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Caprituto II! ESTRUCTURA DEL DELITO IMPRUDENTE 1. Introduccion Al igual que el tipo doloso tiene una estructura determinada, el tipo culposo también tiene una estruc- cura particular, basada en la diferencia de sus elemen- tos. Debe tenerse presente que Roxin reconoce que, en el plano del tipo objetivo, la teorfa de la imputacién objetiva en los delitos dolosos no es sustancialmente distinta®°) a Ja de la infraccién del deber de cuidado en los delitos imprudentes. Tomando en cuenta esta situacién particular, se determina la importancia en la (G00) Aunque las diferencias no son muchas, Ia exigencia dentro de la imputacién objeriva en el delito imprudente exige una inter- pretacién de ella teniendo en cuenta el émbito de proteccién de Ja norma (finalidad de la norma de cuidado). Mas detalle al respecto se pede ver en Min PutG, Derecho penal. Parte general, cit, pp. 298 y ss. 63 Junie Roprisuez Detcano dogmitica penal moderna de establecer “si la impru- dencia es solamente un aspecto subjetivo del tipo dis- tinto al dolo, o si, ademés de sus diferencias con el dolo, contiene un tipo objetivo propio y, por tanto, opera con criterios de imputacién especificos”0?, Noes ajeno a la dogmatica penal mantener un cri- terio mayoritario destinado 2 lograr un correcto enten- dimiento de la estructura tipica de los delitos impru- dentes, el mismo que toma como punto de partida la idea de que fa forma de determinacién del tipo objeti- vo en os delitos dolosos e imprudentes pasa por el empleo de los mismos criterios°®), En otras palabras, es necesaria la presencia de las dos condiciones de la imputacién objetiva: la creacién o aumento de un ries- go juridicamente desaprobado y que dicho riesgo se realice en el resultado0™, Por ello, se debe concluir gue la teorfa de la imputacién objetiva, desarrollada con todos sus aspectos para ser aplicable en los delitos (0 Garcia CavERo, “La imputacién objetiva en los delitos im- prudentes: comentario a la sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R. N. N° 4288-97 Ancash”, cit, p. 195. (00) De la misma opinién se puede consultar GaRcia CavERO, “La impuracién objetiva en los delitos imprudentes: comentario a la sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R.N. N° 4288-97 Ancash”, cit, p. 196. (00) Tomado de Min Puts, Derecho penal. Parte general, cit., p. 254, pero quien afirma ademis la necesidad de que la causacién del resultado esté dentro del Ambito de proteccién de la norma de prudencia valnerada (p. 292) 64 EL no 1 PRUDENTE: III. ESTRUCTURA dolosos, no es distinta de la que se debe utilizar en los delitos impradentes, Sin embargo, cs necesario ad- vertir que, segiin mi parecer, en los delitos impruden- tes la entidad del riesgo prohibido creado es cicrtame: te menor que la que se necesita para configurar objet vamente un delito doloso, debido a que ¢s obvio que la direccionalidad del comporramiento del sujeto est en- focada al resultado lesivo, y por ello se entiende que es directo en el delito doloso*™, Este riesgo debe, ade- mis, encontrarse dentro del ambito de proteccién de la norma penal (dentro de a finalidad protectora de la norma) y debe realizarse en el resultado, del mismo modo que se exige en los delitos dolosos, La diferencia en la estructura tipica de los delitos imprudentes respecto de los dolosos se encuentra (11 En idéntico sentido se puede ver Garcia CavERo, “La im- puracién objetiva en los delitos imprudentes: comentario a la sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R.N. N° 4288-97 Ancash”, cit., p. 196. (11 Mis detalle al respecto desde un analisis dogmatico de la juris- prudencia nacional ver Garcia CavERO, “La imputacién obje- tiva en los delitos imprudentes: comentario a la sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R. N. N° 4288.97 Ancash”, cit, p. 196. (12) Tomado del comentario de la jurisprudencia nacional por Gascia Cavero, “La imputaci6n objetiva en los delitos im- prudentes: comentario a fa sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R. N. N° 4288-97 Ancash”, cit, p, 197. Opinién exactamente igual se puede encontrar en Mik PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 298 y ss. 65 Juuo Ropriauez DELcaDo fundamentalmente en el tipo subjetivo, as{ se puede ver cuando se identifica que el dolo es considerado como conocimiento del potencial hecho —-de forma especifi- ca de la existencia de una vinculaci6n (relacién de ries- go) muy probable de su comportamiento con el resul- tado tipico—; diferencidndose en este sentido de la imprudencia en tanto en ella no se identifica un conoci- miento absoluto de los elementos objetivos del tipo penal, sino tan solo una posibilidad de conocimiento pero que no apunta al resultado tipico, sino tan solo a lainfraccidn de la norma de cuidado™, esto es, lo que a dogmatica penal denomina “cognoscibilidad"29 Es, obvio que sil sujeto con su comportamiento infractor de la norma de cuidado abarcase el resultado ya no es- tarfamos ante un comportamiento imprudente sino ante