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JUAN DE VALDES TRADUCTOR DE LOS ESCRITOS DE LUTERO EN EL DIALOGO DE DOCTRINA CRISTIANA. * De Carlos Gilly. El 14 de enero de 1529 fue editado en Alcala de Henares por el impre- sor universitario Miguel de Eguia un catecismo andnimo con el titulo: Didlo- go de Doctrina cristiana nuevamente compuesto por un Religioso.' Sobre la ortodoxia del Didlogo no parecia tener dudas aquel impresor comprometido, ya que en él se recomendaba la lectura de las obras de Erasmo, con las cuales Eguia desde hacia afios abastecia el mercado de libros espafiol.2 Ademas habia supervisado el manuscrito durante dias un canénigo de San Yuste, el erasmista Hernan Vazquez, y habia eliminado pasajes demasiado audaces.* Tampoco le tenia que preocupar el anonimato del libro, porque la prohibicién de imprimir o vender “quosvis libros de rebus sacris sine nomine auctoris” se promulgé quince afios mas tarde en Trento. De todas formas la paternidad era un secreto a voces en Alcala: el libro era de Juan de Valdés, un estudiante de la Complutense, cuyo hermano Alfonso ejercia la funcién de secretario del Emperador. Miguel de Eguia no podia sospechar que en realidad habia impreso una traduccién de los escritos de Lutero. La presen- * Este articulo, escrito originalmente en aleman, aparecid en el Archiv fir Reformationsgeschichte 74 (1983), pags. 257-305, con el titulo “Juan de Valdés: Ubersetzer und Bearbeiter von Luthers Schrit- ten in seinen Didiogo de Doctrina". Ha sido traducido por Antje Preitfer. 1. Didlogo de doctrina cristiana, reproduction en tac-similé de l'exemplaire de la Bibliotheque Nationale de Lisbonne (Edition d’ Alcala de Henares, 1529), avec une introduction et des notes par Mar- cel Bataillon, Coimbra 1925 (en adelante se citard: Didlogo); Marcel Bataillon: Erasme et ’Espagne, recherches sur histoire spirituelle du XVIe siecle, Paris 1937 (citado segun la 2° edicién espanola, Erasmo y Espafa, estudios sobre la historia espiritual de! siglo XVI, Mexico-Buenos Aires 1966), 345ss.; John E. Longhurst: Erasmus and the Spanish Inquisition: The case of Juan de Valdés, Albuquerque 1950, 35 ss. 2. Hasta 1529 Miguel de Eguia habia impreso las siguientes obras de Erasmo (los numeros corresponden a la numeracién en la bibliografia de Bataillon, Erasmo y Espana, op. cit, xxi-cxvi): Latin, n? 467, 468, 496, 497, 500, 501, 507, 513, 514, 517, 534, 564, 560, 561, 562, 563, 564, 565, 566; Espa- fiol, n® 487, 490, 504, 505, 519, 520, 555, 568, 575. 8. Didlogo, 68 ss.; John E. Longhurst: “Alumbrados, erasmistas y luteranos en el proceso de Juan de Vergara’, en: Cuademos de Historia de Espana, Buenos Aires, fasc. xxvii, 1958, 99-163; xxviii, 1958, 102-165; xxix-xxx, 1959, 266-292; xxxi-xxxii, 1960, 322-356; xxxv-xxxvi, 337-354; xxxvii-xxxvii, 1963, 356-371 (en adelante citado como “Proceso de Vergara” y segun la foliacién del original, Archivo Histori- co Nacional, Inquisicién de Toledo, leg. 223, num. 42), f. 181 P. 91 cia pronunciada de Erasmo simplemente habia sido un pretexto del autor para desviar a las autoridades de la censura de las fuentes verdaderas del libro: los Decem Praecepta Wittenbergensi praedicata populo de Lutero del afio 1518, su Explanatio dominicae orationis pro simplicioribus laicis de 1520, el In lesaiam Prophetam Hypomnemata de Ecolampadio de 1525 y probablemente también el Enchiridion elementorum puerilium de Melancht- hon de 1524. De ésto ciertamente no se percataron ni los tedlogos de Alcala, ni la Inquisicién espafiola, ni lampoco la investigacién valdesiana, tanto la antigua como la mas reciente. Pero sigamos paso a paso. | EI Didlogo de doctrina parecia ser al principio tan inofensivo, que el recién nombrado inquisidor de Navarra, el erasmista Sancho Carranza de Miranda, compro enseguida varios ejemplares y los repartio entre el clero de su didcesis. Solo después de una lectura exhaustiva se habia percatado, segun él, de algunas cosas, “que no estaban bien expresadas; ciertamente nada que en tiempos anteriores hubiera producido extrafieza o que no se hubiera podido corregir con unas modificaciones de poca importancia.”* Sin embargo, el libro patece haber encontrado pronto otros lectores que no que- rian juzgarlo tan benévolamente como Carranza. Al contrario, ofendidos como se sentian muchos frailes después de que se disolviera la conferencia de Valladolid de 1527 sin que se hubiera conseguido la pretendida condena- cién de Erasmo; y después de verse obligados a aceptar la Apologia ad Monachos hispanos a causa de la proteccién simamente oficial del autor del De libero arbitrio y de la Hyperaspistes, vieron en la publicacién del Dia- logo de doctrina la posibilidad deseada de combatir a los erasmistas espa- foles. Seguramente a causa de una denuncia por parte de aquéllos circulos, el Inquisidor General Manrique, encargé a la facultad de teologia de Alcala la supervision del Didlogo, considerando que los complutenses, en su mayo- ria erasmistas, iban a apaciguar el escdndalo surgido en torno a aquel libro sin que llamara demasiado la atencidn; libro con el cual incluso su secreta- rio, Luis Coronel, estaba tan entusiasmado. Para asegurarse, mandé sin embargo a su amigo Carranza a la comisién ya reunida para avisarles que no deseaba una “calificacién” teoldgica de las tesis formuladas en el Didlogo (es decir ninguna lista more theologico de frases sospechosas sacadas de su contexto con la censura usual “haeresiam sapit” etc.), sino que se corri- giera el libro y que se volviera a publicar de la manera mas inofensiva posi- 4, "Proceso de Vergara’, |. 203 v%; Didlogo, 65 ss.; Bataillon, Erasmo y Espafa, op. cit., 261, 363. Longhurst, Erasmus and the Spanish Inquisition, op. cit., 40 92 ble. También Juan de Vergara, quien tenia el respaldo del arzobispo de Toledo, Fonseca, requirié a dos de los tedlogos -Alonso Sanchez y Juan de Medina- moderar la censura para posibilitar una nueva edicién del Didlogo.® El mismo Juan de Valdés, interrogado por Medina acerca del sentido de algunos pasajes del libro, insté a aquél a no publicarlos, porque no los habia expresado en un sentido heterodoxo.’ Del lado de los tedlogos progresistas Mateo Pascual, Pedro de Lerma y Hernan Vazquez, los amigos de Valdés no tenian nada que temer. Vazquez incluso no ocultaba ante la comision que habia lefdo y corregido el manuscrito y defendié con vehemencia la ortodoxia de la entera version impresa del Dialogo.? No es de extrahar entonces que en estas circunstancias el informe final de la comisin resulta- ra relativamente favorable para el libro, aunque algunos tedlogos se negaron a firmar el documento por su “gran indulgencia”, segin declararian afios mas tarde ante la Inquisicion.? Valdés podia creerse de momento fuera de peligro, e incluso Erasmo le did la enhorabuena desde Basilea a mediados de marzo, porque el joven amigo “incolumen ex isto naufragio enatasset. Pero los frailes no cedieron. El franciscano Pedro de Vitoria criticé el Didlogo en sus sermones de una manera tan aguda, que una entusiasta lec- tora de Erasmo, Maria de Cazalla, escondid el libro “en el fondo de un arca” y prohibié a sus hijas que lo leyesen.'' Por otro lado, los libreros cometieron la imprudencia de seguir vendiendo el libro ptiblicamente, en contra de las recomendaciones de la comisién. Por lo tanto, Manrique, para evitar que el asunto se convirtiera en un escandalo atin mayor, tuvo que ordenar a los inquisidores regionales confiscar todos los ejemplares puestos a la venta en sus distritos."? Aunque la circular del Inquisidor General lleve fecha del 27 de agosto de 1529 y se haya mandado entonces, la expresion “se ha imprimido hace pocos dias un libro” nos demuestra claramente que el documento se redacté en su primera versién inmediatamente después de la llegada del informe de la comisién complutense, es decir, supuestamente en febrero. Al parecer Manrique habia vacilado antes de implicar directamente a la Inquisi- cién en un asunto, en el cual se habian comprometido demasiado algunos de sus amigos mas intimos y hasta él mismo. Como el incidente esta vez amenazaba con desbordarlo, a diferencia de la conferencia de Valladolid de "Proceso de Vergara’, 182 1; Didlogo, 66, 70 ss.; Longhurst, Erasmus, op. cit., 40, 42s. “Proceso de Vergara’, f. 181 v?-182 v*; Didlogo, 69 ss.; Longhurst, Erasmus, op. cit. 41 ss "Proceso de Vergara’, f.182 1°, Didlogo, 70; Bataillon, Erasmo y Espana, op. cit., 362. "Proceso de Vergara’, f. 181 r; Didlogo, 68 ss., 116; Longhurst, Erasmus, op. cil, 38-40, "Proceso de Vergara’, f. 181 1°-v*; Longhurst, Erasmus, op. cit, 44. 10. Diélogo, 67; P. S. Allen: Opus epistolarum Erasmi, 8, 96 (ep. 2127 1-3), 11. Didlogo, 73; Milagros Ortega Costa: Proceso de la Inquisicién contra Maria de Cazalla Madrid 1978, 137. 12. Diélogo de Dectrina Cristiana de Juan de Valdés (Biblioteca de visionarios, heterodoxos y marginados, 25; ed. por Javier Ruiz con un apéndice de Miguel Jiménez Monteserin), Madrid 1979, 182-183, LONG 93 1527 y del escandalo por el Didlogo de Lactancio de Alfonso de Valdes en 1528, se vid obligado a entregar el caso oficialmente a los inquisidores. Segun se lee en la circular, el libro contiene “muchas cosas erréneas y no bien sonantes, y asi esta declarado por muchos doctores tedlogos que le han visto y examinado, et conviene con toda diligencia y presteza proveer y remediar cémo el dicho libro no se venda ni extienda por diversas manos e personas, porque después seria dificil remediarse."° Ya no se mencionaba la posibilidad de una segunda edicién expurga- da; antes bien subrayaba Manrique que la obra podria inducir a los lectores a errores que despues serian dificiles de eliminar. Al ver su libro en manos de la Inquisicion a Valdés sélo le quedaba la fuga para salvarse de un proceso irremediable con su consiguiente conde- na. Asi, el 22 de septiembre le traspasé a su hermano la administracién de algunas rentas y al poco tiempo, probablemente antes del primer interroga- torio del hermanastro de Vergara, Bernardino Tovar, abandoné Espana para siempre." El primer interrogatorio de Tovar por la Inquisicién en diciembre de 1529 y su detencidn definitiva diez meses mas tarde, constituyé el principio de una cadena de procesos, que en pocos afos iban a acabar con el Eras- mismo en Espana. En 1530 se iniciaban entre otros los procesos contra Juan de Vergara, Miguel de Eguia, Mateo Pascual y Juan de Valdés, a los cuales pronto seguirian los de Alfonso de Valdés, Juan del Castillo y Juan y Maria de Cazalla.'* Desafortunadamente sdlo se han conservado unos pocos documentos de aquéllos procesos. Aun asi, puede verse claramente en ellos el ahinco con que la defensa o la simple lectura del Didlogo de doc- trina fueron presentados como puntos de acusacién Juan de Vergara, el que mas debia temer una identificacidn de las ver- daderas fuentes del libro valdesiano -la Inquisicién habia descubierto los comentarios de Ecolampadio acerca de Isaias en su casa- negaba habil- mente haber leido el Didlogo. Sus conocimientos del libro, seguin él, se basaban exclusivamente en los relatos de Sancho Carranza y Luis Coronel. Si habia intervenido en la comisién complutense a través de algunos tedlo- gos, habia sido unicamente por amistad con el joven autor y en ningun momento para disculpar posibles errores en el libro o evitar su censura. Mas que eso, en una conversacién personal con Valdés le habia criticado dura- mente por atreverse con una materia que no pertenecia a su campo.’® Una defensa tan habil no le fall6 a Vergara: este punto se suprimid en la senten- cia 13. Ibidem, 183; (Archivo Diocesano de Cuenca, inquisicién, leg. 224, f. 46 1) 14. Ibidem,183 ss.; Didlogo, 80ss.; Bataillon, Erasmo y Esparia, op. cit., 482 nota 2; Longhurst, Erasmus, op. cit., 52 ss. 18. Bataillon, Erasmo y Espaha, op. cit., 437 88., 470 §s., 475 $s. Longhurst, Erasmus, op. cit., 74 16. “Proceso de Vergara’, f. 284 ?-v%; Longhurst, Erasmus, op. cit.,43s. 94 No era tal el caso de Maria de Cazalla. Cuando le preguntaron en 1533 repetidas veces por el libro valdesiano, les daba a sus jueces esta ingenua respuesta, “Ya yo tengo dicho que ley en un libro de la Dotrina christiana e pues él no esta reprobado por Vuestras Mercedes, que ningund error ay en ello.” En la sentencia les fue facil a los inquisidores emplear esta declaracién en contra de la acusada: “... e alababa mucho el librillo llamado Doctrina christiana, aviendo en él, como ay, errores contra nuestra fe.” 7 La comisién de Alcala habia absuelto a Juan de Valdés, no asi la Inquisicion. Al contrario, habia calificado al Didlogo de doctrina como “lutera- no y a su autor en toda forma como hereje”, como resumié Juan Antonio Llo- tente, quien todavia pudo examinar el hoy desaparecido proceso de Valdés, al escribir su Historia critica de la Inquisicién en 1818.'° Entre tanto, los inquisidores se guardaban de revelar la sentencia antes de tiempo, ya que querian inducir al fugitivo a volver a Espafia.'9 éSignifica la sentencia transmitida por Llorente, que los inquisidores habfan descubierto la presencia de los escritos de Lutero en el Didlogo de docirina? De ninguna manera, porque de ser asi no habrian esperado una posible vuelta de Valdés a Espafia, sino que lo habrian hecho detener sim- plemente en Roma o Napoles. E! caso de Juan del Castillo, un antiguo pro- tegido de Manrique, demuestra que poseian suficiente poder para hacer eso: después del primer interrogatorio a Tovar, Castillo habia huido a Paris. Desde alli se pudo escapar a Italia a tiempo, antes de que le detuviera el inquisidor parisino en virtud de una orden dada en Espajia. Alli la Inquisicion le buscé secretamente hasta dar con él en Bolonia, donde daba clases de griego. Fue detenido, llevado a Espaiia y quemado como luterano en 1537.20 Que la Inquisicién espajiola no procediera de manera semejante con Val- dés, a pesar de tener conocimiento de su estancia en Roma y Napoles, sig- nifica que debia parecerles menos productivo el caso Juan de Valdés que el de Castillo. El descubrimiento de las fuentes secretas del Didlogo de doctri- na seguramente le hubiera costado la vida a Valdés El gran esfuerzo que empleo la Inquisicién en la detencién de Juan del Castillo tiene su crigen en la importancia destacada que tenia este, seme- jante a Tovar, tanto entre los erasmistas como entre los alumbrados.2* Los inquisidores esperaban evidentemente sacar de las confesiones de Castillo 17. Bataillon, Erasmo y Espafa, op. cit., 472; M. Ortega, Proceso contra M. de Cazalfa, op. cit. 129, 230, 498; José Constantino Nieto: Juan de Valdés and the origins of the spanish and italian Refor- mation, Genéve 1970, 139 ss. 18. Juan Antonio Llorente: Histoire critique de inquisition d’Espagne, depuis ’époque de son éta- blissement par Ferdinand V, jusqu’au régne de Ferdinand Vil (trad. de l espagnol sur le manuscrit et sous les yeux de l'auteur par Alexis Pellier), Paris 1817-1818, Il, 478; Didiogo, 78; Longhurst, Erasmus, op. cit., 49; Nieto, Juan de Valdés, op. cit., 231 19. Didlogo, 77 ss.; Bataillon, Erasmo y Espaita, op. cit, 476, 483. 20. Bataillon, Erasmo y Espafta, op. cit., 478s. 21. Longhurst, “The ‘alumbrados’ of Toledo: Juan del Castillo and the Lucenas", en: Archiv fiir Retormationsgeschichte, XLV, 1954, 233-254 95 el material suficiente como para acabar con los dos movimientos de una vez por todas. Porque en un principio solo iban a por aquéllos; y solo contra sus seguidores iba dirigida la ola de detenciones y procesos. Por lo tanto sufrian una amenaza doble los que se aproximaban a los dos movimientos como Miguel de Eguia, Juan de Valdés y Maria de Cazalla Desgraciadamente, desde la Semana Santa de 1529 estaba encarce- lada en la prisién de la Inquisicion de Toledo una alumbrada famosa, la “Beata de Valladolid", Francisca Hernandez, de cuyos antes numerosos seguidores, la mayoria, se habian vuelto hacia los erasmistas.”2 Seguramen- te por venganza hacia Vergara y Tovar empezé en mayo de 1530 a denun- ciar a sus antiguos amigos como luteranos. Gracias al gran interés y al asombro de los inquisidores por esas revelaciones esperaba contar con una mejora en su propia situacién si seguia en esa direccidn. Asi, apenas quedé después algun erasmista espafiol a quien no hubiera denunciado como alumbrado y seguidor de Lutero. Alentada atin mas por sus jueces, hablo incluso de una conjura secreta de apdstatas. Al parecer los inquisidores se tomaron la denuncia de la alumbrada enteramente en serio, porque hasta determinaron someter a tormento a uno de sus todavia fieles seguidores, Antonio de Medrano, para arrancarle mas informacion, “para que, si Dios fuera servido, se vaya descubriendo poco a poco aquélla capitania apostati- ca ... de que haze mencion Francisca Hernandez”. Informaciones mucho mas precisas obtuvieron los inquisidores de otro preso, el clérigo Diego Hernandez, quien se habia movido durante afios en los circulos humanistas de Alcala. En Mayo de 1532 denuncié a 27 “segui- dores de Bernardino Tovar” con nombre, y los clasificé seguin informaciones que habia obtenido de Juan del Castillo, segtin él, en cinco categortas: “dafiados o dolientes o enfermos o confesados o conversantes”. Entre los mas comprometidos, los dafiados, nombré primero a Juan de Valdés, luego a Mateo Pascual, los jesuitas Manuel Miona y Miguel de Torres, también Vergara, Alfonso de Valdés, Gaspar de Villafafia, Juan Lopez de Calain y Alonso Garzén.