Está en la página 1de 17
| NO SE PRESTA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA LA JUNTA DE HISTORIA Y NUMISMATICA AMERICANA Y EL MOVIMIENTO HISTORIOGRAFICO EN LA ARGENTINA (1893-1938) Tomo IL Buenos Aires 1996 I CORDOBA Carlos Luque Colombres 5. los aos 1893 y 1938, 0 sea, desde la ‘creacion de la Funta de Historia y Numismatica Ameri- cana hasta su transformacién en Acasemia Nacional de Ja Hictoria, la historiogratia cordobesa estuvo represen. tada por obras de valer que dan cuenta ce la preocupa i6a por esclarecer el pasaclo a través de la investiga. ida realizada en fuentes fidedignas. Ya a comicnzos del siglo XIX encentrames un precursor en Ia persona del deén doctor Gregorio Funes, Su Ensayo de fa historia cil de! Paraguay, Buenos Aires y Tucuman, en efecto, tiene el mérito de haber puesto al aleanice de los estudiosos las obras inéditas de Jos jesuitas Lozano y Guevara, cuyos manuseritos, como es natural, tenian escasa difusin. Por otra parle, ¢s oportuno seftalar que e] dean, ademés de una Descrip- itn gener de! Obispaido, preparaba una Historia de la Conspiracion de Tupac-Amarn, ya sin la guia, claro ‘sti, de los mencionados eronistas, como lo expresa en ‘una carta dirigida a Lavardén en 1802. Y cabe consignar que después de Ia expulsion de los jesuitas, al escribir el toma fercero del Fseyo, acuctio a fuentes documenia~ les inéditas para referirse a sucesos que serfan tratados. por primera vez por la historiografia de nucstro pais'. En cuanto al Bosquejo de la Revolucion de Maya, que habia publicado el dactor Funes, panienda el acento en acontecimientos locales, corresponderia clasificarlo como memoria y, por lo tanto, de caracter heutistico, yo que narra y juzga los aconteeimiontes coniemporénens: como testigo 0 protagonist? Otro tanto ocurre con las Mevwarias péstunas del general don José Marfa Paz (1855), de extraordinaria Calidad lteraria, priscipalmente’ Nos ha pareeido oportuno presentar ¢) tema por esarrollar, haciendo referencia a tales antecedentes, sobre todo para sefialar la antigua vocacién historiogré- fica de Cérdoba y reivindicar al desn Funes como historiador, guion si bien en gran parle de su obra reprodujo las erénicas jesuiticas, como él mismo Io reconace, estas le sinvioron de base para juzgar los Fechos del pasado a la luz de las ideas renovadorss de los tiempos nuevos. A prepésito de lo expuesto, eabe que nos reficamos ala partcipacion que en el Ensayo del dean le cupo a su hermano don Ambrosio, hombre de vasta cultuea, Ialenteso y erudito, caya ranifiesta voeaciin por Js historia pragmatica lo lleva a formular consideraciones de tal naturaleza cn carta que se conserva en el fondo documental del ex Instituto de Fstudios Ameticanistas, Techada el 22 de agosto de 1812 Los comienzos de las publicaciones documentales La historiografia coniobesa conespondiente al lapso 1853-1938, reconoce como antecedente mas proxima la, [publicacion de los gcho primeros libros de [as actas del Cebildo, editadas éntee 1880 y 1884 con el titulo Archivo ‘Miaricipal de Cordoba, obra dispuesta por el Concejo de Ja Comuna. Compyende la activided del Ayuntamiento desdela funclacidn dle la ciudad (1573) hasta el ano 1641, Se encomendé al prosecretario don Joss I. Santillan Vélez la copia respectiva, quien inicis el bro primero con una nota divigida al presicente del Cansejo jecutor ‘con oportunas:refloxiones que estimamos de interés ranscribir pazcialmente para dar una idea de lo que en su. momento significd una obra de esta indole, la primera que se publicaba en Ia Argentina, a tara no efi, indudablemente —expresaba Sanilin Valse en so nota} pete soseggraré a ella un decile oneraccan yun empena qu ets on oc cba ca ip Y continuaba: Alisionndo desdoniioa toe eats norco, nraprovecha do muchas horas doco durante los se ae que hace ue ‘soy eaipleado cn Ja Meaipalidad en register el Archive ‘ara conocer Ia historia de Cosdcba conenada ene) 2 enlie. Poe lo mismo, he poaide rar decors las die des con gue hay que tose para lets y copii. La mayor parte de esos pesiosos doctanenos estén soktoey se hallan ft desheshoe por la huaneda Y subraya esta aseveracion, refiriendo que ses relquias sagradas, que en todo. pals sivileado. sn Imiadas con ol mn profando reseto y conscrsadas come ots precceoe 7 oo vale, han sido ttasor on Condado Com ina inate nwsentable'y I aad por para ques dlestruyan po: complet etimo que en osta aprociacién hay algo de exagers- «ign: pero cabe aceptarla como manifestacion del valer aque Santillan Vélez asignaba a tales testimonios doce ‘mentales como fuentes irreemplazables para reconstruir €1 suceder histbrico, To cierto es que Ia labor ralizada es encomialse maéxime cuando por ese entonces se careuia de conoci ‘mientos paleografieas, lo que se pone de manifiesto en evidentes errores de transcvipcién e interpretacién de palabras o giros, Asi pudo salvarse seguido— como expzesaba a zonglén 1 Redrd ser conocido y aprevechaco dcbdamente ex ts0r0 ‘ue yas perdido en ce cotantes doles oficnas, cubist con A elvadel tninpo y de oN. Probablement> esta advertencia yo éxito que fuvie= ron Tos ocho libros que alearzaron a ver Ia Taz, influ tan en la detertninacion de las autoridedes muanicipales de custodiar celecamente tan rico material de caracier heuristico, si bien fa publicacion de las actas capitases Siguientes s6la se continud en esle siglo, con Te inter vencién de copistas expertos en paleogratia. Claro esta que no estamos en presencia