uno doloso. E! contenido de la imprudencia es emi- nentemente normativo, para evitar de esta manera que primen criterios puramente psicologistas@5. central del tipo imprudente, pues en mi opinién con ello se descarta la necesidad de apelar a concepciones ontolégicas. Opi. rida contraria se encuentra en ACOSTA, Tratado de la culpa en el Derecho penal, cit., p. 104, quien resalta la necesidad de hacer ‘una balance entre el aspecto normativo y el ontoldgico. (04 En el mismo sentido se puede ver lo expresado por GARCIA CavERO, “La imputacién objetiva en los delitos imprudentes: comentario a la sentencia de la Corte Suprema del 13 de abril de 1998, R. N. N° 4288-97 Ancash”, cit., p. 197, a raiz de comentarios hechos a la jurisprudencia nacional, (016) En este sentido consultar Min PUIG, Derecho penal. Parte general, it, p. 290, y adhiriéndose al mismo criterio se puede ver en el 66 EL tino mpRupenre: TIL. Este ucrura Obviamente, cl elemento central del tipo imprudente ¢s la culpa 0 Ia imprudencia, que como lo he seffalado anteriormente, ¢s la falta de cuidado objetivo en el émbi- to de relacién en donde interactia el ser humano™®, es por ello que se seffala que se trata de un deber de cuida- do que tiene como caracteristicas ser objetivo y normati- 7007, Esto significa, tal y como lo detallaré posterior- mente, que el contenido de la imprudencia desde el ém- bito objetivo estd vinculado al reconocimiento de la exis- tencia de una sociedad en la cual los riesgos no son pro- hibidos, sino por el contrario se permiten, y estén regu- lados o parametrados a través de fa implementacién de las normas extrapenales que cumplen la fancién de esta- blecer los limites al ejercicio de comportamientos social- mente riesgosos. A su vez, estos comportamientos so- cialmente riesgosos son de de dificil determinacién, de- bido a que hay que identificar cual es la norma especifica Ambito nacional MazUB10S CoELL0, “El delito imprudente en el Cédigo Penal peruano. La infraccién del deber de cutidado como creacién de un riesgo juridicamente desaprobado y la previsibilidad individual”, ci, p. 168, en especial nota 67 (126) Para més detalle ver Bustos RAMIREZ, / HORMAZABAL MALAREB, Lecciones de Derecho penal, cit., Vol. I, p. 171. (117) De este criterio es MuSoz CONDE / GARCIA ARAN, Derecho penal. Parte general, cit., p. 284, Asi también lo destaca CERE- 20 Mir, Curso de Derecho penal Espatiel: Parte general I: Intro- duccidn, Teorka juridica del delito/2, cit., p. 421, quien ademas enfatiza que dicho cuidado deber estar orientado a evitar la lesin de bienes juridicos. En la doctrina nacional destaca esa caracteristica VILLAVICENCIO TERREROS, Derecho penal. Parte general, cit., p. 387. 67 Jutio Ropricuez Detcano para cada caso concreto (encontrar aquello que la norma de cuidado prohibe)®., Es por esto que dichos com- portamientos no implican cualquier falta de cuidado, ya gue no toda faita de cuidado da origen a un delito im- prudente, sino solo aquella contemplada por el tipo pe- nal; més atin si se tiene en cuenta que en los tipos culposos, al amparo de! principio de legalidad material y de ultima ratio del Derecho penal, la técnica de politica criminal es de incriminacién limicada (mumerus clausus), mediante la cual solo los tipos penales expresamente pre- vistos como tales en la norma penal resulcan punibles (articulo 12° del Cédigo Penal) 20. En mi opini6n, esté forma de comprender el tipo imprudente nos puede llevar a la conclusién (algo apre- surada) de que se tratan de tipos abiertos). Por el (41 Asflo establece SANCINETT!, Teoria del delito y disvalor de acciém, cit. p. 259. (15) De la misma opinién se puede consultar BUSTOS RAMIREZ / HORMAZABAL MALarée, Lecciones de Derecho penal, cit., Vol. It, p. 172. (20) De igual opinién se puede consultar lo sefialado por Mir PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 286 y ss. €2) Por su parte, hay autores que en virtud a la vinculacién con las normas de cuidado en el tipo imprudente establecen que se trata de un tipo abierto, asfen el Ambiro nacional VILLAVICENCIO "TERREROS, “Los delitos imprudentes de comisi6n?”, cit. p. 226, dicho autor fo reafirma en un trabajo més reciente, ver ‘VILLAVICENCIO'TERREROS, Derecho penal. Parte general, cit, p. 383, También sefiala que los tipos imprudentes son tipos abiertos que necesitan una norma de cuidado que los complete, 68 EL Tipo impRUDENTE: LI, EsTRuETURA contrario, la rigurosidad def principio de legalidad sus- tantivo (articulo II del Titulo Preliminar del Cédigo Penal) no permite un concepto tan amplio de los ti- pos penales para que sean considerados abiertos, pues ello vulneraria la acepcidn de ex stricta contenida en dicho principio™2, Loque resulta incuestionable para Ja doctrina mayoritaria%29, es que en Jos delitos im- ‘ZaBEARON|, Derecho penal. Parte general, cit, p. 523. Asf tam- bin lo resalra VeLASQUEZ VELASQUE2, Manual de Derecho pe- nal. Parte general, cit, p. 311, quien ademés menciona que la accign en el tipo imprudente es indefinida. Lo mismo sefiala MvSoz Conner / Garcia