** Un afio mas tarde su memoria parecia haber mejorado considerablemente, ya que Hernandez denuncié a mas de 70 personas, a los cuales también clasificaba seguin categorias, desde “finissimo lutherano endiosado” (Tovar, Juan de Valdés, Lopez de Calain) sobre ‘fino lutherano endiosado" (Vergara), “fino lutherano” (Alfonso de Valdés, Alonso de Virués), “conoscido lutherano” (Villafafia), “lutherano” (Mateo Pascual), “gen- til vel quasi lutherano” (Hernan Nufez de Guzman), “herido por Erasmo” (Juan de Cazalla, Dionisio Vazquez), “herido por Tovar’ (Hernan Vazquez) 22. Eduard Boehmer: Franzisca Hemdndez und Frai Francisco Ortiz. Antinge reformatorischer Bewegungen in Spanien unter Kaiser Karl V, Leipzig 1865; Angela Selke (de Sanchez Barbudo): E! Santo Oficio de la Inquisicion. Proceso de tray Francisco Oniz (1529-1532), Madrid 1968. 23, Bataillon, Erasmo y Espana, op. cit., 437; A. Selke, E/ Santo, Oficio, op. cit., 67 ss., nota 43, 24. "Proceso da Vergara’, f. 44 1-45 1; Balaillon, Erasmo y Espaia, op. cit., 437, 444, 475. 96 .. Siguiendo asi hasta las categorias menos peligrosas como “santo atrevi- do”, “atado”, “devoto”, y “nescio”. Al impresor Miguel de Eguia aqui se le Ila- m6 por excepcidn “muy buen hombre”. Tampoco la codenunciadora Francis- ca Hernandez escapo a la memoria del locuaz clérigo, quien la llamé “endiosada nescia”.* Como en su primera denuncia, el arrepentido Hernandez se remitié en su clasificacion detallada a Juan del Castillo, del cual esta vez supo contar una anécdota especial: que antes de su huida a Paris Castillo habia afirma- do delante de Hernandez, “que moriria en el caso de su detencidn dentro de la secta luterana, alabando a Dios; y que no denunciaria, aunque le quema- tan vivo, a ninguno de los seguidores de esta secta. Esos deberian seguir viviendo para aumentar la secta y engrandecer el honor de Dios. Si no exis- tiera la Inquisici6n, lo predicaria publicamente, porque en Espafia habia lute- ranos tan finos y aun mejores que en Alemania, que actuaban igual que aquéllos. Un ejemplo para eso era Juan Lopez de Calain, quien se dejé que- mar en Granada el 24 de junio de 1530, y quien murié dentro de la secta luterana como un caballero sin denunciar a nadie.” * Pese a lo fantasticas que puedan parecer esas denuncias a los histo- riadores actuales, la Inquisicién en un principio se las tomé muy en serio. Por ellas se dejé convencer de la existencia de una “faccién luterana” pode- rosa en Castilla, cuyos exponentes mas importantes eran Tovar y Castillo?” Durante innumerables interrogatorios, procesos y torturas tenian que reco- nocer finalmente, que no se podia comprobar de ninguna manera la imagen hueca que habian esbozado los dos denunciantes. El fantasma del lutera- nismo se exageraba tanto y se pintaba con unos colores tan fuertes, que la Inquisicién al final era incapaz de percibir los elementos realmente luteranos dentro del cuadro. Solo tres de los acusados (Lépez de Calain, Alonso Gar- zon y Juan del Castillo) perecieron abrasados, y eso quizds mas por su fir- meza, su imprudencia 0 su testaruda actitud ante los jueces que por su posi- ble adhesi6n al luteranismo. Todos los demas fueron condenados a penas mas 0 menos duras: como alumbrados, erasmistas y por supuesto también como luteranos, ya que la Inquisicién no podia perder su prestigio. De todas formas habia alcanzado su meta principal: a partir del afio 1540 nadie se atrevia en Espafa a pronunciar el nombre de Erasmo en publico. Juan de Valdés podia seguir actuando en Napoles sin ser molestado, a pesar de su condena. Su Dialogo de doctrina sin embargo fue aniquilado tan radicalmen- te, que sdlo se ha conservado un ejemplar. Después de una busqueda larga y paciente, Marcel Bataillon descubrid el pequefo libro en Lisboa en el ano 1922.28 26. “Proceso de Vergara’, f. 45 19-46 v%; Bataillon, Erasmo y Espaiia, op. cit, 444 26. "Proceso de Vergara’, f. 45 9° 27. Balaillon, Erasmo y Espafia, op. cit. 437 28. Didtogo, 7-10 a Este descubrimiento y la edicién facsimil del ejemplar de Lisboa, reali- zada en Coimbra el aio 1925 con introduccién y anotaciones de Bataillon, dieron a las investigaciones sobre Valdés una base histdrica firme.2 No es preciso entrar aqui en las interpretaciones de !a investigacion valdesiana antigua, puesto que, en orden cronoldgico, las comenta José C. Nieto exhaustivamente en Juan de Valdés and the origins of the spanish and ita- lian Reformation (Genéve 1970).2° Recordemos aqui al lector que la amplia gama de interpretaciones varia entre los apelativos “luterano severo”, “pro- testante adogmatico”, “erasmista’”, “espiritualista”, “anabaptista”, “antitrinita- rio”, “predecesor de los pietistas o de los cuaqueros”, “alumbrado aristécra- ta” o “mistico medieval”. Respecto a la enumeracién de J. C. Nieto queda por afiadir, que la denominacién hecha por Curione “Dottore e Pastore di persone nobili e illustri" en la introduccién a las 110 Considerazioni de 1550, no supone el primer testimonio impreso sobre Valdés Ya en 1544 el mismo Curione habia contado a Valdés entre Lutero, Zwingli, Ecolampadio, Capito, Lambert, Lefevre d’Etaples y Girolamo Gala- teo como los conquistadores del cielo verdadero y los destructores del cielo sucedaneo del Papa.*' Pero volvamos a la historiografia valdesiana mo- derna “Un catechisme erasmien”, debié pensar Bataillon cuando hojeaba en Lisboa por vez primera el libro desaparecido durante siglos y con estas pala- bras abre en su “Introduction” la interpretacién del Didlogo. Porque los nom- bres de los conversantes Antronio y Eusebio habian sido tomados de los Colloquia familiaria de Erasmo; y las obras del “excelente doctor e verdade- ramente tedlogo Erasmo” se recomendaban de manera casi exclusiva. En su traduccién de! Sermén de la Montafia del griego, Valdés habia seguido el texto de Erasmo, e incluso en la técnica del dialogo el discipulo habia segui. do las huellas del maestro: “C’est un long Colloque erasmien que ce livre. Aun mas: el comentario al Simbolo de la Fe, “l'une des maitresses piéces de son catechisme" era una traduccién casi literal de la Inquisitio de fide. Lo paraddjico es que Bataillon no tomé esas paginas sobre el Credo, “qui sont de 'Erasme presque pur’, de ninguna manera por los “plus authen- tiquement erasmiennes du Didlogo”: Las caracteristicas mas auténticas del espiritu erasmista las encontré por ejemplo en la definicién del ser humano cristiano, en el hincapié en el consejo evangélico de perfeccién para todos 28, La Introduction au Diélogo de Dectrina Cristiana de Juan de Valdés de Bataillon, inalteraca, ha sido hace poco editada de nuevo (Paris, J. Vrin, 1981), desafortunadamente sin el texto del Didlogo, asi que el lector sigue sin poder prescindir de la ediciGn tacsimil de 1925. 30. Nieto, Juan de Valdés, op. cit.. 13-28, 31. C. S. Curionis Pasquilus ecstaticus (Basileae 1544), 34 ss.: “loannes Valdessus, vir summa religione, fide, eruditione, qui Neapoll diem obiit suum, egregiis relictis ad hoc coeium excidendum ins- trumentis. 98 los cristianos y no solo para los monies, en la restriccién de las ceremonias exteriores o en el desprecio de las devociones supersticiosas “Toute cette critique de fa fausse pieté’, resumidé Bataillon, “cette perpetuelle opposition de l'ordre spiritue! a l’ordre charnel, ce souci de faire sentir au fidéle l’eten- due da sa liberte, c'est l’enseignement méme d'Erasme. Tout cela trahit, chez Valdés, le lecteur fervent de I’ Enchiridion et de la Pietas puerilis.’2 Sin embargo, no se le podia escapar a Bataillon, como gran conoce- dor de la religiosidad del siglo de ia Reforma, el hecho de que no se cubriera de ningtin modo la piedad valdesiana con la Philosophia Christi de Erasmo en todos los aspectos. “Mais son catechisme, si erasmien par tant de cétés, temoigne déja d’une experience qui n'est pas toute entiére reductible a la pieté erasmienne.” También fue Bataillon el primero y casi el Unico que se percato de que el movimiento irreversible que alejaba a Valdés mas y mas de Erasmo se habia iniciado ya en el Didlogo. Como ejemplo ofrece el comentario del Padrenuestro: a pesar de que Valdés recomendara la lectura de la Precatio dominica de Erasmo, escribe Bataillon, no la utilizo en su catecismo: “le commentaire qu'il y substitue a un autre accent.’ iCdmo no iba a tener un acento distinto, si se trata aqui realmente de un resumen y parcialmente de una traduccidn literal de Auslegung deutsch des Vaterunsers ftir die einfaltigen Laien de Martin Lutero de 1519! Comparemos primero la traduccién de Bataillon y el texto aleman correspondiente: “Accomplisez votre volonté, et non la mienne. La mienne, je ne veux en aucune maniére qu'elle s'accomplis- se, car elle est toujours contraire a la vétre, laquelle seule est bonne, du méme que seul vous étes bon; et la mienne est toujour mauvaise, méme quand elle me semble fort bonne.” “Mach als, was du will das nur dein wil unnd yhe nith der unser gschee. Were, lieber vater, und lasz uns nichts nach unserm gutduncken, willen und meynung furnemen und volbringen. Dan unser und dein will sein widdemander, deyner allein guth, ob er wol nit scheynet, unnszer bos- Ze, ob wol er gleisseth.” 36 Y ahora el texto completo de Valdés con el modelo latino: e assi le pesa quando le cortige e castiga: por esso pide a Dios le dé su gracia para que de buena voluntad consienta que se cumpla en él la voluntad de Dios: como si le dixesse Padre eterno, puesto caso que mi sen- 32, Didlogo, 93 ss., 112 ss, 83, Diélogo, 114, 151 34. Didlogo, 151. “Poenitet nos facti huius, quod salutarem manum tuam neque intelligimus neque sustinemus. Confer gratiam o pater, et affer opem, ut divinitatis tuae fieri in nobis permittamus voluntatem. Et tu quidem etiamsi nobis doleat, age quod 35. D. Martin Luthers Werke, Kritische Gesamtausgabe, Weimer 1883 ss. (en adelante se cita WA), II, 128 ss 99 sible carne se sienta, no curéis, sino agis: argue, punge, seca, ure. Eifice quod hazed lo que hazéys: dadme el castigo tu vis, ut tantummodo tua, nunquam nos- que quisierdes, cumplid vuestra volun- ira voluntas fiat. Resisto 0 pater, et ne tad e no la mia, la cual en ninguna _permitte nos sententiam, voluntatem, con- manera quiero que se cumpla, pues _ silium et in tentationem nostram praesu- siempre es contraria a la vuestra, la mere atque complere. Tua enim ac nostra cual sola es buena, assi como solo vos —_voluntas invicem sibi adversantur. Tua sois bueno: y la mia es siempre mala, sola est bona, etiam cum non apparel; aun cuando me parece muy buena." nostra vero; mala, quantumvis eximie res plendeat.” °” Exactamente el mismo texto lo citaba Bataillon doce afios mas tarde de nuevo en su Erasme et Espagne, donde su interpretacion es la siguien- te: “Quand il commente le Pater - non pas en suivant Erasme, comme pour le Credo, mais en se fiant 4 l'inspiration divine - il donne au fiat voluntas tua le sens d'une opposition absolue entre la volonte de Dieu et la pauvre volon- te individuelte.’ Como sabemos ahora, esa inspiracién divina habia tenido un media- dor terrenal, es decir Martin Luter, Cuanta razén tenia Bataillon al escribir a continuacién de este texto: “Erasme n’a pas glossé ainsi le fiat voluntas iva."® Por supuesto que Bataillon se planted el problema de la posible influencia de Lutero en Valdés. Escribié que esa influencia, si se pudiera probar, debia haber tenico lugar antes de la redaccion del Didlogo de dociri- na, ya que la justificacién por la fe y la conciencia intensa del pecado, cuyo reino solo se limita por la omnipotencia de la gracia, forman la tesis principal del catecismo valdesiano. Eso lo destacé Bataillon y afadid: Si Valdés hubiera conocido la expresion luterana “simul peccator et justus”, le hubiera parecido brillante (lumineuse).*° Pero Bataillon mismo se cerré el camino hacia la solucin al descartar el problema desde el principio. “Mais avant de rechercher, dans le Didlogo, ce qui annonce la plus intime pensée des oeuvres de matuiité, il est impor- tant d’écarter le probléme de influence lutherienne. Pressant en apparence, il se pourrait que se fat un faux probléme.' El hecho de que Valdés nunca declarara su adhesién a Lutero, ni aun en sus escritos particulares, que no siguiera a Lutero ni en su doctrina del servum arbitrium ni en muchos aspec- tos mas, que no rompiera, ni en publico ni ante sus amigos, con Roma ni con la iglesia oficial, hizo que le pareciera innecesaria a Bataillon la compa- 36. Didlogo, f. xxvii v8. 37. M. Luther: Explanatio orationis dominicae, en Tomus septimus omnium operum Feverendissi- ‘mi Domini Martini Luther, Wite(n}bergae 1587, 117 v?. 38, Bataillon, Erasme et Espagne, op. cit., 380; (Erasmo y Esparia, 351). 38, Didlogo, 152. 40, Ibidem, 127; Bataillon, Erasmo y Espafia, op. clt., 351 AM. Didlogo, 116. 100 racién dura y paciente de las obras de los dos reformadores. “Et voila pour- quoi i! nous parait oiseux d’étudier Valdés en fonction de Luther.” Después de todo, a Bataillon no le importaba demasiado e! camino por el que el joven espafol habia llegado a la gran conciencia del pecado huma- no y de la gracia divina todopoderosa. Asi podia escribir: “Peu nous importe que cette evidence se soit imposeé a lui en lisant saint Paul, en lisant Luther, ou en écoutant les illuminés d’Escalona. Valdés dird plus tard que la sainte Ecriture elle-méme n'est que I'interpréte dont i! se sert pour lire en son pro- pre livre, lequel est son Ame. Ce qu'il a lu dans ce livre, voila ce qui nous interesse. Tout son commentaire des dix commandements, qui est peut-étre la partie plus personelle du Didlogo, pourrait porter en 6pigraphe Ia parole de !'Epiire aux Romains: ‘Je n’ai connu le péché que par la Loi." Entonces, gel comentario sobre los diez mandamientos seria la contribucién mas personal de Valdés en el Dialogo? La verdad es lo contrario: justo aqui es donde mas marcada se vislumbra la presencia de Lutero. El comentario valdesiano fue tomado en su parte mas esencial casi literalmente de los Decem Praecepta Wittenbergensi praedicata populo luteranos de 1518. Escojamos solo el prin- cipio para comparar: “Primum quaeritur, cur non prae- cipit affirmative, sic ‘Habeto proprium vel unum deum’, vel ‘adora me unicum deum'? Secundo, Cur non imperative magis quam indictive dicit ‘Non habeto deos alienos?’ Ad utrumque simul res- pondeo. Quod omne praeceptum Dei magis positum est, ut ostendat iam praeteritum et praesens peccatum quam ut futurum prohibeat. Siquidem iuxta Aposiolum: Per Legem nihil nisi cognitio peccati. Et iterum: Conclusit Deus omnes sub peccatum, ut omnium misereatur. Ideo praeceptum Dei veniens invenit peccatores et auget, ut amplius abundet peccatum [Rm. V] Leges vero hominum propter futura peccata ponuntur. Ideo spiritus, ut est benignissimus Magister, magis loquitur indicative, q.d. 'O miser homo. Ecce tuam tibi ostendo pravitatem. Talis esse deberes, qui nullos deos haberes, non assumeres nomen Dei tui frustra, Sab- batum, sanctificares, non occideres, 42. Ibidem, 127 ss., 43, Ibidem, 128. 