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EUGENIO VALLARINO CANOVAS DEL CASTILLO Profesor Dr. Ingeniero de Caminos, C. y P. TRATADO BASICO DE PRESAS TOMO | CUARTA EDICION CORREGIDA Y AMPLIADA (1998) CON LA COLABORACION DE GUILLERMO BRAVO GUILLEN FERNANDO GIRON CARO EDUARDO SALETE DiAZ COLECCION SEINOR N° 11 # COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS Portada: Presa de Belesar (Uni6n-Fenosa, rio Mifio, Espaiia). (Foto del autor) 42 edicién: 1998, © Eugenio Vallarino Cénovas del Castillo. © Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Reservados los derechos para todos los pafses. Ninguna parte de esta publicacién, inchiido e? disefio de Ja cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningun medio, sea éste electrénico, quimico, mecénico electro-dptico, grabacién, fotocopia o cualquier otro, sin la previa autorizacién escrita por parte de la Editorial IMPRESO EN ESPANA PRINTED IN SPAIN LS.B.N.: 84-380-0144-0 ‘Depésito legal: M-36993 Obra completa: 84-380-0146-7 Inprime: Coopegraf/Visagrafic, S.L. Teléfono: 91 739 88 75 COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS C/ Almagro, 42 - 28010 MADRID Indice analitico Predmbulo........ XXI Parte A CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 1. Cuestiones generates 3 1.1. Historia sucinta 4 1.2. Las presas espatfolas hasta 1900 6 1.3, Panorama actual de las presas en el mundo 8 1.4, Las presas en Espaia en el siglo xx .. 10 1.5. Impottancia técnica, econémica y social . 16 1.6. Efectos ambientales y sociales 16 1.7. Conceptos sobre seguridad .......0 . . 18 1.8. Nuevos aspectos de la seguridad: el envejecimiento de las presas. 20 1.9. Observacién y vigilancia .. 4 1.10. Reparaciones, refuerzos y tectecimientos . 24 1.1L. Comisi6n Internacional de Grandes Presas (ICOLD).... 25 1.12. La Seguridad de las Presas: Normas .. 26 1.13. Aplicabilidad del Reglamento: Definicién de Gran Presa 27 2. Tipologia ........ 31 2.1. La ptesa como estructura 31 2.2. Desagiies-Aliviadero .... . 32 2.3. Tipologia de presas ..... sesstetsventnse 33 INDICE ANALITICO 24. Critica tipolégica ....... 38 2.5. Tipologia de las presas espafiolas . 42 2.6. Constitucién de un aliviadero: tipologia 43 2.7. Tipologia oficial . 45 2.8. Clasificacién de las presas segiin su grado de riesgo... 45 3. Fuerzas actuantes 49 3.1. Peso propio . 49 3.2. Empuje hidrostatico 50 3.3, Filtraci6n, Presi6n intersticial 54 3.4. Efectos térmicos y de fraguado . 61 Seismos.. 64 Empuje de sedimentos 69 Oleaie... seo 70 Empuje del hielo 14 Otras solicitaciones 14 Combinacién de solicitaciones y niveles de embalse... 15 4.La acerrada y el embalse: estudios previos .. 1 . Estribos y cimientos de la presa . 18 Impermeabilidad del embalse y de la cerrada 79 . Estabilidad del vaso... 80 . Estudios geol6gicos... 81 . Estudios geofisicos.., 82 . Ensayos in sittt.... 85 Datos topograficos.... 87 Problemas inducidos por el embalse . 88 ; Planteamiento general de los efectos de un embalse.... 39 4,10. Efectos directos de la inundacién 91 4.11. La sedimentacién en el embalse. 92 4.12. Efectos en la biota del embalse y del rio 95 4.13. Efectos térmicos en el embalse. 97 4.14, Estudios ecolégicos .. 99 4.15. Seismos inducidos por el embalse... 100 Parte B PRESAS DE HORMIGON 5. Presas de gravedad: seccién tipo y red de drenaje 105 5.1, Seccién transversal de una presa de gravedad 105 5.2. Evolucién de las ideas sobre la subpresién 108 5.3. Porosidad del hormigén 110 XIV INDICE ANALiTICO 5.4, Red de corriente 5.5. Consecuencias del andlisis de la red de corriente 5.6. Posibilidad de saturacién de una presa . 5.7. Control de la subpresi6n «jee 5.8. Principios sobre drenaje . 5.9. Disposicién y dimensiones de los drenes .. 5.10. Red de drenaje y vigilancia 5.11. Medicién de las presiones intersticiales .. 5.12. Otras galerfas 5.13. Azudes sobre terreno permeable Condiciones generales de equilibrio 6.2. Estabilidad vertical 6.3. Estabilidad al vuelco.... 6.4. Estabilidad al deslizamiento 6.5. Influencia de la forma de la seccién .. 6.6. Andlisis de la influencia de los distintos parametros y fuerzas en la seguridad y en las dimensiones de la presa ...--o-- 6.7. Influencia relativa de las fuerzas normales 6.8. Efecto de la coronaci6n...... 6.9. Efecto de la cohesién.. 6.10. Otros casos de subpresién, normals y extemos 6.11. Efecto de una grieta abierta....... 7 6.12. Efecto de la variacién del nivel del embalse 6.13. Acciones sismicas 6.14. Secciones del verteder 6.15. Seciones especiales .. 7. Estabilidad al deslizamicnto: medios para mejorarla 7.1. Superficies de presunto deslizamiento .. 7.2. Medidas para mejorar la estabilidad al deslizamiento ... 7.3. Cimentacién en contrapendiente (aumento de N y disminucién de T) 7.4. Influencia del talud aguas arriba (incremento de N) ..... sess 7.5. Control de la subpresién (aumento de N) 7.6. Cables tensados (aumento de N y disminucién de T) 7.7. Tratamientos del terreno: mejora de @ y c 7.8. Estribos de las presas bévedas ........ 7.9. Ubicacién de la béveda ¢ incidencia de los arcos ... 7.10. Estabilidad de laderas.... 7.11. Estabilidad tridimensional de ‘cimientosy estribos: método de Londe. cose ee 112 114 116 117 119 120 121 128 129 130 139 140° 140 141 142 145 148 150 155 156 158 162 165 © 168 170 171 7s 17S 181 181 182 183 184 186 188 192 194, 195 XV INDICE ANALITICO 8. Presas de gravedad; célculo de tensiones .. 9. Presas aligeradas .. 10. Presas arco... XVI 8.1. 8.2. 8.3. 84. 8.5, 8.6. 8.7, 8.8. 8.9. 8.10. 8.11 8.12. OL 9.2. 9.3. 94. 9.5. 9.6. 9.7. 9.8. 9.9. 9.10. 10.1 10.2. 10.3, 10.4, 10.5, 10.6. 10.7. 10.8. 10.9. 10.10. 10.11 10.22. 10.13. 10.14. 10.15, 10.16. Método de Pigeaud ... Método de las hiladas horizontales Observaciones sobre el célculo de tensiones en las presas vertedero Tensiones en una direccién cualquiera Curvas caractetistica Modelos mecdnicos Método de los Elementos Finit Planteamiento del método ..... Librerfas de elementos finitos .. ‘Aplicacién del método de los elementos finitos a las presas de gravedad Aumento de la precisién Coeficientes de seguridad. ; Generalidades Talud aguas arriba Formas de los contrafuertes . Contrafuertes cerrados Limites de empleo de los contrafuertes Presas de pantalla plana. Presas de bévedas miiltiples tras presas aligeradas Calculo de los contrafuertes Calculo de las cabezas aguas arriba Subpresiones .... ves Consideraciones previas Proceso del proyecto... Encaje previo de la presa a ‘Arcos policéntricos y no circulares. Espesores de los arcos . Cerradas en U: Presas arco-gravedad... Encaje de una b6veda en una cerrada en V Apoyo en los estribos...... Estribos de gravedad. Presas de bévedas multiple CAleulo de presas béveda: Antiguo método de las “Cargas de prueba" Aplicacién del método de los Elementos Finitos ... Funcionamiento estructural: influencia de la rigidez de la coronacién Otras influencias mutuas entre ménsulas y arcos ee sce Influencia de la curvatura y espesor de los arcos Funcionamiento estructural en cerradas anchas 199 200 202 206 207 209 216 217 218 226 231 236 238 243 244 246 251 255 256 257 259 260 265 266 271 271 272 273 276 276 278 279 281 283 285 286 289 296 298 299 301 i. 12, Presas con pantalla impermeabilizadora «0... ANDICE ANALITICO 10.17. Cerradas irregulares y presas disimétricas 303 10.18. Modelos reducidos .....scses 304 10.19. Coeficientes de seguridad. 305 10.20. Efecto de la temperatura: cierte de juntas... 306 10.21. Ligero arqueamiento en planta de una presa de gravedad 307 10.22. Comportamiento frente a los Se43M0S..... 307 10.23. Resumen de Jas fases del proyecto de una presa béveda. 308 Parte C PRESAS DE MATERIALES SUELTOS Presas de materiales sueltos: tipologia y elementos funcionales .. 315 11.1. Elementos definitorios de la tipologia 11.2. Presas homogéneas 318 11.3, Filtros .. 322 11.4, Presas heterogéneas con niicleo central 324 11.5, Niicleo inclinado .... se 326 11-6. Influencia de la posicidn del mécleo 327 11.7. Pantallas y diafragmas 330 11.8. Materiales para espaldones . 332 11.9. Taludes 333 11.10. Protecei6n de los paramentos 335 11.11. Resguardo y peralte 336 11.12. Presas sobre acarreros de gran espesor: 338 11.13. Criterios de disefio... 340 11-14. Presas de residuos mineros e industriales 341 12.1. Evolucién de las tecnologias de impermeabilizacion en las presas de materiales suelltos...... . 345 12.2. Lineas conceptuales de las presas de escollera con "pantalla de hormigén armado 347 12.3. Proceso constructivo y cualidades de escollera compactada.... 348 12.4. Caracteristicas y dimensiones de la pantalla de hormigén armado, 353. 12.5. Zécalo 353 12.6. Junta perimetral 356 12.7. Capa de apoyo de la pantalla sobre la escollera 337 12.8, Taludes... 360 12.9. Parapeto, resguardo y peralte .... 360 12.10, Resistencia a los seismos.. 361 1-11. Vertido de agua sobre la escollera 362 12.12, Presas de gran altura 364 12.13. Pantallas de hormigén bituminoso .. 365 XVI INDICE ANALITICO 12.14. Laminas delgadas .. 12.18. Niicleos (diafragmas) de hormigén bituminoso .... 13. La filtracién y el drenaje . £13.1. Casos singulares de la red de corriemt. 13.2. Linea de saturacién 13.3. Trazado grafico de la red de corriente 13.4. Medios anis6tropos .. 13.5. Métodos numéricos para el célculo de la red 13.6. Modelos analégicos .. 13.7. Bstimacién de las presiones y del caudal 13.8. Influencia de la capilaridad (-13.9. Drenaje: espaldén permeable / 13.10, Capa drenante ... y 13.11. Pantallas de impermeabilizacién del cimiento / 13.12. Pantallas incompletas ... “13.13. Zampeados de impermeabitizacién .. . / 13.14. Caudal filtrado por ef cimiento, Comparacién de la eficacia de las pantallas y los zampeados so # 13.15. Zanjas y pozos drenantes 113.16. Piezémetros .. cleos y filtros . /J14.1.\ Erosién interna: Sifonamiento y sufusion. \/ 14.2. Fisuracién de micleos ... 14.3. Precauciones contra la fisuracién . 14.4. La fracturacion hidrdulica. 14.5, Breve recapitulacién histérica de los criterios sobre ‘iltros 14.6. Filtros: principios generales 14.7. Ensayos en laboratorio .... 414.8. Normas para el proyecto de filtros 4.14.9. Estabilidad interna del filtro (autoestabilidad) . 14.10. Ensayos en obra. +14.11. Filtros criticos y no criticos. Ausencia de filtro. 14.12. Espesor de los filtros ... 14,13. Franja de arena aguas arriba del nticleo 14.14. Compactacién de los filtros ~ 14.15. Filtros sintéticos 14.16. Métodos fundamentalistas .. 4.14.17. Ubicacién y ancho del nicleo ¥ 14.18. Materiales para los micleos <44.19._Contactos del niicleo con las laderas y las obras de fabrica XVII 370 373 377 378 380 383 383 385 386 387 387 388 389 392 395 396 399 401 402 405 406 410 416 416 419 420 423 425 429 431 432 433 434 434 435 436 438 440 442. 15. Presas de materiales sucltos: estabilidad al deslizamiento . . 7 15.1. ¥15.2, 15.3. 15.4. 15.5. 15.6, 15.7. 15.8. 15.9. 15.10. 15.11. 15.12. 15.13. 15.14. 15.15 15.16. {NDICE ANALITICO Determinacién previa aproximada de los taludes Fuerzas a considerar. Situaciones a comprobar: coeficientes de seguridad . Ensayos de resistencia. Tensiones Comprobacién de la estabilidad: Breve resumen hist6rico y tendencias actuales..... Eleccién de las superficies de deslizamiento.. Método sueco ..... seessoeeennneennee Método de Taylor Método de Bishop . Método de fa espiral logaritmica Método de las cuiias deslizantes Comentario general sobre los métodos anteriores Método de Janbu .... soe Método de los elementos finitos - Estabilidad durante la construccié1 Comprobacién de la estabilidad frente a seismos Planteamiento tridimensional 445 446 448 451 454 455 458 463 464 467 469 470 470 472 478 4719 480 16. Planteamientos generales ..... 16.1 16.2. 16.3 16.4. 16.5. 16.6, 16.7. 16.8. 16.9. 16.10. 16.11. 17. Estudio de las avenidas ..... 17.1 17.2. 17.3 17.4, 17.5. Tomo II Indice analitico Parte D ALIVIADEROS Y DESAGUES Planteamientos generales . Partes componentes de un aliviadero ... Principios de! funcionamiento hidraulico en régimen de lmina libre . ce Funcionamiento deu un aliviadero en lamina libre vo Definicién del perfil del aliviadero.. Curvas .. Aliviadero con vertedero | lateral Aliviaderos en presién .... Condiciones en la boca de salida y funcionamiento ¢ con distintos caudales .... Aliviadero en caliz («morning glory») .. Dimensionamiento de aliviaderos en presion ... EI problema de la evaluacién de la crecida maxima de proyecto. Métodos ditectos ¢ hist6ricos . Probabilidad y periodo de recurrencia de una avenida Métodosprobabilisticos: consideraciones previas .. Leyes de probabilidad mas usadas en el andlisis de avenidas....... 485 485 487 488 492 494 497 499 501 504 507 510 513 513 SIS S18 520 521 XII INDICE ANALITICO 17.6. Distribucién de Gumbel ... 17.1. Distribucién de Pearson 1... 17.8. Critica de los métodos probabilisticos 17.9. Formulas empiricas . 17.10. Métodos de simulacién hidrolégica 17.11. Mecanismo de formacién de una avenida 17.12. El hidrograma unitario ... . 17.13. Método de las isocronas .... 17.14, Ventajas y limitaciones de los métodos de simutacion 17.15. Avenidas tipicas para el proyecto ...... i e Laminacién: Decision sobre las caracteristicas basicas del embalse y el aliviadero 418.1, Funcionamiento del vertedero de fabio fijo 418.2. Laminacién y automatism ....cccene 18.3. Aliviadero con compuertas ... 18.4. Limitaciones de las compuertas . 18.5. Efectos en la presa de la sobseclevacisn de nivel 18,6. Aliviaderos complementarios y de emergencia: uso del resguardo.. 18.7. Proceso decisorio sobrre las caracteristicas basicas del embalse y del aliviadero 18.8. Tanteo simplificado de las dimensiones de la toma 19. La Avenida Maxima Probable y el Anilisis de Riesgo ... 1) Avenida Maxima Probable (AMP-PMF)... . . 19.1. Principios basicos para la evatuacién de la precipitacién maxima probable (PMP) . . 19.2. Transposicién . 19.3. Maximacién del grado de humedad .. 19.4, Envolvente y recorte . 19.5. Ajustes y otras consideraciones 19.6. Mapas de la PMP .. 19.7. Ajustes por orientacion « 19.8. Disttibucién superficial de fa Itavia -. 19.9. Obtencién de la avenida maxima probable .. 19,10. Matizaciones respecto al empleo de la AMP Il) Andlisis y optimaci6n del riesgo orn. 19.11. Reflexiones sobre la avenida de proyecto y el Fesgo.savsesesesi 19.12. Influencia del embalse y de la capacidad del aliviadero en los presuntos daifos ... 19.13. Dafios producidos por la rotura de la presa 19.14, Evaluacién de los datos... XIV 523 524 526 527 529 530 532 535 539 540 543 543 547 549 552, 555 558 562 565 567 567 567 569 570 572 575 516 579 581 582 583 584 584 585 588 590 19.15. 19.16. 19.17. 19.18, 19.19. 19.20. 20. Vertederos y compuertas ... 20.1 20.2. 20.3. 20. 20.5. 20.6. 20.7. 20.8. 20.9. 20.10. 20.11 20.12. 20.13. 2.20.14. 20.15. 20.16. 20.17. 20.18. 20.19. 20.20. 20.21. 20.22. 21, Problemas especificos de las rapidas .... 2t.1. 21.2. 21.3. 21.4. 21.5. 21.6. 2b7, 21.8. 21.9. 21.10. INDICE ANALITICO. Anilisis de! riesgo. Optimacién de los dafios normales..... Optimacién del caudal extremo....... Observaciones sobre el anilisis del riesgo Revisin de la capacidad de un aliviadero existente Tipos de obras y medidas para aumentar la seguridad frente a las avenidas de una presa existente: optimacién Evolucién histérica de las presas vertedero Formas de vertido .. Perfil del vertedero Desagiie con laminas distintas de la nominal .. Desagiie bajo una compuerta . Adaptacién del vertedero al resto de la presa . Muros cajeros ; . uo Perfilado de las pilas Vertido con caida libre Vertido con lanzamiento ..... Ventilacin de la lamina .... 7 Planta y disposicién del vertedero Alimentacién ... esses Tipologta de compuertas ... Compuertas verticales Compuertas de segmento . Compuertas de sector Clapetas...... Mecanismos Impermeablizacién Atagutas ccc . Presas inflables ....... Emulsi6n de aire: conceptos .. Experiencias sobre aireacién natural Emulsién de aire en wn tiinel ere Ondas en los canales Codos .. Abocinamientos .. Necesidad del revestimiento . Soleras de las rapidas: detalles constructivos Tendencias actuales para mejorar la conservacién de las soleras. Aliviaderos escalonados sess 591 593 595 596 597 599 601 601 603, 604 607 607 609 611 613 615 617 619 620 624 628 628 631 633 635 636 638 639 641 645 646 648 650 651 654 658 663 666 669 672 XV INDICE ANALITICO 22. Cuencos amortiguadores 22.1. 22.2. 22.3. 22.4. 22.5 22.6. 22.7. 22.8 22.9. 22.10. 22.11. 23. Trampolines de lanzamiento ..... 23.1 23.2 23.3. 23.4. 23.5. 23.6. 23.7. 23.8. 24, Desagiies profundos .. 24.1. 24.2. 24.3. 24.4. 24.5. 24.6. 24.7. 24.8 24.9, 24.10. 24.11. 24.12. 24.13. 24.14. 24.15. 24.16. XVI Formas de disipacién de la energia .... Resalto hidrdulico: resumen de ideas basicas Longitud del resalto Energia absorbida Formas del resalto ... Comentarios practicos Acoplamiento del cuenco al cauce Trampolines y dientes sumergidos Otros problemas .. Subpresién y presiones oscilantes Abrasién ... Condiciones que debe cumplir el lanzamiento ... Pendiente de lanzamiento y trayectoria del chorro Forma del trampolin y de la lamina Emulsi6n en el lanzamiento. Dientes Lanzamiento desde la presa . Amortiguacién en Ja zona de caida Amoriguamienta a al pie de una presa boveda . Chorros cruzados .. Funciones de los desagties profundos Evolucién de los desagties profundos Consideraciones pata fijar la posicién de los desagiies profundos Control de nivel y vaciado .. Funcién limpiadora del desagiie de fondo Colaboracién en el cierre del desvio del rfo Control y evacuacién de avenidas Constitucién de un desagtie profundo Organos de cierre: valvulas .. Compuertas Rejas Disposiciones a adopt para el buen funcionamiento hidraulico. Ventilacién . 7 . Cavitacié Abrasion . . Adaptacién del desvio del rio como desagiie de fondo 677 678 679 681 682 683 684 685 688 694 694 697 701 702 702 705 709 710 mM 74 716 19 T19 720 721 723 725 728 728 729 733, 737 740 742 743 744 746 746 Preambulo Un libro ha de tener un objetivo y unas limitaciones acordes con éste. El de la presente obra es fundamentalmente didéctico, en su mas amplio sentido; en primer lugar, aspira a ser una base docente para los estudiantes de Ingenieria Civil, en general; pero ademés, a servir de primer elemento formativo e informativo para los profesionales que se enfrentan por primera vez con una presa, ¢ incluso, para aclarar y ampliar ideas a algunos que ya hayan tenido actividades presfsticas parciales o lejanas. Conforme con esta idea, se dedica la maxima atencién a los conceptos y principios basicos, con la conviccién de que, teniéndolos claros, cualquier aplicacion © ampliacién de doctrina o detalles sera facil, mientras que serd ineficaz sin esa base conceptual. No por ello se abandonan los detalles constructivos imprescindibles en toda tecnologia, pero poniendo el acento en su razén y funcién. Este enfoque puede tener la ventaja adicional de prolongar la vigencia temporal de esta obra, pues si tecnologfas cambian, los principios son permanentes. Las limitaciones son consecuencia del objetivo. El propésito es presentar una obra todo lo completa posible y puesta al dfa, pero no enciclopédica ni exhaustiva, lo que ha pretendido expresarse con el titulo elegido: Tratado Basico de Presas. Por ello se dedican sélo sendos capitulos a Jas aligeradas y bévedas, menos frecuentes y que exigen tecnologia y célculos complicados, de las que se dan las ideas principales basicas y estructurales, mientras que se dedican varios a las de gravedad y materiales sueltos, que representan el 94 % de las existentes en el mundo, y que son abordables ~al menos en la mayor parte de los casos con cAlculos relativamente simples, que se describen. El entrar a fondo en el método de los elementos finitos requeriria una extensién que desbordarfa los limites fijados XXI PREAMBULO para esta obra—ya bastante extensa— y sobre el que hay numerosas publicaciones, algunas de las cuales se citan. Y lo mismo podrfa decirse de tecnologias muy especializadas de las que se da informacién resumida y bibliografia para ampliarla. Este proceder es general: suplir las limitaciones autoimpuestas con una adecuada documentacién para poder proseguir si se necesita. El libro se dirige principaimente al proyectista, pero se dedican dos de sus seis partes a la construccién y explotacién sin las cuales resultarfa incompleto, y porque para la propia actividad de proyecto es preciso pensar en las posteriores de construc- cién y explotacién. Estos dos aspectos, sin embargo, se centran en lo fundamental, y suponiendo ya conocidas las tecnologias de construccién, aiiadiendo aqui solo su aplicacién especffica a presas. Esta obra ha tenido una precedente, con objeto similar, aunque mas modesto: el tomo dedicado a presas de los cuatro que formaban el conjunto titulado Obras Hidréulicas, escrito para la docencia en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cnya actividad desarrollé ilusionadamente durante més de veinte afios, y que ha dado una formacién inicial en la materia a varios miles de estudiantes, hoy ingenieros, de las escuelas de Madrid, Santander, Valencia y Bar- celona. E| aliento recibido de muchos colegas, que fueron mis alumnos, estimulan- dome a ampliar y poner al dia esa obra,me ha decidido a escribir ésta; labor ardua, porque la he realizado en solitario, gracias al tiempo de que ahora disfruto en mi retiro, pero hecha con la misma ilusién que puse en otros tiempos en comunicar a los demas lo que en mi vida profesional haya podido aprender. Renovada recientemente mi actividad universitaria como Profesor Emérito, es- pero contribuir en esta actividad final de mi vida a dejar un instrumento dtil para los actuales y futuros ingenieros que, dentro del limite temporal que una obra tecnolégi- ca tiene en un mundo tan répidamente mudable, pueda quizés, llegar a sobrevivirme. E. VALLARINO Septiembre 1990. Agradecimientos. He de hacer constar mi gratitud a José R. Toral, Alfredo Gra- nados, Luis Casamayor y J. Alberto Herreras por su colaboracién en la tevisién par- cial del original y las sugerencias e informacién aportadas; al profesor Lluis Berga, a Guillermo Bravo, Alejandro del Campo y Gonzalo Marin por los documentos fa- cilitados; a los profesores Florentino Santos, Eugenio Herrero, Antonio Garrote y a todos los que me han afentado a emprender este trabajo. Las citas explicitas que se hacen en el texto sobre otros que han servido de base para su redacci6n son también un reconocimiento de una valiosa aportacién. También deseo sefialar la de Manuel Carmona en el dibujo de la mayor parte de