfidia que apenas tienen paralelo en los tiempos de
mayor barbaric, y que son totalmente indignas del soberano de una
nacién civilizada.
Ha obligado a conciudadanos nuestros, hechos cautivos en alta
mar, a portar armas contra su propio pais, a ser los ejecutores de
sus amigos, o hermanos, 0 de lo contrario a perecer bajo sus armas.
Ha fomentado las insurrecciones internas contra nosotros, y ha
tratado de levantar a los habitantes de nuestras fronteras, los crue-
les indios salvajes, para los cuales, como es sabido, la guerra es una
destruccién indiscriminada de personas de toda edad, sexo y con-
dicién.
En cada etapa de estas opresiones, hemos pedido justicia en los
términos mas humildes: a nuestras repetidas peticiones se ha con-
testado solamente con repetidos agravios. Un Principe, cuyo ca-
racter esta asi sefialado con cada uno de los actos que pueden defi-
niraun tirano, no es digno de ser el gobernante de un pueblo libre.
Tampoco hemos dejado de dirigirnos a nuestros hermanos bri-
ténicos. Los hemos prevenido de tiempo en tiempo de las tentati-
vas de su poder legislativo para englobarnos en una jurisdiccisn in-
justificable. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra
emigracion y radicacién aqui. Hemos apelado a su innato sentido
dejusticiay magnanimidad, y los hemos conjurado, por los vincu-
los de nuestro parentesco, a repudiar esas usurpaciones, las cuales
interrumpirian inevitablemente nuesiras relaciones y correspon-
dencia. También ellos han sido sordos ala voz dela justicia y dela
consanguinidad. Debemos, pues, convenir en la necesidad, que es-
tablece nuestra separacién y considerarlos, como consideramos a
las demds colectividades humanas: enemigos en la guerra, en la
paz, amigos.
Por lo tanto, ios Representantes de los Estados Unidos de Amé-
rica, convocados en Congreso General, apelando al Juez Supremo
del mundo por Ja rectitud de nuestras intenciones, en nombre y
por la autoridad del buen pueblo de estas Colonias, solemnemente
hacemos publico y declaramos: Que estas Colonias Unidas son, y
deben serlo por derecho, Estados Libres e Independientes; que
quedan libres de toda lealiad ala Corona Britdnica, y que toda vin-
culacién politica entre ellas y el Estado de la Gran Bretafa queda y
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debe quedar totalmente disuelta; y que, como Estados Libres e In-
dependientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concertar la
paz, concertar alianzas, establecer el comercio y efectuar los actos
y providencias a que tienen derecho los Estados independientes. Y
en apoyo de esta Declaracién, con absoluta confianza en la protec-
cién dela Divina Providencia, empefiamos nuestra vida, nucsira
hacienda y nuestro sagrado honor.