122. @ pues nos aveys de declarar los mandamientos, querria me dixéssedes primero, por qué casi en todos los diez mandamientos no manda Dios lo que quiere que hagamos, sino lo que quiere que no hagamos. Quiero decir, por qué no dize: adorards a un solo Dios, sino: no adoraras dioses agenos e semejantemen- te en los mas de los otros ... Aveys de saber que las leyes de los hombres sola- mente se ponen porque no hagamos de nuevo lo que ellas nos viedan; pero la ley de Dios es muy de otra manera, por la cual no solamente somos por delante avi- sados de lo que devemos hazer e no hazer pero, como dize sant Pablo, por ella venimos en conoscimiento de los malos pecados que avemos hecho contra Dios; @ assi muéstranos como somos pecado- res. El cual conocimiento es principio de verdadera justificacién. Assi que, cuando yo oyo que es la voluntad de Dios que no adore dioses agenos, mejor vengo en conocimiento de lo que en esto he pecado 104 non concupisceres etc.: Nunc atutern totus es alius et perversus.”“* que si me dixesse: Adora a un solo Dios. Porque en dezirmelo de la manera prime- ra, paréceme a mi que me dize la ley: Oh miserable hombre. Ves, aqui te muestro tu maldad, Devias ser tal que ni tuviesses dioses agenos, ni tomasses el nombre de tu Dios en vano, que ni matasses, ni for- nicdsses, y veste aqui muy ageno de esta bondad e perverso.” En su comentario sobre las arriba reproducidas palabras de Pablo (‘por ella venimos en conocimiento ... etc.”) escribid Bataillon: “Cette con ception paulinienne du sens de Ia Loy est, dés 1529, le point de départ de la veritable vie religieuse selon Vaidés. L’ Alfabeto y reviendra avec plus de for- ce.® Pero precisamente el pasaje alegado por Bataillon resulta ser de nue- vo una traduccion de Lutero. “... havete Signora da sapere, che la legge ci @ molto necessaria, per- che se non fusse le legge, non vi sarebbe conscientia, e se non fusse la conscientia, il peccato non sarebbe conosciuto, et se’l peccato non fusse conosciuto, noi non ci humilieremmo, € se noi non ci humiliassimo, non acquis- teremmo la gratia, e se non acquistas- simo la gratia, non saremmo giustificati, “... qui enim non agnoscit se prae- ceptum hoc debste, quomodo se agnos- cet esse peccatorem? Qui autem non agnoscit se peccatorem? quomodo timebit Deum et iudicium eius? Qui autem non timet, quomodo humiliabitur? Qui non humiliatur, quomodo gratiam conseque- tur? Qui gratiam non consequitur, quomo- do iustificabitur? Qui non iustificatur, quo- modo salvus erit?"® et non essendo giustificati, non salve- remmo |'anime nostre."*” Este pasaje demuestra que Valdés recurrié también durante su perio- do italiano a “su” Lutero. Pero no nos podemos permitir aqui la investigacién de esa etapa por razones de tiempo y espacio. El lector se preguntara, qué es lo que queda de la interpretacién de Bataillon del Didlogo. Todavia bas- tante, es la repuesta sincera, porque Valdés no solo copid y comenté a Lute- ro, sino que revelé en su Didlogo lo suficiente de sf mismo, como para lla- marlo aqui con las palabras de Bataillon “uno de los genios religiosos mas auténticos del siglo”, por lo menos in nuce. Eso y mucho mas supo mosirar el maestro en pasajes verdaderamente valdesianos del Didlogo. A él tam- 44, Luther, WA L., 398 6-21 45. Didlogo, xix Pv 46. Ibidem, 233. 47. Juan de Valdés, Alfabeto christiano, ed. Luis Usoz i Rio, (Reformistas Antiguos Espaiioles, tomo XV) Londres 1861, (texto italiano) 11 2-12; (texto espafiol) 22; Didlogo, 238. 48. Luther, WAL, 429s. 102 bién le debemos el conocimiento sobre la repercusién se valdesiano, sobre lo cual volveremos mas tarde. La interpretacién de Bataillon del Didlogo de doctrina, retomada sin modificaciones significativas en Erasme et /'Espagne, marcé la imagen de Juan de Valdés en su periodo espajiol durante siglos. Asi la encontramos con modificaciones de poca importancia, a pesar de los diferentes matices, en los trabajos de Montesinos, Cione, Longhurst, Bainton, Ricart, Bakhuizen van den Brink y también de Fr. Domingo de Santa Teresa.“ Aunque este ultimo intentd demostrar que la religiosidad valdesiana tuvo su origen en los movimientos reformistas catdlicos y que realmente nunca se salid de ese margen, sin la interpretacién de Bataillon, Fray Domingo apenas se hubiera atrevido a absolver a Valdés hasta tal grado de la herejia El unico que basicamente cambid esa imagen ha sido el tedlogo pro- testante y especialista reconocido de Valdés José Constantino Nieto. El des- cubrimiento mas significativo de Nieto en su Juan de Valdés and the origins of the spanish and italian Reformation es sin duda la determinacion acertada del papel de Erasmo en el Didlogo de doctrina: Erasmo aqui fue utilizado como camuflaje y mascara - “contrived devise” - para disirnular razonamien- tos que ya habian sido condenados como heréticos. La contribucién mas o ginal es la deduccidn de estos razonamientos de la doctrina del “alumbrado” Pedro Ruiz de Alcaraz, cuyo proceso inquisitorial é1 conoce como nadie. El error basico de Nieto esta en la tenacidad, con la que niega cualquier influencia de parte de Lutero o de otros reformadores en las expresiones del joven Valdés. Aun mas, él sents la tesis, seguin la cual, en Espafia se esbo- zaron y formularon, independientemente ¢ incluso antes que Lutero mismo, la doctrina de la justificacién por la fe y otros “major themes of Protestant theology”. Esta tesis sorprendente, que en un principio no fue aceptada sin criti- cas, encontré enseguida el apoyo de Marcel Bataillon: En su resena de la version inglesa del libro de Nieto, escribié Bataillon: “Nieto s’etonne a plu- sieurs reprises de ‘the paucity of Bataillon's comments about Alcaraz’ influence on Valdés’ et se demande si j’ai scruté la pensée du “dejado” dans ses lettres aux Inquisiteurs: la reponse est non. Cette insuffisance de mon information me rend plus sensible a une des originalités principales de la reconstruction de Nieto: sa démonstration que la pensée religieuse de Val- dés est fille de celle d’Alcaraz, malgré de passagéres prudences de iangage ou des compromissions avec celle d’Erasme. J’avais abondamment montré cal mo 49, Nieto, Juan de Valdés, op. cit., 31ss. 50. Fr. Domingo de Sta. Teresa, 0.C.0.: Juan de Valdés 1498(?)-1541. Su ponsamiento religioso y las corriemtes espirituales de su tiempo, (Series Facultatis historiae ecclesasticae, V, xxv, Sectio B, n. 13), Roma 1957, 66ss. Son de Lutero los textos comentados en las notas 14, 15, 16, 18, 19 de la pag. 67; en la nota 28 de la pag. 69; en las notas 30, 32, 36 ... de la pag. 70 y muchos mas textos del Didlogo comentados en el libro. 103 que la pensée de |’ Alfabeto cristiano était déja préformée dans le Didlogo. C’est maintenant le valdesianisme dans son entier developpement que Nieto interpréte comme de filiation alcarazienne. Les hardiesses du réformateur de Naples sont sensiblement les mémes qui, chez Alcaraz, rendaient un son futherien’. S'il faut choisir, sur ce dernier point, entre deux explications diver- gentes, celle de Mme. Sanchez Barbudo qui croit percevoir des échos de Luther lui-méme chez le “dejado” espagnol, §' et celle de Nieto pour qui le dejamiento, heresie propagée par Isabel de la Cruz et Alcaraz des 1511 environ, s'est affirmé avant les prises de position theologiques de Luther, bien qu'il offre avec celles-ci d'analogies surprenantes, je serais enclin a suivre plutot cette chronologie de Nieto et les conséquences qu'il en tire, mais sans étre aussi persuadé que lui qu’Alcaraz et Luther sont deux initia- teurs de genie, et comme deux commencements absolus de cette modalité moderne du christianisme qu'on apelle la ‘reformation’.’® Y afiadié: “N'ayant pas depouillé le procés d’Alcaraz, je suis tenté de faire confiance a Nieto quand il rapproche des formules alcaraziennes certaines idees religieuses fondameniales de Valdés.’*3 No conocemos el proceso de Alcaraz de otras fuentes que de la expo- sicién de Nieto, asi que no ahondaremos en el problema de su influencia en Valdés. Nos limitaremos a sefalar con la mayor brevedad posible que mucho de lo que Nieto llamo “alcaraciano” procede, en realidad, directamen- te de Lutero. Empecemos de momento con un ejemplo general: “Nonethe- less, the guiding principles of Alcaraz’ criticism, as well as reconstruction, is present in Valdés’ Diélogo de doctrina, in his approach to the Sacraments, the Lord's Prayer, the Ten Commandments, the Commandments of the Church, faith and works, the devotion of the Saints and Mary, and the radical theocentric interpretation of Christianity grounded in God's love and man’s incapacity to fulfill the commandment of love.” * Como sabemos y veremos todavia mas en adelante, los comentarios valdesianos sobre el Padrenues- tro y los Diez Mandamientos (dentro de los cuales también se trataron los demas temas) proceden en sus rasgos esenciales y muy a menudo literal- mente de Lutero. Asi por ejemplo en el pasaje reproducido arriba solo par- cialmente sobre el primer mandamiento, el cual cita Nieto naturalmente, por- que ‘in the first Commandment seen in the light of Paul's interpretation Valdés finds the source of his theology." 51. Angela Selke: “Algunos datos sobre los primeros alumbrados. Edicién del Edicto de 1525 y su felacién con el proceso de Alcaraz”, en Bulletin Hispanique, LIV, 1952, 125-182. 82. La resefia de Bataillon sobre el Juan de Valdés de J. C. Nizio, en Bibliotheque d’'Humanisme et Renaissance, XXXV, 1972, 375. 83. Ibidem.4 54. Nieto, Juan de Valdés, op. cit. 95. 55. Ibidem, 132. 104 Pero miremos algunos ejemplos concretos. Nieto no nos explica la transformacion de la religiosidad teocéntrica de Alcaraz en la cristocentrica en Valdés. Escribe: “What Valdés seems to have done is lo substitute the Alcarazian concept of the ‘love of God' and the vital and dynamic relationship to it in the life of the Christian or ‘Perfect’, for the terms justification’, ‘to be just’, or justified in Christ’. This change is in itself rather significant because it points to the love of God in Christ and to the vital relationship of the Chris- tian to Christ. In this Valdesian revision of Alcaraz’ thought we have a clear Christo-centric reformulation of what, in Alcaraz’ ideas, was primarily theo- centric presentation.” ® Y esta ‘revision’ édebid caer sin mas del cielo con su contenido y su terminologia? La verdad es, que tampoco a Nieto se le esca- Paron las similitudes -*striking similarities’- entre las expresiones valdesia- nas y las luteranas. Incluso las subray6 mas que Bataillon y emprendid com- Paraciones de texto que le deberian haber inducido a proceder mas cautelosamente; por ejemplo, las comparaciones con textos del De servo arbitrio 0 el De libertate christiana. Pero, por lo visto, le cerré completa- mente el camino hacia el descubrimiento de Lutero en el Didlogo, su convic- cion tenaz de la originalidad de Alcaraz y Valdés. Asi podia resumir: “Refor- mation sources had to be used to explain Valdés ‘thought when historians did not know of his stay at Escalona and his contact with Alcaraz’ thought. Alcaraz’ Paulinism and Valdés’ own study of Paul, are now sufficient expla- nation to account for Valdés’ similarity to the ideas of the Reformation.” Esta conclusion se convierte a lo largo del libro en un verdadero ritor- Nello: “... atno moment of his life was Valdés in direct contact with Reforma- tion sources”; “he ignored the Protestant Reformation as a religious move- ment of this time and tried to formulate his theological thought in the light of his personal knowledge and experience”, “Valdés independently from Luther, experienced and formulated the doctrine of justification ...? without the psy- chopatic and abnormal elements of Luther's experience.” 99 Nieto se fid demasiado de la literatura secundaria sobre Lutero y no se reaseguré hojeando por lo menos los escritos catequéticos del Lutero tem- prano, ni siquiera se percato de su existencia. Si hubiera consultado la voz Katechismen en la Realencyklopadie fur protestantische Theologie und Kir- che (10, 130 ss.) en vez del Dictionnaire de Théologie Catholique, no habria caido en el error de la no existencia de escritos catequéticos de Lutero antes del Deudsch Catechismus de abril de 1529.0 Mientras tanto yo tengo que confesar que solo la tenacidad con la que niega Nieto cualquier influencia de 56. Ibidem, 323, 57. Ibidem, 329 ss., 217 nota 73. 58. Ibidem, 174 ss. 59. Ibidem, 201, 334, 336. 60. Ibidem, 115. 105, parte de los reformadores sobre Valdés, realmente me hicieron buscar tex- tos de Lutero dentro del Didlogo. Pero, entremos por fin en esos textos. Hl En el siguiente cuadro de préstamos valdesianos de Lutero nos hemos limitado a apuntar textos, donde aparece una traduccion literal o casi literal. El Didlogo se cita segtin la versién facsimil de Bataillon, aunque hemos afadido el numero de lineas. Los textos de Lutero se dan seguin la critica Weimarer Gesamtausgabe. Si ésta solo contiene el texto aleman, remito a la edicién de Wittenberg, Opera omnia en latin. No se han tomado en consideraci6n algunos breves fragmentos sueltos. Didlogos de doctrina Decen praecepta (Coimbra 1925) (WA, 1, 398-521) (IMandamiento) fxix 16-22 S. 398 6-9 xix 1-3 398 16-17 3-9 398 10-14 18-23 398 18-21 xx 11-26 399 11-18 x 13 399 18-19 7-22 399 21-27 25-26 399 29 xxi 1-7 399 30-32 10-16 399 33-35 16-18 400 1-2 18-26 400 8-12 xxi 6-13 400 13-15 14-18 400 16-17 20-24 400 25-27 xxii 7-8 400 27-28 10-26 400 28-34 xxii 1-6 400 35-37 (II Mandamiento) xxiii 10-26 430 6-13, 22-23 xxii 1-2 430 23 38 431 1-5 14-18 431 9-10 21-23 431 17-19 xxiv 18-26 435 11-13,22-23 xxv 1-7 435 19-21 (III Mandamiento) 21-26 436 18-19 xxv 4-3 436 19-20 7-9 436 22 15-18 436 23-24 106 (IV Mandamiento) (V Mandamiento) (VI Mandamiento) (VII Mandamiento) (VIII Mandamiento) (IX Mandamiento) (X Mandamiento) Zusammen- fassung de 10 Gebote (Resumen de los 10 mandamientos) Die 7 Haupt- stinden (los 7 pecados capitales) xxvii xxviii xxviii xxix xxix XXK Xxxi XXxii xxxil Oxi xxxiV xxiv xxxiv XXXV XXXV XXXV XxxVvi XXXVI XXXVIl xiii xiii xliv xliv xlv xlv xlvi 20-26 1-26 3-7 8-13 19-23 7-14 7-26 1-8 22-26 1-6 8-16 19-20 24-26 25-26 1-2 6-9 11-13 7-9 13-14 17-20 7-9 19-20 23-26 4-5 9-11 12-15 16-19 20-22 23-26 6-18 12-14 19-21 12-16 1-26 1-3 15-26 12-16 re 1-4 15-26 107 447 26-29,37-38 449 1,5,4503,451,2.6 453 25,33-35,458 26-27 459 26-27,31 460 1-4 460 14-16 460 24-26 461 4-10,17-19; 462 28-29 462 30-32 482 22-27 482 28-29, 31 499 23-26;500,3-5 503 15-16 503 1-3 506 15-16 506 18-19 509 19-20 S155 515 14 515 15-16 515 5-6 470 27-28 470 32-34 470 35 471 13 470 6-8 470 22-23 470 26-27 471 19-21 471 22-28 468 3-4 468 2-3 468 5-6 517 5-8 517 18-27 517 27-29 518 20-25 518 36-37 518 27 518 23 519 30-32 519 34-36 520 14-17 521 11-12 521 12-13 521 16-18 521 19-22 Auslegung deutsch des Vaterunsers Explanatio dominicae orationis (WA, Il, 80-130; Opera 7,99-118) xlvii 1-4 24-26 xvii 1-2 10-16 16-23 Auslegung des Vaterunsers (Interpretacion del Padrenuestro) Ixxv 1417 20-24 Ixxvi 2-6 Ixxvi 20-24 Ixxvii 6-12 Ixxvii 4-5 15-18 Ixxviii_ 8-10 18-26 Ixxvili, 1-5 Ixxix 14-26 xxix 6-8 Ixxx 6-8 boxii 16-22 23-26 Ixxxiii 1-3 81 1-3 (f.99) 81 10-15(f.99) 81 18-19(f.99) 128 4-6(f.117) 128 14-17(f.117) 128 23-24(F.117) 128 24-26(1.117) 128 26-28(f.117) 128 33-37(f.117) 128 37-38;129 1-2(f.117) 129 14-19(f.117) 129 21-22(f.117) 129 31-32(f.118) 130 10-13(f.118) 130 14-16(f.118) 130 16-18(f.118) Una copia paralela de todos estos pasajes se saldria dal espacio de este articulo, por lo tanto nos limita mos a la reproduccién de dos ejemplos Para prueba. Hemos intentado elegir dos textos teoldgicamente interesan- tes, en los cuales se nota a la vez con toda claridad el arte valdesiano de traducir o revisar. “Non quod damnati sint omnes qui tam perfecti non sunt, sed quod ista meta et finis est a nobis propositus, a cuius assecutione nemo excusatur, nisi 's qui cum gemitu agnoscit et confitetur, sese non esse talem, et quotidie labo. rat, ut fiat talis. Et quod minus facit, humiliter petit ignosci, dicens: dimitte Nobis debita nostra. Et illud: Cor mun- dum crea in me, Deus. Hiis inguam timoratis et confitentibus, querentibus, petentibus, non imputatur ista idolatriae Suae mixtura propter Christum in quem “Antronio: De manera que, segun vuestra sentencia, todos los que no tienen essa perficion gse van al infierno?, Arzo- bispo: No digo yo tal; pero digo que este es el puesto 0 término adonde todos ave- mos de tener ojo para aleancarle; y digo Mas, que de los que no le alcancan, sola. mente aquellos son perdonados que con dolor de su anima conoscen y confiessan que no son tales como conviene, y tam- bién los que cada dia trabajan por ser tales y por alcangar esta perficién y que mientras no la alcangan aquello del Pater 108 credunt, illis vero qui sine timore, sine sollicitudine proficiendi insecuritate ster- tunt, omnino imputatur et sunt vere ido- latrae. Nec excusabuntur, quod non sit necesse esse perfectum, quasi prae- ceptum illud lapidibus aut lignis, ac non potius hominibus sit positurn...”