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1 ARQUITECTURA Y URBANISMO COMO TESTIMONIO DE LA EDIFICACION SOCIAL Lo que ay que ver dexo son los cimienos de los eificis y las paredes y cerca de los adoratoros las pitas dics, el templo con sus grads, aunque dsburatado y leno de herazales,y todos los mis de los depésitos deribador: en fin fue To que no es Y por lo que es jungamos To que Fue [EN EL CONOCIMIENTO € interpretacin de la his- toria universal de las civilizaciones, el estudio de la arquitectura, y en especial del urbanismo, desempeia un papel clave. Existe un consenso por parte de los estudiosos del tema en asumir Ja emergencia del urbanismo como un elem: diagnéstico de primer nivel de los procesos civil zatorios. Fsto no es novedad, si consideramos lo emblemitico que ha sido para la humanidad el fenémeno urbano para identificar este proceso, tanto que el término civilizacién deriva de la rate latina civilitas, las comunidades urbanas que ha- biean en civitas 0 ciudades. En dl andlisis de las formaciones precapitalis- 1s, Marx y Engels establecieron una correspon- dencia entrelos diferentes estadios de a evolucién social y sus respectivas formas de asentamiento. En esta perspectiva, a ciudad consticuia una va- table fundamental que se asociaba a la aparici6n. de las formaciones sociales clasistas y el Estado. Estos postulados fueron aplicados tiempo des- pués por Childe en su proposicién pionera de la arqueologia como ciencia social. Si postulamos que la arquitectura y la forma de asentamiento humano en el territorio cons- tituyen una expresidn privilegiada en las que se plasma fisicamente un conjunto significativo (Ciees de Lesn 1984: 253° de actividades humanas —manifestando ast la forma de organizacién social y los modos de vida—, entonces el andlisis de estos testimonios represencard una herramienta de gran valor para cexaminar la sintomatologia de este tipo de pro- esos sociales. Tanto la arquitectura como los asentamientos sporan la calidad de productos sociales. Por lo tanto, su andiss funcional, formal y constructive permite explorar desde estas vertientes los proce- sos de especializaci6n productiva, Ia divisién del trabajo y las formas de organizacién social. Bajo cesta perspectiva, en el estudio de los procesos civilizatorios adquiere una importancia medu- lar el andlisis de la arquitectura publica y de los asentamientos urbanos, por la especial relevancia {que asumen en el desarrollo de los procesos en cuestion. La construccién de la civilizacién, la edifica- cién social, econémica, cultural, mica se plas- ma en la arquitecrura y en la propia forma de asentamiento, en el manejo y transformacién del tertitorio. Por lo ranto, la earea que tenemos por delante no es solo reconstruir la identidad material y fisica de la edificacién arquitecténica, sino especialmente su condicién de continente de actividades sociales, asi como dela representa La parte final dela aguda observacin del cronists Ciera de Led, a propésivo de ls cindades y monumentos que observa ys arruinados —en este esa refriéndose a la ciudad inca de Vieashuamén—, nos propone un componente fundamental del Quchacerarqueoldgicoy en especial de la historiografa de ls arquitecturayelurbanismo, donde debemos deduci tanto el grado de destrucciéno alteracin que estos han suftdo a partir desu condicién actual —es decir lo que Cieza enuncia como sfve lo que ‘no es-—y como, a parti de loexstente, debemos constuir una serie de inferencias que nos permitan aproximarnos a propucsts econstructivas de sus carateisticas originales, es dect «por lo que es uzgamos lo que fues en palabras de Ciera, carmutor social que esta entrafé. Mediante este tipo de analisis la lectura de la arquitectura pod exprc~ sar la edificacién social y rendré un papel fun- damental en la reconstruccién histérica de los procesos sociales Por otra parte, enfrentamos. el reto mayor de teconstruit y recomponer la identidad de la poblacién de nuestro pais con su invalorable patrimonio edificado, ya sea arquitecténico, urbanistico, reritorial 6 paisajistico: en cuanto consideramos que este es un requisito indispen- sable para garantizar su conservacidn y puesta en valor. Por esto, sostenemos tambien que la re- ‘cuperacién de este invalorable patrimonio debe constituirse en una herramienta imprescindible de desarrollo yen una fuente petmanente de te- nes acerca de nuestro futuro como