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Carta de Santiago Leal a Patricio Espafiol Sefior Patricio Espaiiol Muy seftor mio: Como las tiltimas ocurrencias de esta capital tocan inmediatamente en el Gobier- + no de todo el reino, tiene usted razén para desear una noticia’ exacta de ellas y que baste para formar el concepto seguro que no ha podido hacerse a causa de los diversos papeles, diarios 0 cartas, que sin la debida circunspeccién o imparcialidad se han de- rramado por todas partes. Usted justamente lo desea, y yo con la sinceridad propia de mi caricter voy a darla, sin temor de errar en los sucesos, porque estoy bien cierto de lo que escribo y me preparo para huir toda lisonja y aceptacion de personas, no menos que las figuras retdricas, que tanto disfra zan los papeles y chocan con Ia sencillez y rectitud que deben observarse en 1a com: nicaciin de noticias interesante Para que procedamos sin confusién, es necesario tomar fas cosas un poco antes de los iiltimos sucesos. Chile, que por su situacidn en el globo, por la feracidad de sus terrenos, por las Tiquezas que encierran sus entrafas, por la robustez y generosidad de sus habitantes, como por otra infinidad de bienes de que nos certifica su historia, pudo en los alos pasados llegar a la felicidad de que son susceptibles los pueblos de América, en el miserable estado de ser gobernados como, colonias y sin los privilegios de libres y par- tes integrantes de la Monarquia, como se les ha declarado posteriormente; Chile, digo abandonado como las denis provincias de las Indias a la arbitrariedad de unas leyes austeras, logrd, sin embargo, mejor suerte que otras en el mismo tiempu del desgobier: no de Espafia. Sus gobernadores Benavides, O'Higgins, Avilés y Pino, que sucesivamen- w le mandaron dese el ato de 1730 hasta el de 101, si no pudieron hacerlo feliz, tind necesitadvs a contormur sus proc dimientos con los principios de la consti- tucisn americana, por tin no le apretaron el cordel, y es preciso confesar que estos ondadosos jefas le hicieron el bien que astuvo en siti manos; pero, entrande al aio 8 1802, en que tomé posesin de este reino el teniente general don Luis Mufioz de Guz min, ya empezaron a sentirse todos los es- tragos del despotismo. Este jefe, a pesar de su ilustrado talento, tenia ya muchos afios y habia crecido en él con la edad la costum- bre de hacer prevalecer su voluntad, en com formidad a los principins de su carrera, pa- ra Ievar a cabo sus inclinaciones. Tuvo la desgracia de depositar su confianza en ma- nos venales, que en pocos dias trastornaron el orden de todas las cosas. El Palacio de los Presidentes habia sido hasta aquella fecha et sagrado donde no se atrevid jamis el cohecho para la justicia, ni el vil interés para los empleos graciosos; mas, en este Gobierno estos dos enemigos se entronizaron con tal absoluto imperio, que nadie consizuis lo suyo, ni opts lo que pretendia, sin que le arrancasen las entra- fias con garfios de hierro. Asi se vieron aterrados los hombres de bien, los tribuna- les sin energia, los Cabildos sin voz, los pueblos sin respiracién, y los eclesidsticos y Cuerpos religiosos obligados escandalosa- mente a recibir los prelados que consticuian la fuerza y a conformarse con la jurisdic. ‘én espiritual emanada de las potestades seculares. A pesar de esta triste sicuacidn, es preciso confesar que aunque se loraban estos ma- les, el jefe tenia ciertas virtudes militares que por fin afianzaban la dominacién espa- fiola en este reino. Los suspiros que exhala- ban sus habitantes parece que se sofocaban entre el ruido del cain y los fusiles, que despertaban ef entusiasmo de estos nacura- les, que mas que su propio bien deseaban el de’ la corona, En poco tiempo vimos que aun los muchachos en sus entretenimientos pueriles no apreciaban ctro juego que el de las armas. Nos Hendbamos de gloria y confianza, miranco las evoluciones’ milita- res de nuestras milicias disciplinadas; y muy satisfechos de la fuerza, robustez e instruc: cion de Its de nuestros campos, no teniainos por qué temer la mis valiznte invasin d cualquier enemigo, Esperubamos qué nues- s fuerzas se hirian Teipetables a las po- tencias extrafias. Pero jque_inescrutables son los designiss de la Providencia! Todo desaparecs on ux momenta, y It enlerme- dad politica de que adoleciamos descubre ciertos sintomas contra La salud del ‘Estado. Mnere Mujior; quedan vivas las manos opresoras del pttctsly, Declirase al regente de la Audiencis como sucesor en el mando, mandase dar parte al Rey y se publica por bando su reconocimicnto. En este estado Negan a la Irontera del reino Jas declara- Giones del acuerdo: muévense los ofietales de graduacion, advirtiendo el agravio que se les inferia y el trastorno insanable de la dlzima Real Orden para la stcesidn del mando ea el oficial de mis graduacion; pe- To @ pocos pasos que se dieron en la ma ria, el ministerio fiscal opino y protesté en. favor «le los militares, dando vigor los oficios que desde dicha froatera dirigio ef brigadier don Francisco ‘Antonio Cartas: co, a quien por inhabilidad de los mis an- Uiguos correspondia el Gobierno. Esta e& La época en que deben fijarse to- dos los principins de his novedades ocurti- das, y para ello, sin decirse algo de la vida rivada de este jefe, sobre fa cual podria jormarse una historia qe justiticise los geittimientos de este reino. Notese de paso que en los mucies aios que Carrasco vivid entre nosotros, jams tuvo empleo, ni ma- nejo algano et qe padiese la buena criti- cx discurrir loy movimientes de su alma. Una u ota comisién, que como militar to- gré en la carrer. le granjeo el carieter de impremeditado + awn de feroe. Tales fue von sus procediatientos eon In fragata ingle. sa Hazard en el puerto le Valparaiso, e+ tando de gobernator interins, Con pretex- 2 que eondncia armas, ia saqued en Lin Segui, a las ocho del Sin embargo, el vulgo sv habia formado tung idea ventajora de este sujeto. No xtben Joy hombres comunes distingnir que los Vicios nuis de una verse divirazan con el ut je de la virtud, Asi es que, viendo a Caras vo : ho preterit en ou trata lat ey hombres rads humildes, Le los plebeve aur de sis asambleas, Retse en sts rramar chtve ellos el premitiuar de que sub- sistia, le canonizaban de hombre popular, ts ese sociedad, acompaitarse ANALES DE LA Universioan pf Cite 2n, bajeza de sentimientos y una triste ha- bituacion de prodigar sus pocos intereses entre las gemies de Su devocién, Con todo, el concepto contrario prevalecia v se divul- 40 en eta capital, sin ajustarse a las Leyes de una buena critica. La falta de ésta res. pecto de Carrasco contribuyé mucho a for- mar las desdichas de este reino. Digo esto, porque