las figuras. XXIL NOTA A LA SEGUNDA EDICION NOTA A LA SEGUNDA EDICION Agotada la edicién anterior poco después de los dos afios de su aparicién, se publica esta segunda, en Ja que, ademas de corregir las erratas observadas, mejorar Ja redaccién de numerosos parrafos para su mayor claridad 0 matizaci6n, afiadit algunas figuras y mejorar otras, se han introducido nuevos textos para poner al dia, aclarar o ampliar algunos temas, principalmente en los capitulos 1, 3 (puesta al dia de las estadisticas), 12, 17, 18, 19, 20, 21, 32 y 33. Ademas se ha refundido en el capitulo 18 toda la metodologéa del andlisis de avenidas, tomando lo referente a la CMP. del 19, ¢ introduciendo en éste bastantes aclaraciones y ampliaciones. A cambio, se ha fraccionado el 34, Hlevando a un capitulo 35 los casos practicos de recrecimientos y refuerzos. Por tiltimo, se ha complementado la Bibliograffa con las tiltimas publicaciones. NOTA A LA CUARTA EDICION E] rapido agotamiento de la segunda edicién forz6 a la tercera a ser una mera continuacién de aquélla, sin mas complemento que una fe de erratas incompleta, por lo presurosa. Prevista con mis plazo esta cuarta edicién, se ha sometido todo el texto a una revisién general, subsanando erratas, aclarando conceptos y complementando o actualizando ciertos temas, teniendo presente e] nuevo Reglamento de Seguridad de Presas y Embalses y las recomendaciones de las Gufas Técnicas publicadas por el Comité Espajiol de Grandes Presas. Para ello hemos contado con la colabo- racién de tres competentes profesionales: Guillermo Bravo, Fernando Girén y Eduardo Salete, profesores de las Escuelas de Caminos, de Granada, los dos primeros, y de Madrid el ultimo. G. Bravo ha revisado los temas de Materiales Sueitos y Construccién, aportando aclaraciones y textos adicionales o sustitutivos para actualizar 0 ampliar conceptos. Una labor similar ha realizado F. Girén en los Temas Generales y de Explotacién. Y E.Salete ha redactado los nuevos textos sobre Elementos Finitos de los capitulos 8, 10 y 15, y otros comentarios sobre calculo de presas, en general, subsanando una carencia que ya acusdbamos en el predmbulo a la J? edicién. A los tres, mi agradecimiento por su valiosa cola- boracién. XXIII NOTA ALA CUARTA EDICION En el resto, aparte de la revisi6n, correccién y actualizacion general, se ha dado una nueva ordenacién a los capitulos 8 y 10, y se han reformado y ampliado los capitulos de Aliviaderos, en particular los 17, 18 y 19, que tienen una nueva distribucién, con adiciones, y los 21 y 22, que han sido ampliados. Y, por iltimo, se ha complementado y actualizado la Bibliografia. Todo ello se ha traducido en un sensible incremento del volumen del texto, hasta hacerlo impracticable en un solo tomo, como en ediciones anteriores. Al subdividirlo en dos, ademds, se hace mas cOmodo su manejo, y se ha cambiado también su aspecto externo, como un simbolo de la renovacién de su contenido. Finalmente, deseo expresar mi agradecimiento a la ingeniera Isabel Clara Rodriguez Medina por su eficaz e ingrata labor de revisién final del texto para subsanar errores y erratas. E. VALLARINO XXIV Parte A CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Cuestiones generales EI agua es indispensable para el ser humano. También lo es el aire, pero la necesidad de éste es inmediata, no admite dilacién, y por eso la naturaleza lo pro- porciona sin tasa y por doquier. En cambio, los usos del agua admiten cierto margen temporal, incfuso los elementales de bebida y limpieza; la naturaleza, tan prodiga para el aire, suministra el agua sdlo en lugares concretos, y el hombre ha de ir a ellos para disponer del preciado Ifquido. Por eso el aire no ha dado lugar a técnicas para su obtencién, mientras que el agua ha obligado al hombre a esforzarse e ingeniarse para conseguirla, transportarla y almacenarla, derivandose de ello una tecnologia que ha condicionado y caracterizado las distintas civilizaciones. El hombre primitivo, némada, regia su andadura ateniéndose a ios lugares donde habfa agua, y entre ellos, si estaban distantes, tuvo que idear el uso de recipientes (de piel, ceramica, etc.) para no carecer de aquélla. Mas tarde, al hacerse sedentario y agricultor, hubo de instalarse en la proximidad de un rio 0 lago y acarrear el agua por sf mismo o por medio de animales. Al aumentar la poblacién algunos tuvieron que irse alejando paulatinamente de la orilla, haciendo cada vez mas duro el transporte, hasta que a alguien mas ingenioso se le ocurrirfa echar unas piedras o ramas en el rfo para hacer subir su nivel hasta una zanja excavada en Ia tierra, con lo que, sin esfuerzo humano, por gravedad, podfa Hevarse el agua hasta una cierta distancia Este conjunto presa-canal tan primitivo fue perfecciondndose, aleanzando distancias crecientes y caudales cada vez mayores. Cuando la presa lleg6 a tener una entidad suficiente, alguien observaria que el agua que tena detras 3 CUESTIONES GENERALES ¥ BASICAS. representaba un depésito til para compensar las desigualdades de la corriente y lograr una cierta independencia del suministro. La presa, ademas de para derivar, servia para embalsar: 1.1. HISTORIA SUCINTA Por las razones expuestas, las presas son de las construcciones mas antiguas que se conocen (A.7 y A.9) (*). En el antiguo Egipto se construyeron varias. Entre ellas, la hecha por Menés (hacia 4000 a. C.) para desviar el Nilo en Menfis, que tenfa unos 15 m de altura y era de sillerfa, segtin dice Herodoto y confirman las ruinas; duré nada menos que unos 45 siglos. Otra fue la que formé el Lago Maeris (1740 a. C. En Mesopotamia hay trazas de canales de irrigacién que datan de cinco milenios antes de nuestra era. Mas tarde destaca el acueducto de Senaquerib, construido entre 703 a 690 a. C., de mamposteria, con la particularidad de tener un revestimiento bituminoso para impermeabilizar la solera, Todas esas obras requerfan e| complemento de presas; hay inscripciones referentes a una de tierras con armaz6n de madera hecha por Marduk en el Tigris, que se derrumbé hacia el siglo xi o xiv de nuestra era, asf como de otra sobre un gran lago creado con aguas del Eufrates. En China se conservan documentos sobre construcciones hidrdulicas entre 1368 y 780 a. C. En México se desarrollaron los riegos desde antiguo; citemos la presa de Purrén, de 18 m de altura final, construida en cinco fases entre 750 a. C. y 1500 d. C., que regaba 675 ha, E] perfodo romano, con su extensién politico-administrativa en todo el Mediterraneo y el desarrollo de la vida urbana, produce en el Ambito hi- drulico, como en el del transporte, una gran cantidad de obras, algunas notables por su concepto y dimensiones, y muchas de ellas perdurables, Son célebres los acueductos, asi como las obras de saneamiento y drenaje urbano (cloacas, depésitos, etc.). En cuanto a las presas, sobrepasaron la decena de metros de altura, y entre ellas las de Proserpina (19 m) y Cornalvo (24 m) (A.42). La fabrica era de mamposterfa, sillerfa u hormig6n, con cemento natural, refor- zada con frecuencia con un terraplén aguas abajo (la citada de Proserpina y la de (*) Las referencias bibliogréficas se recogen al final del libro y se anotan con una letra (corres- pondiente a la parte temética en que se ha dividido éste) y un némero para cada documento resefiado. 4 (CUESTIONES GENER ALES Alcantarilla, ésta en ruinas [fig. 12-1]). Se solfan construir en corrientes de poca importancia, para abastecer poblaciones, pues los cursos de agua eran para los romanos fundamentalmente vias de navegacién, y asi, sus naves llegaban hasta la actual Logrofio por el Ebro y hasta Cordoba por el Guadalquivir. Para ello, se de- dicaron a quitar obstdculos, destruyendo pequefias obras en los rfos principales. Probablemente el haber realizado las presas en corrientes menores, junto con una buena ejecucién, sea la causa de la permanencia de varias, al no haber tenido que afrontar crecidas importantes, que en cambio desiruirian las de Mesopotamia y Egipto. En el Medievo, al desaparecer el Imperio Romano y el interés por la navegacion, las presas fueron mds bien de pequefia altura y destinadas a mover un molino, batn, etc. Y en Espafia y otras zonas dominadas por los drabes que, como es sabido, fueron excelentes constructores hidrdulicos, se construyeron fundamentalmente pre- sas de derivacién para riegos y usos urbanos, ornamentaies y estéticos (jardines, fuentes, bajios, etc.). A partir del Renacimiento, las presas van cobrando més importancia en mi- mero y altura, pero siempre sobre bases empiricas y de experiencia, lo que lleva a algunos fracasos al hacer ciertas innovaciones sin el apoyo de una base cienti- fica para hacer una extrapolacién En realidad, hasta el wénsito de los siglos xvi a XIX no se dispone de los fundamentos cientificos (fisicos y matematicos) suficientes para proyectar las presas con un rigor minimo. Recordemos que a partir del xvi! los descubri- mientos cientificos y matematicos se desarrollan con una eficacia antes no cono- cida, como se aprecia en la enumeracién de los siguientes nombres y fechas: Pas- cal (1623-1662), Newton (1642-1727), Lagrange (1736-1813), Leibnitz (1646- 1716), Cauchy (1789-1857), Navier (1785-1836), etc. Y en hidrdulica, ademas de algunos de los citados, Torricelli (1608-1647), Bernoulli (1700-1782), Euler (1707-1783), Chezy (1718-1798), Bidone (1781-1839), Darcy (1803-1858), Fronde (1810-1882), Helmhotz (1821-1894), Kelvin (1824-1907), etc. Con todo este bagaje cientifico, tinica forma de inducir leyes generales ¢ inter- pretar y extrapolar resultados, la tecnologfa de presas experimenta un cambio sustancial cualitativo y a partir de la mitad del xIx se comienza a dar forma y di- mensiones a las presas sobre bases fisicas y mecénicas y célculos racionales, ini- cidndose el perfodo que genéricamente puede Ilamarse de las presas modernas. Esto no significa que ya no haya habido fracasos: en realidad, el hombre aprende con ellos, porque con ayuda de la ciencia puede detectar y analizar los origenes de los errores y sacar consecuencias, extrapolar resultados y, en definitiva, progre- sar. Asi, en un siglo, las presas han avanzado incomparablemente més que en los 40 anteriores. CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 1.2. LAS PRESAS ESPANOLAS HASTA 1900 La tradicién presfstica de nuestro pais es de las mas antiguas def mundo, por lo que merece la pena dedicarle un comentario. El cuadro 1-1 resume la historia estadistica de las presas conocidas hasta finales del siglo x1x. Dado que se trata de obras histéricas, se han incluido presas de baja altura y azudes, pero para completar la visién, en la ultima columna se seffalan las presas que figuran en el tiltimo registro del MOP* de 1991, segiin el criterio selectivo en él usado. En otra columaa figuran también las presas que siguen en servicio. Cuadro 1-1. PRESAS Y AZUDES ESPANOLES ANTERIORES A 1900 En Méxima Num. segun Siglo Total servicio altura inventario (210 m) mop 0 10 5 24 2 wv 5 = — — x " 10 - _ x! 2 2 W — xill 2 1 = — xiv 4 2 25 1 xvI 9 8 46 6 XVI 12 7 24 3 xvill 25 19 49 12 xix u 9 50 33 91 63 57 DISTRIBUCION TIPOLOGICA (APROXIMADA) Gravedad 54 Gravedad-Tierra 2 Gravedad con contrafuertes 16 Contrafuertes 7 Arco-gravedad 5 Béveda 3 Bévedas y contrafuertes, 4 91 Datos tomados de A.8, Algunas presas estan a caballo entre dos siglos, 0 no se conoce bien su edad; y todas han tenido obras pasteriores de reforma, consolidacién o recrecimiento. En el cuadro figuran segun fa fecha mas antigua 0 probable. (No se pretende decidir sobre puntos dudosos, sino dar una informacién Util) El inventario del MOP es mas restrictivo y no incluye presas menores. (*) Dados los cambios de denominacién del Ministerio de Obras Publicas, hemos decidido nombrarle por las siglas genéricas MOP, sin los anadidos cambiantes. Su fraccionamiento actual en Fomento y Medio Ambiente no afecta a las citas anteriores a 1996, 6 | CUESTIONES GENERALES La primera observacién es el gran ntimero de presas conocidas (91 contando las dos versiones de la presa de Puentes) y, sobre todo, el alto niimero de las que se conservan (63). Estas tiltimas, como es obvio, han sido objeto de reformas y refuerzos en el transcurso del tiempo ~de otra forma no podrian haber subsistido-, pero ello no obsta para que el hecho sea notable. Es también digno de sefialar el mimero de presas romanas (15 en total) que quizé sea superior, porque parte de las atribuidas al siglo x parece tener, al menos, un origen romano, segiin autorizadas opiniones De ellas se conservan, y estan en servicio, ademas de las ya citadas de Proserpina y Cornalvo, de 19 y 24 m respectivamente, otras tres menores (alrededor de 5 m): Esparralejo y Araya (también cerca de Mérida) y Barcinas (Granada). La de Alcantarilla (Toledo) tenfa 17 m, y sélo quedan ruinas. Del perfodo medieval hasta antes del siglo xtt s6lo se conservan presas arabes de baja altura, de derivacién para riegos. Del xi es la de Almonacid (cerca de Belchite, Zaragoza) de 30 m, que se conserva, aunque con el embalse atarquinado y cubierto de huertas. Y del xtv, la de Almansa (Albacete) de 15 m, mas tarde recrecida hasta 21 m, todavia en servicio, si bien con bastantes sedimentos, y que es probablemente la presa més antigua en forma de arco que se conserva. A partir del xvi comienza una interesante actividad hidrdulica, con una cierta inflexi6n en el xvii, y un gran impulso en el xill, sobre todo con Carlos JIE, tanto en Espafia como en América. Aumenta la altura de las presas, fiegando a 49 m, y varias presentan un disefio original. Por brevedad, nos limitaremos a destacar algunas més notables (*). Del xvi son los azudes de derivacién de Carlos V sobre el Ebro (para el Canal Imperial) y de El Embocador, en el Tajo, de corta altura, pero vertiendo por encima caudales importantes; la presa de Tibi (1580-94, Alicante), de 46 m, arco-gravedad, en la que actué como copro- yectista y coconstructor Juanelo Turriano; Elche (Alicante, 1632-40) (**), de 24 m, primera presa béveda en el mundo; Relleu (Alicante, 16537-1776), de 32 m, también béveda; Arguis (Huesca, 1687-1704), de 23 m (luego recrecida hasta 28 m) sobre el Gallego; Mezalocha (Zaragoza, 1719-1728), de 45 m; Albuera de Feria (Badajoz, 1747), de 23 m, con original estructura de contrafuerte; Valdeinfierno (Murcia, 1785-1806), de 49 m. Y aunque de corta altura, son dignas de mencién, por su concepto, las cinco presas construidas por don Pedro Bernardo de Villarreal de Bérriz en Vizcaya en el siglo xvi, con el (*) Més detalles, con planos y fotografias, en A.2, A.8, A.37, para todas las épocas, y en A.7 para las romanas; en A.9, informacién general hist6rica. Todas esas obras, muy interesantes. (**) Las dos fechas corresponden al inicio y terminacién de lz obra inicial, sin tener en cuenta las obras posteriores que han tenido todas. (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS objeto de obtener fuerza motriz, todas ellas vertedero y algunas con bévedas apoyadas en contrafuertes. EI gran desarrollo y el afaén innovador de la época carolina tuvo que pagar sv tributo al pretender extrapolaciones sin la imprescindible base cientifica, que permite interpretar los resultados de la experiencia y ampliar lo conocido. La presa de Puentes, coeténea de la de Valdeinfierno, y como ella préxima a Lorca (1785-91), se colapsé en 1802, y produjo més de 600 victimas; tenfa 50 m y se habia cimentado sobre pilotes de madera en un Jecho de gravas y tierras que, Idgicamente, fall6, Y la de El Gasco (Torrelodones, Madrid) comenzada en 1787, y proyectada para nada menos que 93 m de altura (casi el doble de la de Valdeinfierno, entonces probablemente Ia mis alta del mundo) se «auto- destruy6> cuando Iegé a 57 m. Estaba formada por una estructura interna de cajones cerrados por tabiques relativamente delgados, y el proyectista tuvo la funesta ocurrencia de rellenarlos de tierra, con la consecuencia de que las Iluvias la entumecieron y Ia presa se rompié desde dentro (de todas formas, no habria resistido el empuje del agua). El gran bagaje cientifico del que ya se disponfa a fines del xvilt, ya comentado, y de modo indirecto el efecto de estos fallos, Hev6 a la creacién de la Escuela de Caminos, a partir de cuyo momento las obras en general, y las presas en particular, fueron proyectadas sobre bases mas cientificas, y no por meras «reglas del arte», En el XIX se construyeron varias y, entre ellas, las del Canal de Isabel IT para abastecimiento de agua a Madrid, alcanzéndose los 50 m en la de El Villar (1873-82). 1.3. PANORAMA ACTUAL DE LAS PRESAS EN EL MUNDO En el Cuadro 1-2 se resumen los datos estadfsticos mas importantes y expresivos para dar una idea de conjunto de las presas existentes en todo el mundo, segtin los datos del tiltimo registro mundial de presas de la ICOLD (Comisién Internacional de Grandes Presas, § 1.11) publicado en 1998 y que recoge datos hasta 1996. Este nuevo registro ha sido sometido a una profunda actualizacién, en la que se han eliminado un gran ntimero de presas chinas cuyas caracteristicas de gran presa no se han podido comprobar. De ahf que presente una disminucién muy importante respecto al inventario anterior de 1986. Destaquemos que hay una presa que supera los 300 m de altura (Nurek, en Tadjikistan), y como sus otras dos dimensiones son atin mayores, se trata de una auténtica y enorme montaiia artificial, con un volumen de 58 hm’; pero la de Rogu, en construccién, también en Tadjikistan, la superard con 335 m de altura. (CUESTIONES GENERALES Cuadro 1-2. LAS PRESAS EN EL MUNDO Resumen del Registro de la COLD de 1998 (A.25) (datos hasta 1996) 14) NUMERO TOTAL Y DISTRIBUCION POR ALTURAS (Numero total de presas registradas: > 15 51) (*) Altura (m) entre Num. de presas 2 15< 30 13.275 58,35 > 30< 60 6.968 30,63 2 60< 100 1.885 8,28 2100 < 150 482 212 2 150 < 200 103, 0,45, = 200 38 0,17, Tora 22.751" 100,00 2) CLASIFICACION POR ALTURAS Y PAISES Orden 215m 2=100m 2 200m 12 USA: 6.375 USA: 90 USA: 5 28 India: 2.481 Japon: 78 Suiza: 4 32 China: 1.855, China: 49 India: 4 2 Japén: 1.077 Espana: 40 México: 3 © Espafia: (914 Suiza) 25 |. Rep. iran: 3 (Espafia: 1) 3) MAXIMAS ALTURAS DE PRESA Ajio de 335 = Rogun Tadjikistan — En construccién TE/ER 300 Nurek Tadjikistan 1980 TE 285 Grande Dixence Suiza 1961 PG 272 Inguri Georgia 1980 VA 262 = Vajont Italia 1960 VA 261 ManuelM. Torres México 1.980 TE 261 Tel Indie En construccién TE 4) MAXIMOS VOLUMENES De presa: 127,900 hm’ - Tarbela (Pakistan, 1976) De embalse: 180.000 hm® - Kariba (Zambia, 1959) 169.000 hm? - Bratsk (Rusia, 1964) 5) PAISES CON MAS DE 1.000 PRESAS USA: 6.375 India: 4.010 China: 1.855 Espafia: 1.187 Japon; 1.077__—‘Torat: 14.504 () El registro mundial esta formado por 25.410 prosas. La diferencia son presas de mas de 10 m menos de 15 m con volumen de embalse superior a 1 hm’ u otras caracteristicas especiales, CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Sin embargo, Nurek tio es la presa de mayor volumen, sino la de Tarbela, en el Indo (Pakistan), que tiene 148,5 hm’, unas dos veces y media el de Nurek. El mayor embalse construido es el de Kariba (Zambia) con 180,6 km’, y el de Bratsk (URSS, 1964), de 169 km’. Las presas son las obras més colosales que puede hacer e! hombre. S6lo muy contadas torres o edificios superan los 300 m, pero sus otras dos dimensiones son muy inferiores a su altura, mientras que en una presa pueden ser bastante superiores. Por ello, como se ha dicho, las de gran altura son verdaderas montafias, que forman detrés de ellas enormes lagos. Del total de 22.751 registradas en 1996, la mayoria, 58,35 %, 0 sea, tres de cada cinco, tienen entre 15 y 30 m de altura, una de cada tres entre 30 y 60, y sdlo el 2,74 %, 0 sea, menos del 3 % superan los 100 m. Con alturas superiorés a 200 m s6lo hay 38 presas, menos del 0,2 %, existiendo en Espafia slo una, la de Almendra (rio Tormes). Es de notar que mas del 50 % del total de presas en el mundo estan situadas en cinco paises, entre ellos Espafia, y que un 25 % del total estén situadas en USA, E] andlisis tipolégico de las presas se hard en el cap. 2. (Ver notaciones en Cuadro 2.1.) 1.4. LAS PRESAS EN ESPANA EN EL SIGLO XX Se ha visto la antigua tradicién en construccién de presas que tiene nuestro pafs, lo que no es de extrafiar, dada la extremosidad de la climatologia ibérica, que hace a los embalses piezas fundamentales para paliarla. El buen clima, ademés, hace fructifero el empleo del agua en riegos y justifica las grandes inversiones necesarias. Y por tiltimo, al encontrarse nuestro suelo en un lugar estratégico, en el camino de las grandes civilizaciones, varias de ellas han aportado su técnica, que hemos asimilado y perfeccionado. La politica hidréulica, siempre presente en romanos y drabes, ¢ intensificada con la inquietud del Renacimiento y de la Ilustraci6n, tiene en el transito de los siglos XIX al Xx sus nuevos apéstoles en Joaquin Costa y Rafael Gasset, y ya en los afios veinte, en Rafael Benjumea (Conde de Guadalhorce) y Lorenzo Pardo, gue crean en 1926 las Confederaciones Hidrograficas, con la misién de coordinar, fomentar y desarrollar las actividades hidrdulicas de cada cuenca: estudios, proyectos, construccién, explotacién y relaciones con los usuarios. Estas entidades subsisten con ciertas adaptaciones para acoplarlas a las compe- tencias de las Comunidades Auténomas. 10 (CUESTIONES GENERALES En el cuadro 1-3 y figura 1-1 se resume el ntimero de presas construidas y las capacidades de embalse en cada década desde 1901 a 1990, con una estima- cidn hasta el 2000. Desde 1950 se produce un impresionante crecimiento absoluto y relativo, con un total de 581 presas construidas en treinta afios (casi 20 por affo), y un maximo de 203 presas en la década 60-70. En la década 81-90 se han terminado 157 presas (unas 16 anuales), que todavia es un buen ritmo, aunque algo menor que el anterior, lo que es \6gico después de un largo periodo de gran intensi- dad constructora, una vez alcanzada una mejora sustancial de la regulacién, aunque todavia haya que perfeccionarla. Esta causa, unida a una cierta oposicién ecologista, se ha acentuado en la década 1990-2000, en la que se estima se Cuadro 1-3, PRESAS ESPANOLAS DESDE 1900 Segtin datos del Inventario del MOP de 1991 (*) (A.31) | 5 Construidas en la década (**) Fin de aiio Num. presas | hm’ embalse — > Num. presas hm’ embalse 1900 57 106 _— — 1910 74 194 17 (30) 88 (83) 1920 119 990 45 (61) 796 (410) 1930 165 1.667 46 (39) 677 (68) 1940 209 4.030 44 (27) 2.363 (142) 1950 272 6.020 63 (30) 1,990 (49) 1960 461 18.046 189 (69) 12.026 (200) 1970 664 36.798 203 (44) 18.752 (104) 1980 853 41.597 189 (28) 4,799 (13) 1990 1.010 49.195 157 (18) 7.598 (18) 2000(°*") 1.152 55,208 142 (14) 6.013 (12) (¢) Hasta 1990. Estos datos presentan algunas diferencias con los del Cuadro 1-2, por criterios de registro. (*) Entre paréntesis: % de incremento respecto al comienzo de la década. (77) Para la estimacién de la década 1990-2000 se ha partido de los datos hasta 1996 recogidos en los. numeros de la ROP dedicadas a los Congresos de la ICOLD en Durban (1994, A.