pais. Limitar los complejos procesos sociales con- centrindonos en el examen de lis evidencias ma teriales y artefactuales, puede proporcionar una visi6n parcial o degradada de la realidad social, Este es especialmente el caso, por ejemplo, de las formaciones que no exhiben destacadas rea- lizaciones culeurales 0 arquitcct6nicas, como los cazadores recolectores, y cuyo equipami mayormente litico, puede aparentar una visién udimentaria y primitiva de los mismos. Mi tras que si incorporamos la dimensién espacial, asociando los contextos materiales a su modo de vida, y este a sus correspondientes formas de asentamiento y el manejo territorial de sus recur. sos, tendiemos una visién radicalmente distinta © por lo menos de mayor profundidad y valora- cidn de los procesos sociales que se desarrollaban en ese entonees, El planccamiento central de nuestro trabajo propone que cl surgimiento y evolucin del fe- dmeno urbane —y en especial de la ciudad— constituye una de las claves principales para cl estudio del proceso civilizatorio, En ese sentido, el examen de la evolucién del fendmeno urbano Constituye una herramienta imprescindible para el anilisisy definicion de las caracteristicas parti culares que asume el proceso en cuestin, en una regién detetminada. Esto, universalmente se debe a que el pro- ceso de desarrollo de formaciones sociales com- plejas, especialmente aquellas que alcanzaron tuna organizacién estatal, tuvo como correlato el surgimiento y desarrollo de centros urbanos Y posteriormente de ciudades. En los centros turbanos y ciudades se concentra el desarrollo de las mis importantes actividades econdmicas Y sociales, particularmente aquellas de caricter especializado, Por esta razén, el estudio de la 28 forma que adoptaron los asentamientos y el e men arqueolégico de sus componentes, permiti aproximarnos a la reconstruccién histdrica de las formaciones sociales que les dieron origen y en- tender un aspecto crucial, como el urbanismo, para el estudio del proceso civlizatorio en los Andes centrales, Uno de los objetivos principales de esta in- vestigacién ha sido definir un panorama genetal del origen, evolucién y desarrollo del fendmeno uurbano en los Andes centrales durante la época prehispanica. Para la consecucién de este props sito se ha identificado, en cada una de las épo- cas del desarrollo histérico-cultural en los Andes centrales, casos representativos que ilustren el de- sarrollo del fenémeno urbano y sus expresiones arquitect&nicas més significativas ‘A partir de este enfoque se analiza Ia inciden- cia de los aspectos econdmicos, sociales y cultu- rales en ef desarrollo del fenémeno urbano y las formas especificas que este asumié a través del ticmpo. Paralelamente, se examina la unidad y la diversidad que se aprecia histéricamente en el Proceso de desarrollo urbano en el étea central andina, con el propésito de analizar compara- tivamente las manifestaciones del fendmeno de regién a regidn, y explicar en cada caso las parti- cularidades de su evolucién. Las premisas merodolé; ‘mantienen una linea de continuidad, aunque con mayor énfasis descriptivo con los posculados de- sarrollados en ensayos anteriores, donde hemos sostenido la importancia fundamental que tiene, para el andliss cientfico del fendmeno de asen ‘miento humano en el territorio, establecer la rela- in de correspondencia reciproca existente entre 1a formacién econimico-social y su correspondiente forma de asentamiento (Staino y Canziani 1984; Canziani 1989). Esta comtespondencia de carde- ter te6rico corresponde, en términos generales, 4 entidades o categorias abstractas. Sin embargo, asi como las formaciones econémico-sociales se Presentan en la realidad de una manera concreta Y especifica, que se define y manifiesta en un de- terminado modo de vida, de la misma manera la forma de asentamiento, en cuanto categoria abs- tracta, se expresa de forma singular en un deter- minado modelo o patrén de asentamiento, De esta propuesta resulta que, asi como en términos te6ricos y generales establecemos las telaciones de cortespondencia entre distintas for- maciones sociales y sus correspondientes formas de asentamiento, al nivel de los procedimientos anali- ticos, debemos establecer la relacién dialéctica de correspondencia entre los modos de vida y su [ARQUITECTURA Y URHANISMO COMO TESTINONIO DE LA EDIFICACION SOCIAL concrecién en especificos modelos 0 patrones