engaiados los capitulares de esti Ciudad, 0 airaidos irresistiblemente por este aura popular en favor de Carrasco, se pre~ pararon para informar al Rey en su favor, servicio que le hicieron luego, esforzando su stiplica con los votos de casi todos los nobles de este capital, que suscribieron con ellos. Atin no habian pasado los primeros cumplimientos de recign venido, y ya se habia formalizado y despachado la stiplica 1S. M. para la propiedad de su empleo. Pronta ¢ inconsiderac resofucién; pero mas pronto fue Carrasco en darnos una idea inequivoca de su szradecimiento, y de la modetacién con que se dlisponia al Go- ierno. AL segundo o tercer dia de su reconoci- miento, empezd a atropellar a los cuerpos mas respetables. El de Li Universidad abo- ninabs la conducts de su rector, que lo era don Juan dei Campo, 5 estando decidido a verificar eleccién de otro en conformidad de sus leyes municipates, el Presidente Ca- tvasco, con el mayor eseisdalo del pueblo, cercé todo el chiuistro de topas armadas, decidiéndose en favor de la continuacisn de dicho Campo. Sin embargo, hubo fortalera en los doctors ¥ elizicron al presbstero doctor don Viverie Aitunate, quien poste riormente y en tuersa de diligencias secre: tas y respettiosas se sostuvo en el empleo, logrando que el Gobierno desistiese del primer estrepitoso paso. No es ficil ponderar cuinto se diversiti. citon con este hecho Js opiniones sobre el caricter del nuevo jefe. Los mis benignos se persuiadian de que esta ocurrencia no era un acto visal suyo, sino impulso de sus allegados; pero el comin empezd a recelar jute ubrigaby ideas desp iticas y subversivas las leyes. Uno y oro eran males qu presagiaban los mayores contra el pueblo; pero 3@ aquieté en gran parte el sobresalto de muchos, cuando, xparentando la mejor intencién dijo a no pocos del mayor respeto el pueblo, que estabt bien cierto de que ara glorios su Gobierno, apartanda de tavio y eservano sustituto, qi ncia propis sabia ete vcavione han el desconiento pudlico. A Pareicio Espason, DARPA DE Santiico Lear En efecto, realizd en parte esta idea, pro- cesando y removiendo a don Antonio Car. fins: perd, como en segurica le mirasen todos entregado totalmente a su secretario don Jadas Tadeo Reyes, creysrom, y con razén, que el remedio era’ parcial y que, estando adentro la raiz, no saariamos de la enier- medad. En efecto, por instantes recrecian los dafios de la causa pitblica, Reyes, por caricter ingriciable, completaba con su influjo el descontento de todos, La Secreta- de Guerra, que manejaba a su arbitrio, era el manantial que hacia derramar a los honrados militares las mis justas quejas El mérito era pospuesto ¥ la aceptacion de personas reinaba sin vergiienza, sepultin- dose no pocas veces hast. loy mismos pre- niios y giados que descendian de la mano soberuma, Ahora se han encontrado algunos que jamds hubieran visto los agraciados, si no se hubiera cortado la mang asurpadora. Para hacer Carrasco mis funesto su go- bicrno, después de removido Gartias de la Escribania, conccdié francamente al escri- bano propietario que pusiese un substitato (aunque, contra las declaraciones del mis- mo Gobierno y reales disposiciones) que arrendase este empleo por una suma que jamis resultacia libre sin wansgredir escan dalosamence In justa exaccidn de los dere chos de este ramo, Por 0, siendo el arren- datario un abogado tan falto de principios, como Heno de necesidades, no podia dejar de nacer interminables las causas més ridi- culas; y cuando podrian concluirse en bene ficio de las partes con una sola audiencia, se multiplictban indefinidamente los tras. lados, introduciendo dilizencias deiconoci- das en el foro, para que el actuario que pro- vela y autorizaba pudiese descargarse de la doblé pensién de su arrendamiento, dej do s6lo para si los obsequios y erogaciones ¢ exigia, © por ponerlos al despact por dar la justicia al que mejor lx pag No es el cu: carta campo bastan- te, ni aun pa w los pormenores de estos sucesos. Cercado Carrasco de tan preciosos oticia les, no solo se repite ia escena del Gobierno anterior, sino que en ella hacen papel muy principal los tigurones mis despreciables. La dama primera de esta tragicomedia es una indecente negra, por cuya mano se consiguen de Carrasco {os favores mas ines- perados. Los ponackos mis altos de este pueblo se rinden a las (aldas Magdalena para legrar un i sus pretensiones, Minisiro la etlope packo =n la Real Audiencia, que para evitar el bochorno y desaire que se habia proveido contra una sefiora respetable cle Lima, que deseaba Ile vara una sirvienta en su compaia, tuvo que rendir la togaa Los pies de esta fregona, personindose a ella por una puerta excusa da, hasta conseguir la revocacién del decre- to. Aun en los sitios puiblicos exigia de los nobles los mis humildes respetos, y el no prestarlos era para el Presidente un detito irsemisible. Tal fue ef que cometieron don Manuel Ferninder y su hijo, s6lo por no haber cedido sin réplica el asiento que ha- bian tomado en un cuarto de la Casa de “Toros, La sumaria se hizo contra elios, el bochornd fue piblico y dieron muchas gracias de librar de Juan Fernindez, (Qué iniserable situacion! Pero esta pintura solo seiiala un dedo det gigante “de nuestra dtescruccion y abatiiniento, No por esto deben creerse con ligerez otras especies indecentes que he visto estam- padas en algunos papeles y diarios sobre este particular, aunque son incalculables Jos males a que pucile aurastrar al hombre su miseria. Los muciios afios de Carrasco le defienden de esta sucia impostura, y mis cuando ¢ piblico que hizo empeio por casarla con un hombee de sangre limpia y en seguida decreté su acomodo en un empleo honroso, que sino tuvo efecto fue por la vigorosa resistencia que hizo el jefe inme- diato del ramo a que estaba destinado. Si quiso, pues, separaria y hacerla administra. dora ‘de renias puiblicas, sefial es de que no tenia interés en mantenerla de puertas adentro. Pero, dejemos este negocio que no considero del mayor interés, ¥ vamos a lt sustaneia del Gobierno, Ya dije a usted que en el anterior se ha- bia estimulado el entusiasmo militar y que se hacia empefio en hacer respecables ‘nues- tras fuerza, Pues, todo lo contrarie hace Carrasco, Apenas foma posesion del mando, se abandonan ios yjetcicios pablicos d nuestras milicias: se suprimen } stropellan os tueros de éstas: se prohibe « los subal- ternos juntarlis an cn pequetas porcio- nes para su educicicn y emsefanza. Los auxiliares veceranos Ge vespetp, peobidad y juicio, que por fursunr nuestee residen ett esta capital, son a’ andonados y sus conse- jos enteramente desavendidos. £1 genio sus pica del jefe embsiza mis de una ver el hablurle