***) y Florencia (1997, A"): Presas en explotacién en 1990 1.010 Prosas construidas entre 1991 y 1996 107 07 En construccién en 1996 35 1182 Dado que desde 1995 esta practicamente paralizada la construccién de nuevas presas, se supone que a lo'sumo se podrdn poner en explotacién las 35 en construccién. Embalse estimado en el 2000 55.208 hm* Aportacién media conjunta delos rios ‘110.000 hm? Cooficiente de regulacién 50% 11 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Cuadro 1-3. PRESAS ESPANOLAS (continuacién) DISTRIBUCION SEGUN ALTURAS 2 200m 1 presa 2150 < 200 m 2 presas 2100<150m = 34 presas * 2 75<100m= 73 presas 2 50< 75m= 128 presas Total: >50 = 238 presas Presa més alta: Almendra (Iberduero, rio Tormes) = 202 m Capacidad de embalee = 2.648 hm3 MAYORES EMBALSES Maximo actual: La Serena (rio Zujar) = 3.282 hm? (88,45 m. Afio 1989) J.M, Oriol - Aleantara (Iberdrola, rio Tajo) = 3.162 hm® (135 m. Afio 1969) Hay: 2embalses > 3.000 hm? Tembalse > 2.000 < 3.000 hm* 6 embalses > 1.000 < 2.000 hm* { 15 embalses > 500 < 1.000 hm* | 24 embalses > 500 hm? Estas cifras son en conjunto las mayores en Europa occidental. PROPIEDAD (inciuyendo presas en construccién en 1991) fad total de embalse) Del Estado: 343 presas y 34.471,01 hm? (62,44 % de la cap: De particulares: 577 presas y 19.533 33 hm? (35,38 % idem id.) Otros organismos: 220 presas y 1.203 75 hm® ( 2,18 % idem id.) Total: 1.140 presas y 55.208,09 hm? ( 100 % de la capacidad total de embalse) Nora: Otros organismos incluye: Autonomias, Ayuntamientos. (°) Enel Cuadro 1.2 figuran 40 presas > 100 m. terminarén 142 presas. Es de notar que desde 1995 prdcticamente no se han contratado nuevas presas, Jo que tendrd considerable efecto en Ja década si- guiente. Entre 1950 y 1970 se hicieron casi todos los embalses de mayor capa- cidad (el de La Serena, con 3.232 hm’, se termind en 1989), pasando la total de 12 (CUESTIONES GENERALES ne hm3 1.200 60 1.000 - 50 40 30 500 j 20 ~ S i eS / ~ 10 fearac. EMS: - 1900 1950 2000 Fig. 1-1. Evolucién del numero de presas en Espafia 6.146 hm* a 37.150 hm’ (seis veces mds). La capacidad estimada para el 2000 es de 55.208 hm’, un 49 % mayor que en 1970. Una buena parte de las presas de aquel perfodo tenfan como objetivo la produccién de energfa eléctrica, que se multiplicé por 10 de 1945 a 1970. Por ello, aproximadamente un 40 % de la capa- cidad total actual es de ese origen. A partir de 1970 la produccién de nueva energia hidroeléctrica cay6, en parte por efecto natural de? propio desarrollo conseguido, pero también por decisiones de prioridad de otras fuentes no autéctonas y consuntivas. La capacidad total de los embalses prevista en el 2000 representa el 50 % de la aportacién anual media de las cuencas peninsulares, que es de 110.000 hm* (A. 28). Si esta regulaci6n estuviera equitativamente repartida, supondria la regulacion de los caudales en un afio medio, pero el desigual reparto regional y local hace que algunas de las cuencas queden escasas de regulacién, sobre todo en afios secos, mientras otras disfrutan incluso de una cierta interanualidad. 13 (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Gracias a la regulacién conseguida, aunque todavia incompleta y desigualmente distribuida, las largas sequfas de las dos tiltimas décadas tuvieron consecuencias moderadas 0 poco apreciables en gran parte del tertitorio, aunque fueron duras en algunas zonas rurales y aglomeraciones menores, en contraste con la década 1940-1950 en la que, con sélo 4.154 hm! de embalse a su comienzo, las restricciones de agua y de cnergfa fueron habituales, incluso en afios normales, y dramiticas en los secos, y afectaron a la totalidad del pats. La necesidad de regulacién en Espafia es notablemente mayor que en otros paises europeos mas al norte. Mientras que la retencién de agua por el terreno (regulacién natural) es del 34 % como media en Europa, en Espajia es solamente del 9 %. Por consiguienté, un 25 % de la proporcién de embalse respecto a la aportacién ha de dedicarse a compensar el defecto de regulacién natural de nuestros rfos respecto a los curopeos. De haber dispuesto de la regulacién natural de éstos, nuestro coeficiente de regulacidn seria equivalente al 67 %, que permitiria alcanzar una mayor regularidad interanual, aparte de que se contarfa con una base mas alta de regulacién inicial mas igualatoria en todo el territorio. Cierto es que entonces quiza no bubiera existido el estimulo para hacer tantos embalses y tan importantes, segiin el conocido esquema estimulo- reaccién de Toynbee. Se estima la capacidad total obtenible en unos 70.000 hm*, un 40 % més de la disponible en 1990, con cuya capacidad se mejorarfa notablemente la regulacién interanual y la laminacién de avenidas, y quedarfan, ademés, mejor repartidos los beneficios entre las distintas cuencas. Se estn haciendo inventarios de embalses atin posibles, y quiz resalte superada esa cifra, aunque la viabilidad concreta de cada presa y su dimension definitiva vendran determinadas por la coyuntura econémica general, el impacto ambiental y Ja utilidad local o regional concreta de cada embalse (A.33) Aproximadamente un 40 % de la capacidad actual embalsable corresponde a embalses hidroeléctricos (exclusiva o preferentemente), que es una de las proporciones més altas de Europa y del mundo. Ese porcentaje decrece, dada la menor actividad hidroeléctrica. En 1940 era el 60 %. El mimero de presas construidas da una relacién’de mas de dos por cada 1.000 km*, lo que hace a nuestro territorio una especie de Suiza, con lagos attificiales. Todo el que haya sobrevolado Espafia ha podido constatar que en cualquier vuelo (si la atmésfera lo permite) se ven varios embalses de mayor 0 menor entidad. Respecto a actividades futuras, todavia quedan centenares de presas por hacer, sobre todo en dos aspectos fundamentales: Ia regulacién general y la proteccién contra avenidas, es decir, aumentar los minimos y aminorar 14 CUESTIONES GENERALES Jos méximos; 0 més vulgarmente, la lucha contra Jas sequias y las inunda- ciones Para el primer objetivo habran de construirse embalses de capacidad media repartidos en el territorio y quiz recrecer algunos existentes al objeto de mejorar los caudales minimos y su garantia interanual, y al propio tiempo corregir las desigualdades actuales; presas de menor entidad pueden ser utiles para regular cuencas parciales que queden fuera de la influencia de los grandes embaises, bien para abastecimiento de agua o pata laminacién de avenidas. Esta tltima funcién, considerada hasta ahora como subalterna y comple- mentaria en algunos embalses (margen de capacidad de reserva) deberd adquirir una importancia creciente. Por una parte, asignando un mayor papel de los embalses actuales en la laminaci6n de avenidas, incluso a costa de otros bene- ficios directos tangibles, o recreciéndolos para ése y otros objetivos. Y también, mediante nuevas presas dedicadas exclusiva o preferentemente a la laminacién. Para ese uso podrn ser titiles muchas cerradas de permeabilidad dudosa, no aptas para una retencién prolongada, pero sf para este tipo de regulacin esporddica y breve en Ia que tanto da que el caudal salga por los desagiies o filtrado por el terreno, pero al fin regulado. Presas de modesta envergadura pueden resolver la proteccién de Areas locales de cultivos o poblados, con o sin otro uso re- gulador. La politica de laminacién de avenidas ha de venir légicamente comple- mentada con la de ordenacién y proteccién de cauces. La necesidad de una ordenacién se hace cada dia més acuciante: las edificaciones y usos del suelo van ocupando cada vez mas un espacio que «es» del rio y éste se encarga de recordarlo después de afios de «ausencia», exhibiendo el mas eficaz documento de propiedad: la ocupacién. Complementaria de esta politica de ordenacion habré de ser la de construccién de protecciones y nuevos cauces para avenidas que en perfodo normal se pueden utilizar para usos recreativos 0 zonas verdes inundables. En cambio, es de prever una disminucién de las actividades tradicionales en nuevos regadios y centrales hidroeléctricas, En fos primeros, mas bien buscando un aumento de la garantia y un ahorro del consumo gracias a una mejor gestién que un incremento importante de extensién. Y en los segundos, ampliaciones de potencia o nuevas minicentrales, con poco requerimiento de nuevas grandes presas. Otra actividad importante y creciente con el tiempo sera la conservacién y eventual reparacién o refuerzo del gran numero de presas existentes, que cada vez serén més antiguas, problema que se desarrolla mas adelante. Ver més detalles y datos en A. 33. 15 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 1.5. IMPORTANCIA TECNICA, ECONOMICA Y SOCIAL Como ya se ha dicho, las presas son quiz las obras mas grandes ¢ impor- tantes. Sus dimensiones, el hecho de que estén destinadas a contener agua (que se escapa facilmente por cualquier grieta), las enormes cargas que han de soportar (incomparablemente mayores que cualquier otra obra, como se vera en el capitulo 3) y la necesidad de hacerlas en tetrenos naturales complejos y a veces con dificultades geoldgicas, contribuyen a que los problemas a resolver exijan una elevada tecnologia y especializacién. Esta no es degradante, por lo monografica, sino todo lo contrario; el especialista en presas (el presista) requiere conocimientos amplios de varias ciencias y técnicas: mecdnica de materiales, reologia, geologfa, mecdnica del suelo y de las rocas, hidraulica, hidrologfa, etc. La especializacién consiste en saber conjuntar tan complejas y distintas materias para lograr ese ser singular que es una presa. Eso convierte en apasionante el trabajo técnico relacionado con ellas: el que se inicia en una presa va adqui- riendo una cierta «drogadiccién», que se intensifica con la dificultad y novedad de los problemas a resolver y con la fuerte atraccién que tiene el contacto con la naturaleza, pues las presas estén plenamente inmersas en ella. A ello se afiade la necesidad de disponer de varios especialistas en las distintas materias en un trabajo en equipo, con el consiguiente enriquecimiento personal que ello conlleva. Otra caracterfstica muy seflalada de las presas es su gran utilidad econé mica y social. Cada vez més, las presas sirven para varios usos, pero incluso cuando se destinan a s6lo uno, el efecto de su embalse se extiende automatica- mente a otros beneficios, aunque sean indirectos, como la contencién de avenidas. Por ello, las grandes presas encabezan teal y simbélicamente los grandes planes nacicnales y regionales, a los que incluso legan a dar nombre; piénsese lo que es la presa de Assuan para Egipto no slo en economia, sino en politica, por lo que ha tenido hasta repercusiones internacionales. Una presa de esa importancia puede ser decisiva para un pafs y constituir incluso un simbolo de su capacidad creadora o de una politica nacional. Social y econémicamente Jas presas son las construcciones que mas bene- ficios dan, y de aqui su valor politico. Y es porque el regular el agua, el darla cuando falta mientras se contiene cuando pueda dafiar, es un bien inmenso del gue se derivan varios otros: riegos (alimentos), energia, proteccién de campos y ciudades, abastecimientos de aguas, etc. 1.6. EFECTOS AMBIENTALES Y SOCIALES No hay actividad, por titil que sea, sin efectos negativos; si s6lo aceptésemos emprender acciones seguras, nuestra vida quedarfa paralizada: no podrfamos 16 CUESTIONES GENERALES viajar, ni calentarnos, ni siquiera andar, puesto que todo entrafia un riesgo. Una actividad debe juzgarse por el conjunto de sus consecuencias y decidir a la vista del balance. Esto es de elemental sentido comtin, y parecerfa superfluo decirlo si no fuese porque se ignora por algunos grupos extremistas que sdlo juzgan por lo negativo y se oponen, por sistema, a la construccién de nuevas presas. Estas, como toda obra, producen una modificacién del medio natural: exca- vaciones, instalaciones, la misma presa y, sobre todo, la inundacién del valle aguas arriba y el cambio de régimen del rio aguas abajo suelen ser los efectos més importantes, La retencién del agua es el objetivo mismo de la presa; gracias a ella se amortiguan o suprimen los dafios de las avenidas, se palfan los estiajes y sequias, se riega y se produce energia. Pero al retener el agua se retienen también las particulas s6lidas que arrastra o lleva en suspensién, que quedan acumuladas en el embalse; y la inundacin hace desaparecer la biota natural y, sobre todo, el habitat y actividad humana. Los efectos puramente materiales (sustitucién de carreteras, edificios, ete.) se plantean y deciden con niimeros, como contrapartidas de los beneficios; si la compensacién no es suficiente, el embalse no se hard. Pero los problemas humanos, el desarraigo de Jas familias que han nacido, crecido y quiz4 enve- jecido en un sitio, tiene otra calidad inconmensurable, no reducible a simples niimeros, y exige la m4xima comprensién y un enfoque humano y social del problema. Si la sociedad impone a unos pocos un sacrificio para beneficiar a muchos, debe hacerlo sin abusar y tratando de paliar y compensar los dafios en la medida de lo posible, con razonable y generosa comprensién. Como en lo humano se dan todos las matices, también es cierto que a’ veces hay agita- dores en rfo revuelto y abusos en sentido contrario, pero el problema de fondo es fehaciente. Aunque algunos embalses se hacen en zonas deshabitadas poco productivas, la extensién creciente de los asentamientos humanos Ilevard a un incremento de los problemas, sobre todo en pafses desarrollados; y en algunos casos, podrén llevar a desistir de hacer un embalse. En algunos casos muy concretos y aislados pueden ocasionarse pérdidas del valor ambiental de dificil reparacién o sustitucién, lo que obligaré a analizar en profundidad la posibilidad de minimizar estas pérdidas, desistir de los beneficios de la presa o buscar posibles alternativas. Andlisis este de dificil conerecién y que ha de realizarse con un equipo multidisciplinar, pero alta- mente cualificado y conocedor profundo del valor real de los elementos que han de compararse. No vale, a la hora de hacer juicios de valor, comparar los efectos de la construccién de una presa con Jos de otra, sin analizar en toda su magnitud las diferencias sustanciales entre ambas. CUESTIONES GENER ALES Y BASICAS El aterramiento de los embalses se ha convertido en un auténtico tdpico, que ha conseguido un desafortunado eco, quizé por lo Ilamativo y primitive de su planteamiento, que toma la excepcién como regla, sin més andlisis. La mayor parte de los embalses espafioles tienen una vida estimada superior a los 200 afios; slo algunos insulares y mediterraneos con cauces rdpidos y poca vege- tacién pueden sufrir antes pérdidas de eficacia por aterramiento parcial pero, salvo algtin caso excepcional, serdn utiles durante décadas. Como esas cuencas son fértiles y con gran desigualdad hidrolégica, el efecto de los embalses es muy beneficioso, aunque no sea tan duradero como en el resto. Otro leit-motiv reiterado es preconizar sustituir los embalses grandes por varios pequefios. En primer lugar es dudoso que con eso los impactos ambientales fue- ran menores, pues precisamente los pequefios son los que més pronto se aterran; pero es que un embalse no es como una casa, que se puede construir en cualquier sitio, sino que los emplazamientos aptos para hacerlas estén en determinados lugares y no cabe sustituirlos por otros menores, porque quiz no sean posibles. Por tiltimo: fa inundacién cambia el paisaje, pero no forzosamente a peor. Un planteamiento sensible e inteligente puede llevar a mejorarlo en la mayorfa de los casos, aprovechando la creacién de un lago, que en sf tiene valores estéticos, depor- tivos y de disfrute, como sucede en varios embalses y se extender cada vez mas. ‘Todos estos temas se abordan con mayor detalle en ef capitulo 4. 1.7. CONCEPTOS SOBRE SEGURIDAD La seguridad absoluta es un concepto limite inalcanzable. De ninguna obra se puede asegurar su inalterabilidad y resistencia en cualquier circunstanci: siempre puede darse una inesperada que cause el deterioro o su ruina, Esta inseguridad empieza en el propio hombre, que lo tinico que tiene seguro es su inseguridad final: su muerte. Una obra debe tener garantizada su permanencia frente a las solicitaciones previsibles, incluso extremas, pero esa previsién ha de tener un limite. Un ejemplo claro: al construir una casa ha de asegurarse su integridad frente a la Hluvia, el viento, la nieve y las sobrecargas que va a soportar; pero, aunque con una probabilidad bajfsima, podria suceder que cayera sobre ella un meteorito, 0 un satélite artificial que falle. Sin embargo, a nadie se le ocurre construirla para resistir tal eventualidad, casi absurda. Pero incluso dispuestos a llegar a ese extremo de seguridad, todavia entraria en juego una nueva incertidum- bre: el tamaiio del meteorito, que puede variar entre unos gramos 0 muchas toncladas. E ejemplo es extremo, absurdo, pero sirve para hacer notar que siempre, en cualquier circunstancia, quedard un riesgo, por remoto que sea. Por eso, cuando se analiza la seguridad de una obra, hay que llegar a un Ifmite razo- 18 CUESTIONES GENERALES nable en las hipétesis, cuya superacién sea tan remota, tan poco probable, que se acepta ese riesgo. No se puede ahora entrar a fondo en este profundo tema, pero si afiadir algunos conceptos fundamentales para poder establecer mas adelante, en el desarrollo de los distintos temas, los criterios légicos sobre la seguridad deseable. El grado de seguridad fijado para una obra, esto es, el Ifmite de riesgo aceptable, no depende s6lo de las circunstancias externas a ella, sino también de su importancia, su utilidad y de las consecuencias que su destruccién o deteriora producirfan. Una presita elemental de ramajes o piedras para derivar agua de un torrente a una pequefia acequia tiene una fnfima seguridad: cualquier pequefia crecida, un tronco de Arbol flotante, pueden destruirla, pero el dafio aguas abajo serfa nulo o insignificante, y su reconstruccién o reparacién, inmediata y fécil. En cambio, serfa inconcebible hacer una presa importante con similar inseguridad Al plantearse el grado de Seguridad exigible hay que tener en cuenta que toda presa tiene un triple valor: + En primer lugar, su coste de construccién, que suele ser elevado, asi como el tiempo necesario para ella, Su destruccién significarfa la pérdida de ese dinero y ese tiempo, si se quisiera reconstruir; y lo mismo se puede decir en menor escala de una reparacién de un dafio parcial. * Lucro cesante. La presa se hace para servir a uno o més usos; si desa- parece, cesa la utilizacién; incluso una averia o destrucci6n parcial que obligase a bajar temporalmente el nivel del embalse supondrfa una limi- tacién y/pérdida en la explotacién durante el tiempo necesario para repararla. Estas pérdidas suelen ser muy importantes, no s6lo econémica, sino socialmente, e incluso superiores al coste mismo de Ia presa; basta imaginat lo que significaria para una ciudad quedarse sin agua potable, 0 unos agricultores sin riegos. * Dafios a terceros. La destruccién total 0 parcial de una presa supone el vaciado brusco del agua contenida y su vertido al cauce; 1a onda formada se. transmite hacia agua abajo con una altura y velocidad con alto poder destructivo, que puede afectar a varios kilémetros, hasta que su expan- sién amortigtie su altura y velocidad. Los dafios pueden superar, con mucho, el coste de la presa y, sobre todo, pueden producirse victimas humanas (*). (*) La rotura de la presa de Teton (USA) en 1976, produjo unos datios diez. veces superiores al coste de construccién de Ja presa, aunque sin muertes. 19 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Cuanto mayores sean estas componentes de dafio, tanto menor sera el riesgo aceptable. Nétese que, por el contrario, en e] ejemplo de la presa elemental, esas componentes son minimas, y por eso puede aceptarse un cierto riesgo de rotura. En las presas operan también condicionantes psicolégicos y politicos: causa mayor efecto una catdstrofe originada por una presa que otra de nimero similar de victimas producida por un accidente aéreo. Y ello es —aunque el ptiblico no lo analice~ por un matiz psicolégico: el usuario de un avién conoce que corre un riesgo muy pequefio y circunstancial, pero lo sabe y lo acepta, porque es insignificante frente al beneficio del transporte. Pero el que vive aguas abajo de una presa no siempre se beneficia de ella y el riesgo suele ser impuesto. Lo concerniente a las presas tiene, ademds, un cierto cardcter telirico, tanto para bien sus grandes beneficios sociales~ como para mal —la inundacién debida a su rotura-. El riesgo del transporte tiene un cardcter artificial y admi- sible; el riesgo de una presa influye en el énimo como una provocacién a las poderosas fuerzas de la naturaleza, Por todo ello, la seguridad que se exija a una presa debe ser mas elevada que la de otras estructuras: un puente, si se cae, no afecta mas que a los que estén pasando por é1 0 a los préximos a su vertical, y la interrupcidn del trafico puede paliarse con desvios, mientras que una presa es insustituible. Por esto, la responsabilidad del que proyecta, construye o explota una presa es més sefialada que en otras estructuras; pero no debe producir agobio, pues la técnica dispone de grandes recursos, y siguiendo sus normas no debe tenerse mas preocupacién que en cualquier otro campo. Eso sf, esa tecnologfa exige conocimientos mas amplios y complejos que en otras obras. En los § 1.12 y 3.11 se trata de la reglamentacién vigente sobre este asunto. 