de asentamiento (véase cuadro 1).? A lo largo de este trabajo examinaremos un conjunto de aspectos arquitecténicos y urbanis- ticos que consideramos diagnésticos y_funda- smentales para interpretar las caracteristicas que el proceso civilizarorio asume en los Andes centrals. Se ha sostenido, que si bien este proceso presenta singularidades y una identidad unitaria, que en ‘éeminos generales permiten caracterzatlo como «andino», también es necesario advertir que mani- fiesta una notable diversidad, como una marcada desigualdad en sus desarrollos de regién a regién y cen el devenir de una época a otra lo cual significa ‘que este proceso no fue lineal ni continuo. Bajo estas premisas, debemos notar una ad- vertencia cautelar: tanto el Fsxado como su corre- lato urbanistico, la ciudad, no son, como muchas vyeces se supone equivocadamente, organismos tinicos, ereados por la humanidad en los inicios dela civilizacidn y entiquecidos en el curso de los siglos. Por el contrario, constituyen una serie de centidades diferentes, histéricamente limitadas y deverminadas por causas y circunstancias espect- fieas (Staino y Canziani 1984). Si asumimos la coneepcién del Estado como la forma de organizacién politica que regula las reclaciones sociales, mediante el ejercicio del poder por parte de una clase social dominante, lo que aqui nos inreresa no es tanto la wevolucidn» del Es- tado en s{ misma, sino el cémo y el porque se dan las condiciones sociales que hicieron y hacen po- sible su existencia, y cules serfan los elementos diagndsticos que nos pueden permitir inferir su presencia o ausencia. En este caso, utilizando los indicadores y las herramientas analiticas que nos proporciona la arquitectura y el urbanismo. De los antecedentes historiogréficos Sin bien se dispone de una bibliografiarelativa- ‘mente amplia de estudios referidos al desarrollo de los procesos civilizatorios y su relacién con la evolucién de las formaciones urbanas, estos ¢s- tan concentrados en el examen de lo acontecido en el Viejo Mundo y, en especial, en el caso del Cercano Oriente —Egipto y Mesopotamia—. Esta region cuenta con una amplia bibliografia que va desde los trabajos pioneros de Childe (1936; 1942) y Frankfort (1954), a estudios mas recientes como los de Adams (1972), Manzanilla (1986) y Redman (1985). Existen limitados estudios que examinan esta problematica en otras regiones donde se desarro- laron civilizaciones originarias —India, China, ‘Mesoamérica—, asi como existen trabajos de debate tedrico con referencias comparativas a distintas regiones (Service 1984). Sin embargo, ‘constatamos que en el caso de los Andes centrales ‘este tipo de trabajos es muy escaso, ara el antiguo Peri tenemos estudios que provienen del campo de la arqueologfa princi- palmente, Algunos con limitaciones teéricas y ya desactualizados en cuanto a documentacién em- pirica (Rowe 1963; Schaedel 1966; 1972), otros Cuadro 1 ative ae — a $§ [Say Para graficar estas relacones de cortespondencia podemos uizar como ejemplo la formacién econémico-sxil de los cazadoresrecolecores, a cal entéxminas generals coresponde como forma de asentamieno el esablecimiento provisional ‘o momento, y el nomadismo o la tashumanca tetova, Mientras que, de manera concrea, eta formacin social de ‘azadoresrecolectoes se manifests en mitiplsy diversos modes de vids, desde los inuito esquimaes del Aico, alos sll znam, ymanay alacalf del excremo ausl de América (Chapman 1998), prsando por ls comunidades nativas de la Amazonia, {ode los boguimanos del Kalahari en Ava, lon serang y sak de as selvas de Malas, eteéter, si nos desplramas a otros ‘ontinenes (Forde 1966). All se puede comprbar que cada unos de estos modos de vida bastante dstimos entre sf manifiestan ‘ves sngileridad en prone de semtamieno con earactriics propas ue ls hacen sustancilmene diferentes 29 carro ‘com importantes aportes en cuanto ala evolucién de los parrones de asentamiento en ciertosvalles de la costa, entre los que destacan los de Willey (1953) en Vind y Wilson (1988) en el Santa, Oreas im- portantes contribuciones tedricas_ relacionadas con el examen de esta problemitica se encucn- tian en Lumbreras (1981). En este panorama, 4que evidencia la ausencia de una visién temtica de conjunto —desde el campo de la arquitectura y el urbanismo—, disponemos de una primera aproximacién general al rema de las formaciones uurbanas en América