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Editorial Andrés Bello Mi PANDORA Y LA CAJA MISTERIOSA Prometeo era uno de los Titanes, a quien el dios Zeus habia ensenado astronomia, arquitectura, medicina, ‘metalurgia, navegacién y, en fin, todo lo necesario para desarrollar la vida humana. Prometeo, de gran inteligen- cia y destreza en todas las artes, tras- pas6 sus conocimientos a fos huma- nos, que habian sido creacos por él. No contento con todo eso, pens6 que los hombres también debian disponer de fuego y decidié robarlo a los dioses. Corté una larga rama seca de un arbol, subi6 rapidamente hasta el cielo para encenderla en el carro del Sol y con aquella llama volvi6 a la Tierra, Hasta entonces, los hombres comian carne cru- da, no podian trabajar los ricos metales que Prometeo les habia hecho descubrir en las entrafias de la tierra, y debian soportar el frio y la oscuridad de la noche. Junto al fuego, la humanidad comenz6 a desa- rrollarse. Naci6 el lenguaje, pues al reunirse alrede- Jdor del calor y de la luz, los hombres necesitaron Jcomunicarse. Y con sas enseanzas de Prometeo, Japrendieron a cultivar la tierra, inventaron el alfabeto, Jos ntimeros y empezaron a registrar el tiempo en isticos calendarios de madera El progreso de los hombres comenz6 a disgus- tar profundamente a Zeus y a los demis dioses. Los seres humanos se sentian ya tan poderosos que olvidaban recurrir a la divinidad y presentarle ofren- das para obtener sus favores. Alarmados, los dioses decidieron poner atajo a la soberbia de los hom- bres y hacer que éstos volvieran a obedecerles y a temerles, Entonces, para desconcertar a los mortales, for- maron a una mujer tan bella que ninguna de las diosas, exceptuando Ia dorada Venus, se le podia comparar. Minerva le regalé un maravilloso vestido, colocé un transparente velo sobre su rostro y coroné su cabeza con una guimalda de flores. Las Gracias la adornaron con infinitos dones: le concedieron una ‘voz armoniosa capaz de entonar las mas dulces melo- dias y le dieron también una manera de hablar gra- ciosa y discreta. Vulcano escullpi6 su cuerpo tan per- fecto como el de una estatua. Mercurio, dios de la elocuencia, del comercio y del engaho, le dio un espiritu insinuante, pero a la vez le ensead palabras engaitosas y de dobie significado. Estaba dotada de tantas gracias y de tantos do- nes que los dioses se pusieron de acuerdo para bus- carle un nombre que reflejara tan inimaginables atri- PBR YUL CAI MISERIES 7 butos. Decidieron que se llamaria Pandora, que quie- re decir “dotada de todas las cualidades' ‘Antes de enviarla at mundo de los hombres, Zeus le entreg6 una caja muy bien cerrada y le dio instruc- ciones. Mercurio fue el encargado de conducir a Pan- dora y presentarla a Epimeteo, que era hermano de Prometeo, Este no se encontraba alli, pues lo que los hombres no sabian— Zeus lo habia hecho enca- denar a unas rocas, en el Céucaso. Sin embargo, él habia alcanzado a aconsejar a su hermano: —Desconfia de Zeus y de sus engafos y, sobre todo, ten mucho cuidado con sus regalos. No aceptes nada que venga de él Pero Epimeteo —cuyo nombre significa “el que reflexiona tarde’—, completamente subyugado por la belleza y la perfeccién de Pandora, la acepté de inmediato. Ante aquella hermosa mujer, olvidé todas las advertencias de su hermano, y sin sentir la me- nor desconfianza anuncié su decisién de casarse con ella Pandora habia entrado ya en el palacio de Epite- meo. Entre los regalos de boda que comenzaron a llegar, ella colocé la misteriosa caja: —Es un regalo de Zeus —dijo a Epitemeo, La caja estaba hecha de una hermosa madera y su superficie era tan brillante que Pandora podia ver su rostro reflejado en ella. Los angulos estaban escul- pidos maravillosamente. Alrededor de la tapa habia graciosas figuras de hombres, mujeres y nifios, entre profusién de flores y follaje in embargo, al principio y pensando sélo en su felicidad, Epitemeo no dio mayor importancia a aquel ‘objeto, ni sintié ninguna curiosidad por saber lo que contenfa, Sencillamente supuso que Pandora guarda- rfa en esa caja sus perfumes y sus joyas, Algunos decfan que se abria con una llave de oro, pero nadie la habia visto. Pas6 el tiempo y Epimeteo se dio cuenta de que jams habia visto a Pandora abriendo la caja. Enton- ces se despert6 su curiosidad. —Dime, Pandora —pregunté—, :qué hay en ese misterioso cofre enviaclo por Zeus? Nunca lo he visto que lo abras. {Tienes ti la llave? a joven sabia muy bien lo que tenia que hacer y habia estudiado su papel. Por expresa recomenda- cidn