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COMO SE HACE UNA TESIS Técnicas y procedimientos de estudio, investigacién y escritura por Umberto Eco versién castellana de Lucia Baranpa y ALBERTO CLaverfa IBANEZ gedisa Tirulo de! original italiano: Come si fa una tesi di lawrea © Tascabili Bompiani, 1977 Cubieria: Marta Rourich Primera edicién, sarzo 1982, Barcelona, Espafa Segunda edicion, julio 1982, Buenos Aires, Argentina Derechos para todas las ediciones en castellano © by Editorial Gedisa S.A. Muntaner, 460, entlo. 1*., Tel. 201 66:00 Barceiona-6, Espana ISBN N° 84-7432-137-137-9 Gestién, cepresentacién y direccién para esta edicién Editorial Celtia S.A.C.1.F. de Moy R. Avda. Belgrano 355, 6° piso. 1092, Buenos Aires, Argentina ISBN N° 950-0106-10- 8 Hecho el depésito que establece Ja ley 11.723 Impreso en Argentina Printed in Argentina Se terming de imprimir en offset en e! mes de julio de 1982, en Jos talleres grAficos de Ja Compafiia Impresora Argentina, S. A. calle Alsina 2049 - Buenos Aires - Argentina. Queda prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio de impresién, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o cualquier otro idioma. INDICE INTRODUCCION 0.0. cece cecceecsessecceereeteneeseseaneeen I. QUE ES UNA TESIS DOCTORAL Y PARA QUE SIRVE Ll. 14. . Aquién interesa a este libro . . Cémo una tesis sirve también despues Por qué hay q qué consiste .. del doctorado Cuatro reglas obvias .. TL. LA ELECCION DEL TEMA ow cere I1.1. 02. iL3. IL4. IL.5. ns. eTesis senegrifice © teais panoraémi- ca? .. 1 iTesis hilstorien 0 o tests | teérica? ae éTemas clasicos o temas contempora- neOs .. zCudnto tiempo se requfere para MAINA DOSES? ces cessaysessnsvassnsnsacsessoenseseereneyeinsoie gEs necesario conecer idiomas ex- tranjeros? af éTesis cientifica o tesis politica? 11.6.1, ¢Queé es la cientificidad? 11.6.2. ¢Temas histdrica-tedricas 0 ex- periencias «er caliente»? ........04 11.6.3. Cémo transformar un tema de actualidad en tema cienttifico ..... 11.7. Cémo evitar ser explotado por el po- MOTE oscar nintcenerererer ener ceernneeeenes I. LABUSQUEDA DEL MATERIAL ..........--.-- HILL. La accestbilidad de las fuentes _........... JIL.1.1. Cudles son las fuentes de un tra- Bajo CientifiCO weenie THL.1.2. Fuentes de primera y segunda mano TIL.2. La investigacion bibliografica TIL.2.1. Coie usar una biblioteca . MN.2.2. Como afroniar la bibliografia fichera WN1.2.3. La referencia bibliografica o CUADRO | - RESUMEN DE LAS RE- GLAS DE LA CITA BIBLIOGRAFICA CUADRO 2 ~ EJEMPLO DE FICHA BI- BLIOGRAFICA .. es 11.2.4. La biblioteca de Alessandria: un EXPEFIMEMIO voserecsseerees TUADRO 3 - oBRAS GENERATES 0 BRE EL BARROCO ITALIANG LOCA- LIZADAS EXAMINANDO TRES TEX~ TOS DE CONSULTA .....eeeeeesen ene CUADRU 4 - UBKAS PARTICULARES SOBRE 1.03 TRATADISTAS ITALIA~ NOS DEL SEICENTO LOCALIZADAS EXAMINANDO TRES TEXTOS DE CONSULTA . 1.2.5. ¢Hay que leer los libros GUE OFAENF oo... eerrerrereeenee IV. EL PLAN DE TRABAJO Y LAS FICHAS ......... IV.L. Bl indice como hipétesis de trabajo TV.2. Fichas y anotaciones IV.2.1. Varios tipos de ficha-y para qué SHPVEPL esesycsccesesseensesneasesnsaressernsenes 66 69 69 69 75 79 79 84 a9 106 108 109 120 122 133 137 137 CUADRO 5 - FICHAS PARA CITAS -...... 150 CUADRO 6 - FICHAS DE RECUERDO 152 1V.2.2. Fichas de las fuentes primarias 155 1V.2.3. Las fichas de lectura 158 CPADROS 7-14 - FicHas DE LECTU- 158 1V.24. La “purbildad cionttfica 174 V. LA REDACCION ...0 0 eeeeeee gett 177 V.1. ¢A quién se habla? ........ 177 V.2. Como se habla 179 V.3. Las citas ........ 188 V.3.1, Cudndo y come se cit glas ... 188 cUabRO 15 - EIEMPLO DE ANALISIS. CONTINUADO DE UN MISMO TEX- sree 198 V32. Citas, pardfrasis y plagio - 199 V.4. Las notas.a pie de pagina ~.... 201 V4.1, Para qué sirven las notas 201 V4.2. El sistema cita-nota . 204 CUADRO 16 - EJEMPLO DE UNA PA- GINA CON EL SISTEMACITA-NOTA =. 207 CUADRO 17 - EJEMPLO DE BIBLIO- GRAFIA STANDARD CORRESPON- DIENTE 208 V4.3. El sistema autor-fecha 0.0... 209 CUADEO 18 - LA MISMA PAGINA DEL CUADRO 16 REFORMULADA SE- GUN EL SISTEMA AUTOR-FECHA 213 CUADRO 19 - EJEMPLO DE BIBLIO- GRAFIA CORRESPONDIENTE CON EL SISTEMA AUTOR-FECHA .... al4 V.5. Advertencias, Sapa v sostumbres 215 V.6. El orgullo cientifico .. 219 VI. LA REDACCION DEFINITIVA ............00ccs VI-1. Los criterias grafices VLIAL. VI.1.2. VIL1.3. VL1.4. VLIS. VL. VLE. V1.2. La bibliografia final VI.3. Los apéndices VI4. El indice Margenes y espacios Subrayados y ersanrcaileg Pardgrafos ... Comillas y otros signo. Signos ditacriticos y traslitera- ciones CUADRO - COMO TRASLITERAR ALFABETOS NO LATINOS oo... eee Puntuacidn, acentos, abreviaiu- CUADRO 21 - ABREVIATURAS MAS USUALES ooops psccsseecccceescnerterstte Algunos consejos desordenadas CUADRO 22 - MODELCS DE INDICE VII. CONCLUSIONES. ...0....escessscesseteneesseeneesenseesee Nota de los treductores El presente libra esté en principio dirigido al piiblico uni- versitario italiano. En cortsecuencia, abundan en é las refe- rencias a ta vida, la lengua y la cultura italianas. No nos ha Parecido necesarto cargar de escolios este tipo de referen- cias (sobre los tipos de tesis, las relaciones con el profesor, el funcionamiento de la universidad en Italia...) para acomo- darlas a Espatia; el lector sabré corregir su visidén adaptdari- dola a la propia situactén. Hemos renunciado a la edaptacion, ademés, por conside- rar que los temas escogidos y desarrollades par Eco a modo de ejemplos corresponden al talante intelectual del autor y reflejan sus filias y sus fobias. Sin embargo, nuestro criteria ha sido flexibie, pues en los cases en que se imponia la comprension de un ejemplo o una serie de ellos, la hemos trasladado del dmbite de la culture italiana el de la hispana (dando en nota el original cuarido mos ha parecido signifi- eative), En el capttulo de observaciones técnicas hemos acomoda- do algunos consejos de! autor a nuestros usos para que ef libra conserve en todo momenzoa su condicién de manual priéctico. 11 INTRODUCCION 3. Hubo un tiempo en que la universidad era una universidad de élite. Sélo iban a ella los hijos de los titu- lades. Salvo raras excepciones, los que estudiaban dispo- nian de todo el 1iempo que necesitaran, La universidad estaba concebida para dedicarse a ella con calma: cierto tiempo para el estudio y cierto tiempo para Jas «sanas» diversiones goliardicas o para las actividades en los orga- nismos pepresentativos. Las clases eran conferencias prestigiosas, y a canti- nwacién los estudiantes mas interesados se apartaban con los profesores y los ayudantes en seminarios separados de diez o quince personas como maximo. Aun hoy en muchas universidades norteamericanas un curso jamds tiene mas de diez o veinte estudiantes (que pagan muy caro y tienen derecho a «usar» al ense- fiante todo lo que quieran para discutir con él). En univer- sidades como Oxford hay un profesor, lamado-tutor, que que se ocupa de las tesis de investigacion de wn grupo reduci- -disimo de estudiantes (puede suceder que se cuide de uno o dos al aio) _y sigue dia.a dia su trabpio. Si tal fuese }a situaci6n italiana, no habria necesidad de escribir este libro; si bien algunos de los consejos que da podrian convenir también al estudiante «ideal» antes esbozado. Pero la universidad italiana es hoy dia una universidad 13 de masas. Llegan a ella estudiantes de todas clases, prove- nientes de todos los tipos de ensefianza media ¥ que inclu- so sé hatriculan en filosofia o en filologia clasica provi- niendo de un institute lécnico en que jamas han cursado griego, e incluso ni siquiera latin. Y si bien es ciertv que de poco sirve el latin para muchos tipos de actividad, sirve de mucho a quienes estudian filosofia v letras. Hay cursos en que estan matriculadas millares de per- sonas. E] profesor conoce mas o menos a una treintena que asisten con mas frecuencia, y con ayuda de sus cola- boradores (becarios, adjuntos, auxiliares) consigue hacer trabajar con cieria asiduidad a un centenar. Muchos de ellos son pudientes, criados en una familia culta v en con- tacte con un ambiente cultural vivaz, que pueden permi- tirse viajes instructivos. asisten a los festivales artisticos y teatrales y visitan paises extranjeros. Luego vienen los girgs. Estudiantes que a Jo mejor trabajan y se pasan el dia en Ja oficina de censo de una poblacion de diez mil habitantes donde sélo hay papelerias. Estudiantes que. desilusionados de la universidad, han elegido la actividad politica y persiguen otro tipo de formacién. pero que an- tes o después tendran que cumplir el compromiso de la tesis. Estudiantes muy pobres que, teniendo que escoger un examen, calculan el precio de los diversos textos pres- critos y se dicen: «este examen es de tantas pesetas», y de dos complementarios eligen el que cuesta menos. Estu- diantes que en ocasiones acuden a clase y luchan por en- contrar un sitio en el aula atiborrada; y al final les gusta- ria hablar con el docente, pero hay una cola de treinta personas y han de tomar el tren porque no pueden que- darse en un hotel. Estudiantes a quienes nadie ha explica- do jamas como sé busca un libro en una biblioteca y en qué biblioteca: frecuentemente no saben que podrian en- contrar libros en la biblioteca de su ciudad o ignoran como se saca una tarjeta de préstamo. Los consejos de este libro estan especialmente destina- dos a ellos. También valen para el estudianie de ensefai- za superior que va a ir a la universidad y quisiera saber céme funciona ja alquimia de la tesis. 14 A todos estos quisiera sugerir este libro por lo menos dos cosas: o-- Se puede hacer una tesis digna aun hallandose en una situacién dificil, causada por discriminaciones recien- tes o remotas; ~~ Se puede aprovechar Ja ocasién de la tesis (aunque el resto del periodo universitario haya sido desilusionan- te o frustrante) para recuperar el sentido pasitivo y progresivo del estudio no entendido como una cosecha de nociones, sino como elaboracion critica de wna ex- periencia, como adquisicion de una capacidad {buena para la vida futura} para localizar los problemas, para afrontarlos_ con método, para_exponerlos_sipuiendo cigrias lécnicas de comunicacian. . 2. Dicho esto, ha de quedar claro que e}_presenre Ji- bro no quiere explicar «cémo se hace la investigacién cientifica» ni constituye una discusién tedrico-critica so- bre el valor del estudio. Se wata solamente de una serie de consideraciones sobre como se llega a poner ante un tribunal de doctorado un objeto figico prescrito por y.iormado por cierta cantidad de paginas mecanogratia- das, que se supone puardara alguna relacién con la disci- © plina en que se doctora y que no sumiré al penente en un estado de dolorosa estupefaccidn. Quede claro que el libro ne puede decir qué poner en la tesis. Eso es asunto vuestre. E] libro os dira: (1) qué se entiende por tesis de doctorado; (2) cémo se escoge el tema y se disponen los iempos de trabajo; (3) come |levar a cabo una busqueda bibliogréfica; (4) como organizar el material encontrado, (5) como disponer materialmente el trabajo elaborada. Y, fatalmente, es precisamente esta ultima la parte mAs prolija, aunque pueda parecer la me- Des impgrtante: porque es la nica para la cual existen reglas bastante exactas. 3. El tipo de tesis a que se hace referencia en este i sponde.a jas que se ¢laboran en las facultades. de humanidades. Dado que mi experiencia esta asociada 15 a las facultades de filosofie v letras, es natural que la mayor parte de los ejemplos se refieran a temas que se cstudian en dichas facultades, Pero, dentra de los limites que este libro se propone, los criterios que aconsejo tam: bien convienen a Tas tesis es Ge clencias magisterio L ig, Si se trata de tesis histéricas. 9 de tegria general y np experimentales y practicas, el mo- delo_presentado también funcionarta en arquitectura, economia y comercio y algunas facultades cientificas. Pe- ro no os fidis demasiado. 4, Mientras este libro esta en prensa, se discute en Tialia la reforma universitaria. ¥ se habla de dos o tres niveles de praduacion, Cabe preguntarse si esta reforma cambiara radicai- mente el concepte mismo de tesis. Ahora bien, si llega a haber mas niveles de graduacion siguiendo c} modelo en uso en la mayoria de los paises extranjeros, se verificara una situacién no diferente de la que describimos en el primer capitulo (1.1). Esto es, ten- dremos tesis de licenciatura (o de primer nivel) y tesis de doctorade (o de segundo nivel). Los consejos que. aetoe en este libro convienen a am- bas, y cuando haya diferencias entre uno y otro tipos de tesis, seran explicitamente aclaradas. Creemos, pues, que lo que se dice en las paginas si- guientes también es adecuado desde la perspectiva de la reforma, y especialmente desde la perspectiva de una pro- longada transicién hacia la vigencia de una eventual reforma. 5. Cesare Segre ha leido et libro mecanografiado y me ha dado sus consejos. Puesto que he hecho caso de muchos y en otras ocasiones me he obstinado en mi pos- tura, éf no es responsable del producto final. Naturalmen- te, le estoy agradecido de todo corazdn. 6. Una ultima advertencia. El discursa que sigue a estas palabras se refiere obviamente a estudiantes y estu- 16 diantas, asi como a profesores y profesoras, De todos mo- des, puesto que la lengua italiana no proporciona expre- siones neutras que sirvan para indicar a ambos sexos (los alericanos introducen gradualmente person, pero seria Tidiculo decir «la persona estudiante» o «la persona doc- toraride+), me limito a hablar siempre de estudianie, dec- torando, profesor y ponente. Sin que este uso grammatical esconda una discriminacion sexista.' 1. Pero entonces se me preguntara por qué no he utilizado siempre estudianta, profesora, etc. P: twabajaba a base de recuerdos y expe- riencias personales y asi me identificaba mejor. 