2 LA IGLESIA QUE QUEREMOS
Un catolicismo
sin mordiente
POR JAVIER IGEA 31 OCTUBRE, 2015
Una Iglesia siempre en camina Una Inesla ane recencilav
Hace unos dias, un amigo mio, misionero, celebraba Misa en la parroquia en la que estoy de
parroco. Como buen misionero, tenia muchas cosas que decir; y la verdad es que no esta
acostumbrado a la liturgia espafiola, esta liturgia que no puede alargar al Misa dominical mas de 40
minutos.
Mi amigo sacerdote estuvo casi una hora en la Celebracién de la Eucaristia, y le cayo una buena;
un feligrés indignado porque, la Misa habia durado tanto! Pobrecito, pensé, jqué mal lo va a pasar
en la eteridad! El banquete del Reino, del que la Eucaristia es su anticipo, banquete que no se
acaba.
Gracias a Dios y a mi obispo he tenido al oportunidad de viajar mucho y de vivir afios en paises
extranjeros; principalmente dos: Italia y Estados Unidos. También conozco bien el catolicismo
francés y en mis afios de servicio en la Conferencia Episcopal tuve también la oportunidad de
visitar otros paises y participar en sus liturgias. Ninguna es tan corta como la espafiola.
De fondo el problema de nuestra pobreza litirgica es la de considerar que el catolicismo es
facil, que se deben dar facilidades siempre y hacer una religion de minimos. Pero, cuando leo el
evangelio me acuerdo de la frase de C. S. Lewis: si buscas una religion facil, no la encontraras en el
cristianismo.
Mi amigo misionero me hablé de dos palabras del idioma inglés que se pueden confundir pero que
aplicadas al catolicismo pueden decir cosas muy diferentes: nice y good. No es lo mismo ser nice
(agradable) que ser good (bueno). La primera se fija en las apariencias, y la segunda en la realidad.
Si buscamos un catolicismo nice nos equivocamos, pues la cruz, la vocacién del hombre al amor, la
santidad de la persona no son siempre nice, esto es, agradables, sino que muchas veces implican
conquistas muy profundas en el hombre, obrar como nos dijo un mistico espafiol del siglo XVI
contra la propia sensualidad y salir del propio querer e interés. (S. Ignacio de Loyola). Esto es, para
ser good, no siempre hay que ser nice
Se trata de ser buenos (good), o lo que es lo mismo santos. La santidad es el bien supremo de la
Persona, y ésto es la vocacién al amor, a un amor sin limites. No quiso ser nice (caer bien) quien
dijo "si amais a los que os aman, {qué premio tenéis? zno hacen lo mismo también los
Publicanos?° “Yo so digo, amad a vuestros enemigos”. Quiso revelarnos la vocacion al amor, a la
santidad, lo verdaderamente bueno y no lo buenorro
Por eso sostengo que nos equivocamos si buscamos complacer, si buscamos caer bien, si
tomamos decisiones pastorales que implican un desgaste mediatico buscando ser nice y no good
La Iglesia no es un club para sentirnos comodos dentro de él. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo
que vive la verdad sobre el ser del hombre. Y esta verdad nos hara ir contracorriente muchas
veces. No en vano el Sefior fue el primero que remé contracorriente. ,Te animas a ser
Politicamente incorrecto? Por supuesto dentro de la Caridad, nuestra norma supremaNO COMAMOS NI BEBAMOS,
QUE MANANA MORIREMOS .
El hombre desesperado que confié en la
morfina, la pildora, el bisturi, la bicicleta y la
dieta acept6 todas las privaciones improbas
impuestas por su idolatria.
Antafio, el vitalismo exasperado era la nota
fundamental del hombre sin esperanza (esto
es, el hombre que no creia en una vida
ultraterrena), resumido en aquel célebre
consejo de Menandro “Comamos y bebamos,
que mafiana moriremos". Pero, a medida que
la ciencia fue progresando, la desesperacion
se cambié de ropajes; dejé de tocar a rebato
bajo el grito comilén v borrachin de “salvese
quien pueda” y ofrecié al hombre desesperado
(ya que no podia ofrecerle una raz6n para vivir)
coartadas que hiciesen mas llevadera su
desesperacion
Y la ciencia le prometié morfina para acallar su
dolor, pildoras para embravecer su balano,
bisturies para borrar sus arrugas, proteinas
sintéticas para endurecer sus misculos y
dietas para alargar su vida. La desesperacién
se convirtié entonces en un estado de animo
con aire acondicionado en verano, calefaccién
central en invierno e hilo musical las cuatro
estaciones del afio,
Pero a nadie se le escapa que la ciencia se
ha convertido en nuestro tiempo en una
idolatria; y, como les ocurre siempre a los
idélatras, el hombre desesperado que confid
en la morfina, la pildora, el bisturi, la bicicleta y
la dieta acepté todas las privaciones improbas
impuestas por su idolatria. Asi, aquella
invitacion hedonista de Menandro se revistié
de ropajes mortificadores. Para participar de la
desesperacién de nuestra época ya no es
posible comer y beber sin tasa, sino que a
cada momento se nos recuerda que, por cada
comilona que embaulamos, por cada
sobremesa regada de alcohol, por cada
cigarrillo que fumamos, agotamos un minuto,
vivamos
saludablemente a toda costa, para llegar a ser
Barataria, quiere que
insula
un saludable cadaver. «= que —nutra
saludablemente a los muy saludables gusanos
que habrén de devoramos (jo al fuego mas
saludable todavia de la incineradora, oigal).
La salud, en esta época de desesperacién con
aire acondicionado y calefaccién central,
desempefia el mismo papel que en las
sociedades esperanzadas desempenia la
virtud, con la diferencia de que, mientras el
hombre virtuoso miraba la eternidad, el
hombre saludable de hogafio mira... el
cronémetro, computando los minutos, horas,
dias que gana con su saludable y pestilente
vida
Este afan de alargar a la desesperada una
vida sin esperanza, convirtiéndola en un
paramo con el sabor desaborido de las dietas
que convierten el ayuno cuaresmal en una
bacanal romana, se ha erigido como la religin
desesperada de nuestra época. Todo sea por
alcanzar una “excelente calidad de vida,
que es como humoristicamente denominan en
este grotesco Paraiso en la Tierra a la vida
lena de improbas privaciones que ni siquiera
son medios de nada; improbas_privaciones
convertidas en si mismas en fines vacuos y
dementes. A ninguno de aquellos juguetones
dioses de! Olimpo se les hubiese ocurrido una
forma de tortura tan estragadora y alienante, y
tampoco, desde luego, tan aburrida. Pero,
una hora, un dia de vida. La desesperacion de quien dijo idol:
nuestra época, a semejanza de aquel aciago Givertias7 1° (3S iolalas fuesen
doctor Pedro Redo de Tirteafuera, que amargé Por Juan Manuel de Prada Mision
la vida de Sancho Panza mientras goberné la LEER
Es curioso ver como nos preocupa mas lo que piensan los RELEER
demas de nosotros que lo que piensa Dios de nosotros Eo INDIR
eee ee ree ee reer rete ete eer ee eee