de los dioses, debia estimular constantemente la curiosidad de su esposo, sin decirle nada. Guardo, pues, el més absoluto silencio, —Contéstame, Pandora. ¢Qué hay en esa caja? —insistié Epimeteo—, ides. Pronto al- ss seein sharon com ter frees de ‘un hombre en quel Iugae prohibido cara lag ae ne ance) a la fuerza arrancarlo de alli. Mas ls splics de ls dulce y abnegada Antgon demandando piedad para su padre, logaron aed uae ks atenienses, quienes consintieron en con aquellos car i : sues a aquelon — extranjeros a la presen- E pa netieaee monarca tan sabio como noble, justo (caps fo sélo escuché atento el relato de ie penas de Edipo, sino que, al saber quiéa er, le ab ‘ razos y le brindé su proteccién, 3 __-Ningiin hombre ha de sacarte de aqui contra ojuntad —le dijo—. Confia, pues, en que gozaras guid hasta aqui. Y de que mi mi ¥ de repose, ya que Febo te er jos mods, suNque YO NO este Presente, SE wombre te defendera de todo maltrato. Tn efecto, durante algtin tiempo muy breve g026 gaipo de relativa paz en aquella tierra hospitalaria No habian sido vanas las promesas cle Tesco. Mas sucedi que, en tanto, en Tebas tos dos hijos de Fdipo peleaban encarnizadamente, Eo 1 principio, ambos habian expresado su deseo de dejar cone ho a Creonte ¥ Ao ensangrentar més la ciudad, focante afligida ya con tantas desgracias. Pero, de esata, el demonio de la ambici6n volvi6 a apoderar Pree ellos; los dos quisieron el mando y él supremo poder, ¥ el més joven en edad, que era Exéocles, Privé del trono al mayor, Polinice, y 1o expuls6 dela patria. Polinice, entonces, corrié a Ia tier de SBS, vende se caso con la hija del rey, y obteniendo, cereed a esia alianza, el favor de las gentes de aque) pais, se hizo de un poderoso ejército y avanz6 hacia Tebas, sembrando el terror en aquel pafs.. Por aquel entonces, consultados los oriculos, de- clararon que seria vencedor aquel que tuviera én st territorio la tumba de Edipo. ‘os hijos del desterrado, al saber esto, corrieron a Colono y trataron de convencer a su padre de que volviera con ellos; claro que cada uno rogaba por su Tado, tratando de atraer al desdichado Edipo hacia ¢) te wforio en que sus tropas guerreaban contra las de su hermano. Iguilmente Creonte, a la cabeza de umerosos itenienses, se presenio ante Edipo y ante Teseo, suplicindo que el rey ciego volviese a ciudad ee Edipo escuchs con horror aquellas : aquellas voces qu séto el oxlio y la codicia haclan vibrar en palate hipécritas. Convencido de que Creonte y sus crueles hijos no pretendian sino alejarlo de la proteecién de los atenienses y deseo enn pais desconocio, rechaz6 los ofrecimientos de un I ; le unos y de ottos. Al saber también que los oriculos habian predicho que su sepulcro seria prenda de victoria sobre todo ene. migo para el pais que lo taviera en su territorio, uiso que su cadaver beneficiara 2 Teseo, su protec. ‘or, y a Colono, la tierra hospitalaria en. que hab hallado reposo. " Recurrié una ver més a Teseo : is a Teseo para que lo ibrara de 10s tebanos, y en el noble principe enconirs de nuevo decidida proteccién Entonces Edipo comprendié que el fin de todos sus males se acercaba. Dicen que un espantoso true. no fue para él el anuncio de su proxima muerte. Sin guia cuyos ojos dieran direccién a sus pasos vacilan- tes de hombre ciego, se encaminé, acompanado de sus, dos hija, al lugar donde debia expirar, Con andar seguro borded un preipicio y, legado a un lugar en que el camino se dvidis en muchas sen as, se sent en una piedra, se quit6 sus vestidos as, : vestidos de luto, y después de pedir a sus dos his agua co: rriente y pura para lavarse y hacer libaciones, les cordlend que le vistieran como se hacia entonces con Jos muertos. ¥ les dijo: —Desde hoy, hijas mias, ya no tienen padre, pues voy a morir dentro de muy breves instantes. En Fdelante no levaran ya la trabajosa vida que hasta ‘qui han soportado por acompaiarme y procurarme ) sustento. Ha sido muy dura la suerte de ustedes, hijas, pero en verdad les aseguro que jamas tendrin oro amor mas afectuoso que el que han tenido de su padre, privadas del cual vivirdn en adelante. Llorando lo abrazaron las dos jévenes, que tan tiemamente habian demostrado amarlo, Edipo quiso entonces que se le acercara Teseo, el rey de aquella hospitalaria tierra —iOh querido Teseo! Je dijo con voz conmovi- da por la gratitud—, dame tu mano como garantia de tigua fidelidad para mis hijas, y promete que jamés las traicionaras a voluntad, sino que haris cuanto en tu benevolencia legues 2 pensar que les ha de ser ‘ail siempre. Y el noble