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DITOR Ad eu. sire bows Ze emouling. Lar Caloercle Qeia S, Thy dalener y Tre Vivews (ed Coe Bqo he Tercer CUERPO E IDENTIDAD Maria Lamas ¢Cémto se conforma la identidad de los seres humanos que son, a la vez, Guerpos sexuados y seres socialmente construidos? ;Cémo reconocer nue- vas identidades de los sujetos si el discurso sobre la diferencia esta anclado enla fisiologia del cuerpo y en la complementariedad reproductiva? {Como referirse a nuevas identidades, como establecer nuevas definiciones? Estos interrogantes giran alrededor de una preocupaci6n: las distintas anatomias de los cuerpos femenine y masculino ya no bastan como refe- rencias para registrar las diferencias entre los hombres y las mujeres, ni para explicar'sus procesos identificatorios, Y bajo dicha preoeupacién se encuentra ‘una aspiracion de justicia: /Se pueden seguir aceptando la represion y la es- tigmatizacion dirigidas a las personas que no encajan con las definiciones vi- gentes ue lo que “debe” ser una mujer 0 un hombre? Al analizar el vinculo entre Cuerpo e identidad, encontramos que Ja discrisinacién de tratar alas personas dependiendo de su sexo niega procesos identificatorios basicos del sujeto, ya que desconoce y no comprende cémo se establece culturalmente la identidad de género y como se estructura psiquicamente la identidad sexual. En este ensayo pretendo explicar como se desarrotlan los précesos cul- turales mediante los cuales las personas nos convertimos en hombres y mu- jeres dentro de un esquema que postula la complementariedad de los sexos y la normatividad de la heterosexualidad. También me propongo mostrar que en la construccién de Ja identidad participan elementos del ambito pst- quico y del mbilo social, con un peso espectfico y diferente en ese proceso, La posibilidad de incidir para modificar las estrechas politicas sobre la re- glamentacion del uso sexual y reproductive del cuerpo requiere compren- der él concepio freudiano de realidad psiquica y distinguir entre lo psiquica y lo social. 1. Parveen Adains, “Hacer la madze”, en dete feminist nim. 6, septiembre de 1982 <2 (Genero & minrDaD ‘Otorgar nuewos significados éticos a formas no ortodoxas del uso sexwal y reprodactivo de! cuerpo abligaré.a reformular acacrdos politicos y a es- tablecer reglas de convivencia distintas de las vigentes. Hay que difundir la riquéza de la investigaci6n, reflexion y debate ferninistas alrededor del g& nero, que desesencializan la idea de iiujer y de himbre, con todas las conse Giencias epistemolégitas que eso implica. Al cuestionar la definicién social de las personas a partir de su cuerpo, el feminismo no s6lo aborda uno de os problemas intelectuales mas Vigentes —Ia construccién del sujelo— sino qué inscribe su prioridad politica, en términos de sufrimiento, en Ia lucha conira ef sexismo y Ja homofobia. Bl objetivo es alcanzar un orden social menos injusto, donde la diferencia no sé tracuzca en desigualdad. La DIFERENCIA SEMUAL Y EL GENERO. : 2C6mo se establecen las coordenadas de los procesos de ilentificacién? En primer lugar, en referencia al cuerpo. La diferencia sexual es la primora evi- dencia theontovertible de la dfferericiacin huuniana. Este hecho biolégico, con toda Ja-cérga libidinal que conileva, es materia basica de la cultura. Al momento denacer se despliega la Kigica del géniroren funcién de la apa Fienela externa de los genitals, a la criahtra selehabla de unaciertz manera, sala trata distinto, se la alimenta diferente y se depositen sobré ella ciertas expectatinas y deseos. AS{arranca el proceso de atribucion de caracteristicas “ferieninas” 9 tmiagcalinas" a.cada sexo, a sus actividades y conducias, ya lag eeferas dela vida, Bn cada cultura, fa diferencia sexual es la constante alrededor de la cual: se orguniza la sociedad, La oposiciént binaria hombre /mujer, clave én la tra- ma dé los procesod de signification, instauta ang simbolizacion de todos los aspetios de la-vitda:el género. Esta simbolizacién cultural de la diferencia anatémica toma forma en un conjunto'de practices, ideas, discursos y te prisenitacionés Sociales que dan.afribuciones a la eonducta objetiva y subje- tiva de las personas en funtion de su sexd: Asi, iriediante el proceso de constitucigi del gémera, 1a sociedad fabrica las ideas de lo que deben ser los hombres y fas mujeres, dele que'es “propio” de cada'sexo. ‘Sobre contusdente realidad de la difereficia sexual 8¢ cunstritye el género.