1.8. NUEVOS ASPECTOS DE LA SEGURIDAD: EL ENVEJECIMIENTO DE LAS PRESAS. Al correr de los afios, las presas van envejeciendo, y sus materiales se deterioran. Y precisamente en los paises que han ido por delante en el desarrollo presistico es en los que el problema sera mas agudo, pues el envejecimiento de las presas construidas en los perfodos de mayor actividad coincidiré con otros tiempos en que ésta sera forzosamente mas reducida, con Io que po- 20 aeons apr s agt Slane ced 3S 3 (CUESTIONES GENERALES GIBLIGTGCR drd llegar a igualarse el ritmo de construccién de nuevas presas con el de enve- jecimiento de las anteriores, dando lugar a un cambio de planteamiento de la seguridad. El envejecimiento de las presas plantea varios problemas, ademés de su deterioro: 1) 2) 3) 4) 5) Cada presa ha sido proyectada y construida segtin los conocimientos de la 6poca. La experiencia ha ensefiado que algunos de éstos eran imper- fectos. lo que se ha tenido en cuenta en las construidas después (la tecno- logia evoluciona y se perfecciona con la experiencia, incluso con la negativa). Algunas presas consideradas suficientemente seguras hace cincuenta afios (incluso menos) pueden plantear dudas segiin los cono- cimientos actuales. Por el hecho de haber transcurrido unos afios desde su ereccién, la presa puede haber suftido deterioro en sus materiales, o inchiso ave- rfas. Como toda obra; las presas envejecen, y sus condiciones resis- tentes pueden verse menguadas por los mismos materiales e incluso por un cambio en Jas solicitaciones (grietas, presiones intersticia~ les, etc.), El cauce aguas abajo de la presa puede haber cambiado sustancial- mente, con nuevas viviendas, fabricas, cultivos, etc. La tercera componente del valor puede haber Ilegado a ser tan importante que obligue por sf sola a una reconsideracién de la seguridad existente. Los tres apartados anteriores se refieren a cada presa individwalmente. Pero a esas consideraciones hay que afiadir la importancia para el colec- tivo nacional del incremento del néimero de presas, que hace mayor el riesgo de fallo de alguna de ellas. Ademis, como al correr del tiempo van envejeciendo simulténeamente cada vez mayor niimero de presas, el problema conjunto de la se- guridad presenta un aspecto muy diferente del que tenia hace unos ailos En el Cuadro 1-4 se expone el proceso de envejecimiento del sistema de presas en Espafia, con una extrapolacién —obviamente discutible— hasta el afio 2010. Como ya se expuso en el Cuadro 1-3, se estima que entre 1990 y 2000 podrdn ponerse en explotacién unas 142 nuevas presas, pero desde 1995 hasta 1998 practicamente esta paralizada la contrataci6n, a causa de ajustes presu- puestarios coyunturaies, Superados éstos, es de esperar que las necesidades 21 (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS del pais reanudarén esta actividad, pero con ritmo mucho menor que en los anteriores perfodos de expansién. Por ello, en el Cuadro 1-4 se estiman sola- mente 70 nuevas presas desde al 2000 al 2010, un 50 % de [as de la presente década. Cuadro 1-4. PROCESO DE ENVEJECIMIENTO DE LAS PRESAS ESPANOLAS, Num. Edad Edad presas >50 aftos| -N5O (44)|4N50 1) media | medi Aiio N aN | N50 | anso | N aN deN | de N50 1950 272 63 57(") _ 21 ~ 27 50 1960 461 189 74 7 16 9 24 59 1970 | 664 | 203 | 119 45 18 22 25 64 1980 | 953 | 189 | 165 46 19 24 25 69 1990 | 1010 | 157 | 209 44 a 28 34 74 “go00 | t.t82°) 442) 272 | es | 28 aa 398) 2010 | 1.222 7o | 461 | 189 38 | 270 47 74 (*) Las 7 presas anteriores a 1900 se atribuyen a este afio, por simplicidad y porque ya han sido sometidas @ adaptaciones 0 refuerzos. Es obvio que no hay una edad que defina el comienzo del envejecimiento de una presa, pues éste varia con el tipo, la calidad de ejecucién y, sobre todo, con e] mantenimiento. Una presa debe durar 200 afios 0 més, pero bien mante- nida y con eventuales obras de reparacién o refuerzo. Se puede suponer que a partir de los 50 afios, como media, una presa requerird atenciones especiales, y ésa es la edad que —arbitrariamente— hemos fijado para marcar el umbral del envejecimiento a los fines de nuestra argumentacién que, repetimos, es més bien cualitativa, pero que ha de basarse en unas cifras, aunque sean dis- cutibles. Admitiendo ese I{mite paradigmitico, en el cuadro 4, derivado de} 3, con la extrapolacién comentada, se exponen las presas que en cada década lo superan, su proporcién respecto al total, los incrementos de presas envejecidas y construidas, y la relacién entre estos incrementos. Para completar la visién, se calcula también la edad media del conjunto de presas y de las envejecidas, y los resultados se recogen en Ia figura [-2. Se ve que ya en 1990 una de cada cinco presas tenfa més de 50 afios. En el 2000 esa proporcion de presas serfa de una de cada cuatro, y en 2010 casi de dos por cada cinco. 22 (CUESTIONES GENERALES Ne (270 %) 1500 } 2 70 60 1000 50 x 40 we 30 so 7 500 Be se 20 LA 7 neo — to t= 1950 2000 Fig. 1-2. Envejecimiento de las presas espafiolas. N = Numero total de presas. N50 = ‘AN = Incrementos en la década. jimero de presas con mas de 50 afios. La simultaneidad del descenso de ritmo de construccién con el cumpli- miento de los cincuenta afios de las presas construidas en la época de mayor actividad lleva a que en el 2000, el niimero de presas envejecidas en la década sera casi un 40 % del de las construidas en dicho plazo, pero en el 2010 el de las envejecidas seria casi el triple de las construidas. Ya el hecho de tener actualmente mds de 200 presas con mas de medio siglo y una edad media de 74 afos, representa una necesidad de vigilancia, conservacién y anélisis de Jas condiciones en que se encuentran, para evitar eventuales riesgos. Pero en 2010, el niimero de presas con més de 50 seré préximo a 500 y la edad media del conjunto de presas, de casi medio sigio. 23 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Por consiguiente, la actividad exigida por la vigilancia, mantenimiento repa- racién e incluso refuerzo de las presas de cierta edad serd importante y creciente, y no tardara mucho en igualar, y después superar, la dedicada a la construccién de nuevas presas, Todas estas atenciones y actividades se tratan en los apar- tados siguientes. 1.9. OBSERVACION Y VIGILANCIA Una presa es una obra importante y viva, sometida a agentes naturales dete- riorantes y peligrosos: luvia, hielo, temperaturas extremas, accién del agua vertiendo sobre ella, asientos del cimiento, etc. Es indispensable observar su comportamiento ante estas acciones. Las observaciones deben fijarse en varios aspectos: + El estado de conservacién de los materiales y mecanismos * Las presiones intersticiales, que son muy importantes para la seguridad. + Las eventuales filtraciones a través de la presa o de su cimiento. + Las deformaciones y corrimientos de la presa y el terreno circundante. Estas observaciones sirven para juzgar el comportamiento de la presa a lo largo del tiempo, asf como para contrastar si las hipétesis de proyecto son correctas y la estructura se adapta a lo supuesto en los cdlculos. Las observaciones suelen tener dos perfodos de atencién mAs sefialadas: los primeros afios después de construida la presa (particularmente el primer Ilenado del embalse), y cuando la obra ha envejecido, El perfodo intermedio exige, por supuesto, atencién y vigilancia, pero de una forma més rutinaria. 1.10. REPARACIONES, REFUERZOS Y RECRECIMIENTOS Cuando la observacién de la presa detecta algiin defecto, sea de los mate~ riales, del terreno, o de una desviaci6n respecto a las hipstesis supuestas, puede ser necesario acometer unas obras que, segiin su importancia, pueden ser desde una simple reparacién (renovacién de material defectuoso, inyecciones, drenajes, etc.) hasta un refuerzo de la estructura (recalce de cimientos, aumento de dimen- siones, refuerzo con cables tensados, etc.). Aun con un comportamiento correcto de Ia estructura, pueden resultar acon- sejables unas obras complementarias al cabo de todo el tiempo si se aprecia que las posibilidades de utilizacién del embalse superan a las supuestas, bien por aumento de la demanda o por haber constatado que los caudales son superiores 24 CUESTIONES GENERALES a los previstos. En esos casos puede decidirse. un recrecimiento de la presa para incrementar la capacidad y utilidad de su embalse. Un recrecimiento es una obra proporcionalmente més cara que la obra original: cuesta menos hacer una presa de 100 m de altura que construirla con 90 .m y afiadir Juego 10 m mas. Por eso, al decidir la altura de la presa hay que tener en cuenta las necesidades actuales y futuras previsibles; cuando el aumento de Ja demanda es lejano 0 dudoso, puede adoptarse Ja altura hecesaria actual, dejando para otro momento ta decisién de recrecerla, En este caso cabe intentar adoptar algunas disposiciones constructivas que faciliten el ulterior recrecimiento. Esto respecto a obras en proyecto, pues en las pre- sas ya construidas sin esa previsin, el recrecimiento ser4 una obra singular a posteriori. Es previsible una cierta actividad creciente de recrecimiento de algunas presas existentes. El recrecimiento puede venir aconsejado por el aumento de la demanda, o para recuperar la capacidad perdida por la acumulacion de sedimentos, o para incrementar Ja laminaci6n de crecidas sin sacrificar los usos existentes, y permite lograr un notable incremento de regulacién en cuencas que tienen ya utilizados los vasos importantes. Un recrecimiento puede venir también favorecido por la necesidad de un refuerzo, porque se trata de obras similares, que suelen tener actividades y partes comunes (recalce de la cimen- tacién, vaciado del embalse, tratamiento de paramentos o de la fabrica, etc.) con lo que el coste marginal del recrecimiento puede verse disminuido y resultar justificado, al conseguir al propio tiempo el refuerzo. La similitud de Ias obras de refuerzo y rectecimiento se basa en que ambas responden a la necesidad de adaptar la estructura a otras condiciones distintas a las existentes: en los refuerzos, por defectos del material o de la estructura frente a las cargas reales; y en los recrecimientos, por un aumento efectivo de las solicitaciones. 1.11. COMISION INTERNACIONAL DE GRANDES PRESAS (ICOLD) La proliferacién de presas en todo el mundo y los importantes problemas técnicos, econdémicos y sociales que plantean, ha Ilevado a constituir una entidad internacional para intercambiar experiencias y hacer llegar una mas depurada tecnologfa a todos los pafses. Fue creada en 1928. Esta entidad es conocida internacionalmente por su anagrama en inglés, ICOLD (International Commision on Large Dams), 0 en francés, CIGB 25 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS. (Comission Internationale des Grandes Barrages), que son los idiomas oficiales. En lo sucesivo utilizaremos el anagrama inglés en las referencias. En 1997 el ntimero de passes miembros era 80. La actividad que se desa- rrolla tiene fundamentalmente las siguientes formas: * Congresos Internacionales. Se celebran cada tres afios, variando su sede de uno a otro. En cada uno se estudian cuatro ¢emas, también variables, que se discuten durante las sesiones. Tanto los textos presentados (ponencias 0 rapports) como las discusiones se publican en tomos bilingiies. + Comisién Ejecutiva y Simposios, Es el 6rgano rector y administrativo de la ICOLD, y se retine anualmente, cada vez en un pais distinto. Coin- cidiendo con ella se organiza un simposio sobre un tema especifico, con bna organizacion similar a la de los congresos. + Comités Técnicos. Estan formados por vocales de distintos paises para estudiar los temas de mayor interés y actualidad. Después de consultas 0 cuestionarios a Jos pafses miembros y contando con la experiencia personal de fos vocales del comité, éste elabora y publica un texto (Boletin) para que la experiencia recogida sirva a todos los paises, particularmente a los més necesitados de ella. Algunos boletines estan traducidos al espa- jiol por el Comité Espario! de Grandes Presas, que es el 6rgano nacional de la ICOLD. La actividad de la ICOLD es de gran utilidad, pues recoge ia experiencia de paises y personas de la maxima solvencia, abarcando todo el panorama de los problemas presisticos (ver Bibliografia) Es de hacer notar que aunque los idiomas oficiales son el inglés y el francés, en los ultimos congresos y simposios el Comité Espaiiol ha conseguido esta~ blecer, a su cargo, la traduccién simuliénea directa e inversa a nuestro idioma, con la posibilidad de ser utilizado en las intervenciones orales. Los textos escritas séfo se publican en Jos idiomas oficiales. 1.12. LA SEGURIDAD DE LAS PRESAS: NORMAS Una presa es una obra que requiere una alta garantfa de seguridad, dadas las graves consecuencias que se derivarfan de un eventual fallo: la misma pérdida de la inversién efectuada en ella, fa cesacién del servicio (riegos, abas- tecimientos, regulacién, etc) y, sobre todo, los dafios directos producidos por el vaciado rapido del agua retenida, normalmente muy superiores al coste de la presa, con la posible afeccién a vidas humanas. 26 CUESTIONES GENERALES En las tiltimas décadas la tecnologia ha mejorado sustancialmemte, sobre todo en seguridad. Hasta 1975 (A.55) las roturas de presas eran el 0,7 % de las existentes, pero sélo el 0,5 % de las posteriores a 1950, y atin menos para las més recientes. La importancia econémica y social del problema ha llevado a varios paises con gran mimero de presas a promulgar unas normas de seguridad que se han de cumplir en las distintas fases de 1a vida de una presa: proyecto, construc- cin, puesta en carga, explotacién y en su caso~ abandono y puesta fuera de servicio. Las normas son variadas y de diverso enfoque segiin el pafs: al principio se preferfan detalladas, en general; ahora se tiende mas a dar principios generales y dejar su interpretacién a los ingenieros que tienen la responsa- bilidad de la presa. En Espafia se publicé en 1967 la Instruccién para el Proyecto, Construc- cién y Explotacién de Grandes Presas (A.30), que ha estado vigente hasta el 30 de marzo de 1996, fecha en la que se promulgé por la Direccién General de Obras Hidrdulicas el titulato Reglamento Técnico de Seguridad de Presas y Embalses (A. 61), en lo sucesivo citado mas brevemente como Reglamento, o Reg., seguido, si procede, de la mencién del artfculo concernido. La Instruccién del 67 descendia a detalles técnicos y cifras concretas; el Regla- mento de 1996 es genérico, centrandose en los criterios generales mas impor- tantes. Por ello, para complementarlo y servir de apoyo a su interpre- tacién, el Comité Espajiol de Grandes Presas (en lo sucesivo C.E.G.P.) viene publicando desde 1997 una coleccién de Guias Técnicas, cada una dedicada a un tema especifico, en la que se expone el estado del arte en la materia y se comentan los artfculos del Reglamento que la afectan, con unas recomen- daciones sobre su interpretacién y criterios a seguir. Estas Guias no tienen vigencia oficial, pero su respaldo del C.E.G.P. les da una indudable validez en su uso. Los titulos de las nueve Gufas y su situacién editorial se incluyen en la Bibliografia. En el texto se citan por su ntimero, a veces abreviadamente con su inicial G. 1.13. APLICABILIDAD DEL REGLAMENTO: DEFINICION DE GRAN PRESA EI Reglamento se aplica a las obras consideradas como grandes presas, 0 a aquellas que, sin serlo, sean clasificadas, en funcién de su riesgo potencial en las categorias A y B (§ 2.8). Asimismo se incluyen las balsas para residuos indus- triales y otros usos en cuanto ocupen dominio ptiblico hidraulico (art. 2.1). 27 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Segiin el articulo 3.1 se califican como grandes presas las que cumplan, al menos, una de las siguientes condiciones: — Altura superior a 15 m, medida desde la parte mas baja de la superficie general de cimentacién hasta coronacién. — Altura entre 10 y [5 m, siempre que tengan alguna de las siguientes caracteristicas: + Longitud de coronacién superior a 500 m. * Capacidad de embalse superior a | hm’ + Capacidad de desagiie superior a 2.000 m’/s. ~ Las que presenten dificultades especiales en su cimentacién o tengan caracteristicas no habituales. La calificacién sera adoptada por el organismo competente de Ja Admi- nistraci6n en el momento de aprobacién del proyecto. Las restantes presas seran calificadas como pequefias. . La calificacién tipol6gica y ta relativa al grado de riesgo se tratan en los apartados § 2.7 y § 2.8, respectivamente. El Reglamento es de aplicacién a todas las grandes presas que se proyecten © construyan a partir de su publicacién, sean de propiedad ptiblica o privada. Para las presas de propiedad privada existentes antes de esa fecha sigue vigente la Instruccién de 1967, porque no puede exigirseles, sin la debida compensacién, unas condiciones diferentes de las que regian cuando se realizaron. En cambio, las presas del Estado han de adaptarse -si no las cumplen— a las nuevas exigencias, lo que habré de hacerse segtin un proceso ordenado y progresivo, y forzosamente lento. Su primera fase ha de ser la revisi6n critica de las presas existentes (mas de 200 son del Estado) seguida de una clasificacién en una escala de prioridad, pues es obvio que no es posible acometer simulténeamente las obras de adaptacién que sean necesarias. Llegaré un momento en que se formulen unas Ifneas de actuacién para acometer tambien la adaptacién de las presas privadas al Reglamento mediante compensaciones econdmicas (subidas de tarifas), facilidades financieras o prolongacién del plazo de concesién. Esta medida no puede demorarse miticho, pues no seria légica la coexistencia duradera de presas con distintas grados de segu- ridad. Como consecuencia de todo ello, segtin se coments (§ 1.8), en los afios venideros la actividad de conservacién ¢ incremento de seguridad de las pre- sas existentes sera creciente y flegar4 a superar a la de construccién de otras nuevas. 28 CUESTIONES GENER ALES Presa y embalse de Periarrubia (rio Sil. 29 (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS “CYP 3) (euezi0beqy exonGoy op) seje0s3 op esjequs 30 Tipologia 2.1. LA PRESA COMO ESTRUCTURA Una presa es una estructura que tiene por objeto contener el_agua en un cauce natural con dos fines, alternativos 0 simulténeos, segiin los casos: + Elevar su nivel para que pueda derivarse por una conduccién (creacién de altura). + Formar un depésito que retenga los excedentes para suministrar un suple~ mento en los perfodos de escasez (creacién de embalse) o para amortiguar (laminar) las puntas de las crecidas. En general, en cuanto una presa tiene cierta altura existe un efecto de embalse, que suele ser predominante. De esto resulta que la funcién mecdnica esencial de una presa es elevar el nivel natural deLsio, de forma permanente o variable. De donde se deduce que la sobrecarga fundamental de la estructura es el empuje del agua, y que este empuje determina su concepto resistente. Como veremos (§ 3.2) la magnitud del empuje hidrostatico es de gran entidad y muy superior a las sobrecargas que soportan otras construcciones (puentes, edificios, etc.), lo que hace a la presa una estructura de especial exigencia resistente. Ota particularidad del agua como sobrecarga es que no sélo empuja, sino que penetra por cualquier intersticio, lo que se traduce no s6lo en problemas de 31 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS impermeabilidad, sino incluso en presiones internas (§ 3.3) que dan lugar a otras sobrecargas de gran intensidad y desfavorablemente situadas, que no sufren otras estructuras (en un puente, las cargas pesan y frenan, pero no penetran en el tablero) 2.2. DESAGUES-ALIVIADERO La presa retiene el agua para utilizarla, y ello requiere unos 6rganos de desagiie voluntarios para controlar esa utilizacién. A estos desagiies de explo- tacién los llamaremos tomas, y pueden ser de varios tipos y posiciones, Puede haber varias, cada una para un uso, o comunes para varios, que luego se bifurcan en otro lugar. Los caudales derivados por las tomas son los normales, préximos al medio anual 0 un miltiplo moderado de él. Una toma para abastecimiento desaguara un caudal cercano al medio, pues requiere continuidad (la regulacién diaria se suele hacer en depésitos préximos al consumo); una de riegos requerira un caudal doble o triple del medio, porque la aportacién regulada se concentra en pocos meses; y una hidroeléctrica para una central de puntas se hard para un caudal triple a séxtuple del medio (8 a 4 horas de punta diaria). Las tomas de explotacin estén intimamente relacionadas con el objetivo del embalse; éste no tendria utilidad alguna sin ellas, pues forman un todo tinico funcional, Pero junto con este objetivo de explotacién, la presa se encuentra con otro hecho, que es la necesidad de evacuar el agua sobrante de las avenidas, pues por grande que sea un embalse no hay seguridad de que no se presente una crecida excepcional que rebase su capacidad de retencién; y el problema se hace tanto mas notorio y frecuente cuanto menor sea el volumen del embalse respecto a las aportaciones de la cuenca. La evacuacién de estos caudales excedentes presenta, ademas, una carac- teristica: como los sobrantes no se presentan repartidos en un largo perfodo, sino concentrados en avenidas de duracién relativamente corta (pocos dias u horas) con caudales muy grandes, la evacuaci6n de éstos plantea problemas de gran envergadura, no sdlo por la de los caudales, sino porque la elevacién de nivel producida por la presa en el cauce crea una energia suplementaria que ha de amortiguarse de alguna forma: o naturalmente, con las erosiones consi- guientes, o artificialmente, gracias a dispositivos de nuestro ingenio para evitar tales daitos. Los Grganos destinados a la evacuacién de caudales sobrantes se llaman aliviaderos y pueden ser de varios tipos, segtin su situacién: 32 TIPOLOGIA + Aliviaderos de superficie, + Aliviaderos 0 desagiies de medio for + Desagiies de fondo. Los primeros suelen ser los aliviaderos propiamente tales en cuanto a evacuacion de avenidas, aunque se acusa una tendencia cada vez mayor a usar para ello los profundos e incluso los de fondo. Estos suelen ser mas usados pata controlar el nivel del embalse, vaciarlo total 0 parcialmente, incluso por debajo de las tomas de explotacién, descargar sedimentos acumulados en el fondo, ete. Los caudales méximos de los desagites profundos (de fondo e intermedios) suelen ser del orden de 5 a 15 veces el caudal medio, y muy grandes en los de superficie (25 a 50 veces el medio, 0 mas), aunque ya se ha dicho que hay una tendencia clara a reforzar los desagtles de fondo y medio fondo. La envergadura de los caudales y ta gran energia a amortiguar hace que este elemento aparentemente secundario y accidental, ¢ incluso contradictorio con el objetivo de la presa ~el aliviadero sirve para evacuar y la presa para retener~ se convierta en fundamental en cuanto a la concepcién conjunta de la obra a causa de su magnitud y Jos terribles efectos que trata de evitar. Hasta tal punto que en algunas presas el tipo de estructura resistente viene condicionado por el ali- viadero. Su funcién aparentemente negativa pero fundamental puede parangonarse con la de los frenos de un automévil. En éste el objetivo es el movimiento, pero no se puede cumplir con seguridad si no se dispone del control accidental de la velocidad con el efecto contrario a ella de los frenos. De igual manera, la funcién acumuladora de un embalse sélo resulta segura si podemos controlar un exceso de retencidn que Ilevarfa a su desbordamiento y posible destruccién. Esta dualidad funcional ~Ia positiva de retencin y la negativa de evacua- cién— y su correlativa traduccién técnica —estructura resistente y 6rganos hidrdulicos de desagiie- da a las presas su personalidad esencial y singular que la diferencian de otras estructuras resistentes. La presa es una estructura hidrdulica, y el ingeniero que olvidase esa cualidad tergiversarfa sustancial- mente las bases conceptuales de lo que es una presa y plantearia ésta erré- neamente. 