rey prometié solemnemente 1o que Edipo le pedia, EI rey errante, tras volver a besar con gran ternura a sus dos hijas, les rogé que se apartaran de alli y que s6lo Tesco quedara a su lado. Ellas obedecieron Cuenta Sofocles que tembld entonces fa tierra y que se entreabrié suavemente para tragar a Edipo, sin violencia y sin dolor, ante los aténitos ojos de Teseo, el tinico que supo el secreto de su muerte y conocio el lugar de su sepultura « cupmros srrowoercas encos Tal fue el fin de Edipo Rey, el més desdichado entre los hombres. Su raza, cumpliéndose la prediccién del oraculo, se extinguié: Etéocles y Polinice, sus hijos, a fin de evitar mayor derramamiento de sangre entre los pue- blos, pidieron pelear en singular combate en presen- cia de los dos ejércitos, y se mataron el uno al otro. Se dice que el rencor que se tenfan los dos hermanos era tan grande, que hasta las llamas de la hoguera en que juntos se quemaron sus cuerpos se separaban, por no ir ellos unidos ni aun en la muerte. Creonte, que subié al trono a la muerte de los hermanos, concedié honor de sepultura a las cenizas de Etéocles por haber peleado contra los enemigos de su patria. Mando, en cambio, que las de Polinice fueran arrojadas al viento por haber Hlevado hasta su patria un ejército de extranjeros. Sin embargo, Antigona, al enterarse de la muerte de sus hermanos, volvi6 a Tebas y quiso dar sepultu- 1a a las cenizas de Polinice. Creonte, indignado por que sus 6rdenes habjan sido desobedecidas, hizo bus- car a Antigona hasta encontrarla lorando sobre la tumba de su hermano. Fue tomada prisionera y leva- da a la presencia de Creonte. —Por qué has hecho eso? —le pregunt6 el rey—. {Como te has atrevido a desobedecer las leyes? —He obedecido las leyes que no estin escritas —fue la tranquila respuesta de la joven. Creonte la condené a ser enterrada viva. Antigo- na se ahoreé, evitando asi aquella muerte tan cruel y -raorot DE FOHRO ° 6 wwe el joven Hemén, orrorosa. Sucedi6 entonces que ¢| otorsn. Sees, qe se habia enamorado mien, se quite tambien 1a vida sobre ‘el cuerpo de ell maldicion que pesaba sobre cl desaicrado dipo y su descendencia no s¢ habia detenido.. YANTALO Y PELOPE S¢ le atribuyen diversos origenes, pero segin algunas leyendas, Tantalo, rey SAY Ge rigia, era hijo de Zeus. En todo aso, el dios era su amigo y constan- temente lo convidaba a su palacio del Olimpo. Gierto dia, Tantalo recibié el anuncio de que los dioses del Olimpo descen- derian del cielo y serian sus convidados. Se preocu- pé, pues, de preparar un gran banquete para recibir fos en su palacio. El rey siempre habia sentido una gran curiosidad por saber si realmente los dioses te- in ese conocimiento y esa sabiduria de la que tanto se hablaba, Esta era la ocasién ce comprobarlo. ‘Se- rian capaces de adivinar lo que él estaba ideando para el banquete? Era nada menos que un homible crimen. ‘Mand6 llamar a Pélope, uno de sus hijos, lo descuartiz6 y preparé su carne para ofrecerla a los dioses, exquisitamente preparada Pero en el instante mismo en que se acercé a la mesa, Zeus se dio cuenta del crimen de Téntalo. Pero no era éste el primero ni el nico delito que el rey de Frigia habia cometido. Se sabia que, aprovechando que Zeus lo recibia en el Olimpo, Tin: talo habia conocido y revelado secretos del dios habia robado ambrosia y néctar para darlos a probar a los mortales. Pero el asesinato de su hijo y su intencién de engafiar a los dioses ofreciéndoles su came en el banquete, sobrepasaron todos los limites. Zeus, enfurecido ante tanta maldad e irreveren- ia, precipit6 al culpable en los infiernos, y lo castigé con una pena durisima € interminable. Fue condena- do al suplicio de padecer sed y hambre eternamente: el famoso suplicio de Tantalo. Desde entonces, en las profundidades del infier- no pudo verse al rey de Frigia poseido de una sed abrasadora, inclinandose sobre un rio. Cuando sus labios estaban por tocar el agua, ésta se alejaba, Vol- via a inclinarse, pero de inmediato el agua se retira- ba, huyendo de sus labios. Ese era su peor tormento: veia el agua, pero no podia tocarla ni probarla. Lo mismo sucedia con los alimentos. Tenia ante sus ojos los mas exquisitos manjares, pero escapaban de sus manos cuando pretendia tomarlos. De esta manera, permanecia eternamente consumido por la sed y el hambre. Pero junto con enviar a Tantalo al infierno, Zeus se compadecié del joven Pélope, victima de la cruel- dad de su padre, Reunié todos sus miembros y los 5a Hermes para que le devolviera Ia vida, Ese ee en un ealder, lo iio y pronvnci6 