con fa impuialdal. bombria de bien que les son oi lene at guny, U quizn con as lado, se a a darle un buen consejo por amor al Rey y a la patria, es despachado como un ene- migo suyo y tratado desde aquel punto co- mo el mayor contrario a sus ideas. Bien no- torias son en esta capital Las molestias que de estos principios ha reportado el seiior coronel don Manuel Felit, que no he le grado mas premio por sus olicios que h: cerle comprometer su honor, enzai.indole vilmente para que testificase al publ unas mentiras que por fin sdle degradaron a su autor, dejando muy a salvo el buen nombre de este militar honrado, que jus tilics su inocencia con ¢l aplauso que me reci el memoribie dia 12 de julio por to- dos lox nobles de esta capital. Asi corria nuestro Gobierno con el ma yor desgreiio y universal desagrado, El Mus. te Cabitdo tloraba inconsolablemente los males que no poilia remediar. Los hombres de representacién comprometian su respe- to, aceptando las alealdias, y slo por un acto heroico de generosidad patridtica hu- bo almas grandes que recibieron estos car- gos, estimulando por los mismos principios a otros de su coe para que ocupasen las plazas vacantes del regimiento. Apenas Cartasco miré rebustecido este respetable cuerpo, empezé a maquinar los mectios de aniquilarlo. Atacé primero su cabeza, vejando y deponiendo contra las le- yes. ta hontado asesor letrado, En vano ix Audiencia se interpone para sostenerlo: nada aprovecha que el Ayuntamiento re presente y refuerce sus derechos; el despo- tismo lo atropella todo, y el desgraciado Waldés, dejando desemparada a una precio- sa yeftora que tlene por mujer, y huert a sus ernos hijos, va a arrojarse sobre los montes de nieve en la mis cruda estacion del ato, para buscar en {a piedad del Rey el desagravio de su persona y de su empleo. Consiguis la iniquidad este primer wiun- fo, y para llevar a cabo sus ideas se prove 5 por ef Gobierno ta plaza vacante que servia en Ja persona de don Juan del Cam- po, que hasta aquel paato habia movido secretamente todos los resortes del Gobi nn, El Cabildo defiende vigorosenente la observaneiat de las leyes y protesta no a lo jiumis con tanta mengua suya, La. diencia favorece al principio su justa resis. tencia; quedé por algdn tiempo sotoca negocio: Meg5 ef ako de 1810; elés se nuevos alealdes y un procurador 1 eavicter 2 retinides estos con los reriores que renvataron las vars vacantes, AANALES ELA UnNiversioso De Conte tomé este cuerpo mis energia para resistir los ataques de un gobierno despstico, Estos ilustres representantes del pueblo, olvidados generosamente de sus ropios in. tereses, s¢ dedicaron con la mayor bizarria a defender los derechos de} Estado, que jucgaban en gran peligro. Todos conocian que In aniquilacidn de muestras milicias, el vilipendio de los militares de honor, el absoluto desprecio de la Municipalidad y ef querer colucar por cabeza de ella a un hombre del todo iddlatra de las ideas de Carrasco, importaban proyectos mis erimi- nosos y perjudiciales 2 le Corona. Habian notado que desde los principios de nuestra gloriosa lucha con la Francia, el Presidente se entristecia cuando habia noticias felices de nuestra metrépoli, o las negaba. No podian olvidar aquel general repique que hizo durar por muchas horas desde el ‘momento en que se public en esca capital la negra perlidia con que en Bayona fue arrebatada La mis sagrada pren- da de nuestro amor y fidelidad. Estas ine- quivocas sefiales contra Ja Majestad, uni- clas a la secreta y repetida correspandencia, que @ una con su secretario Reyes levaban, con la senor Infanta doiia Carlota de Por- tugal, que se creia precendec ta regencia de estos dominios, despertaron todo el cuida- do y celo de estos naturales para pretender evitar coda venta o intriga, que podian pro- ducir mis tunestas convulsiones en el rei- no, cuyo recelo se doblé cuando supieron que en gobierno se trataba reservadamente con un correo de aquel Gabinete extran- Por instanses crecian los indicios y des- contianaas, y advirtiendo que Carrasco, muy distante de contar para sus proyectos con ef auxilio de los nobles, cuyo trato abomi- naba, se lisonjeaba sin reserva de tener muy de su parte a In plebe, a quien, ofreciéndo- le las propiewades de los ricos, Ia hania en- trar en cualquier partido, se’ Menaron de espanto con {a imagen solt de wna incivili- dad tan abominable. Pero, como este pa- cifico y noble pueblo bu mirado siempre como {a mis sazrada obligacién de sus de- beres no con. ar contra eld autoridades cuastituidas, sofaeaba sus jus tos temores, sin que le ellos se ovese mis que los rumores sordos que nacian de los estrepitosos goipes del Gobie El paciente sutrimiento de los mirtires Chile no servia mis que para icritar la uria del tirano. Por eso no perdonaba ar birrios para hostilizarlos y empefiarlos a un Caara pe SaNTIWO Lat a Patarcio Espaso: rompimiento, Tocé el extremo que, habien: do el Cabildo elegido Alcaldes de la pri- mera nobleza de este pueblo, dignos por sts virtudys del mas elevado encomio y acree dores por sti irreprensible conducta a ser de positarios de ia confianza piiblica, cuando lormacs en cuerpo cumplis con la visita de estilo preséutadonle a don Agustin de Eysagnires, que era uno cls ellos y que d niory por enfermedad stt recibimiento, con- testando Lu arenga de ést2, que le ofrecis su obediencia ¥ facultades el empleo, pi- digndole el auxilio de su autoridad para el mejor desemperio ¢ p. se desen: frend con La mavor groseria, vej indo y dure landy al nieve alealde, no menos gue a to do el cuerpo, a quien craté de insubordina- do y de que notoriumente aspivaba a la in- dependencia, con otros dicterios que, a La ver que canoni¢an Ly moderacion del Ce bildo, deseubren la violencia y el dnimo. rv Carrasco, Este inaxdito exceso acabs de persuad a todos de que el Presidente se labia pro- puesto La idea de provocar al Cabildo has: ta el cxtremo de hacerle delincuente. Por lo ys armaron tuto, de sufrimien: to; y tungue conseeutivamente vejo a stts indlividios ew particular, v1 abocindose el onocimienro de las causis que correspon: clin a sus respectivos juzgados, ya of: Uo vergonzo:os atrrestos a otros, porque al- guny cistigs con cl cepo a un miserable re- puttidor le aguas, que a mis de los robos plblicos que Ie disimulaba el Gobierno, ta- vo avilantes para vejar ens propia presen. via el respeto del alealde mayor de este ru mo; sin embargo, digo, de dstos innumers. bles exeesos con que perturbaba diaciamen- te el orden de los tribunales, alianzando a todas en el concepto de que silo aspiraba ala proterciin de todo hombre bajo y de- Uncuente, el Cabilito xe comprtaba religio. samente ¥ Lis justicias toleriban el devi le sus varas, per