é0, un dobla movimiento: como una especie de filéro” cultural con el Que interpretamos el munds, y también como una especie de armadura con laque constrefiimos nuestia vida. Ast, an dato biolégico evidente es recrea- do en el orden representational y contribuye idealogicamente.a le esericiae lization de ta feminidad y de la masculinidad. Esta simbolizacin cult de Ja diferencia sexual, ef goner, no S8}6 tharca los sexos sino marca la per Curso ewesTipa 3 cepcién de todo Jo demés: Jo social, Io politico, lo religioso, lo cotidiano, Pero pensar que Jas personas estén configuradas sélo por Jo cultural y lo social (por el géners) es una vision reduccionista, especialmente evidente cuando se habla de los procesos que llevan a la constitucién de la identidad. ¢Qué es la identidad? Seguin Mazia Moliner*identidad es Ja cualidad de idéntico, la relaci¢n entre cosas idénticas y la circunstancia de ser efectiva- mente la persona que. se dice ser. La acepei6n de identificar es establecer fa identidad de una persona, reconocer y considerar 0 presentar como idénti- cas dos 0 més cosas. Para el Diccionatio de ta Real Acadenita Espafiola identifi- carse es legar a tener las mismas creencias, propésitos, deseos, etoétera Varias disciplinas usan el término identidad: Flosofia, mateméticas, pico! gia. antropologia, lingiistice, etcttera. En ias ciencias sociales el concept "identidad” suele ir seguido de un calificalivo: identidad cultural, identi- ded de clase, etoéteta, y se relaciona con “papel”, “rol”, “status” y “grupo de referencia 0 pertenencia”. En un sentido universal y basico partir dela diferencia anatémica se establece le primera identidad de una persona. Ac~ tualmente el término identidad sexual genera confusi6n: hay quienes lo uti- izan para referirse a la identidad de pertenecer aun sexo y quienes lo usan para referirse a su vida sexual. En este ensayo yo denomino identidad ge- nérica @] sentimiento de perfenencia 2] sexo ferening,o masculino, ¢ iden tidad sexual 2] fosicionamiento del deseo de une persona: homosexual: o heterosexual ‘Lo que est en juego en la constitucion.de la identidad es una definicién ante un difirente; frente a una anatomia distinta, en primer término migjer'a hombre, pero también irente a guién tiene una pigmentacién mas clara u oscura, 0 una estructura dsca distinte, o ciertas caracteristicas: ojos rasga~ dos, cabello rizado, etc. También la identidad se construye con otro tipo de Giferencias. una lengua diferente, una religi6n distinta, otro deseo sexual © tuna postura politica divergente, Obviamente la pertenencia étnica, la ubica~ Gién socioeconémics y las creencias religioges determinarén y marcarén muchos componenies de la identidad:'son parte de la cultura que se adquie- 18, entretejida con la historia familiar. Las opciones personales que poste- Tormente se eligen conisibuyen a la consolidarién de la identidad. Aunque la identidad esté estructurada por todos estos elementos, el proceso ide for- macién psiquice. donde se elabora la diferencia sexual de manera incons- ciente, es deun orden distinto: es fundante. $i bien hay posibilidad de separarse de los aprendlizajes culturales, de las creencias teligiosas y de las Madrid, Ea. Gredos, 2988, Maria Molines, Bicviowaria det uso ee (Gexmo EweNnDAD prescripciones sociales y politicas, el cardcter inconsciente de fa estructura palquica no es shanejable a voluntad. De ahi que la cuestién de la identidad sexisal Se Convicria hoy en uta piedra de toque. Al exislir das cuerpos, hay dos posibilidades de que nuestra deseo se ‘positions: con relacién a wn cuerpo igual o « uno diferente. Amibas eleecio- nes estan lineitadas a un espectrs de posibilidades: la nahuraleza indiféren- ciada de la Hbido lene que elegir entre un ntimero de personas. Sin ‘embargo; la cultura ‘sanciona como valida s6lo wna de las dos elecciones. Vista desde la perspectiva del psicoandlisis, o sea, desde la complejidad det ‘posicionamients del deseo, la eleccién heterosexual no se distingue de la homosexual. Le comiplejo es por qué elegimos a determinada persona, no el cuerpo én el que viené esa persona En Je identidad del sujeto se articulan subjetividad y cultura: ahi estan presentes desde los estereotipos culturales del género hast la herida psi- quica de la castration imaginaria, pasando por los conflictos emocionales cde sit historia personal y das vivencias relativas a su ubjcacién social (clase social, etnia, edad). Pero hay que distinguir qué todos estos élementos cons- titutives de la identidad operan de manera diferente. Aunque el sujéto esta ef un proceso constarite de tonstruccitin, y Jos procesos por los qué se créa suidentidad varilin, la diferencitsexsial, como estructurante psiquico, os fun- danta, Por es9 es