17 I. QUEES UNA TESIS DOCTORAL Y PARA QUE SIRVE 1.1. Por qué hay que hacer una tesis y en qué consiste. Una tesis de dectorade es un trabajo mecanografiado le una extensién media que varia entre ias cien y | cuatrocientas paginas, en el cual el estudiante trata un problema referente a los estudias en que quiere doctorar- se. Segun la legislacion italiana, la tesis es indispensable para doctorarse. El estudiante, cuando ha rendida tados los examenes prescritos, presenta la tesis a un tribunal de doctorado que escucha la exposicién del ente (el pro- fesor con quien «se hace» la tesis) y Tos comentarios de los demas miembros, que ponen objeciones_al doctorando; surge de-ello una discusion en Ja que todos toman parte. De las palabras de los dos ponentes, que garantizan la calidad ( 0 los defectas) del trabajo escrito, asi como de la capacidad de que da prueba el aspirante para sostener las opiniones expresadas por escrito, nace el juicio del tribu- nal. Por otra parte, calculando la media de] total de las notas obtenidas en los exAmenes, el tribunal asigna una o1a_a la tesis, que, puede ir desde el minimo de sesenta seis aum maximo de ciento diez, cum laude y privilegio de jmpresion. Por lo menos esta es la regla seguida en casi todas las facultades italianas de Framanidactes, Una vez descritas las caracteristicas «externas» del trabajo y el ritua] en que se inscribe, todavia no hemos is dicho mucho sobre ja naturaleza de la tesis. Sobre todo, epor qué la universidad italiana exige, como condicion para el doctorade, una tesis? Piénsese que tal criterio no es seguido por la mayoria de las universidades no italianas. En algunas hay varios niveles de graduacion que pueden ser alcanzados sin te- sis; en otras hay un primer nivel, que mas.o menos corres- ponde a nuestra daurea, que no da derecho al titulo de «doctor» y que puede ser alcanzado sencillamente con la serie de exAmenes o con un trabajo de pretensiones mas modestas; en otras hay diferentes niveles doctorales que requicren trabajos de varia complejidad... Pero por lo ge- neral la tesis propiamente dicha se reserva para una espe- Gie de Superlaurea, el doctorado, ai cual solo acceden los ue quieren perleccionarse y especializarse como investi- adores cientificos. Esie tipo de doctorado tiene varios nombres, pero de agui en adelante nos releriremos a é] con una sigla anglosajona de uso casi internacional, PhD (que significa Philosophy doctor, doctor en tilosofia, pero que designa a todo tipo de doctores de humanidades, des- de el socidlogo hasta el profesor de griego: para materias ne Ma anistic as sc emplean otras sigias por giemplo MD, Medigine doctor). Ademas del PhD hay un nivel muy afin-a nuestra lau- rea y que de aqui en adelante senalaremos con el rérmino de licenciatura. La licenciatura en sus varias formas se hace-con vistas aleiercicic profesional, mientras que el PhD se hace con vistas a ja actividad académica, lo que significa que quien consi: up D i Si inic¢i J a démica. En las universidades de este tipo la tesis es siempre tesis de PhD, tesis doctoral, y constituye un trabaio grigi- nal de investigacién con el cual el aspirante ha de demos- trar que es un estudioso capaz de hacer avanzar la disci- plina a que se dedica. ¥ esta no se hace, como nuestra tesis de faurea, a los veintidds anos, sino a una edad mas avanzada, quizd incluso a les cuarenta © cincutnta afios {si bien, obviamente, también hay PhD jovencisimos). 19 . 2) No se puede hacer una tesis sobre un tema si las obras mds p antes que sé refieren a é/ estan escritas en una 43 lengua que no conocemos. Un estudiante que supiera per- fectamente aleman ¥ que no supiera francés, hoy en dia no podria hacer una tesis sobre Nietzsche, que sin embar- go escribié en aleman: y es que de diez anos a esta parte algunas de las mds interesantes revalorizaciones de Nietzsche han sido escritas en francés. Lo mismo vale para Freud: seria dificil releer al maestro vienés sin tener en cuenta todo lo que han leido en él les revisionistas americanos o los estructuralistas franceses. 3) No se puede hacer una Jesis sobre un autor o sobre un tema leyendo sdlo (as obras escritas en gas que cOno- cemgs. ¢Quién os asegura que la obra decisiva no ha sido escrita en la unica lengua que no conocemos? Realmente este Lipo de consideraciones puede conducir a la neurosis, ‘pero es preciso andar con tino. Existen reglas de correc- cién cientifica en virtud de las cuales es licito, si sobre un autor inglés se*ha escrito algo en japonés, advertir que se conoce la existencia de tal estudio pero que no se ha leido. Este de la percepcidn de las imagenes. Para situar a estos tres autores en un panorama de fondo existen algunas obras de conexidn, por ejemplo los libros de Gillo Dorfles. Una vez trazadas estas tres perspectivas, el estudiante querra releer los aspectos problematicas que ha encontrado a la luz de una obra de arte particular, quiza planteandose una interpretacién ya clasica (por ejemplo el modo en que Longhi analiza a Piero della Francesca) e integrandola con los datos mas «contemporaneos» que ha recogido. El producto final no sera en absolute original, sé quedara a mitad entre la tesis panoramica y la monografica, pero habra sido posible elaborarlo a partir de traducciones. Al estudiante no se le reprochara no haber leido todo Panofs- ky, hasta io que sélo existe en aleman o en inglés, porque no se trata de una tesis sobre Panofsky, sino de una tesis sobre un problema en que el recurso a Panofsky cuenta solamente en Ciertos aspectos, como referencia a algunas cuestiones. Como ya se ha dicho en el paragrafo II, este tipo de tesis no es el mas aconsejable porque corre el peligro de quedar incompleta y genérica: quede claro qué se trata de un ejemplo de tesis de seis meses para un estudiante ur- gentemente interesado en reunir datos preliminares so- bre un problema que se toma a pecho. Es una selucién de repuesto pero al menos puede ser resuelta de modo digno. En tode caso, si no se conocen lenguas extranjeras y no se puede aprovechar la preciosa ocasién de la tesis para empezar a aprenderlas, Ja solucién mas razonable es la tesis sobre un tema especificamente castellano en el que las referencias a literatura extranjera sean faciles de eli- minar o de resolver recurriendo a unos pacos textos ya traducidos. Asi, el que quisiera hacer una tesis sobre Mo- 46 delos de novela histérica en el «Sancho Saldana» de Espron- ceda, habria de tener algunas nociones basicas sabre los origenes de la novela historica y sobre Walter Scott (ade- mas, naturalmente, dé conocer la polémica del siglo xix sobre este tema y el de ta autoria del Sancho Saldana), pero podria encontrar algunas obras’ de consulta en nues- tra lengua y tendria la posibilidad de leer en castellano al menos las obras mas importantes de Scott, sobre todo buscando en bibliotecas las traducciones del siglo x1x. ¥ todavia plantearia menos problemas un tema como La influencia de Maragall en ei cataidn literario moderno. Na- turalmente, evitando partir de optimismes preconcebi- dos; y valdra la pena consultar bien las bibliografias para ver si hay autores’extranjeros que han tratado el tema y cuales son.! 11.6. :Tesis clentifica o tesis politica? A partir de la protesta estudiantil de 1968 se ha esta- blecido la opinién de que no se deben-hacer tesis sobre temas «culturales» o librescos sino mas bien tesis ligadas a intereses directos politicos y sociales. Si la situacién es esta, entonces e] titulo del presente capitulo es una provo- cacion y un engafio porque hace pensar que ura tesis- «politica» no es «cientifica». Ahora bien, en la universi- dad se habla a menude de ciencia, cientificidad, investi- gacién cientifi¢a, valor cientifico de un trabajo, y estos términos pueden dar lugar bien a equivocos involunta- rios, bien a mixtificaciones, bien a ilicitas sospechas de embalsamamiento de la cultura. I1.6.1. ¢Qué es la cientificidad? Para algunos la ciencia se identifica con las ciencias naturales 9 con Ja investigacién sobre bases cuantitati- 1. Las tesis propuestas por Eco son: Modelli del romanzo storico nelle opere narrative di Garibaldi y L’ influenza de! Guerrazzi nella cultura risor- gimentale italiana. (N. de los T.} 47 vas: una investigacion no es cientifica si no procede me- diante formulas y diagramas. En tal caso. sin embargo, no seria cientifica una investigacién sobre la moral en Arisiételes, pero tampoco lo seria una investigacion sobre conciencia de clase y revueltas rurales durante la reforma proilestante. Evidentemente no es este el sentido que se da al término «cientifico» en la universidad. Por eso intenta- mos definir bajo qué criterio un trabajo puede llamarse cientifico en sentido amplio. El modelo puede muy bien ser el de las ciencias natu- rales tal como estan planteadas desde el principio de la edad modermma. Una investigacion es ¢igntifica cuando cumple los siguientes requisitos: : inve: cién versa sobre u# ij {modo también sea re: ible 1S. J término objeto no tiene necesariamente un sig- wnifi¢ade fisicg. También la raiz cuadrada es un objeto aunque nadie la haya visto nunca. La clase social es un objeto de investigacion, aunque alguna pudiera objetar que sdlo se conccen individuos o medias estadisticas y no clases en sentido estricto. Pero segtin esto tattipoco ten- dria realidad fisica la clase de todos Jos numeros enteros * superiores al 3725, de la cual, sin embargo, un matemati- co se podria ocupar estupendamente. a entonces definir las con: lemos hablar en base a unas reglas que nosotros mis- a sciableceremes 9 que St0e Tan Sao ecida anise ati eallgsgitos. Si establecemos las reglas en base a cuales un numero entero superior al 3725 puede ser reconocido cuando se encuentra, hemos establécido las reglas ce re- conocimiento de nuestro objeto, Naturalmente surgen problemas si tenemos que hablar, por ejemplo, de un ser fabuloso cuya inexistencia reconoce la opinién comin, como por ejemplo el centauro. Llegados a este punto tene- mos tres allernafivas. En primer lugar podemos decidir- nos a hablar de Jos centauros tal y como se presenian en la mitologia cidsica, y asi nuestro objeto llega a ser publi- camente reconocible y localizable, pues tenemos que vér- noslas con textos (verbales o vistiales) en que se-habla de 43 centauros. Entonces se tratara de decir qué caracteristi- cas ha de tener un ente de los que habla ta mitologia clasica para ser reconocido como centauro. En segundo lugar podemos intentar una indagacion hipotética sobre las caracteristicas que terdria que tener una criatura viviente en un mundo posible (que no es el real} para poder ser un centauro. En tal caso habriamos de definir las condiciones de subsistencia de este mundo posible advirtiendo que toda nuestra disertacién se de- senvuelve en el Ambito de esta hipotesis. Si nas mantene- mos rigurosamente fieles a la empresa de partida, pode- mos decir entonces que nos ocupamos de un «objeto que tiene alguna posibilidad de ser objeto de indagacion cien- tifica. En tercer lugar podemos decidir que tenemos pruebas suficientes para demostrar que los centauros existen de verdad. ¥ en tal caso, para constituir un objeto suscepti- ble de discurso tendremos que presentar pruebas (esquele- tos, restos éseos, huellas sobre lava solidificada, fotografias hechas con rayos infrarrojos en los bosques de Grecia‘o todo lo que queramos) tales que los demas puedan admi- lir que, por correcta o errénea que sea nuestra Lesis, se trata de algo sobre lo que se puede hablar. Naturalmente este ejemplo es paraddéjico y no creo que nadie quiera hacer tesis sobre los centauros, sobre todo en lo que concierne a Ja tercera alternativa, pero me urgia mostrar como siempre puede constituirse un objeto de investigacién publicamente reconocido en unas condi- ciones dadas. Y si se puede hacer con los centauros, otro tanto se podra decir de nociones como el comportamiento moral, los deseos, los valores o la idea del pragreso his- I6rico. 2)_La investigacion tiene que decir sobre este objeto sas que todavia no kan sido dichas o bien revisar ica diferente las cosas que ya han sidg dichas. Un tra- bajo matematicamente exacto que viniera a demostrar con los métodos tradicionales el teorema de Pitagoras no seria un trabajo cientifico, pues no afadiria nada a nues- tro conocimiento. Como maximo seria un buen trabajo de 49 divulgacion, como un manual que ensefiase a construir una caseta para el perro usando madera, clavas, cepilla, sierra y martillo. Como ya habiamos dicho en L1. una tesis de compilacién también puede ser cientificamente uti] porque et compitador ha reunido y correlacionado de manera organica las opiniones ya expresadas por otros sobre el mismo tema. Del mismo modo un manual de instrucciones sobre cémo hacerse una caseta para el pe- tro ne es un trabajo cientifica, pero una obra que compa- re y comente todos los métodos conocidos para hacer una caseta ya puede plantear alguna modesta pretensién de cientificidad. Hay que tener presente una cosa: que una obra de compilacién s6lo tiene sentido si no existe tedavia ningu- na parecida en ese campo. $i ya existen obras comparati- vas sobre sistemas de casetas para perros, hacer otra igual es una pérdida de tiempo (0 un plagio). 3) La investigacion tiene gue ser itil a los demds. Es uti] un articuly que presente un nuevo descubrimiento sobre el comportamiento de las particulas elementales. Es itil un articulo que cuenie como ha sido descubierta una carta inédita de Leopardi y Ja transcriba por entero. Un trabajo es cientifico (una vez observados los requisitos de Jos puntos | y 2) si afigde algoa To que la comunidad ya sabia: si ha de ser tenido en cuenta, al menos en teoria, Bor todos log trabajos futuros sobre el tema. Naturalmen- Taj Se A tribuciones de las que los estudiosos, de lo contraria Jas tendrian en cuenta, no pueden decir nada bueno. ¥ exis- ten otras que los estudiosos haran bien teniendo en cuen- ta, aunque no pasa nada si no I¢ hacen. Recientemente han sido publicadas unas cartas que James Joyce escribia a-su mujer sobre problemas sexuales abrasadores. Indu- dablemente al que manana estudie la génesis del perso- naje de Molly Bloom en el Ulises de Joyce te convendra saber que en su vida privada Joyce atribufa a su mujer una sexualidad vivaz y desenvuelta, como la de Molly; ¥ por ello se trata de yna util contribucién cientifica. Por 50 otra parte existen admirables interpretaciones de Ulises en que el personaje de Molly ha sido encuadrade con exactitud a pesar de faltar estos datos: en consecuencia se trata de una contribucion no indispensable. En cambio, cuando se publicé Stephen Hera, la primera version de la novela de Joyce Portrait of the Artist as a Young Man, tados advirtieron que era fundamental tenerla en cuenta para comprender el desarrollo del escritor irlandés. Era una contribucion cientifica indispensable. Ahora bien, podria ocurrirsele a alguien sacar a la tuz uno de esos documentos que suele atribuirse burlona- mente a los filasofos alemanes, de los que suelen ljamarse «notas de lavanderia»; se trata de textos de valor infimo en los que el autor habia anotado las compras que tenia que hacer ese dia. A veces también son utiles datos de este género, pues a pesar de todo dan un toque de humanidad a un autor que todos suponian aislado del mundo, o reve- lan que en aquel periodo él vivia bastante pabremente. A veces, en cambio, no afiaden absolutamente nada a lo que ya se sabe, son pequenas curiosidades biograficas y no tienen ningun valor cientifico, aunque lo tengan para las personas que consiguen fama de investigadores incansa- bles sacando a Ia luz semejantes inepcias. No es que haya que desanimar a los que hacen tales investigaciones, pere en su caso ne puede hablarse de progreso del conocimien- to humano y seria bastante mas util, si no desde el punto ‘de vista cientifico al menos si desde el pedagégica, escri- bir un buen-folleto divulgador que cuente la vida y resu- ma las obras de estos autores. 