que no albo- Sorecbieg 4 Desautoriaula [a justicis, ta plebe esta: ba en estad insubordizactin e incor gibilided; todo se prepara para una ea straits des hombres: no wabian hacer, y ain les faltaban ya arbitrios ner el noble fussy que en tale 1 los corazones honrades. Pero, > que ellos suirian, eb Presidente mefies part anermbels, Ya habia rasta 3, vam’ s¢ Cus con lay milicins, ¥ para iievar Vindeivasion de ere ino gt) enviar a 12h gue parc con} casos arde eniretan| pray uidad 69 de donativo las lanzas, que eran las tinicas armas que podian usar Mos regimientos de caballeria, que no habia pedido inhabili- tar absolutamente con la indisciplina de todos. El Cabildo, por medio de su Procu- rador, el desventurado y perseguido don Juan ‘Antonio Ovalle, reclamé la observan- cia de la ley de Indias sobre este particular, pero sin conseguir providencia que emb: ruse este ridiculo, ilegal y capcioso dona tivo, Se hizo reo de toda la indignacién del inhumano Presidente. Muy poco después, por merlio de un sujeto de representacién, je mands aterrar, diciéndole que su gargan- ta damaba ya por un cordel. {Cruel amena- za, Capne de perturbar el corazén mis bien puesto! Pin veguida, se trata de realizar este bir- baro deseo, Para ello convoca Carrasco a las tres turias y a los dems que puedan ayudarie, Cada uno por su parte empefia tos valimentos de su empleo y todos los re- sortes de su poder. Descubren que en la ca- sa de don José Antonio Rojas tiene su ter- tulia el procurador Ovalle y que al prime- Fo patrocina sus causas ef doctor don Ber- nardo de Vera, abogado de notorio crédito, de un talento vivo y de juiciosos procedi- mientos. Pues esto basta para asestarle to- da la artilleria del Gobierno. Perezcan el honor y la existencia de estos tres indivi duos, en cuva ruina quedarin sepultados los dinimos de cuantos puedan oponerse a los proyectos de Carrasco y de sus satélites. Estos han oido muchas veces que Ovalle, con la sinceridad propia de un buen espa- fiol, ha dicho que si Ix suerte de las armas de Espaiia fuese tan funesta que pereciese nuestra Peninsula, deberéan estos dominios mantener un Gobierno independiente, con- servando [as autoridades constituidas has ta ef tiltimo empleo, sin entregar jamis es- ta porcién de La monarquia a otro que no sea vardn en Lt Linea reinance de los Borbo- nes; por lo que, mientras aqucllos vivan, inguno tiene derecho a ello, y menos la se. Infanta doiia Carlota, que parece ha- berlo renunciado cuand ented en la corona ts Poseugal. Esto oy% y celebes Carrasco en la boca de Ovaite: pero de aqui mismo jormé ka idea para perterlo, signe verosi- mil que este inocente ciudadano dijese con Hbertad su opinidn a sus amigas y otros, habia embarazo para expo werla cuando ive pregentado por el mismo Pessidente, Este sugirié la base sobre que sabia de fumlarse su Limos causa, y fos aaesto | 70 ejecutores de su pésiida voluntad se encar- gpiron de su conclusion. En efecto, con el nis escrupuloso sigilo aman emisatios por todas partes. Ovalle a tomar Jos saludables bafos de Cauquenss, y allf se eavia a don Juan Calvo para que le muvva estas conversacio- nes y pueda deponer después con la mali- ciao equivocaciin que dscin sas persegui- dores. En seguid. sale el Hlebre "Meneses suficiente para in- timidar en el pactido de Rancagua a los mis dbiles con q:tlenes Ovalle habia ha to. Toma varits duclees fanes © bas ex tients a su antojo, enol ‘ond F aualmen- weal Dr. Vera en lay t viv muy de st nrino, olreeidlas por sis colticunes y ene: mizos piibliens Entrstante gue ese sacede por los cam: villas, ef malintenionado Campo y Rees Duscan en ota ef aupinteros, toneleros y otros hombrey miserables, a quienes ley hacen decir qua overon a Jos estos Teas Loy mencienadas conversa eo. El desreta de sit perdictba se habia formado en el malcvoly corazon co, ¥ aunque de la sumaria no resultaba, ho, ert necesirio acabar con ellos por lo mim? qizc eran fieles a Ty corona de Espaiia. Este es cl concepto general de tody el pueblo, ve el que formaron en el stuante de su prisiin: y se ha radicado en todos, despi’s que los inistrus testigas hav asogurado. que tact ijeron contra ellos, yz el minisuo que ley tomo sit confesion ne asomabra de st ttocensiay y que, aun con: fosades Ios cargos que se'les hicieron en la, to babia idriy para un moderade apere!bimixnco, Sin embargo, el dia 25 de mayo por la noche, una de kts mis crudas que se han experimental en ete rigido invierno, fue- ron repentinaments asalindos los tres hon ratlos ehuckazines © Oolocados en pristén ve parada en el exuicel de San Pablo, Antes de dos horas fucon puostes en unos duros caballos. + sin uu pelbin. en las miserables avios de anontar que desprecian Jos sotda dos. El pettsamicnty habia sido hacerlos ca- minar por la nevula serra, per slonde sc gurament: ay hivrian nodido termi Con vida ta privaera jornada; pero hubo al- guno de los sefiores Oid ‘uye corag im t durbarie é ria. ¢ sapor ft Ds, oi perma siliado con las «9 su detite al, para ser & ne nicaci ANALES DE LA UNiversipay oe Cue el Callao de Lima a disposicién del sefior Virrey. Asi se verilicé. Es el espectivato mis tierno considerar en su camino a wstos tres desventerados ciu- dadanos. La humanidad se estremece cuan- do se persigue con tan fiera crueldad a Ia inocencia, Ovalle y Rojas son dos ancianos respetables, de stiud contemplativa, que de- jan a su espalda un sinndmero de familia que les signe con las mis tiernos suspiros. Vera es un joven apreciable, dotado de to- das las prendas que hacen’ a un hombre amable ea [x sociedad, No tiene mis cau- dal que su bafete, y arrancado de él de ja por necesidad pereciendo a una esposa tierna, que por {ruto de su matrimonio le acababa de dar una hija que hace todas Jas slelicias de su corazon, Nada de esto enter- nece a Carrasco. Les manda salir sin pre- vencifin alguna: y >i la Providencia no hu- hivya dirizido los movimientos del oficial conductor, no “vubieran acabado con vida Ja primera jornada. Don Juan de Dios Vial, 1 cuvo cargo ihan, supo’ como caballero y cristiio concordar la severidad de su co: run milicar con las leyes de la humanidad v de La relizioa. Migntras nusstros tres expatriados ven. cian su penose camino, los directores del Gobierno, sin dejar de maquinar contra muchos, trararon de aterrar a todos, Al dia iguiente a las diez de Ja martna se publis eo bando, imponiendo pena de la vida y otras aflictivas € intumes a cuantos desay probasen la conducta del Gobierno. Con ex. te arbittio v el de haber aumentado sucesis vamente las putrullas se oprimicron canto los animes, que «a muchos parecia un del to tratar francamente con sus conciudada. nos, ¥ no sin razén, cuando era necesario cautelarse asi