de una produccién histeriogréfica, sino de una importantisima Fuente para reconstruir en buena medida el aconfecer Ese sentido heurstico tuvo, asimismo, la publicacisn de las actas de la Sala de Representantes de la Provin- ia, determinadas por la ley N° 2.087 del 20 de agosto de 1911. El proyecto presontads por un grupo de legisladores escrito, ol libro que _comentamos muestia la destroza de quien ejercié el magisterio dlurante quince anos” 3 189%, don Juan Matco Oimos edito un Compenaio dea historia de Cordoba. Su mézito resice tanto en ol e= fuezzo que le demand6 su publicacién, cuano en el proposito de divulzacion perseguide. No hay duda de aque el libro de Garzén Io aventaja en informacion y exposicion Varics anos mas tarde escribie ol doctor Pablo Julio Rodriguez (1825-1912) su SinopsishstOrca dela provincia die Cénioba (Buenos Aires, 1907) por encaigo de la ‘comision dlircetiva del Sogundo Conso Nacional. ‘tule fe acestado, pues sis aulor luvo que ayustarse alntineco de paginas sefaladas, dentro de las cuales dio cabida a los sucesce sigaificativos del pasado cordobs hasta 1850. El doctor Pablo Julio Rodefguez no fue histeciador poro at un universitario auréntico, que ensohé matemé fica, topopratia, lati, gromtica, LMezatura, derecho, ssf: al decir del doctor Martine, Pez. toda “ana ‘eneicloposia al modo de los hombres del Renacimien- to, y agrega. “All estin los textos impecables que redacts para cada ima de sus enseanzas’. Y el dect Ramén J. Céreano, en un articulo publicado en La Niacin del 29 de octubre ce 1907, de}é expresado que st fuozan a mdse los serio del doctor Roaiges por {acc gh en el pashan eecido ssctiesipios, lm nce tual de etledra sexiancincuenla ais de hisora de bs diverts mamas del gcbieno del Esto No era historiador, propiamente dicho. pero supe escribir historia. En st Sinopsis, sin embargo, s6lo se propuse caumeraros hechos mas notables, que podrian ser objeto de especial estudio, desde le Fundacion de la ‘Gudad. Las constancias de las actas de Cabildo fueron ‘unas do cus fuen‘es; y manufista que no solamente en clas esté escrta la historia de Cérdoba sino también en Jes protocoles de esxcribanos yen los. expedientes judiciaies que se guardaban en el Archivo General de la Provincia, donde “es necesario busca los hachos histori cas, sus causas y- Jos factores de ellos [.J". A esos Jnmensos logajas —continuia diciendo— labrados ano Dor avo, casi diariamente, tendran que eecurrir Ios que deseen aplicarse a los estudios histGricos 1a Sivopsis consigna hechos y fechas con espirita crifico, haciendo nota las inexactitudes en que habs an incurride historiedores coma echo, Morelli, Lozano, Guevara, ete, por incompletas o vagas informaciones En términos generales diremos que el doctor Rode guer loged con éxito su proposito, con las aludidas Timitaciones impuestas. por la Comisién del Censo ‘Nacional. Pero todavia la Sirpsis sigue siendo objeto de consulta Monssior Pablo Cabrrs en 1895 ior Pablo Cabrera en el nto dol anguo Congreso Nacional ss dere, ol dvector del Ach vo aca Monseftor Pablo Cabrera y los inicios de In investigacion Tal como Rodriguez lo anticipara, las fuentes que mencioné fueron las gue enriquecieron la producciéin ogeifica, de los investigadores pasteriores. Entre ellos, figura cronoldgicameste en primer tsommo el presbitero Pablo Cabrera, mas tarde elevado la Santa Sede a la dignidad de camarero de Su é con titulo de mansefior (1998) y designado Goctor honoris causa de la Universidad Nacional de (Cérdotsa (1927) cuando ya era socio correspondiente de fh Junta de Historia y Numismética Americana (1915), Ge ia que fue miembro dea filial Cordoba, constituida 1628, varios afios despues de que él habia fun- do con otros historiadores una entidad local de wadios hist6ricos. Habfa nacido en San Juan en 1857. Trasladado en su javentud ala ciudad mediterranea, esta Io acogi6 como Ingo. Sacerdote y gran orador, la historiografia cordohe- <2 experiment6 con él un notable adelanto que proyect6 nombre mas alld de los limites de le. provincia. Puede afirmarse, sin vacilar, que fue el primero en Jorar aquella documentsei6n del Arehivo de Teibu- fe Nociany de [a Ja ds Hisia y Numierdtce Ares vi de numero, den Augusto Maile [AGN) ales que, con el de Gebiemo y el del Cabildo, el de ta Legislatura y el de Ia Curia Eclesidstica, le permiti transitar por faminos muy poco frecuentados del pperiodo hispsnico y de Ia era independiente, logrando el progreso de Ics conocimiento histéricos, hasta intemarse, aleatado por Lafone Quevedo y Adan Quiroga, en las celvas virgenes de la edad precolombi- nna, extrayendo la materia prima para sus esclarecedores tsludios de etnologia, oponimia, lmguistica y geografia historia. ‘No seria atriesgado afimar que fue Cabrera ol primer investigador que con esa finalidad especifica incursions por esos miles de legajos polvorientes de expedientes judiciales protocolos notariales, que ‘muchos afios mas tarde integrarian el Archivo Hist6rico de La Pravineia, con Io que Ja heuristica multiplico La posibilidad de reconstruir, en buena mettida, la realidad ue se seflejaba en aquellos vestigios del pasado. Debieron de ser auiltiples las dificultades que superaria este novel investigadior, hasta llegar a familia Hzarse como autodidacto con las grafias y expresiones de los siglos XVI y XVII, sobre todo con la escritura procesal y los nombres propios indligenas. Pero lo cierto fs que el entonces presbitero y parroco de la