** “Ah pater, vera profecto sunt ista. Nemo viribus suis fortis est. Et quis poterit coram manu tua subsistere, si no tu ipse nos confortaveris et consola- tione recreaveris. Quapropter, amantis- sime pater, assume nos ac comple voluntatem tuam, ut ad gloriam et lau- dem tuam regnum efficiamur tuum Robur in hoc negocio da nobis, oh cha- re pater, et per sanctitatem verbi tui panem nostrum quotidianum communi- ca nobiscum. Imprime cordibus nostris imaginem dilecti filii tui Jesu Chisti, veri coelestisque panis, et per eum confor- tati, alacriter voluntatis nostrae detrun- cationem ac mortificationem, tuique beneplaciti prosecutionem ferre ac sus- tinere valeamus. Quin et gratiam toti Chistianitati confer, mitte ad nos doctri- na praestantes sacerdotes et conciona- tores, qui nobis, non quisquilias paleas- que et anilium fabularum deliramenta, sed sanctam Evangelii tui doctrinam ac Jesum Christum in docendo propo- nant’. © Noster: Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Y aquello de David: Cor mundum crea in me, Deus, et spiritum rectum innova in visceribus meis. Pues a estos digo que se les perdonan sus faltas, mediante Jesu- cristo nuestro sefor, en el qual creen; pero aquellos que sin temor y sin cuydado de aprovechar en este camino duermen a pierna tendida, verdaderamente no guar- dan este mandamiento, y yo os prometo que no se escusaran con dezir que no es sino para los perfects, como vos dixistes, pues esta claro que no se did para las piedras sino para los hombres.” “Arzobispo:... Pues tornando a nuestro propésito: porque tener los hom- bres esta entera e firme conformidad con la voluntad de Dios, es cosa que sobrepu- ja las fuergas humanas, aconséjanos nuestro Dios, que la quarta peticion dixés- semos de esta manera: Nuestro pan, el de cada dia, danoslo oy. Quando estas palabras dize el christiano, mire bien que lo que aqui pide es gracia para poder cumplir la voluntad de Dios, que es pan espiritual, que substenta y da vida a nues- tras dnimas. Este pan es la gracia del spi- ritu santo, sin la qual ni un solo momento pueden ser agradables nuestras animas. delante de Dios, de que el anima maravi- llosamente se mantiene. Y quando, mediante este pan, tuvieren nuestas dni- mas impresa en si la ymagen de Jesuch- risto, el qual es el verdadero y celestial pan, podran enteramente e con mucha alegria romper e quebrar en todo sus voluntades e sentiran assimismo por dul- ce e sabrosa qualquier persecucién que Dios les embiare. Deve, en fin, el christia- no pedir a Dios en esta peticién que nos embie verdaderos e santos dotores que repartan al pueblo christiano el pan de la 61. Luther, Decem praecepta, WA\, 400 27-37. 62. Didélogo, f. xxii ro-vo. 63, Luther, Explanatio orat. dominicae, Tomus septimus Operum, op.ci 11178, 109 dotrina evangélica, limpio e claro, y no depravado ni suzio, con opiniones e affec- tos humanos, de lo qual ya veys quan grandissima es la necessidad que ay.” Ademas de la Decem praecepta y la Explanatio dominicae orationis, Valdés parece haber analizado también el De votis monasticis iudicium de Lutero de 1521 (WA VIII, 573-669). Esta impresién se ve reforzada al com- parar del capitulo De fundamentis devotariorum (WA VIII, 580-583), con la interpretacion valdesiana del capitulo 5, 6 y 7 del evangelio segtin San Mateo (ff.xli-xlii). Los dos reformadores rechazan la diferencia tradicional entre “praecepta dei” y “consilia evangelica” con la misima fuerza y por las mismas razones: Las exigencias del Sermén de la Montafia no son otra cosa que la continuacién de los Diez Mandamientos y, por lo tanto, tan obli- gatorios como aquellos para todos los cristianos. Lutero las llama “declara- tiones illae mandatorum Dei et exhortationes ad eadem servanda, Math. V. VI. et VIL. a Christo factae” (580, 28-29). Para Valdés se manifesté la volun- tad divina a los hombres “parte en los diez mandamientos y parte en estos capitulos de sant Matheo que cligo” (f. xli, 25-26). La excusa de que se trata aqui de consejos piadosos no es aceptada ni por Lutero ni por Valdés: “Non est praeceptum, sed consi- lium? ... hac sacrilega et blasphema conscientia vovere omnes, qui consilia esse sentiunt praecepta Dei, quis non intelliget? (WA, Vill, 581) “Antronio: Vos sefior no veys que essas cosas no son sino de consejo? Arzobispo: Esso mal pecado dizen los que quieren tener puerta abierta para ser tuines. ...” (Didlogo, f. xii) Que Valdés imprimiera estos tres capitulos de Mateo al final de su catecismo era la consecuencia logica de su concepcién del Sermén de la Montafia. Pero también aqui tuvo en Meianchton un antecesor famoso. Este habia impreso en su Enchiridion elementorum puerilium de 1524 los Diez Mandamientos seguidos de los tres capitulos de Mateo y habia seguido igual que Valdés el texto de Erasmo.® Desafortunadamente no sabemos siquiera, si Valdés vié este libro. Mejor enterados estamos sobre otro libro a través del proceso de Juan de Vergara. Se trata del comentario de Ecolam- padio sobre Isaias. Segun la declaracién de Bernardino Tovar hubo un ejemplar de “Colampadio sobre ysaya” en un envio de libros de Flandes y, como su hermano Vergara estaba ausente, Tovar lo habia depositado en su biblioteca en Alcala. Lo habia leido, siguid Tovar, y también lo habian lefdo todos los doctores en Alcala, “todos quantos doctores estavan en Alcala avi- an leydo en el dicho libro Colampadio” -, porque habian descubierto otro 64. Didlogo, f. Ixxviil vo 65. Ferdinand Cohrs: Monutmenta Germaniae Paedagog i VO. Evangelischen Katechismusversuchs vor Luthers Enchiridion", en a, tomo XX, Berlin 1900, 34-45. 110 ejemplar en una librerfa y lo habian sefialado por contener errores eviden- tes.® Entre los lectores del ejemplar de Vergara se encontrd naturalmente su amigo Juan de Valdés y ahora entendemos la violencia con la que le reprocharon los dos hermanos el haberse atrevido con una materia de la cual no entendia nada (Vergara) o el haberse precipitado a la hora de impri- mir su libro sin correcciones (Tovar).*’ Con razon temian los dos que al final se descubrieran las fuentes del Didlogo, las cuales conocian perfectamente. Porque Valdés habia glosado aqui las Siete Virtudes del Espiritu Santo segtin Ecolampadio. Se retomé fielmente el harto resumido comentario del reformador basi- lense, pero Valdés, que no escribié principalmente para tedlogos, lo doté con explicaciones extensas. Asi ocupan las definiciones escuetas de Eco- lampadio de las Virtudes de la Sabiduria y de la Inteligencia (“Sapientia est doctori opus ad manifeste, sane et ad aedificationem docendum”’. “Intellectus vero auditori ad capienda audita et intellecta”) en el texto de Valdés casi media pagina cada una (f. Ilvi 1-12, Ivii 1-6). Las de la Fortaleza y de la Cien- cia sin embargo se tradujeron casi literalmente: “Spiritus autem fortitudinis (datur) consilium accipienti ut perficiat quod consulitur”. “Spiritus scientiae datur sacer- doti docenti legem Domini.” fortaleza da dios al que es aconsejado, para que con animo fuerte y perseverante ponga en effecto el consejo que recibe (Ivil 23-25). “Sciencia da dios a aquellos que elige por predicadores y pregoneros de la doctrina sagrada’ (Ivill 17-19). Pero también aqui intervienen los interlocutores del Didlogo con sus comentarios que deben explicar mas la materia. Queremos citar dos pasajes mas como préstamos de mas importancia teolégica: “Igitur et hoc loco Timor species est suavissimae Religionis, summam in se complectens iustitiam, fructusque aliorum est donorum.” “Scientia igitur ... commendatur non mundana illa inflactionis parens, sed scientia domini.” ® 66. "Proceso de Vergara’, f. 15 “Assi que este santo temor parte de dulcissima religin y es muy excelente: porque por él se conservan los otros dones" (\ix [erroneamente Ixi] 21-23) “Mirad que debaxo de este nombre de sciencia, no entendays esta que con industria humana se adquiere, la cual hin- cha y ensobervece" (Iv 13-16). 67, Diélogo, 115; Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit,, 361 68, Okolampad: Commentanif omnes in libros Prophetarum, Genéve 1558, p. 103. Para las edicio- Nes mas antiguas cir. Ernst Staehelin:; Okolampad-Bibliographie, Nieuwkoop 1963, nums. 109, 110, 201 111 Nieto cite dos veces este Ultimo pasaje y coments: “This is of the grea- test importance for our understanding of his (Valdés) religious experience and knowledge.’69 A este concepto de “experience” en relacién con la com- prensién de verdades religiosas Nieto dedicé un capitulo entero de su libro, porque ahi radica la religiosidad valdesiana también en sus obras posterio- res. También habian visto esto mismo otros investigadores anteriores, pero nadie lo habia expuesto tan escrupulosa y extensamente como Nieto. Aqui es donde se planiea la cuestién de si Valdés adopté este concepto de Lute- ro. Porque también el reformador aleman habia escrito sobre la compren- sion de Cristo a través de la “experientia saporis intimi”, sobre el “experimen- tum hilarescentis fiduciae”, sobre el “experientiae sensu’, y también escribid que la Ley del Espiritu en el hombre no era otra cosa que “ipsa viva voluntas vitaque experimentalis".”° No podemos entrar aqui en la posible utilizacién de otros escritos reformistas; de todas formas ya no se puede negar sin mas que Valdés leye- ra tales escritos antes de 1529. No podia resumirlo todo en un catecismo para laicos y, sobre todo, tenia que renunciar a utilizar expresiones dema- siado conocidas, que hubieran llevado a los profesores 0 incluso a los inqui- sidores hasta sus fuentes. Tampoco sabemos nada sobre los pasajes que taché Hernan Vazquez en el manuscrito antes de la impresién. IV El Didlogo de doctrina representa entonces el intento de propagar en Espafia el pensamiento basico de la Reforma de la tinica manera posible. No se puede pasar por alto el hecho de que se traté de propaganda luterana intencionada tan ligeramente como lo hizo Imbart de la Tour en el caso del traductor francés de Erasmo y Lutero, Louis Berquin, hace 60 afios: “En fait, ce que Berquin semble d’abord avoir cherché dans Luther, c’est l’expression la plus compléte de cette religion interieure ou i! voyait 'epanouisement de son ame."7' Para “la expansion de su alma”, seguramente le hubiera basta- do la lectura privada de las obras de Lutero; en lugar de eso publicd las tra- ducciones, que al final le trajeron la muerte en la hoguera. 7 Y tampoco Val- dés habria corrido ese riesgo solo por aquella razén al hacer pasar los textos de Lutero casi literalmente a su Didiogo. Aunque el truco del espafiol de utilizar a Erasmo como camuflaje para esa propaganda, no recuerda tan- to a Berquin, sino a aquellos que, desde 1526, hacian circular en Italia los escritos catequéticos de Lutero bajo el nombre de Erasmo: La declaratione 69. Nieto, Juan de Valdés, op. cit., 120, nota 14, 70. Luther, Tom. septimus Operum, op. cit., f. 111, 113; WAI, $77 31-33, 499 20-22. 71. P. Imbart de la Tour: Les origines de la Reforme. ll, L’évangélisme (1521-1538), Paris 1914, 199, 72, Nathanael Weiss: “La literature de la Reforme frangaise, Notes sur les traités de Luther tra- duits en frangais et imprimés en France entre 1525 et 1534, IV", en Bulletin de /Histoire du Protestantis: me Francais 37, 1888, 500 ss. 112 delli dieci comandamenti: de! Credo: del Pater noster: con una breve annota- tione del vivere christiano per Erasmo Rotherodamo utile e necessaria a ciascuno fidele christiano, ” Y finalmente no hay que olvidar, que el Barba- tius del Coloquio Inquisitio de fide no es otro que Lutero mismo. 74 Erasmo habia dejado al reformador exponer la interpretacion del Simbolo de la Fe casi en las propias palabras de Lutero, asi que la adaptacién valdesiana de este capitulo en el Didlogo de doctrina también se remonta a Lutero. Lo que expuso Valdés, sin embargo, no era meramente la doctrina luterana: ya en el Didlogo se vislumbran los inicios de una radicalidad espiri- tualista que, superando a Lutero, puso el dogmatismo tradicional y cualquier orden eclesiastico en un lugar secundario. La vida de un ser humano cristia- no empieza con la Fe, el Amor y la Imitacién de Cristo y con eso también termina. “Que el christiano después de aver recibido el agua del baptismo se funda principalmente en fe y charidad y luego en aprovechar a todos y no dafiar a alguno y en fin en bivir a exemplo de lesu Christo, nuestro sefior, pura y sinceramente.””> Todo lo demas, todas las ceremonias y todos los estatutos de la Iglesia, son secundarios: “Mirad padre, lo que yo dixe que el christiano deve tener, es lo principal: Estotro es accessorio,””6 Por esta raz6n y no por pretender escribir para laicos, suprimié Valdés en la revisién de la Inquisitio de fide muchas explicaciones teoldgicas de Erasmo; renuncid completamente a la casuistica de los pecados, que llena gran parte del Decem Praecepta de Lutero; paso por alto habilmente la tepresentacién sis- tematica de los sacramentos, tratando la Confesion y la Comunién de mane- ra corta y sin juicio teolégico entre los cinco mandamientos eclesiasticos y llamo finalmente a las ceremonias mero pasatiempo que Dios les habia ordenado a los judios para ocuparles y preservarles de cosas peores.”” Todo esto lo consideré Valdés como asuntos exteriores que no habia que condenar sino simplemente considerar como insignificantes: “pluviese a Dios que aprendiéssemos todos los que nos llamamos christianos a no hazer tanto hincapié en estas cosas corporales y exteriores e a poner todo el fundamento de nuestra christiandad en las espirituales e interiores.””8 El Dialogo ya contenia esa diferencia entre lo interior y lo exterior que Cantimori sustrajo de la obra posterior de Valdés de manera excelente: 73. Silvana Seidel Menchi: ‘Le traduzioni italiane di Lutero nella prima meta del Cinquecento”, en Rinascimiento, sec. serie XVII, 1977, 61 ss. El libro se edité en un principio de modo anénimo en 1825, con el titulo Libretto volgare con la dechiaratione ... etc.; las reediciones siguientes bajo el nombre de Erasmo salieron en 1526, 1540 y 1843, cfr. ibidem 62. 74. Lucien Febvre: Le probléme de lincroyance au 16e siécle. La religion de Rabelais, Paris 1968, 224. 75. Diélogo, f. vr 76. Ibidem, 1. v r-v8, 77. Ibidem, f. xe F, Nieto sefalé con razén la critica de este punto de vista realizada por Calvino; cfr. Juan de Valdés, op. cit., 124 nota 163. 78. Diélogo,. xiii v’ 113 “Linteriore era Ja vita spirituale, la devozione, la meditazione mistica, la con- vinzione che solo la fede giustifica. L’esteriore, tutto cid che diceva Ia tradi- zione: i dogmi, le cerimonie, cioé il sistema dei sacramenti, la messa, le buo- ne opere, le osservanze: tutto quello, o gran parte di quello, che luterani e Zwingliani (e poco piti tarde calvinisti) combattevano come superstizione Ppapale, romana. Per i! Valdés non c'era da combattere apertamente contro queste esteriorita: non c’era da combattere perché, per lui, esse non aveva- no nessuna importanza.” ?? Cantimori explica el éxito extraordinario de la doctrina valdesiana en Italia refiriéndose a la vaguedad que alli caracterizaria al movimiento refor- mista durante decenios: “Questo carattere vago e incerto, pieno di impeti sentimentali e di passione, questa inquietudine, questa contusione, insom- ma, mentale e sentimentale, spiegano a loro volta la fortuna che ebbe in Ita- lia il movimento detto valdesiano, cosi chiamato da Juan de Valdés, il quale seppe inserire il suo rifluto della tradizione dogmatica cattolica e la sua pro- paganda per le dottrine luterane in quel movimento di ritorno alla prattica e alla fede dell'eta evangelica e di quella apostolica, che viene chiamato evan- gelismo e che non ha nulla di eterodosso. E Ila sua azione fu cosi sottile da ingannare non solo molti dei contemporanei, almeno per un certo tempo, ma anche molti studiosi di questi argomenti, fino ai giorno nostri.” Cuando Cantimori escribio estas lineas en 1961, estaba fuertemente influido por el descubrimiento de Tommaso Bozza, segtin el cual el famoso libro Del beneficio di Christo, considerado antes como la esencia de la reli- giosidad valdesiana, no parecia ser otra cosa que un refrito de la Institutio religionis christianae de Calvino. *' La investigacion posterior y, sobre todo, el editor de la preciosa edicién del Beneficio en el Corpus Reformatorum Ita- licorum, Salvatore Caponetto, lo limitaron: “La dotirina valdesiana costituisce il nocciolo e il substrato dellopera”; “che Valdés resti la fonte primaria def 79. Delio Cantimori: II circolo di Juan de Valdés” (1961), en: D. Cantimori: Umanesimo e religions nel Rinascimento (Piccola Biblioteca Einaudi 247), Torino 1975, 199 80. Ibidem, 197. 