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El Piano

El piano1 es un instrumento musical clasificado como instrumento de teclado de cuerdas


percutidas por el sistema de clasificación tradicional y según la clasificación de
Hornbostel-Sachs, el piano es un cordófono simple. El músico que toca el piano recibe el
nombre de pianista.

Está compuesto por una caja de resonancia, a la que se ha agregado un teclado, mediante
el cual se percuten las cuerdas de acero con macillos forrados de fieltro produciendo el
sonido. Las
vibraciones se
transmiten a
través de los puentes
a la tabla armónica,
que los amplifica. Está
formado por un arpa
cromática de
cuerdas múltiples,
accionada por
un mecanismo de
percusión
indirecta, a la
que se le han añadido
apagadores.
Fue inventado en
torno al año 1700 por
el paduano Bartolomeo Cristofori. Entre sus antecesores se encuentran instrumentos
como la cítara, el monocordio, el dulcémele, el clavicordio y el clavecín.

A lo largo de la historia han existido diferentes tipos de pianos, pero los más comunes
son el piano de cola y el piano vertical o de pared. La afinación del piano es un factor
primordial en la acústica del instrumento y se realiza modificando la tensión de las
cuerdas de manera que éstas vibren en las frecuencias adecuadas.

En la música occidental, el piano se puede utilizar para la interpretación solista, para la


música de cámara, para el acompañamiento, para ayudar a componer y para ensayar. Las
primeras composiciones específicas para este instrumento surgieron alrededor del año
1732; entre ellas destacan las 12 sonatas para piano de Lodovico Giustini tituladas
Sonate da cimbalo di piano e forte detto volgarmente di martelletti. Desde entonces,
muchos han sido los compositores que han realizado obras para piano y en muchos casos
esos mismos compositores han sido pianistas. Destacan figuras como Frédéric Chopin,
Franz Liszt, Wolfgang Amadeus Mozart o Ludwig van Beethoven. Fue el instrumento
representativo del romanticismo musical y ha tenido un papel relevante en la sociedad,
especialmente entre las clases más acomodadas de los siglos XVIII y XIX. Es un
instrumento destacado en la música jazz

Origen del término

1
apócope derivado del italiano pianoforte

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La palabra «piano» deriva del nombre original en italiano del instrumento, pianoforte
(piano: «suave» y forte: «fuerte»), asignado por su primer constructor, Bartolomeo
Cristofori: clavicémbalo col piano e forte (literalmente «clavecín con [sonido] suave y
fuerte»). Esto se refiere a la capacidad del piano para producir sonidos con diferentes
intensidades, dependiendo del peso que se le aplica a las teclas. Esta característica lo
diferenciaba de sus predecesores, que sólo podían producir un único volumen

Partes [editar]El mecanismo de un piano está compuesto fundamentalmente por cuatro


piezas: el macillo o martillo, la tecla, la báscula y el apagador.

Macillo [editar]
Macillos de un piano vertical.El macillo es un elemento muy importante en la generación
del sonido del piano, ya que su función es percutir la cuerda, producir el sonido y
modular su intensidad y timbre. Los primeros pianos tenían macillos compuestos por un
núcleo de madera recubierto de varias capas de piel cuya dureza disminuía
progresivamente desde el interior, con pieles duras como el cuero, al exterior, con pieles
finas y delicadas. Los macillos del piano moderno están fabricados con lana prensada
sobre un núcleo de madera. La forma en la que está prensada la lana del macillo influye
directamente en la calidad tímbrica del instrumento. Un martillo blando permanece más
tiempo en contacto con la cuerda al percutirla que un martillo duro, que rebota más
rápidamente. Este hecho hace que la producción de los armónicos varíe por parte de la
cuerda y afecte a la brillantez del sonido.[1]

El conjunto del macillo está formado por la cabeza del martillo, fabricada con lana
prensada y encolada sobre un núcleo de madera. Dicha cabeza está situada sobre un
brazo que recibe la fuerza ejercida por el mecanismo a través de un rodillo de piel
llamado nuez.[2]