iglesia del Pilar, con el aunilio de su talento, de su voluntad, de su paciencia y tenacidad, se lanz6 a explarar comarcas Sgnotas sin més recursos paleopraficos que los propor- ‘elonados por la experiencia acrecentada dia a dia. En losmencionados repositorios, después de cumplir {as fareas de su minislerio, franseurrieron durante ahos Js horas del padre Pablo Cabrera. Habia descubierto ua mina magotable y su explotacién lo condujo a un mundo pricticamente desconacido, Io que le permitié, sealizar una labor que fructified en articulos, folletos y libros esclarecedores del pasado precolenial, colonial e independiente. Pero con evidente preferencia lo atrajo Ih pechistoria y Ia protobistoria de la antigua goberna- sign del Tucuman y de las regiones cuyanas, para lo ‘cual se valia de los itulos de encomiendas, de mercedes de lierras o de pleitos en los que el testimonio de los ‘ndios le proporcionaba informaciones que le servirian pam orientarse con le maxima seguridad posible o para Formular hipstesis que To apzoxiinaban a Ta realidad, Y sus estudios monograficoe abrieron perspsctivas hasta entonces insospechadas en muchos aspects, ‘como que por jas rutas por él descubiertas, transitarian espucs oltos investigadores, ya glosanco, ya amp lian o, ya perfeccionands la obra de este precursor Oizo tanto cabe sefialar al examinar su polifacética produccidn. historiogrética correspondionto a la epoca, fen que fuimos provincia de Espafa y a la posterior emaneipacion, segiin ya aludimos. Suntan cerca de un contenar las publicaciones de ‘monsenor Cabrera, desde 1897, cuando escribio La Iglesia 421 Fler (5a parroquia), hasta Trraliacién del Colegio Maximo Jesuitico de Céndola, trabajo editado en 1935, [pocos meses antes de su fallecimiento, acaccido el 29 de enero de 1936, Esta dtima obra forma parte de una serie que lleva titulo genérico Cultura y Beneficoncie durante la Colonia, soleccion de indispensable consulta para reconstruir ‘apitulos lundamentales de la historia cordobesa. Pero jc6mo no méncionar Universitario: de Cordoba: ‘0s del Conugzeso de Tucwin, voluminoso tomo publicada en 1916, gue contiene las biogralias de los. cuatro Siputados, trazadas con grande erudiciGn y reflexiones| Ge gran valor? Oro tanto debemos expresar en lo que Aataiie a Coronas lirens: rasa y obrso se Ls José le Teeda (2917), Libro escrito on colaboracion con el doctor ~ Enrique Martinez Paz; la serie Tiempos y canspos ierotcos, el Ensayo hst6rico soir la funcacién dle Cérdol: (1920), los trabajos de etnologia relativos a los tule, juries, diagui- fas, sanavirones, comechingones, araucanos, charriies, ete. ¥ Tos dos toms de Miscelinns, para no citar sino alyunas de las obras del ilustre sacerdote, esclarecedo- as de hechos que reclamaban un estudio basedo en fuentes fidedignas, hasta entemces ignoradas La Sstematizacion tunitica de sus publicaciones constituiria un reportorio orcienado de la vida de la cudad y campafa de Cordoba, ademas de lo ya 36 puesto, sobre todo en Ib que respecta a Ja cultura, raligiosicad, acciones militares, situaciones politicas y Ccucstiones econdmicas et muchas de sus manifestacic- ‘Como dijo Martinez Paz, en monsefior Cabrera que fue su guia en alguns trahajos—, ‘vemos runidos al lingisa y eaSiogs al invesigador que restau Je Ristea de ls emprea expla, al oeaco> dae ‘lon lo pgos y asarnan, al reyento que puso 33 Actrinay su fe Por encima de tvs Us Hallo a este {que condup con su eraplo 0 toda una genereckn et a Aiscipia de an caer Retonco poaitno. ¥ Céreano pudo exprosar este juicio que define el ceardctor do su labor historiografica Monsetor Cabeere —\o— serie isin, pero no. ace filesoia de In historia. Ofree om esto una fei de buen gusto. Se contro a investigne y exponer les hecho: y ton Fhchos se prucben con decumen:o Bibliofilo y coleccionisia, dejé a su muerte mansefor Cabrera una nutrida biblioteca y un valioso archivo, Patrimonio que fue adquirido por la Universidad Nacional de Cérdoba durante el rectorado del doctor Sofanor Novillo Corvalén, quien, aquel mismo afwo de 19%, cred sobre esa base al Instituto de Estudios Americanistas, hoy inexplicablemente disuelto y conver lido cn simple repositorio, después de medio siglo de fecunda actividad y produceion historlogeatica Su primer director fue el doctor Enzique Martinez Paz, asistido por los dactores Rail A. Ongar y Carlos R Melo en calidad de miembros. Se designs secretario al doctor J. Francisco V. Silva, encazgado de publicacion’ a don Luis Roberto Altamira y ayudante principal a don José Ramén Pea, que habla sido bibliotecario y archivero de monsenor Cabrera. Martinez Paz y la historia como reflexion El doctor Martinez Paz, eminente profesor universt lario y magistrado judicial, nacido en Cérdoba en. 1882 y fallecido en 1952, cra para entonees, miembro de la Junta de Historia y Numismatica Americana, asi como iis tarde serfa académico de numero de la Academia Nacional de la Historia Historiador por yocacién, reereaba el pasado: y extraie el significado de los hechos con convicciin, luego de serenas reflexiones con ininterrumpido afan de saber y de ensenar, De ensefiar, ora desile Ja cétedsa, ora a través de Publicaciones 6 del dislogo, en que su palabra otorgaba ; a joracqufa aun a mids intrascendente de las temas de la vida cotidiana. No frecuentaba los archives. Pero a su proverbial ‘onion aplicado al estudio y a sus diferentes actividades, sumaba ol privilegio sui generis de captar la esencia del