ARAN, Derecho penal. Parte general, cit, p. 284, quienes refieren que quien completa el tipo impru- dente es el Juez o la doctrina; de la misma forma lo refiere ‘Curr UrzUa, Derecho penal. Parte general, cit., T. 1, p. 283, quien destaca que es preferible dicha formula a una que sea casuistica o ejemplar. Por su parte Acosta, Tratada de la culpa en el Derecho penal, cit. p. 47, se adhiere a la tesis del tipo abierto sefialando que el proceso de individualizacin de la norma preventiva no se agota en la descripcién de los tipos de la parte especial. Siguiendo esa linea tambien la Corte Supre- ma Argentina (sentencia del 19 de agosto de 1999) en donde destaca el cardcter de abierto del tipo imprudente, en deralle ver PITLEVNIK, “La conducta culposa en los fallos de la Cor- te”, cit. p. 79. Bn sentido contrario se puede consultar CORCOY BIDASOLO, El delito imprudente, Criterios de impura- ciin del resultado, cit., pp. 52 y ss. (022) Sobre el principio de legalidad y sus exigencias de lex pracvia, ley stricta le scripta ver Mim PUIG, Derecho penal. Parte gene- ral, cit, p. 116. (028) En ese sentido con detalle de las posturas doctrinarias ver ‘Concoy BIDASOLO, El delito imprudente, Criterios de imputacién del resultado, cit., pp. 52 y ss 69 JuLio Ropaicuez DELGano pradentes el comportamiento tipico se encuentra me- nos determinado con respecto a lo que se concibe en el delito doloso02, No obstante cllo, soy de la idea de que si se acepta la indeterminacién relativa de los tipos imprudentes, con respecto a los tipos dolosos, se cae en un error conceptual), pues al final son tan indeterminados los tipos dolosos como los im- prudentes, no cuando estamos ante delitos de me- dios determinados (como la violacién, el robo 0 la usurpacién), sino cuando estamos ante delitos de medios resultativos(2 (como el homicidio o las lesiones en donde el tipo penal no exige ningtin medio especifico para su configuracién)®27. En otras palabras, el tipo doloso de resultado es casi idéntico al tipo imprudente (que por su naturaleza es de resultado), con lo que queda fuera de discu- sién la determinacién legal de los mismos®), (020 Incluso egan a ser calificados por algunos autores como tipos penales cerrados, contmaria sensu lo opitiado en el presente tra- bajo siguiendo la doctrina mayoritaria. Al respecto se puede encontrar dicha posicién en SCHONE, Jmprudencia, tipo y ley penal, cit., p. 27. (025) En sentido similar TERRAGNI, El delito culposo,cit., pp. 61 y 62. (025) Sobre la clasificaci6n de los tipos penales en delitos de medios determinados y medios resultativos ver Mix PUIG, Derecho penal. Parte general, cit., p. 229. 27 Postura similar se puede ver en CoRcoY BIDASOLO, El delito prudente. Criterios de imputaciin del resultado, cit., pp. 54y 55. (428) Asf lo sefiala SCHONE, Imprudencia, tipo y ley penal, cit., pp. 27 y 28 70 EL Tro iMPRUDENTE: TTL, EstRUCTURA En ese orden de ideas, siguiendo a Mir Purc?™), el tipo imprudente muestra una estructura distinca y particular que permite diferenciarlo de las demés es- tructuras de los tipos penales (del doloso y del de omisidn). La citada estructura es la siguiente: 1) La parte objetiva del tipo supone necesariamente la contrariedad al cuidado@® 0 infraccién de la norma de cuidado (desvalor de accién) que debe generar una determinada lesién © puesta en peli- gro de un bien juridico penal (desvalor de resulta- do)03)), La relacién que existe entre la infraccién de la norma de cuidado y la lesién del bien juridico exige la presencia de la imputacién objetiva, la mis- ma que es similar a la exigida en los delitos dolosos, solo que tiene algunas especificaciones que poste- riormente detallaré. (029) Tomado de Mir Putc, Derecho penal, Parte general, cit.. pp. 291 y ss., quien estructura el tipo imprudente de forma tal que se hace muy fécil su comprensi6n y permite una identificacién clara de sus elementos tipicos. (430) Al respecto incluso se sefala !a existencia de una discusién en dogmiética que cuestiona si es suficiente con cuidados genera- les 0 es necesario exigir las capacidades individuales que posce el sujeto, en detalle consultar STRATENWERTH, Derecho penal, Parte general: el hecho punible, cit., pp. 420 y 421; quien ade- mis ¢s de la idea que las normas generales conforman el cuida- do debido, pero para la exclusién del ricsgo no permitido se necesita determinar las capacidades individuales. (031) Asi también lo establece en la doctrina nacional VILLAVICENCIO. TTERREROS, “Los delitos imprudentes de comisién”, ct., p. 227. 