2.3. TIPOLOGIA DE PRESAS Los diversos tipos de presas responden a las variadas formas de cumplir la doble exigencia de resistir el empuje del agua y evacuar los candates sobrantes. En cada caso, !a importancia relativa de estas dos premisas, las condiciones del 33 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS terreno y las exigencias de los usos del agua (central hidroeléctrica, tomas de riegos, etc.), y a veces la tecnologia y circunstancias econémicas del momento, dan una serie de condicionantes que llevan a la glecci ipo mas adecuad De ahi la conveniencia de disponer de varios, para acoplarse mejor a las diferentes condiciones Hagamos notar que los otros esfuerzos distintos del empuje (temperatura, sefsmos, etc,), aunque pueden ser importantes, no suelen influir en la eleccién del tipo; son solamente causas cuyo efecto hay que evaluar, o determinantes de ciertas disposiciones constructivas (juntas, por ejemplo) que no modifican el tipo. Fig. 2-1 (a) Fig. 2-1 (b) A continuacién se exponen fas soluciones posibles, segiin distintos puntos de vista. a) En cuanto a la situacién del aliviadero, éste puede estar: + Sobre la misma presa (presas vertedero) (fig. 2-la y las def cap. 20). * Independiente de ella (fig. 2-Ib y las def cap. 16). En el primer caso !a estructura esta directamente condicionada por el aliviadero. En ef segundo la estructura puede proyectarse con independencia. Pero 34 TIPOLOGIA aun en este caso hay un condicionamiento indirecto, pues habiendo la posibilidad de utilizar la presa como aliviadero, esta alternativa ha de estar presente al elegir el tipo més adecuado, atendiendo el conjunto de circunstancias. b) Respecto a la forma de resistir el empuje hidrostético, las presas pueden ser: * De gravedad, cuando el peso de la presa es notable y sirve para que, al componerse con el empuje y otras fuerzas, la resultante incida franca- mente en el interior de la base de la presa (fig. 2-2a) (*). + En arco, al objeto de transmitir el empuje al terreno en direccién e intensidad adecuadas (fig. 2-2b). Ry Re Fig. 2-2 (a) Fig. 2-2 (b) Las presas de gravedad pueden ser, a su vez, macizas o aligeradas, El nombre de las primeras es suficientemente expresivo, y suelen consistir en un perfil triangular con suma de taludes del orden de 0,75 a 0,80 (horizontal/ altura) y algo més en terrenos dificiles 0 de alta seimicidad, pero raramente superior a 0,95. Al tridngulo se le superpone un trapecio, para el paso de coronacién y para dejar un resguardo sobre el nivel maximo del embalse (fig. 5-1). Las aligeradas pretenden emplear mejor el material, lo que parece contra- dictorio con la necesidad de tener un peso estabilizador. Para equilibrar el peso que se quita con el aligeramiento, se le da un talud aguas arriba para disponer del peso adicional del prisma que gravita sobre é1 (§3.2). Ademés, se distribuye (*) Solo peso y empuje, para simplificar (otras fuerzas se verdn en el cap. 3), CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 1a masa de hormigén de forma que se logre un mayor momento de inercia en la seccién horizontal. La forma més frecuente de las presas aligeradas es la de contrafuertes verti- cales, ensanchados hacia agua arriba para formar unas cabezas en T unidas entre sf para cerrar el paso del agua y recibir su empuje (figs. cap. 9); esto lleva a estructuras mas ligeras, pero en presas el menor volumen no siempre significa menor coste. Ademés, los contrafuertes presentan mucha mayor superficie de para- mentos que una presa maciza, lo que da lugar a un mayor riesgo de meteorizacion. Todavia mayor ligereza estructural tienen las presas de pantalla plana o Ambursen (nombre de su inventor) que consisten en unos contrafuertes armados en los que se apoyan unas placas planas también armadas (fig. 9-11). Pero son més bien excepcionales, pues no dan buen resultado, precisamente por exceso de ligereza, debilidad de juntas, etc. Las presas arco pueden tener curvatura sélo horizontal o doble curvatura, que es lo mas normal, y se Ilaman también presas bévedas o ciipulas (esta tiltima denominacién menos usada). En ellas se llega a una relacin espesor en la base/altura de 0,20 o menor. La forma en arco, como veremos, se adapta muy bien a condiciones variadas de carga, incluso no previstas, lo que contribuye a la seguridad, pero exige unas determinadas condiciones topograficas y geolégicas de la cerrada, que limitan su empleo. Hay un tipo intermedio entre las presas arco y las de gravedad Ilamado arco gravedad (fig. 10-6). Estas presas tienen menor curvatura, por lo que es insuficiente para resistir el empuje por sf sola, y hay que dar a la presa un cierto peso para complementar ese defecto. Por ello, la suma de taludes suele ser de 0,35 a 0,6, intermedios entre las de gravedad y las vedas. Un tipo mixto es el de bévedas muiltiples, formado por una serie de contra- fuertes equidistantes de seccién rectangular y unas bévedas que apoyan sobre ellos (fig. 9.13). Estas son las que reciben el empuje y Jo transmiten a los contrafuertes, que han de resistir el empuje total entre dos de ellos. Las bévedas, al tener luces uniformes, pueden simplificarse en sus formas y encofrados. Este tipo viene a ser analogo al de contrafuertes, sustituyendo la pantalla o las cabezas entre éstos por bévedas, que permiten mayor separacién y menor volumen. Pero ya se ha dicho (y éste va a ser un /eit-motiv en toda esta obra) que la ligereza excesiva no siempre es més barata y puede ser perjudicial, por lo que este tipo es poco frecuente. c) En atencién al material empleado, las presas pueden ser: * De fabrica (hormigén). * De materiales sueltos. 36 TIPOLOGIA Hoy dfa las presas de fabrica son casi exclusivamente de hormigén. La mamposterfa ha quedado abolida por su carestfa (por el coste de la mano de obra), por su menor seguridad (debida a la dificultad de control y la hetero- geneidad de la ejecucién), asf como por Ia lentitud de construccién. Slo en pequefias presas y en regiones o pafses muy singulares podria darse su uso. Lo mismo, acentuado, puede decirse de la silleria y el ladrillo. Bajo la denominacién genética de presas de materiales sueltos\agrapamos varios tipos formados exclusiva o preferentemente por materiales naturales: piedras, gravas, arenas, limos, arcillas y suelos en general. Cuando el material predominante (> 50%) es la piedra gruesa se denominan presas de escollera, y cuando mas del 50 % de los materiales son térreos 0 mezclados con gravas 0 arenas, se denominan presas o diques de tierras. En general, la denominacién genérica es mas apropiada, puesto que estas presas suelen estar formadas por varios materiales, cada uno con una funcién especifica, por lo que no se pueden lamar propiamente de tierra 0 escollera. Las presas de hormig6n son impermeables (mas correcto es decir que de muy baja permeabilidad). Las de materiales sueltos suelen tener componentes permeables en alto grado (gravas, arena, escollera) por lo que necesitan un elemento para cumplir la funcién de impermeabilidad. Segtin su posicién y el material impermeable resultan distintos tipos bastante diferentes entre sf. Atendiendo a la clase y posicién del material impermeabilizante se dan los siguientes tipos: + Presas de material uniforme impermeable, 0 presas homogéneas. Son como las de gravedad de hormigén, en el sentido de que el material resistente es también impermeable (figs. 11-1, 2, 3, 4). Estas presas son minoritarias por dos razones: porque es menos frecuente encontrar el material adecuado, y porque plantean problemas de estabilidad en cuanto su altura supera los 15 6 20 m, y precisan entonces un material drenante complementario. Por eso suelen limitarse a alturas moderadas, aunque hay algunas que superan los 100 m. * Presas de materiales heterogéneos. Son las mas frecuentes, y tienen la ventaja de emplear 6ptimamente los materiales préximos disponibles, distribuyéndolos segiin sus caracteristicas. Los materiales mas permea- bles se usan como elementos estabilizadores, por su peso; los mas finos se usan para lograr un nticleo impermeable; otros se utilizan como elementos drenantes o para establecer capas de transicién (filtros). EI néicleo impermeable suele estar en el centro, en posicién vertical 0 cercana a ella (figs. 11-6a y 8). En otras ocasiones se sittia inclinado y 37 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS aguas arriba (fig. 11-66), En el cap. LI se veran las razones para cada posicién del nticleo. * Presas con pantalla 0 diafragma. Cuando no se encuentra cerca de la presa un material impermeable natural (arciflas o limos) hay que acudir a una pantalla artificial impermeabilizadora que se coloca sobre el talud aguas arriba o en el centro del dique (diafragma) (figs. cap. 12). Las pantallas mas usadas son las de hormigén armado y hormigé6n bituminoso. Las de acero y material polimérico se han empleado s6lo en muy contadas presas, por ahora. La introduccidén de otro material distinto de las tierras 0 piedras es un inconveniente constructivo, por exigir otros medios de puesta en obra. En general, sélo se acude a las pantallas cuando no hay material fino natural para hacer el nticleo, salvo en presas de escollera con cimiento de roca en las que la pantalla de hormigén armado compite econémica y funcional- mente con la solucién de ntcleo, Las presas de material suelto, cualquiera que sea éste, resisten siempre por gravedad, pues su débil o nula cohesién no les permite transmitir los esfuerzos cortantes y tracciones que producirfan los arcos. Sin embargo, algunas se constrayen con planta ligeramente arqueada, para mejorar las condiciones del nticleo y corregir algunas tendencias de separacién de los materiales en los contactés entre sf 0 con el terreno, pero no es una funcidn resistente estructural propiamente dicha frente al empnje, sino un reajuste del tipo citado. Los taludes son bastante tendidos: del orden de 1,5 a 2,0 (horizontal/ vertical) en escoffera, y 2,5 a 5,0 (o mds) en tierras. El mayor volumen respecto a las de hormigén viene compensado por la gran facilidad de obtencién y colocacién del material, por lo que con frecuencia resultan mas econémicas que las de fabrica. En cuanto at aliviadero, las presas de materiales sueltos lo tienen aparte, en principio, debido a la debilidad de los materiales, que no son capaces de resistir Ja accién erosiva del agua en movimiento. No obstante, se apunta ta tendencia, relativamente reciente, a ensayar el vertido sobre estos diques, debidamente protegidos y reforzados en ta zona vertiente, pero por ahora son sdlo ensayos y, en general, con léminas de agua de altura muy moderada y en presas con bajo nivel de riesgo aguas abajo. 2.4. CRITICA TIPOLOGICA Aunque la idoneidad de cada tipo 0 subtipo sélo se podré juzgar cuando se hayan estudiado debidamente, es obligado adelantar aqui algunas ideas basicas sobre la adecuacién de cada uno, para completar fa descripcién 38 = TIPOLOGIA, En el cuadro 2-1 se recoge la estadistica del mtimero de presas de cada tipo segtin el registro de ta ICOLD de 1998, con datos hasta 1996, asf como la altura maxima alcanzada por cada uno, y otros datos de interés, que se comentan por si solos. Se observa que la gran mayorfa (63 %) son de materiales sueltos y, dentro de este tipo genérico, el 89 % son de tierras. Les siguen las de gravedad de hormigén, con el 13 % del total, siendo los otros tipos ftancamente minori- tarios, y algunos marginales. La raz6n de esta supremacfa esté en la gran facilidad de obtencién y puesta en obra de los materiales. En realidad, salvo excepciones, todos sirven para estas presas, al menos para los espaldones, que son los que requieren ms volumen. La economia no se consigue afinando taludes, sino simplificando la seleccién, colocacién y transporte de los materiales. Ademés, estas presas se pueden construir casi en toda clase de terrenos, pues la falta de rigidez de sus materiales los hace adaptables a una cimentaci6n térrea similar a ellos, mientras que las de hormigén exigen una roca resistente y rigida como aquél. Dentro de este grupo general, hay una mayorfa de presas con niicleo, pues son las que mejor utilizan los materiales del entorno y se adaptan a cimentaciones defectuosas. Entre las de hormigén, las de gravedad, por ser las ms sencillas y no exigir condiciones singulares de la cerrada (como las bévedas) y permitir amplios desagiies por encima de ellas, son las mas usadas Las bévedas tienen un volumen menor (bastante menos del 50 %), pero su ejecucién es mas exigente y delicada, por lo que el ahorro real es menor que el de volumen; y ademas, como queda dicho, no todas las cerradas se prestan ello. Sin embargo, es de seffalar que si la proporcién general de las bévedas es s6lo un 3,6 % del total, a partir de 100 m de altura superan con mucho a las de gravedad, ¢ incluso a las de tierra a partir de los 150 m; y son 1/3 del total por encima de los 200 m, demostrando la aptitud de las bévedas para grandes alturas (supuesta una cerrada idénea) Respecto a las de contrafuertes, el ahotro de hormigén puede ser del 15 al 25 %, pero la mayor complicacién de formas, la gran superficie de encofrado, las mayo- res exigencias de cimentacién y excavaciones y las limitaciones de espacio para colocar el hormigén se traducen en un ahorro de coste mucho menor, € incluso nulo. Se afiade a todo ello el mayor deterioro al tener expuesta una gran superficie. Por eso son notoriamente minoritarias (1,8 %) y casi no se construyen ahora. Las presas de pantalla plana y las de bévedas miiltiples logran considerables ahorros de material, pero a costa de una gran carestfa de ejecucién que puede compensar la reduccién de volumen. Ademés, ya se ha dicho que son muy vulnerables a los agentes atmosféricos. Por todas estas razones son de utili- 39 (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Cuadro 2-1. TIPOLOGIA MUNDIAL DE PRESAS: Datos Registro ICOLD 1996 (A.25) pe SSsSSSsSsSsSSSsSsSFSsSSs Con la mencién de cada tipo se acompafia la sigla normalizada por la ICOLD, formada por dos letras, iniciales en francés e inglés del tipo (p.e. PG = poids-gravity). 1) NUMERO Y PROPORGION DE PRESAS DE CADA TIPO": MUNDO ESPANA Numero % Numero % Tierra (TE) 14.876 56,58 195 16,43, Escollera (ER) 1.608 6,32 131 11,04 Gravedad (PG) 3.188 12,55, 737 62,09 Contrafuertes (cay 283 411 31 2.61 Bévedas miiltiples (MV) 95 0,37 3 0,25 Boveda (vA) 923 3,63 57 4,80 Moviles (8M) 172 0.68 10 0,84 Otras 4768 18,76 23 1,94 TOTAL 25.410 100,00 1.187** 100,00 2) DISTRIBUCION TERRITORIAL: — 40 % de las presas de tierra estan en Asia, un 31 % en América y el 17% en Europa — 60 % de las presas de gravedad estan en Europa, que tiene 4 mayores de 200 my 11 con mas de 150 m. — 44 % de tas presas de boveda estan en Europa, que tiene 17 construidas con mas de 200 m y el 25 % estan en China, aunque con menos altura. 3) INFLUENCIA DE LA ALTURA EN EL TIPO: — Las PG aleanzan su maxima proporcién (1/3) entre 30 y 60 m. — Las TE-ER aleanzan su maximo predominio entre 15 y 30 m (62,10 %), y sélo son 7 las > 200 m. — Las VA superan a las PG a partir de 100 m. en proporcién de 7 a 1. — Las VA superan a las TE entre 150 y 200 m (26 contra 7). — Apartir de 200 m las VA son 1/8 de las presas de todos los tipos, 12 sobre un total de 38. Esto sefiala la aptitud de la VA para grandes alturas. 40 4) 5) PRESAS DE MAYOR ALTURA DE CADA TIPO: — Tierra (TE): - Escollera (ER): ~ Gravedad (VG): ~ Contrafuertes (CB): — Bovedas multiples (MV): — Béveda (VA): PRESAS ESPANOLAS DE MAYOR ALTURA: = Tierra (TE}: ~ Escollera (ER): — Gravedad (PG): — Contrafuertes (CB): — Bévedas miiltiples (MV): — Béveda (VA}: TIPOLOGIA 335 m. 300 m.. Vol. Presa: 58,0 hm?. Hay otras 5 mayores de 200 m y 7 entre 150 y 200 m. CHIVOR (Colombia, 1975) = 237 m, Vol. Presa: 10,8 hm* ROGUN (Tadjikistan, en construccién) NUREK (Tadjikistan, 1980) LA GRANDE DIXENCE (Suiza, 1961) = 285 m. Hay: 5 presas con mas de 200 m. 7 presas entre 150 y 200 m. ITAI PU (Brasil - Paraguay, 1982) = 192m. Hay: 12 de altura > 100 m. DANIEL JOHNSON (Canad, 1968) =214m. Hay: 5 > 200m. INGUAI (Rusia, 1980) = 272m. Hay: 3 presas con mas de 200 m, entre ellas ALMENDRA (Espafa, 1970) = 202m. GIRIBAILE, 89 m (rio Guadalimar, 1996). CANALES, 157,50 m (rio Genil, 1988}. SALIME, 134 m (rio Navia, 1956). J. M. ORIOL (Alcantara), 130 m (r(o Tajo, 1969). MEICENDE, 21 m (rio Pastoriza, 1961) ALMENDRA, 202 m (rio Tormes, 1970). (() Jnctuldas presas en construccién. Se descuentan 12 de ottos tipos, no homologadas a uno conereto. (*) La diferencia con el Cuadro 1.3 es debida a la inclusion de presas en construccién y algunas en proyecto. zacién marginal. Su empleo més adecuado, como las de contrafuertes, esta en valles anchos con buena cimentacién, en los que la uniformidad de alturas y formas puede equilibrar los inconvenientes citados. El aliviadero puede ser decisivo para la eleccién del tipo. Al tenerlo separado las presas de materiales sueltos, afiaden una carest{a que equilibra mas 0 menos (segiin fos casos) la economia que el dique propiamente dicho tiene frente a una presa de gravedad, en general. Esta puede ser mas favorable cuando la cimen- tacin es buena y las crecidas importantes, También el aliviadero puede decidir en contra de una presa arco, porque ésta sélo puede verter Jdminas de altura 4) ‘CUESTIONES GENERALES Y BASICAS moderada, y el resto exigirfa un aliviadero aparte, que puede compensar el ahorro de hormigén. La tendencia actual es hacer presas de facil ejecucién, aunque tengan mayor volumen, Los medios de construccién actuales permiten poner en obra grandes masas de hormigén, tierras o escollera, y resulta mas econémico emplear mate- riales menos exigentes y en serie que técnicas refinadas y lentas. De ahi el predominio de las presas de materiales sueltos y de gravedad. En éstas se estén empleando ahora hormigones de baja dosificacién compactados en capas con procedimientos similares a los de los diques de tierra (hormigén compactado con rodillo) para abaratar la construccién. 2.5. TIPOLOGIA DE LAS PRESAS ESPANOLAS Enel cuadro 1-1 se recoge un resumen de la tipologfa de las presas antiguas, segiin Fernandez Ordéfiez (A.8) de una forma aproximada, pues hay tipos mixtos 0 que no responden exactamente a las definiciones actuales. Por ejemplo, los romanos reforzaban con frecuencia sus presas de fabrica con un espaldén de tierras aguas abajo; y varias presas de distintas épocas tienen aditamentos de contrafuertes, pero no como elemento estructural esencial, y algo similar podria decirse de algunas bévedas (de baja altura) y de bvedas y contrafuertes. El uso de éstos es de sefialar como tendencia. Hay 7 presas que pueden considerarse propiamente de contrafuertes, y entre ellas destacaremos la de Albuera de Feria (Badajoz) y la mexicana de Aguas Calientes, ambas del xvi, que representan una originalidad para la época. Respecto a las del siglo xx, el cuadro 2-1 incluye también la distribucién tipolégica de las presas espafiolas y su comparacién con las mundiales; en el cuadro 1-3 se indicé su reparto por alturas a partir de 50 m, que incluye el 20 % de las registradas; las 37 superiores a los 100 m representan el 3 % del total. Se acusa un fortisimo contraste entre la gran mayoria de las presas de gravedad en Espajia frente a 1a abrumadora proporcidn de las presas de materiales sueltos en ef mundo. En el conjunto mundial, mas de la mitad de presas son de tierra y casi 2 de cada 3 de materiales sueltos, en general, mientras que en Espaiia solamente una de cada 6 es de tierra y una de cada 4 de materiales sueltos. En el mundo, solamente | de cada 8 es de gravedad, mientras que en Espafia son casi 2 de cada 3. Las proporciones de estos dos tipos de presas estén casi invertidas. Bien es verdad que si comparamos con el conjunto de Europa, en nuestro continente las presas de gravedad son el 34,5 % y las de tierra el 47,8 %, lo que sin aproximarse a nuestro repatto, se diferencia menos que el mundial. 42 TIPOLOGIA En los otros tipos, minoritarios tanto en Espafia como en el mundo, las diferencias son menores: se acusa una cierta preferencia espafiola por los contra- fuertes (3 % frente a 1,5 %, incluyendo bévedas multiples) trasunto quizés de la influencia hist6rica citada. Las bovedas superan la media mundial, pero su proporcién es la mitad que la europea (5 % frente al 10,5 %), pues en Europa y Japén es donde se han construide proporcionalmente mas presas arco: algo menos de Ja mitad se encuentran en Europa, en donde 1 de cada 10 presas es de este tipo. La preferencia por las presas de gravedad puede explicarse por el hecho de que las crecidas en nuestros rfos tienen una gran intensidad respecto a los caudales medios, lo que Ileva a aliviaderos proporcionalmente mas importantes respecto a la presa, lo que con una de gravedad se resuelve mAs econémica- mente con el vertido sobre ella. Por otra parte, hasta hace relativamente poco habfa cerradas disponibles con aceptables condiciones de cimentacién, lo que hacfa innecesario acudir a los materiales sueltos que exigian, ademés, aliviadero aparte, La evolucién de la propia tecnologia, por un lado, y la necesidad de construir en cerradas de peores caracteristicas, por otro, ha llevado a un empleo creciente de los materiales sueltos en las tiltimas décadas, pero antes de 1960 habfa muy pocas presas de ese tipo y de no gran altura. Es también digno de notar que frente a una fortisima desproporcién entre las presas de tierra y escollera en el mundo, en Espafia estén més igualadas, proba- blemente porque las mejores condiciones de cimentacién y los materiales disponibles, que antes operaban a favor de las de gravedad, siguen influyendo ahora favoreciendo a la escollera. 