tanlimportante dietinguir el estatato de lo psiquico del de Io social 5 EL ORGEN SOCIAL ¥ LA PERCEFCION' © ‘Nuestia conciencia ya esta habitada por el discurso social: nacemnosen una sociedad que tiene un discurso sobre el gittero y. que nos hace ocupar ciesto hugat En la forina de pentamos, en la construccién de nuestra propia ima gen, de nuestra autoconcepcién, uiftizamos elementos y categorias de nues- tra cultura, Bourdieu dice que existe gran dificultad para analizar la ligica del género inunersa en el orden social, ye que se trata de: (J unatinstitucién que ha estade iscrita por milenios én 1a objstividadt ale las ectriseturas sociales y en le Subjetivided de tas estructuras menita~ fes, por lo que-el analista Hene toda Ja posibilidad de usar-como instra- menitos del tonocisniento categorias de la percepciin y del pensamiento ‘que deberia tratar como objetos det gonceimiento, {Bourdieu y Wac> ‘quant, 1992: 171) ‘comes El misono dice que: (0) le "division del monde, basada en referencias 2 “las diferencias bio- ogicas y sobse todo a Jas que se refieren a 1a division del trabajo de procrea- i6n y feproduccién’, achie come la “mejor fandada de las ilusiones colec- ‘ivas”. Establecidos come conjunte abjetive de referencias, fas concepins de éntezo estructuran la percepcion y Ja organtzacion conereta ysimbotica de toda la vida social. (Scott, 1986), Fare Bourdieu, el orden social esta tan profundamente arrigado que no roquiere justificacion: se impone & ai mismo como autoevidente, y es tome- ocomo “natural” gracias al acuerdo “casi perfecto e inmediato”’ que ok 8 por un lado. de cstructuran socizies como Ja organizaciéa social de espacio y Gempo y la division sexual del trabajo y, por otro, de las estructu- ras cognoscitivas inscritas en los cuerpos y en las mentes, Agu! proceue re- cordar Ja formislacion de Bourdieu sobre of habitus. Para él las esquemas de habitus son al conjanto de relaciones histériéas “depositadas” on los cugrpos indjvideales en la forma de esquemas mentales y corporsles de percepeisn, ipreciacién y accién, Estos esquemas son de génera y, a §u vez, engandran ginero, Bourdieu insiste en Ju eficecia que tiene legitimas una relacién al inseri- bila en Jo biolégico; auleanés, Jo gue consideremos bioldgico sacle ser una construccién social. Una construcci6n social “biologizada” ps, por ejemplo, pensar, a partir de la complementariedad de los sexos para la reproduccién, ue la scxualidad “natural” es la heterosexualidad. Este concepeion no re- conoce la calidad indiferenciada de la libido sexual, ni la porsistencia uni- versal dela homosexualidad 2 Jo largo de! Uempo. Con esa construccion, J se resiringe simbdlicamente (discursivamente) el espectro de la wiando al findero delo“antinatural® 1ado lo que no se 50 udlided humans, « incule con fa vida reproductive. Comprender ol esjuema cultural de ginre Neva a deseniranar ba red de orden simbélico vigente. Esto es Inlerrelaciones ¢ intoracciones sociales | crucial, porque la ley’ social retleja e incorpora los valores e ideas del orden simbdlico de ta sociedad, con todas sus contradicciones # incongruencias, La LIBIDO: ENTRE 1,0 PSIQUICO Y LO SOCIAL jad de Jas artiulaciores entre diferencia sexvial y xy que anelizar esistencia?) ta en juego, La complelidad v ja var cultura no se puedén explicsr solamente por el génvro; subjetividad. La diicultad (2p tal vez! iio. psiquico Teva'e pensar que Jo que cuestionas rel pare entender as Gieso Exenpap pritmordialmenite, es lo Social, Use confusitin freeuenie radica en eonisiderar Jos meranismgs.de la adquisicion inconselente dela identidad sexual al mis- mo rivel que otras formas mis sociales de adquisicin de identidad, con- coptualizando la diferencia sexual como una de tantas diferencias sociales. Bsto leva a algunas tedricas feministas a hablar de un sujeto "méiltiple”® en ver dal sujato escindido del psicoandlisis, El psicoanilisis muestra como la estracturacidn psiquica se realiza fuera (a'y de Ja ragionalidad de los sujetas, Por eso el sujeto, desde va {eeudiana, es una persona escindida, con desevs y procesos ‘inconscienlés; por eso tanibisn la clave del nuda humane es la Jala, fa ca- ‘a, 14 castraci6n imaginaria, que condiciona tz estructuracidn de la iden- dad psiquica ynos constituye —.a mujeres y hombres— como sujelos. Et relevanie papel dasempeniado por la diferencia soxwal en la simmboli- zacién que hacemos los seres humanos tiene cierla persisiencia fundanie: train de la fuentede nuestra imagen del roundo, en contraposicién can un otro. Paracomprender como opera la diferencia sexun! en cuanto estructuran= le psiquice {problematica