Departamento de Humanidades y didctica universidad metropolitana cuadernos unimetanos 22 / abril 2010 Podemos dudar de todo, menos de la muerte.11 eso es claro, aun a pesar de los esfuerzos de Hamlet, prncipe de dinamarca, por convencer a ofelia de su amor por ella.12 as pues, para el hombre del siglo XVii una cosa s era segura: la muerte. no es una gran novedad, pero entendiendo que la muerte es un hecho social y que se muere dentro del horizonte cultural y de clase en que se ha vivido,13 la muerte en el siglo XVii no puede ser comprendida por nosotros con los parmetros culturales que hoy manejamos. es justamente en esta tarea que las imgenes de la vanitas podran brindarnos alguna ayuda. desde comienzos de la centuria del 1600 se produce en europa una sensible renovacin de la iconografa asociada a la muerte, convirtindola en una suerte de reflexin acerca de la fugacidad y la vanidad de las cosas terrenas14 y, consecuentemente, acerca de la finitud de la vida del hombre y de la esperanza de ste en lo que vendr. surgir as una serie de imgenes que bien podran ser consideradas el crepsculo del entusiasmo, por una parte y, por la otra, la alborada del regocijo. aunque pueda parecer paradjico y lejos de lo que muchos pudieran pensar, las imgenes de la vanitas barroca siguen el pathos dramtico del estilo, pero no hacia el abismo de la desesperanza, en virtud de su directa asociacin con la meditatio mortis. elpticamente, como un jaln emocional magnficamente logrado, la vanitas barroca puede desgarrar al espectador sutil, pero profundamente, al tiempo que, sin que ste lo note, le alza jubiloso cuando ya no espera que nada se pueda hacer por l. 11 Juan libanio y mara clara bingemer, Escatologa cristiana, pg. 148 12 Duda que hay fuego en los astros, / duda que se mueve el sol, / duda que lo falso es cierto, / mas no dudes de mi amor (William shakespeare, Hamlet, acto ii, escena Vi) 13 Juan libanio y mara clara bingemer, Op. Cit., pg. 165 14 Fernando checa y Jos miguel morn, Op. Cit., pg. 248