2.6. CONSTITUCION DE UN ALIVIADERO: TIPOLOGIA ‘Ya se dijo que cl aliviadero puede estar situado sobre la presa —que se Hama entonces presa vertedero- 0 aparte de ella. También se dijo que los aliviaderos pueden ser de superficie 0 profundos. Las cuatro posiciones pueden combinarse entre sf, dando lugar a cuatro posibilidades diferentes por motivo de la posici6n del aliviadero. Ya sea en una u otra posicién, un aliviadero consta fundamentalmente de tres partes 0 tramos sucesivos en el sentido del movimiento del agua (fig. 16-3). + Una embocadura 0 toma de agua, que es una obra destinada a desviar los caudales desde el embalse al aliviadero. 43 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS * Una conduccién (también llamada répida cuando es en lamina libre) que transporta el agua derivada desde la embocadura hasta un punto més o menos alejado en el que se reintegra al rio. + El reintegro al cauce, obra situada al final de la conducci6n, cuyo objetivo es hacer que la restitucidn al rfo se haga en condiciones adecuadas para que se disipe sin dafios la gran energfa cinética que adquiere el agua al descender desde el nivel del embalse hasta el del cauce. La importancia absoluta y relativa de cada una de estas obras depende de las circunstancias: en las presas vertedero, la conduccidn se reduce al paramento de la presa, 0 incluso desaparece como obra si el agua cae libremente desde la presa (en presas arco) (fig. 20-10). Las otras dos siempre existen, por su misma esencia. Cada una de estas partes tiene particularidades propias de la funcién que desempefia (caps. 20 a 23) Aparte de los cuatro tipos genéricos que resultan de J2 posicién, los alivia- deros pueden ser de tres tipos segtin su régimen hidrdulico: + En lamina libre. + En presisn. + Mixto (un tramo en presién y otro libre). La mayor parte de los aliviaderos funcionan en régimen libre. Los alivia~ deros con conduccién totalmente en presidn son minoritarios y normalmente necesitan otro complementario, para salvar la rigidez que da el régimen en presion (§ 16-9). El régimen mixto suele consistir en un tramo en presién aguas arriba y libre en el resto. Las embocaduras pueden ser, teniendo en cuenta su posicidn y régimen hidréulico: + Superficiales, en régimen libre, + Sumergidas, en régimen en presién. La mayor parte son del primer tipo En cuanto a la posibilidad de control de los caudales, ta toma (que es el elemento donde tal control puede hacerse) puede ser (figs. del cap. 20). + Con vertedero de labio fijo (vertido natural automdtico, sin control volun- tario). * Con compuertas, que permiten desaguar a voluntad. 44 TIPOLOGIA El reintegro al rio puede ser de dos tipos genéricos: + Trampolin lanzador (ms usado en aliviaderos independientes) (figs: cap. 23). * Cuenco amortiguador (usado normalrnente al pie de una presa vertedero) (figs. cap. 22). Los trampolines lanzan el agua a distancia, para alejar la zona de cafda y de consiguiente erosién. Como ademas se suelen usar en aliviaderos indepen- dientes, se consigue situar esa erasién lejos de la presa (aunque no por ello ha de dejar de cuidarse su debida estabilizacién), En los cuencos amortiguadores se utiliza el resalto hidréulico para absorber parte de la energia de la corriente. Todos estos tipos genéricos y sus obras parciales pueden combinarse de muchas maneras, dando lugar a una variada tipologfa que permite elegir en conjunto y en detalle ta solucién idénea para cada caso. 2.7. TIPOLOGIA OFICIAL EI Reglamento clasifica las presas segtin los siguientes tipos (entre paténtesis, las abreviaturas usadas por la ICOLD): a) Materiales sueltos, tanto de tierra (TE) como de escollera (ER). b) Gravedad (PG). c) Contrafuertes (CB). d) Béveda (VA). e) Bévedas miiltiples (MV). £) Mixtas. 2) Moviles (aquellas cuya altura est4 predominantemente debida a las compuertas). 2.8. CLASIFICACION DE LAS PRESAS SEGUN SU GRADO DE RIESGO El grado de seguridad exigible a las presas no debe ser uniforme, sino adecuado a su importancia, al servicio que presta y, sobre todo, al riesgo 45 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS potencial que resultarfa de su eventual fallo. Por ello, tanto las hipétesis de célculo como los coeficientes de seguridad a aplicar en jas distintas circunstancias de la presa (normales, accidentales y extremas) no solo deben variar con éstas, sino tambien con el riesgo potencial. E] Reglamento (art. 3.2), de acuerdo con la Directriz de Planificacién de Proteccién Civil ante el Riesgo de Inundaciones (A.57), distingue tres categorias a este respecto: — Categoria A. Presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto puede afec- tar gravemente a nticleos urbanos 0 a servicios esenciales, asi como producir dafios materiales ¢ medioambientales muy importantes. — Categoria B. Presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto puede oca sionar dafios materiales 0 medioambientales importantes afectar a un reducido ntimero de viviendas. — Categoria C. Presas cuya rotura 0 funcionamiento, incorrecto puede ocasionar dafios materiales de moderada importancia 0 sdlo inciden- talmente pérdida de vidas humanas. En todo caso, a esta categoria perte- necerdn todas las presas no incluidas en las A 0 B. La primera categoria incluye las presas cuyos riesgos derivados de la rotura son inaceptables, como serfan los siguientes: 46 + Destruccién de edificios o de equipamiento de un barrio 0 conjunto comercial o industrial importante que, aparte de la misma destruccién, dejarfa a mucha gente sin empleo o con precisién de traslado. * Destruccién o interrupcién duradera del abastecimiento de agua a una comunidad importante, sin alternativa sustitutoria viable. + Destruccién o graves dafios en un conjunto histético-artistico de aito interés sin posibilidad de protecci6n o traslado previo. + Efectos graves irreparables en el ambiente. + Pérdida de vidas probable por el ntimero de los afectados o por falta de garantia de aviso previo para la evacuacién. A este efecto la ASCE (D.3) da los siguientes tiempos mfinimos de seguridad desde Ja rotura de la presa a la Ilegada de la onda a Ia localidad, en funcién de la poblacién afectada. TIPOLOGIA, Poblacion | Tempo minimo 50 2 horas 100 4 horas 500 8 horas 1.000 12 horas En el otro extremo, la categorfa C comprende las presas de poca importancia y riesgo, exclusiva o preferentemente cefiido a la propia presa, esto es, al pro- pietario de ella, por lo que la decision de aceptar un cierto grado de riesgo es mas facil. En general, se trata de presas de menor altura, aisladas o lejanas 47 Fuerzas actuantes Las solicitaciones que acttian sobre wna presa son las siguientes: 1) Peso propio. 2) Empuje hidrostatico 3) Presi6n intersticial y subpresién. 4) Efectos térmicos. 5) Sefsmos. 6) Empuje de sedimentos. 7) Oleaje. 8) Empuje del hielo. Las cinco primeras son destacadamente las de mayor importancia y las que més influyen en las dimensiones y seguridad de la presa; las otras tres son de efecto muy secundario, en general. A todas ellas hay que affadir las reacciones del terreno, que han de equilibrarlas. * 3.1. PESO PROPIO Es la primera fuerza obligada en toda estructura. En una presa acttia como fuerza pasiva, fundamental y permanente que colabora en la estabilidad. A\ hacer el proyecto estd relativamente bien definida, con los matices que vamos a comentar. (@) Al redactar esta 42 edicién no esta publicada ain la Gufa n.° 2, Criterios para Proyectos de presas y obras anejas. Los criterios y tecamendaciones que aquf se expresan estén basados en la préc- tica comtin y, en algunos casos, en la Instruccién de 1967, que es una buena referencia, en general 49 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS El peso depende de la forma y dimensiones de la presa y del peso especifico de los materiales. La forma y dimensiones se definen en el proyecto, pero la profundidad de cimentacion puede variar al hacer la obra, y con ella el peso propio. En cuanto al otro componente (peso especffico) hay que distinguir si se trata de hormigén o de materiales sueltos. La densidad del hormigén varia entre limites relativamente restringidos, y en ese sentido se conoce bastante bien el orden de magnitud en el proyecto; sin embargo, las presas de gravedad, como se verd, son muy sensibles a este factor, por lo que conviene ser prudentes en esa estimacién. Hoy dfa es comin obtener hormigones de 2,5 y hasta 2,55 -estos tiltimos en los compactados con rodillo— por lo que parece puede tomarse una densidad de 2,4 a nada que se conozca que el hormigén va a hacerse correctamente. Sin embargo, las galerfas, que hoy dfa se dimensionan con amplitud (§ 5.10), cémaras de vélvulas, etc., suponen un aligeramiento que, de no tenerlas en cuenta en una primera estimacién antes de definirlas, aconsejan una redaccién de la densidad en 0,1. Por ello, salvo que el conocimiento def hormigén que se va a fabricar asegure un peso especifico mayor, un valor prudente recomendado es 2,3. En la duda, més vale quedar del lado de Ja seguridad que buscar una pequefia economfa (ver cap. 6). En todo caso, una vez definidos los detalles del proyecto es conveniente comprobar los cAlculos con la densidad y los aligeramientos reales. En las presas de materiales sueltos las dimensiones dependen fundamen- talmente de los materiales, que tienen una amplia gama de variacién, no sélo de peso, sino de caracterfsticas, que pueden influir mas que aquél. Por ello, al proyectar la presa, deben conocerse, al menos con cierta aproximacién, las caracteristicas de los que se van a emplear. Luego, en la obra, a veces es preciso cambiarlos por imperativo de los que se encuentran en las proximidades, y en tal caso hay que reajustar el proyecto. Tanto en el caso del hormigén como en el de materiales naturales hay que hacer controles sistematicos en obra, y cuando las diferencias de peso superen el 2 %, debe revisarse si afectan al comportamiento de la presa. 3.2. EMPUJE HIDROSTATICO Es la fuerza activa fundamental en una presa. En una seccién transversal a ella tiene dos componentes, horizontal (H) y vertical (V), siendo la primera la més importante en tas presas de hormigén, y la segunda en las de materiales sueltos, en general. El empuje del agua est4 siempre bien definido por condiciones geométricas muy simples, que se exponen a continuacién. 50 FUERZAS ACTUANTES La presién del agua sobre una superficie es normal a ella, y su efecto equivale al peso de la columna liquida de seccién unidad que gravita sobre cada punto. La fuerza actuante sobre una superficie dS de ancho unidad normal al papel sera ydS, siendo y la profundidad bajo el nivel de agua (*). Si a es el Angulo que forma la superficie con Ja vertical, esa fuerza elemental tiene dos componentes (fig. 3-1) dX =ydS cos 2=ydy dY =ydS sen 2=ydx Fig. 3.1. Integrando esas componentes en todo el paramento aguas arriba (supuesto curvo para mayor generalidad) en una rebanada transversal a la coronacin de ancho unidad se obtienen las dos componentes H (horizontal) y V (vertical) del empuje total sobre la presa (fig. 3-2) u=f ydy =area Obe= o v-[? ydx=irea Oab ° La componente H es la misma que tendrfa la presa si tuviera un paramento vertical, y su ley es triangular, con resultante situada a los 2/3 de la profundidad total; por tanto, una presa tiene siempre el mismo empuje horizontal cualquiera que sea la forma de su paramento. (*) En toda esta obra se toma el agua con densidad 1. En los casos excepeionales en que no sea asi, la correccién es fécil e inmediata. St CUESTIONES GENERALES Y BASICAS. La componente vertical V es el peso del prisma de agua que gravita sobre el paramento. Si es plano (fig. 3-2), esta componente es V = h’ tg a/2. Si se trata de una béveda, serd el peso del prisma curvo Oab (de trazos) hasta el pie; Terreno natural Cimentacion Fig, 3.2. pero si la béveda tuviera un desplome en la parte baja, como ocurre con frecuencia, estar4 sometida a dos empujes verticales: Vi, peso del prisma Oad sobre la parte superior (fig. 3-3a), y V2, dirigida hacia arriba, e igual al peso de} prisma Odbb’, que actda levitando Ja presa sobre la parte del paramen- to en desplome (fig. 3-3b). El resultado conjunto de ambos es el de la figu- ra 3-3¢ Fig. 3-3. FUERZAS ACTUANTES En todo caso es muy importante hacer notar que el empuje hidrostitico debe computarse siempre hasta el punto mds bajo de la cimentacién, y no hasta Ya superficie del] terreno, porque el agua penetra por el contacto entre la presa y la roca con toda su presién. El no tener en cuenta esta norma conducirfa a una grave inseguridad, pues el empuje es una fuerza de gran magnitud, como veremos, que, ademés, crece con el cuadrado de la altura, por lo que esos metros de pro- fundidad bajo el terreno tienen una notable influencia. Al hacer el proyecto de la presa sé supone una profundidad de cimentacién, que luego ha de ajustarse en la obra segiin las condiciones de la roca. Si ésta varfa respecto a lo supuesto en el proyecto hay que comprobar de nuevo la influencia del empuje real, corrigiendo al propio tiempo el peso propio como antes se dijo. Aclarado esto, se confirma que el empuje es una fuerza bien definida, pues es geometria pura. El hecho de que el empuje sea proporcional al cuadrado de la altura influye en otro efecto que puede ser importante. Como se vera mas adelante (cap. 18) en ciertas crecidas ¢} nivel del embalse puede subir por encima del maximo normal. Aparte de la necesidad de preverlo dejando un margen (resguardo) hasta la coronacién, el mayor nivel produce un incremento de empuje, que no s6lo crece con el cuadrado de Ia altura, sine que el punto de aplicacién de su resultante ascenderé proporcionalmente a la altura, por lo que el momento crecer con el cubo de ésta. En las presas de gravedad, particularmente, este efecto puede ser notable, ya que el peso estabilizador es fijo. Por el contrario, esta fuerte variacién del empuje es favorable cuando es preciso vaciar el embalse por haberse detectado una anomalia. Si lo que se pretende es descargar la estructura, puede bastar un descenso parcial moderado del nivel para producir un importante alivio de !a estructura, pues sdlo un descenso del 10 % produce un 21 % menos de empuje y un 33 % menos de momento. Eso en la seccién més alta, pues como el descenso es uniforme para todas, dard efectos relativos mas acusados en las situadas en las laderas (fig. 3-4). 53 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS La magnitud del empuje hidrostatico es muy superior a las sobrecargas que soportan otras estructuras. En un puente, por ejemplo, no se alcanza una sobrecarga uniforme de 2 Um? sobre todo el tablero, sobrecarga que tendrfa ana modestisima presa de sélo 2 m de altura. Si comparamos, por ejemplo, el empuje sobre una presa de 100 m de altura y 300 m de Jongitud de coronacién en una cerrada de seccién triangular con Ja sobrecarga de un puente para autopista con esa misma luz y ancho 20 m, resulta: Empuje sobre la presa_- = —- 100°. 300 = 500.000 t. ale Sobrecarga sobre el puente = 300+ 20-2 = 12.000t. La presa tendria una sobrecarga 40 veces superior a la del puente que salvara el mismo valle (y esto admitiendo una sobrecarga exagerada para e] puente). Obsérvese, ademés, la enorme cuantfa del empuje que soporta la presa, cuya altura no es nada excepcional (recuérdese que hay una presa de 300 m y varias cercanas a esa altura). En resumen: el empuje es una fuerza fundamental y muy importante, sobre todo en su componente horizontal, que es desestabilizadora. La vertical inferior (cuando existe) también lo es, pues empuja hacia arriba. En cambio, la vertical superior es favorable y estabilizadora. Por eso las presas aligeradas estan obli- gadas a tener un paramento inclinado aguas arriba, para que el peso del agua sobre é1 compense el que se quita de hormigén (§ 9-1). El maximo efecto del empuje hidrostético se da, evidentemente, para el nivel maximo del embalse, y por ello habr4 que evaluarlo para el m4ximo ni- vel normal de explotacién (NMN) y para los maximos en crecidas (NAP y NAE, que se definen después) (§ 3.10). En algunos casos, también es preciso calcular el efecto de niveles inferiores al normal (por ejemplo, en presas de materiales sueltos, para comprobar el efecto de una bajada brusca del embalse) (cap. 15). 3.3, FILTRACION. PRESION INTERSTICIAL Al estar la presa en inmediato contacto con el agua del embalse, ésta se filtra a través de sus huecos, grietas y poros, y como consecuencia se producen los siguientes efectos: + Una pérdida de agua por filtracién. + Un posible arrastre de material fino por el agua filtrada. FUERZAS ACTUANTES * Unas presiones hidrostdticas en el interior de la presa que se afiaden al sistema tensional debido a las fuerzas exteriores. Estos efectos son més marcados en las presas de materiales sueltos, pero también se dan en las de hormig6n, aunque con otras modalidades. El primero serfa solamente econémico si no llevara consigo el segundo, que es de funda- mental importancia en las presas de materiales sueltos, por e! peligro de desin- tegracién interna progresiva. En cuanto a las presiones internas, son mecénica- mente desestabilizadoras, porque sus componentes verticales hacia arriba se oponen al peso. Comenzaremos por recordar y resumir las propiedades de la red de corriente en un medio permeable, que es de plena aplicacién en presas de materiales sueltos. En las de hormigén, a pesar de su mayor impermeabilidad, opera también este efecto, aunque de forma més restringida, gracias a dispo- sitivos adecuados para cuyo proyecto es necesario el conocimiento de esas leyes (cap. 5). En un medio permeable, 1a velocidad en un punto queda definida por un vector: adh =k 31 V=Kg =K grad. h B.A] en donde h es un potencial y s el arco de la trayectotia. Integrando ¥ en una superficie cerrada C, se tiene la ecuacién de la continuidad j 9 do=x | grad.hd lc jc La integral expresa el flujo a través de C (divergencia) que ha de ser nula (entrada = salida). K div.h=KVh=0 En un medio plano (que es el mas usual en presas) resulta: Vh= 5a t a= ° [3.2] Esta expresi6n (Iaplaciano nui) comtin a todos los fenémenos de potencial (hidrdulico irrotacional, eléctrico, magnético, etc.) define dos familias de cur- vas ortogonales entre sf que pueden analizarse como un campo. de variable compleja. La primera familia la forman las trayectorias de las particulas de agua 0 lineas de corriente (I.d.c. en lo sucesivo) que son las envolventes del 55 (CUESTIONES GENERALES ¥ BASICAS vector ¥. La otra familia es la de las lineas equipotenciales (l.e.p.) que cortan ortogonalmente a las anteriores. Sélo en contados casos puede integrarse la ecuacién [3.2] (C.30). En general, la red de corriente hay que determinarla por diferencias 0 elementos finitos (método analitico), por aproximaciones sucesivas (método grafico) 0 mediante modelos (métodos analégicos). En el capitulo 13 se describiran esos métodos, pues en el presente sdlo nos incumbe una introduccién de conceptos funda- mentales. Una primera consecuencia de la ecuacién [3.2] es que la red de corriente es independiente del coeficiente de permeabilidad, y s6lo funcion de las formas y dimensiones del medio permeable y de la posicién relativa del nivel de agua. Dos presas de contorno idéntico tienen redes idénticas, aunque sus permeabi- Jidades sean muy distintas. Sin embargo -como es légico~ , la mas permeable filtraré mas caudal, pues para idénticos gradientes las velocidades son propor- cionales al coeficiente de permeabilidad [ec. 3.1]. La red de corriente suele dibujarse espaciando las curvas segtin diferencias constantes entre cada dos: de potencial para las equipotenciales, y de nivel de arranque inicial para las de corriente (fig. 3-5). Dos Ifneas de corriente definen un tubo de flujo de agua. Entre ellas el caudal filtrado es constante; por tanto, en las zonas en las que las I.d.c. se aproximan, la velocidad aumenta. Y como la ec. 3.1 puede expresarse en diferencias finitas ah veak (3.3) resulta que si Ah es constante (equipotenciales en progresién geométrica), en las zonas de mayor v también ha de ser menor la separacién As entre equipo- tenciales. Asf, la red de corriente esta definida por cuadrilateros curvilineos relativamente semejantes en todo el espacio. ya que sus dos dimensiones se acortan o alargan simultdneamente, seguin la velocidad aumente o disminuya. Es frecuente elegir los intervalos entre curvas de forma que los cuadrilateros sean cuadrados en ias zonas de velocidad constante. La més alta de todas las I.d.c. se lama linea de saturacién (I.d.s.), y es espe- cialmente significativa, pues representa el borde superior de Ia zona filtrante, y su contacto con la presin atmosférica; por encima de etja el material est4 seco, ajeno al fenémeno La filtracién puede ser libre 0 cautiva, segiin que haya 0 no contacto con la atmésfera. En las presas impera el primer caso, salvo en sus cimientos y obras bajo el cauce, que a veces son cautivas. 