que tiene que ver con e] deseo y'¢on Ja herida Pslipuica de a castractén imaginaria), requerimos distinguis, como plantea Parvero Adams (Adams y Cowie, eds,, 1990), dos caestiones fundamenta- fest el conoepto-de realidad psiquiea y la saturaleza de Ja relacion entre lo pstquico y lo social. Adamsrecuerda que para Freud “caltura significa gue cialgnier conjunte de precepios sociales eequiere represién primazia, deseo é inconseiente”, La relasion entre lo psiquico y lo social, o 50a, entre consti- acim’ mental y exigencias culttireles, es conflictiva poryue “Tos sandatos reunca satisfaran las demandas psiquicas y ia vide psiquica mance encajard faciimente en las exigusncias cul tural Para Constance Penley (Renley, 1990) el psi¢uandlisis sirve justamente para desciftar la "compleja e intrincada negociariin del sujeto ante Fuerzas eulturalos ¥ Daiguicas”, Bila insiste. en el papel que desempena el incons- dente ena fortniagiin deda ideniidad sexual, v subraya la inestabilidad de tal identidad, Impudtta en ain shieta ques fimdamientabnente bisextal. El amplio y ecmplajo panorama de fantasias, desoot ¢ idontificaciones detec- (ada por la clinica peicoanalit nus qua describe fa neoesidad hu- ana de tener una identidad sexual; el gsicoanalisis mue 2 ‘a, desde una 3. Bato lo hace por geinplo, Tavera ds Lasints, vnalnges af Conlon indiana Univonsiy Press, 092, Hay tradhnsidn de alguns de lag raayos aparech pilacon qe his Carson Reanoe Eaceidbn, £1 gta Mexico, URN 997 Cure E mestmap @ perepectiva individuatizante, cualitaliva e interpretativa, las formas que to- mma esa identidad, La ieorfa psivoanal ‘eo y detallado, has- ta el momento, de la constilucién de la subjetivided y de Ja sexualidad, asl ‘come del proceso mediante el cual el sujeto resiste o se somete a la imposi- cién deicultura. Al mostrar que los hombres y las mujeres no estan precon- dicionados, ef psicoandlisist plantea alga distinéo a une esencia biolégics 0 a la marca implacable de ia socializacién: Ie existentia de ana realidad psi- gute; asi, complementa Jas dos perspectivas —biolagica y sociolégica— cotilas gue se pretende explicer as diferencias entre hombres y mujeres: los, sof humanos van entidady bio: psico-socla esdiicialista de que, sea per herencis genética o por condicionamiento social, las nmujeres son femeninas y tos hombres masculinos; & afirma, al contrario, : ero gue la mascufinidad y Is feminidad, que no hay nada mids | paza ello es el pensainiento de Jacques Lacan’, quien actualizé el significado del pensamienta de Freud con herramientas concepiuales de las gue ésle carecia, como Ja Jingiistica estructural. Jacques Lacan explicita mente rechaz6 cualquier asimilacién desu trabajo a un discurso aradémico; y Se nege « haver una exposiciin sistemética de su pensamiento. A él Te interesaha que su trabajo se lomara como una serie de exploraciones, y nd como afirmariones dogmiaticas « certezas todricas, Casi todo su pensamicn 150 en conferencias 0 clases habladas, y Jos textos i sencia general se encventra dispe presos sirven epenos para fener une rel 4 Como bon ne a aro] pec panalisis Sens laptbycn aapec- tes vonirasarwring, ant opie cosa eS alta he eontribuidh: a la panjstrezncor del neae, irasinda donde 81s rtablesmiente dtr funn elas nde dese Para toi argmmnnaridn, yosola he retomady a lw 1 interstuccion al conetest a [propre Lacan asta Fisane, 1987 unas maneras de extra v2 Sealy Ia viseae cS ‘Ceaiko capers Las féflexiohes lacanianas que nos sirven para comprender laeficacia de la logiea del género se encuentran resumidas én tres frases célebres: “el invonsciante esd estructarado como un lenguzje” “el ibcongclante es el disturéo del Orca” “el lenguaje es el vequisizo del incomsciento* Sogn Lacan, of acceso del sujeto al uso de una proeistente estructura del lenguaje coincide con la organizacisn y e) establecimiento de su incons lente. Bevo se logra por la meidtora qué, 4 su Vez, ald ligada indisoluble- mente al drama.edspicn: Los cfectos det inconsciente sobre el discurso y la accion comscieiite del sujeto Se encuentran y pueden explicarse un términas dé las operaciones de metdiora y metonionld, Nuestros deseos pusen por la cadena del significante; y se piénden en el inconsciente: no pademos.recu perarlos 4 voluntad, solo padomios reoonstrbit los caminas metatdricos y pretonimicos que adeplaron cuando los perdimos. Antes. de hablar:fa criatura humana mtiva y desea (odo en terior que no adinilon distincidn enten 9} misina p el mundo, entre lo de adentro ¥ Io de afuera, Para mediar en esa diada ~el sf mismo y la imagen, el sujeto y el objeto Io qua se sequiere