nagico. comin mae entos después 10s dioses compro- an con felicidad que Pélope estaba vivo nieve: Pome. Sin embargo, le faltaba algo. Que hal mente. Si i i = ae Deméter estaba bastante distraida al Ie" sar al banquete. Se sentia muy apenacla pordve, hia Proserpina habia sido saptade pot Hades, Sint ‘os infiernos. Por eso, sin darse cuenta, font ‘erecho de Pélope cuando le fue presentada : en compensatto de esta pérdida, Zeus do 2 hijo de Tantalo un hombro de marhl, dowee ales con su Tmaravillosa virtud de curar todos los males co contacto. : : sont ape, mgrosumente dewueioa 1 ‘bandoné Fenicia para dirigi vida por Zeus, a aise mes riquezas Grecia, Hevando sus enormes siquezas & WAN A mar Egeo. En Arcadia, conoci6 a Hipodamia, © al = Enomao, y, enamorado de ella, pidio su mane’ ay no tena inenciones de casat a sit vues un oraculo le habia profetizado que aque! porta su yerno le daria muerte. Cuando se presen figin aspirante a la mano de Hipodama, Enomao le ‘exigia que concursara con él en una Cai tirados por caballos. El rey resultaba siempre el vencedor pues sus caballos eran tan veloces que parecian tener alas, Pero no se contentaba con esa victoria. Con cual quier motivo, se declaraba ofendido por aque! or gulloso joven que habia osado disputarie el triunfo Y, arrojindose sorpresivamente sobre él, le dabal muerte. Cuando Pélope supo como terminaban todas las carreras, pidi6 a su amigo Poseidén que lo ayudara a vencer. El dios del mar dispuso para él un carro con alas de oro que podia corer incluso a través de los mares. Los caballos que tiraban el carro estaban tam- bién provistos de alas y eran inmortales. Con este carro, Pélope atraves6 el mar Egeo para Presentarse ante Enomao y aceptar su diesafio. Cerca, del palacio, el joven vio, ensartadas en estacas de fierro, todas las cabezas de los que habian pretendido casarse con Hipodamia Entonces, para asegurarse atin mas la victoria, se puso de acuerdo con el auriga y aflojé las ruedas del carro de Enomao. Legé por fin el momento de dar inicio a la competencia. Enomao, seguro de su habilidad y de la otencia de sus caballos, se lanz6 tleno de confianza en una veloz carrera. Pero entonces se soltaron las ruedas y el rey cayé violentamente sobre el polvo, rompiéndose el cuello, lo que le causé la muerte. Se cumplis asi la prediccién del oréculo: Enomao habia muerto a causa dela estratagema de quien seria su yerno, Pélope consi i : guid asi casarse con Hipodami: eee eae i ee _ pares, sungus dicen umblén que és fue ens Jf.un tine destino, Pero éam ee otra historia... LEYENDA DE PARIS Y HELENA Paris, uno de Jos personajes mas fa- moses de ka mitologia griega, fue el tiltimo hijo hombre de Priamo, rey de ‘Troya y de su esposa Hécabe. Cuando esperaba e| nacimiento de ‘este hijo, la reina tuvo un sueho Muy ‘extrafo: sod que en ver. de tener Un MR ino, al llegar el momento del parto vracia de ella un carbon encendido que prencia f¥eH al palacio y a toda Ia ciudad ‘Confundida y algo alarmada por 1a rara Vision pidi6 consejo a su esposo. Priamo le recomend6 acu- Fir al oréculo, Este confirmé sus temores anuncindo- Te que ese aitimo hijo causara la destruccion de todo el reino. “Ante tal profecia, el rey decidi6 hacer desaparcott al nino en cuanto naciera. Sin escuchar a Hécabe, ave fogaba clemencia para el pequeno nifo, a dia siguien- verevya nacimiento ordend a uno de sus criados due Ie eara del palacio y 1o abandonara en la montana Compadesio, el endo no se resign dar a quella cratura en algén paraje solitario, Se dig ema cle ema ass pans Ta acogieron como a un hijo y lo tlamaron Paris. El nino creci6 fuerte y hermoso en medio del campo. Era muy audaz y ya en sv adolescencia comenzé a desta- carse en las luchas de toros, sobre los que parect tener un poder especial a Aunque se habia casado con una bella ninfa Enone, y vivian felices en el campo, Paris se sentia staid por I ciudad y a ella se digi un ea : in esa ocasién en ‘Troya se celebraban dives juegos y competencias er que Pits qulso pace par. Facilmente, gracias a sus constantes ejercicios en el campo, gan6 los premios, el pueblo lo aclamé como vencedor y el rey de Troya, sin saber que s¢ trataba de su hijo, lo acogi6 en el palacio. Con su triunfo y su hermosura, Paris iba adqui- riendo una fama extraordinaria. Era muy aficionado a organizar luchas entre fuertes toros y al término de ellas coronaba al vencedor con una guimalda de flo- res. Cuando uno de los toros vencia en repetidas joportunidades, lo decaraba campeon, poniéndolo fe te a los otros con una corona de oro. ] va