81. T. Bozza: Ii Beneticio di Christo e la Istituzione della religione cristiana di Calvino, Roma 1961 T. Bozza: Calvino in alia, Roma 1966; T. Bozza: La Riforma cattolica. If Benelicio oi Cristo, Roma 1972. Después de redactar estas paginas he podido examinar, gracias a la amabilidad de Manfred E Welti, el nuevo libra de Bozza: Nuovi stud! sulla Riforma in Italia, |, 11 Benelicio i Cristo, Roma 1976 Bozza sigue manteniendo el punto de vista, de que el Beneficio de Cristo no hace otra cosa que retlejar fa pura doctrina de Calvino ("Ed @ proprio, oltre lo schema, la dottrina del trattatello che @ identica alla dottrina della summa del Riformatore di Ginevra", p. 409 ss. “Nulla nel Beneficio che possa ricordare la dottrina delia Chiesa cattolica ... Nulla neppure che ricordi lo stesso Valdés, perché altro é il proceso della fede nel’eretico spagnolo.”, p. 391). Aunque Bozza estd convencido de que Valdés conocia muy bien las obras y la doctrina de los reformadores (ibidem pp. 264, 272, 274), al final, él tampoco sigue el Consejo de Cantimori, de examinar cuidadosamente los escritos del espafiol para ver én ellos la posible influencia de Lutero y Calvino, cfr. D. Cantimori: Conversando di storia, Bari 1967, 69. 114 Beneficio lo conferma il fatto che molti concetti, comuni ai riformatori e allo Spagnolo, sono riproposti per il tramite valdesiano.” @ Pero Caponetto se inclind demasiado hacia el otro lado, escribiendo: “Farne (del Beneficio) un'opera di pura propaganda protestante di un abile ritagliatore di testi dei riformatori e una spiegazione semplicistica e lontana dal vero: Rimarrebbe da chiarire il fine di questa propaganda, se persone del ceto ecclesiastico fornite di una buona cultura teologica la lessero con gran- de fervore senza pensare en Lutero e a Calvino e se, ancora di recente, un conoscitore delle controversie teologiche de! Cinquecento come Hubert Jedin poteva non trovarvi esplicite eresie."®° Tampoco Domingo de de Santa Teresa noté herejia en las obras de Juan de Valdés, lo cual solo quiere decir que habian cambiado mucho los criterios para “hacer herejes" desde Ambro- gio Catarino. Respecto a la finalidad del texto aflade el editor moderno del Beneficio: “in realta, Benedetto Fontanini e il suo collaboratore Marco Anto- nio Flaminio non intessero diffondere il ‘luteranesimo’ o il ‘calvinisimo’, e neppure il valdesianismo nella sua forma piu originale ed estrema, ma annunciare la ‘santa dottrina’ della giustificazione riservata da Dio agli eletti e predestinati, i cui nomi sono scritti ne! libro della vita” * Como si la doctrina de la Justificacion por la Fe no hubiera sido deriva- da y propagada de nuevo por Lutero y como si no marcara el punto de parti- da histérico de toda la Reforma. Y si esto no hubiera quedado entonces lo suficientemente claro para todos, Lutero mismo lo repitid con palabras expresivas en los Schmalkaldischen Artikein de 1537, determinando como articulo primero y principal, “que nosotros seremos justificados por la Fe sin nuestro mérito a a causa de la obra de redencidn de Cristo”. “De este articu- lo uno no se puede apartar en nada, aunque caigan el cielo y la tierra.” “Y en este articulo esta escrito todo, lo que ensefiamos y vivimos contra el Papa, el Diablo y el mundo.” ®& Wittemberg y Roma juzgaron con mucho mayor realismo que Contari- ni y Melanchthon, quienes consiguieron en 1541 en Regensburgo un acuer- do precisamente sobre este aspecto de la justificacién. Lutero denomind al acuerdo una “nota amplia y remendada ..., en la cual ellos, los catélicos, tie- nen razon y nosotros también tenemos razén”. Tampoco encontré en Roma ninguna otra aprobacién que la de Reginald Pole.® En Italia, practicamente 82. Benedetto da Mantova: /I Beneficio df Cristo con le versioni del secolo XVI, document e testi- monianze, a cura di Salvatore Caponetio, (Corpus Reformatorum ltalicorum) Firenze-Chicago 1972, 474-478; A. Rotondo: “Atteggiamenti della vita morale italiana del Cinquecento. La prattica nicodemiti- ca’, en: Rivista Storica italiana, 79, 1967, 1015 ss 83. B. da Mantova, !! Beneficio, op. cit., 479. 84, Ibidem. 85. Luthers Werke, WA 50, 198 ss. 86. Gasparo Contarini: Gegenreformatorische Schriften (1530-1542), ed. por Friedrich Hiner- mann, en: Corpus Catholicorum 7, Minster i. W. 1923, XX. El Interim de Augsburgo de 1548 represen- taba un segundo acuerdo provisional, aunque realmente no llegd a tener vigencia en ninguna parte. La Paz de Augsburgo en 1555 sellé la separacion definitiva de las confesiones. 115 cualquiera que tuviera alguna instruccién teoldgica, desde Caterino Politi hasta Carnesecchi, era consciente del origen y de la envergadura de la doc- trina de la justificacién y el que alguien realmente leyera el Beneficio di Cris- to “senza pensare a Lutero e a Calvino”, prueba por si solo el alto grado de eficacia que habia conseguido sutilmente la propaganda protestante a tra- vés de los valdesianos. Que atin siendo asi, muchos consiguieron separar, con buena fe, la doctrina luterana de la justificaci6n de sus consecuencias devastadoras para el sistema eclesiastico catdlico, fue posible en un princi- pio por la esperanza en una reunificacién y una reforma profunda de la Igle- sia (Contarini, Pole, Morone) o porque para los valdesianos el mantenimien- to de una Iglesia exterior se habia convertido en algo completamente insignificante Denominar todo este movimiento “Evangelismo”, como a menudo se hace hoy en dia, solo es posible sin saber nada de los inicios luteranos de Valdés, haciendo caso omiso de la parte luterana de su propaganda religio- sa en Italia. Mantengamos con Cantimori la denominacién “movimiento val- desiano”, con sus elementos luteranos y espiritualistas, sin tildar a los segui- dores de este movimiento de luteranos y calvinistas, como lo hicieron entonces los inquisidores. Las actitudes confesionales concretas dentro del movimiento valdesiano solo podian tener lugar en contacto con la Reforma establecida como en el caso de los exulantes.? Por sostener la espirituali- dad valdesiana, no pocos de aquellos fueron considerados también herejes por los reformadores. El mejor ejemplo es Bernardino Ochino, el cual, segtin las afirmaciones de Calvino y Beza habia tomado sus especulaciones profa- nas directamente de las 110 Considerazioni de Valdes, segtn ellos un libro, que hubiera debido ser quemado antes de imprimirlo, porque respiraba en muchas partes el espiritu anabaptista, alejaba a los hombres de la palabra de Dios y los seducia a realizar especulaciones “quas falso spiritum vocant”.® En Espaja, por el contrario, se impidié cualquier desarrollo del valde- sianismo in nuce, al acabar definitivamente con el movimiento de los alum- brados y erasmistas poco después de editarse el Didlogo de doctrina. Demuestran la intencién de Valdés de propagar las ideas de Lutero primero en sus circulos intimos, la dedicatoria al Marques de Villena -el protector de Alcaraz-, las repetidas referencias a Erasmo y el papel crucial que en el Dia- logo se atribuye al difunto Fr. Pedro de Alba, un exponente conocido de la reforma de Cisneros. El entusiamo espontaneo que provocé el libro precisa- mente en muchas de esas personas debié convencer a Valdés de que no se habia equivocado ni en la seleccién de los medios, ni en la determinacién de su publico. Se habia equivocado sin embargo en la evaluacién del poder real de los frailes y también en suponer que los inquisidores diferenciarian 87. A. Rotonds, “Atteggiamenti’, op. cit., 1016 88. Th. de Béze: Epistolarum theologicarum liber unus, Genevae 1573, ep. IV, 33-48. 116 de manera significativa entre Lutero, Erasmo y los alumbrados. “Los errores de los que se dicen alumbrados,” leemos en la acusacién contra Vergara, “quasi cohinciden con los dichos errores lutheranos”, y “Erasmo era segundo Luthero e, como glosa dél, dezia y hablava mucho mal.”®® Valdés y sus ami- gos fueron acusados como alumbrados, erasmistas y luteranos y finalmente condenados como tales. Después de la magnifica exposicién que hace Bataillon de esta repre- sion por la Inquisicién escribe: “Nous sommes maintenant mieux préparés a comprendre certains mouvements et certains hommes que I'inquisition a traités de ‘lutheriens’, et que les historiens modernes, protestants ou catholi- ques, ont trop facilement annexés au protestantisme.’® Para Bataillon esta- ba claro que en la Esparia del siglo XVI no se podia hablar de eso en abso- luto y asi, desde el prélogo hasta el final de su obra, utiliza la palabra “lutheranisme” en referencia a Espana siempre entre comillas. El luteranis- mo tan real - esta vez sin comillas - en el Didlogo de Juan de Valdés nos permite preguntar si hoy todavia podemos seguir limitando esos movimien- tos con expresiones como erasmismo o cosas parecidas. También la enor- me cantidad de libros protestantes confiscados por la Inquisicién de Sevilla hasta 1560 (a los cuales no se ha referido nunca Bataillon, aunque la lista fue publicada en 1902), demuestra claramente, que alli no solo se leia a Erasmo." 89. "Proceso de Vergara’, f. 134 1°, 135 v2 90. Bataillon, Erasme et 'Espagne, op. cit., 548 (Erasmo y Esparia, op. cit., 509) 91. Emst Schafer: Beitrage zur Geschichte des spanischen Protestantismus und der Inquisition im sechzehnten Jahrhundert, 2., Gitersioh 1902, 392-400. He aqui una seleccién de los tedlogos protes- tantes con la cantidad de sus libros, registrados en el memorial de los inquisidores: A. Corvinus, 5; A. Osiander, 1; A. Althamer, 2; A Aretius Felinus (Butzer), 1; B. Westhemer, 3; B. Ochino, 2; Chr. Hofmann, 2; C. 8. Curione, 3; Ch. Hegendort, 1; C. Pellican, 6 lomos Op. omn. + 2; E, Sarcerius, 16; F. Lambert, 5; G. Creutziger, 2; K. Megander, 2; Bullinger, 10; Zwingli, 3 tomos Op. omn.; Calvin, 11; J. Draconites, 2; J. Spangenberg, 4; Okolampad, 8; Bugenhagen, 7; Vadian, 1; J. Gast, 3; Pérez de Pineda, 2; Sley- dan, 1; J. Jonas, 2; J. Wilichius, 2; J. Rivius, 4; J. Rinthisius, 1; J. Agricola, 1; J. Brentz, 15; L. Loss, 4; L Culman, 3; M. Butzer,C 8; M. Borrhaus, 3; Luther, 5 tomos Op. onm.; M. Servet, 1; N. Gallus, 1; O. Brun- fels, 2; P. Viret, 6; P. M. Vermigli, 2; P. Phrygio, 1; P. Fagius, 1; P. Artopoeus, 2; Melanchthon, 2 tomos Op. omn, + 8; S. Minster, 5; S. Meyer, 2; S. Castalio, 1; Th. Bibliander, 4; Th. Veratorius (Gechaul), 1; W. F. Capito, 3; W. Wissenburg, 1; U. Regius, 1; W. Musoulus, 5; (ademas de esto habia registradas § obras de Erasmo, 2 de Juan de Valdés, 1 de Furié y Ceriol y 5 de Constantino Ponce de la Fuente) Estos libros fueron guardados en dos cajas, “para el caso de que se necesitara uno de aquéllos para alguna verificacion”, como informaron los inquisidores de Sevilla en una carta del 8 de enero de 1562 al Consejo de la Suprema. Todos los demds ejemplares de los mismos libros - “una cantidad muy grande’- habian sido quemados en el patio del palacio de Triana. De las biblias confiscadas también se queda- ron los inquisidores con un ejemplar de cada una, las demas serian, o bien censuradas y vendidas 0 bien quemadas si asi lo dispusiera la Suprema. (Cir. José I. Tellechea Idigoras: “Biblias publicadas fue- ra de Espafia secuestradas por la Inquisicién de Sevilla en 1552", en: Bulletin Hispanique 64, 1962, 236-247}, Los libros sospechosos, destinados al expurgo -también en “una cantidad muy grande"- fue- ron llevados al Hospital del Cardenal. Los libros permitidos fueron devueltos a sus propietarios. Una gran parte de éstos procedia obviamente de la biblioteca del doctor Constantino. En el inventario de los cerca de novecientos libros que se confiscaron en su casa no se halla ninguna obra de los reformado- 117 Resulta por tanto un postulado urgente de la historiografia el quitar importancia al significado del erasmismo como catalizador y denominador comtin de la religiosidad espafiola del siglo XVI. La verdad es que Bataillon mismo empezo con la reduccién de la importancia erasmista cuando escri- bid en su articulo “Vers une definition de I'Erasmisme”, bajo la impresién de la investigacion de Nieto, “Que Juan de Valdés ait coloré ou non son Didlogo d'erasmisme pour dissimuler une dette envers un maitre moins avouable, il reste qu'il a appartenu, comme son frére Alfonso, au monde des propaga- teurs de la gloire des idées d’Erasme en Espagne. Mais pour qui veut suivre le progrés de ces idées dans une zone ambigte entre I’heterodoxie et lorthodoxie traditionelle, il est impossible de négliger cette possibilité que l'erasmisme ait été a l'occasion assumé ou porté comme le masque rassu- rant d'une pensée heterodoxe.”* Bataillon estaba entonces influido por la tesis todavia inédita de Nieto y pensaba en Alcaraz. Hoy el gran hispanista tendria que corregirse de nuevo y traspasar a Valdés lo que habia escrito una pagina atras sobre Berquin: “Son erasmisme pourrait 6tre tenu pour vétement rassurant d’un luthéranisme bien réel.” La cuestién ahora es saber, si eso era valido exclusivamente para Val- dés, si él intentaba solo llevar a sus amigos hacia Lutero, superando a Eras- mo, o si esa propaganda luterana era la consecuencia y la expresién de una actitud general. La estrecha solidaridad dispensada al autor del Didlogo por los erasmistas de Alcala rayaba en la complicidad en algunos casos. En primer lugar nombremos aqui al hermano de Valdés, Alfonso, secretario del Emperador, quien supo mejor que ninguno desempenar durante la Dieta de Augsburgo en 1530 el papel de un mediador sensible entre el Emperador, el Nuncio Aleander y Melanchthon. Parece que Girola- mo Aleander se habia referido a Alfonso de Valdés cuando culp6 a algunas personas del entorno imperial de que “aunque rechazaran tanto esa secta luterana en su habla, la fomentaban con sus hechos; y como no se podian pronunciar libremente sobre Lutero, ya que estaba condenado, alzaban a Erasmo al cielo y difundian su veneracién en Espafia.”? Sobre todo en el res (cfr. Klaus Wagner: EI doctor Constantino Ponce de la Fuente. El hombre y su biblioteca, Sevilla 1979). Sin embargo, Seguin informa Reginaldus Gonsalvius Montanus, Constantino hizo emparedar los libros peligrosos en casa de la viuda Isabel Martinez antes de su detencién. También el jesuita Diego Suarez informé a Lainez on agosto de 1559 de que se habian encontrado en casa de una dama muy afecta a Constantino, entre dos pazedes, mas de dos mil libros prohibidos: “mas de dos mil cuerpos de libros prohibidos emparedados en dos tabiques, y a ellos y a ella llevaron a la Inquisicién.” (Batallion, Erasmo y Espafa, op. cit., 528). Bataillon desechd sin embargo la afirmacién del autor de las Inquisitio- nis hispanicae artes como novelesca (“un buen capitulo de novela"), y no did mucha importancia al te: limonio del jesuita, sdlo porque Constantino murié, en el verano de 1560, en la prisién, de una enferme- dad y no en la hoguera. Hernandez, a quien habia detenido la Inquisicién un fio antes que a Constantino, no {ue quemado antes de diciembre de 1580. 92. Bataillon. “Vers une definition de l'erasmisme", en Colloquia Erasmiana Turonensia, Tours 1969, 29; Bataillon: Erasmo y el erasmismo, Barcelona 197, 154. 93 E. Boehmer: “Juan und Alfonso de Valdés", en: Realencyklopadie fir protestantische Theofo- gia und Kirche, 20, 383. 118 Didlogo de Mercurio y Caron de Alfonso de Valdés se puede percibir la reso- nancia de la lectura de los escritos de Lutero %, pero las citas literales que hemos podido comprobar, proceden todas de las obras de Erasmo.% Igualmente fragmentarios son nuestros conocimientos de la verdadera actitud de Juan de Vergara. No podemos dar mucha importancia a su decla- racion ante de los jueces, segtin la cual no habia leido el Didlogo de doctrina, sino que habia basado su juicio Unicamente en los testimonios favorables de Carranza y Coronel y que habia hablado de eso come mucho con su hermanastro Tovar.