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li intermedio Estimado Socio Circulo de Lectores tiene el gusto de presentarle en primicia nuestro gran lanzamiento editorial del ao 2010, La vaca sin culpa, una nueva compilacién de pardbolas, esta vez de temas espirituales, que nuestros autores Jaime Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo han seleccionado para Usted. Huellas en la arena na noche sofé que caminaba a lo largo de una playa acompafiado por Dios. Durante la caminata, muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo. Al pasar cada una de las escenas, yo notaba que unas huellas de pies se formaban en la arena. A veces aparecian dos pares de huellas, y a veces un par. Esto me preocupé mucho porque pude notar que, durante las escenas que reflejaban etapas tristes de mi vida, cuando me sentia mas apenado, angustiado y derrotado, solamente hab{a un par de huellas en la arena. Entonces le dije a Dios: —Seiior, Ta me prometiste que si te segufa, caminarias siempre a mi lado. Sin embargo, he notado que durante los momentos mis dificiles de mi vida solamente habia un par de huellas en la arena. ¢Por qué, cuando te necesité, no caminaste a mi lado? El Sefior me respondié: —Cuando has visto sélo un par de huellas en Ja arena, hijo mio, es porque yo te llevaba en mis brazos. El ingenio de una hormiga de las hormigas, y confieso que quedé asombrado al verlas trabajar con tanto orden y empefio. Cierta vez, una hormiga en particular atrajo especialmente mi atencién. Negra y de tamafio mediano, Ilevaba como carga una pajita que, al parecer, era seis veces mas larga que ella misma. Después de avanzar casi un metro con semejante carga llegé a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos enormes piedras. Intenté cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo algo insdlito: con toda habilidad apoyé los extremos de la pajita entre un borde y otro de la | | ace un tiempo me puse a observar detenidamente la vida 2 grieta, y construyé su propio puente para atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, agarré nuevamente su carga y continué su esforzado viaje sin inconvenientes. La hormiga convirtié su carga en un puente, y de esa manera pudo continuar su viaje al hormiguero. De no haber llevado esa carga, bien pesada para ella, tendria que haber hecho un largo rodeo para avanzar en su camino... éCaptamos la moraleja de esta historia? Muchas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas de voluntad que debemos soportar, sin darnos cuenta de que esas mismas cargas —bien utilizadas— pueden convertirse en puentes y peldafios que nos ayuden a triunfar y avanzar. Hay muchas muestras: una deficiencia cardiaca hizo de un médico un famoso cardidlogo; un impedimento fisico convirtié a un joven en un gran escritor; la timidez de un estudiante lo Ilevé a ser un destacado investigador. |Cudntos otros ejemplos podriamos mencionar! Todos ellos para mostrar la misma verdad: que debemos sobrellevar con valor nuestras cargas para convertirlas en puentes de éxito y prosperidad. Confia en Dios. El no permitird que la prueba te aniquile; mds bien te dard fuerzas para seguir con valor y alcanzar mayores alturas. Dios nunca se equivoca n rey que no crefa en la bondad de Dios tenfa un siervo que en todas las situaciones le decia: —Mi rey, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto: El no se equivoca. Un dia salieron a cazar y una fiera atacé al rey. El siervo consiguié matar al animal, pero no pudo evitar que el rey perdiera un dedo de la mano. Furioso y sin mostrar gratitud alguna por haber sido salvado, el monarca dijo: —4Que Dios es bueno? Si El fuese bueno, yo no habria sido atacado. El siervo apenas respondid: —Mi rey, a pesar de todas esas cosas, sdlo puedo decirle que Dios es bueno; y El sabe la razon de todas las cosas. Lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca. Indignado con la respuesta, que le parecié insolente, el rey envio a su siervo a la cdrcel. Tiempo después organiz6 otra caceria, y fue capturado por unos salvajes que hacian sacrificios humanos. Listos ya para inmolar al rey, los salvajes percibieron que la victima no tenia uno de los dedos y lo soltaron: jera tan imperfecto que no podia ser ofrecido a los dioses! Al regresar al palacio, el rey ordené soltar a su siervo y lo recibid muy afectuosamente. —Mi siervo, quiero decirte que Dios fue realmente bueno conmigo. Escapé de ser sacrificado por los salvajes, jjustamente por no tener un dedo! Sin embargo, tengo una duda: si Dios es tan bueno, ¢por qué permitié que tu, que tanto lo defiendes, fueses a prisién? —Mi rey, si yo hubiese ido con usted a esa caceria, habria sido sacrificado en su lugar porque no me falta ningin dedo. Quiero repetirle que todo lo que Dios hace es perfecto. El nunca se equivoca. La vida es tan corta...* La vida es tan corta que debemos aprovechar cada dia para ser felices. Anénimo ace unos doce ajios, estaba observando a mis estudiantes de la universidad mientras entraban al salén para nuestra primera sesién de Teologia de la Fe. Ese fue el primer dia que vi a Tommy. Estaba peinando su larga cabellera rubia, que le caia por debajo de los hombros. Como ese dia no estaba preparado para ello, * Esta historia del estudiante ateo que encuentra la verdad fue escrita por el reverendo John Powell, profesor retirado de Loyola University, Chicago, y difundida en Internet por www.truthorfiction.com, en una version de 2008. mis emociones se alteraron y de inmediato catalogué a Tommy como “extrafio... muy extrafo’. Tommy resulté ser “el ateo de la clase” en mi curso de Teologia de la Fe. El objetaba constantemente, sonriendo en forma irénica, la posibilidad de un Dios/Padre que nos ama incondicionalmente. Al terminar el curso, cuando vino a entregar su examen final, me pregunté en un tono algo insolente: —4Cree usted, profesor, que alguna vez encontraré a Dios? Inmediatamente decidi usar un poquito de la técnica de la terapia de shock. —j(No! —le dije muy enfaticamente. — Por qué no? —me respondié—, yo creia que ese era el producto que usted estaba vendiendo. Dejé que estuviese a unos cinco pasos de la puerta del salon y alcé un poco mi voz para decirle: —jTommy! Creo que ti nunca encontrarés a Dios... Pero estoy absolutamente seguro de que jEl te encontraré a ti! Se encogié de hombros y salié de mi clase... y de mi vida. Sin embargo, me quedé algo frustrado por el hecho de que no hubiera captado mi ingeniosa observacion: “j£l te encontraré a ti!” —por lo menos, yo pensaba que habia sido ingeniosa... Un tiempo después me enteré de que Tommy se habia graduado y me dio gusto saberlo. Mas adelante me llegé la triste noticia de que Tommy padecia de un cancer terminal. Pero sorpresivamente, antes de que yo pudiera salir a buscarlo, é1 vino a verme. Cuando entré en mi oficina lucfa demacrado y su larga cabellera habia desaparecido debido a la quimioterapia. Pero sus ojos brillaban y su voz tenia una firmeza que no tenia antes. —Tommy, he pensado mucho en ti... of que estas enfermo —le dije, en un tono aparentemente casual. —Oh, si, muy enfermo —me respondié—: tengo cancer en ambos pulmones. Es cuestién de semanas. —Tom, ;puedes hablar sobre eso? —le pregunté. —Por supuesto, jqué quiere saber? —me contesté sin imprudencia. —

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