7 Junto Ropricuez DeLGavo 2) La parte subjetiva (a diferencia del andlisis deta- lado que se hard de Ia parte objetiva del tipo im- prudente, es necesario en este apartado hacer un examen de las caracteristicas de la parte subjetiva del tipo imprudente). El tipo imprudente requie- re el elemento positivo de ser consciente de estar realizando la conducta descuidadat™, ya sea con conocimiento del peligro que en general entra- #a(285) (culpa consciente)(1) o sin él (culpa incons- ciente), y el elemento negativo de no haber abarca- do con la conciencia el resultado tipico*5),030 En (032) Respecto al problema que se genera entre consciencia del peli- gt0 0 de la infraccién de la norma de cuidado ver Acosta, Tra- tado de la culpa en el Derecho penal, cit., p. 232. (438) Aunque el conocer que se vulnera la norma de cuidado era con- siderada por otros autores como preterintencidn, as{ lo destaca JIMENEZ DE ASUA, Luis, Tratado de Derecho penal, 4° ed., Losada, Sao Paulo 1992, TV, p. 847. (034 En este aspecto es importante tener en cuenta que la teoria cognitiva del elemento subjetivo del tipo penal entiende que si el sujeto actiia con conciencia de que su comportamiento entraia un peligro elevado sobre el bien juridico, no se trara de culpa consciente, sino de doto, pues para esta teorfa ya no tiene cabida la mencionada culpa consciente. Para més deta- le consultar RAGES 1 VALLES, El dolo y su prucha en el proce- so penal, cit., pp. 108 y ss., en donde ei autor hace una sinte- sis de fa evolucién del pensamiento cognitivo. 035) En sentido similar en la dogmética nacional consultar VILLAVICENCIO TERREROS, “Los delitos imprudentes de comi- sidn”, cic, p. 228. (36) Por stt parte desde una perspectiva de imputacién subjetiva se sefiala que en fa culpa lo importante no es verificar el conoci- 72 EL Tipo mMPRUDENTE: III. ESTRUCTURA palabras ms tradicionales, el autor de un delito imprudente actéa de forma voluntaria, dirigien- do dicha voluntad tan solo a la realizacién de la accién contraria al cuidado debido2”, Pero cs in- dispensable mencionar que en dogmética penal resulta muy dificil delimitar la culpa consciente y el dolo eventual), sobre todo desde un pers- pectiva practica, puesto que desde de la dptica de Ja doctrina hay diversos criterios que permiten diferenciarlos claramente. * Hay autores que establecen que la culpa incons- ste es la ausencia de todo vinculo con lo psi- coldgico, no obstante, en mi opinién, esa posi- ci6n confuunde fa necesidad de valorar la volun- tad del agente en la infraccién de la norma de cuidado con el peligro sobre el bien juridico que representa dicha infraccién, Esto significa que la inconsciencia (0 consciencia del sujeto) no miento del autor, sino por el contrario determinar en el caso conereto lo que el autor debia conocer, asi lo establece GaRCiA Cavero, Percy, “Técnica de numerus apertus en las infracciones dolosas y mumerus clausus en tas infracciones impradentes”, en AA.VY,, Césdigo Penal comentado, Gaceta Juridica, Lima, 2004, T.I (Titulo Pretiminar y Parte general), p. 422. (037 Resaltando el aspecto de la voluntariedad se puede ver Hinsci, “La antijuridicidad del delito culposo”, cit. p. 60. (038 Si bien cs cicrto que este tema es de mucha controversia, no es materia de este trabajo. Sin embargo al respecto se puede ver HIRSCH, “La antijuridicidad del delito culposo”, ct., pp. 64 y ss. 73 Jutto Ropricuez DeLcano recae sobre la vulneracién de la norma de cui- dado, pues ello en caso de inconsciencia impli- carfa un supuesto de ausencia de comportamien- to humanot®), sino més bien en el peligro que dicha vulneracin generariat, Es decir, el tratar de entender que 4a culpa inconsciente no merece castigo porque transgrede el prin- Cipio de culpabilidad resulta un contrasenti- do desde una perspectiva dogmatica y de po- litica-criminal@#), La inconsciencia se mide respecto al peligro del comportamiento del sujeto y no de fa concreta vulneracién de la norma de cuidado realizada por dicho sujeto, lo cual se refuerza si se cuestiona respecto a lo apropiado politico-criminalmente de dejar impune la culpa inconsciente(*). (439) Al respecto de la inconsciencia como supuesto de ausencia de comportamiento humano, consultar Mik PUG, Derecho penal. Darte general, cit., pp. 218 y 219. (049) En contra de lo aqua sefialado ver Acosta, Tintado de la culpa ‘en el Derecho penal, cit., p. 232. 4) Al respecto consultar JEROUSCHEK, Ginter y Koc#, Amd, “So- bre la punicién de la imprudencia inconsciente: la discusién en la Repiblica Federal y en la Repiiblica Democritica Alema- nas”, en Revista de Derecho penal 2002-2 (Delitos Culposos TD), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe 2003, p. 159 y ss. (14) Afirmacién similar en JEROUSCHEK / KOCH, “Sobre la puni- cién de la imprudencia inconsciente: la discusiéa en la Re publica Federal y en la Repiiblica Democrética Alemanas”, cit, p. 160. 74 (45) Con un razonami EL TIVO MPRUDENTE: III, ESTRUCTURA, * Debido a esto, el elemento subjetivo del tipo imprudente requiere de la cognoscibilidad del concreto peligro de la realizacién de la con- ducta tipica (tanto para a culpa consciente como inconsciente(#)), 0 parafraseado de + forma distinta, el elemento subjetivo del tipo imprudente exige que el sujeto desconozca la materialidad del resultado a pesar de la peli- grosidad de su conducta0), + Pero es importante sefialar que para poder imputar el desconocimiento al lado de la cognoscibilidad resulta indispensable que exista tun deber de evitar ese desconocimiento, lo que es objeto de andlisis al tratar la infraccién de la norma de cuidado, y especificamente en el de- ber de ctidado interno#), que exige como obligacién para todo ciudadano el advertir los peligros inherentes a la vida en una sociedad en donde imperan los riesgos. 