suceder a wavs de la epiciermis de los hechos; pero de capiarlo con la auienticidad de Ia conciencia de sa tiempo, como él mismo lo habia exprasade algunas Hay quienes han crekie que dicha reflexién se inscribe en la concepcion de Benedetto Croce. Sin negar que podria haber una aproximaciéa entre Ia posiciGn del filésofo napolitano y la de Martinez Paz, no hemos alcanzado a descubrit un necesario vinculo de depen- dencia ¥, menos sn, un compromico de escuela. Mayor aproamacon encontramos entre su pensa mienta y el de Collingwoo de le historia) para gqiien Bs Bistors no se ocupa de eucesos sino de proce- Ses. como Ikemosen Is version de la profesor Spinctio. YY bs pecceers se som hechos que empiezan y acaban, Sito echc que se convierten en ofros. Ya Martinez Paz. i babs cacto ates antes: “La historia ce ciortamente Sesion: de aconfecimientos; en una corriente de vila que se prolifica y expand’ Adhiere a la reflexién de Paul Valery cuando seRala que la visién de los hechos histéricos forma con las smagenes del presente los elementos de nuestros |uicios ¥ decisiones. i pasado obra sre el taro —tice— con ws pitta ‘unparable aba del presen isch. Las soninents yas milion seeacitan oon los reouedo de les Islam, con ‘ais quscon ae porespe Tnerecuendow de secur, es y dato scsi. En este sentido, la historia como conocimiento de Ji realidad, alimenta la historia coma realidad, ws decir, Ivica : Morlinez Paz admiraba a Paul Grous ‘en cuanto encuentra en sus obras un modelo de dc los documentos, de apreciacion de los hechos, de ‘evocacién de hombres y de ambientes iuminadas por sana vasta erudicién, rasgos que revelan las calidades supzemas del historiador por encima de Ine frias rnormas que pretenden formar. Reconstruyé el pasado de Cérdsba no sélo a través, de periodos claves sino también en toro de figuras, sepresentalivas, sin affn laudatorio, y con el anico propésito de poner dle relieve el predicamento de sus iografiades y su concomo cultural. Los personajes que concilaron sus prelerencias fueron elegidos por ser destacadas individualidades, expresiones de un momen to, de ura época o de un lugar. No habia cumplido treinta y txes aZios cuando en. Ciidiga Civil oc, en tanto y ica 1916 publics su Daliacio Velez Sarsfield y e nique Mariner Paz argentino, obra que fue recibida por Ja critica como un’ ‘porte fundamental para reconstruir no tinicamente 1a personalidad del “hijo mas ilustro” de la Universidad de Cordoba, porque “estudiar 2 Vélez intelectual —alice— es analizar su Cédigo, su obra mas conside- rable, en la que ha condensada todo sit patriofismo, su experiencia y su sabiduria”. En sus distintos capitules, después de reconstruir le Diografia del codificador, sus ideas y su individualidad analiza el Codigo, el método seguio, su espiritu y dloctrinas, sus principios generales, las ideas filosoficas que Io informan, su teoria de la ley y las raiees politicas dle las Jegislaciones de la época. Formula ol juicio que el Codigo le merece, se refiere a su infiuencia sobre vida econimica y a la posihilidad de su revision. Con tun nutrido apdnclice documenta] concluye este libre del doctor Martinez. Paz. Muy valiosa es la alrayente y documentada Noticia istcrica y eritioa que sirve de prologa a Caro irises ce Luis Joss de Tejeda (1917), cuyo texto literatio fue trans- script y anotado por monsefior Cabrera, segiin hemos: dicho; y de gran interés se nos ofrere Ta intreduccicin a Papeles de dor: Arabrosio Fumes (1918), donde la figura de este Caton cordabeés,culto y severo personae, hermano) del Desin, aparece retratado con autenticidad ‘Otrae obras que son un testimonio de la voeacién historica de Martinez az fueron recibidas con juicice laudatorios y merecen citarse: Cérdobn en ta formacion constitucional argentina (1917); “El dein Funes y la Iglesia Argentina”, publicada en el Botetin deta [unt de Hor y Numan Ameren (325); Marina Ba suelo, Notice Bogrffin 4 erica (1930), ete Natsralmen- 4e,no mencionamos Ia produceion posterior al periodo «que coneluye con ln creacién de Ja Academia. Orgaz: un intérprete de los hechos Ras A. Orgar (1886-1948), eminente jurist y- socidlogo, fundacior dela fillal Cérdoba de la Academia ‘Nacional de la Historia, rival dol Inctituto de Estudios Americanistas, expositor pulero y cuidedoso de las formas lteratias, fue autor de enjundiosos tel hhistoriografieos e historiologicos. Su vigoreso talento y cl correlativo valer de sus obras concitaron tanto en el pai como en el exterior, admizaciin y rexpeto a ‘persona. Hablaba poco porque pensaba mucho, 9 26350 porque ercia con Amiel que “hablar es dispersarse”. Pero sis verho culminaha en la eStedra como profesor ‘en Ja Facultad de Derecho y on ol Colegio de Monse- rat. Fue decano, vicerrector de ia Universidad y presidente del Tribunal Superior de husticia Las propuestas cociol6gicas de Ia historia habfan alraido al doctor Orgaz desde su juventud. En 1915 publics Pstudios de saciologia y en 1902 reuni6 en un Volumen varias de sus monografis bajo ol tile (Guestiones y notes de Raster Consideraba que en exe Hempo se adverlia un desapego por las miaterias BitGrices. “Petsar’ Ta historia 0 los problemas de la historia —docia— cra on. esos momentos un asunto desdeaable: y que se tendia ReGl A. Ongar, por el dibujante Pel, 38 ‘en todas partes a “hacer” la historia en el modo inten- ional y finalista que caracteriza a todos los periodos ruvolucionarios. Ven en el pasado, falacia, fraude opreei6n, olvidando