% Por lo menos uno de los libros utilizados por Valdés, el Comentario a Isaias de Ecolampadio, era de Vergara, y es de suponer que éste tenia mas libros luteranos que los cinco entregados por él mismo a la Inquisicisn en agosto de 1530.” Los inquisidores supieron durante el interrogatorio al hermano de Castillo, Gaspar de Lucena, de otro libro luterano de la biblioteca de Vergara que Tovar habia pasado a Casti- llo.38 Una carta secreta que mando Vergara a Tovar después de Ia detencion de éste indica, sin embargo, que no era partidario de una militancia luterana. Vergara queria saber de su hermano, que habia hablado con aquellos dia- blos (refiriéndose a los alumbrados detenidos, se supone) y si habia critica- do las cosas supersticiosas segtin la manera de Erasmo o segtin la del perro de Lutero (“Tamen multum refert si va la cosa a fuert de Erasmo 0 a fuert del perro de Lutero, quod Deus avertat’).°° Pero, 4no eran estas las palabras de una carta que pudiera ser captada por la Inquisici6n, como de hecho luego ocurrié? En todo caso Vergara no era tan imprudente como su impulsive her- mano Tovar 0 como el amigo de este, Castillo, que fueron denunciados por el clérigo Diego Hernandez como los cabecillas de la Cohors sive factio lutheranorum. Los historiadores no conceden ninguna credulidad a las declaraciones de Hernandez, pero incluso Bataillon tuvo que reconocer que aquél clérigo con fama de farolén estaba muy al corriente de los circulos de los “alumbrados erasmisants” de Alcala y que no se podian desechar facil- mente sus indicaciones, dejando a un lado los titulos que did a cada nom- bre.*°° Con el descubrimiento de las fuentes del Didlogo de Valdés, estos titulos experimentan ahora una revalorizacién antes insospechada y la suer- 94. Alfonso de Valdés: Didlogo de Mercurio y Carén, ed. J. F. Montesinos, (Clésicos castellanos 96), Madrid 1965, 134 6-22, 208 14-26, 210 24-30, 96. Alfonso de Valdés: Dialogo de las cosas ocurridas en Roma, ed. J. F. Montesinos, (Clasicos castellanos 89), Madrid 1969, 20-26, 28 (ofr. Querella pacis, Erasmi Opera, LA, IV, 628-635, 639, 641- 642); A. de Valdés, Didlogo de Mercurio, op. cit., 12-19 (cfr. Queretla pacis, 631; Enchidirion, Erasmi Opera, V, 5, 41, 48-49; Colloquia, Erasimi Opera, |, 679, 685, 709 etc.) 96. Longhurst, Erasmus and the spanish Inquisition, op. cit.. 42s. 97. "Proceso de Vergara’, 1 v*; Bataillon, Erasmo y Espafia, 439. 98. Ibidem, 478, 99. Ibidem, 454; las cartas de Vergara a Tovar confiscadas_han sido publicadas por M. Ortega, Proceso de la Inquisicién contra Maria de Cazalla, op. cit., 515-518. 100. Bataillon, Erasmo y Espafia, 483. 119 te que corrieron los denunciados como “dafiados" o “finissimos lutheranos” por el clérigo hace suponer que Hernandez quizas exagerara, pero no que fantaseara en la revelacion de las indiscreciones de Castillo. Lopez de Calain, Garzon y Castillo sufrieron la muerte en la hoguera; el fin de Tovar no ha quedado documentado ‘1; Vergara tuvo que abjurar “de vehementi”; Valdés, Villafana, Miona, Diaz, Pascual y Torres huyeron al extranjero. (Gaspar, Pedro o Juan) de Villafafia es muy probablemente el “Martinus a Villafafia, Hispanus” que se matriculé en 1543 junto al impresor Pietro Perna en la Universidad de Basilea.'®? El estudiante (Gasion o Manuel) Diaz, que huy6 en 1530 con Miona a Paris podria ser nada menos que el famoso Juan Diaz (natural de Cuenca como Valdés), cuya participa- cidn en la Disputa de las Religiones, en Regensburgo, como representante del lado protestante, enfado tanto a los espafioles que le mands asesinar su propio hermano, para salvar el honor de la familia y de la patria. Hasta fina- les de 1544 Juan Diaz habia estudiado en Paris con Budé “totos tredecim annos aut eo amplius”, lo cual coincide tanto con la cronologia como con las asignaturas del estudiante huido de Alcala. El era supuestamente el Johan- nes Diazius que esté documentado en las actas de la Universidad de Paris como “Bach. artium”.!° El rector de la Universidad de Alcala, Mateo Pas- cual, fue llamado de nuevo a Espafia bajo algtin pretexto y retenido en la earcel hasta 1537 por unas frases sobre el purgatorio; perdis todos sus puestes y tuvo que abjurar de esas frases. En 1538 era en Roma uno de los tres “viros acres hispanos”, que le ocasionaron a Ignacio y sus amigos difi- cultades diversas. 1° En el caso de Miona y Torres, sin embargo, parece que el clérigo Her- nandez mismo vid que se habia pasado situdndolos en su primera denuncia, por su amistad con Tovar, en el mismo lugar que a Valdés; en la segunda denuncia, aumentada con 40 nombres mas, ya no los menciond. El portu- gués Manuel Miona habia sido el confesor de Ignacio de Loyola en Alcala y le habia recomendado la lectura del Enchiridion militis christiani de Erasmo. En 1534 Miona estudid en Paris, dos afios mas tarde Ignacio intenté con- vencerle para que aprobase los Exercitia. En 1544 ingresé Miona en la 101. El proceso de Tovar duré todavia hasta 1841, cir. Angela Selke: “Vida y muerte de Juan Lopez de Calain, alumbrado vizcaino”, en: Bulletin Hispaniquo, 62, 1960, 145. 102. Die Matrikel der Universitat Basel, ed. por H. G. Wackernagel, II., Basilea 1956, 32 103, Menéndez y Pelayo: Historia de los Heterodoxos espaiioies (1.1V, c.5), Buenos Aires 1951 282 ss.; Luis de Matos: Les Portugais a /'Université de Paris entre 1500 et 1550, Coimbra 1950, 89 (donde, sin mas pruebas, se identitica en 1636 a Johannes Diasius con un portugués llamado Jodo Dias); Ricardo Garcia-Villostada: “La Universidad de Paris durante los estudios de Francisco de Vitor en: Analecta Gregoriana XIV, ser. Fac, Hist. Eccles. Sectio B N.2, Roma 1938, 400, repite las informa- ciones de Menéndez y Pelayo, aunque se le pasé el nombre de Juan Diaz en las Acta rectoria Universi- tatis Pavisiensis. 104. Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit., 4768.; M. Del Plazzo-C. Dalmases: “il processo sulloriadossia di S. Ignazio e dei suol compagni svoltosi a Roma nel 1528. Nuovi document, en: Arch. Hist. Soc. Jesu, 38, 1969, 434 120 Compania de Jests.'° El intento de R. Garcia-Villoslada S.J., de absolver a Miona de cualquier sospecha de erasmismo y alumbradismo pertenece al campo de la hagiografia. El vicerrector del Collegium Trilingue, Torres (a quien identificé Villos- lada como el que mas tarde fue el jesuita Miguel de Torres, igual que antes Bataillon; quien se llamaba en Basilea Christophorus a Turri 1°, llegd en marzo de 1533 a Basilea, donde fue encarcelado tres veces y amenazado de muerte en el caso de que volviera alguna vez mas a la ciudad. Torres se habia metido en la cabeza apartar a los basilenses de la doctrina del “ser- vum arbitrium”, y convencerles de volver a la Iglesia comun. Gracias a la ayuda de Bonifatius Amerbach y de Simén Grynaeus, el helenista aplicado de Alcala, logré salir de Basilea sano y salvo. Damido de Gois, que habia oido del caso, pregunt6é a Amerbach por la suerte que corrid Torres des- pués.'°” En la carcel de Basilea Torres habia escrito para Amerbach su bio- grafia, la cual arroja luz nueva sobre los sucesos en Alcala, y nos permite a la vez un examen inmediato del ambiente curioso del “alumbradisme erasmi- sant”.108 105. Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit., 213. Sobre los primeros procesos de Ignacio en rela: cién con la persecucién de los alumbrados cfr. Milagros Ortega Costa: “San Ignacio de Loyola en el Libro de Alumbrados: nuevos datos sobre su primer proceso", en: Arbor, 107, 1980, 163-174. 106. R. Garcia-Villosiada: Loyola y Erasmo, Madrid 1965, 66 ss. 100 ss. Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit, 213, 484. Torres firmaba sus cartas a Amerbach con una cruz encima de una torre 0 una colina. En la viga de la cruz escribia tas letras “s. m.", y abajo *s. ch.” {Queria representar con esto, que s2 llamaba en tiempos normales Miguei, (s{um] mfichael] y en otros empleaba el nombre de Cristé- bal, (s{um) chfristophorus})? © zdeberiamos interpretar estas letras como un simple “sum marae, sum chrisi?? Tampoco Amerbach pudo desciirar el enigma, cfr. Die Amerbachkorrespondenz, ed. por A Hartmann, \V., Basilea 1953, 237. Pamiendo de la cronologia, resulta un problema la identificacion de Christophorus como Miguel de Torres. Si son ciertos los datos de su vida, 1509-1863 (cfr. Manresa XXII, 1950, 73-80), fue sacerdote y vicerrector cuando apenas tenia 20 afios, lo cual parece poco proba ble. 107. En la Aktensammfung zur Geschichte der Basler Reformation ed. por €. Diitr y P. Roth, Basilea 1921 ss., tomo 6, n® 263, 265, 276 y 278, se dice: “El sefior Cristoffel a Turri, parece ser sacer- dote y espafiol. Estuvo en la carcel por disputar contra nuestros predicadores de la iglesia y como debia contestar a eso de la escritura divina y biblica, lo negs [...] Por esa causa sé le dis la libertad el miérco- les, 9 de abril. Jurd for i santo Evangelio una [...] sincera y completa y que desde aquel momento desapareceria de la ciudad y de la provincia de Basilea, que no volveria nunca, so pena de espada etc. Sin embargo volvid enseguida. Fue detenido y metido en al carcel, de la cual le soltaron el 18 de abril Al parecer, todavia una tercera vez se repitié el mismo proceso. Al liberarle él 16 de Mayo le amenaza- ron que si volvia otra vez seria ahorcado como perjuro o muerto con la espada [...]. A esto contests, que tenia la voluntad y estaba dispuesto a sufrir y morir por el nombre de Dios y su Santa Palabra, que ocu- rrigra lo que le placiera al Seftor. Con esto se fue. Al dia siguiente se hicieron las cuentas de los gastos causados en la carcel: “Item 1 Ib. lls. Vi d. ha costado la estancia del cura espariol en la torre de agua de Kolem." Cir. Die Amerbachkorrespondenz, op. cit., IV., 203, 298, 237: Elisabeth Feist Hirsch: Damiao de Gois, The Hague 1967, 86 108. Univ.-Bibl. Basel, Ms. G. II 50, 3 (copia de la epoca, ibidem 6). Esta biogratia y las demas ivas de Torres a Amerbach y Grynaeus se le escaparon al editor de la Amerbachkarrespondenz. 121 JESUS. Quia petisti a me, clarissime Consul, ut tibi dicerem, cur, patria mea relicta, huc me contulerim ut tibi potestati a Domino christianis fratribus datae obtem- perem, en narro quan paucis potero. Compluti operam litteris latinis ac graecis, ali- quam etiam dialectis dabam *, Audivi semel propositiones quasdam publice recitari a quibus omnes abstinere iubebantur; inter eas erant quae me vehementer offende- funt, quia videbantur pietati simpliciorurn obstare "°. Potest fieri ut ego non recte sen- serim, non memini quales erant. Dum hoc ego egertime ferrem, quidam mihi charissi- mus pater (tachado: frater) vere Dei servus, quantum ex fructibus (tachado,: doctrina et vila eius) licebat cognoscere, in carcerem est obstrussus "", Quan rem ego tam tuli acerbe, ut non potuerim non publice clamare et asserere eum vere christianum esse. Et eos qui illum in carcerem coniecerent, accusabam. Mox doloris impaliens convoca. vi omnes universitatis doctores et illos ut viderent quid in fidei negotiis fierat admonui: et alia quaedam, quae nescio qualia illis visa sunt, dixi, ili vero me iusserunt abire, harumque rerum securum esse. Postea ego, pudore correptus, aocessi ad fidel inqui, sitores et ingenue quae feceram fassus sum ac veniam, si quid erraveram, peti. Absit enim a me ut tam sim superbus, ut a consensu totius ecclesiae iam tot annis ab omni- bus chistianis approbatae discedam. At illi me itidem dimiserunt. Tune ego, maiori quam antea affectus pudore, amicis meis salutatis, relinquo quam mihi non magis Patriam, quam totum christianum orbem puto, Galliam ingressus, in quadam eius urbe ultra annum versatus sum ", ubi in quosdam nobiles viros, qui opiniones quasdam detendebant, incidi, qui me conducere ut quibusdam graece legerem voluere. Contra, Cum ego timerem ad illos ingredi, quia cum illis scilicet consentiendum erat aut perpe. tuo contendendum, quorum utrumque horret anima mea, tribus Pperpetuis diebus ubi- cumque eram oravi Domninum, ut me illis adiungeret, si illi veritatem haberent, quam ego, praeter(e)a nihil, inquiro. Audivi tandem si amplius de relinquendo omnium chris- tianorum consensu consulerem Dominum, me iturum in viam Balam. lam ego in cat- holica fide confirmatus, aliud Dominum orare coepi: ut mihi aliunde victum prospiceret. Non hoc quidem mihi concessit Dominus, sed contra visus est mihi mortem per famem incidere, nisi ad illos accederem, cum aliquandiu pane tamen et prunis et aqua, nec his semper abunde, vivendum esset. Praeterea Dominus me confirmavit, ut illorum curam susciperem, tum ut illos fratrerna charitate admonerem, tum ut alios adhortarer ne hostilem in illos animum gererent. In quo instituto semper hactenus pro- feci, unde ab utrisque ingentem invidiam mihi conciliabam, ut quisque cordatus satis potest cogitare. Tandem cum ferre non passem a multis digito ostendi, nee hoc Solum, sed ab iisdem, quorum ego causam agebam, audirem in faciem iam: Tu per tuas graecas literulas vis omnia instituta maiorum nobis semel abrogare. Cum haec itaque ferre nequirem, ex meo stipendio et a bonis laemosinibus accepto satis largo 109. Diego Hernandez dectaré ante los inquisidores, que Torres trataba mas con Tovar que con Miona, porque él (Torres) “ya era griego y gran latin”, “Proceso de Vergara’, f. 44 r; Bataillon, Erasmo y Espatia, op. cit,, 213 nota 16. 110. Torres parece referirse aqui al Edicto de fos Alumbrados de Toledo de 1525, que se leia en todas las iglesias los domingos y festivos: “.. e por la presente mandamos que vos apartéis en todo ¢ Por todo de los dichos herrores, e novedades, € no la creais...", cfr. A. Marquez, Los alumbrados, op. cit, 2 111. Muy probablemente se refiere a Bernardino Tovar, que fue detenido en septiembre de 1530. Diego Hernandez efirmé que Miona y Torres huyeron a Paris después de la detencion de Tovar, Cir Bataillon, Erasmo y Espaita, op. cit., 475. 112. Desgraciadamente Torres no mencioné el nombre de esa ciudad. 122 comeatu, conducto equo, Lutetiam profectus sum, ubi Deus me, ut solet, ubique ale- bat, nec quicquam mihi, etiamsi illic multis annis mansuro, defuturum videbatur. Verum, aliud Domino visum est. Nam postea quam conducta cella, emptis supellectili- bus, accepto puero, qui mihi victum curaret, Aristoteli, qui legebatur graece, operam totis viribus dare parabam, en tibi amici mei, qui me ex patria no(ve)rant, qui me sta- tim primis congresibus admonent poenitentiarium quem dicunt adire, alioqui non mihi impune futurum, si velim Parrisiis manere. Adeo, ne illis scandalo essem, patefacio Adamo illi, sic enim poenitentiarius sese appellabatur ''°, plura fortasse peccata quam ille audire cupiebat. Verum, quod illis non fuerat ingratum futurum, dissimulo, ne Deum offenderem nomina illorum videlicet quibuscumque fueram versatus, quod illi pulchre noscebant; dissimulo inquam coram omnibus ubique, ut quos credebam meis admonitionibus resipuisse; praesertim cum iter illos et quandam eiusdem ordinis foe- minam, antea non satis fortem (tachaco: hactenus satis superstitiosam) veram amici- ciam reconciliarat per me Deus, adeo ut istius illi publicum patrocinium susciperent. Haec res Lutetiae eo spiritum meum afflictions adegit, ut his qui mihi insidiabantur, pia mente ego interpretor, relicta cum suis supellectilibus cella, media die, velut in agro perambulaturus, Lutetia profectus sim, quo praesidio novit Christus. Inde, Orien- tem pro duce habens ignarus viae multa conficio miliaria, ubi crucem in via offende- bam coram Christo meo genua flectens ac clamans misericordiam, donec invenio multos peregrinantes ad divi Nicolai aedes euntes ‘4, nescio an animi an religionis ergo. Verum, quia Orientem versus iter tenere videbantur, illis me itineris comitem adiungo, eodem nomine scilicet peregrinaturus verius, si Christo placuit, quam ill Idem voveram, si modo Deo ita videretur, ne mihi mentiendum esset in itinere si qui viae causam rogarent, illis non tamen animo reddidi. Illinc, audito Friburgi minime post aliquot miliaria, nam prius Romam tendebam, illuc tendo, quia ibi audiebam E(ras- mum) R(otherodamum) esse, virum de republica christiana quam bene meritum, altis- simus esto iudex. Ad eum cum ventum est, non licuit colloqui (tachado: retulit enim minister eum) non satis recte valenti; acceptis tum ab eo per famulum pecuniis, disce- do, a docto viro Clareano viae in Italiam locorum catalogo conscripto, illuc animum intenderam. '*5 Verum, cum iter facere non valerem (nam a Friburgo huscusque circi- ter 5 vel 6 dies impendii et novem tum obolos haberem) cum ab hac urbe abessem unum tantum miliare, hora diei quinta, non satis memini agressus ex illo oppidulo viae edoctus utcumque quo vel hue, vel alio tendere liceret. Cum ad Bivium ventum est, sinistrum iter aggressus sum; deinde progressus paululum, iam omnia mihi abscura- bantur, nil nisi montes altos circumspiciebam, quos crura mea cane p(e)ius et angue oderunt. Tunc ego ignarus prorsus idiomatis, pernoctaturus apud rusticum fortasse 113. Un Johannes Adam fue rector de la Universidad desde marzo de 1531 hasta junio de 1532, cfr. R. Garcia-Villoslada, La Universidad de Paris, op. cit., 438. Al parecer Torres no se hizo inscribir en el Acta rectoria, porque las informaciones de Villosiada sobre la esiancia de Torres en Paris se basan Unicamente en las de Bataillon. 