045) Lo complicado en ésta definicion radica en poder diferenciar entre culpa consciente y dolo eventual, y este es un problema permanente en dogmitica penal, asi lo destaca CANESTRARI, “La estructura del dolo eventual y las nuevas fenomenologias de riesgo”, cit,, p. 393. (144) Al respecto ver CoRCOY BIDASOLO, El delito imprudente. Crite- ros de imputacién del resultado, cit., pp. 230 y 231. to detallado al respecto consultar Coxcor Bipaso1o, El delite imprudente. Criterios de imputacién del resultado, cit., p. 231 75 Junie Ropricuez DetGano + De igual manera, también, desde una perspec- tiva de imputacién subjetiva, lo que el sujeto tiene que saber para reconocer la posibilidad de realizacién t/pica resulta trascendental para dotar de contenido al tipo subjetivo, dicho saber 0 conocer debe abarcar necesariamente: 3) el conocimiento de la efectiva situacién; b) la previsién de su propia conducta y de su eficacia en la situacién; c) el conocimiento de las reglas de experiencia y de su aplicacién en Ja situaci6n conereta.”049) + Asimismo, ese desconocimiento del efectivo peligro que representa la realizacidn de la con- ducta tipica representa el micleo central del tipo subjetivo, y a su vez la dogmética sucle esta- blecer tres modalidades al respecto: a) cono- cimiento de la existencia de un peligro y de la posible afectacién a un bien juridico con la realizacién del citado peligro, pero no de la materialidad del riesgo creado (culpa cons- ciente)@#7; b) desconocimiento que la canducta (148) Concor BIDASOLO, El delito imprudente. Criteris de imputacién del resultado, cit. p. 237. (047) Ahora bien en el caso de las decisiones judiciales que se han ido tomando a nivel nacional, habfa un reconocimiento de la culpa consciente como el conocimiento del peligro en el actuar y de a posible afectacién a un bien juridico, pero no de la materia dad del resultado, esto significa que se consideraba culpa cons- Giente cuando el sujeto reconocia el peligro de st: comporta- 76 EL tipo ienupeNTe: IIL, ESTRUCTURA iiiento pero ni esperaba el resultado ni lo deseaba (dentro de la tcoria volitiva). No obstante, la sentencia del 27 de abril de 2006 (49° Juzgado Especializado en lo Penal de Lima) det lla- mado caso “Utopia” ha cambiado todos los esqucmas propios ec la comprensin del tipo imprudente cn ef aspecto de fa im= putacidn subjetiva. Dicha sentencia sefiala que la valneracién de normas de cuidado (no adoptar las medidas de seguridad inecesarias para el funcionamiento de la discoteca) de la mano de saber que existfa ana probabilidad de producirse un incen- dio ¢s suficiente para reconocer la presencia del dolo eventual ‘en un homicidio, atin cuando todas esas son las caracteristicas propias del aspecto subjetivo del tipo imprudente. La sentencia también omite reconocer que el contenido del elemento subje- «ivo del tipo imprudente no es otro que actuar de manera ple- znamente consciente en Ja vulneracidn de la norma de cuidado, pero ese nivel de consciencia no abarca el resultado, pues en el dolo eventual el sujeto abarca el resultado en su comportamiento tipico, es decir, se conforma con Ia elevada posibilidad de pro- duccién del resultado, pero su comportamiento va dirigido a la produccién del resultado muerte, y no -como en el caso del homicidio imprudente- tan solo a la infraccién de las normas de cuidado, aun cuando sea consciente del peligro del compor- tamiento. No obstante ello, la sentencia bajo andlisis establece ne ser consciente de! peligro es suficiente para castigar el com- portamento como un homicidio doloso, partiendo de la idea de un concepto de dolo cogaitivo. No obstante ello, dicha sen- tencia no toma en consideracién que dentro de una perspectiva normativa, la imputacién subjetiva, prescinde del aspecto psi- colégivo, pues todos los elementos para diferenciar dolo y cul- pase oman desde una dptica objetiva. En buena cuenta, lo que importa ¢s verificar en el plano objetivo si el sujeto actto con conocimiento o desconocimiento, para el primero basta que el sujeto conozca la infraccién normativa, esto es que actée con indiferencia y desprecio frente a las expectativas contenidas en las normas, vulnerando el rol asignado, y en ese caso se afirma- xia presencia del dolo. Para el segundo caso, en el supuesto de culpa, més asin en un delito imprudente que es concebido como 77 JuLIo Ronkicusz DeLGano realizada representa un riesgo, sobre la base del olvido de los factores de riesgo (culpa in- consciente); y, ¢) desconocimiento tanto del riesgo inherente a la conducta asi como de los factores de riesgo (siempre y cuando se tate de conductas que para ser réalizadas implican tun riesgo socialmente adecuado)4®), * El legislador nacional no hace diferencia algu- na en las modalidades de la culpa (consciente © inconsciente), por ello no hay distingos res- pecto a su cuanto