que elles existicron y existirin “en. Ia medida necesaria para que la verdad y la libertad. fencanchon incesantemente sus dominias"” A pesar do ello, o con motivo de ello, Orgaz escribe rabajos dispersos sobre asuntos generales de historia, temas de la vide colonial argentina, ademas de otros relacionados con Ia historia de la cultura: Ls fens soeiles argentinas: (a historia filosofia y Ja historin-cencia; El duaisnic histérieo; Cérdoba en ta segunda vitad del siglo VIM, Un ensayo do critica tstériea; El escéndalo en la ustoria; £1 vitaismo tistorico; Le religion colonial; Un eghimenta de gremios en 1789, Piginas de eritien y de storia, trabajos publicacos hasta 1938. Como Martinez Paz, tampoco Orgaz era un invest gailor que frecuentara archives, pero siun intérprete de los hechos; y en el campo de La historia se mavia con fespirity analitico a la luz de la filosofia. Sobre esa base formula canclusiones de orden sociolégico. Plantea el problema de la naturaleza del conoc- ‘miento historieo y se pregunta ai esta cisciplina puowe rexplicar los acontecimientas cuya (cama constituye 52 materia, Responde alirmativamente y concluye que la bristoria, por lo tanto, es ciencia, porque “el verdadero hombre de ciencia sefine primero y explica luego les fenGmenos de su especialidad” Redue su especulacion ala siguiente Formala: representa por E la energia social, por A el ambiente (o condiciones dadas por el medio y tL momento) y por a el avctiente De donde el hecho hhistorico estazia dado por & A - a, formula objetiva susceptible de cambiarse en (EA - a) x, Liamando x al elemento personal (erzot, pryjuicio, pasi6n) del que investig Nos hemos detenido en este pasaje de su estudio sobre historia-ciencia, para ilustrar el pensamiento historioldgico de Orgaz, que preside su tarea historio- gratia La figura impar de Pedro Grenon Exigiria dedicar varias péginasa la sola enumeracién del epertoria historiografico del reverendo padre Pedro Geendn $. J, cuya labor como religioso, sumaela a un’ camulo de actividades por su ferviente caridad y entrega al prijimo, altemaba con sv aficion por la Investigaci¢ny levada a efecto en forma continuada en los archives, desentranando las més variadas expresio- nes de} pasado de Cordoba, Se puede afirmar sin hhipébole que ningin historiador de Ia provincia mediterranea puede dejar de consultar la fecunda obra del venerable padre Gren. i | Desde 1916, afto de sis primer frabajo, hasta su falccimiento proximo a cumplit sus noventa y seis aiios, escribi6 folletos y libres de un gran interés relacionados eon la vida politica, militar, reigiosa y, en ‘general, la vida cultural y coticana de Cérsioba, conan, fstilo muy personal, i se quicre ingenuo, sencillo, diafano, sin vuelo literario, pero con sentido didactico ¥y acopio de fuentes documentales, El licenciadlo Alejan- i Moyano Abaga ha tecopilado su bibliogralia, Ta ual permite ser sistematizaca en series que generica- mente titulo Docwientos histricos, con subtitrlos que ‘amuncian la més variada tematica para cada secsién sin Contar numerosas publicaciones presentadas al margen de tales series Naturalmente, cuando la Junta de Historia y Numis- mética Americana se teansformo en Academia Nacional de la Historia, pasé a inteyzarla como académico cortespondiente y miembro de Ia filial Cordoba. Martinez Villada: los enfoques de un humanista Los archivos cordobeses contaron. también con a ‘sidua presencia de don Luis Guillermo Martinez Villada (1886-1959), doctor en Derccho y Ciencias Sociales, profesor de filssofia en Ia Universidad y de alin ¢ historia de la literatura espariola en et Colegio Nacional de Monserrat. Matematico y astroaoio por aficion, Io mismo que pianiste y pintor, expesto en eologia y estudioso de [a historia, fue un investigedor infatigable; con advertencia de que no guarda relacién ‘su produceién bibliogrsfica eon la extensisn y profundi dad de sus conocimientos, Pero asi coma formé disct pulos en los. dominios del pensamiento fileséfico tomnista, asf tambien estimulé vocaciones por la mvest gacion historica desde sus clases mnagistrales; 0, como dice e] filésofo Caturoli, a través de una docencia casi confidencial, intima, resumida muchas veces en un’ consejo, en una reflexién teansmitida en un encuentro casual Bim un humaniste, un “hombre de estudio”, como maodestamente él se calificaba, Fr opinion d= su docto discfpolo Manuel Rio, Hegé a alcarnwar una ilusteacién impar, por su solidez y amplitud. in aquellas lecciones del colegio. monserralense, desarrolladas con sugestiva ¢ ineinuante metodologte, no s6lo revivia Ia genesis y evolucion de nuestra ra de un, Jengua, sino gue lo hacia como si se tr festigo que hubiera vivido ese proceso en sus distintas ‘La palabra del maesiro enhebraba los capitulos dedicados a obras y autores con hechos de Ia historia de Espana, esto es —defa— de nuestta historia de aquellos siglos, haciéndoncs sentir sus sucesores Gonzalo de Berceo dejo de ser un nombre del pretérito yy extrano a nosotros, para convertirse en un ser que nos pperienecia, ¥ con qué énfacislefa los épicas versos del Cantar de Mio Cid 'A través de esas lacturas y sus comentarios, nos: fensenaba os principios rectores de la investigacion hhistorica, ya al interpretar un texto, ya al individualizar im autor andnino, o1a para descubrir a quicn se fculiaba tras un seudénimo, ora para aproximarse a La fecha desconocidda en que una obra debid de ser escrita, © para reconstauir Ia vida