ex el lenguiale. Por eso, una experiencia crugial del sujet evel descubrimieniy del estadis del espojs, que implica asumirse y transformerse de acuerdo com sin models ofrecido por el afro. ‘Lacan torna de Lévi-Shausé la idea de un sistema simbélico, compuesto. (por dl lengua, la ley, fas velaciones uconémicas el arte, 1a religion, etc, que estructura ta. realidad humana y que precede all sujelis consciente: Lacan comprendis Io stihéliet en termine lavi-streusseanos, come Ja inalitucién codificada y réglementada de larrultura que, mediante’ prescripeiones fun- dainentales, comoe) tabti de incoste®, permite la existencia humana. Lacan sustituys la teiada Padre, Madre y Criatura del drama edipice freudiano, crilicada como una referencia dulturalmerite especifica, 0 8a, como un fe némenc particular de [a cultuya burgudsa europea, ¥ propone la tiadds la caniana de Ley, Objeto y Sujeto, que 4s intalmente universal. Levan panies el drama edipico come al contexio esencial de entrada 4 lo mraneia en que cava sujefs tesuelve subjetivamiente so Fd ipo posicionerd su, (> Ln peohtBiiGn del inceste se sefiere ah isd, aie Jos pndisis ven goncen| se sue sussinue, Las perce gaiamenie por #! Bdipo. ene planlea el islet de | Eiisijen sole fini, Beecel, 20 . prabibigisn delingesta. preesistonieal nacimiento del niiostione sapnralas goneracions yi fbn do. get impo 0; y dicha resolucion estructuraré psiquicamente al sujete como hete- Fosexual u homosexual L& SEXUALIDAD: UNA FLABORATION PSIQUICA Y CULTURAL Allo largo de este siglo, s¢ hy ide aveptando que ia sequalidad no es ” ral”, sino gue ha sido 9 es construida, De Freud a Foucault, de] postestrac- turalismo ala teor‘a feminisia. han ido en aumento los argumentos antiesencislistas. Desiic lus Conceptos de Ja teorie psicoanalitica hasta el mé- ogo de la deconstruceidn, se ha venide consolidando un bagaje criti¢o, con ¢].gual se han puesto en evidencia las formas insidiosas y sutiles. con que la h 4, alcuerpo y al acio sexual. También se ha slbure inviste de velor, u deni ido, configurando una nueva historia del cuerpa y de ts sexualidad gue, ademas de incorporar la complejidad cultural, reconove la dimensién sub- ietiva, Jo que ha desembocads en, una mayor conciencia sobre la iragilidad Psiqunca de los seres humanos. Alegnceptualizar la sexualidad coma una elaburecion psiquiva y culty: ral sobre los placcres de ios intercambios corporales (consteuda discursiva- mente, regulada y reglamentada mediante prohibiciones y sanciones que le literalmenté, forma onalidad), ciertos temas, come la ident dad sexual, han cobrado tana dimensién diferente. Cualesquiera que sean los onfgenes de la orientacién tel deseo, To que cuenta son los signiticades que las personas les atvibbuyen y los efectos que esa valoracién tiene sobre la manera como organizan su vida sexual, Si queremos dilacidar cémo ha lle gado nuestra coliura a valorar negetiva o positivamente ciertas practica arreglos sexuales, la explicacidn biologicista (arroigada en la reprodurcién) jurde ridevancia y en canthip cobra importancis el yévera para descubrir 13 Iagica subyacente a hos mecanismos culiurales que han armndo las narrate vvas hustoricas sobre la sexualidad. Este os un elemento basico para explore las pautes de dominecion, subordinacien y resistencia que moidean Jo s xual, y para analizar los discurses que organizan los ignificados de bus identidades sexuales Los nuevos trabajos histériro-devonstructivislas, due investigan las multiples narrativas sociales sobre la ride sexual, poncn en ovidencia, jus tamenie, que sujela a tina construcrién social: Ja condacta sexual aparece de lo ands sensible a la vullira, 2 las transformaciones socia- lus modes P lo pandernos comprensier Jas con- ‘antexlo esperitice, cultural ¢ histérico. De ahi que. a dela seaualidanl, existan historias locales, con signifi la misma tendencia aualided est les, aos disvursss, ductas sesuale: mas que nw bist ralizados. st caddos conte conrepcioi se insceibe © 7 Geveeo Eroewtione: 6 las-argitshentaciones antiesencialistas: aunque la fibido sexual es univer- sal, rio se puede pensar en una experiencia comith de todos los seres humma- nos a través dal tiempo y elespacio sino, wi cambio, hay que indagar cudles sont Tas historias eaneretas y cudles las légicas sociales que le dan forma y contenido a la sexualidad. Briel proceso de investigar le gencalogia de los arreglos sexuales vigen- ies —y del sexismo y la homofobia que regulan socialmente a vida sexual— otro paso fundamental ha sido comprender lo que Fread !lamé el inalestar an Ie culivta; el irmemediable antagonismo entre las