punitivoo™, esta diferencia tiene un reconocimiento jurisprudencial y ¢s utilizada como un criterio para determinar la pena en el caso concreto. + Adicionalmente, existéa una especie de formu- la practica que se utilizaba para determinar cuando se estaba ante culpa consciente y un supuesto de error, deberé implicar también los casos en los qe el sujete tenga ttn conocimiento defectuoso o existan cle mentos que permitan establecer (desde una perspectiva objeti: va) que cl sujeto no podfa tener conocimiento de manera ple- na. Finalmente, dicha sentencia resulta equivocada en las defi- niciones del contenido de la imputacién subjetiva, tanto desde la perspectiva volitiva como cognitiva, pues confunde y entre- mezcla los conceptos de ambas teorias. (48) Con ese nivel de deralle ver Concoy BIDASOLO, El delito impru- dente. Criterios de imputacién del resultado, cit., p. 239. (14) En dogmética nacional ver VILLAVICENCIO TERREROS, Derecho penal. Parte general, cit, p. 403. 78 Ex, 1190 IMPRUDENTE: IIL. EstRucrURA cuando se estaba ante dolo eventual. El sujeto que actuaba de forma ilicita, dentro del terri- torio criminoso, siendo predecible la produc- cién del resultado tipico, se le imputaba un delito a titulo de dolo eventual. Pero cuando el sujeto parte de una actuacién dentro del ries- go permitido la atribucin del hecho se hacia a titulo de culpa conscientet5, Esto ha cam- biado con la creacién de nuevos riesgos y con la definicién del elemento subjetivo del tipo desde una perspectiva normativats). * De otro lado, resulta importante hacer una mencién al tema vinculado al error de tipo vencible en el delito doloso, que tiene como consecuencia la negacién del dolo y el castigo por imprudencia en la medida que dicho com- portamiento haya sido previsto de manera culposa por el legislador, conforme fo esta- blece el articulo 14° ab initio del Cédigo Penal. En es0s casos, se require también uti- lizar el criterio de la exigibilidad, de la mano de establecer que el comportamiento del sujeto en situacién de error, para que tenga {@50) Con muchas precisiones ver CaNESTRART, “La estructura del dolo eventual y las nuevas fenomenologfas de riesgo”, cit, p. 399. 051) Lo desarrolla de forma exhaustiva CaNESTRARI, “La estructura del dolo eventual y las nuevas fenomenologias de riesgo”, cit,, p. 400. 79 Jutto Ropricvez. DiLcapo releyancia penal imprudente, debe vulnerar también una norma de cuidado, y de esta for- ma el andlisis de la vencibilidad del error im- plica un razonamiento que parte de la prohi- bicidn de exigir lo objetivamente imposible . al autor(s?), * En el Ambito nacional se sefiala que el tipo imprudente estd vinculado al error de tipo vencible®, pues cuando la imprudencia se sanciona se reconoce que se trata de un error insoportable para el ordenamiento juridico, en la medida que dicho comportamiento im- prudente evidencia un desineerés del sujeto frente a las lesiones que pueden suftir ter- ceras personas('54, + No puede olvidarse que, segrin un sector de la dogmitica, la exigencia del aspecto subjetivo en el delito imprudente es innecesaria®®, Pero me inclino por exigir en el tipo imprudente un elemento subjetivo de cara a lo previsto en el (082) De esta forma lo puntualiza Coco BIDASOLO, El delito im. prudente, Criterios de imputacién del resultado, cit., pp. 241-243. (053) Asi lo menciona BACIGALUPO, Derecho penal. Parte general, cit., p. 328. (054 Dentto de este razonamiento ver VILLAVICENCIO TERREROS, Derecho penal. Parte general, cit., pp. 385 y 386. ‘88) Destacado por STRATENWERTU, Derecho penal. Darte general: el hecho punible, cit. p. 425. 80 EL Tipo varRupenre: TT, Esteucruna articulo VII del Titulo Preliminar del Cédigo Penal, pues solo merece castigo el obrar vo- luntario, por ello la imputacién subjetiva sirve como criterio para poder verificar la desvia- cin subjetiva respecto al deber objetivo de cuidado del.delito imprudente, y ast servir como instrumento para graduar la indispensa- ble contramotivacién’s®), 2. La parte objetiva del tipo imprudente La parte objetiva del tipo imprudente tiene tres elementos, a) la infraccidn de la norma de cuidado, b) el resultado tfpico, yc) la imputacidn objetiva. Es im- portante destacar que la ausencia de alguno de estos elementos tiene como consecuencia necesaria que el comportamiento se convierta en atipico, pues se trata de elementos copulativos necesarios, fo que exige su presencia total para la configuracién del comporta- miento culposo®5”), 056) Resaltado as{ también por Dias, “Cuatro cuestiones capitales de la imprudencia penal”, cit,, p. 324. ¢57 Es importante tener en cuenta que otro sector de la dogmatica nacional entiende que la estructura de! tipo imprudente se divi- de en la infraccién del deber objetivo de cuidado y la previsibilidad opjetiva como su presupuesto, més informacién al respecto se puede consultar MAZUELOS COELLO, “El delito imprudente en e! Cédigo Penal peruano. La infraccién del de- ber de cuidado como creacién de un riesgo juridicamente des- aprobado y la previsibilidad individual”, cit., p. 