cotidiona rellqada en la LBteratura. Transmitia amor por el pasado. Y 1 sabio profesor transitaba por esas calles y callejas, por esos caminos y senderos, por esas aldeas y chudades, por esos castillos y mesones, platicando con seniores y labriegos, con hidalgos y pecheros, con picares. y hombres buenos, con poderosos ¥-mendiges, mostranconos en sus dis fintos aspectos la complejidad social y cultural en es interaceidn de sus elementos componentes. ‘De esta manera, en mis de une de sus alumnos, centre Jos que me cuento, despertaria vocecién por Te historia en sus fuentes, pucs los principios elementalos de Ia heuristics, de la ertica, de la hermenéutica, eran, aplicados en casos concretos. Recomnendaba el método analitico como el més ade cuado para reconstruir con mayor certeza los procesos histsricos, apartandonos de generalizaciones formladas: al agen de los hechos concretos y singulares, luego de ‘eseubriclos en las huellas docurentales. ‘Valorizaba la historia, como disciplina que sedetiene en lo particular, asi como las ciencias dejan de lada lo particular una ver obtenida la formula general o universal, Pero solla repetiz que en al trayecto que recorre nuestra mente para aprehencer lo particular, lo singular, nos valemos de premisas y conchisiones de orden cientifico Asignaba una importancia fundamental — claro esti—al primer pasa del quehacer historiografico, osea al contacto con las fuentes, prineipalmente las ‘antes: documentales. De ahi que aeonsgjaba al principiante, Ja Investigacion en torno cel pasado de Cérdnba, dada el caudal de sus azchivos. Martinez Villada legaria ala investigacion historica por Ja inguietid de experimentar perscnal, directa y practicamente el quehacer y los problemas del historia dor, enfrentando difieultades que este debe superar hasta alcanzar la meta final de revivir, de rectear el pasado. Del mismo modo que fue pianista, dibujante y Pintor, segtin dijimes; matomatico y actronomo. Asi como fue traductor de Horacio, asf como aprendié el griego y el hebren para introducirse en el pensamiento fie las filesofos y de Ios tedlogos sin participacion de intermediarios. No debe extratiar, por lo tanto, que la investigacitn histérica lo atrajora para recorrer por Su cuenta el espinoso camino de los historiadores (Al- gulen ha dicho en frase clocuente —recuersa Rad Orgaz— que cuando un alemin quiere quitar una mancha de su traje, empieza por aprender la Quimica”) No sabemos si algo de esto podria aplicarse al afan de Mactinez Villada por conecer los problemas de conock mento, valga el retruscano, Fl perfodo virreinal 1o atrajo para verificar como 6° vyivia, qué se pensaba y qué se sentin en aguuella Cérdo- ba de Ins siglos XVI XVI y XVI La historia de La cultura, la historia social y la historia familiar marcaron, el derrotero de sus indagaciones, asi como la genealogia le proporcioné un metodo eficaz para penetear ec. el pasado a través de las generaciones — pero desprovisto de todo afsn apologetica ad usiem Delphint— y aleanzar las raices de nuesiza identitlad, esbozando asimis:r0 perfiles biograficos de personas de alguna significacion, mayor © menor, pero que ilustran el escenario donde transcurrieron sus vidas. Te asignaba particular importancia a esta compleia ¥ Gelicada parte de la historia, que tanta validez tiene pata comprender la realidad y las instituciones, sobre todo en el periodo hispanico, y que requiere detenexse en cada individuo, en cada filiacion, en cada alianza, pues el mas minimo error provoca el derrumbe del edificio consteuido sobre falsos cimientos. En Adiciones a la genenlogta de los Tejeda, senala por primeza vez la ascendencia indigena de la familia en. la persoia cle Marfa, natural del pueblo de Mancho, ‘madire.de dona Leonor Mejia Mirabal A manera de prilogo de una proyectada edicién de In biblioteca del Colegio Méximo de la Compatia Ge en 0 vo dela Universcad, publics “Notas sobre Ia cultura cordobera en la Colonia en a Revs de niersitat Nacional de Cir (1919), momoggatia qe unt expresiin cle su metodologia de tabajo, en Santo cxhibe un anal aisuciowo dela vida sop tual e intelectual dela chudad compa snente eos sighs XVII y XVIIL Don Gonzo Mariel de Cabrera (1920), ademés de su caracter mogrstig, nos afree desconocilos en80- del dramitico eucéso que tenmind con el aussi. miento de don Gonzalo, que era fio del fundador de Cénoba a revista Arx publics “La familia Herrera” (1824), relacion exclusivamente_geneal6gica, en tomo de Gjelite gps eer ener pe (ian du veo ol Alcor Dalmnatto Vélez Sarsiel. EL mdiodo expositivo te ajusa rigurosimente n los cénones esqueméticos fee fe reer aieaeed Ts Espejo. Con algunas varantes, procedié de igual amanora en Los Toledo Pentel en la Replica Argentina (Madi, 1920) [No aie “Los Cabrera” (1988), done la historia familias, enoiquecida con noticias biogréficas, se mecria ena historia eoera y Ie insulla pormenoresexclanece- dlores. Obra clésce, publicada por la Revisa de ls Universidad Nacional de Cordoba en ameros sucesivos a ficsicalce ue se teen eriaeide ats caries El eato de Sims Durie, ms morcader del sigio XVIL (09) aarsarer vee decal pationsy inact died emerald aquel momento, Le ara el personae por set padce del-doctor Ignacio Duasle y Quiros, insigne fundador del Real Convictorio de Nuesta eet [No mencionatnos otras publiesciones de Martinez Villada por ser posteriores a 1938, Pero todas ells son pea Be pee a BE investigaciin hibttia,H hizo escuela, Solo ros resta