2 La ea debe suministrar elementos oe la la é las hipdtesis que presertia or tanto 1115) I nt Puedo pretender demostrar que hay centauros en el eloponeso, pera tengo que hacer cuatro cosas precisas: (a) presentar pruebas (come se ha dicho, por lo menos un hueso cauda)); (b) decir c6mo he procedido para hacer el hallazgo; (c) decir como habria que proceder para hacer otros; (d) decir aproximadamente qué tipo de hueso (u 51 otro hallazgo) mandaria al cuerno mi hip6tesis el dia que fuera encontrado. De este modo no sélo he suministrado las pruebas de mi hipétesis, sino que lo he hecho de modo que también otros puedan seguir buscando para confirmaria o ponerla en tela de juicio. Lo mismo sucede con cualquier otro tema. Suponga- Mos que yo haga una tesis para demostrar que en un movimiento extraparlamentario de 1969 habia dos co- Trientes, una leninista y ia otra trotskista, aunque comin- mente se cree que era homogéneo. Tendré que presentar documentos (panfletos, grabaciones de asambleas, articu- los, etc.) para demostrar que tengo razon; tendré que de- cir camo he procedido para encontrar ese material y dén- de lo he encontrado, de modo que otros puedan seguir buscando en esa direccién; y tendré que decir segun qué criterios he ‘aplicade e] material probatoric a miembros de ese grupo. Por ejemplo, si el grupo se dividid en 1970, tengo que decir si considero expresion de ese grupo sélo el material teGrico elaborado por sus miembros durante ese espacio de tiempo (pero en tal caso tendré que decir segun qué criterios juzgo a ciertas personas miembros del gru- po: ¢posesién de carnet, participacian en |as asambleas, suposiciones de la policia?) o si tengo también en cuenta los textos elaborados por ex-miembros del grupo después de su disolucién, partiendo del principio de que si ellos han expresado mas tarde esas ideas es porque ya las cuiti- vaban, por le bajo, durante el periodo de actividad del grupo. Sélo de esta manera proporciono a los demas la posibilidad de hacer nuevas indagaciones y de dermostrar, por ejemplo, que mis. revelaciones esiaban equivocadas Porque, supongamos, no s¢ podia considerar miembro del grupo a un fulano que, segan la policia, formaba parte del grupo pero que nunca habia sido reconocido como tal por los otros miembros, al menos a juzgar por los documentos de que sé dispone. Con [o cual he presentado una hipéte- sis, pruebas y procedimientos de verificacion y de refu- tacién. 52 He escogido adrede temas muy diferentes precisamen- te para demostrar que los requisitos de cientificidad pue- den aplicarse a cualquier tipo de indagacién. Cuantg he dicho se refiere a la artificiosa oposicion h entre tesis «cientifica» y tesis «politica». Se una tesis politica observando todas las reglas de cientifict- dad necesarias. Puede darse también una tesis que relate una experiencia de informacién alternativa mediante sis- temas audiovisuales en una comunidad obrera: sera cien- tifica en tanto que documente de modo pablico y contro- lable mi experiencia y permita a cualquiera rchacerla, sea para obtener los mismos resultados, sea para descu- brir que mis resultados son casuales y que en realidad no se deben a mi intervencién sino a otros factores que yo no he tenido en cuenta. Lo bueno de un procedimiento cientifico es que nunca hace perder tiempo a los demas: también trabajar si- guiendo el surco de una hipétesis cientifica para descu- brir después que hay que refutarla es hacer algo util bajo el impulse de una propuesta precedente. Si mi tesis sirve para animar a alguien a efectuar otras experiencias de contrainformacion entre obreros {aunque mis suposicio- nes fueran ingenuas), he logrado algo util. De esta manera se ve que no hay oposicién’ entre tesis cientifica y tesis politica. Por otra parte, puede decirse que todo trabajo cientifico, en tanto que contribuye, al desarrollo de los conocimientos de jos demas, tiene siem- Miento), mas por otra mn cabe decir con sepuridad que toda empresa politica con ibilidades de éxito ha ner Una ic Ser ch ica. -Ya habéis visto como se pu acer una tesis «cienti- fica» sin hacer uso de logaritmos ni probetas. 53 4.6.2. ¢Temas histérico-tedricos 0 experiencias «en caliente»? Mas liegados a este punto, nuestro problema inicial se presenta reformulado de otro modo: ¢Qué es mas atil, hacer una tesis de erudicién o una tesis ligada a experien- cias practicas, a compromisos sociales directos? En otras palabras, ¢ qué es mas util, hacer una tesis en que se hable de autores célebres o de textos antiguos o una tesis que me imponga una intervencién directa en Ja contempora- neidad, sea esta de orden tedrico (por ejemplo: el concep- to de beneficie en la ideologia neocapitalista) o de orden practico (por ejemplo: investigacién sobre la condicion de los chabolisias de la periferia de Roma)? La pregunta es ociosa de por si. Cada uno hace lo que je apetece, y si un estudiante ha pasado cuatro afios estu- diando filologia romanica nadie puede pretender que se ocupe de los chabolistas, det mismo modo que seria ab- surdo pretender un acto de «humildad académica» por parte de alguien que haya pasado cuatro afios con Danilo Dolci, pidiéndole que escriba su tesis sobre Los reyes de rancia, Pero supongamuos que la pregunta la hace un estudian- te en crisis que se pregunta para que Ie sirven las estudios universitarios y especialmente ja experiencia de la tesis. Supongamvos que este estudiante tenga intereses politicos y sociales evidentes y que le dé miedo traicionar su voca- clon dedicandose a temas «librescos». Si esta persona esta ya intraducida en una experiencia politico-social que le deja entrever la posibilidad de ex- traer de ella un discurso concluyente, estara bien que se plantee el problema de como tratar cientificamente su experiencia. Pero si esta experiencia no existe, entonces me parece que la pregunta sdlo expresa una inquietud noble pero ingenua. Ya heros dicho que la experiencia de investiga- cién impuesta por la tesis sirve siempre para nuestra vida futura (tanto profesional como politica) y no tanto por el tema que se elige como por el adiestramiento que supone, 54 por el uso del rigor, por la capacidad de organizacion del materia! que requiere. Paraddjicamente, puede decirse que un estudiante con intereses politicos no los waicionara aunque haga una tesis sobre la utilizacién de los pronombres demostrati- vos en un escritor de betdnica del sigho xvur. O sobre la teoria del impetus en la ciencia anterior a Galileo. O sobre la geometria no euclidiana. O sobre los albores del dere- cho eclesidstico. O sobre una secta mistica. O sobre la medicina arabe medieval. O sobre el articulo del cédigo de derecho penal concerniente a la perturbacion de actos publicos. Tambien se pueden cultivar intereses politicos, por ejemplo sindicales, haciendo una buena tesis histérica sa- bre los movimientos.cbreros del siglo pasado. Se pueden comprender las exigencias contemporaneas de contrain- formacién entre las clases subalternas estudiando el esti- lo. la difusién, las modalidades productivas de las xile- grafias populares en el periodo de Renacimiento. ¥. puestos a polemizar, a un estudiante que hasta el dia de hoy séle haya tenido actividad politica y social, le aconsejaria precisamente una de estas tesis, antes que la narraci6n de las propias experiencias directas, porque es- 14 claro que el trabajo de tesis sera la ultima ocasi6n que tendra para adquirir conocimientos histéricas, tedricus y técnicos y para aprender sistemas de documentacidn (asi como para reflejar de manera mas amplia las posiciones tedricas o histéricas de su propio trabajo politico). Naturalmente, sdlo se trata de mi opinion. Pero por respetar una opinion diferente me pongo en el lugar de quien, metido en una actividad politica, quiera enrique- cer su tesis con su trabajo y sus experiencias de trabajo politico con la redaccién de la tesis. Es posible y se puede hacer un estupende trabajo: pe- ro es preciso decir con claridad y severidad extremadas una serie de cosas, precisamente en defensa de la respeta- bilidad de empresas de este tipo. A veces sucede que el estudiante emborrona un cente- nar de paginas unidas a transcripciones de discusiones, 55 relaciones de actividades, estadisticas a menudo tomadas de cualquier trabajo precedente, y presenta su trabajo come tesis «politica». ¥ otras veces sucede que el tribu- nal, por pereza, por demagogia 0 por incompetencia, da el trabaje por bueno. ¥ sin embargo, se trata de una payasa- da y no sélo respecto de los criterios universitarios, sino precisamente respecto de los criterios politicos, Hay un moda serio y un modo irresponsable de hacer politica. Un politico que decide un plan de desarrollo sin tener infor- macién suficiente sobre la situacién de la sociedad no es mas que un payaso, cuando no un criminal. Y se puede hacer un pésimo favor a la propia adscripcién politica elaborando una tesis politica privada de requisites cienti- ficos. Ya hemos dicho en II.6.1. cuales son estos requisitos y céme son esenciales también para una intetvencién poli- tica seria. Recuerdo a un estudianie que se examinaba sobre los problemas de Jas comunicaciones de masas ase- gurando que habfa heche tna «encuesta* sobre el publico televidente entre Jos trabajadores de cierta zona. En reali- dad habia interrogado, magnetofon en mano, a una doce- na de relojeros duranie dos viajes en tren. Era natural que lo que resu]taba de estas transcripcianes de opiniones no fuera una encuesta. Y no sélo porque no cumplia los re- quisitos de verificabilidad de toda encuesta que se precie, sino también porque los resultados a que se llegaba eran perfectamente imaginables sin necesidad de hacer la en- cuesta. Exactamente igual, por poner un ejemplo, puede preverse que de doce personas sentadas a una mesa, la mayoria diran que les gusta ver los partidos en directo. Por eso presentar una seudo-encuesta para llegar a esté precioso resultado es una payasada. Y es unm autoengaho para el estudiante, que cree haber obienido datas «objeti- vos» cuando en realidad sélo ha confirmado de manera aproximativa sus propias opiniones. Ahora bien, el riesgo de superticialidad ronda espe- Cialmente a las tesis de caracter politica por dos razones: {a) porque en una tesis histérica 0 fitologica existen méto- dos tradicionales de investigacién a los que ef investiga- 56 dor no puede sustraerse, mientras que en trabajos sobre fendmenos sociales en evolucién muchas veces el método tiene que ser inventado (por eso una buena tesis politica es’a menudo mas dificil que una tranquila tesis historica); (b) porque’en muchos casos la metodologia de la investi- gacién social «a la americana» ha consagradc los méto- dos estadisticos cuantitativos y ha producido gran canti- dad de trabajos que no sirven para la comprensidén de fenomenos reales; por consiguiente muchos jévenes poli- tizados adoptan una actitud de desconfianza hacia esta sociologia, que como mucho es «sociometria», acusando- la de estar al servicio del sistema, del cual cs cobertura ideolégica; pero como reaccién a este tipo de investiga- ciones se tiende, simplemente, a no investigar, transfor- mando la tesis en una sucesién de panfletos, de consignas o afirmaciones meramente teéricas. ¢Cémo evitar este riesgo? De muchas maneras, reévi- sando investigaciones «serias» sobre temas andlages, no lanzAndose a un trabajo de investigacién social si no se ha seguido por lo menos Ja actividad de un grupo ya maduro, haciéndose con algunos métodos de recogida y analisis de datos, no presumiendo de hacer en pocas semanas tra- bajos de indagacion que de ordinario son largos y costo- sos... Pero como los problemas cambian segun los cam- pos, los temas y Ja preparacién del estudiante -—y ademas no se pueden dar consejos genéricos—-, me limitaré a po- ner un ejemplo. Escogeré un tema «novisima» sobre el que no‘parecen existir precedentes de investigacién, un tema de actualidad candente con indudable trasfonde po- litico, ideelégico y practice —y que muchos profesores tradicionales definirfan como «meramente periodisti- co»: el fenémeno de las emisoras de radio indepen- dientes. 41.6.3. Cémo transformar un tema de actualidad en tema cientifico Sabemos que en las grandes ciudades italianas han surgido docenas y docenas de estas emisoras, que existen 5? dos, tres, incluse cuatro en centros urbanos de cien mil habitantes, que surgen por todas partes. Que son de tipo politico o de tipo comercial. Que tienen problemas legales pero que la legislacion es ambigua y esta en continua evolucion, y desde el momento en que escribo (o hago la tesis) hasta el momento en que este libro salga (0 la tesis sea discutida) la situacién habra cambiado. Por ello, antes que otra cosa tendré que definir con exactitud el Ambito geografico y temporal de mi indaga- cidn. Podria ser solamente Las radigs libres en Italia de 4975 @ 1976, pero la indagacion tendra que ser completa. Si decido examinar sélo las radios milanesas, sean las tadios milanesas, pero ‘odas. En caso contrario mi inda- gacion sera incompleta porque a lo mejor omite la radio mas significativa en cuanto a programas, nivel de audien- cia, composicion cultural de sus anjmadores o situacion (periferia, barrio, centro). Si decido trabajar con una muestra nacional de trein- ta radios, de acuerdo: pero tengo que establecer los crite- rios de seleccién de Ja muestra y si la realidad nacional es que por cada cinco radios politicas hay tres comerciales (o por cada cinco de izquierda una de extrema derecha), no debo escoger una muestra de treinta radios veintinue- ve de las cuales sean politicas y de izquierda (0 viceversa), pues en tal caso doy una imagen del fendémeno a medida de mis deseos o de mis temores y no a medida de la situa- cion real. : - Yambién podria tomar la decisién (y nos encontramo: de nueve con la tesis sobre la existencia de los centauros en un mundo posible) de renunciar a la indagacién sabre las radios tal come son para proponer a cambi¢ un proyec- to de radio libre ideal. Pero én tal caso, por un lado el proyecto tiene que ser organica y realista (ne puedo supo- ner la existencia de aparatos que no existen 0 que no estan al alcance de un pequefio grupo particular) y por otro no puedo hacer un proyecto ideal sin tener en cuenta Jas lineas directrices del fendmeno real, para lo cual (si+ guiendo con el misme caso) es indispensable una investi- gacion preliminar sobre las radios existentes. 