114, Niklashausen a. d. Tauber, comp. Will-Erich Peucker: Die grosse Wende, Darmstadt 1966, 1., 263-296 (‘Der Paucker von Niklashausen’) 115. Torres no consiguié hablar con Erasmo antes de su segunda visita en abril, probablemente después de su primera expulsion de Basilea, cfr. Allen, Opus Epistolarum, 10, 217 (ep. 2805, 6-7). Eras- mo, que confundia bastante a menudo a los espajioles con los portugueses, le llamaba "Lusitanus”, A raiz de eso, Allen se remite en su nota equivocadamente @ Damiao da Gois. 123 ubi muto assidere mensae non licuisset, nisi largiter comesturo, soluturo ac quantum et alii, quorum utrumque meae negabant vires, alterum capitis, alterum loculorum. His curis anxius orabam Dominum non frigide, crede mihi clare Consul, ut mihi suam voluntatem patefaceret, sponte videlicet secuturo intellectam. Tandem, post longam et a(n)xiam orationem, huc gressus dirigit meos Dominus; nam si satis memini urbem clare conspicieébam. Antequam ad urbem appropinquarem, sacrificulis obvius sum factus quibusdam, qui me conviciis incipiunt lacessere, quod venirem fugitivus dicen. tes et alia divisionum nomina, quae illi frequentissma in ore habent, impengentes. Ego contra, quantum poteram verbis blandis remedium ab illis peterem, fortiter me irrisum demittunt ac vertunt terga. Ego vero, conviciis magis animo confirmato, multo alacrius hue contendo, ridens certe quod viae reliquum erat. In hanc quam nobis Deus ad suam gloriam ex(tjollendam conservet urbem ingresso, quaecumque accidere omni- bus nota sunt "8, Hactenus tibi, clarissime consul, viae meae rationem reddidi, quia hoc visus es mihi velle. Tu modo, quid sit agendum, prudens ut serpens simplex tum ut columba, meditare ne tuis viribus fidas, at sequere Christum vocantem, sublata cruce sine quam tibi et mihi sum defuturus, si quicquam apud Deum omnium alque nostrum Praecibus quaeam efficere. Spes autem bona est velle iam tandem Christum suae Sponsae misereri. Aspiret coeptis benignissimus noster IESUS. Amen,” Este Curriculum de un Torres despreocupado y abierto, muestra aun mas claro que algunas declaraciones en los procesos de la Inquisicién, una tal con Dios. Después de una de esas conversaciones intensas, el antes catedratico de Alcala decidio en una ciudad de Francia, desafortunadamente desconocida para nosotros, quedarse con los luteranos Para convertirles, en vez de convertirse él mismo al luteranismo. De otra conversacién parecida alcanz6 la seguridad profética, con la cual aparecié en Basilea, enviado divi- No como un segundo Jonas. Desde la carcel, escribid a Grynaeus y Amer- bach: “Est ergo quod per me vobis dominus mandat, dilectissime fratres, ut Inciytae hulus senatum in nomine Domini Jesu iubeatis convenire, ut et Pst quid per me lis itidem mandet Deus, accipiant; quod si feceritis, serva- bitis animas vestras; sinminus, quod minime a vobis spero En una tercera conversacion con Dios, afios mas tarde en Roma, al parecer le vino la iluminacion para ingresar en la Compafiia de Jesus; esto Para gran contento de Ignacio, que le habia defendido antes y que solia 116. La dispute con los tedlogos de la ciudad. Vid. nota 107. 117. Univ.-Bibl. Basel, Ms. G. 11 50, 5, carta de Torres a Grynaeus y Amerbach del 26-3-1533. 124 decir, “El que tocare al Dr. Torres, me toca a mi en las nifias de mis ojos.” 7% Rechazar simplemente a Miguel o Cristébal de Torres como alguien eviden- temente algo turbado, significaria pasar por alto los testimonios de Erasmo y Amerbach, que le llamaron “vir bonus nec illiberalis" y “vir (nisi multum fallor) praeter integritatem! pius ac reipublicae christianae optine cupiens".""? Eras- mo, que habia abandonado Basilea por la Reforma, y Amerbach, que habia permanecido en la ciudad a pesar de ella como miembro de la vieja Iglesia, se habian dado cuenta de que el espafol habia aparecido en Basilea como defensor fiel y valiente de sus propias ideas, aunque sin ser llamado: “Dominus ac redemptor noster, viri domino dilecti, me ad vos ut videtis misit per suam ecclesiam, ut suam vobis in me voluntatem pateta- a est, ut duorum quae hactenus (quo spiritu, Deus novit) defendistis, poenitentiam agatis toto corde: quorum alterum est, servam homini men- tem esse. Haec enim propositio altissimurn horrendis opprobiis afficit, utpo- te quae eum asserat, sibi similem imaginem servam, non liberam, condi- disse ab initio, vel post Adami lapsum sui unigeniti filii morte non in integrum reparasse. Neque hoc solum, sed quae nos quotidie nostra mali- tia flagitia comittimus, Deo tribuit; ut quae asserit nos a Deo vel invitos impelli ad peccandum, absit ab ore meo blasphemia. Alterum est, quod tandium a communi omnium christianorum consensu alienati esse patiami- ni 120 Torres no mencionaba en Basilea ni la justificacion por la fe, ni la doc- trina reformada de los sacramentos, ni la abolicion de las imagenes de san- tos. Se escandalizaba solamente a causa del rechazo de Roma y sobre todo con la doctrina de la predestinacion y del “servum arbitrium”. Sus objeciones a este aspecto son exactamente las mismas que contra la Reforma alega- ban antes que él Erasmo y Servet y después Castellio y Fausto Sozzini des- de Basilea. Tampoco Valdés se familiarizé nunca con la doctrina del “ser- vum arbitrium”. Evitd el problema, relegandolo a los aspectos innecesarios, que desviaban de la imitacién de Cristo.'2! El alumbrado Pedro Ruiz de Alcaraz, por el contrario, estaba completamente de acuerdo con Lutero en esta doctrina. ‘It was in the little town of Escalona, Spain”, escribié Nieto, “that the problem of the libero arbitrio and the servo arbitrio, were first anticipated, prior to Erasmus’ Diatribe (Sept. 1, 1524); and Luther's De servo arbitrio (Dec. 1525)."%? Los pronunciamientos de Alcaraz respecto a este tema son 118. R. Garcia-Villosiada, Loyola y Erasme, op. cit., 103 ss. 419. Allen, Opus epistolarum, 10, 217, nota 6; Die Amerbachkorrespondenz, op. cit., 1V, 237. 120. Univ.-Bibl. Basel, Ms. 50, 4 121. Didlogo, 136 4122. Nieto, Juan de Valdés, op. cit, 69 ss. nota 72; Nieto: ‘The heretical Alumbrados dexados: Isabel de la Cruz and Pedro Ruiz de Alcaraz’, en: Hommage a Marcel Baiaillon, Revue de Littérature Comparée, 52, 1978, 307 nota 29. 125 del afio 1523, pero deberiamos alegar que Lutero expresaba desde 1516 la doctrina del “servum arbitrium” con palabras tan claras como “Voluntas hominis sine gratia non est libera, sed servit, licet non invita” (1516, WA I, 147 38-39), 0 “non sumus domini nostrarum actionum a principio usque ad finem, sed servi" (1517, WA |, 226 6-7), que la frase de Lutero “liberum arbi- irium post peccatum est res de solo titulo" fue condenada por Leon X en la bula Exurge Domine en 1520 (WA 7, 142ss.) y que fue llamada herética en ta Determinatio theologicae facultatis parisiensis del mismo ano (WA 8, 287s.). Todo esto le indicaria a Nieto el “hecho”, de que el sistema teoldgico de Alcaraz tiene su origen en los afios 1511-1512. Datarlo de esta manera se basa unicamente en una declaracin de Alcaraz bajo tormento: “Fuéle comengado a hechar otro jarro de agua e, amonestado que dixese la verdad, dixo que Ysabel de fa Cruz le hablé sobre las cosas que dize e que no las conoscié por errores e que avia mas de quinze afios que le dixo estas cosas. Preguntado si desde aquél tiempo aca a estado en ello @ lo ensefiava ansy, dixo que sy y que pensava que era bueno.” 123 Si se quiere basar solo en esta frase “e que avia mas de quinze afios” la tesis de la existencia autéctona de una Reforma espafiola antes de Lute- ro, hay que aportar la prueba de que un hombre, a quien le metian de mane- ra barbara jarros enieros de agua por la boca, podia ser capaz de pronun- ciar las palabras “cinco” 0 “quince” tan claro como para que el redactor del acta, sentado en la mesa, las pudiera distinguir sin dificultad. A esto hay que afiadi7, que el agua pasaba por un pafiuelo, profundamente metido en la garganta, que a la vez impedia casi totalmente la respiracién a través de la nariz. Si Alcaraz dijo “cinco”, entonces no hay ningun problema, la conver- sién ocurriS poco antes de 1519, una época, de la cual esta probado por otro lado que “dogmatizaban” Isabel de la Cruz y Alcaraz. Sin embargo, si hubiera dicho realmente “quince”, solo queda la explicacién de que las ideas de Alcaraz habian cambiado mucho con el tiempo. Para aceptar la ecuacién Lutero = Alcaraz = “Deux initiateurs de genie”. necesitamos pruebas mas importantes que la declaracién dudosa de alguien que se esta ahogando.'24 Que Alcaraz e Isabel de la Cruz conocian ya en 1519 algunas de las tesis de Lutero lo aclaré Augustin Redondo partiendo de las declaraciones de Marfa de Cazalla. La presencia de Lutero en el Dialogo de Juan de Val- dés parece reforzar la tesis de Angela Selke y Redondo, segun la cual debid tener lugar una influencia directa, porque los alumbrados “held beliefs that were essentially the same as the principal doctrines of Martin Luther’ (Selke) 123. Nieto, Juan de Valdés, op. cit., 62, nota 49, 124, Para la descripcion de éste método de tortura ofr. Henry Charles Lea: A History of the Inqui- sition of Spain, New York 1908-1907, Hl, 19. 126 y porque los libros luteranos, incluso traducidos al espafol, fueron secreta- mente introducidos muy temprano en Espafia (Redondo).‘25 Los informes sobre la introduccién secreta de libros luteranos en Espana que han sumado Longhurst, Redondo y Tellechea, naturalmente son muy valiosos, aunque no esta garantizada la fidelidad de algunas fuen- tes, sobre todo respecto a las traducciones espafiolas.'° Girolamo Aleander, por ejemplo, escribid el 28 de febrero a Roma: “In Antuverpia se imprime a Luther in hispanico, credo per sollicitudine di Marani che sono in Fiandra, et se devea mandar in Ispania; Cesar ci ha detto haver- ci rimediato.” "2? Apenas transcurrido un mes, se comunicé el asunto a Espa- fia en un breve de Leon X, alo cual el Inquisidor General Adriano de Utrecht reaccioné dictando un edicto contra las obras luteranas, “las cuales diz que estan imprimidas para las publicar y vender en estos reynos.” % También los dos virreyes en Espafia escribieron a Carlos V, que con la ayuda “de algunos de estas partes, que desean impedir 0 enervar el Santo Officio de la ynquisicién, ha tenido forma (Lutero) de hazer traducir y poner en lengua castellana sus heregias y blasfemias y embiarlas a sembrar y publicar en esta catdlica nagién.” 1° Carlos V adopté las medidas adecuadas en dos cartas desde Worms el 20 de abril “para el caso de que Lutero y sus compli- 125, A. Redondo: “Luther et Espagne de 1520 a 1536", en: Mélanges de la Casa de Veleizquez, |, Paris 1965, 109-185; Redondo: “Les premiers ‘illumines’ castillans et Luther’, en: Aspects du liberti- nisme au XVle siecle (De Petrarche a Descartes, XXX), Paris 1974, 85-91; A. Selke: Algunos aspectos de la vida religiosa en la Esparia del siglo XVI: Les alumbrados de Toledo, tesis inédita, Univ. of Wis- consin 1953, cit. sequin A. Marquez, Los alumbrados, op. cit. 169. Marquez, quien cred la expresion “Juan de Vaidés tedlogo de los alumbrados", llama @ este movimiento, “cortiente protestante-espiritua- lista, que se une, superando a Erasmo y Lutero, a otros movimientos radicales de la Reforma’, ibidem 171 ss, Esperemos que Marquez pueda demostrar esta afirmacion en la futura edicién del Proceso de Alcaraz no solo “tipclogicamente”, sino también en detalle con textos teoldgicos e histéricos. 126. J. E. Longhurst. “Luther in Spain: 1520-1540", en: Proceedings of the American Philosophi- cal Society, 103, 1959, 66-93; Longhurst: Luther's Ghost in Spain, Lawarce, Kansas, 1969 (inaccesible para mi); A. Redondo, “Luther et Espagne", op. cit.; J. Ignacio Tellechea Idigoras: “Carlos V ante el luteranismo espahol", en: Didlogo ecuménico 8, 1973, 57-83; Tellechea: “La reaccién espajiola ante el luteranismo’, en: ibidem, 6, 1975 (ambos articulos se han editado de nuevo en Tellechea: Tiempos recios. Inquisicién y heterodoxias, Salamanca 1977, 19-32). 127. Theodor Brieger: “Aleander und Luther. Die vervollsténdigten Aleander-Depeschen’, en: Quellen und Forschungen zur Geschichte der Reformation 1, Gotha 1884, 81. La traduccién de ese parraio por P. Kalkoft: Die Depeschen des Nuntius Aleander (Schriften fdr Reformationsgeschichte 17), Halle 1886, 77, no es acertada en absoluto: “En Amberes se imprimen los escritos de Lutero en idioma espajiol por iniciativa de aquellos mercaderes moros (exactamente: procedentes de judios), que se deberian mandar otra vez desde Flandes a Espafa” [! No los mercaderes, sino los libros tenian Espafia ‘como destinol] Esta traduccién equivoca fue la causa de que Kalkoff dejara aparte el despacho de Ale- ander, cuando escribié afios mas tarde sobre los Marranos de Amberes y su simpatia hacia Lutero, cfr Die Anfinge der Gegenreformation in den Niederlanden, 1, (Schriften des Vereins fur Reformationsges- chichte 79), Halle 1903, 418s. 128. Longhurst, Luther in Spain, op. cit., 67, Redondo, “Luther et Espagne", op. cit., 121 129. Ibidem; ibidem. 127 ces ya hubieran mandado sus libros a nuestros reinos 0 los quisieran man- dar alli.” 190 No es dificil adivinar, que todos estos documentos tienen su base solamente en el despacho de Aleander, quien siempre sospechaba de los mercaderes iberos de origen judio, quizas sdlo por el hecho de que Erasmo, Hutten y Lutero le solian insultar como “judio no bautizado”. 131 Pero como nunea se ha visto ningtin ejemplar, ni esta documentada en ningun sitio una destruccién general, podemos suponer que estas traducciones de los libros de Lutero solo existian en la fantasia de Aleander 1% 10. J. Ignacio Tellechea, Tiempos recios, op. cit., 1977, 21 ss. 131. "Dopel le mie altre scritte a di doi de! presente io ho fatto bona inquisitione di intender, come Si porta Antvversa nei fatto di Luther, et trovo, che invero universal tutto si porta benissimo, eccetto alcuni mercanti Alti Alemani et alcuni Marani. fi quali dicono et fanno pur qualche pazzfa in favor di Lut- her, del che Cesar e ben advertito.” Bruselas, alrededor del ocho de septiembre de 1521, clr. Brieger, “Aleander und Luther’, op. cit., 264. Para los prenunclamientos sobre el supuesto judaismo de Aleander clr. P. Bayle: Dictionnaire historique et critique, ed. Paris 1820, 1, 423-425. No habria que generalizar demasiado el punto de vista de que los conversos espafioles en los Paises Bajos vieran en Lutero durante un tiempo un compaiiero de armas contra ta odiada Inquisicién. Converso también era Luis Coronel, quien actud en 1522 como Inquisidor contra los partidarios de Lutero en Gante y Brujas; lo mismo Juan Vives, quien, a pesar de criticar en 1522 duramente a la Inquisicion en sus comentarios al De civitate Dei, no mostré sin embargo simpatia alguna hacia Lutero; 0 el profesor de hebreo y amigo de Erasmo, Mateo Adriani de Huesca, de! cual escribié Lutero en 1521: “Nihil homini feci, conciones meas insectatur, paratus me docere Evangelium, qui Moisem suum non intelliget.” ( WA Briefe, 2° tomo, 193, 211, 266.) La afiuencia de conversos espafoles al luteranismo y calvinismo en los Paises Bajos tuvo lugar mas tarde (Encinas, Marcos Perez, Lopez de Villanueva, Femando de Bernuy). En Castilla los conversos suponian el nimero més alto entre los alumbrados (Bataillon, Erasmo y Espana, op. cit 180s.). La ascendencia conversa de Juan de Valdés, considerada como probable por Bataillon, {ue Gemostrada hace poco por M. Jiménez Monteserin. Como los inquisidores se inclinaban siempre a ver luna conexién causal entre alumbradismo y luteranismo (A. Marquez, Les Alumbrados, op. cit. 159), no debe extraar que el cardenal Siliceo pudiera llegar a afirmar que seria un “iait bien connu, que les Chels hérétiques qui ont bouleversé l'Allemagne et qui sont le scandale de toute la chrétienté descen- Gent de Juifs. L’Espagne elle méme peut offrir 'exemple des alumbrados ou pullullaient les Confesos.” (A. Sicroff: Les controverses des siatuls de “Pureté de sang’ en Espagne, Paris 1960, 111), Incluso Carlos V escribié a su hija con motivo del descubrimiento de los circulos protestantes en Sevilla y Valla~ dolid: Habria que aotuar contra esa genie de manera ejemplar, “en especial siendo confesos, por habe- lo sido casi todos los inventores de estas herejias* (A. Dominguez Ortiz: Los Judeoconversos en Espa- fla y America, Madrid 1971, 158), 132. Aleander habia escrito su despacho sobre la impresién de traducciones espafiolas de Lutaro desde Worms, no desde Amberes; no era por lo tanto un testis ocularis. Cuando el 13 de julio de 1521 hizo quemar cuatrocientos libros luteranos en Amberes, no se puede leer ni en el informe de Aleander (Brieger, 249), ni en el informe del luterano Gerardus Geldenhauer (G. Geldenhauer: Collectanea van G. Geldenhauer, Amsterdam 1901, 12 ss.), ni una palabra sobre el idioma de los libras. Longhurst, que conoce estos documentos solamente de segunda mano (Bataillon, Lea), da la vuelta a los hechos de la Siguiente manera: “Jerome Aleander, when he discovered that Spanish editions of Luther's writings were being printed in Antwerp, rounded up all he could find and consigned them to the flames of a great Public bonfire on July 13, 1521.” (Luther in Spain, op. cit., 68). Un valor semejante tienen sus datos Sobre las impresiones de las traducciones espafiolas del Kommentar zum Galaterbriof, del De libertale christiana (‘Flanders 1520") y del De servo arbitrio (“Antwerpen ca. 1825") de Lutero. Aqui la fuente es: Thomas M'Crie: History of the progress and supression of the Reformation in Spain de 1828, Pero M'Crie habia sacado simplemente los titulos de la Historia reformationis, Tomus Ill, 166 -172, ce Daniel Gerdes (un extracto de las memorias de Francisco de Encinas) y afiadido las fechas de edisién de los 128 En 1531 sabemos de un libro de Lutero en Espana “que era escripto en rromance”."