giilevenda cuenta que un dia “Ares, el dios de la guerra, se transforms en toro para tomar parte en una de estas luchas. Como era de esperarse, Aves tun y recibié Ia corona de oro. En el Olin todos tos-doses celebraron a Pais yl Un dia en que el joven se encontraba en la montaha apacentando sus rebahios, se le presenté Hermes acompanado de tres diosas: Afrodita, diosa Gel amor, [a belleza y la fertlidad; Hera, esposa de Zeus, diosa del matrimonio; y Atena, diosa de la guerra y de la paz, del pensamiento y las artes. T Zeus me ha enviado aqui —dijo Hermes—, para que te presente a Hera, Atena y Afrodita, y te entregue esta manzana de oro. El dios supremo orde~ ta decidas cual de estas tres diosas es la mas cuando tengas tu fallo, deberi jues mas hermosa. na que hermosa. Miralas y, centregar la manzana a la que j "Pero, zc6mo puede Zeus pensar que yo Soy capaz de juzgar y decidir quién es la més hermosa? Yo soy sélo un pastor. Partiré la manzana en tres y le daré una parte a cada una No puedes hacer eso. Zeus ordena que se sigan sus instrueciones: debes dar a manzana a la que consideres mas bella “No tengo mis que obedecer. Pero antes qui- siera que las diosas me prometieran que no se con- vertirin en mis enemigas si son vencidas. “Te lo prometemos —respondieron las diosas— Puedes decidir tranquilo. “Qué seri més importante —se preguntaba Pa- rig: la belleza fisica, la sabiduria 0 el poder?” Mientras tanto, Atena exigid a Afrodita que se quitara su cinto magico, a lo que ésta contest6. “Esti bien, Pero siempre que tt te saques el yelmo. eventos semLocices cHtEcos Como continuaran disc | nuaran discutiendo, Paris se dirigié a ven, setona an le dijo. Te examinaré a itrme con atencis ve cate cn seni, Pars ino He alae traras ningun defecto en mi. Si err a I, yo te haré sefior de Asia y ae se que son inagotables. ls sos tesors no ros no me interesan —respondié Pars Y agregé—: Ya he coneluide mi dbo vera las oes donee, 8 TAMER come? Se present entonces Aten, das i SOY THe om. Si me eliges a mi des la manzana te prometo que te haré = guerrero y trunfarés en todas las batall ‘Serds el mis fuente y, adems, el mis het vel mas sao rs Ree, a moso y el mAs sabio —Seftora —cont intesté Pati que vive en paz. ero ganar bala vse en pr ar qué quo ana alia” rodita. Cuando ésta se present, Paris la vio tan hermosa que se sinti6 desfallecer de is la vio tan herm : iti Nec oT - ue aoe te mas hermoso de los hombre: ile el gaué haces aqui en estos campos ae sols, ene tros y estas? Debers estat call ciudad, on ol ms bello de los palacios y con rs imis perfec de las mujeres. Yo te puedo hacer nel, ae gu ods les oe en Espamta Es Helena, hia de Zeus, y eo ceca . ¥ exté casada con Menelao, Pero si te conoce, abandonaré todo para seguirte, ‘Pero, como? THN me das la manzana, yo haré que sea twya. aris eligi entonces a Afrodita y le entregd 19 manzana, Venus se sinto Feliz ¥ orBulloss, © cambio Mera y Atena, humilladas en extremo, (WATT, ven: ganza eterna a Troya y a todos sve hijos. Olvidando ie promesas, le negaron a Paris todo 10 de de ellas alla y seria des- Gependia: no ganaria jamas una ba preciado por todos los guerTeros Por 8 cobardia. No Pe preocuparia nunca de nada serio y no sabria dar Someejos. No tendria poder, ai sabiduria cedita quiso protegerlo y demostrar que ella sola podia otorgarle toda clase de Bienes, triunfando sobre las otras diosas. Par aquellos dias Priamo organiz6 diversos Core ‘cursos, En el de toros particip6 el animal ‘campeon de Paris, que abruvo el premio. Después, 6 las otras Competencias también tiunfé Paris, lo que despen Ia ita de los demas hijos de Priamo, ave decidieron. vaataro, Pero se alz6 una vor que advirtio al rey oes hijos quieren matar a Paris, que es $0 hermano! jParis es tu hijo menor! és tu hijo ! Somprendido, Priamo llamo a su mujen ¥ ambos examinaron al joven. Tenia una_marca 6 fa mano que Hécabe le habia delado antes 6 abandonarlo. qe cionados, levaron a su hijo al palacio ¥ realiza- ron una gran fiesta Al saber la noticia, los . ticta, los sacerdotes advirtieron al —Recuerda que este b ate ste hijo wyo seré el de a de Toys ebes nat 2 ue Troya se termin Ome eee Paris se separé de Ei : : Enone y se instal6 en 1 entonces rismo, a pesar de sentise feliz de tbr ° su hijo, se atemoriz6 re‘ >a hi dicho ri, sco on pretento pn sla le de cs, lo que hiro encigindote que Sata Grecia p fara su tia Hesiona, raptada por Paris se sintié on Fin. Sn Fees ene a ropocona ler ae a He le habia hablado Afrodita. Y la diosa shige se alegs pues ast cumplia su promess ea lela mujer mis