38 Después tendré que hacer publicos los parametros de mi definicién de «radio libre», esto es, hacer publicamen- te reconocible el objeto de la investigacién. éEntiendo por radio libre sélo una radio de izquierda? ¢O una radio hecha por un grupo pequefio en situacién semi-legal y en territorio nacional? ¢O una radio no de- pendiente del .monopolio estata!, aunque por casualidad se trate de una red muy articulada con propésitos mera- mente comerciales? ¢O he de tener presente el parametro territorial y consideraré radio libre sélo una radio de San Marino o de Montecarlo? Elija lo gue elija, tengo que dejar claros mis criterios y explicar por qué excluyo cier- tos fenédmenos del campo de la investigaci6én. Obviamente los criterios han de ser razonables, o los términos que uso han de ser definidos de modo no equivoco: puedo decidir que para mi sdélo son radios libres las que expresan una posicion de extrema izquierda, pero entonces habré de tener en cuenta que cominmente con el término «radios libres» se denomina también a otras radios, y no puedo engaiiar a mis lectores haciéndoles creer que hablo tam- bién de ellas o que estas no existen. En tal caso tendré que especificar que no estoy de acuerdo con la apelacion «ra- dios libres» aplicada a las radios que na quiero examinar (pero la exclusion tendra que estar argumentada) 9 apli- car un término menos genérico a las radios de que me ocupo. Llegado a este punto tendré que describir la estructu- ta de una radio libre desde los puntos de vista organizati- vo, econémico y juridico. Si en unas trabajan profesiona- les con dedicacion plena y en otras trabajan militantes que van turndndose, habra que construir una tipologia organizativa, Habré de mirar si todos estos tipos tienen caracteristicas comunes que sirvan para definir un mode- lo abstracto de radio independiente, o bien si el términa «radio libre» cubre una serie muy informe de experien-- cjas muy diversas, Comprenderéis ahora por qué el rigor cientifico de este andlisis es también util a efectos practi- cos, pues si yo quisiera montar una radio libre tendria 5? Radio Radio Radio Radio Radio Radio Radio Beta Gamma Delta Aurora Centro Pop Canale i00 operadores profesionales predceminio de muiisica presencia de publicidad caracterizada ideciégicamente de modo explicite que saber cuales son las condiciones éptimas para su fun- cionamiento. Para construir una tipologia fidedigna podria, por ejemplo, proceder a Ja elaboracion de un cuadro que con- tenga todas las caracteristicas posibles confrontadas con Jas diversas radios que examinamos; pondré en vertical las caracteristicas de una radio determinada y en hori- zontal la frecuencia estadistica de determinadas caracte- risticas. Es un ejemplo puramente orientativo y de di- mensiones muy reducidas que comprende cuatro para- metros —la presencia de operadores profesionales, la pro- porcién musica-palabra, la presencia de publicidad y la caracterizacion ideolégica—- aplicados a siete radios ima- ginarias. Un cuadro de este tipo me diria, por ejemplo, que Ra- dio Pop esta formada por un grupo no profesional con caracterizacién ideologica explicita que transmite mas misica que comentarios y que acepta publicidad. Al mis- mo tiempo me diria que la presencia de publicidad o el] predominio de la misica sobre los comentarios no se opo- ne necesariamente a la caracterizacion jideolggica, dado * que encontramos dos radios en esta situacién mientras que sdlo hay una con caracterizacién idealégica y predo- minio de la palabra sobre la musica. Por otra parte, no existe ningurid que sin estar idealégicamente caracteriza- da, no tenga publicidad y haga prevalecer lo hablado. Y asi SuceSivamente. Este cuadro es meramente hipotético y contiene pocos parametros y pocas radios; por tanto, no permite extraer conclusiones estadisticas dignas de fe. Sélo era una sugerencia. Ahora bien, ¢céme se obtienen estos datos? Las fuen- tes son tres: los documentos oficiales, las declaraciones de jos interesados y el registro de escucha. Datos oficiales. Son siempre los mas seguras, pero S0- bre las radios independientes existen pocos. Como regla, hay que registrarse ante las autoridades encargadas del orden piblico, Ademas tendria que haber un acta consti- tutiva de la sociedad ante notario a algo pot ¢l estilo, pero no es evidente que esta se pueda ver. Si se Ilegara a una 61 reglamentacion mas precisa podrian encontrarse mas da- tos, pero de momento no hay otra cosa. Fened tarabién en cuenta que forman parte de los datos oficiales el nombre, la frecuencia y Jas horas de actividad. Una tesis que pro- porcione al menos estos tres elementos de todas las radios ya constituiria una contribucién util. Las declaraciones de fos interesados. Se interrega a los responsables de la radio. Lo que dicen constituye un date objetivo siempre que quede claro que se trata de lo gue han dicho ellos y siempre que los criterios de abtencian de las entrevistas sean homogéneos. Se intentar4 elaborar un cuestionario a fin de que respondan todos a todos los temas que consideramos importantes ¥ que la negativa a responder sobre cierto problema quede registrada. No di- go que el cuestionario haya de ser seco y esencial, hecho de sies y noes. $i cada director suelta una declaracion programatica, la grabacién de todas estas deciaraciones podra constituir un documento util. Entendamonos bien sobre la nocién de «dato objetivo» en un caso de este tipo. Un director dice: «nosotres no tenemos objetivos politi- cos ¥ no nos financia nadie»; nada nos garantiza que esté dicjendo la verdad, pero el hecho de que el que emite haga tal presentacion publica es un dato objetivo, Como maximo podra refutarse esta afirmacién por media de un analisis critico de los contenidos transmitidos por esa ra- dio. Con lo que pasamos a la tercera fuente de infor- imaci6n. Registros de escucha. Es el aspecto de la tesis en que notaréis la diferencia entre el trabajo serio y el trabaja de aficionados. Conocer la actividad de una radio indepen- diente significa haberla seguidc durante unas cuantos dias, digamos una semana, hora a hora, elaborando una especie de «radio-programa» en que conste qué transmi- ten y cuando, de qué Jongitud son los programas, cuanta musica hay y cuanto hablan, quién participa en los deba- tes, si los hay, y sobre qué temas, y asi sucesivamente. En la tesis no podréis poner todo cuanto han transmitido durante la semana, pero si reproducir algunos ejemplos significativos (comentarios a canciones, aplausos durante et un debate, maneras de dar una noticia) de los cuales sur- ja un perfil artistica, linguistico e ideolégico de la emisora en cuestion. Existen modelos de regisiras de escucha de radio y televisién elaborados durante varios anos por ARCI, de Bolonia, donde jos encargados de la audicion han proce- dido a crenometrar la longitud de las noticias, la utiliza- cion de ciertos términos y asi sucesivamente, Una vez hecha esta indagaci6n en varias radios padréis proceder a las comparaciones: por ejemplo, como ha sido presentada la misma cancién o la misma noticia de actualidad en dos o mas radios diferentes. Podréis también comparar los programas de las emi- soras estatales con los de las radios independientes: pro- porcién musica-palabra, proporcién de noticias y entrete- nimniento, proporcién de programas y publicidad, propor- cién de musica clasica y ligera, de musica italiana y ex- tranjera, de musica ligera tradicional y musica ligera «jo- ven» y asi sucesivamente. Come véis, de una .éscucha sis- tematica con magnetofon y lapiz al alcance de la mano se pueden extraer muchas conclusiones que tal vez no sur- gian de las entrevistas con los responsables. A veces la simple comparacién de los diferentes clien- tes publicitarios (proporcién de restaurantes, cines, edito- riales, etc.) puede deciros algo sobre las fuentes de finan- ciacibn (que si no estarian ocultas) de una radio deter- minada. La unica condicion es que no procedais por impresio- hes © por conclusiones atolondradas del tipo «si a medio- dia transmite mtsica pop y publicidad de la Panameri- can, esto quiere decir que es una radio filoamericanaz, pues también se trata de saber qué ha transmitide a la una, a las dos, a las tres, y ¢l lunes, el martes y el miér- coles, Si las radios son muchas sélo tenéis dos caminos: 0 escucharias todas, constityyendo un grupe de escucha con tantos magnetéfonos como radios (y es la salucién mas seria, pues asi podéis comparar las diferentes radios en una misma semana), 0 escuchar una por semana. Pero 63 en este ailtimo caso tendréis que trabajar duramente para oirlas una después de otra sin quitar homogeneidad al periodo de escucha, que no puede prolongarse durante seis meses 0 un aiio, dado que en este sector las mutacio- nes son rapidas y frecuentes y no tendria sentido compa- Tar tos programas de Radio Beta en enera con los de Ra- dio Aurora en agosio, porque durante este tiempo quién sabe qué ha sido de Radio Beta. Admitamos que todo este trabajo haya sido bien he- cho; ¢qué queda por hacer? Muchisimas cosas. Cito algunas: — Establecer indices de escucha; no existen datos oficia- les y no se puede confiar en las declaraciones de lus responsabies; la inica alternativa es un sondeo con el método de Ilamadas telefonicas al azar («¢Qué radio escucha en este momento?»). Es ef método utilizado por la RAI, pero requicre una organizacién especifica un pocacostosa. Renunciad a la investigacion antes de dedicaros a registrar impresiones personales como «la mayoria escucha Radio Delta» séle porque cinco ami- gos nuestros dicen que ia escuchan. El problema de los indices de escucha os muestra como también puede trabajarse cientificamente sobre un fenodmeno tan contemporaneo y actual, pero también lo dificil que es lograrlo: mejor una tesis de historia de Roma, es mas facil. —- Tomar nota de la polémica en la prensa y de los even- tuales juicios sobre cada una de estas radios. — Hacer una seleccién y un comentario organico de las leyes al respecto y explicar camo las eluden o cumplen las emisoras y qué problemas surgen. ~ Documentar las posiciones al respecto de los diferen- tes partidos. — Intentar establecer cuadros comparativos de los pre- cios de la publicidad. Quiza los responsables de las diversas radios no os lo digan u os mientan, pero si Radio Delta hace publicidad ‘del restaurante Los Pi- nos, a lo mejor es facil conocer el dato que os interesa por el propietario de Los Pinos. -— Tomar un acontecimiento como muestra (un periado. de elecciones politicas constituiria'un tema ejemplar} y registrar como es tralado por dos, tres o mas radios. — Analizar el estilo lingiiistico de las diferentes radios (imitacion de los presentadores de las emisoras estata- les, imitacion de los disc jockey americanos, uso de terminologia propia de grupos politicos, adhesion a formulas dialectales, etc.) — Analizar cdmo ciertas transmisiones de las emisoras estatales han sido influenciadas (en cuanto a la elec- cién de los programas 0 a los usos lingtisticos) por las transmisiones de las radios libres. ~~ Acumulacién organica de opiniones sobre las radios libres sustentadas por juristas, dirigentes politicos, etc. Tres opiniones hacen sélo un articulo de periédi- co, cien opiniones hacen una encuesta. -~ Acumulacién de toda la bibliografia existente sobre el tema, desde libros y articulos sabre experimentos ana- logos en otras paises hasta articules de los mas reme- tos periodices de provincia o revistillas, con vistas a recoger una documentacién lo mas completa posible sobre el asunto. Quede claro que no tenéis que hacer todas estas cosas. Una sola de estas, bien hecha y completa, constituye ya tema para una tesis. Tampoco digo que esto sea to unico que se puede hacer. Me he limitado a citar algunos ejem- plos para mostrar ¢6mo también sobre un tema tan poco xerudito» y falto de literatura critica, se puede hacer un trabajo cientifico util a los demas, que puede insertarse en una investigacién mas amplia, indispensable para quien quiera profundizar en el tema y libre de vagueda- des, observaciones casuales y extrapolaciones atolon- dradas. Asi pues, para concluir, ¢tesis cientifica tesis politi- ca? Pregunta errénea: es tan cientifico hacer una tesis sobre la doctrina de las ideas de Platén como otra sobre la politica de Lotta Continua en 1974. Si sois de los que quisieron trabajar seriamente, pensdoslo antes de elegir 65 porque fa segunda tesis es sin lugar a dudas mas dificil que la primera y requiere mayor madurez cientifica. Mas que nada porque no tendréis bibliotecas en que apoyaros; mas bien tendréis que montar una biblioteca. @ sea que se puede hacer de modo cientifico una tesis que otros definirian, en cuanto al tema, como puramente «periodistica». Y se puede hacer de modo puramente pe- rigdistico una tesis que, a juzgar por el titulo, tendria todo lo necesario para parecer cientifica. 