Tecla [editar]La tecla es la palanca principal del mecanismo de percusión. El brazo


frontal de esta palanca es la parte visible del teclado y sobre la que el pianista ejerce la
presión. Al ser presionada la parte frontal, la tecla pivota sobre el balancín lo que hace
que se ponga en funcionamiento el mecanismo a través del pilotín situado en la parte
posterior de la misma. En los pianos de cola, la parte posterior de la tecla también tiene
como objetivo elevar el apagador y sirve para ubicar la grapa o atrape. Esta pieza regula
la caída del martillo y en los pianos verticales esta función se realiza en la báscula.[2]

Báscula [editar]El conjunto de piezas que comunican la tecla con el macillo reciben el
nombre de báscula. La pieza clave de la báscula es el escape y en los pianos de cola
también alberga al doble escape.[2]

Apagador [editar]El apagador tiene como misión silenciar el sonido producido por la
cuerda. Puede ser activado de tres maneras diferentes: cada vez que se pulsa una tecla el
apagador se retira de la cuerda antes que el macillo la golpee; al presionar el pedal
derecho que hace que se eleven todos los apagadores a la vez; o bien mediante el pedal
central de los pianos de cola, también denominado sostenuto, que, al ser presionado
mantiene la posición elevada únicamente de los apagadores que están levantados en ese
momento.[2]

Funcionamiento [editar]El funcionamiento básico del mecanismo un piano es el


siguiente: cuando una tecla es pulsada, la palanca que está situada en el extremo opuesto
se eleva y el macillo asociado a ella se pone en movimiento en dirección a la cuerda que

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es liberada por el apagador justo antes de la percusión. Tras el golpe del macillo a la
cuerda se produce el sonido y acto seguido éste cae hasta ser recogido por la grapa,
también conocida como atrape, a una distancia aproximada de 2 centímetros. Al levantar
lentamente la tecla, ésta libera el conjunto de palancas del escape y el macillo vuelve a
estar disponible para volver a tocar la cuerda. Si retiramos la presión por completo, todo
el sistema vuelve a su estado inicial de reposo en el que el apagador tiene la misión
primordial de interrumpir el sonido.[3]

Se pueden distinguir dos fases en el funcionamiento del mecanismo de percusión del


piano: la fase de impulso del macillo y la fase de caída.

Impulso [editar]El escape es la pieza clave del mecanismo de percusión del piano ya
que es el encargado de unir la tecla al macillo. Se encuentra situado dentro de la báscula,
a la que se encuentra unido en su trayectoria ascendente. El extremo del escape ejerce
presión sobre el macillo por su nuez correspondiente hasta que el macillo se encuentra
situado a a unos 2 ó 3 milímetros de la cuerda. En este momento, el escape se retira de la
nuez y deja de ejercer presión sobre el macillo, pero éste continúa su trayectoria por
inercia.[4]

Caída [editar]Después de la percusión de la cuerda por parte del macillo, el mecanismo


es el encargado de controlar la caída de éste. Básicamente se pueden producir tres tipos
de situaciones: ataque normal, ataque normal manteniendo la tecla hundida bajo la
presión del dedo o ataque en pianísimo manteniendo la tecla hundida.

El ataque normal es cuando el intérprete abandona la tecla después del ataque, lo que
provoca que el macillo rebote contra la cuerda y vuelva a su posición inicial de reposo.

En el ataque normal manteniendo la tecla hundida bajo la presión del dedo, el macillo
rebota pero es retenido por la grapa. Simultáneamente, la caída del macillo provoca la
bajada de la palanca del doble escape, con lo que el muelle se comprime. En dicha
posición, cuando el pianista disminuye la presión ejercida sobre la tecla, al ser liberado
el macillo de la grapa, en lugar de caer, no solamente queda suspendido sino que rebota
ligeramente hacia arriba, empujado por la fuerza del muelle. Con esto se solucionan de
manera eficaz todos los problemas ocasionados en las repeticiones rápidas, trinos, etc.