56 FUERZAS ACTUANTES PIEZOMETROS ~ Horizontal _ (d) (e) La forma de la red viene fijada por las condiciones en los bordes o fronteras. En las zonas limitadas por cuerpos impermeables el flujo est4 obligado a seguir una trayectoria (I.d.c.) paralela al borde. Otras fronteras definitorias son los paramentos. s7 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS. En el de aguas arriba, las I.d.c. han de ser normales a él, pues el agua no se mueve a lo largo del paramento, sino a través de él; por tanto, el paramento es una linea equipotencial (la primera, de potencial mas alto, definido por el nivel del embalse). Lo mismo ocurre en la zona de terreno bajo el embalse, si es permeable, y por ef mismo motivo Para seguir analizando lo que ocurre en el resto de Ia red, y concretamente en el paramento o cimiento en contacto con la atmésfera, hay que aclarar pre- viamente la diferencia conceptual entre potencial y presién, que es impor- tante (fig. 3-5). Todos los puntos de una equipotencial tienen, por concep- to, igual potencial; por ejemplo, en la AB, el potencial es 5/8 del inicial en O, en el paramento mojado, esto es, 5/8 del nivel del agua en A, como ya queda explicito en la escala de la derecha, que traduce los valores de las Le.p. Si pusiéramos unos tubos piezométricos en varios puntos de la misma equipotencial, todos ellos darfan el mismo nivel de agua o potencial (el de A), pero eso mismo indica que la presién en un punto P ser4 igual a la profundidad ‘AP’ a la que se encuentra bajo A (fig. 3-5b). Es decir: todos los puntos de un mismo equipotencial funcionan hidrostéticamente como sometidos al nivel A de la Ld.s. Esto nos indica un sencillo método para dibujar las isobaras partiendo de la linea de saturacién (fig. 3-6). El paramento libre no es una Ifnea de corriente ni una equipotencial. Es una isobara de presién nula: en cada punto del paramento su potencial es igual a su altura sobre el plano de referencia (de potencial nulo) (fig. 3-Sa). Si la parte inferior estuviera cubierta por agua, en esa zona mojada el paramento serfa una equipotencial, por la misma raz6n que el paramento aguas arriba (fig. 3-Sc). Si el terreno bajo la presa fuera filtrante y la superficie de salida aguas abajo de la presa fuera horizontal, esa linea seria equipotencial, tanto si esta cubierta con agua (evidente) como si est libre de ella: en este tiltimo caso, porque al tener nivel constante, puede ser al mismo tiempo equipotencial e isobara (fig. 3-5d). Si esa salida aguas abajode la presa estuviera en pendiente, solamente serfa equi- potencial si estuviese cubierta por agua; si estuviera libre, las .d.c. de salida se- rfan verticales, para que la diferencia de nivel entre los puntos de salida de dos equipotenciales viniese compensada por la diferencia de potenciales (fig. 3-Se). En el capitulo 13 se verén mas propiedades, asi como algunos casos parti- culares. Hasta aqui hemos venido suponiendo homogéneo el medio filtrante, pero la mayor parte de las presas de materiales sueltos son esencialmente hete- rogéneas, a lo que se afiade la mayor o menor permeabilidad del cimiento. En el contacto entre dos medios de distintas permeabilidades K, > K, (fig. 3-7) 58 FUERZAS ACTUANTES Linea de saturacin ineo piezométrica je prasion h Lineas equipotenciales Fig. 3.6. la red de corriente sufre una refraccidn similar a la de los rayos luminosos, aunque con ley en funcién de las tangentes, en lugar de los cosenos de los Angulos. Kick ace Fig. 3-7. Si A,B, es la tiltima equipotencial del medio 1 y A,B, la primera del 2, se tiene [ec. 3.3] Ah Ah RA) VAR RR y=K, Por otra parte, el flujo ha de ser igual en ambos medios entre las I.d.c. AyA, y B,B,, luego v,- A,B, =v) - A,B, 59 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Y resulta: igo tg oo Ki Ke (3.4] La inclinacién (tg ©) de las I.d.c. respecto a la cara comtin es proporcio- nal a K. Las l.d.c. sufren una desviacién en el contacto para que su separa- cién sea mayor (menor velocidad) en el medio mds permeable, y el flujo se mantenga. Al propio tiempo hay un efecto contrario en las equipotenciales, por lo que los elementos de la red sufren una distorsin en sus proporciones: si [a red era cuadrada en 1, no Jo ser4 en 2, a menos que reajustemos los intervalos en 2. Esta propiedad es importante en presas heterogéneas y en el contacto con el cimiento. En el presente capitulo nos cefiimos a la exposicién de los principios y propiedades generales de la red de corriente, para que sitvan en el andlisis de toda clase de presas. En el capitulo 5 se aplicardn a las de gravedad, y en los 11 y 13 a las de materiales sueltos, en donde se desarrollarén con mayor detatfe, con aplicaciones variadas, y se describiran los métodos para determinar la red de corriente, El conocimiento de ésta tiene dos aplicaciones: conocer la filtracién que se producird a través de la presa y calcular las presiones intersticiales. En las presas de materiales sueltos es importante conocer las presiones en varios puntos, por su efecto singular, asf como su accién conjunta a lo largo de una superficie interior a la presa, ya que contribuyen al posible deslizamiento de la masa situada por encima de esa superficie, al restarse al peso con sus com- ponentes verticales. En las de hormigén, aunque estos efectos no parecen existir a simple vista, pues se tienen como impermeables, ya se veré (cap. 5) que también hay que tenerlos en cuenta para limitar esos efectos con disposi- tivos adecuados. En las presas de hormigén, sobre todo en las de gravedad, la integral de las presiones internas a fo largo de una superficie que corte a la presa o a su cimiento da lugar a una fuerza que se llama subpresién, pues su componente més desfavorable es la contraria al peso, que es desestabilizadora. En los esiribos de una presa béveda las componentes mas desfavorables suelen ser las subhorizontales, porque se oponen a ia componente normal del empuje de apoyo en el terreno (§ 7.8). Es diffcil dar érdenes de magnitud de la intensidad de estas fuerzas en presas de materiales sueltos, dada su diversidad, pero sf puede darse para una presa de gravedad: por ejemplo, en una presa de paramento mojado vertical y paramento libre con talud 0,8, la subpresién puede suponerse en general 60 FUERZAS ACTUANTES equivalente a un tridngulo actuando sabre la base con intensidad 0,5 de la presién hidrostatica aguas arriba y cero aguas abajo, Si la altura de la presa es h, se tendra: b Peso propio (densidad 2,4) = z 0,8 - 2,4 =0,96 h? Empuje hidrostatico => = 0,50 hF he Subpresién (coeficiente 0,5) z 0,8 - 0,5 = 0,20 h? La subpresién serfa el 40 % del empuje hidrostatico y mas del 20 % det peso, . 0,76 . lo que equivale a reducir la densidad a —- . 2,4 = 1,9 con el consiguiente efecto desestabilizador. 0,96 De aquf la importancia de conocer esta fuerza, aminorarla en lo posible, y tenerla en cuenta debidamente en [os cdlculos. El inconveniente es que, al revés que el peso y el empuje, no se puede estimar con exactitud, y es preciso hacerlo por hipétesis y similitud con otras obras, por lo que se requiere observar luego la presa para comprobar si la realidad responde a lo supuesto y hacer, si procede, las rectificaciones oportunas. 3.4. EFECTOS TERMICOS Y DE FRAGUADO Estos efectos slo afectan a las presas de hormigén. El segundo, por razones obvias, y el primero porque los cambios de volumen debidos a las variaciones de temperatura no operan mas que en estructuras cuya dilatacién 0 contraccién estd coaccionada. La deformabilidad y 1a baja o nula cohesién de las presas de materiales sueltos minimizan o anulan esos efectos; y por otra parte, sus grandes espesores y la baja transmisibilidad térmica amortiguan considerablemente la penetracién de las variaciones de la temperatura ambiental al interior de la presa. Al fraguar el hormigén su fre una retraccién higroscépica que, de no tomar las oportunas precauciones, produciria grietas. Si el hormigén se mantie- ne htimedo durante el fraguado, la retraccién es moderada o se produce un ligero entumecimiento. La retraccién higrosc6pica tiene menor importancia en las presas que en otras estructuras mas delgadas, siempre que se conserven himedas las superficies del hormigén durante la primera fase del fragua- 61 (CUESTIONES GENERALES Y BASICAS do (curado), porque los grandes espesores de las presas hacen que se conserve la humedad en su interior. Tomadas estas precauciones, y otras que se expo- nen en el cap. 29, no hay que considerar esta retraccién en el cdlculo de las presas. En cambio, sf pueden ser importantes los efectos de las variaciones térmicas del hormigén, que proceden de estas dos causas: + Durante el] proceso de fraguado del cemento se desprende una gran cantidad de calor,con la consiguiente elevacién de temperatura. Este calor se elimina con lentitud, debido a los fuertes espesores, transcurriendo mucho tiempo antes de que el exceso se disipe y el hormigén se acerque a [a temperatura ambiente. + Ademés, en su vida normal, la presa est sometida a las variaciones de la temperatura del aire, del agua del embalse y de Ja radiacin solar, que actiian sobre sus paramentos y se transmiten lentamente al interior. Para paliar en lo posible los efectos de la contraccién subsiguiente a los incrementos de temperatura por fraguado se toman en obra una serie de medidas: uso de cementos con bajo calor, aditivos que lo moderen, enfriamiento de os 4ridos, y otras para conseguir el enfriamiento natural o artificial de fos, bloques de hormigonado conforme se van construyendo, flegdndose incluso a instalar una red de agua fria circulando por su interior (cap, 30). Con estas medidas no es necesario tener en cuenta este efecto en las cargas interiores de la estructura, en general, salvo en casos de presas de mucha importancia. Obviamente si hay que tenerlo en cuenta para proyectar las instalaciones de obra citadas. Las temperaturas externas actéan sobre los paramentos de la presa y se transmiten al interior con gran lentitud, dado el bajo coeficiente de trans- misibilidad térmica del hormigén. Por ello, las temperaturas extremas (de corta duracién), no afectan al cuerpo conjunto de Ia presa, y sélo a los paramentos, dilatandolos y contrayéndolos con cierta independencia del resto de la masa, lo que puede traducirse en un deterioro superficial, que se suma al que produzcan el hielo, viento, Ihtvia, etc. Las presas aligeradas son las més afectadas por la meteorizacién, pues el aligeramiento se consigue con formas mas delgadas {contrafuertes) y mucha mayor superficie; a cambio, la transmisi6n térmica hacia el interior y la evacuacién del calor de fraguado son mas r4pidas que en las presas macizas. La mejor proteccién de los paramentos es una buena ejecucién, que se puede complementar (aunque no es lo normal) con productos espectficos y (en casos muy raros) con placas prefabricadas. 62 FUERZAS ACTUANTES Aparte de estos efectos superficiales, el cuerpo de la presa cambia de volumen a causa de la variacién de temperatura transmitida desde el exterior. Debido a la gran inercia térmica del hormigé6n, esta transmisi6n es muy lenta, del orden de un mes para espesores de 10 m 0 més, y de una semana para 5 m, segtin mediciones efectuadas en varias presas. Por ello, se opera con temperaturas medias mensua- les, en general, o menores con espesores inferiores a 10 m. Las presas més afectadas por las variaciones de la temperatura son las en arco. Estas presas se construyen por bloques verticales que se traban entre si al final o en otros momentos, bastante avanzada la obra; mientras tanto, los blo- ques son libres para moverse, por lo que las variaciones de la temperatura no pro- ducen tensiones. Al quedar unidos los bloques (por rellenos e inyecciones) pier- den tal libertad y, a partir de ese momento, las dilataciones 0 contracciones se traducen en tensiones. Dado que el efecto mas desfavorable es el de traccién, se procura hacer el cierre unos 30 dias después de comenzar la primavera, para que la temperatura de los bloques sea la minima y los esfuerzos sean preferente o exclusivamente de flexo-compresién (§ 10.20 y 30.8). Con los actuales medios de cdlculo (§ 10.12) puede abordarse el efecto de la transmisi6n térmica y las tensiones resultantes. Pero cuando atin no se conocen bien los datos, los cdlculos previos pueden simplificarse suponiendo que una ton- gada horizontal de espesor e metros adquiere una temperatura uniforme en todo su volumen, y que en un momento dado las temperaturas @ entre distintas tonga- das s6lo se diferencian por efecto de su espesor segtin la ley AT AQ =———__ 1=03¢ BS] En esta formula, la temperatura de referencia es la media exterior el mes anterior al cierre de juntas, AT la diferencia respecto a ésta de la temperatura media ambiental los 30 dias anteriores al considerado y A@ la diferencia virtual respecto a la de referencia de la temperatura del hormigén utilizable para el calculo. Con embalse vacfo la temperatura es la ambiente en ambos paramentos. Con embalse Ileno se puede tomar una temperatura constante del agua de 6 °C desde 1,5 m de profundidad y cercana a la ambiente de superficie. Las presas de gravedad también se construyen por elementos verticales, pero salvo excepciones, no se traban entre si, sino que se dejan independientes y libres de moverse unos respecto a otros, quedando separados por planos vertica- les normales a la coronacién, con junta abierta entre ellas. La impermeabil: dad se consigue por medio de una junta de material flexible situada aguas arriba 63 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS que impide el paso del agua sin entorpecer el movimiento relativo entre bloques. De esta forma, la presa no queda afectada, en general, por las variaciones de tem- peratura; sélo en algunas de gran tamafio podrian crearse tensiones por diferen- cias de temperatura en el interior de la masa. Las presas aligeradas también funcionan como elementos verticales inde- pendientes, con juntas de estanqueidad entre ellos. En las bévedas multiples éstas estan sometidas a variaciones térmicas. 3.5. SEISMOS Las acciones analizadas hasta ahora acttian sobre todas las presas de forma continua, variable o con cierta periodicidad, aunque en ocasiones (como la temperatura en presas de materiales sueltos) no causen efecto apreciable. Las solicitaciones que vamos a considerar ahora slo se dan en ciertos lugares (seismos, hielo) o son aleatorias (olas, sefsmos), etc. Y, salvo los sefsmos, sus efectos son generalmente de poca importancia frente a las solicitaciones estu- diadas hasta aqui : Un movimiento sfsmico produce tres efectos en la presa: + La oscilacién del terreno de apoyo se transmite a la base y estribos de la presa y produce en ella unas tensiones suplementarias. + Los desplazamientos de la presa por este motivo acttian sobre el agua del embalse lo que, por reaccién, da lugar a un empuje suplementario sobre el paramento. * Aumento de la presi6n intersticial en suelos saturados. Aparte de estos efectos, el sefsmo podria provocar directamente una onda en el mismo embalse, con el consiguiente impacto sobre la presa e, incluso, eventual desbordamiento sobre ella. Sin embargo, este efecto no suele conside- rarse, salvo en zonas donde se presuma como probable, y entonces es necesario hacer un estudio particular. Otro efecto posible, aunque remoto, es que el sefsmo provoque un desliza- miento de estratos en las laderas del embalse, lo que podrfa dar lugar también auna ola peligrosa Estos accidentes son muy extremos, y solamente son a considerar en los casos en que se sospeche su peligro, como en terrenos fallados 0 con des- prendimientos precedentes. Los tetrenos con fallas activas que atraviesan el embalse pueden dar lugar a descensos parciales de zonas, con las con- 64 FUERZAS ACTUANTES siguientes ondas y riesgo de desbordamiento, sobre todo si el descenso se pro- duce en la presa. Aparte de estos fenémenos naturales, la misma presa puede provocar mi- crosefsmos 0 incluso movimientos mas sensibles, porque el agua del embalse, con su peso, altera el estado de cargas del terreno. Esto se ha observado en embalses de cierta entidad, por encima de 100 m de profundidad y cierta ex- tensién. Algunos de los efectos citados pueden darse sin haber un sefsmo (§ 4.3). En el articulo 18 del Reglamento se dan las normas para comprobar los efectos sismicos sobre la presa, tanto directos como inducidos por el embalse, y se exige especial atencién en las de categoria A en zonas de alta seismicidad, que hay que comprobar con un sefsmo extremo, superior al de proyecto (éste basado en Ia seismicidad de la zona) Espafia, en general, es poco sismica. Bn 1985 la D.G.O.H. encargé un estudio (A.52) sobre la sismicidad del territorio espafiol con el objeto de determinar el riesgo sismico y definir para las distintas zonas los pardmetros sismicos a tener en cuenta en los proyectos de ese organismo. La intensidad de un sefsmo se suele expresar comparando la aceleracién gue produce con la de la gravedad g. El método habitual para calcular el efecto de un sefsmo en una presa es el llamado pseudo-estdtico, que consiste en suponerlo equivalente a una fuerza de masa actuando en el centro de gravedad de la presa con aceleracién Bg, siendo el coeficiente definidor de la inten- sidad del sefsmo. Esa fuerza acta en una determinada direccién y en ambos sentidos, puesto que es oscilatoria. Es obvio que las componentes mas desfa- vorables son hacia arriba (porque resta peso estabilizador) y hacia agua abajo (porque se suma al empuje hidrostatico). En el citado estudio de la D.G.O.H. se definen en cuatro mapas las isolineas de intensidades esperables en distintas zonas de Espafia para perfodos de retorno T = 50, 100, 500 y 1.000 afios (en las figs. 4.8a y 4.8b las de 100 y 500). Conocida la intensidad I para cada perfodo de retorno puede obtenerse la aceleracién Bg mediante la formula de Murphy y O'Brien: log Bg = 0,25 I + 0,25 (3.6) La utilizacion de esta o andlogas férmulas requerirfa el contraste con ace- lerogramas reales obtenidos en la zona de estudio, pero ésto no suele ser realizable, y obliga a utilizar valores no suficientemente contrastados. Valores entre 0,05 g y 0,10 g para las zonas de sismicidad media, que correspon- den a Jos grados 6 a 7 de la escala modificada de Mercalli, svelen set usados 65 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS ISOSISTA PARAT = ~ Valor go aintnaiad M.SK.) 210 fargo ee una w Valoracion Interretacion.. Fig.3-8 a. en estudios pseudo-estdticos que no requieren gran precisin. En las zonas de baja sismicidad no se precisa comprobacién especial, y en las de alta sis- micidad habr4 de hacerse un estudio sismico especial, de acuerdo con las caracterfsticas sismicas del lugar y las de la presa, asf como segiin su grado de riesgo. En este tipo de estudios se precisa del andlisis y definicién del seismo de calculo, que suele estar formado por uno o varios acelerogramas gene- ralmente tedricos y calculados para un terremoto préximo y otro lejano, en raz6n a las diferentes frecuencias. Para el andlisis del comportamiento de la estructura se utiliza e] Hamado método dindmico, en el que se consideran las caracterfsticas sismicas, tanto de la estructura como del terreno de cimen- tacién. El coeficiente B en las zonas de sismicidad media se aplicard integramente a la componente horizontal, y un 50 % de Bala vertical. 66 FUERZAS ACTUANTES | valor de a intesicad (48.K.) to | taro de une isessta, ww (| Bese eees te i J _ Rage ie aa ay | in! a 1 i I | f Fig. 3-8 b. Segiin esto, en wna presa de altura h y base th (suma de taludes t) las com- ponenies debidas al sefsmo seran: Ht i Ve= > 05 By Estas componentes, tomadas en los sentidos mas desfavorables, equiva- Jen a: + Una disminucién del peso especffico en 0,5 By (del 2,5 al 5 % en zonas de sismicidad media). El peso especifico equivalente ser (1 — 0,5 B) y. + Una fuerza horizontal similar a un aumento del empuje hidrostatico y aplicada en el mismo punto (un tercio de Ja altura). El empuje hidros- tatico equivalente serd h?/2(1 + Bty). Obsérvese que el aumento es im- portante, pues es del 5 al 10 % del peso de la presa, esto es, del 10 al 67 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 20 % del hidrostético (para B = 2,4 y t = 0,85, que seré necesario con seismo). Es decir, que una presa con hormigén de 2,4 de densidad va a resistir como si fuera de s6lo 2,28 a 2,16, francamente baja; pero al propio tiempo, estard sometida a un empuje adicional del 10 al 20 %. Se comprende que ambos efectos simulténeos se traducen en un aumento notable de las dimensiones (§ 6.13). En las presas de gravedad los movimientos sismicos sacuden la estructura sin que, en general, haya peligro de resonancia, dada su gran rigidez. En cambio, en otros tipos més delgados, como las bévedas 0 contrafuertes, y en algunas de materiales sueltos, por su constitucién, el periodo propio de vibra- cién de la presa puede ser proximo a la frecuencia del seismo, y puede haber resonancia, con el consiguiente refuerzo de las tensiones, Por eso, para esas presas y para las de gravedad de mas de 100 m de altura en zonas de alta sismicidad, debe emplearse el método dindmico, que tiene en cuenta la forma real de oscilacién de la estructura. En las presas de materiales sueltos se pueden producir también otros efectos que afectan a la consolidaci6n de los materiales y a las presiones efectivas. Las frecuencias de los sefsmos varfan entre limites muy amplios: desde oscilaciones muy r4pidas, con frecuencias auditivas, hasta perfodos largos. En los casos extremos, debido a la escasa amplitud 0 a la lentitud, los sefsmos tienen poca influencia en las presas; los més peligrosos suelen ser los de perfodo alrededor de un segundo. Las sobrepresiones dindmicas producidas por la reaccién del embalse fueron estudiadas por Westergaard (A.41). En un paramento vertical puede aplicarse con suficiente aproximacién su formula simplificada: By a7 siendo B el coeficiente de aceleracién respecto a la gravedad, h la altura de la presa en metros, y la profundidad en metros bajo el nivel del embalse en la que se produce la presién p, en Um’, y Pw 0.817 ral 1-0,72 es) en donde T es el perfodo de la oscilacién, del orden de un segundo, si no 68 FUERZAS ACTUANTES se conoce directamente. C varia relativamente poco: 0,984 para h = 200 m, 0,851 para 100 m, y 0,820 para 30 m La ley de variacién de p, con la profundidad es parabélica. Su integral, que es el empuje total, es: 2g 3Che [3.9] EL Y su momento respecto al pie del paramento (ME, = 7g Ch’ B [3.10] EI punto de aplicacién de B, esté a una altura 2h/5 sobre el pie de la presa, poco més alto que el del empuje hidrostatico La magnitud de este efecto es importante, aunque un poco menor que el directo sobre Ja presa Si el paramento es inclinado respecto a la direccién del sefsmo, 1a sobre- presién vendr4 multiplicada por el coseno del Angulo de esa direccién con la normal al paramento. 