para no ser desaparecidos co- mo reos dle lesa metieseaa, £5 impo! wa! vivo el sobresalto y fv congnja de acs pueblo. Cada indivi duo esperaba el mat Sin saber por donde tubia de venir. Todos temblaban. Pero, como los derec'ws de Ia fustieia yon tan po derosos y joy clanores de La inocencia tan pei stutsivos, sin reparar en et desagrado de Carrasco, se vel Cabildo v acordé pe dir al Praside estituctin de los expa- trindos, bajo }1 garancia de fos nobles de esa ciudad, cay representacisn se hizo ss lortunas y vidas la reaisioa a Lima y Hlos de Vatparais ee quedasen. Saxtico Leas CARs Asise hizo y Gaumplié puntualmeme, El publico insistio sin comunicacion ni trato. v repitié su gurantia, suplicando que se re Litusesen los supuestos reos a It capil Los apoderaos representiron el peligro de sts vidlas y Ia mayor comodidad para fa prow secuciéin Je sus causas, rogands que etn to antes se procediese a tomar sus confesio- nes. El Gobierno estuvo sordo y nada quiso prover, hasta realizar el ba para arruinar al C: cara su cabeza al ambicinio Campo. que los alcaes y capitutares jams eonsen tirian que los presidiese un hombre como. aquél, Mil veces habian protestdo que abandonarian el pueblo antes que vonsen- dr en til bajezay tastorno de las Leyes. Por esa creyé que ya era Hegado el eno de precipitarlos en una desnbediencia, que die- Se mesito « su deposicion oa empeiiaclos aque depusiesen sus varus, para proveerlas cu los pilloy que las deseaban y participa. ban de sus ideas EL Cabildo sabia muy bien esta tramoya ¥ por lo misino se armé conua ella, acor dando cl sufrimiento bajo las procestas mis serias, AL fin amd Carrayeo asi palacio alos capitulares, cered Le sala de fuersa ar mada, mandé extender cl acta del recibi miento de Campo, y con un ceno estudiado y eapeiowo les manda que sin réplica recy hozcin y firmen. Jamis se ha hecho uni violeneit can escandatosa Loy capitutares en los Fandamen- ob se detienen y apenas exper tos tegales ley exije. Carrasco se previniéndoles que agtel acto no ert para disputas sito para obedecer, que si alguno no queria firmar Io dijese, que el escribano lo certificaria para los fines que conviniese, A tan seca resolucion, que silo eratun vo para cogerlo, tue pruvlencit irmar, con Ia protest de estilo, Va tiene Ui, amigo, al fumovo Campo puesta al frente del Cabilde. Ya este nada tratari que ne ty embarace sw cabeza o lo preven gal Gebierao pasa que lo cemed, sco era lo que Ovalle impugnaba con te Se enpatriacitn © esttaikamiento, cane ade este paso los regidores y justi ciay mican con asedio Jay asambleas de Ca. biklo. saben que en él nada puede tratarse @ resister a 1 iencia que arma y mont enc que coneierna a ti sequshdat pitblica va bien det Extade; pero, conto por ota par brag teat ik oopae ik para mizar Br tan saer los fntereses. pro: testo a Ud. que jams he visto hombres mis, combatidas del honor y de la obligacién. Entretanto que estos gloriosos defenso- res de la patria sufrian este contraste y se juntaban extrajudicialmente para buse; remedio, el Presidente maquinaba arbitrios para perder cunntos enbarazasen sus pro- yectos. Con el auxilio de sus protegidos pes- éaba palabrillas sueltas, y éstas bastan pa va un sumario que manda hacer inconti- nenti. Muchos se contaban ya presos en la estrecha red que habia tendido al pueblo; pero, como oyese resonar Ia yor clamorosa de La justicia, que anunciaba Ia inocencia de los confinados en Valparaiso, a quienes se les habia tomado ya por medio del oidor Baro sus declaraciones, de que resultaban sin culpa alguna, se sobrecogid de temor, y precipitado por Jos estimulos de sus pro- pia conciencia, degre su_perdicién, man- dando a Valparaiso un oficial de su. con- fianza. con It estrecha orden de que en el acto de hacerse a La vela el tiltimo barco que hubiese en anuelia bahia, le manifes- ¢ al Gobernador del puesto pera que ene barcase para Lime a fos tres inocentes pi reguiddos. Asi se ejecuté sin remision, no cumpliendose el feroz decreto en el afligido Vera. que, aporreado ile tantos trabajos, padecia en aquel acto un fuerte chabalon- yo. Aun en tan deplorable estado, exigid su persona por oficio y de palabra el bar- bavo oficial, digno ministro de tal tirano. Esta inesperada resolucion arraacé en Ia uiisma playa ligrimas le compasion al pue- blo de Valparaiso, que estaba bien cierto de a honradez y patriotismo de aquellos perseguidos. Muchos gritaban: “estos in- telices pacecen por ser fieles a Fernando VII, cuya vor hubiera quizis defendido sus personas, si Damiin Segui, asesino de pro- fesion e intimo amigo y comensal de Cartas co, que estaba prevenido por éste, no hubj rvarmado y tenide a suv una multitud de gente de sit mismo jaez para acabar con sodos al primer movimiento que se sintie- sey y se cree sin temeridlad que este malvado tenia orden para que los supuestos reos fue- sen los primeros, para cuvo fin la artilleria fe bis castil noticias del Gobernador se mands ponet a disposicidn del oficial Bulnes, que era el comisionado. En fi ellos marcharon el mismo dia, sin mas nove. dad que los insultoy v bravatas que Damita, ptwy ufino de Raber Uenado la intencion de st confidente. a quien se pto- mn brows ponia servir muy en csuntos ¢ mayor importanci, Este hecho funesto precisé a los emisarios e Valparaiso a uracenos tan dolorosa noti- ; y aunque en un paso preciso tenia Dimiin cuatro enmascarados para que in- terceptasen los covreos, el primero que dio con Ia emboscada pudo huir el cuerpo y, librindose de ellos, regresé al Puerto a avi- sar asu mandatario, quien solicito 1a pri- sivin del capitin de los bandidlos, con lo que el correo puslo, aunque extraviando cami- nos, Hezir a Santiago a las 7 de la mafiana del dia tH de julio, Este is se habia propuesn la ciudad que fucie el vis festive v alegre, porque en Vir tad de lis Edas promesas del Presidente ee oe liee ie thon dackures, La noete antes fo habia asi asegu- raslo a den Jose Ignacio Guadra, padre poli- ico del Doctor Vera, para que diese tan nueva a su llorosa #sposa. Lo mismo ia hecho esa maiana con ka sefiora dofia codes Salas, mujer de Rojas, manifestan- do a muchos una seductiva carta del falso Bulnes, en que, fingiendo otra distinta co- en Valparaiso, que suponia conclui- dla, le pedia licencia para descansar por tres tas. Con esta tract, indigna de un jefe de iat representacion, no sélo engaiio vilmen- tea kis personas de mayor respeto, sino que csminnid La sospecha que se habia formado por el secreto y cauteloso envio de Bulnes, dlejando « todos en la dulce creencia de que ita tener el pucblo un dia de contento y gloria, Esta esperanza se convirtid en sollozos y laments. La perfidia y traicién del Pre- sidenre, si pudieron arrancar [igrimas del deag’n A Muchos, encendieron también la ole indignaci¢n de todos. Como de tro- pel se repasaban en la imaginacién de los nobles de este pueblo todas las iniquidades que habian sulride de Carrasco, y de ello esultaba el cuudre mds lastimoso, Si el in- Hz desting dle sus conciudasanos arreba- aba La eompasisn de sus generosos pechos, 21 pelizro dle un veino, entresado al gobier: no'de un hombre sin honor y sin palabras, exalt} hasta fo sumo la fidelidad de los enratos chilenos, y desplagando cada uno 's nobles sentimientos, parece que se disputabaa entre si la gloria de salvar a La patsia, de redimir a sus conciudadanos y te asczurar los derechos de su Rey. rar dignamente el en- oblern de Chile r DAD DE CHILE, La Univers petables, que interesan sus canas, reconvi- nigndoles por la obligacién que tienen de poner a cubierto un vecindario entregado A su custotia y que ha debido esperar de ellos la defensa de sus derechos, tan atrope- Hados por la arbitrariedad de un déspota y pot, el comejo de cuatro malvados, El Ca ildo vive intimamente penetrado de estos deberes; por eso oficiosamente se junté en aquella hora, en que, oyendo el clamor universal del pueblo que pedia a gritos el remedio de sus aflicciones, decreté dirigir al Presidente una diputacién compuesta del Alcalde don Agustin Eyzaguirre y el Pro- curador del cuerpo don José Gregorio Ar- gomedo, pidiéndole una audiencia. La diputacidn se dirigid al palacio; pero el Presidente, que para a ae queria oir mis voces que las de su voluntad, sin escucharles les mandd retirarse con inau- dita groseria, ordenando que todos se fue- sen a sus casas. Este desaire hacia brotar fuego a la bizarra juventud de esta capital Cada uno a portia queria sacrificar su vida por la satisfaccisn que exigia el agravio he- cho a un cuerpo que dignamente les repre- senta; pero la generosa circunspeccién del Cabildo trata de sevenar la justa indigna. cidn de la nobleza, y para no omitir los medios que dicta la prudencia, hace que se repita la diputacién al Tribunal, Mar- cha ésta y tras ella el Ayuntamiento, que parecia no iba por sus pies, sino en los es- forzados brazos ‘le los ofendidos ciudadanos de Santiago. En efecto, antes que los Diputados dije- sen su comisicn, ya las salas, patios y corre- dores de la Audiencia estaban ocupados por los principales de esta capital. Lo pri- mero que piden es que el Tribunal mande venir al acuerdo al Presidente. Otérgase asi, ¥ en su consecuencia se ofrece el oidor don Manuel de Irigoyen para Hamarle, El pueblo exizaiia esta oliciosidad, no siendo €l menos antiguo a quien correspondia; pe- ro se desentiende de los recelos que le oc sionaba. Sale el Ministro, y aunque dilaté mis de lo que debia, por fin vuelve con el Jefe y se presencan at Tribunal, siendo de notar que al pasar por las filas de aquel glorioso y respetable escuadrén de nobles, Carrasco mira. a todos con una sonrisay tuna gesticulaciin tan extraha, que no fue Licil distinguir si era mofa de aquella asam- Diea 0 efecto de la turbackin en que ly po- nian sus delincuencias. Luego qu: pondia, ef Pr omd el asienco que le ci curador de la ciudad, pre via la venia de estilo, represents los justos motivos en que fundaba el vecindario bus quejas. Hizo ver la inaudita Leonia con que el Presidente habia desatendido la garantia del cuerpo municipal y de los nobles del pueblo, arrancando de entre ellos a sus tres inocentes conciudadanos pa- ra embarcarlos imprevistamente en Ia fra- gata Miantinoma, que estabr a la vela para Lima. El Presidente negd et hecho, pero fue atacado ftertemenig, wegurindole que era por dems ocultiarlo, que se sabia ine: quivocamente y que ya no ert tiempo de otra cost que de proseer bi restieion, de los reos a Lt capital dando fi mis pron: tay ejeeutiva providencia pare que se de: sembareasen, sian no habia veachado la fragata, y xi habia partite, que L siguiese hasta su destino cualquiera ire embarea. cidn lizera, agregando que el pavle asi lo pedia, “Clamaba’ tambien je scparne det gpbieeno al «sever Campo, al secreuirio Re: yes y al sustinuto Meneses, eres sujetos que Se tenian muy merecido el desvzendo pribli- Esta peticidn partio al alma de Carrasco, ymoncindo en edlera, como quien despre: cia La representacidn de los con sre sulos.slese pues de ots insultos, ley reconsino por su yalot, puey no sabjan si alguno de todos podtian salir de aquella sala. Esta fuerte pudo haber empetiado el furor hilenos a uma juste venginza; y aun que totalmente desarmada part aquel acto, Dastaba su natural robuster para despe gar entre los Brazos a los opresores de su libertad. Pero el Procurador cut medio; y muy cierto de ta union ind ble que hace invencibles Las fuers al, previenlo las tarales revul wr ever en agtel acto Ls hercaciones rado Presidents, embaracando fa que at nombre de &te quizo dar el Oflor Lrigo- yen, que se suponia vacorizado, wate de reducit ef aenerdo. a cayo efecto se retir i. Yoo a una salt secreta contigua. En ella se percibieron wires que acteditaban la yoste- nida yoluntad del Presitente para negarse a la justa peticiin lel pueblo. No dejo de sw inconside. haber on Atos qite in dicabag ue iniraby f Hackia tl casnde ia ef riailo ¢ fie juacaba teapas en ta plaza; ne Wo, Heao de La entereza, circunspeccién y prudencia que son necesarias en tales casos, sofocd una u otra vor que podia haber turbado Ia se- renidad de aquel acto, o desmentido el respeto a las autoridades, que relucian en el Ayuntamiento y los nobies. Por fin se concluys el acuerdo, y uno de los seftores hizo saber al congreso que esta- ban depuestos los tres sujetos que el pue- blo pedia; que el Presidente nada provee- ria en adelante sin Ia firma y dictamen del Oidor decano don José de Santiago Con- cha, mandindose igualmente traer a los expatriados a la capital, para cuyo fin se daria comisiin a uno de'los Regidores, con las demis providencias que se habian pe- dido. El Ayuntamiento se dio por satistecho, y luego que se extendié y firmé el acuerdo antes de disolverse la Junta, quiso manifes- tar sus sentimientos de paz, dando las mas respetuosas gracias al Jefe por el buen de: pacho de sus peticiones; pero él, cente- Heando fuezo por los ojos y revestido de roda Ta durcza de que es capa un corazin Feroz, no quiso virlos, y acusindolos de tu- muftuosos, como antes lo habia dicho, con- eluy6 que no hacian mucho en darle gracias, cuando en todo habian hecho su voluntad. Esta qtosera respuesta no s6lo agrié: los inimos, sino que hizo también ver que en aquel pecho se abrigaban ideas hostiles contra el pueblo. Este temor despertd el Cuidado del Ayuntamiento y de la nobleza, y no sin fruto, pues a poca diligencia se cer- ade que en el icuerito Carrasco