11.7. gCémo evitar ser explotado por el ponente? A veces el] estudiante elige un tema en base a sus pro- pios intereses. Otras veces, en cambio, recibe la sugeren- cia del profesor de quien ha solicitado la direccién de su tesis. Al sugerir los ternas los profesores pueden seguir dos criterios distintos: indicar un tema que ellos conocen muy bien y con el que podrian dirigir facilmente al alum- no o indicar uh tema que ellos no conocen suficientemen- te y sobre el que querrian saber mas. Quede claro que, en contra de lo que parece, este se- gundo criterio es el mas honesto y generose. El profesor considera que dirigiendo esta tesis él mismo estara obli- gado a ampliar sus propios horizontes, pues si quiere juz- gar bien al aspirante y ayudarle durante su trabajo, ten- dra que ocuparse de algo nuevo. Normalmente, cuando el profesor elige este segundo camino es porque se fia del docterando y por lo general le dice explicitamente que el tema también es nuevo para él y que Je interesa profundi- zar en ¢l. Existen mds bien profesores que sé niegan-a dirigir tesis sobre materias demasiado trilladas, a pesar de que Ja situacién actual de la universidad de masas contribuye a moderar el rigor de muchos y a hacerles inclinarse por una mayor comprensién. Sin embargo, hay casos especificos en que el profesor esta haciendo una investigacién a largo plazo para la cual necesita muchos datos y decide utilizar a los doctorandos 66 como miembros de un equipo de trabajo. Asi, él orienta durante un determinado nimero de afis las tesis en una direccion especifica. Si es un economista que se interesa por la situacién de la industria en un periodo determina- do, dirigira tesis referentes a sectores particulares inten- tando establecer un cuadro completo de su tema. Pues bien, este criterio no solo es legitimo, sino también cienti- ficamente util: el trabajo de tesis contribuye a una inves- tigaciGn de mayor interés colective. También resulta util didacticamente, pues e] candidato podra recibir consejos de un profesor muy informado sobre el tema y podra utili- zar como telén de fonde y material comparativo las tesis elaboradas por otros estudiantes sobre temas correlativos y vecinos. Si el doctorando hace un buen trabajo, podra esperar una posterior publicacién al menos parcial de sus resultados, quiza en e] ambito de na obra calectiva. De todos modos veamos algunos posibles inconve- nientes, 1. El profesor esta emperado en su tema y coacciona al doctorando, que no tiene ningun interés por él. Asi pues, el estudiante se convierte en un ayudante que reco- ge material aislado para que otros lo interpréten. Puesto que la tesis resultara modesta, después sucedera que el profesor, al elaborar su investigacién definitiva, emplea- ré algunos trozos del material recogido pero no citar al estudiante, ya que no puede atribuirsele a este ninguna idea precisa 2. El profesor es deshonesio, hace trabajar a los estu- diantes, los doctora y hace uso sin prejuicios de su trabajo come si fuera propio. En ocasiones se trata de una falta de honestidad casi de buena fe: el docente ha seguido la tesis con pasion, ha sugerido muchas ideas y al cabo de cierto liempo ya no distingue las ideas por é] sugeridas de las aportadas por el estudiante, del mismo medo que tras una apasionada discusién colectiva sobre cierto tema, no somos capaces de recordar cuales eran nuestras ideas de partida y cudles las que hemos adquirido por estimulo ajeno. 67 ¢Cémo evitar estos inconvenientes? El estudiante, al acercarse a cierto profesor ya habra oido hablar de él a sus amigos, habra tenido contactes can doctorandos pre- eedentes y se habraé formado una idea sobre su convenien- cia. Habra leido libros suyos y habré visto si cita con frecuencia o no a sus colaboradores. En cuanto a lo de- mas, hay factores imponderables de estima y de con- fianza. Tampoco hay que caer en el comportamiento neuroti- co de signo opuesto y considerarse plagiado cada vez que alguien hable de temas afines a los de la propia tesis. Si habéis hecho una tesis, digamos, sobre las relaciones en- tre darwinisme y lamarkismo, al hilo de 1a literatura cri- lica os habréis dado cuenta de cuantos han tratado ya el tema y de cudntas ideas comunes hay a todas los estudio- sos. Asi pues, no os consideréis genios defraudados si al- gun. tiempo después el docente, un ayudante suyo o un compafiero vuestro se ocupan del mismo tera. Se entiende por robe de un trabajo cientifico la utili- zacién de datos experimentales que sélo podian obtenerse ejecutando un experimento dado; la apropiacién de transcripciones de manuscritos raras que nunca habian sido transcritos antes de vuestro trabajo; la utilizacién de datos estadisticos que nadie habia citado antes que voso- tros si no se citan las fuentes (pues una vez que la tesis ha sido hecha publica, todo el mundo tiene derecho a citar- la); la utilizacién de traducciones hechas por vosotros de textos que nunéa antes habian sido traducidos o que lo habian sido de otro modo. En cualquier caso, sin montaros un sindrome paranoi- co, considerad también si al aceptar un tema de tesis os incluis o no en un proyecto colective y valorad si merece la pena. fit. LA BUSQUEDA DEL MATERIAL HL1. La accesibilidad de las fuentes Hid. Cudles son las fuentes de un trabajo cientifica is estudia_un_ objeto valiéndose de determina- dos ee Muchas veces el objeto es un libro y los instrumentes san otros libros. Tal es el caso de una tesis, supongamos, sobre Ei pensamienta econdmico de Adam Smith, en la cual el objeto esta constituido por les libros de Adam Smith mientras que los instrumentos son otros libres sobre Adarn Smith. En tal caso diremos que los escritos de Adam Smith uyen las fuent y los libros sobre Adam Smith 3 . Naturalmente, si el tema era Las fuentes del pensamiento econdmico de Adam Smith, las fuentes primarias serian los libros 9 escritos en ih. En realidad, las fuentes de un autor pueden haber sido también acontecimientos histéricos (ciertas discusiones acaecidas en su tiempo sobre ciertos fenémenos concretos), pero estos acontecimientos siem- pre son accesibles en forma de material escrito, esto es, de otros textos. Por el contrario, en ciertos casos el objeto es un fend meno real: tales los cases de iesis sobre los movimientos 69 migratorios internos en la Italia actual, sobre el compor- tamiento de un grupo de nifios minusvalidos o sobre las opiniones del publico respecto de un programa televisivo de} momento. En estos casos las fuentes no existen toda- via en forma de textos escritos, pera deben convertirse en. los textos que se incluiran en la tesis a moda de documen- ios: seran datos estadisticos, transcripciones de entrevis- tas, fotografias quiza o incluso documentacién audiovi- sual. En cuanto a la literatura critica, las cosas no difie- ren mucho del caso precedente. Si no san libros 0 articu- los de revistas, seran articulos de diario o documentas de vario tipo. La de tenerse presente, pues con frecuencia ja literatura cri- tica vais parte de las fuentes, pero coma veremos en el paragralo siguiente estas son fuentes de sees Ademas, una investigacion presurasa y desorde je escog a como tema El pensantiento econd- mica de Adam Smith y segtin el trabajo va avanzande me doy cuenta de que me entretengo sobre todo discutiendo las interpretaciones de cierto autor y descuido la lectura directa de Smith, puedo hacer dos cosas: volver a las fuentes o decidir un cambio de tema y trabajar sobre Las interpretaciones de Smith ert el pensamiento liberal inglés contempordneo. Esto no me eximira de saber qué dijo Smith, pero esta claro que en este punto me interesara discutir no tanto lo que ha dicho él como lo que han dicho otros inspirandose en él. Con tode, es obvio que si quiero criticar en profundidad a sus intérpretes, tendré que con- frontar sus interpretaciones con el texto original. De todos medos. podria darse el caso de que el pensa- Miento original no me interesara casi nada. Supangamos que yo empiezo una tesis sobre el pensamiento Zen en la tradicién japonesa. Esta claro que tengo que leer el japo- nés y que no puedo fiarme de las pocas traducciones occi- dentales de que dispongo. Pero supongamos que al revi- 70 sar la literatura critica me intereso por el uso que ha hecho del Zen cierta vanguardia literaria y artistica nor- teamericana en los afios cincuenta. Llegadas a este punto esta claro que ya no me interesa conocer con absoluta exactitud tealdégica y filosofica el sentido del pensamiento Zen, sino mas bien conocer cémo las ideas orientales ori- ginarias han Ilegado a ser elementos de una idealogia artistica occidental. Entonces el tema de la tesis sera Ef empleo de stuigerencias Zen en la «San Francisco Renaissan- ces de los avios cincuenta y mis fuentes los textos de Ke- rouac, Ginsberg, Ferlinghetti y demas. Estas son Jas fuen- tes con que tendré que trabajar, mientras que en io refe- rente al Zen podran bastarme algunos libres de confianza y unas buenas traducciones. Naturalmente, suponiendo que no sea mi intencién demostrar que los californianos han malinierpretado el Zen original, en cuyo caso la con- frontacion con los textos japoneses seria obligatoria. Pero si me limite a dar por descontada que se han inspirado libremente en traducciones del japonés, lo que me inicre- sa es to que han hecho ellos del Zen, y no lo que era el Zen originariamente. Todo esto significa que es_muy importante definir cuante antes el yerdadero objcto.de ta tesis a fin de poder Jantear, le el principio el problema de Ja accesibili- dad de las fuentes. En el paragrafo ITI.2.4. hay un ejemplo de como par- tiendo casi de nada pueden descubrirse en una pequena biblioteca las fuentes necesarias para nuestro trabajo. Pe- 10 se trata de un caso limite. Por lo general se acepta el tema si se sabe que se tiene posibilidad de acceder a las fuentes, y se ha de saber (1) dénde son accesibles, (2) si son facilmente asequibles, y (3) si estoy capacitado para manejarlas. Podria decidir imprudentemente hacer una tesis sobre ciertos manuscritos de Joyce sin saber que estan en la universidad de Buffalo o sabiendo perfectamente que nunca podré ir a Buffalo. Podria decidir entusidsticamen- te trabajar sobre un fondo documenta] perteneciente a 7 una familia particular de los contornes, para descubrir mas tarde que se trata de una familia celosisima y que s6lo se lo abre a estudiosos de gran fama. Podria decidir trabajar sobre ciertos documentos medievales accesibles pero sin pensar que nunca he hecho un curso para adies- trarme en la lectura de manuscritos antiguos. Pero sin necesidad de buscar ejemplos tan complica- dos, podria decidir trabajar sobre un autor sin saber que sus textos originales son rarisimos y que tendré que viajar como un demente de biblioteca en biblioteca y de pais en pats. O considerar que es facil conseguir los microfilmes de todas sus obras sin calcular que en mi universidad no hay aparato para la lectura de microfilmes, o que yo pa- dezco de conjuntivitis y no puedo soportar un trabajo tan extenuante. Es inutil que yo, fanatico del cine, escoja una tesis sobre una obra menor de un director de los afios veinte si luego descubro que sélo existe una copia de esta obra en los Film Archives de Washington, Una vez resuelto el problema de las fuentes, surgen los mismos problems en lo que a la literatura critica se re- fiere. Podria escoger una tesis sobre un autor menor del siglo dieciocho porque en la biblioteca de mi ciudad se encuentra, por ejemplo, la primera edicién de su obra; pero luego podria encontrarme con que lo mejor de la literatura critica sobre este autor sola puede obtenerse a costa de grandes esfuerzos monetarios. Estos problemas no se solucionan decidiendo trabajar solamente sobre lo que se tiene, pues de Ja literatura criti- ca debe leerse, si no todo, al menos si todo lo importante, Tas Tu hay qu der directamente (vease el pa- Talo S1gul a3) Antes de cometer ligerezas imperdonables es preferi- ble escoger otra tesis siguiendo Jus criterios expuestos en el capitulo II. A titulo orientativo ofreceré algunas tesis a cuya lectu- ra he asistido recientemente; en ellas las fuentes estaban identificadas con mucha precision, se limitaban a un 4m- 72 bito verificable y estaban claramente al alcance de. los docterandos, que sabian como manejarlas. La primera tesis era sobre La experiencia clerical-moderada en la admi- nistracion municipal de Médena (1889-1910). El doctoran- do, o el docente, habia limitade con mucha exactitud la extension de ja investigacion. El doctorando era de Méde- na, asi que trabajaba sobre el lugar. La bibliografia esta- ba dividida entre bibliografia general y bibliografia sobre Médena,. Supongo que en lo que se refiere a la segunda, habria trabajado en la biblioteca de su ciudad. En cuanto a la primera, habria dado algunos saltos a otros lugares. Las fuentes propiamente dichas se dividian en fuentes de archive y fuentes periodisticas. E] aspiranie habia revisa- do y hojeado todos los periédicos de la época. La segunda tesis era sobre La politica escolar del P.C.I. desde el centro-izquierda hasta la protesta estudiantil, Tam- bién aqui se ve que el tema ha sido precisado con exacti- tud e incluso con pradencia: a partir del sesenta y ocho la investigacién hubiera sido problematica. Las fuentes eran la prensa oficial del P.C., las actas parlatentarias, los archivos del partido y la prensa en general. Cabe ima- ginar que por exacta que haya sido la investigacién, se habran escapade muchas cosas de la prensa en general, pero indudablemente se trataba de fuentes secundarias de las que podian recabarse opiniones y criticas. Por to demas, para definir la politica escolar del P.C. bastaban las declaraciones oficiales. Pero seguro que la cosa hubie- ra sido muy distinta de referirse la tesis a la politica esco- lar de la democracia cristiana, esto es, un partido en el gobierno. Porque de un lado hubieran estado las declara- ciones oficiales y de otro los actas efectivos de gobierno, que quiza las contradijeran: la investigacion hubiera to- mado dimensiones dramaticas. Suponiendo que el perio- do se hubiera alargado hasta mas alla del 68, hubieran tenido que clasificarse entre las fuentes de opinién no oficiales todas las publicaciones de los grupos extraparla- mentarios, que a partir de aquel aio empezaron a prolife- rar. Con lo que también esta vez hubiera sido una investi- gacién mucho mas dura. Para concluir, supongo que el 73 aspirante tuvo la posibilidad de trabajar en Roma o de conseguir que le enviaran fotocopias de todo el material que precisd. La tercera tesis era de historia medieval y a ojos de los profanos parecia mucho mas dificil. Se referia a las vicisi- tudes de los bienes de la abadia de San Zeno, Verona, en la baja Edad Media. El nucleo del trabajo consistia en la