agregar que en cuanto ala flosofa de eee eae ae Minicamente a 1g teologia de la historia, que dlscure sabre el suceder, onentado hacia um fin dentro de plan fe Duan eres principale Sobre otros miembros del Tastituto de Estudios Americanistas Tenemos dicho que del Instituto de Estudios Ameri canistas fucron miembros los doctores Raul A. Orgar y Carlos R. Melo. Bn lo que respecta al doctor Melo, profesor de ‘Derecho Publica Provincial y Municipal en Ta Facultad de Derecho de [a Universidad cordlebesa, govaba de uestigio come estudicso de [a historia institucional tando se lo designé miembro del Instituto de Estudios “Americanistas, Ya haba publicado Pi Municipio Colosial (1933) y Eooluciin politica y social de los Estados Unidos, que aparecié en 1937 La labor historiogrifiea del doctor Melo se earacteri- 26 pot In diversidad de temas que abord6; pero todos ellos san posteriores @ 1958, razon por Ia cual no corresponden al periodo que tratamos. S6lo diremos que desde 1957 fue académico de ndmero de Ia Acade- mia Nacional de la Historia, donde Je cupo muy distinguida actuaci6n. BL secretario del Instituto, doctor J. Francisto V. Silva, se habia graduado en Espaha dende residi6 varios afios como diseipulo de eminentes historiadores. Sue obras fueron muy comentadas por la uriginalidad de Jos temas tratados y de sus tesis. Fue autor, asimis: mio, de reimpresiones presentadas de acverdo con las me cstrictas exigencias de Ia técnica historiografica, como Bases de Alberdi, 2" ed., con prologo de Ricardo Rojas (1928), y Centenario de Laprida (1929), tre las obras alvididas merecen citarse Fl repvto de Hispanoamérica, El Litertedor Bolivar v el dean Funes en ta polftica argentina (Madvid, 1916), Fuderalsmna del Norte y Centro argertina de 1820, et EI doctor Silva, que falloci en 1978, fue miem- bro correspondiente de la Academia Nacional de fa Historia la nomina de los que integraron inicialmente el Instituto de Estudios Americanistas, hemos menciona- do a don Lisis Roberto Altathita, encargado de publi- caciones. Inteligente y laboricso, habia estudiao Humanidades y Filosofia en el Seminario Mayor de Nuostra Sefiora de Loreto, Su voeacién por la historia ¥y su vineulaeién con el diario Los Prineipios, como redactor, fueron motivo para que deducara lo més de su tiempo a la publicacién del resultado de sus snvestigaciones en ilustrativas notas que integran un ropertorio heterogénco, que no sslo interesaba porque icativos de] pasado cordobés, sino que fueron ocasion para g ‘pericia en el campo de a houristice, la exézesis y la metodologia, que més larde, despnés de 1938, le pemnitieron destacarse tanto como cronista cuanioy ‘cama historiader con obras de envergadura. Merece itarse Historia del Seminario de Loreio y esimismo su wiktima publicacién sobre pintores y pintuas de Cordoba, que quedo inconclusa por su enfermedad y posterior fallecimienta, mostraba aspectos sign \e perfeccionara st 4 J Francece ¥. saya fener Pelle Los aportes de Ramén J. Céreano ala historia provincial La historiografia cordobesa cuenta entre sus més preclazos autores al doctor Ramon J. Carcano, que presidis la Junta de Historia y Numismatica Americana No vamos a enumerar la extensa ¢ importante labor de historiador del doctor Carcano, porque no se encusdra, espeetficamente en Ja historiogralia cordobesa Bs verdad gue la mayor parte de su obra como historiador no se refiere exclusivamente a su provincia natal, de Ta que fue gobernader en dos periodos. ‘Aunque se trata de una obra juvenil publicada antes de In ereacion de la Junta, no podemos dejar de mencionar especialmente Perfiles confompordnens (1885). Algunos de los personajes de que se ocupa, como fray Mamerto Esquid, el cara Gabriel Brochezo y el doctor Rafael Garcia, fuer, en efecto, sus coeténcos. Los retrata des- tacando sus virtudes y su notoria calidad humana ciezra el libro con una semblanza de “José Javier Diaz, gobernadar de Cordoba”, a quien considera “la figura mas culminante e ingluyente de su provincia” en los anos inmediatos a la emancipacion. Y Er ef camino (1926), inehaye capios que se retieran a episadios que tuvieron a Cordoba como cecwnario, proporcionando datos que, como en In obra antes citad, fenen e.voler {ie fuentes, de gran interés para reconstrutt un pasado {uc ade toco vivir como proragonista, Por io dems, fn Alon se Condoha (1927), esecinio sobre “El genera Bostor-pisodio de 1820" ‘A proposi del general Bustns,sabiclo es que sv personalidad y su actucion polities han sido consi {tas por a istoriogralla con juicios divergentes:vitupe- rade por guience Io caiicsban como wn rado caucillo focalista y exaltado como una de las expresiones mas Since elec retreat Paz, “as perspectivas cambian y con ellas el fendaren- to de los yuictos” Tperolae rie toasts euetoen ccs cambio, para Ia mayoria de los historiadores cordobe- 2es, Bustos scupa an primer plan come gobernarte, desde todo punto de vista Los aportes histéricos de Manuel E. Rio in el Lapso 1899-1998, la historiograffa cordobesa se halla representada, asimismo, por trabajos, algunos de exyos autores no fueron especificamente historiado- 223 0 investigadiores, pero que deben ser mercionados porque dan cuenta del interés por conocer y hacer ‘conocer personajes y aconiecimientos del pasado vernéculo, Mano. Rio ‘Verdaderamente importante es el estudio titulado “Cordoba (1810-1910)" que publieo La Nacién con motivo del Centenario de Mayo, escrito por el ingeniero ‘Manuel