pro. test) mil veces la vaina del vecindario, y aseguraba poderse sosiener con tocar a de gliello de Cuanios se wpusigsen a su volun- tad. Se averigué con twestimonios fidedignos que habia prevenido al humano y crist no comanektnte de Li areilleria que, en oyen- dy venir a ta plaza Las tropas de San Pablo Ue march redoblada, Ia ocupase con el tren cargado de metralta, cuya ofden repitié por 1 simple soldado y sin la formalidad debi- da. Asi, por exe aceitemte, como por nv hi ier habido gente para la operacion, se le bro el pueblo de rl conilicto, edando el jefe con ef dolor de no haber cumpiido sus sanguinarios desvoy, como lo manifests esa misma tarde al referido comandante, asezur e tenia yeiscientas plebevos: sara cualquier designio ; Como vase dese drut sin taney cebezo, as cavihicones del Jets, testitierron suje- fe la mayer probdad habian oido decit mis de una vee que pronto Ie garia el dia en que dijese ala canalla: Ea, haced vuestro deber; que no es justo que antos tengan mucho ¥ otras lan poco 0 na- da, debiendo tados los bienes ser comunes. Nadie dudaba de esta sacrilega intencién, pues para creetla recordabur no silo la su ma adhesion que Carrasco tenia a la plebe, sino el descaro con que atropetlaba Tas le yes y los magistralos para sestenerla, tivo reciendy con especialidad a cusnto tunan- ton desalmado podlia capitaneurla: pero, lo gue acabo de contirmar esta itea fue saber sin equisecacion que paces dius antes que convluyese Ra penitencia recativa que se hizo a Dios por la i¥cibut de Ths armas de Espa, el gloriosi: Preview satié tan hue le mano y conrito de ella, que a presencia muchos del primer respeto let pueblo di que iba a ser el Rohespierse de Chile. ;Qué glorioo epiteto! ;Qué isles tan exist qué principios Cin nobles Nadie dudaba de estos sentimivntos bir- barvs y hostiles contra una ciudad pacitica, y mis, cuando les constaba que Carrasco, inuchos diay antes tenia dentro de su paler cio caitones provistos de metralla y muchos fusiles cargados con bala. Por eso en el mis. mo instinte en que pride descanstr en vir- tud de lo acordado, se Hens de cuidados y de sobresaltos mavores. Crecieron consecu- civamente hasta Lt noche, en que ya se oian en algunos de La plebe expresiones que no podian dejar de ser sugeridas por una ma- ho ocatta, “Esta noche es lt mat cian: ¢ no faltaban algiaes q Joa una senovita de la primes mana de uno de fos Meals convenide por ou de su exceso. decian: iqué alcaltes, ni alcaldes! Va somos tod iguales En este Lunesto estado de cosas. ovendo el pueblo que el Presidente slo en su pale Gio hacia reyonar una orquesta de miisica ¥ que al misino Cempo se divuis6 ta vos de que uno de los mismoy uisicos. que ert el capitin de los Pardos, juntaba gente pa ft atutar La eindst hubs ol maver decane suelo. ¥ no pocoy recordaban que el anti guo Nerdn celebraba con Ia lira el incen- lio de Ta soberbia Roma, Los nobles se juntan y en pocos momen- tos estaban todos sarmados. Es un espeticu- ve here fo ver en unt noche ovcurisima de invier- ho anise doy respetutstes ancianns de salad delicada a toy robustes jdvanes, que a per lin Scuen Ja cas \ paculias de los dos patr do, untos pe ta Usiversioan pe Cute a_pie y otros a exballo, lay escarchas de la nieve que cue sobre ellos hasta el dia. El siguiente no fue menos pesude. Muy tem- prano tuvicron Ja noticia de que, habien- do el Gobernador del puerto de Va puesto en fuerte prisién a Dami:in Segui por los excesos de que antes hice mencidn, el Presidente a las siete horas de su captura io un decrew fuerte para que sin excusa ni pretexto se le dejase en libertad para dar cuenta de sus comisiones. {Qué fundamento tan solide para pre: sagiar la pont combustién de este pueblo! Fy Damiin un monstruo, enemigzo de la humanidad, se deleita con el asesinato, y cuando de sus sangrientas manos esti ain chorreando Iu inocente sangre del genero- so Bunker y sus sirvientes, esperan estos cit dadanos que vengan a merclar Ja suya con a de aquellos infelices; ven que el Presiden- te, faltando a lo prometido en el acuerdo, libra una providencia de tanto peso sin la firma del asesor nombrado. Saben que Da miin no vendrd solo, pues tiene gente de su_jacr y devoci’n, Entienden que aqui se ley espera con un refuerzo considerable Notan que el Presidente por puertas excu- satay facilita entrada a hombres sospecho- sos v socios de los crimenes del mismo Die min, al mismo que en esa tarde habian visto visitar ef tren de artilleria y la sala de armas; y, Finalmente, todos estin en 11 firme creencia de que se trace de aytltarlos en fa hora mis inesperada. -Cusilseris, pues, amigo mio, la opresion y congoja de este pueblo? Cuiles los cuidulos y Ligrimas de Lis mujeres? Jiizguelo usted, que yo me ex: tenderia demasiado en decirlo, sun sin pon derarlo; pero tenga entendido que ta vigi- lancia de estos Alealdes, reforzada con el auxilio de los nobles. que velaron toda a noche; frustré los proyectos enemigos. El dia viernes 13 se pasd todo en acordar los medios de restitnit la quictad publica, conciliando con ella el respeto debtdo a la autoridad: pero, por mis que se tnvulease en este importinte negocio, no era Ficil leg al fin, A cada momento se ¢ avisos bastamte circunstanciados de que el Presidente se preparaba a una sangtiemea venguna. La oscuridad de su. patacio, entrada en el de hombres distrazados y el rumor piblico. todo apuacivba un mal de mucho bu noche 4 10. Por eso, ere hal dese qe en ella we iatenta! ay necesario velar ese) com ye se Caata pe Santivco Leal a Pararcio Espasor aumento las patrullas de la nocke anterior, hasta que Hegase el sitbado Lf de julio. Agobiado el Cabildo con los cdamores del pueblo, se junes este dia y acordé que para redimirlo en parte de tantos cuidados, se exigiese del Presidenve: yest virtud de lo dispuesto el dia 11, se deciarase por de ningiin valor ni efecto cualquiera providen- cia suya que no fuera preredida ve la firma del sedior Concha, haciendo que igualmente Jos jefes milixares jusasent no prestarle fuer- za armada alguna sin el predicio requisi- to. esta solicitud contest que no abriga- ba en st coravén pi ntos ven yatives: conira el pueblo, pero que se degritdaba si amoridivt poniendote dependiente de otro arbitrio, por lo que quedé bre para disponer por si solo de la fuerza de Tas ar mas, Esta resolucién, que en otray circunstan: habria parecido justa, en lay ele aquet dia fue un nuevo manantial de sospechas, y alarm de nuevo al preblo, haciéndolo pasar peor noche que lis anteriores, y en que fue necesario empesiar toda I mod cién de los ancianos patra cont tado fuego ile los hone te pueblo. Mis de una ver acusaban de per judicial et sulrimienty que habian tenido por n9 haberlo depvesto