167. JuLIo Ropricvez DeLcavo 2.1. La infraccién de la norma de cuidado El elemento més importante en el tipo imprudente lo constituye la infraccién de la norma de cuidado®), que es considerada como la esencia de dicho tipo, como el fundamento de su existencia4, Anteriormente se vela como aspecto esencial el resultado, pero lo que hoy en dia ya nadie cuestiona es su ubicacién sistemsti- ca en el tipo objetivo del injustos. Y es que, con el finalismo, se logra ubicar dentro de la estructura del tipo impradente a la infraccién de la norma de cuidado (contravencién del cuidado) como el elemento prepon- derante@® y ademas como primer elemento dentro de (058) ‘También se le otorga la funcién de ser cl fandamento del repro- che penal, asf se puede consultar BACIGALUPO, Manial de De echo penal, cit, p. 211. (059) En este sentido lo demuestra en su obra Concoy BrDaso1o, EL delito imprudente. Criterios de imputacin del resultado, cit., p. 21. También destaca su importancia y su ubicacién central en el injusto imprudente Cerezo Mik, Cusso de Derecho penal ‘spasiol: Parte general I: Introduccién. Teoria juridicn del delita/1, «it, p. 427. (060) Destacado asi por ZAMBRANO PASQUEL, Derecho penal Parte genera, cit, p. 105. (061 Comparte este criterio Acosta, Trauado de la culpa en el Derecho onal, ct, p. 171. (062) Para mis informacién ver WetZEL, Derecho penal alemdn, cit., p. 155. Incluso se sefialaba que “actéia culposamente el que infringe un deber de cuidado que personalmente le incumbe y puede prever Ja aparicidn del resultado”, en MEZGER, Tratado ‘de Derecho penal, cit., TIT, pp. 184 y 193. También reconoce la 82 EL Tipo imraupenre: IT, EstRUCTURA la citada estructura del delito“*, Me inclino por re- conocer que la norma penal es una norma de deter- minacién, y en razén de ello solo una norma de ese tipo puede motivar de forma racional el comporta- miento del sujeto dentro de los parémetros de cuida- do exigidos™69, sin perder de vista que la norma de cuidado, como una norma de determinacién, busca evitar que se lesionen los bienes juridicos objeto de tutela en dichas normas, por un sujeto que tenia la posibilidad de prever y evitar la lesién a dichos bie- nes juridicostt5), pues lo inevitable o imprevisible no ¢s exigible a ninguna persona. preponderacién actual de este elemento objetivo en el delito imprudente ViLLAVICENCIO TERREROS, “Los delitos impruden- tes de comisién”, cit, p. 228, De igual manera opina VELASQUEZ. VELASQUEZ, Manual de Derecho penal. Parte general, ci, p. 313, quien ademés refiere que se trata del elemento normativo por exelencia (063) De igual opinién ver Gut. Git, Alicia, “Reflexiones sobre la con- cepcién de lo injusto, la determinacién de la norma de cuidado y los criterios de impntacidin abjetiva”, on Revista de Derecho penal 2002-1 (Delitos Culposos 1), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2002, pp. 35 y ss. ‘1 (160) Asi lo destaca CORCOY BIDASOLO, El delito imprudente. Criterios de imputacién del resultado, cit. p. 28. (65) Con mucho deralle consultar Concoy BrDasoLo, El delito im- prudente, Criterios de imputacién del resultado, cit., p. 123. De igual manera ver GOsSEL, Dos estudias sobre la teoria del delito, cit, p. 18. En sentido contrario, entendiendo ala norma como gje comunicativo en a sociedad y como estabilizadora de redes de expectativas reciprocas en la sociedad (expectativas 83 Juuio Ropricues Detcano Tal como lo he sefialado, la sociedad actual ya no std pendiente de la prohibicién de riesgos, por el con- trario es cada vez més frecuente que los riesgos adquie- ran un mayor valor en la sociedad. Y es obvio que hoy en dia resulte inimaginable una sociedad en donde se prohiba la manipulacién de combustibles, de energia, de substancias téxicas y de productos radioactivos. Igual- mente cs inconcebible el desarrollo social en donde no se permita el empleo de vehiculos motorizados, de avio- nes, de barcos y de trenes; el uso de armas de fuego, de maguinaria en general, entre otros, Pero si bien to- das las actividades anteriormente enumeradas —solo a titulo ifustrativo— son peligrosas, sin embargo, en la vida cotidiana actual, a nadie se Je ocurre prohibirlas, pero sf establecer pardmetros regulatorios para racio- nalizar el riesgo que implican, y de paso reconocer que resultan més provechosas que perjudiciales. Ahora bien, cexisten una serie de actividades dentro del ambito de la vida en sociedad reguladas con mayor detalle, en las sociales institucionalizadas), y por ende, su contravencién debe ser entendida como una afectacién a dicha communicacién, y no a la Jesién de bienes juridicos, consultar Frij00 SANCHEZ, “La normativizacion del Derecho penal: ¢Hacia una teorfa sistémica o hacia una teoria intersubjetiva de la comunica~ cidn?”, cit., p. 562. (166) De la misma opinidn se puede consultar VILLAVICENCIO TE~ RREROS, “Los delitos imprudentes de comision”, cit., p. 225. De igual opinidn, resaltando actividades relativas a la tecnolo- gia atémica, informética, genética, entre ottos ver GRACIA Martin, Estucios de Derecho penal, cit. p. 726. 