exigencias pulsionales y las restriceiones impuestas por la cultura. Parliendo de que la hbido es iden ties en hombres y mujeres, se ha empezado-a explorar por qué tienen hege- monia ciertng significados, como e} de una seiaretidad mascutina “active” 9 una femenina “pasiva”, y cme fueron fristituidos por una restriceion im- ‘puesta’ par Ja cultura 2 7 En todas las gociedades, 1s avasalladera fuerza de la sexualiciad (habria gue precisar: de la libido 0 pulsion sexual) es celebrada, temida, reglamen- tada, reprimida y simbolizeda de mil maneras. Qué es la libido? Como Freud ya se encargé de seftalar, esta pulsién “esta caracterizada por una presion constante, por une fuerza indorhefiable que, organizada desde la falta, se'divige hracia ¢l:objeto inespecifine que se produce en la busqueda de wi réenctientrs con algo que se ha perdido”. Desde'entances, el psicoanali- sis ha thostrado que la pulsion sexual Inasea su objeto con indiferencia del sexo anatémico, y que of deseo hurnano, al cantrarlo del instinto animal, jamassecolma, : EL. POSICIONAMISNTO DEL DSSEO ¥ La IDENTIDAD SEXUSL. ‘El deseo xe mute través de clecciones sucesivas, que nunca son decididas de manera auténoma, ya'qué dichas elecciones Te son imipuesias al sujelo tanto desde su interior, por sus deseos inconscientes, como desde cl exterior, por prescripciones sociales dewn orden cultural, o sea, por Ja ley social. El process de estrochriaciGn psiquiea se realiza en fancién de cémo el sujet: se posiciona ante la diferengia sexual. Bl hecho de que las genitales mascu- Tinos sean externas y los femeninos sean internos se traduce, en la mente infantil, como que Joe varones “tienen” 7 a las muleres “les falta”; ahf apa- rote la castracia imayindela, la idea de "no tenei” y ef miedo de “perder Jo que se tiene, que afecta tanto 2 mujeres como a hombres El psicoandlitis plantea que esfe proveso de estructuraciéin psiquiéa de Js identidad sexual implica, como elementos constitutivos, las vitisitudes edipicas Ae cada'sujeto, y que purde darivar tanto hacis la hetoroscxualidad como hacia la homosexualidad. Lo crucial por comprender es que dicha estructuracién es el resultado de un proceso inconsciente ¥ no supone nece~ sasjamente patologia. La patologia aparece cuando la estructuracién psiqui- ca homosexual es vivida como “anormal”, puies como la cultura estigmatiza el deseo homosexual, porque choca con la norma establecida por la Jey so- cial, hay personas Que, consecuentes con 5u estructuracién psiquica y con eu inconsciente, no someten su desep a] Imperative heteresexual de la ley social, y consideran que lo que ésté mal es esa normatividad. Otras, sin em bazgo, be cunsideran a si mismas “anormales” ¢ intenlan “curarse’” 0 esta- ‘leven relaciones heterosexuales en un intento de ajustarsea la ley social. 1.4 reflexién psicoanalitira” esta Hevando, par lo menos en ciertas circulos, a uria paulatina aceptacidn de Ja homowexuatidad como una epei6n tan pte guitamente condicionada como Je heterosewualidad. Dicho en otras pale- bras, la heterosexualidad también es resultado de um proceso psiguico, © sea, no es “natural” Freud habla de la homosexualidad como de una peculiaridad de elec: Gi6n de objeto, no come Un instinto constitucional pervertido. Y como Ja heterosexualidad también depende de una peculiar elecci6n de objeto, no hay mucha diferencia en el aspecto psiquico cnire ambas, Ambas elecciones estan limitadas a un espectro de posibilidades de donde la nahural-za indi- ferenciada de la libido tiene que legir. Visie deste la perspectiva del pele goanal la eleedign heterosexual nuse distingue de Ja ligmosexual, Freud mismo dice que desde. el punla de vista de! psicoandlisis ¢] interés exclusiva de los hombres heté- ¢.8¢a, dlesde la camplejidad de ja ele rogexuales hacia las mujeres es tambign un problema que deberia ser diku- cidado, ya que no es un hecho evidente que esté apoyada en una atraccign guimics o hiolégica, Et mistna proceso de estructuracion psiquica se resuolye para un ledge para cl otro, sin medjar Ja voluntad del sujet Al cobrarvenciencia de que su deseo se or n.socialmenteinaceptable, muchas per- sonas Tenuncian a. esumiclo abiertamente. Como la cultura heterosesisia is nla en.ana dir Hymaliza la homosexuslidad (sobre lode la que se vive shieriamente) no es exlano que muchas personas homosexwales oculten su dugeo y se doble- guen al imperative dela Kigica sovial de gfuere: la hetere Un chars ejomple de ona ce tnulesiendida de In bamesesainlitad” en aera de in roisms autora "El diate sobs da homers Theme de 1905 n moro ‘vimiento gtly aparece come una instancia liberadora ya que afirma, con ra- 26n, que la sociedad estd equivorada respecto a Ja homosexualidad y a la heterosexualidad: ni la primera es antinatural, ni la segunda es natural. El proceso de “naturalizaciin” dela heteresexuatidad ha sido estudiado por Foucault. Ei ha sefialado que los seres humnanos no siémpré vivimnos, comprendimos y asumimos fa sexuatidad con lo Hacemos actualnvente. Ausiqpia las persorias han. tenido diversas condaictas sexuales en todas Jas Spocis histeiricas y las sociedades, antes la sexualidad no definia la identi- dad de tina persona: era sélo una cuostién relativa a “la rarne”, y se bra una persona “Casta” 6.