en el clésico estudio sobre las ciudades precolombinas de Hardoy (1964); y de tan solo una importante sintesis sobre la arqui- tectura y el urbanismo en el antiguo Peri en el trabajo publicado por Williams (1981) hace més de veinte afis. El autor, en colaboracién con Sergio Staino, publicé un ensayo acerca de los origenes de la ciudad y su rol en el proceso civiliztorio, Alll se ‘examinaba comparativamente los casos de Sumer, Egipro y el antiguo Per (Staino y Canziani 1984) Posteriormente, publicé un estudio centrado en el examen de las formas de asentamiento en la costa norte, relacionado con la evolucién de las forma- ElCentro del Patsimonio Mundial de les y ecosistemas que caracterizan el territorio del Peri, como la necesidad de adecuarlos a las exigencias de diversos tipos de produccién, para superar o atenuar las condiciones nega- tivas o las limitaciones que estos presentaban por naturaleza al desarrollo de estas actividades productivas, dieron como resultado el desplie- gue de un extraordinario y variado corpus de Paisajes culturales? Entre los paisajes culeurales ligados al desarro- lio de zonas de produccién, podemos mencionar entre los principales los que se desarrollaron en la costa desértica. Entre estos destacan los valles agricolas generados mediante el despliegue de grandes sistemas de irrigacién artificial; los va- Tes oasis donde se aplicaron sistemas de hoyas Fig. 13 ~ Tends para el secado de pescado formand sistemas de ema en ls pomontorior de Punta Mulatoy em la cata de ‘Anco: J Cacia) — \ Fg. 14 Reconserucin hipttia del manejo dl te toro de lomas en Aiguipa (Canna 200) INESCO comprende bajo el concepro de pete eultraey una dversdad de obcas que combinan el trabajo del hombre y la naruralera, En un paiaje caltural e manifesta deforma singulat la reraccin entre ba sociedad y su ambiente natural, y su conservacién contribuye ala biodiversidad yalasostenibilidad del desarrollo territorial, destacando lo valores naturales presents en el pase Fig 15 Tera agrcolas de formaci lenes en Is locaidad de cultivo, 0 se desartollaron. complejas formas regadio que aprovecharon las aguas subterré- neas mediante el manejo de puquios y la cons uccién de galerias filtrantes, especialmente en la costa sur, donde se agudizan las condiciones aridez y son escasas las fuentes de agua super- al igual que el manejo de los bosques de neblina en las zonas de lomas y el desarrollo de zas de cultiva irrigadas con el agua caprurada niebla por !os bosques; ast como las lagunas 16 Saneina de andeesagpeala snociads lego en alos bad de Larson Yuyon foto | Carian). (ION SOCIAL de caltve en calles lalla puneto fue: E Mui) Fig, 17 ~ Sinen ‘conocidos tambien y wachagues para el manejo de la torora, 0 los tendales para el secado de pescado, presentes en distintos puntos del ltoral. Por otra parte, en la sierra y valles interandi- nos destacan las terrazas de formacién lenta que posibilitan el desarrollo de cultivos de secano en laderas de fuerte pendiente. Esto permitié ge- nerar suelos con menor gradiente y as{ mejorar Ia retencién del agua de lluvia y disminuir la rosin. Sin embargo, frente al constante riesgo de sequia, y las notables ventajas de asegurar y controlar el desarrollo de los cultivos median te la irrigacién artificial, se realizaron extensos sistemas de andenes agricolas asociados a obras de canalizacién para posibilitar su riego. En la puna, para lograr el desarrollo agricola en una altitud que se encuentra en el limite de las posi- bilidades biolégicas, y donde ademés los cultivos se encuentran expuestos alas frecuentes heladas y ala critica alternancia de periodos de duras Sequilas 0 severas inundaciones, se desarrollaron sistemas de gochas, asi como también sistemas de camellones 0 waru waru; al igual que el des pliegue de bofedales, generados en su mayoria mediante sistemas relativamente simples de riego o inundacién de extensiones ubicadas en zonas de punas secas. Asi se propicis el desa- rrollo de la vegetacién y, de forma consecuente, se favorecié la pastura de camélidos, y hoy de vacunos y ovinos, Estasdiferentesmodificacionestertitoriales, por encima de su diversidad funcional, caracteristicas paisajisticas, extensién y niveles cartruio1 Fe a patra de camélids en as puna seas de Aguada Blanca, Arequipa (Fows:|.Canian. de complejidad compromeridos, comin la superacién de las. li territoriales —climdticas, topogréficas, de