bella del mund —— Sanda Puss Nog «spar una Clunde as lea Espa, Malena celta om , donde Helena le fue presentada. E joven le enregs as foyas Tos dems dones = ie Hevaba desde Trova, Amb se sinteron en ede el momento en que se vieron Paris se hosped en el pala vo tas el palacio del rx encarga i encargado su padre, Sélo se dedicé a conquistar a la A los pocas semanas, Menelao anuncié que . ° Menelao iajaria a Creta y orden6 que se atendi an liera a su su ausencia. En cuanto se embar- jwésped durante huyera con él ne Paris convencio a Helena de que a Troya gunas tradiciones sostienen que Helena ye Tf anda por Paris o que éste [a sedujo usando Kt ope de tad Bao. Lo cierto es que ella se fue con ef 2pVeN joven abandonando a su hija Hermione, de s6lo nuc- ee anos, y Hevando con ella a Plistenes, atin mas pequefio. También tomé gran pare de los tesoros del palacio de Menelao. se do este regresé a Esparta, se desat6 1a tr gedia. El rey corri6 por et palaco ‘buscando a su Ssposa y recibio con amargura 1a noule de que “ip se habia ido con su huésped: Mencia recorrié cil ino. y,_visitando a los monarcas de Grecia, puso en pie de guerra a todos los helenos y se pus, en persecucién de Helena, Desde el pert de ee an Beocia, numerosos bajles, con 1s velas aanivtjas al viento, emprendieron la travesia cont Troya buscando venganza. Mientras tanto Helena era recibida como Yt diosa en Troya ¥ s€ instald en el palacio, sin inguic- tarse por el desastre que habia desatado ror fue atacado por el propio Menelao, y Heri do por una flecha envenenada, pidio que le dejaran seabar su vida al Jado de su esposa Enone expir6 tn el monte Ida, desde donde Zeus observaba la batalla, DDespues de una larga hucha, Troya cayé £9 der de os griegos, que se valieron para ello det Famoso caball -aballo con ruedas, Ta liada con ruedas, como Homero cuenta er Hel oe ner a eae de regreso a Espanta y que nai 16, fue arrojada del Peloy ot die ya la defendiera. Liles bead EL GIGANTE ANTEO Y LOS PIGMEOS Una antiquisima leyenda nos habla del mitico pueblo de los Pigmeos, ¢- tablecido en el norte de Africa, en los crnonios de Libia, donde habitaba él Gigante Anteo, hijo de la Tierra y de Poseidon, el dios det mar. Toe Gigantes eran seres inmensos de gran fuerza y valor. Todos tenfan Una larga barba y fay quienes sostenian Ve sus pies eataban formados por serpientes ee orse presenaba muy amable ante 10d los viajeros que se acercaban 2 sus teri Los invitaba wertasa, pero muy luego les propontl luchar con él Su enorme fuerza le permitia vencer SemPi Jo que @laprovechaba para matarlos. Si propésito era reunir niles y miles de craneos, pues halbsa prometido edifi- var con ellos un templo en honor de sv padre. oi embargo, para los Pigmeos, que tambien 8 hijos de Ia Tierra, Anteo era un protector ¥ Te sentian vaguros con él, Para ellos, tan pequefios TUS ningon hombre I los vea, el c hombre tos corpulento Gigante les parecial Un dia, como Io hac , como To hacia a con i menudo, Anteo contaby tendo en el suelo dumindo —. mente, horas qu sempre aprovechaan os Pn 7 Pas tepar sobre su cuerpo, acerca a 38 ey certs escpando de sus feroces rong mane ecto so enon and no de los Fr , parado sobre el hombro d 7 ™ ¥ le Anteo, vi & algo exo, A tedida que e aproximabs pudo care vents de que em on hombre grande uae nue quizés no tan grande como Ants "evaba un casco y un teal all un isco on exc que bilabun aj l sly - espada al ino. Vesta una piel de len y en cha bana una mazagrucsa y pesada a y eolamerzad, rei» alunos de ss hemanos ar junto a la on Enttando en ella eas que padian Ss OMe ando cel an wiimeoevinne, qu se acerca un Gigante! il despertarlo, Pero al fi ce in lo lograron —iLevantate! El fora : astero trae una iY puee qlee misfeereque tl Ye un salto “nea i al Se Puso We pie, tomando sin senso jos leguas ‘al encuentro del —7Quién eres ti? — tierra? trond— (Qué buscas en mis Cualquier otro mortal, que no fuese aquel foras- * , que no fues tero, se habria atemorizado ante la colosal estatur: age Anteo y 88 Vor de tryeno. Pero Este, SH) NAAT ge Mio miraba de amiba abajo, mientras blandia la pesada maza a Duién eres?