“pecadora”, Foucault plantea que Ray en dia la sexuali- dad no sélo se refiere a la detivided sexual prupiamente dicho, sina también ‘arma especie de naclen paiquico queda un sentido definitive la identidad de eadla- persona. Por eso-él-habla de la construccién de-una identidadt se- xual, al menos en Occidente. Foucault teyistra uri corte historico decisive onite el régimen sociopoll- fico anterior al sighs XVHL dondeel seno existia como una actividad y una dinensiGn dé la vida humana, y un tégimen moderno, gue arranea desde entontés hasta hoy, én donde ol sexo se establéce como una identidad, Cuando en el sigho XVIE Jas pestes y las hambramas empezaron a hacer desaparecer aia poblacién, fas instancias del poder se conventraron en man- terior ¢ raya a Ja muerte J se-deuparon dé normar la vidav ef sexo regulado aseguraba la réproductién de le vida, El poder juridico de Ja temprana Eu~ ropa moderna reaécidné-defensivamente para preservar la vide y la artho- ia social sobre. la amenaza de la muerte. y de la violencia, pero también pero negativaienie, imponienda limites, resizicciones y prohibiciones. Lab leyes juridicas generaron identidades, Pars: Foucault esa“reproduccion disciplimaria de la vida" fue 16 que justifics 1a heterosexualidad, caine “na- tora’. Lawaliosa aportacidn de Foutault'es develay el proceso mediante‘el cual Jacendueta sexual se transforma en identidad, mostrande que las identida- des sexuales son contingentes histéricamente, 6 sea, que on construcciones culturales, ficciones necesarias, qua proveen tierra firme para un sentimien- to tempartido de pertenencia y de identificacien. Pere Pourault no se inte- rroga sobre Ja diferéncia sexual, ai andliza Gomo, al definir un sexo en 8 Finovin te te seualid, pblicade an use vohisnenes ser Se NN] Es eta sbi, 2. ED sede pba YB, Lax quired St 1877, Yamenta, lores, Messe 1. £ 1980 9 1957 reepect: (Cvenro EiDexnna®, ret contraposi¢ién al otro dentro de la légica del género, se establece una regu: laci6n diferenciada de Ja sexualidad, con una doble more, LA LOGICA DEL GENERO: SEXISMO ¥ HOMOFOBIA Hemos visto que las mujeres y los hombres no son reflejo de una realidad “natural? (Amords, 1985), sino resultado de una produccién histérica y. cultural; también son producto de una realidad psiquica. Referirse exclusi- vamente a los tactores culturales, eludiende el papel del deseo y del incons- ciente en la formacion de la subjetividad, no permite comprender a las pizsonas. Sin embargo, para hacer politica, para establecer nuevos acuerdos yaeyes, hay que comprender la relacién de lo psiquico can lo social 5 La cultura seprime e insta a “renunciamientos y represicnes globales y desmesurados”, dice Laplantine. Segén 4, {29 cada:sociedad pronuncia una condend con. respecte. a determinados tipos de comporlarniento, los oblige & llevar una vida sublecrinea uha existencia clandesting, Tramos iniegras de una cultura quedan proscritos, excluidos y reprimides (Laplantine, 1978). Esto es especialmente notable respecto a Ja sexualidad. Devereux (Deve- veux, 1977) sefiala que {es un lugar coman ei que la civilizacin occidental se muestra lan irra- / clonal para con lo sexual que se niega rohundamente a discutirsu irraciona- lidad y aun castiga la cbjetividad al respecto. En efecto. La forma en que la cultura instala la lgica de) ginero en nui tna percepcisn y conciencia conduce ¢ estigmatizar a las mujeres que tienen ‘una conducta sexuel activa y libre, 0 sea, similar aJa masculina, y azeprirpir y discriminaz a personas homosexuales que asumen abiertamente su deseo, ‘Ambas practicas estén tenidas per el sexismo y Ja homofobia, que son la expresion mas negativa y violenta del esquema cultural de genero. ‘Aunque sélo Sean dos los donde verdaderamente hay una ex- periencia diferente de Jas mujeres — el de Ja sexualidad y el de la procrea- Gin (Saraceno, 1990)—, } sexismo opera en todos. Hoy en dia resulta sospechoso que los problemas derivades de Ja diferencia reproductive per- sistan