%5 A pesar de todo, repetidas veces eran introducidos en Espajia libros de Lutero en latin y la Inqui In consiguis incluso interceptar grandes cantidades en los puertos de Valencia (1521), San Sebastian (1523) y Granada (1525). *** En su nuevo articulo “Luther's Ghost and Eras- mus Masks in Spain”, Nieto se aferra a estos datos, para limitar la infiltracion de libros luteranos a la periferia de la Peninsula, donde no habia alumbra- dos, aunque ya no niega tan radicalmente como antes la posibilidad de un contacto directo de Alcaraz con esta literatura clandestina. Lo que sigue negando es la posibilidad de que esos libros, incluso si Alcaraz los hubiera visto, habrian cambiado algo esencial en su sistema teoldgico. 1 Ahora que sabemos lo bien que sabia tratar los libros del reformador el discipulo de Alcaraz Juan de Valdés, nos tenemos que preguntar si éste mismo no adquirid tal capacidad en Escalona, precisamente en el ambiente de Alcaraz. Aunque solo se calificaron explicitamente como “luteranos” tres de los errores anotados en el Edicto de los alumbrados (la confesion, la ado- racién de los santos y la indulgencia), se podrian encontrar con facilidad los textos correspondientes del Lutero temprano para por lo menos 20 frases mas. Y naturalmente todavia muchos mas, leyendo las mas de 300 proposi- ciones en los Sumarios de las denuncias, de los cuales los inquisidores hicieron su seleccion para el Edicto, como demostré A. Marquez. 1 Conformémonos con una de estas, que se refiere al nucleo del alum- bradismo. “3. Articulus: lam dicendum est de nova doctrina huius rei (quae pertinet ad materiam liberi arbitrii) quod ad dimissionem seu suspensionem voluntatis creatae in deum quam hic reus (Alcaraz) vocat lingua vernacula originales. La traduccién de Encinas del De libertate christiana tue publicada por su hermano en Ambe- res, pero no antes de 1840 (E. Boehmer, Spanish Reformers, 1, 165 ss.) Tres aos mas tarde le acusa- Ton de haber traducido también el De servo arbitrio (ibidem, 166). Al ya mencionado libro de Ecolampa- dio, que estaba en posesién de Vergara y circulaba por Alcald se le llama de repente “traduccién espafola” contndole en plural: "Spanish merchants with business in Flanders were buying Spanish edi- tions of books by Luther and Ocolampadius and shipping them home." (Longhurst, Luther in Spain, op. Git., 69). En Luther's Ghost in Spain, el mismo autor habla de ediciones espafolas de algunas obras de Lutero en Basilea alrededor de 1520 (tan solo conozco el libro por el resumen que le hace Nieto en “Lut- her's Ghost and Erasmus Masks in Spain’, en: Bibliotheque d'Humanisme et Renaissance, 39, 1977, 33-49, nota 14). Este invento quizds no sea suyo, ya que en un articulo anterior (“Luther and Spain’, op cil., 68) interpreta correctamente la carta de Froben a Lutero del 14-2-1519, segun la cual el impresor basilense habia mandado a Espafa seiscientos ejemplares de libros del relormador en latin. 133. Redondo, “Luther et Espagne”, op. cit., 154, nota 3. 134. Longhurst, “Luther and Spain’, op. cit., 68s.; Redondo, “Luther et Espagne’, op. cit. 126s., 1318s., 134s. 135. Nieto, “Luther's Ghost and Erasmus Masks", ap. cit., nota 20.; 130 Marquez, Los alumbrados, op. cit, 103 ss. 136. Ibidem, 112 129 “dexamiento o dexarse en dios", “ubi voluntas suspendat omnen actum suum.” 137 Marquez se extrafié de que se juntara en el mismo capitulo la doctrina del dexamiento y la del “servum arbitrium” e inculpo a los inquisidores como los autores de tal adulteracién. Lutero habia expuesto explicitamente ya varios afos antes en la Ausiegung des Vaterunser, que ambas doctrinas eran inseparables. “Omnino enim diffidendum est facultati propriae, qua nobis videmur bonam voluntatem, bonam intentionem, bonumque proposi- tum habere aut facere posse. Igitur ut superius dictum est, ibi verissime est bona voluntas, ubi nullum est velle. Ubi autem nullum est velle, ibi solummo- do Dei est voluntas, omnium praestantissima. (...) Atqui libera voluntas est quae proprium velle non habet, sed totam se divinae committi voluntati, per quam et ipsa libera permanet, nunquam adhaerens vel affixa. (...) Porro nisi peccatis sit vacuus, nemo potest esse integer, a peccatis autem vacue fieri datur, cum nostra voluntas radicitus evulsa ac solius Dei voluntas in nobis est is También en las Decem praecepta wittenbergensi praedicata populo, ateniéndonos solamente a los libros usados por Valdés, Lutero hablo de la indiferencia necesaria de los cristianos verdaderos a las experiencias bue- nas o malas: “Et prorsus ita sint ad utrumque immoti et quieti, ut quoquo modo illa cadant satis sit eis, quod Jesum Christum habent.” * Valdés tra- dujo aqui “de la una parte y de la otra seguro y sosegado”, al parecer para evitar términos como quieto, dejado etc., que sonaban mucho a alumbradis- mo. Estas preocupacianes no las tenian los partidarios tempranos de Lutero y Andreas Bodenstein von Karlstadt, por ejemplo, no podia encontrar pala- bras suficientes a la hora de elogiar el Dexamiento como primera condicién Para la Imitacién de Cristo. Léanse solamente las Ultimas paginas de su Mis- sive von der aller héchsten Tugent Gelassenheyt, Augsburg 1520 y Witten- berg 1521. Si respecto al Dexamiento de los alumbrados se trate de dependencia directa de Lutero o si se traté del desarrollo ldgico de la doctrina luterana del “Servum arbitrium”, no lo podemos decidir dada la situacién actual de nues- tros conocimientos. De todas formas, de ahora en adelante, la investigacion no puede devaluar totalmente, como Bataillon, o callar, como Nieto, el testi- monio de Juan Maldonado sobre los alumbrados: “Ego quid divinem non habeo, nisi quod plane suspicor scintillam fuisse Lutheranam: quae si non fuisset a censoribus mature supressa, magnum aliquod suscitasset incen- dium.” El erasmista disidente se acercé mucho a la verdad histérica al 197. Luther, Expositio dominicae orationis, op. cit.. 108 138. WA, 400 16-17. 139. J. Maldonado: De foelicitate christiana (escrito en 1534), en: |, Maldonati quaedam opuscula, Burgos 1541 (citado segtin, Bataillon, Didlogo, 41 ss., nota 1) 140. Ibidem. 130 escribir en su De foelicitate christiana: “Praedicabant Christum, jactabant Evangelium et bonam mentem: erantque nauseabundi ad maiorum decreta, sacrorumque plaerosque ritos: redolebant certe Lutherum: et praeterea forte novum quidpiam inducere moliebantur.” 141 Seria sin embargo igual de equivocado, querer deducir las doctrinas y acciones de los alumbrados dexados exclusivamente de las ideas de Lutero. El papel central que jugaban dentro del movimiento las “beatas”, la morbosa adiccién a ellas sentida incluso por cabezas sabias y la conducta profética con la cual se aislaban de los demas, repugnaban tanto a un protestante como Juan Diaz, que confundié a los alumbrados con los partidarios de Loyola, los magos y las brujas. Contesté en 1544 en Regensburgo a su adversario Pedro de Maluenda que en Espafia habia también “non paucos phanaticos spiritus, qui novas quotidie sectas instituunt: quales sunt Iilumina- torum, Ignigistarum, Beatarum, Magorum, Lamiarum, et hoc genus infinita portenta, ad quae hominum ingenia necessario relabuntur, quando verbum Dei tanquam certissimam vitae ac veritatis regulam non intuentur.” 142 Vv Por lo que nosotros podemos saber, Lutero no empezé a hablar en espafiol antes de la traduccién y adaptacién de Juan de Valdés. Se impri- mieron textos suyos en Espafia y pronto también en América. La Doctrina cristiana del obispo de México, Juan de Zumarraga (México 1545-46), es una reimpresion fiel y completa (solo se cambié la forma de didlogo en for- ma de prosa) de la Suma de doctrina cristiana de Constantino Ponce de la Fuente (Sevilla 1543) que, por su parte, habia tomado muchos pasajes del Didlogo de Valdés. 43 El doctor Constantino, que estudié en Alcala durante el mismo tiempo que su paisano Valdés, debid darse cuenta tarde o temprano de las verda- deras fuentes del Didlogo, porque se atuvo a los escritos catequéticos de Lutero en pasajes que Valdés no habia copiado, asi por ejemplo en su enu- meracion de las infracciones contra el primer mandamiento. “Nunc de altera Specie transgressionis dicendum, scilicet eorum, qui pro vero deo idolum sapientiae et iusticiae suae colunt” (WA |, 426). “Las obras contrarias son, confiar el hombre en su propio saber ... Pecan también contra el los que ponen su confianga en si mismos y en las obras de su justicia.” Mas no podia decir Constantino en ese momento, porque lo que sigue en la obra de Lutero es un capitulo sobre la doctrina del “servum arbitrium’. 141. Claudius Senarctaeus: Historia vera de morte sancti viri Joannis Diazii Hispani, quem eius frater germanus Alphonsus Diazus ... nefacie interfecit (Basileae, Oporin), 1548, 64. 142. Bataillon, Erasmo y Espaiia, op. cit., 825s., 5358s. 143. C. Ponce de la Fuente: Summa de doctrina Christiana, ed. Luis Usoz (Reformistas antiguos espajioles XIX), 96. 144. Didlogo, 198s.; Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit., 639. 131 Como la Suma estaba sometida a la censura previa de la Inquisicién, tuvo que esconder sus fuentes mucho mas habilmente que Valdés, lo cual consi- guid en un principio, gracias a su larga experiencia como candnigo y a un dominio extraordinario del lenguaje. Menéndez y Pelayo llam6 ala Suma de Constantino el catecismo mejor escrito, aunque no el mas ortodoxo, y la recomend6 como un clasico de la lengua castellana. Bataillon por su parte vio en la Suma la esencia del erasmismo espafiol, aunque no se menciona a Erasmo en absoluto. '** Esperamos mostrar un dia, con qué meticulosidad y elegancia supo introducir en Espafia el canénigo magistral de Sevilla algu- nos conceptos fundamentales de la Reforma, sin perjuicio de la censura de la Inquisicion. ‘46 Por Constantino llegé alguna frase de Lutero al Compendio de doctri- na christéa portugués de Fray Luis de Granada (Lisboa 1559; trad. espafi., Madrid 1595), donde se lee la frase arriba citada de la siguiente manera: “Finalmente quebrantan este precepto los que la principal contianza de su salvacién tienen puesta en sus obras y propios merecimientos, en su indus- tria y justicia.” 147 Fray Luis no solo habia tomado la interpretacién del Padre- nuestro en gran parte de Constantino, #° sino que utilizé la Suma donde le fue posible, también en la explicacién del Simbolo de la Fe y en el comenta- rio de los Diez Mandamientos. 14° Al final, llegaron textos de Lutero también a través de los famosos Comentarios sobre el Catechismo Christiano del arzobispo de Toledo, Barto- lomé Carranza. Es una pena que en la edicién critica de José Ignacio Telle- chea no se mencionen en las anotaciones los parrafos tomados de Valdés y Constantino. Pero también en otras ocasiones Carranza habia utilizado libros de Lutero, ya que queria que su catecismo supusiera un baluarte con- tra la Reforma y de ellos se aprovechaba naturalmente también para la redaccién de sus propios comentarios: “ideo denique et negative praecipit (d.i. non habeio deos alienos), quia negativa est vehementior quam affirmati- va. Siquidem et samaritani olim coluerunt unum deum sed simul deos suos” (WA | 398-399). “Esto digo: que en la negacién, diciendo: no tendras dioses ajenos, no hay menos significacion para lo que Dios quiere de nosotros que 145, Todavia no conozco la obra de W. Burwell Jones: Constantino Ponce de la Fuenta: The pro- blem of Proiestant Influence in Sixteenth-Century Spain, (tesis inédita), Nashville 1965. 146. Luis de Granada: Obras comptetas, lil, (Biblioteca de Autores Espafioles XI), Madrid 1945, 96b. 147. Bataillon, Erasmo y Espafia, op. cit., 589. 148. J. R. Guerrero: "Catecismos de autores espafioles de la primera mitad de siglo XVI (1500- 1559)", en: Repertorio de la Historia de las Ciencias Eclesidsticas en Espana, 2, Salamanca 1971, 259. 149. Bartolomé Carranza de Miranda: Comentarios sobre el Catechismo Christiano, ed. por J. | Tellechea Idigoras (BAC maior 1-2), Madrid 1972, 1, 448s. 132 en la afirmacién. Porque los samaritanos conocieron al Dios que servian los judios, que era el verdadero, y juntamente servian a sus dioses.” "5° Asi no se equivocé tanto su adversario Melchor Cano al acusar a Carranza por encargo de la Inquisicién, de haber copiado algunos errores de libros luteranos y alumbrados en su Catechismo, aunque de buena fe. Tampoco estaba en lo incierto Gregorio XIII al prohibir en 1576 el Catechis- mo en cualquier idioma, porque Carranza “habia rendido homenaje a la terri- ble doctrina de muchos herejes condenados, como Martin Lutero, Ecolam- padio, y Philipp Melanchthon; y habia caido en parte en no pocos de sus errores,” 152 Pero todavia no hemos llegado al final de las sorpresas. Un investiga- dor espanol, A. Garcia Suarez, ha formulado hace poco la tesis, de que el Catechismus Romanus del Concilio de Trento estuvo fuertemente influido por los Comentarios de Carranza. '5? Si esto resultara ser cierto - sera dificil demostrarlo por el proceso de creacién de aquél catecismo “ -, seria muy interesante buscar textos de Lutero en este libro doctrina de la Iglesia Romana, determinante en 400 afios, y comprobar quizds, que tales llegaron alli a través del Didlogo de doctrina de Juan de Valdés. Carlos Gilly, Frobenstrasse 75, Ch-4053 Basel 150. Al escribir estas lineas no conocia ni el articulo de Tellechea “Melanchthon y Carranza. Préstamos y afinidades” (Didlogo ecuménico, 12, 1977, 3-50; 13, 1978, 3-47; 301-363; 14, 1979, 3-53), ni su resumen en aleman “Melanchthon und Carranza. Wortsinn und Wiederhall" (en: Confessio Augus- tana und Contutatio. Der Augsburger Reichstag 1530 und die Einheit der Kirche. Internationales Sympo- sium der Ges. zur Herausgabe des Corpus Catholicorum en Augsburgo del 3 al 7 en septiembre 1979 ed. por Erwin Iserloh, Minster 1980, 687-691). 151. Marquez, Los alumbrados, op. cit. 113. 162. M. Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos, op. cit.. V, 63 153. A. Garcia Suarez. “El Catecismo de B. Carranza, ;fuente principal del Catecismo Romana de S. Pio V?", en: Scripta Theologica, 2, 1970, 341-423 (citado segun la edicién de Tellechea de los Comentarios de Carranza, op. cit., 1, 88s.) 154. Gerhard Bellinger: Die Antwort des Catechismus Romanus auf die Reformation, Diss. Univ. Minster, 1965, 7-24. “De los tedlagos (que segtin nuestros conocimientos colaboraron en la composi- cion del Catecismo Romano), nueve eran de Espafia, tres de Italia, tres de Flandes y varios de Lovaina y Francia.” Tres italianos y un portugués fueron los responsables de la ultima version. Ibidem, 20 ss. 133

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