— repitié Anteo—. Responde s! wigs que deshaga tb créneo con mi bastOn. ies y no te temo. Los dioses no 4 "—Me llamo Heracl del Olimpo me han enviado aqut oY tampoco te temo ¥ de aqui 20 pasaris! _bramé Anteo, que habia ofdo hablar de las haza- Fas de Hercules, aunque no creia que fuera més ase que él— Tengo cincuenta veces mit fuerza aque ti y con mis pies en tierra SOY quinientas veces mas potente: + imfeato, Anteo tenia un don muy especial: 59% fuerzas se renovaban por el contacto con A madre, Teeherra, Asi, si en medio de una lucha Caf al suelo, ta Tevantaba de inmediato con mayores brios Se entabl6 una lucha feroz. Por mas que Heracles, sruido el bast6n de Anteo; To artojaba ave Yo con un feroz goipe de su maza, el Gigante S¢ at saba y arremetia contra Heracles rugiendo a Smbargo, la inteligencia y desireza Je} héroe Je dieron ventaja contra su enemigo. Ane la furia de Anteo, Heracles respondia con calma y om fuerza. anne es comenz6 a comprender la causa de ta mila- grosa recuperaciGn del Gigante cada vez que rodaba por el suelo. Se dio cuenta de que no le seria posible vencerto si continuaba derribandolo. ‘arroi6 1a maza con que habi tantas memorables ocasiones y 5 aPFesiO ia combatido en a la lucha cuerpo a cuerpo, Cuando Anteo estuvo cerca de él lo levanté en vilo, sosteniéndolo en el aire con sus potentes brazos. Al perder el contacto con la tierra, el Gigante sintié que sus fuerzas se debilitaban mas y mas, hasta que por fin Heracles lo arrojé a una milla de distancia, donde quedé inmévil. Aunque volvia a yacer sobre la tierra, ya no podia recuperar- se: estaba muerto, Los Pigmeos, que habfan presenciado horrori- zados la feroz lucha, comenzaron a gritar, mientras Heracles, que ni siquiera habia advertido su pre- sencia, pens6 primero que ese pequefo ruido po- dria ser el canto de algunos pajaros, pero poniendo mas atencién pudo escuchar que muchas voces gri- aban: —iVillano! Mataste al Gigante Anteo, nuestro pro- tector. Por fin descubrié a los pequeftos seres que se movian a sus pies, e inclinéndose, cogié a uno entre sus dedos y lo colocé en la palma de su mano. —aQuieres decirme qué clase de ser eres? —pre- sunt6 Hercules. —Soy tu enemigo —tespondi6 el Pigmeo con energia—, TG mataste al Gigante Anteo y nosotros te mataremos a t. —He visto muchas maravillas en mi vida —ex- clamé Heracles, admirado ante el valor de aquellos diminutos personajes—, pero esta que tengo en la ‘mano es superior a todas las demas, Sin duda ustedes son un pueblo con coraje —agregé inclinandose re- ‘ros nero os riento8 ° nada en el mundo erente ante los Pigmeos--. Por nada en el mundo Yejeiora hacer el menor dano a gente tan vallente GE'como ustedes! Pido la pz, y me compromet® far cinco pasos y salir de vuestro 1 esta vez he sido derrotado, NOTAS, EN TORNO A LOS MITOS GRIEGOS —";Qué libros recomendaria a los j6venes para co- menzar a leer? —le pregunté Ana D'Onofrio a Ray Bradbury en una entrevista publicada en el diario La Nacién, de Buenos Aires. El autor de Fabrenbeit 451, Crénicas Marcia~ nas y tantas otras obras, considerado como el rein- ventor de la literatura de ciencia ficcién, contest6: —Deberian empezar por los mitos griegos, la guerra de Troya, la relaci6n entre la raza humana y Tos dioses cuando éstos bajaban a la Tierra. Todas las historias y las vidas de la raza humana fueron encarnadas por los mitos griegos, os mitos roma- nos, los mitos egipcios...” Se ha dicho también que un pueblo sin leyendas esti condenado @ morir...; pero que el pueblo que no tenga mitos ya esté muerto. No €s facil descubrir el origen de los mitos y de las leyendas de los griegos, pero ello no tiene impor- tancia. Lo realmente valioso es el increible caudal de maravillosas narraciones que han llegado hasta noso- tros, con toda su belleza poética. Es un conjunto maravilloso de aves de sores, de hacanay, de muerte todas eas de protrdo sniicado y proves a lo de dioses, semidioses, héroes ‘A juicio de los criticos, lo més asombroso de estas leyendas y mitos nacidos en Grecia es su per- manente vigencia. Los romanos los aceptaron y, auin- que los modificaron en cierta medida y los amplia- ron, los incorporaron a sus creencias y a su Mes diasia y, lo més importante, los trasmitieron a la cul tura occidental, Sin duda es impresionante que estos mitos y leyendas hayan sido por més de veinticinco sislosy coninden siéndolo, fuente de inpiacion Para la eras y las aes psteas de los pues DIOSES, SEMIDIOSES, HEROES Y PERSONAJES QUE APARECEN EN ESTOS CUENTOS MITOLOGICOS [Actisio, rey de Argos, padre de Danae. ‘Afrodita, diosa del amor, la belleza y la fertlidad. ‘agenor, pretendiente de Andromeda que combatio Perseo, Alceo, hijo de Perseo y Andromeda, abuelo de Hercules. ‘Andromeda, hija del rey Cefeo, esposa de Perseo. Antea, esposa de Pretos. anteo, Gigante, hijo de la Tierra y de Poseidon, el dios del mar. Antigona, hija de Edipo. ‘Apolo, dios de la belleza, de las artes y de la advinacion. ‘Ares, el dios de la guerra. ena o Atenea, diosa de