E, Rio, eminente intelectual nacido en 1872 y fallecido en 1912, poco después de cumplir cuarenta elnstis dele Universidad de Cardo, 2 Dicho trabajo fue readitado on ol primer niimero de a Revista de Ta jursta Prowincil de Historia de Cérdoba (1960) por segunda ver. por la Universidad Nacional (1967), con adiciones de positive valet No vamos a detenemos en Ja Biografia del autor, ‘que nos exigirfa mas de un capitulo, sino @ mencionar su contribucion de carter historico, que puede clasfi- Care desde el punto de vista temaeo, de acuerdo com cl orden soguidio en la tereera edicién. Las restantos secciones s2 refieren a la Universided, a la Academia Nacional de Ciencias, a personalidades de Cérdoba y notas para una bicrbibliografia de los hombres lustres de Ia Universidad. Finalmente, en apéndice, La estadistie de Cordoba, obra que ha sido Califieada como modelo en su géncto, asi como la ‘Geogrefia es considerada insuperada e incomparable, Pero volvamos a la scccion dedicada a la Universi dad y a su historia, Nos dice el ingensero Rio cue se ‘bas en el Bosgtijo histOrvo de fy Universidad de Cina, la clasica obra de Juan M. Garro, publicada en: 1882, puesta al dia hasta 1910, Fue presentada como Informe destinade a les micros die la Cuarta Conferencta Paramericana, por encargo del rector doctar Julio Deheza, cuando Rio era secretazio ‘general de dicha casa de estudios. Y la historia de Ja Universidad interesa particulars mente, como es sabido, por si frascendencia en la vida ‘cultural del pais; y, ademds, porque su fundacion fue motivo de polémica, en que participaron historiatores f investigadores, la que gira en torno de la persona 0 de la entidad furlaclora Garro y Rio no ponen en duda gue fue el obispo de Tucumdn don fray Femando de Trejo y Sanabria. Ni siquiera se plantean el problema que mis tarde haria| ‘correr mucha tinta cuando hubo quieres le negaron al iprelado tal paternidad y fuera atribuida al padre Diego Ue Torres S.J. 9, mejor dicho, a la Compania de Jests, en cuyo Colegio Maximo se establecieron los estu- tHios universitaries, eaando ol mencionada jesulta era Provincial De una manera u otra, con apasionamiento o sin é pparticiparon en Ja histerica contienda, que atin na ha fterminado, fray Zenda Bustos, fray José Maria Liqueno ambos franeiseancs), Enrique Maitinez Paz, Antonio Rodrfguer, del Busto, Jose R. del Franco, monsefior Pablo Cabrera, Pedro Grenén 5. J}, ademas de otros utores que intervinieron después le 1938. No podia el ingeniero Rio dejar de referirse a la historia de la Academia Nacional de Gencias. destacan: do que quien tayo Ja iniciativa de su creacién fue el doctor German Burmeister, en 1868, cuando Sarmiento fue elocto presidente dle la Repiblica y Avellaneda desempotiaria las funciones de mvinistra de Insiruceidn Paiblica. Y el ingeniero Rio sintetiza cronolégica y documentalmente los sucesivos pasos de esa fundacian, 43 Su estudio Sintesis Mslericr de Ia dewsia pibtion en Cérdcba (1899) constiluye un aporte de singular merito por ja seviedad y rigor de a investigacion practicada, asi como son notables Ins semblanzas de personalidades cordotiesas use figuran en la edici6n que comentaramos ‘anteriormente, Con Ta destreza de Guien habia llegado a aduerarse del método para recrear {a complefidacl del ‘er humany, en Gancién de las eireunstancias, realiza Ia mas difiel trea que un historiador puede presentarse: le nos dice Wilkelm Bauer Su s6lida formacién, si talento y su temprano contacto con la vida pusicron en us manos los instrumentos que le permitirian enfrentar ‘con paricia ¥ maesteia los actos del hombre y su intimi> ad El estudio biogratico del doctor Manuel D. Pizarro, gh, da cuanta de lo que acabamos de expresar. [En primer lugaz Ceografia ce Cérdobu, editada en dos voltimenes y un atlas, en colaboracién con el ingentero Luis Achaval (Buenos Aires, 1505), donde ademas de ofrecer la mée acabada descripcion cle la provincia, que recorrieron palmo a palmo, se detiene en antecedentes, hhistéricos, aportando fuientes y datos inédilos. En segundo lugar, segtin él orden en que aparecen publicados los temas, e:taremos Consideraciones histérices 1 socioldgicas sobre la Provincia de Cérsoba-Deberes de fa juve a hore presente (1901). Aqut trata temas cuyo solo enunciadio da cuenta de su interés: Los habitantes, la riqueza, la inprenta y los periédicos, la politica. ¥ 1a seocion termina con putes Fistériens sobre fa Sociedad de Beneficencia de Cérdobe (1906). Otras indagaciones sobre el pasado cordobés La historiografis condobesa dol periocio 1893-1938, en publicaciones de variado contenido, aports datos que ayudan a explicar hechos y formular apreciaciones sobre la conducta de sus protagenisias. Seria largo y tedioso enumera: todo lo que se ‘escribié sole el pasado verniculo en ese lapso} pero eben senalarse los tratsajos de Juan Bialet Masse sobre el Dique San Roque (1998) y sobre Bl estaie de las lass bres en of interior dei pais (1908), valiosa fuente de informacién EL doctor Juan Bautista Gonzalez, miembro de la Junta Filial de Historia y Nurnismatica y corresponcien- te de la Academia Nacional, fue autor de Rewovieno cl pasado (916) ¥ Julio S. Maldonado, ce La Cérioba de ni Infancia y anéedotas (1926), asi como Nazario Sanchez: cseribié Hombres y episdios de Cérdeba (1928) ademas de articulos periodisticos. Ricard Levene publicd en Cérioba, on 1997, Pensamiento y accidn politica del defn Fuows en 1612. Mas

También podría gustarte