transcripcién, hasta entonces no efectuada, de algunos folios del registro de Ja abadia de San Zeno correspon- dientes al siglo xi. Naturalmente, e] doctorando tenia nociones de paleografia, es decir, sabia coma se leen y con gué criterios se transcriben les manuscritos antiguos. Pe- ra una vez en posesion de esta técnica, s6lo se trataba de llevar adelante el: trabajo seriamente y de comentar el resultado de la transcripcién. De todos modos, ia tesis era portadora de una bibliografia de treinta titulos, sefal de que aquel problema especifico habia sido historicamente encuadrado basandose en Ja literatura precedente. Su- pongo que el aspirante era veronés y habia clegido un trabajo que podia hacer sin viajar. La cuarta tesis era sobre Experiencias de teatra en pro- sa en el Trentino. El dectorando, que vivia en dicha region, sabia que se trataba de un numero muy limitado de expe- riencias y procedié a reconstruirlas por medio de la con- sulta de periddicos de varios afios, archivos municipales y referencias estadisticas sobre la asistencia de publico. Na es muy distinto el caso de la quinta tesis, Aspectos de poiftica cultural en Budrio con especial referencia a las acti- vidades de la biblioteca municipal. Son dos ejemplos de tesis ciryas fuentes son altamente verificables y que ade- mas resultan ser bastante utiles, pues dan origen a una documentacién estadistico-socialdgica utilizable por in- vestigadores posteriores. A diferencia de las anteriores, la sexta tesis es el caso ejemplar de una investigacidén efectuada con cierta dispo- uibilidad de tiempo y de medios, mostrando al mismo tiempo cémo se puede desarrollar a buen nivel cientifico un tema que a primera vista sdlo parece susceptible de una honrada compilacién. Su titulo era La problemdtica 74 dei actor en la obra de Adolphe Appia. Se trata de un autor muy conocido, abundantemente estudiado por los histo- riadores y teéricos del teatro y sobre el cual al parecer no hay nada nuevo que decir. Pero el aspirante se lanz6 a una callada investigacion en los archivos suizos, recorrié mu- chas bibliotecas, exploré todos los lugares en que trabaja- ra Appia y consiguio formar una bibliogratia de los escri- tos de Appia (incluidos articulos menores que nadie habia vuelto a leer) y de los escritos sobre Appia tal que pudo estudiar el tema con una amplitud y una precision que, segun el ponente, hacian de la tesis una contribucién defi- nitiva. Pues habia ido mas alla de la compilacion sacando a la luz fuentes hasta entonces inaccesibles. i11.1.2_ Fuentes de primera y segunda mano en cuestion, Una traduccion ng es una pects: es una protesis coma la tadura postiza o las gatas, un medio para llegar de modo limitadg a algo que esta mas alla cle mialcance. Una aniglogia no es una fuente: es un alimento ya mas- ticado; puede ser util como primera aproximacion. pero sihago una tesis sobre un autor, se supone que veré en él algo que gtros ng han visto, y una antologia solo me da lo Us isto. E Los informes elaborados por augs autores, aunque estén fexmados por citas amplistmas, Bosgouet eedidiide: SOD. somo Axion, Hess Nels Una fuente puede ser de segunda mano por diversos conceptos. Si quiero hacer una tesis sabre los discursos arlamentarios de Palmiro Togliatti, los discur: i cados por Unid seran fuentes de segunda mano. Nadie Ime garantiza que < redactor no ha jaya hecho cortes o co- metido errore: las actas Rarlamentarias. i — encontrar el texto escrito di- rectamente de mano de Togliatti, dispondré de una fuente 73 de primerisima mano, Si quiero estudiar la declaracién de independencia de los Estados Unides, Ja unica fuente de primera mano es el documento auténtico. Pero tam- bién puedo considerar de primera mane una buena foio- copia. Asi como el texto establecido criticamente por al- gun bistoriador de seriedad indiscutida («indiscutida» quiere decir que nunca ha sido discutida por, Ja Titeratura critica existente). Se comprende entonces que el concepta de «primera» y «segunda mano> depende del sesgo que se dé a ja tesis. Si la tesis se propone discutir las ediciones eriticas existentes, hay que recurrir a los originales. Sila tesis pretende discutir e} sentido politico de la declara- cién de independencia, con una buena edicién critica ten- go mas que suficiente. Si quiero hacer una tesis sobre La estructura narrativa de «Los novios», me bastara4 con.una edicién cualquiera de las obras de Manzoni. Si, por el contrario, quiero dis- ecutir problemas lingtiisticos (par ejemplo, Manzoni entre Milén y Florencia), habré de disponer de buenas ediciones criticas de las diversas redacciones de la obra de Manzoni. Puede decirse, entonces, que dentro de los limites fija- dos al objeto de_mi_investigacién, las suenies han de ser jempre de primiera mano. unico que no puedo ha citar a MyLauloy a través de las citas hechas por gizo. En feoria, un_trabajo_cientilico serio_no_tendri Yuncg a partir de otra cita, aunque ésta no verse directa- mente sobre el autor que se estudia. De todos modos hay excepciones razonables, especialmente en ciertas tesis particulares. Por ejemplo, si escogéis El problema de la trascendencia de to Bello en la «Summa theologiae» de Santo Tomds de Aguino, vuesira fuente primaria sera la Summa de Santo Tomas, y puede decirse que la edicién de la BAC, actual- mente en venta, es suficienie, a menos que sospéch¢is que traiciona al original, en cuyo casa habréis de recurrir a otras ediciones (pero entonces vuestra tesis sera de carac- ter filolégico en vez de estético-filoséfico). A continuacién descubriréis que el problema de la trascendencia de lo 76 Bello también es tocado por Santo Tomas en su comenta- rio al De Divinis Nominibus del Seudo-Dionisio; y a pesar del titulo restringido de vuestro trabajo, tendréis que re- visar directamente también este comentario. Descubri- réis por fin que Santo Tomas recogia el tema de manos de toda una tradicién teolégica precedente y que localizar todas las fuentes originales es la tarea de toda una vida de erudicion, Pero os encontraréis con que esta tarea ya ha sidg hecha por Dom Henry Pouillon, que en un amplio trabajo suyo transcribe amplisimos fragmentos de todos los autores que han comentado al Seudo-Dionisio, esta- bleciendo relaciones, derivaciones y contradicciones. En el Ambito limitado de vuestra tesis, cada vez que querais hacer una referencia a Alejandro de Hales o a Hilduino, podréis hacer uso del material recogido por Pouillon. Y si sucede que el texto de Alejandro de Hales se convierte en esencial para el desarrollo de vuestro discurso, habréis de intentar verlo directamente en Ja edicion de Quaracchi; pero si se trata de referencias formadas por breves citas, bastara con declarar que se ha accedido a ta fuente a través de Pouillon. Nadie dira que habéis actuado con ligereza, pues Pouillon es un estudiose serio y el texto tomado de él no constituia el objeto directo de vuestra tesis. e ha de hacer jamas es citar de una fuente de se, a ingiendo er visto c} original. Y no lo per razones de etica profesional: pensad en lo que sucederia si os preguntasen como habéis conseguido ver directamente tal mapuscrite, cuando es notorio que fue destruido en 1944... De todos modos, no hay que caer en la neurosis de la pLimera mang. Bl hecho de que Napoledn murid el 5 de mayo de 1821 es conocido por todos, generalmente, a tra- vés de fuentes de segunda mano (libros de historia escri- ios a partir de otros libros de historia). Si alguien quisiera estudiar precisamente la fecha de la muerte de Napoleon, tendria que acudir a documentos de la época. Pero si ha- blais de la influencia de la muerte de Napoledn sobre la sicologia de los jévenes liberates europeos. podéis fiaros 77 de un libro de historia cualquiera y dar por buena la fecha. Cuando se recurve explicitamente a dis as, i gundamano. el problema es que se ha de verificar mas de una y ver si cierta cita o referencia a un hecho u opinion es confirmada por varios autores, De no ser asi, hay que sospechar: o se evita Ja referencia a dicho dato o se com- faete en los originales. Por ejemplo, y ya que he dado un ejemplo sobre el pensamiento estético de Santo Tomas, diré que algunos textos contemporineos que discuten este problema par- ten del presupuesto de que Santo Tomas dijo que «put- chrum est id quod visum placet». Yo, que hice mi iesis doctoral sobre este tema, fui a buscar en los textos origi- nales y me di cuenta de que Santa Tomas no lo habia dicho nunca. Habia dicha «puichra dicuntur quae visa pla- cent», y no es cosa de explicar ahora por qué las dos for- mulaciones pueden Hevar a conclusiones interpretativas muy diferentis. ;Qué habia sucedido? Que Ja primera for- mula habia sido propuesta hace muchos anos por el filo- sofo Maritain, que creia con ello resumir fielmente el pen- samiento de Santo Tomas, y a partir de entonces otras intérpretes se habian referido a dicha formula (sacada de una fuente de segunda mano) sin preocuparse por recu- rrir a las fuentes de primera mano. Idéntico problema se plantea en las gijag bibliografi- cas. Teniendo que tinalizar la tesis a toda prisa, hay quien ide poner en [a bibliggratia también cosas que po ha eido, 9 hablar directamente en notas a pie de pagina de estas obras (o rT atin, en cl texto) Gasandose en noticias recogidas e. Podria suceder que haciendo una tesis sobre el barroco leyerais el articulo de Luciano An- ceschi «Bacone tra Rinascimento e Barocco», en Da Baco- nea Kant (Bolonia, Mulino, 1972). Lo citais y, para quedar bien , habiendo encontrado alguna nota sobre otro iexto, ahadis: «Para otras obseryaciones agudas y estimulantes sobre el mismo tema, véast, del mismo autor, ‘L’estetica di Bacone’, en L’estetica dell’empirisme inglese, Bolonia, Alfa, 1959». Quedaréis muy mal cuando alguien os co- mente que se trata de un mismo ensayo reeditado trece 78 afios mas tarde, y que la primera vez habia salide en una edicion universitaria de tirada mas limitada. Todo io que se ha dicho sobre las fuentes de primera mano sigue siendo valido si el objeto de vuestra tesis no es una serie de textos, sina un fendémeno todavia en vigor. Si queréis hablar de las reacciones de los campesinos de la Romanola ante las ediciones del telediaria, la fuente de primera mang sera la encuesta de campo efectuada, entre- vistando segin las reglas a una proporcidn fidedigna y suficiente de campesinos. O como maximo una encuesta similar recién publicada por una fuente fidedigna. Pero si me limitara a citar datos de una investigacion que tiene ya diez anos, es evidente que actuaria de modo incorrec- to, aunque sélo fuera porque desde entonces hasta hoy ban cambiado tanto los campesinos come los programas televisivos. Las cosas serfan distintas si hiciera una tesis sobre Las investigaciones sobre la yelacion entre publico y television en los avios sesenta. T1.2. La investigacién bibliografica 112.1. Cémo usar una biblioteca ¢Cémo se hace una busqueda preliminar en una bi- blioteca? Si ya se dispone de una bibliografta segura, evi- dentemente hay que acudir al catdlogo de autores para ver qué puede proporcionar la biblioteca en cuestién. A continuacin se pasa a otra biblioteca y asi sucesivamen- te, Pere ese método presupone una bibliografia ya elabo- rada (y el acceso a una serie de bibliotecas, quiza una en Roma y otra en Londres). Evidentemente, no es este el caso que importa a mis lectores. Tampoco es que pueda aplicarse a los estudiosos profesionales. El estudioso pa- dra ir a una biblioteca en busca de un libro cuya existen- cia ya conoce, pero por Jo general acude a la biblioteca no cor la bibliografia. sino para elaborar una bibliografia, 79 Elaborar_ una bibliografia significa buscar _aqueilo cuya existencia pe. xs ie ain EI buen investiga- dor es el que esta capacitado para entrar en una bibliote- ca sin tener ni idea sobre un tema y salir de ella sabienda algo mas sobre el mismo. El catdlogo —- La biblioteca ofrece algunas facilidades para buscar aquello cwya existencia todavia se ignora. La primera es, naturalmente, ei cafélago por materias. El ca- talogo de autores por orden alfabético es de utilidad para el que ya sabe qué quiere, Para quien no lo sabe todavia esta el catalogo por materias. Es en él donde una buena biblioteca me dice todo lo que puedo encontrar en sus salas sobre, por ejemplo, la caida del imperio romano de occidente. Pero hay que saber consultar el catalogo de materias. Es evidente que en la C no habra un apartado «caida del imperio romanos (a no ser que se trate de una biblioteca con un sistema de fichas de alta complejidad). Habra que buscar én «Imperio romano», a continuacién en «Roma» y luego en «historia (romana)». Y si contamos con algu- nas informaciones preliminares, de primera. ensefianza, tendremos Ja astucia de buscar en «Ré6muio Augustulo» o «Augustuio (Rémulo)», «Orestes», «Odoacro», «Barba- ros» y «Romano-barbaros (reinos)». Pero los problemas no acaban aqui, Pues en muchas bibliatecas hay dos cata- Jogos por autores y dos catélogos por materias; esto es, el viejo, que llega hasta cierta fecha, y el nuevo, que a lo mejor est4 siendo completado y algén dia incluira al viejo, aunque no por el momento. Y¥ no es que la caida del imperio romano se encuentre en el catalogo vieja sélo por haber sucedido hace tantos afios; podria haber un libro salido hace dos afios y que sélo esté fichado en el catalogo nuevo. Ademas, en ciertas bibliotecas hay catdlogos sepa- rados que corresponden a fondos particulares. Ademas puede suceder que materias y autores vayan juntos. Por si fuera poco, hay catdlogos separados para libros y revistas {divididos en materias y autores). En resumen, ¢s preciso estudiar el funcionamiento de la biblioteca en que se tra- baja y decidir en consecuencia. También puede suceder 80 que se trate de una biblioteca que tenga los libros en la planta baja y las revistas en el piso superior. 