En el ataque en pianísimo manteniendo la tecla hundida, el macillo es retenido por la


palanca del doble escape y permanece preparado para nuevas repeticiones.

El control eficaz de la caída del macillo, gracias al doble escape, fue la gran mejora
introducida por Sébastien Érard a principios del siglo XIX.[4]

Dinámica [editar]
Un teclado de piano desmontado. Se observa la longitud de la palanca de la tecla.La
mecánica del piano es bastante particular ya que no emplea el mecanismo habitual de
una palanca para reducir el esfuerzo necesario para levantar un peso, sino que utiliza el
peso del teclado para controlar la velocidad del macillo en el ataque contra la cuerda. El
objetivo del conjunto de palancas del mecanismo es permitir una gran variedad de
sonidos en función del control del impulso del macillo.

Las proporciones de los brazos de palanca del mecanismo de percusión del piano son de
2:3, 3:4 o 4:5 según el tipo de instrumento para el teclado, con el brazo largo siempre a

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favor del pianista; 1:1 para la báscula y para el macillo una proporción de 6:1, es decir,
que el peso real del macillo se incrementa en 6 veces a cambio de velocidad.[5]

La fuerza ejercida sobre la tecla y la velocidad con la que se pulsa la misma (conocido en
física como momento) tiene una equivalencia directa en el otro extremo del mecanismo,
donde un macillo relativamente ligero viaja con una gran aceleración.

El macillo de un piano moderno pesa entre 2 y 5 gramos. Sin embargo, el peso mínimo
que es necesario aplicar sobre el teclado del instrumento para mantener en equilibrio la
tecla y el macillo, en la mayoría de pianos, de 50 gramos. Por tanto, el mecanismo del
piano no está ideado para ahorrar esfuerzo aunque no toda la fuerza que se ejerce sobre
el teclado la consume la dinámica del macillo, ya que también es necesario vencer la
resistencia de fricción entre las distintas piezas. La suma de todas las fricciones es de 17
a 22 gramos en un piano perfectamente ajustado.[5]

Para corregir las diferencias de peso entre unas teclas y otras, el fabricante de pianos
debe regularlas de manera uniforme, añadiendo en los lugares convenientes de la tecla,
unos pequeños cilindros de plomo. En los pianos de cola, estos cilindros de plomo se
colocan en la parte frontal para corregir el exceso de peso del mecanismo. Sin embargo,
en los pianos verticales se colocan en la parte trasera de la tecla para incrementar su
peso, ya que el mecanismo es demasiado ligero.

Es necesario tener en cuenta que el peso de un


teclado no es independiente del sonido del
instrumento ya que cuando se ejerce una fuerza
concreta sobre el teclado, se espera también una
respuesta concreta en el sonido. Si éste es
demasiado duro y metálico, se tiene una
sensación de poco peso. Por el contrario, un
sonido demasiado débil, produce una sensación
de cansancio. La energía aplicada a la tecla es
transmitida de forma encadenada por todas las
piezas del mecanismo hasta que el
macillo realiza la percusión de la cuerda, la cual
recoge dicha energía, convirtiéndola en
sonido. Cuanto más eficaz sea esta transmisión,
mayor es la sensación de control y de
firmeza en el tacto del piano. Por esto, es preciso
que todo el mecanismo esté bien
calculado, ajustado y regulado.

La fuerza ejercida y el resultado sonoro obtenido dependen de la eficacia del mecanismo


del instrumento, y por tanto, de su diseño. El mecanismo del piano, como cualquier
máquina, tiene un rendimiento. Éste es distinto según la región de volumen sonoro en la
que se trabaja y se mide como relación entre el trabajo aplicado sobre el teclado y el
trabajo realizado por el macillo. En términos generales, el rendimiento es bajo en la
región de pianissimos, óptimo en la región de piano a mezzoforte y muy bajo en los
fortissimos. Por tanto, hay un mayor control y variedad sonora en la región de sonidos
medios. Al aumentar el peso del teclado, sitúa al instrumento en una zona de peor
rendimiento y de más difícil control.

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