84 EL T1P0 iMPRUDENTE: IIL, ESTRUCTURA cuales el proceso deductivo de la norma de cuidado hipotéticamente infringida es mucho menor, Pero a la inversa, es decir, cuando no se tiene una regulacién de- tallada, ello va a scr definido por el juez.en cada casovs?, Es por esto que el deber objetivo de cuidado se deteimina a partir de la previsibilidad objetivat®, del comportamiento que va dirigido a una finalidad irre- evante desde una perspectiva juridico-penal (porque solo se ditige a infraccionar la norma de cuidado), pero que en vircud de los medios, formas y modos de realizar el comportamiento en ef caso especifico po- dria producir un resultado tipicamente relevante™, (G6 Desarrolla este punto con especial injerencia en la conducta de os médicos, Hava Garcia, Esther, “Responsabilidad penal por la mala praxis médica: la decerminacién del cuidado exigible al personal sanitario”, en Revista de Derecho penal 2002-1 (Delitos ‘Ciulposos 1), Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2002, p. 84. (465) Aunque otros sefialan que la previsibilidad, como componente nuclear de los tipos imprudentes, es examinado en el aspecto subjetivo, En ese orden de ideas consultar VELASQUEZ Verksquez, Manual de Derecho penal. Parve general, cit. p. 316. Resaltando que el juicio de previsibilidad ¢s objetivo ver BERDUGO GOMEZ DE LA Torre ¢t al., Lecciones de Derecho penal. Parte general, cit, p. 207, también lo resalta CEREZO ‘Min, Curso de Derecho penal Espaviol: Parte general I: Introduc- cién. Teoria juridica del delita/t, cit., p. 421, quien sefiala que solo bajo la determinacién de Ia previsibilidad objetiva del resultado se puede apreciar la inobservancia de la del enidado objetivamente debido. (169) Asi lo afirma GRACIA MARTIN, Luis, Fundamenias de dagmética penal, Tdemsa, Lima, 2008, p. 374. El deber de cuidado se 85 Jutio Ropricuez Dexcapo Hay que sefialar que existe una diferencia entre fos conceptos norma de cuidado y deber de cuidado0™, El primero cs la norma penal que incorpora como punible el comportamiento imprudente en los diver- sos tipos penales, verbigracia, es la norma que prohibe matar de manera imprudente. E] segundo, el deber de cuidado, es aquel que esté integrado por las reglas téc- nicas que se quebrantan en el caso concreto en que el autor realiza el comportamiento imprudente, es decir, no ¢s una norma penal, sino que determina, en el caso especifico, una de las modalidades de comportamicn- to correcto para que este no tenga relevancia juridico- penal), Por ello, se dice que la norma penal esté conformada por el deber de cuidado. El limite al ries- go esté estructurado en las normas de cuidado, que a su vez exigen en el sujeto un deber de cuidado interno y un deber de cuidado externo®” establece de modo objetivo separadamente de las capacidades que pueden tener los individuos, més detalle en Git. GL, “Re- flexiones sobre la concepci6n de lo injusto, la determinacién de la norma de cuidado y los criterios de imputacién objetiva”, cit., p. 41. También destaca las circunstancias de tiempo, modo y lugar VELASQUEZ VELASQUE2, Manual de Derecho penal. Parte general, cit., p. 316. (7) También a favor ver Dias, “Cuatro cuestiones capitales de la imprudencta penal”, cit.,p. 316. (71 As también lo enfatiza Concoy Bipasoo, El delito impru- dente. Criterias de imputacién del resultado, cit., p. 68, en €s- pecial pp. 74 y 75 (072) En el mismo sentido se puede ver JescHEcK, Tratado de Dere- cho penal. Parte general, ct., p. 525. También VILLAVICENCIO 86 EL reo IMPRUDENTE: TTT. ESTRUCTURA, a. El deber de cuidado interno Es aque] inherente a la condicién de ciudadano que tiene todo sujeto en la convivencia social que realiza. ‘Tambin se le denomina deber de previsién®”). En otras palabras, se trata de un deber ligado a la autoproteccién de bienes que hace todo sujeto y a la consciencia de la creacién o presencia de peligros producto de su conduc- ta para los bienes juridicos de terceros, hecho natural que se desprende de la convivencia social, pues ella aca- trea una serie de rieSgos naturales —y muchas veces ne- cesarios— producto de dicha vida en sociedad0”®, EI deber de cuidado interno exige dos condiciones genéricas: TERREROS, “Los delitos imprudentes de comisidn”, cit., p. 231, quien distingue los dos deberes exigibles a todo ciudada- no, y en tun trabajo posterior nuevamente destaca esa posicién VILLAVICENCIO TERREROS, Derecho penal. Parte general, cis., p. 389. Opinién critica en cl Ambito nacional se ve en Mazurios Cotto, “El delito imprudente en el Cédigo Penal peruano, La infraccién del deber de cuidado como creacién de tun riesgo juridicamente desaprobado y la previsibilidad indivi- dual”, cit, p. 170. Por su parte, VELASQUE2, VELASQUEZ, Ma- nua de Derecho penal. Parte general, cit.,p. 314, habla de que la infraccién al deber de cuidado debe ser canto objetiva como subjetiva, verificdndose en el primero de ellos la creacién de un riesgo para el bien juridico protegido, yen el segundo, el cono-

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