3.6. EMPUJE DE SEDIMENTOS Al quedar remansada el agua en el embalse, los sélidos que lleva en sus- pensin se van depositando lentamente en el fondo. Al cabo del tiempo (en general, varios afios) el depésito formado al pie de la presa puede alcanzar en algunos casos cierta importancia, y dar un empuje que se suma al del agua. Dado que ese efecto se concentra en la parte baja, su magnitud y momento son bastante menores que los hidrostaticos. En muchas presas este depésito es muy lento y no llega a tener magnitud significativa (en parte es controlable por descargas de fondo, cap. 24), pero en otras (en el litoral mediterraneo espafiol, por ejemplo) la sedimentacién puede ser importante. Para estimar el empuje de los sedimentos sobre la presa no son adecuadas las formulas del empuje sobre un muro, porque parten del supuesto de que éste se desplaza bajo su accién, mientras que una presa es muy rfgida, por lo que el empuje real puede ser mayor. 69 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS A falta de datos experimentales podrfa suponerse que los sedimentos trans- miten a la presa un empuje hidrostatico hasta la altura que se estime puedan alcanzar en un perfodo largo (por ejemplo, de 100 afios). Este criterio es conser- yador, pues los sedimentos tienen una moderada densidad y un cierto coeficiente de rozamiento (no nulo, como el agua), y su peso viene disminuido, en parte, por la subpresién. Y ademés, porque como tardan en actuar con una altura importante, en ese plazo pueden conocerse mejor sus caracteristicas y velocidad de ascenso, e incluso medir su empuje real y, eventualmente, tomar las medidas oportunas, lo que no ocurte con otras solicitaciones mas importantes y de actuacién inmediata. Obsérvese, por otra parte, que fa magnitud de este empuje no suele ser notable, a menos que la altura sobrepase el 20 % de la total (4 % de empuje hidrostatico y 1,6 de momento suplementarios). 3.7. OLEAJE EI viento, al actuar con cierta intensidad y continuidad sobre la superficie del embalse, produce olas de mayor o menor altura, que impactan sobre el paramento. Ademés, si la altura de la ola fuera suficiente, podria sobrepasar el nivel de coronacién y verter sobre la presa, lo que serfa grave si ésta fuera de materiales sueltos. Este tiltimo suele ser el principal efecto a tener en cuenta, pues los empujes dindmicos son en general de menor entidad. Para evitar el eventual vertido, la coronacién se sittia a una cierta altura o resguardo sobre el nivel méximo previ- sible del embalse en crecidas (§ 18.5), pues durante éstas son frecuentes los vientos fuertes y persistentes. Para evitar los salpicones de las olas, se coloca en algunas presas un murete protector en el lado aguas arriba de la coronacién, pero esto tiene otros inconvenientes y requiere ciertas precauciones para que no se convierta en un arma de dos filos (§ 18.6). La altura de la ola depende de la intensidad y continuidad de los vientos y de la longitud sobre la que pueden actuar. Aunque hay férmulas que tienen en cuenta todos estos datos, como el abaco del Corps of Engineers de Estados Unidos (fig. 3-9), en los embalses normales suele bastar la utilizacién del fetch © linea de agua, que es la distancia maxima F en recta desde la presa a la orilla més lejana (fig. 3-10). La férmuta de Stevenson da una altura de ola: a=0,76+0,34./F —0,26./F [3.11] siendo F el fetch en kilémetros, 70 FUERZAS ACTUANTES 120 — Ob oh 100 ¢ 12 VELOCIDAD DEL VIENTO EN Km./hora Va (06 aa = = Méxima altura de ola. Metros ——— Duracicn del viento, Horas 8 12 16 20 24 28 LINEA DE AGUA EN km Fig. 3-9. Maxima altura de ola (m) en funcién de la velocidad del viento (km/h), su duracién (h) y la linea de apara (km), segtin el USA Corps of Engineers. Se entra en el dbaco con la velocidad del viento y se toma el menor valor de la altura que resulte con la duraci6n o con la linea de agua La de Iribarren: a=l27/F (3.12) est4 obtenida para distancias maritimas y suele dar alturas de ola excesivas para los embalses, que tienen un fetch mucho menor. En el cuadro 3-1 se com- paran las dos formulas, y se ve que su igualacién se produce para F ~ 200 km; por debajo (que son las distancias habituales en los embalses, salvo algunos muy excepcionales) la de Iribarren da mayores alturas, que pueden llegar a més del 50 % para 10 km o menos (que son las mas frecuentes); por encima (mares o grandes lagos) la de Stevenson alcanza alturas mayores, incluso exa- geradas. 71 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS Fig. 3-10. La altura a es la amplitud de la ofa, 0 distancia vertical entre su cresta y su valle. Como ta ola es asimétrica, su seno 0 valle est4 a/3 por debajo, y la cresta 2a/3 por encima del nivel en reposo (fig. 3-11). Al chocar con un paramento vertical, la ola sufre una reflexién, y alcanza una sobreelevacién igual al doble de /a altura de la cresta sobre el nivel normal, es decir: wl a = Ondo reels co Ley de presiones Perfil de lo ola // Crasta Nivel en reposo 72 FUERZAS ACTUANTES CUADRO 3-1. COMPARACION DE LAS FORMULAS DE STEVENSON EIRIBARREN F st IR (km) a(m) a(m) IR/ST 1 0.84 1,20 143 5 1.13 1,79 1,58 10 137 | 243 1.55 25 1,88 2.68 1.43 50 2.47 3.19 1,29 100 3.34 3,79 113 200 4,59 451 0,98 500 713 5.67 0,80 1,000 10,05 6.75 0.67 Teniendo en cuenta esta sobreelevacién se produce un empuje con ley trian- gular y maxima presién en el nivel medio de Ia ola. La presién va disminu- yendo rapidamente con Ia profundidad, por lo que, con suficiente aproximacion, se puede suponer una ley equivalente a la doble triangular de la figura 3-11, que da un empuje total 2a° por metro lineal de coronacién. El efecto maximo se produce con el maximo embalse, pues dard el mayor fetch y momento. Sin embargo, el empuje de las olas es casi despreciable frente al hidrostatico en el conjunto de la presa: en una de 100 m de altura, con una Iinea de agua de 20 km (que equivale a una pendiente media del cauce del 0,5 %) y viento de 80 km/h, a = 2,5 m, con un empuje de 12,5 Uml y momento 1.250 mt/ml, que son, respectivamente, slo el 0,25 y 0,75 % de los hidros- taticos (despreciables). Mas apreciable, aunque también reducido, puede ser el efecto en ta parte superior, por la mayor importancia relativa del esfuerzo cortante y el momento frente al peso y dimensién horizontal. Pero el efecto més desfavorable del oleaje puede ser en las compuertas, por su mayor ligereza y repercusién en sus _/ guias y funcionamiento. En los paramentos inclinados disminuye el empuje, aunque no es f: cil cuantificarlo. En los suavemente inclinados, como en las presas de materiales sueltos, la ola rompe en vez de reflejarse. Tanto en ellas como en las de hormigén, las precauciones contra las olas se dirigen més a la proteccién contra e/esbor- damiento que contra su empuje, para lo que se pueden tomar dispositivos adecuados (§ 11.10 y 11.11). 73 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS 3.8. EMPUJE DEL HIELO Al solidificarse el agua avmenta su volumen un 10 %. Si en el embalse Mega a formarse una capa continua entre la presa y las orillas, la dilatacin coaccionada por éstas dard un empuje sobre la presa. Si el espesor no es sufi- ciente, la compresin produciré el pandeo de la capa y no habra empuje sobre la presa. La consideracién de este empuje puede limitarse a los casos en que sea previsible fa formacién de una capa de més de 20 cm de espesor y ~se sobre- entiende- continua, no en bloques aislados, que no empujan. En caso positivo se tomard una presién horizontal equivalente a 10 t/m* (J kg/cm?) sobre la proyeccién vertical del 4rea de contacto del hielo con el paramento. Cuando éste sea muy tendido, o las laderas proximas a la presa tengan pendientes moderadas, se podra aplicar un coeficiente de reduccién, puesto que el hielo podré deslizar enel contacto y reducir su empuje. Obsétvese que una capa de hielo de 1 m produce un empuje de 10 t/m.l, atin menor que e] que calculamos para el oleaje, con la misma consecuencia respecto a la casi nula importancia en el conjunto de la presa. Y lo mismo que el oleaje, s6lo en Ia parte superior puede ser algo més sensible, En el caso del hielo, la accién sobre las compuertas puede ser mas peligrosa que las olas, no s6lo por el empuje en sf, sino sobre todo por el posible bloqueo de Jas gufas 0 mecanismos 0 por adicion de peso a aquéllas En Espaiia, el efecto de! hielo suele ser nulo o despreciable, y es muy raro tenerlo en cuenta, salvo en alta montafia y en las compuertas. Si, en cambio, puede ser més apreciable su efecto en el deterioro de los paramentos, pues para ello no se precisan espesores ni frios excesivos, sino la mera formacién de hielo. 3.9. OTRAS SOLICITACIONES En algunos casos habr4 que tener en cuenta fos efectos de frenado de vehiculos en el paso sobre coronacién (en la parte alta de la presa), el viento (en presas delgadas), etc, En algunas presas se han producido entumecimientos tardios del hormigén por procesos quimicos, lo que sdlo citamos como informacién. Pero, en general, los esfuerzos mas importantes son el empuje hidrostatico, subpresién, temperatura, peso propio y seismos (en su caso). Y, como ya hemos hecho notar, son de tal cuantia que las demés solicitaciones son, en general, des- preciables 0 macho menores, y s6lo sensibles, si acaso, en zonas concretas de fa presa. 74 FUERZAS ACTUANTES 3.10. COMBINACION DE SOLICITACIONES Y NIVELES DEL EMBALSE Las fuerzas analizadas pueden actuar conjuntamente, pero s6lo algunas combinaciones de ellas son compatibles. Por ejemplo, el empuje del hielo no lo es con altas temperaturas exteriores, ni con el oleaje. En cambio, el peso propio es de actuacién permanente, como es obvio. Respecto al nivel del embalse, que define fa sobrecarga fundamental, que es el empuje hidrostatico, cabe considerar cuatro situaciones tipicas, que compren- den todas las intermedias y que son: + Embalse vacio, situacién que corresponde fundamentalmente al periodo de construccién, 0 a un descenso limite del embalse, para el que el empuje puede considerarse como nulo. Esta situacién puede ser simulténea con un sefsmo y con variaciones térmicas y, segtin los casos, con presiones internas residuales. + Nivel méximo normal (NMN), que es el maximo en explotacién con cau- dales normales, en ausencia de avenidas. Se definira justificadamente en el proyecto y en las Normas de Explotacién del embalse. + Nivel para la Avenida de Proyecto (NAP). Esta avenida es la de entrada al embalse para la que se dimensiona el aliviadero, teniendo en cuenta la laminacién producida por aquél. Esta suele producir una sobreelevacién del embalse por encima del NMN. * Nivel para la Avenida Extrema (NAE). Ante la posibilidad —aunque remota— de que una avenida supere a la de proyecto, se define otra extrema de comprobacién de la seguridad de la presa en esas condiciones Ifmite. Estas definiciones estan de acuerdo con el Reglamento (articulos 11.2 y 12). En el presente texto la obtencién de las avenidas es objeto del cap. 17, y la de los niveles NAP y NAE y sus consecuencias en el proyecto se exponen en el cap. 18. También segtin el Reglamento (art. 16), se considerardn tres tipos de solicita~ ciones 0 combinaciones de ellas, ateniendo a su grado de riesgo y permanencia * Normales, correspondientes al peso propio, al empuje hidrostatico y a las presiones intersticiales con el embalse a distintos niveles, hasta el limite del Nivel Maximo Normal (NMN), y al empuje de los sedimentos, mas los efectos debidos a la temperatura y otros que se consideren concu- rrentes con apreciable persistencia + Accidentales, correspondientes a situaciones de este tipo, controlables 0 no, pero de duracién limitada, como: 75 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS — Empuje hidrostatico debido a un ascenso del embalse hasta el Ifmite del Nivel de la Avenida de Proyecto (NAP). — Aumento anormal de las presiones intersticiales. = Acciones sismicas, con la intensidad previsible en la zona. — Empuje del hielo, variaciones anormales de temperatura y otras acciones, si son de duracién limitada. + Extremas, para situaciones limite, como la crecida extrema (§ 17.15), averfa de compuertas (§ 18.4), sefsmo superior al de la regién (§ 3.5), etc. Estas circunstancias se consideran no concurrentes unas con otras, ni con algunas accidentales, como el empuje del hielo, pero si con el oleaje. Los coeficientes de seguridad deben ser adecuados al tipo de solicitacién, tolerandose una prudente rebaja en las accidentales, e incluso unos coeficientes cercanos al limite para las extremas, dada su bajfsima probabilidad y su corta duracién. Mas detalles y matices se haran oportunamente en el resto del texto, y en particular, en el capitulo 18 (ver Gufa n.° 2) La base de a definicién del tipo de solicitacién es doble: su grado de riesgo y su presumible duracidn. Por ello si una situacién pudiera prolongarse més de lo razonable, pasar a considerarse como del rango superior. Por ejemplo, un aumento importante de la presidn intersticial detectado durante la explotacién puede ser considerado, de momento, como accidental o extremo, segtin su importancia; pero si se aprecia que se mantiene, deja de ser accidental, y pasa a ser normal a los efectos de la seguridad exigible, lo que puede Ilevar a decidir una bajada del embalse hasta cumplir los coeficientes de seguridad de ese tipo de situacién. Se considerardn distintos escenarios de solicitaciones concurrentes y razona- blemente compatibles (ver més arriba). Cada combinacién se calificaré segdn su permanencia previsible y el grado de probabilidad de concurrencia, y en conse- cuencia se adoptardn los cortespondientes coeficientes de seguridad. 16 4 La cerrada y el embalse: estudios previos Una presa es una estructura hidrdulica que se asienta sobre un cauce; al cerrar el paso al agua, la remansa y forma un ago (embalse) que cubre una cierta extensién. De aquf que la presa y el embalse, aunque se presentan como conceptos separados, cada uno con sus facetas particulares, forman un conjunto indivi- sible, pues no puede concebirse uno sin Ia otra, y recfprocamente. Asi hay que acostumbrarse a verlos desde el principio. Sin perder de vista este efecto conjunto, las condiciones que se exigen a la presa y al embalse tienen importantes matizaciones, ya que la primera es una obra singular, local y artificial y el segundo un elemento natural, extenso, con un solo aunque importante afiadido artificial, que es su inundacién. Las condiciones gue deben cumplir el terreno de asiento de la presa y el del embalse son las siguientes: + El cimiento y los estribos de la presa deben ser capaces de resistir las cargas transmitidas por ésta. + El terreno cubierto por el embalse ha de ser impermeable. Como esta cualidad no es absoluta, debe entenderse en el sentido de que las even- tuales pérdidas de agua queden limitadas a una cantidad que no perjudique el almacenamiento ni produzca presiones intersticiales peligrosas para la resistencia o estabilidad del embalse o de la presa. 77 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS El embalse ha de ser también resistente, pero slo en un sentido relativo, pues podria tener fallos locales al mojarse, con tal de que no progresen ni puedan perjudicar a su impermeabilidad ni a la resistencia de Ja presa, directa ni indirectamente. Por otra parte, el embalse, al inundar una superficie antes libre, produce unos efectos directos por !a misma inundaci6n (econémicos, sociales y paisajisticos) y ottos ecolégicos derivados de! cambio de habitat de las especies vivas. En el presente capitulo se tratan los problemas enunciados y los estudios previos que requieren para proyectar la presa, e incluso para decidir la conve- niencia de hacerla 0 no. 4.1. ESTRIBOS Y CIMIENTOS DE LA PRESA El terreno en el que asienta la presa ha de ser capaz de resistir las cargas que ésta le transmite, que proceden a su vez de las fuerzas exteriores a la que est4 sometida. Para ello ha de tener la adecuada forma topografica (sobre todo en presas béveda) y constitucién geoldgica y geofisica. En cuanto a la topograffa, Ja presa se ubica en un paraje que se denomina cerrada, por ser una zona ms estrecha. A veces este concepto responde a la realidad, porque es un estrechamiento notorio, y en ese caso puede ser apto para una presa béveda (aunque ya se vera que ésta exige otras Condiciones ademas de las topograficas). En otras, el concepto es relativo y Jato, porque el cauce es ancho, aunque lo sea menos en el sitio efegido; la solucién sera una presa de gravedad (maciza 0 aligerada) o de materiales sueltos. No siempre el sitio mas estrecho es el mas apto para Ja presa, porque la roca puede estar mas deteriorada o porque las mismas condiciones topogréficas hagan dificil el acoplamiento de la presa y requieran unas excavaciones 0 ajustes que leven a una obra més costosa, a pesar de la primera apariencia (por ejemplo, si la parte estrecha es muy corta y no da espacio para asentar la presa, y otros casos que se verdn en los capitulos 7 y 10). El espacio y ubicacién con- venientes para el aliviadero también pueden aconsejar en muchas ocasiones Ja eleccién de una cerrada mas amplia. En resumen: la ubicacién dptima es la que, cumpliendo las exigibles condiciones de seguridad y funcionalidad, da lugar a la obra mas econémica en conjunto (definicién aparentemente obvia y super- flua, pero olvidada a veces, cuando se confunden las menores dimensiones aparentes con el ahorro real). ‘La constitucién de la cerrada puede condicionar a eleccién del tipo de presa: la ausencia de roca sana a profundidad razonable impedird la cimentacién de una presa de fabrica y marcard la eleccién de una de materiales sueltos y, a 78 LA CERRADA Y EL EMBALSE: ESTUDIOS PREVIOS, su vez, la disponibilidad cercana de materiales térreos 0 pétreos sefialard los que han de emplearse. En términos generales puede decirse que con la tecnologia actual y la ampli- tud de eleccidn tipolégica disponible son muy pocos los lugares en los que no sea posible construir una presa por razones técnicas. Lo que no se opone a que muchas cerradas no resulten convenientes por razones de economia. 4.2. IMPERMEABILIDAD DEL EMBALSE Y DE LA CERRADA Como el fin del embalse es retener agua, toda fuga de ella es contraria a tal objetivo funcional. Sin embargo, es imposible la impermeabilidad absoluta, por lo que hemos de contentarnos con exigir que las pérdidas sean minimas y despreciables. Pero sobre todo, que no progresen ni produzcan presiones inters- ticiales peligrosas. Al analizar la impermeabilidad, han de considerarse dos facetas: el embalse, en general, y las proximidades de la presa, esto es, la cerrada. La impermeabilidad del embalse es 1a cualidad mas importante desde el punto de vista de la retencién, pues afecta a una extensién considerable, en general, y por ello no susceptible de un estudio tan detallado. Ademés, de existir algunas zonas permeables en el vaso, si son de cierta importancia puede ser econémicamente prohibitivo tratarlas. En cambio, el vaso suele tener la ventaja de que el gradiente hidraulico de la posible filtracién es débil (el recorrido de la posible fuga es largo en relacién con la altura del agua) por lo que a menos que el terreno sea muy permeable (calizas cérsticas, por ejemplo) la filtracién puede ser insignificante. En la cerrada el problema es mas agudo, porque los posibles caminos de fuga son cortos, al haber la posibilidad de contorneo de la presa, lo que conduce a gradientes fuertes. Estas posibles filtraciones no s6lo pueden ser notables, sino que, ademas, producen presiones intersticiales que influyen en ta estabilidad y resistencia de los estribos y de la presa (caps. 5 y 7). En contrapartida, al ser una zona de superficie y volumen mis limitados, es susceptible de una inves tigacién cuidadosa y de adecuado tratamiento (drenajes, inyecciones, consoli- daciones, etcétera). La adecuada ubicacién influye también en la mejora de las condiciones: por ejemplo, en el caso de que la cerrada abriese bruscamente aguas abajo (fig. 7-17) se mejora mucho el gradiente de las filtraciones despla- zando la presa hacia agua arriba, aparte de aumentar la estabilidad al desliza- miento, como se vera (§ 7-9). La impermeabilidad de! embalse debe entenderse en su conjunto. No importa que contenga elementos permeables, incluso francamente, con tal de que no 79 CUESTIONES GENERALES Y BASICAS tengan salida al exterior. Hasta serfa admisible que la tuvieran si estuviera tan fejana que la filtracin fuera insignificante. Las rocas més peligrosas son las calizas, pues pueden tener cavernas y gtietas intercomunicadas. También pueden serlo los yesos, que son impermeables, pero solubles; esta doble propiedad puede llevar a una filtracién por disolucién progtesiva 0 porque ésta produzca asientos que, a su vez, den grietas por las cuales penetre el agua; pero también puede haber casos en los que e! espesor sea tal que garantice la imposibilidad de progreso de la disolucién, asegurando la impermeabilidad. En cambio, las margas, arcillas, pizarras, granitos y cuarcitas son imper- meables, en general. Pero hay que cerciorarse (granitos, gneis y cuarcitas) de que no presentan formaciones de fallas o diaclasas que puedan conducir a filtra- ciones importantes. Esta atencién es de particular importancia en la cerrada, no s6lo por impermeabilidad, sino sobre todo por estabilidad. Es preciso estudiar la impermeabilidad no s6lo actual, sino futura, det embalse. Por ejemplo, si un banco de calizas cérsticas est cubierto por un talud de arcillas la impermeabilidad esté asegurada, en principio; pero hay que analizar si es posible que {as arcillas, al ser mojadas, deslicen y lleguen a dejar al descubierto las calizas En general, salvo casos especiales, la impermeabilidad de] vaso debe conse- guirse por su constitucién natural, pues no es concebible tratar de impermea- bilizar grandes superficies. Sélo si éstas son reducidas, en Zonas muy concretas, es posible acometer su impermeabilizacién con pantallas de inyecciones 0 con mantos recubridores de arcilla entre capas de material de filtro para evitar su erosién o emigracién, Un caso conereto es 1a cerrada que, como ya hemos comentado, se presta mejor a ello por su menor extensin 4.3. ESTABILIDAD DEL VASO Ya se dijo que la estabilidad del vaso ha de estar asegurada en un sen- tido genético, y debe ser tal que no puedd padecer la retencién del agua ni la seguridad de la presa. Por ello, podrfan admitirse faltas de estabilidad par- ciales siempre que no afecten a ninguna de las dos condiciones esenciales enn- ciadas. Los corrimientos de tierras 0 deslizamientos de laderas, sobre todo si son bruscos, son [os efectos més peligrosos, pues pueden dar lugar a olas de gran tamafio que produzcan un importante impacto en la presa o que la rebasen vertiendo sobre ella fuera de la zona prevista como aliviadero, o por algiin 80

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