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El segundo elemento que puntualiz es imitar a Cristo en el salir de s e "ir al encuentro con el
otro". Aunque acept que parece una experiencia paradjica, describi: "Quien pone al centro
de la propia vida a Cristo se descentra! Cuanto ms te uns a Jess, l se convierte en el
centro de tu vida; cunto ms l te hace salir de ti mismo, te descentra y te abre a los otros". Y
utiliz una metfora al decir que el corazn del catequista realiza esas acciones como los
movimientos cardacos de la sstole y la distole.
En tercer lugar, Francisco habl de la historia de Jons, un hombre po que cuando el Seor lo
llama para predicar en Nnive no se siente capaz. "Nnive est fuera de sus esquemas, est
en la periferia de su mundo. Dios no tiene miedo de las periferias". Y aadi que Dios es
siempre fiel, creativo, no es cerrado ni rgido, nos acoge, nos viene al encuentro, nos
comprende.
Tambin destac la creatividad del catequista como una columna de su labor. "Si un
catequista se dejan llevar por el miedo, es un cobarde; si un catequista se queda tranquilo
terminan por ser una estatua de museo; si un catequista es rgido, se vuelve reseco y estril",
advirti.
Del mismo modo, record que prefiere "una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma". Y
en esta labor, "nuestra belleza y nuestra fuerza" es que "si salimos a llevar su Evangelio con
amor l camina con nosotros" y "nos primerea" siempre.
El Santo Padre subray que Dios siempre "nos precede y que si tenemos miedo de ir a una
periferia, en realidad l ya est all". Al finalizar, dio las gracias a los catequistas y los invit a
permanecer con Cristo, ser una sola cosa con l, seguirlo e imitarlo.
Pidamos al Seor que todos seamos hombres y mujeres que custodian y alimentan la
memoria de Dios en la propia vida y la saben despertar en el corazn de los dems. Amn,
concluy.