5 También hace falta intuicién. Si en una biblioteca Gtaliana) el catdlogo viejo es muy viejo y yo busco «Reta- rica», sera mejor que eche un vistazo también a «Rettori- ca» por si un clasificador diligente puso alli los libros vetustos que hacian uso en su titulo de la doble t. Hay que observar ademas que el catalogo de autores es siempre mds seguro que e! de materias, pues su compi- lacién no depende de las interpretaciones del biblioteca- rio, mientras que estas si intervienen en Ja catalogacién por materias. Si la biblioteca tiene un libro de Rossi Giu- seppe, no hay lugar a dudas, Rossi Giuseppe ha de estar en el catdlogo de autores. Pero si Rossi Giuseppe ha escri- to un ensayo sobre «El papel de Odoacro en la caida del imperio romano de occidente y el asentamiente de les Teinos romano-barbaross, ef bibliotecario puede haberio registrado entre las materias «Romana (historia): u «Odoacro», mientras vosotros buscais en «Lmperio de oc- cidentes. Mas puede suceder que el catalogo no me dé la infor- macion que busco. Entonces tendr¢é que empezar desde una base mas elemental. En todas las bibliotecas hay una seccidn o una Sala de consultas, que reine las enciclope- dias, las historias generales y los repertorios bibliografi- cas. Por tanto, si busco algo sabre el imperio romano de gccidente, tendré que ver qué hay de historia romana, elaborar una bibliogralfia basica partiendo de los libros. de consulta que he encontrado y a continuacién pasar al catalogo de autores. i ibli — Para quienes ya tienen las ideas claras sobre su tema, son los mas seguros. Ep encuentran todas las informaciones bibliograticas nece- ganas. En otras se dispone de la publicacién continua mente puesta al dia de veosriorios o, directamente, de gevistas dedicadas solamente a la bibliografia de dicha materia. Hay todavia otras para las que existen revistas que llevan en cada nimero un apéndice informative so- St bre las publicaciones mds recientes. La consulta de los rigs bibliopraficos —siem, ue estén puesios al dia—- eg esencial para completar la busqueda efectuada en_el catélogo. Pues Ja biblioteca puede estar muy bien cubierta en lo que se refiere a obras viejas y_no tener obras puestas al dia. O bien puede ofrecer historias 9 ma- nuales de la disciplina de que se trate, datados (por ejem- plo) de 1960, en que figuren indicaciones bibliogrdficas de gran utilidad sin que por ello podamos saber si ha salido algo interesante en 1975 (y a lo mejor la biblioteca posee estas obras recientes perc las ha clasificado en una mate- ria en |a que uno no ha pensado). Mas un repertorio bi- bliografico puesto al dia proporciona con exactitud la in- formacién sobre las dltimas contribuciones al tema. La manera mas cémoda de localizar los repertorios bibliograficos es, antes que nada, preguntdrselo al pornen- te de la tesis. Como segunda posibilidad cabe dirigirse al bibliotecario (o al encargade de la seccién de consultas), el cual probablemente os indicara la sala o el estante en que estan dichos repertorios. A este respecto no pueden darse mas consejos, pues como ya he dicho, ef problema cambia mucho de una disciplina a otra. ibli. — Hay que superar la timidez; fre- cuentemente el bibliotecario os brindara consejos seguros que os haran ganar mucho tiempo. Habéis de pensar que (exceptuando los casos de directares demasiado ocupados © neurélicos) un director de biblioteca, especialmente si gs pequefia, es feliz si puede demostrar dos cosas: la cali- dad de su memoria y de su erudicion y la riqueza de su biblioteca. Cuanto mas apartada esté del centro y menos frecuentada sea, tanto mas le duele que sea desconocida. Una persona que pide ayuda hace feliz al director. Naturalmente, aunque por una parte habéis de tener en mucho la ayuda del bibliotecario, por otra no debéis fiaros ciegamente de é]. Escuchad sus consejos pero a con- linuacién buscad otras cosas por vuestra cuenta. E] bi- bliotecario no es un experto universal y ademas no conoce el sesgo particular que queréis dar a vuestra investiga- cién. A lo mejor considera fundamental una obra que a 82 vosotros particularmente no os sirve y no tiene en cuenta otra que, por el contrario, a vosotros os es de gran utili- dad. Ademas, no existe una jerarquia predeterminada de obrasitiles e importantes. En las postrimerias de vuestra investigacién puede resultar decisiva una idea contenida casi por error en una p4gina de un libro practicamente inutil ty considerado irrelevante por los mids), y esta pagi- na tenéis que descubrirla gracias a vuestro propio olfato (y con un poco de suerte) sin que nadie os la sirva en bandeja de plata. Covisultas entre bibliotecas, catdlogas tnformatizados présiamos de otras bibliotecas —»- Hay muchas bibliotecas que publican repertorios puestos al dia de sus adquisicio- nes; por tanto, en ciertas bibliotecas y para ciertas disci- plinas pueden consultarse catalogos que informan sobre lo que hay en otras bibliotecas nacionales y extranjeras. También en este punto es conveniente pedir informacion al bibliotecario. Hay ciertas bibligtecas especializadas que estan unidas por computadora a las memorias cen- trales ¥ que pueden deciros en pocos segundos si disponen de cierto libro y donde se halia. Por ejemplo, la Bienal de Venecia ha formado un Archive Histérico de las-Artes contemporaneas con un teclado electrénico conectado con el archivo bibliografico de la Bibliateca Nacional de Roma. El operador comunica a la maquina el titulo del libro que buscais e instantes después aparece en la panta- Ila Ja ficha (0 fichas) del libro en cuestion. La busqueda puede efectuarse por nombres de autores, titulos de li- bros, materia, colecci6n, editor, afio de publicacian, etc. Es raro encontrar semejantes facilidades en una bi- blioteca vulgar y corriente, pero hay que informarse siempre con cuidado porque nunca se sabe. Una vez localizado e] libro en otra biblioteca nacional o extranjera, téngase presente que por lo general una bi- blioteca puede llevar a cabo un servicio de préstamo inter- bibliotecas, sean estas nacionales o internacionales. Cues- ta cierto tiempo, pero si se trata de libros muy diliciles de encontrar merece la pena intentarlo. Depende de si la biblioteca que recibe la solicitud da en préstamo dicho 83 libro (bay algunas que s6lo presenian los ejemplares du- plicados), y esto hay que considerarle casg por caso y -seguramenié con ayuda del profesor. En cualquier caso, recuérdese que las instituciones existen y que muchas ve- ces n¢ funcionan sencillamente porque no se lo solici- tamos. Por ejempio, hay que tener presente que para conocer los libros que hay en otras biblictecas siempre cabe diri- girse a centros de documentacién, que en el caso italiano son el Centro Nazionale di informazioni Bibliografiche - Biblioteca Nazionale Centrale Vittorio Emanuele [1], 00186 Roma yel Consiglio Nazionale delle Ricerche - Centro Nazionale Documentazione Scientifica - Piazzale delle Science 7 - Roma (rel. 490151) Hay que tecordar, por otra parte, que muchas biblio- tecas disponen de una lista de adquisiciones recientes en que Rguran las obras recién adquiridas todavia no inscri- tas en el catalogo. Y, por fin, si estais haciendo un trabajo Serio qué jnteresa a vuestro director de tesis, no olvidéis que podéis convencer a vuestra facultad para que adguie- ra ciertos textos importantes que no podeéis conseguir de otro mode. 1.2.2. Cémo afrontar la bibliografta: el fichero Naturalmente, para hacer una bibliografia basica hay que ver muchos libros. ¥ en muchas bibliotecas sélo los dan de une en uno y grufien cuando se vuelve enseguida a cambiarlo, con lo que se pierde muchisimo tiempo entre un libro y otro. Por ello es precise que ¢n la primera sesion ng inten- igis leer de buenas a primeras todos los libros encontra- dos, sino que hagais la bibliogralia Gcpartida. En este sentido, la inspeccién preliminar de los catalogos os per- mite hacer las solicitudes con la base de una lista ya pre- 84 parada. Pero la lista extraida de los catdlogos a lo mejor fo os dice nada y no sabéis qué libro pedir en primer lugar. Por eso la inspeccién de los catalogos va acompa- fiada de una inspeccién preliminar de los libros existentes en la sala de consulta. Cuando encontréis un capitulo so- bre vuestre tema, con bibliografia y toda, podgis recorrer- lo rapidamente (ya volveréis mas tarde sobre él) para pa- sar de inmediato a la bibliografia y copiarta exerg. Ha- ciendo esto, entre el capitulo que habéis hojeado y ias eventuales observaciones que acompasian a la bibliogra- fia, si es comentada, os haréis una idea de cuales son, de entre los libros citados, los que ¢l autor considera basicos y podréis solicitarlos. Ademas, si revisais no una, sino varias obras de consulta, haréis una verificaci6n cruzada de las bibliogratias y veréis cuales son Jas abras'que citan todos. Con to cual habréis establecido una primera jerar- quia. Jerarquia que quiza sea puesta en tela de juicio en vuestro futuro trabajo, pero que de momento constituye una base de partida. Puede objetarse que si hay diez obras de consulta, co- piar la bibliogralia de todas es un poco pesado; con este método se corre el peligro de acumular centenares de li- bros, si bien la verificacién cruzada permite eliniinar las repeticiones (de hecho, si se ordena alfabéticamente la primera bibliografia, el control de las siguientes resulta mas facil). Pero hoy dia en cualquier biblioteca que se precie existe una fotocopiadora y cada fotoecopia cuesta, mas 0 menos, siete pesetas. Una bibliografia especifica en una obra de consulta, salva casos excepcionales; ocupa pocas paginas. Por ciento cincuenta o doscientas pesetas podéis fotocepiar uma serie de bibliografias que luego or- denaréis tranquilamente en casa. Sdlo volveréis a la bi- blioteca para ver qué hay que verdaderamente merezca la pena una vez terminada la bibliografia. Liegados a este Punto sera util csp de una beh para cade libro, ciales de de_la bibl bibli eter y ja sipnatura Ce fiche puede contener tambien muchas iniciales y signaturas, lo cual significa que el libro esta disponible en muchos sitios; 8s habra también fichas que no tengan dato ninguno y ahi estan las dificultades, -vuestras A Ficultades o directa- mente la dificultad que se opone a vuestra tesis): Al buscar una bibliografia, segin vaya encontrando titulos experimentaré la tentacion de apunta4rmelos en una libreta. Luego, cuando verifique en el catdlago de autores si los libros senalados por la bibliografia estan allf disponibles, acabaré de poner junto al titulo su signa- tura. Ahora bien, si he apentado muchos titulos (y en una primera revisidn de un tema se tlega facilmente al cenie- nar, aunque posteriormente se decida que muchos son desechables), Nlegado a cierto punto'ya no conseguiré lo- calizarlos. Por lo tanto, el sistema_mas comada eg Ievar up pe- quetio fickero. Segtin voy localizando los libros, les dedico fichas sticesivas. Segiin voy descubriendo que el libro existe en una biblioteca, apuntg su signaiura. Semejantes ficheros cuestan poco y s¢ encuentran en las papelerias. Ademas, uno mismo puede hacérselos, Uno o das centena- res de fichas ocupan poco espacio y padéis levarlas enci- ma cada vez que vayais a la biblioteca. Acabardis tenien- do una imagen clara de lo que tenéis que encontrar y de lo que ya habeis hallado. Ademds, si esta todo puesto por orden alfabético, la localizacién es facil. Podéis organizar la cha de modo que arriba a la derecha figure la sigaatu- ra de la bibligteca, arriba a la izquierda una sigla conyen- gional que indique si el libro os interesa como referencia ggueral o como fuente para un capitulo en particular y asi sucesivamente. Naturalmente, si no tenéis paciencia para manejay un fichero, podéis recurrir a la libreta. Pero los inconvenien- tes son evidentes: a lo mejor apuntais en la primera pagi- na los autores que empiezan por A, en la segunda los que empiezan por B y poco después llenais Ja primera pagina y ya no sabtis donde meter el articulo de Azorin o de Abadal, Ramon de. Para eso es mejor hacer uso de una libreta de teléfonos. Asi no figurara Abadal antes de Azo- rin, sino que estaran ambos en las cuatro paginas reserva- das a la A. Sin embargo el método del fichero es el mejor; 86 puede servir también para otra trabajo posterior a la tesis (basta con integrarlo) o para prestarselo a alguien que trabaje posteriormente sobre temas andlogos. En el capitulo IV hablaremos de otro tipo de ficheros, como el fichero de lecrura, el fichero de ideas y el ficherg de citas (y también veremos en qué casos es necesaria esta proliferacion de fichas). Baste por el momento con sena- lar que el fichero bibliografico no ha de confundirse con el fichero de lectura, y anticiparemos algunas ideas sobre este ultimo. El_fichero de lectura esta compuesto de fichas, a ser posible de formato grande, dedicadas a los libros (o arti- culos) que hayais lejdo: en estas fichas apuntaréis resi- menes, juicios, citas; en resumen, todo lo que pueda ser- vir para la utilizacion del libro leidg en el momento de la de s (cuando quiza ya no esté.a yuestra disposicion) y para a redaccidn dela bibliografia final. No es un fichero que haya que llevar a todas partes, por lo que también podria estar formado por hojas mucho mayores que las fichas (si bien por su formato las fichas son siempre mas manejables). EI fichero eebliatratice. es diferente: debe registrar fo- 5 Ebr SC. lo los que Yleido. Se puede tener un fichero bibliografico de diez mil titules y un fichero de lectura de diez titulos, aunque esta situacién parece reflejar una tesis empezada dema- siado bien y acabada demasiado mal. fichero bibliografico hay que llevar re: vaauna biblioteca. Sus fichas solamente registran los datos cnciales del libro en cuestion y sus.signaturas en jas bibligtecas que habéis explorada. Como maximo po- dréis aniadir en la ficha alguna otra observacion como «muy importante segin el autor X», «a localizar por enci- ma de todo», «Fulano dice que es una obra sin valor» o «a comprar». Pero nada mas. Una ficha de lectura puede se: multiple (un libro puede dar origen a varias hchas Wenas ‘de anotaciones), mientras que una ficha bibliogratica no ede ser inds qué una. Cuanto mejor este hecho, un fichero bibliografico 87 mejor podré ser conservade ¢ integrado para investiga- ciones-posteriores 0 prestado (y quiza vendido), y por eso merece la pena hacerlo bien y de modo legible. No ¢s aconsejable garabatear un titulo, alo mejor erréneo, con, criterios taguigraticos. Sete eine Paar ae el fichera_biblio- eedfico inicial (después aber apuntado én las fichas allados, leidos y fichados en el fichero de lectu- a pacde ¢ constituir la base para ia redaccion de ia biblio- — hemos decidido apuntar aqui jas instrucciones para la transcripcién correcta de las titulos, esto es, las normas de las citas bibliogrdficas. Normas que ve ae 1) La ficha bibliogrdfica 2) La ficha de lectura 3) Las referencias a Libros ex. les meas pie de De todos modos, serAn recordadas en los capitulos en que nos ocupemes de dichas fases del trabajo. Pero queda- rin establecidas aqui de una vez por todas. Se trata de normas muy importantes y habréis de tenerspaciencia para familiarizares con ellas. Veréis que son sobre todo normas fiencionales. pues permiten tanto a vosotros como a_vuestros lectores identificar el libro de que se habla. Pero, por asi decirlo, son también normas de See er dita: su observacion revela a la ona familiartzada con Tidiscipt ina; su violacién traiciona al parvenu cientifico e incluso arroja una sombra de descrédito sobre un trabajo que por To ok puede estar bien hecho. ¥ no es que estas normas de cortesia sean vacuas y no contengan sino debilidades de retérico. Lo misino sucede en el deporte, en Ja filatelia, en el juego del billar y en la vida politica: si alguien utiliza meorrectamente expresiones «clave» se le mira con reticencia, como a quien viene de fuera y no es ede Jos nuestros». Hay que respetar las reglas de la com- pafia que se busca; el que no mea en compatiia es un ladrén o un espia. Ademias, si_se quiere violar las reglas_u oponerse a 88 ellas primero hay que conocerlas para demostrar su _in- consistencia o su funcién meramente represiva. Pero an- tes de decir que no es necesario subrayar el tule de un libro, es preciso saber qué se subraya y por qué. 1112.3. La referencia bibli ica Los libros — He aqui un ejemplo de referencia biblio- srafica gpronea: Wilson, }., «Philosophy and religions, Oxford, 1961. La referencia es errénea por las siguientes razones: 1) Solamente da la inicias del nombre de! autor. La. inicial no es suliciente, mas que nada porque siempre Quicro Saber nombre y apellide de las personas; ademés, puede haber dos autores de idéntico apellido y con la misma inicial. Si leo que el autor del libro Clavis. uni- versalis es P. Rossi, no sabré si se trata del filésafo Paolo Rossi de la universidad de Florencia o del filasofo Pietro Rossi de la universidad de Turin. ¢Y quién es J. Cohen? zEl critico y estetélogo francés Jean Cohen o el filésofo inglés Jonathan Cohen? 