la guerra y de la paz, del ipensamiento y las artes. ‘Atlas, Gigante, rey de Mauritania. Uno de los Titanes de la primera generacion de divinidades, que fue vencido por los dioses olfmpicos. Belero, hermano de Belerofonte, a quien este dio muerte. By Belerofonte, nieto de Sisifo que vi con nontado en Pegino oo efeo, rey, padre de Andrémeda, es Coes aceon ge Creonte, hermano de Yocasta, la madre de Edipo, a quien sucedi6 en el trono de Tebas. pe Danae, madre de Pereo. , diosa de la fertilidad. Dictis, pescador de Séfiros que con su red 6 del mar a Perseo y Danae. : wre Dosis don cl vinoy dela Rea ipo, hijo de Layo y Yocasta, vi ipo, i yo y Yocasta, victima de un trigico Egle, la brillamte, una de las Hespé 5 lane, las Hespérides, none, bella ninfa con quien se caso Paris cuando pit sabia quien cr spimeteo, hermano de Prom i de Prometeo, esposo de Pan- Eritia, la roja, una de las He la roja, una de las Hespérides. Esfinge de Tebas, monstruo que mataba a quien n respondia sus enigmas. ° Esteno, una de las Gorgonas. Etéocles, hijo de Edipo. Euménides, ninfi 5, ninfas protectoras de Euriale, una de las Gorgonas. oo Euristeo, rey que ordené a é ten, ry a ordené a Heracles (Hércules) los Faetén, hijo de Climene limene y de Helios, muerto por el cit 2 Zens al conduc el caro del Sl pret mea, hija de Yobates, esposa de Belerofonte. jase SEDIOM, HEROES Y PERSONAS. ETC * Forbas, pastor de Corinto que encontr6 a Edipo aban- donado. Gordio, rey de Frigia que adopté a Midas y lo nom ‘p16 sucesor. Gorgonas, monstrvos que transformaban en piedra @ {quien los miraba. Eran tres hermanas, Grayas, tres horribles hechiceras, hermanas de las Gorgonas Hades, dios de los infiernos, Hécabe, madre de Paris, esposa de Priamo, Helena, hija de Zeus, esposa de Menelao, rapid por Paris, Heliadss, hijas de Helios, hermanas de Facton. Helios, dios del Sol y de la luz. Hemda, hijo del rey Creonte, enamorado de Antigo- na, la hija de Edipo. Hera’ esposa de Zeus, reina del Olimpo, diosa det ‘matrimonio. Heracles, el mas famoso héroe griego, vencedor en Tos doce trabajos y en muchas otras hazafias. Es tnds conocido por su nombre latino: Hércules. Hércules, nombre latino de Heracles. Hermes, mensajero de los dioses; dios protector de Tos viajeros, de los comerciantes y los ladrones. Hermione, hija de Helena y Menelao. Hesiona, tia de Priamo, a quien Paris va a rescatar a Esparta, Héspere, la del sol poniente, una de las Hesperides, Hespérides, hijas del gigante Atlas, rey de Mausta- ‘hia, y de Hesperis, la estrella de la tarde * IONE, SEENON, HEROES ¥ PERSONAE. TC Hesperis, Ia estrella de la tarde, madre de las Hes- perides. Bipodamia, hija del rey Enomao, esposa de Pélope. Ismene, hija de Edipo. Layo, rey de Tebas, casado con Yocasta; padre de Edipo. Medusa, una de las Gorgonas, la tnica moral, fue vencida por Perseo. Madre de Pegaso Menelao, rey de Esparta, esposo de Helena. Mercurio, nombre latino de Hermes. Midas, rey de Macedonia y de Frigia. Minerva, nombre latino de Atena. Nereidas, divinidades marinas, hijas de Nereo. Nereo, dios marino. Pandora, primera mujer, esposa de Epitemeo. Paris, iltimo hijo hombre de Priamo y Hécabe, rap- tor de Helena y causante de la guerra de Troya Pegaso, caballo alado nacido de la sangre de Medu- sa. Fue el caballo de Belerofonte. Pélope, hijo de Tantalo. Peribea, esposa de Pélibo, madre adoptiva de Edipo. Perseo, hijo de Zeus y de Danae, Derroté a la Medu- sa y liber a Andrémeda. Pigmeos, pueblo mitico que vivid en el norte de Africa. Plistenes, hijo de Helena y Menelao. P6libo, rey de Corinto, padre adoptivo de Edipo. Polibos, adivino consultado por Belerofonte. Polidectes, rey de Séfiros que acogié a Perseo y Danae | | | noe potinice, hijo de Bape osc nt que seas 2 Belerofonne Priamo, eye Hohe Pe ido def cle zacion humana. . rose fats decade or Bet fonte. Sileno, sitiro, tutor de Dioniso. Sori jenado por sus crimenes & Sisifo, rey de Corinto cond pot eae * manecer en el infierno empujande : permancer fo de una montabas abuelo Belerofonte. . -pantalo, rey de Frigia, condenao, Tos dioses, a padecer para sien devoradoras. 1e0, rey de Atenas. Tirestas,advino consuttado por E4ipO. a Titanes, divinidades ariegas Se gobernat 7 jel Olimpo. 1e Zeus y 108 dioses a : Venus, nombre latino de Afrodita, ta diosa del amor Vattano, dios del fuego y la metalnre® Yous, suegro de Pretos, rey GE UC ao, yopmeta, esposa de Layo y made Y SP anor Jrens, dios supremo del Olimpo, dos del cielo, de los dioses. , por sus ofensas a pre hambre y sed

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