suelos, hidrogréficas, etcévera— para permitir 6 favorecer el desarrollo de las actividades productivas. En la mayoria de los casos se puede percibir que estas _modificaciones, ademés de enfrentar las condiciones negativas, comporraron el aprovechamiento 0 mejoramiento de las condiciones positivas 0 favorables presentes en el medio natural Por lo tanto, se puede plantear que estas mo- dificaciones tertitoriales cuvieron y ain tienen como aspecto comiin el propésito de generar, mejorar o ampliar las condiciones productivas del medio narutal, garantizando a su ver la repro- duccién de las condiciones de base que aseguran 1a sostenibilidad de estos procesos. Si bien las modificaciones territoriales fueron realizadas con herramientas relativamente senci- lias, habrian comprometido una tecnologia vasta y compleja que se catacterizaba por el despliegue de formas especiales de organizacién social de la produccida, En cuanto trascendentes medios e instru- mentos de produccién social de escala terti- torial, los paisajes culturales representan no solo un importante patrimonio tecnolégico, ¥5 funcional al desarrollo territorial. También onstituyen un referente relevante para las co- munidades que los generaron o heredaron en lo que se refiere a la constitucién, conservacién ¢, inclusive, la recuperacién de su identidad culeu- ral (Canziani 2007). 38 Los Andes centrales como area cultural Cuando en un conjunto de regiones localizadas en un determinado territorio geografico se apre- cia que sus desarrollos culturales, por encima de sus diferencias regionales, comparten hist6rica- mente una serie de rasgos que definen una iden- tidad, y donde ademés se aprecia una evolucién en la que se pueden observar tanto continuida- des como procesos de cambio, se entiende que se esté frente a un drea cultural. Corrientemente se ha entendido como rea cultural a territorios donde se registran deter- minadas tradiciones estilisticas en el repertorio de su cultura material. Sin embargo, estudiosos de esta problemética, como Lumbreras (1981), sostienen que es preferible asumir una caracteri- zacién historica de este término, que no esté por lo tanto referido exclusivamente alos aspectos es- trictamente cultural, si no que incorpore todas aquellas esferas relacionadas con el modo de vida y la evolucién histérica de las formaciones eco- némico-sociales. En este sentido, en un drea histérico-culeural se debe percibir una unidad, que es producto de la relacin particular que instauran las sociedades con su medio ambiente especifica, con el desa- rrollo de determinadas técnicas de produccién, especialmente en el campo de la agricultura. Este proceso, en el caso de los Andes centraes, presen- ‘a.una definida impronta de unidad e integraci6n en el marco de una notable diversidad. Los Andes centrales: su secuencia cronolégica y cultural El drea de los Andes centrales comprende gran parte del territorio de lo que es ahora el Peri, con un limite norte en el desiero de Sechura y la sierra de Piura y al sur con el nudo de Vileanora y Arequipa. A las regiones que se encuentran mas al sur se les denoming drea centro sur y corres- ponden al altiplano de la regidn circumlacustre del Titicaca, comprendiendo los desiertos coste- ros del extremo sur del Peri y del norte de Chile, y las punas de Bolivia (Lumbreras 1981). Existen distintos planteamientos para defi- nit la evolucién histérica y la correspondiente secuencia de perfodos culturales de los Andes centrales. En el presente texto asumimos dos pro- puestas como las principales, debido a que son las mayormente aceptadas por los estudiosos de la materia, ya que ademds resumen e incorporan, ARQUITECTURA Y URBANISMO COMO TESTIMONIO DE LA EDIFICACION SOCIAL flos aportes de distintos investigadores de la ar- queologia andina. En el caso de la secuencia propuesta por Rowe (1962) —establecida fundamentalmente 2 partir de sus investigaciones y de la secuen- Ga estratigrifica obtenida en excavaciones ar- queoldgicas en el valle de Ica— se privilegia los ‘aspectos relacionados con la vigencia de deter- sminados rasgos culturales y los cambios estills- ‘cos, especialmente de aquellos que se aprecian en la produccién cerémica. De esta manera, se propone un perfodo Precerimico, que com- peende tanto 2 las sociedades de cazadores y secolectores como a la época de las comuni-

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