2) Cuando se da el tif i a Jgnunca entre comillas, pues es costumbre casi universal ne poner entre comillas los nombres de Jas revistas o los titulos de los articulos de revista. En cualquier caso, en el titulo mencionado era preferible poner Religion con R mayuscula, pues los titulos anglosajones llevan _en mayuscula nombres, ‘adjetivos y verbos. y_no articulos, particulas, preposiciones y adverbios (e inckuso estos si son la ultima palabra del titulo: The Logical Use of If). _3) Resulta_odioso decir ha sido publicado un libro y no decir gor guigy. Supongamos que encontréis un libro que os parece importante, que queréis comprar y que viene senalado como «Milan, 1975». De qué editor es? ¢Mondadori, Rizzoli, Rusconi, Bompiani, Felirinelli, Vallardi? ¢Camo puede ayudarme el librero? Y si figura «Paris, 1976», ¢adonde escribiré? Podemos limitarnos a 89 la ciudad cuando se trata de libros antiguos («Amster- dam, 1678») solo obtenibles en bibliotecas 0 en el restrin- gido Ambito del comercio de iibros antiguos. Si en un libro figura «Cambridge», gde qué Cambridge se trata? ¢Del que hay en Inglaterra o del que hay en Estados Uni- dos? Muchos autores importantes citan el libro mencio- nando solamente Ja ciudad. A no ser que se trate de arti- culos de enciclopedia (para las cuales existen criterios de brevedad a fin de ahorrar espacio), sabed que se trata de autores esnob que desprecian a su publico. A) Sea como sea, en esta referencia «Oxford» es inco- recto. EI libro ge ha sido editado en Oxford. Ha sido editado, como se dice en Ja cubierta, por la Oxford Uni- versity Press; pero esta casa editorial tiene su sede en Londres (asi como en Nueva York y Toronto). Por si fuera poco, fue janes, en Glasgow pero siempre se pone el lugar de edj. hi excepcion hecha le los libros — pues oa lugares coinciden, ya que se trata de impresores-editores-libreros). En una tesis encontré un libra en que se sefalaba «Bompiani, Fariglia- no» porque casualmente el libro habia sido impreso (co- mo evidenciaba el «acabado de imprimir») en Farigliano. Los que hacen estas cosas producen la impresion de no haber visto un libro en su vida. Para estar seguros, no busquéis nunca los datos edftoriales solamente en la cu- bierta, sino también en la pagina siguiente, donde figura el igh, Aili hallaréis ¢] lugar real de la edicidn y la fecha y nitmero de la misma. og limitdis a la cubierta cis incurrir en errores patéticos, como aquelles que, ante libras publicados por la Yale University Press, la Cornell University Press o la Harvard University Press, poner como lugares de publi- cacién Yale, Harvard y Cornell que no son nombres de localidades, sino los nombres propies de esas célebres uni- versidades particulares. Los lugares son New Haven, Cambridge (Massachusetts) e Ithaca. Seria como si un extranjero encontrara un libro editado por la Universita Cattolica y lo creyera publicado en Cattolica, la alegre localidad balnearia de fa costa adriatica. 90 5) En cuanto a la fecha, ha salido bien por casualidad. Ne siempre Ja fecha sefalada en la cubierta es la verdade- ra fecha del libro. Puede ser !a de la ultima edicién. Sélo en Ja pagina del copyright encontraréis la fecha de la pri- mera edicién (y quiza descubrais que Ta primera edicign Tue publicada por otro editor). La diferencia es muy im- portante. Supongamos que hallais una referencia como la siguiente: Searle, J., Speech Acts, Cambridge, 1974. Excepcién hecha de las demas inexactitudes, verifi- cando el copyright se evidencia que la primera edicidn es de 1969. ¥ si en vuestra tesis hubiera que establecer si Searle ha hablado de las speech acts antes o después que otros autores, la fecha de la primera edicion es f'undamen- tal. Ademas, si se lee atentamente el prefacio del libro, se descubrira que su tesis fundamental fue presentada como — tesis de PhD en Oxford en 1959 (esto es, diez afios antes) y que desde entonces varias partes del libro han aparecido en diversas revistas filosdficas. A nadie se Je ocurriria nunea citar como sigue: Manzoni, Alessandro, | promesst sposi, Molfetta, 1976. sdla por tener entre manos una edicién reciente publica- da en Molfetta. Pues bien, si se trabaja sobre un autor, tanto vale Searle como Manzoni: en ningun caso se Ban de difundir ideas errdneas sobre su trabajo. ¥ si estudian- do a Manzoni, Searle o Wilson, habeis trabajado con una edicion posterior, revisada y aumentada, habréis de espe- citicar la fecha de fa primera edicion ademas de la fecha dela engsima edicion a partir de la cual citdis. Ahora que hemos visto com vo debe citarse un librp, yeames cinco modos de citar coteecisnene los libros de que hemos hablado. Quede clara que hay atros criterias y que cualquier criterio puede ser valida si permite: (3) dis- tinguir los libros de los articulos o de los capitulas de otros fibres; (y) senalar sin equivocos tanto el nombre | del autor como el titulo; (c) sefialar lugar de publicacién, edi- 91 ter y edicion; ‘2 senalar eventualmente la consistencia o el grosor del libro. Asi pues, los cinco ejemplos que damos son validos en diferente medida, si bien, como ya explica- remos, preferimos por varios motivos ¢Larimeno: 1. Searle, John R., Speech Acts - An Essay in the Philosophy of Langtia: Sw pe, 1" edd, Cambridge, Cambridge University Press, 1969 (5. ed., 1974], pp. VIIL204. Wilson, John, Philosophy and Religion - The Logic of Religious Be- tief, Londres, Oxford University Press, 1961, pp VIH-120. 2. Searle, John ®., Speech Acts (Cambridge: Cambridge, 1969) Wilson, John, Philosophy and Religion (Londres: Oxford, 1961). 3. Searle. John R.. Speech Acts, Cambridge. Cambridge Univer- sity Press, 1 ed., 1969 (5,* ed., !974), pp. VIII-204. Wilson, John, Philosophy and Religion, Londres, Ox- ford University Press, 196!, pp, WiII-120. 4. Searle, Joho R., Speech Acts. Londres: Cambridge University Press, 1969. Wilson, John, Philosophy geet Religion. Londres: Oxford Univer- sity Press, 1961 5. SEARLE, John R. Speech Acts - Ant Essay in the Philosophy of. Tanguae 1969, ge, Cambridge, Cambridge University Press (5.* 2974), pp. VIU-204. WILSON, John Philosophy and Religion - The Logic of Religious Be- 1961, lief, Londres, Oxford University Press, pp. VITL-120 Naturalmente, hay soluciones mixtas: en el ejemplo 1 el nombre del autor podria figurar en versales come en el 5; en el ejemplo 4 podria figurar también el subtitulo, como en el primero y en el quinto. ¥, como veremos, hay sistemas todavia mas complejos que incluyen el titulo de Ja coleccion. En cualquier caso, valoremos estos cinco ejemplos, va- lidos todos ellos. Consideremos, par ejemplo, el numero 5 Se trata de un case de bibliografia especializada (sistema de referencia autor-afio) del cual hablaremos mas adelan- te a propdsito de las notas o de la bidliografia final. El segundo es tipicamente americano y se usa mas en las notas a pie de pagina que en la bibliografia final. El terce- To, tipicamente alemén, es mas bien raro y a mi juicio no presenta ninguna ventaja. El cuarto es.muy usado en los Estados Unidos y yo lo encuentro muy antipatico, pues no permite distinguir de inmediato el titulo de la obra. El primer sistema nos dice todo jo que interesa y nos sefiala 92 claramente que se trata de un libro y cual es su grosor. Las rovisias — La comodidad de este sistema se evi- lencia al Intentar citar de tres modos diferentes un arti- Sulo_ de revista: Anceschi. Luciano, <«Orizzonte della poesia», J! Vert 1 (NS), febrero $962: 6-21. Anceschi, Luciano, «Orizzonte della poesias. {1 Verdi | (NS), pp. 6-21. Anceschi, Luciano, gorttionte dela poesia», «f| Verti». febrero 1962. pp, 6-2) Aun puede haber mas sistemas, pero empezaremos por el primero y el tercero. El primero pone el articulo entre comillas y la revista en cursiva; ¢] tercere, el articu- lo en cursiva y Ja revista entre comillas. ;Por qué es dikig.cl primera? Porque permite apreciar a primera vista ue «Orizzonte della poesias no es un libro, sino un texto ee. Asi pues, los Pa Tous de revista pertenecen a Ta misma categoria (como veremos) que los capit D ros y las actas de congresos. Resulta evidente que e segundo ejemplo es una variante del primero; sélo elimi- na la referencia al mes de publicacién, mientras que el primer ejemplo también me informa de {a fecha del arti- culo, cosa que no hace el segundo, que por tanto es defec- tuoso. Mejor hubiera sido poner, al menos, ff Verri 1, 1962. Obsérvese que se ha puesto la indicacidn (NS), esto ¢3, «Nueva Serie». Es muy importante, pues 7! Verri tuvo una primera serie con otro numero 1, que es de 1956. Si tuvie- ra que citar este ntimero (que obviamente no podia llevar Ja indicacién «serie antigua»), to haria asi: Gorlier, Claudio, «L'apocalisse di Dylan Thomas», II Verri I, 1, otoao 1956, pp. 39-46. donde se apreciaré que se especifica, ademas del numero, el aio. O sea que la otra cita también podria reformularse asi: Anceschi, Luciano, «Orizzonte della poesia». If Verrt VII, 1, 1962, pp. 6-21. 93 si no fuese porque Ja nueva serie no lleva el anu. Nétese ademas que algunas revistas se numeran progresivamen- tea lo largo del ano (0 se numeran por velimenes: y en un afio también pueden publicarse varios volumenes). Asi que, si se quiere, ne es preciso poner el numero de la revista y basta con registrar el afio y la pagina. Ejemplo: Guglielmi, Guido, «Tecnica ¢ letteraturas, Lingua e, stile, 1966, pp. 323-340. Si busco la revista en una biblioteca veré que la pagi- na 323 se encuentra en el tercer niimere de! primer ano. Pero no veo por qué habia de someter a mi lector a esta gimnasia (aunque ciertos autores lo hagan), pues hubiera sido mas comodo escribir: Guglielmi, Guide, «Tecnica e letteratura», Lingua e stile, I, |, 1966 y de este modo, aunque no dé Ja pagina, el arciculo es mucho mas localizable. Piénsese, ademas, que si quisiera pedir al editor Ia revista como numero atrasado, no me interesarfa conocer la pagina, sino el numero en que se encuentra. La pagina primera y la ultima, de todos mo- dos, me sirven para saber si se trata de un articulo largo o de una nota breve, y en consecuencia son indicaciones recomendabiles en cualquier caso. Autores varios y edicién al Stes de — Pasemos a continuation a los S, trate- se de colecciones de ensayes de un mis: m7 autor o de voli- menes miscelaneos. Veamos un ejemplo sencillo: Morpurgo-Tagliabue, Guido, «Aristotelismo ¢ Baroccos en AAVV, Reto- rica € Barocco. Actas del II Congreso In- ternacional de Estudios Humanisticos, Venevia, 15-18 junio 1954, Enrico Castelli, Roma, Boccaypp. 196. ¢De qué me intorma este modo de citar? De todo lo que necesito, esto es: (a) Se trata de un texto incluido en una seleccion de 94 ig5 textos, y por tanto este de Morpurgo-Tagliabue no és un libro, aunque por ¢] nimera de paginas (setenta y y siete, luzco que se trata de un estudio de cierta consis- tencia. (b) La seleccién consiste en un volumen titulado Reto- rica ¢ Barocco que reine textos de autores varios (AAVY ° AANV)). acahiabiaaiarrtanier “~G) Esta seleccién constituye la documentacién de las actas de un conyenio. Es rmportante saberlo, pues en cier- tas bibliografias resultard que el volurnen est4 catalogado entre las «Actas de convenios y congresos». (d) Que esta al cuidado de Enrico Castelli. Es un dato muy importante no sélo porque en ciertas bibliotecas se hallaré la seleccion a nombre de «Castelli, Enrico», sino también porque segiin costumbre anglosajona, los nom- bres de los varios autores no estan inscritos en la V (Auto- h como AAVY, Retorica e Baroceo, Roma, Bocca, 1955, pp. 256, 20 cuadros. mientras que en una bibliografia norteamericana apare- cerfa como: Castelli, Enrico (ed.), Retorica ¢ Barocco etc. donde sed.» significa «editor», es decir, « j la edicign» (cuando pone «eds.», hay més de un recopilador), Imitando la costumbre americana hay quien tiende a citar este libro como: Castelli, Enrico (al cuidado de), Retorica e Barocco etc. Son cosas que se han de saber para poder Jocalizar ¢] libro en el catalogo de una biblioteca o en otra piblio- erafia Como veremos en el pardgrafo III.2.4. al referirmos a un experimento concreto de investigacion bibliografica, la primera cita encontrada de este articulo en la Storia 95

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