y podría hacerlo de nuevo, también podría rehacer su vida junto a su familia en Sydney
(Australia); pero ya era tarde por sus venas circulaba la sobredosis de coca que se
había inyectado.
Después de haber consumido todo lo que había encontrado a su paso, la droga llegó a
su corazón e hizo que este galopara hacia su último latido. El dolor era insoportable lo
único que deseó fue morir rápido, no había nada mas que hacer. Pronto sintió un
profundo golpe hueco, su corazón tartamudeó un par de veces, latió sordamente una
vez mas y el frio silencio fue lo único que quedó en su apartamento.
Cindy era una adolecente muy introvertida, amaba soñar, imaginar una realidad
distinta a la que vivía, mantenía pensativa analizando cada situación, se distraía tanto
que muy a menudo le pasaban cosas desagradables. era muy bonita, llevaba el cabello
largo y liso, su contextura era delgada y para convertirla completamente en alguien
extraño el color de uno de sus ojos era morado y el del otro de un café achocolatado,
vivía en Berna (Suiza), gracias al dinero que le enviaban sus padres para cubrir los
gastos universitarios, pero en realidad nunca asistió a ella, con el dinero de la matricula
lo primero que hizo fue dar la cuota inicial de un diminuto apartamento. El hecho de
que la hubieran enviado tan lejos a estudiar una carrera que detestaba no era lo que
más odiaba de su joven vida.
Tenía el alma herida, sus padres no la habían enviado lejos por una mejor educación,
simplemente les asqueaba la idea de que su hija se convirtiera en alguien homosexual,
Cindy no le veía nada de malo a eso, igualmente estaba segura de que le gustaban
solo lo hombres y que sus papas estaban equivocados, eso la lastimo mucho pues la
falta de confianza y comprensión la hicieron ver que en toda su vida realmente no se
preocupaban por ella sino por el maldito "que dirán", por eso malinterpretaron lo
mucho que compartía con sus amigas y el afecto que se tenian.
Por supuesto que sabia que necesitaba ir a la universidad, pero lo veía inútil ya que
Cindy, valoraba muchísimo su inteligencia por eso tomaría clases de lo necesario por
internet y en un año se presentaría a los exámenes para que le dieran un titulo
universitario, pero las cosas no sucedieron de esa manera, después de haber adquirido
el apartamento no contaba con la necesidad de compañía que pronto la inundo, así que
comenzó a frecuentar el área mas bohemia de la ciudad, esperando conocer gente que
compartiera su pasión por la literatura.
De bar un bar una noche conoció a un hombre muy gótico que llevaba casi todo el
cuerpo tatuado con letras en las cuales se leía versos de Willian Shakespiare, Borges y
hasta de Oscar While, definitivamente aunque no creyera en el amor a primera vista
Cindy sintio que encontró a su príncipe, era muy alternativo para su estilo pero no se
explicaba como le atraía lo salvaje y misterioso que era, además sus hermosos ojos
negros la dejaban hipnotizada...
Esa misma noche sin conocerlo muy bien y solo sabiendo que se llamaba Samuel,
termino en su apartamento. allí la sonsacó para que probara muchas clases de
cigarrillos, agradables polvos y sustancias de los que no tenía idea, pero que la
llevaban mas allá de lo que hacían sus antiguos e inocentes sueños viajeros... así
totalmente inconsciente de lo que hacia perdió su virginidad con aquel desconocido.
Al otro día Cindy se levantó un poco mareada pero feliz porque ingenuamente pensaba
que su amante era un escritor y se había enamorado con solo verla como a ella misma
le paso.
En la semana salieron todas las noches, cada día consumía mas alucinógenos y su
pasión por la literatura casi había desaparecido, permanecía todo el tiempo con el,
cada vez mas enamorada y cada vez mas ciega de las cosas que pasaban a su
alrededor estando con el, lo que veía, lo que escuchaba y la clase de personas que
conocía.
Continuó de esa manera casi tres meses, en un camino sin regreso con varias paradas
en la cárcel y en el hospital; Su cuerpo ya no era esbelto y su cara estaba demacrada,
se veía consumida, no hablaba mucho pero si lloraba demasiado.
Gracias a una enfermera que también venia de Sydney (de donde era Cindy), sus
padres supieron de la situación de su hija y del destino del dinero que le habían
enviado en ese tiempo. De inmediato muy enojada Carla su madre viajo a Berna, la
interno en un centro de rehabilitación, allí permaneció seis meses en los que se
recupero casi completamente de su adicción y de su falta de conciencia; sus padres la
convencieron para que se quedara en Suiza e hiciera lo que mejor le pareciera, (claro
esta que ellos hicieron esto para que su hija no dañara la imagen de la familia cuando
volviera). A Cindy le dolió ese detalle de sus padres y pensó en salir adelante sola.
Decidió que afrontaría lo que había iniciado y esta vez fue responsable, recupero su
apartamento y entro a otra universidad, su nombre se volvió muy popular y sus
calificaciones las mejores. Algunas veces recordaba aquella pesadilla que vivió con
Samuel, pero a tiempo se concentraba en algún premio que se ganaba, ya fuera por la
mas linda de la facultad, el mejor cuento o el mejor poema...
Que habría pasado pensó, a juzgar por su voz era algo serio, así que se puso un vestido
sencillo, tomo un taxi y llego a casa de Samantha había un carro azul que le recordaba
algo, no sabia que pero sintió que se le revolvía el estomago.
Timbró, la puerta se abrió y apareció Samuel; sintió que el mundo se le vino encima de
repente su cabeza estaba hecha un lio, menos mal pensó en Sam lo cual hizo que
recordara respirar y casi gritando dijo:
-¿Donde esta Sam? ¡y tu que haces aquí!
-Tu amiga esta bien, solo me hizo un favorcito y me presto su casa para hablar contigo,
entra cariño. -La voz de Samuel era como una navaja filuda que atacaba a la pobre
Cindy.
Esta fue la historia de Cindy, pero en ella se ven varios problemas por los que pasan
miles de adolecentes en el mundo, los padres deberían acercarse a nosotros y ser mas
unidos, para si lograr un equilibrio de confianza, seguridad, cariño y aceptación. La
peor de las opciones es enviarnos lejos o echarnos de la casa; aunque la culpa no es
solo de lo de nuestros padres. Los jóvenes debemos tener conciencia de nuestros actos
y jamás optar por aparentes "soluciones" por mas deprimidos que estemos;
busquemos apoyo y no drogas ni suicidio, "Droga sinónimo de desastre, Suicidio
sinónimo de cobardía".
Cindy no se detuvo a mirar conscientemente la situación pero lo mas grave fue no
confiar en si misma, ella no sabia que era victima de la escopolamina y creía que había
recaído sola, pero aun así debió haber pensado en que no estaba sola, tenia familia,
amigos y voluntad, que juntos lograron sacarla de la oscuridad y lo podrían hacer otra
vez.