ea la asamblea del dia Ur pero, por fin, sulrieron sus traba- jos, y Viegé el dia domingo 15 de julio. Este dia fue ef dg mavores convulsiones, pues. recreciendo los incicios de las ma joe Guinaciones del Jefe, casi no habia quien dutee de! préxima catistrets, Por lo mimo, | jktes, no perdonande me. dios de consolar al pueblo, solicitaron que se hiciese un acuerdo extraordinario en ct sa del sefior Regente, y que asistiese el Pro- curador de ciudad. En electo. se hizo, y des- puss de haberse brevemente explicado lit triste situacion del pueblo, se teaté de su readin, E] procurator iloscubsid el acuer de que era inevitable, [x deposicién del fe fe prra consolidar el bien del rein. » q sunque su opinion era contraria al establ ciaiznto de uta Junca Provisional, la no- blocs. convencida de st necesida 1, La pettia con el mis insistent empatto, de lo que era buon tastigo el Alcalde dan Agustin de Ey zagiuirre, a quien segutan en este dictar cai todas los votos del puchlo. Ze magistrado, fend st noire el dnior pate dle, 1 a majestad 4 sade, maniiet) oa squella asambiza os del reine para asegurar estes Co al de Espada, qi ne podian conservarse sin peligro en manos de un go- dierno que tenfa sobre si el descontento de todos los habitantes de Chile, Hizo ver los conflictos en que estaba la ciudad, y que 1 imposible serenazla_sin que, o renun- ciase, 0 5¢ depusiese al Jefe que la regia; y como alli se sentase qué al dia siguiente se verian en la ciudad mas de tres mil hombres de caballeria, para que el pueblo con li- hertad pidiese lo justo, el Tribunal enten- diss que ya era inevitable el establecimien- to de la Junta; por lo que acordé que por medio de un sacerdote de buen concepto + lel respeto de Carrasco se le inclinase a ve- ica Ua dimisin del mando, y que si se resistiese, por los motivos justos de que los ininistys estaban bien ciertes se procedie- set su deposicién, precediendo a esta reso- lucién Ia notable circunstaneia de que, es cando el acuerdo formado, fue el sefior Re- gente Hamalo con precisi‘in para afuera, y Yolviendo al poco rato, manifesté que por persona fidedigna ¥ bajo del sigilo debido se fe venia a avisar que el Presidente tenia poreidn de hombres de a caballo embosca- dloy en los extramutos de Ia ciudad para la en aquella medianoche, por cuvo motive se disolvié pronto la Junta, y los Mealdes fueron a armar {a gcate y doblar los cuerpos de patrulla para deshacer el empeio de mis de doscientos que igual- mente se decia tener citados el Presidente en la doctrina de Renca, distante dos le- suas de esta chadad. Toda aquella noche hasta el dia 16 esut vieron sobre el caballo los Alealdes y nobles le este pueblo, En Lt mafana de este dia cumplio ef sacerore ef encargo del acuer- do, y aunque no pudo recabar que el Pre- sidente veriticase la abdicacién del mando, consiguié que consultase a los ministros. Llamélos en efecto a su palacio, y habién- doles pedido su dictamen, opinaron que de- bia dejar el Gobierno para que surediese en-el mando el Brigadier mis antigua Ma. maiu por ta le Para este efecto consoed en seguida a los militares de graduacion y a los jefes de los swetpos, a quienes manifests el parecer del acuerdo, que, bien mediate por ellos, les fue inevitable aprobar, con lo que, ¢ vida. close sin apoyo, hizo la renuncia como se le pedia, declarindose por todos que corres- pondia La presidencia al sefior Brigadier Hon Maco de Toro, Gawte de lr Conquis sa. Se Hams inmediacamente a los cabildan- Fes que s¢ hailaron mus pronto, y a presen. dda de todos se entregs ef bastcit al mejor patriota de este reino, al hévee de Chile, a uno de ins vecinos mis horrados de este pueblo, y a uno de los mis fieles servidores del monarca catélico, que sin cjemplar ka logrado por sus ficles servicios una gradua- cidn a que no ha Hegado otro alzuno sin lir de ste patrio sucln Por esto, como por verse en el momento mis inespersdo convertiday en glorias las desiichas pastas, se repitieron por las cx sas, calles y plazas, vivas muy alectuosos y parabienes de much» conwento. No se vet un hembre que, inunddo de goro, pudi se reporcr Ei alearia de sw catazn: y en este contento y sosiezo pastron todo el dia y noche, hata que legs el martes 17, Ea este dia se solemaies el mis glorins de Chie le, recibiéndose al Conde en ef acuerdo Gn 1 asistencia de todos los eterpos, que & po! fia se empehaban en dar muestras de su si- tisfaccién y gozo, como lo hicieron todos vecinos de este pucblo, ivlicitindole en su casa, que hasta las doce de la noche no x desocupé un momento, sucediéndnse unos 1 otros por no poder entrar todos juntos; siendlo cle admirar el embeleso con que has ta los plebeyos forzaban tas paurtas, para hacer, a su'modo, las demostriciones de contento a que irresistiblemente tes conta ee petado siempre por ef consuelo de sus mie serias, Si, amigo mio, no es ponderacisn; ka ma merosa familia que tiene el Conde, en stro podria ser un motivo de descontiansa po blica; mas, como en ella se hermanan te humildad y la grandeza, nadic expert s bienes de todo. Ojai pudiera sa ‘gobierno set tan permanente Gn lo necesita el rel no para su invariable felicidad; pero el do- for es que cuando muchos proyectan per- turburlo hasta la muerte, fermando un cuer- po de que él sea la cabeza, otros, aunque pocos, intrigan cavilosamente para dvjar- ly en un gobierno, para lenarnos de aunar- gura le darard acaso pocos dias. Nunca fal- tan hombres desnaturalizados que pretie- ren su propio interés al de la patria, Si an- tes de lo que podia ser se nos acaba eb ga- bicrno de nuestro Conde, el reino clamari contra estos ingetices arbitradores de su rui- nu. Hoy mis que nunca podian consolidar yafinsar para siempre un Gobierno patti la puerta 1 todo otro extra- fin (te pueda comprometer en lo sucesivo “locity \ los desvelos del desgraciado Fernundo, que desde la circel de sus des. venturts nos clima para que, sin fiar a na die est porcisn deliciosa de sus estados, la guurden juntos y contederados los america- hos, si RO para &, porque no sobrevivird a tantas desdichas, para los [amados legiti- mamente a lt sucesién de la Corona Ya me he exiendito demasiado en esta cinta, Guirdela ested, amigo mio, y crea que nada he dicho en ella que no sea lo taismo que todos saben y que usted veri comprobado después por documentos pu- liens, y entretaeico que puedo remitirselos piselo usted bien, como lo desea su veda- dero amigo, Santiago de Chile y julio 18 de 1810, Suatiage Leal* view, qgeran Archivo General de Buenas dives. # Catevesin dle Hescornitores y dle Documentos relas rast ht Intefrenid nia te Chile, Tome VIL. Sane Hage ele Chile, Tinprenta Cervantes, 1902

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