y cobren importancia en un momento en que las vidas de mujeres y hombres se estan igualando en otros terrenos: laborales, politicos, cultura- 9 Celia'Amords ho puesto cn ev3gencia ampliamente el tasfondo idaoloyico del términe ‘anural”, que evoca nociones de iunblabbidad, de correccién. de normalidad. ” GeteRO E EDAD Jes, Jusiamente caando fa ciencie y fa tecnologia han tenido.un desarrollo espectaculas,la desigualdad en do relativo a la'sexualidad y ala reproduc- cidn § quiere presentar eomé irreductible. Pero, #l shenos, existe un recono- cithiento de “el problema dé la mujer”, y hay una ciéria conciencia del sexismo como algo injusto. En catnbjo, la homofobia (Bumenfeld, 1992). 0 rechazo itracional a la homosexulidad, no es vivida como una injusticia. Historicamentela homo- fobia ha tomado diferentes ormas.e intensidades, Negando en casos extre- mos al exterminio de homososudles, como ocurrié dairante el nazismo. o come la serie de agresiones fisicas y homicidios que ocurren hoy en dia (Brito, 1998). La discriminacién de las personas homosexuales persiste'a lo largo de diferencias significativas en las nelaciones sociales (Clase, género, edad, et fla), y aun entre politicos y cientificos de avanzada —que bien #8 culdarian de hacer alusiones racistas o sexistas— es frecuente escuchae comentarios homifobos. Al no estar integrada Ja homosexualidad con un estatuto sim- ‘Glico similar al dé la heterosexualidad, seutre que la mayorla de las perso- nas Homopexuales comparte la visits dominante sobre ellas. Esto es lo. que Bourdiea ilama viplencia simbdlice (Bourdien, 1988): fa violencia que se-ejerce sole un agente social can su Complicidad 9 consentimiento. La légica del género sence violencia simbélica contra todas las personas homiosestiales al plantéar la notmalividad heterdsexista como algo “natural”. For eso el proceio ile identiticacién, a pesar de sus mecanischos restric. tivos de categorizacion y confrontacién, tambien puede ofrecer seguridad y apoya.al permnitir ona identifleacién colectiva y, por tanto, una pertenencia. De ahi queelconcepte de identidad séxtial sea muicho mis irportante para Jas personas con une conducta sexual atfpina que para las personas con una conducta tradicional, ‘Ley stlupétice ¥ Ley Rina Actualmente muchas personas deniancian que sus identidades no se ajustan alesquema tradicional de génuro, Tanto las personas homosexuales como las ‘mujeres se sienten violentadas en subjetivided. y especialmente en su iden- tidad, par los Sidigeés culturales y los estereotipos de gener existentes. Bsto también id pegistra Laplantine: {0 Seuiwe Advione Rich, “Computsory Heterceemuniity sani Lesbian Experience”, Sigs, No 4, 799%: y Monique’ With, The Suaight Ming”, Fmps the Cute EeenDAD a En Ja medida en que una sociedad dada es ntransigente en sus aspiraciones cendena & algunos de sus miembros conductas marginales |] al indivi- uo marginado debe aqui improviser sus reacciones: los modelos cultural mente dominantes asf como las defensas mismas esttucturalmente previ tas pata reactionar frente a esos modeles por demas coercitivos, Jes perecon usorios, absurdos y hasta intrinsecamente malos: se sienten alienadios on su propia sociedad. Ante laccontundentte realidad, la logica del género se vuelve, como dice Kate Soper (1992), “cruelmente anacronica’. Soper es parte de esa corriente dl pensamiento feministe que retoma lo que Freud sefialé principios de eee —Ia calidad indiferenciada de Ia libido sexual— para empezar a citeu- “ung Aueve ulop/s que se reflere 2 un futuro més “polisecual”, a una sSbeded de “diferencia proliferante”, a une sociedad donde s6lo habré * éaerpos y placeres”. Soper reconoce que aunque es muy diffell conceptua- lzar plenarente estas sociedades, esas imagenes representan algo atractivo para muchas mujeres y, cada vez mds, pasa muchos hombres: Grea gue esiamcs siendo airaicos por la imagen de unas relaciones que no se vivan con Ip conciencia constante de fa diferencia que procucen las dife- rencias sexualesiy porlo tento, libres de las formas de posesividad odelos limites de las posibilidades de intimidad entre los sexos que se denivan de Jas convencianes soménticas, altamente sexualizadas. que gobiernan las e- Iaciones entre Ios sexos. Deseamos, creo, ir ms allé de wsta-conslante con- Giencia de genero, por la razén ulterior de que sélo asi nuestra cultura s¢ irs haciends mas indifcreric 4 relaciones sexmales que no son hoterosenales. clras palabras, creo que aspiramas a lograe una sitiacién en la que le llamada sexualidad desviada no sea solamenie (olerada, sino que deje de = ser marcada vomo diferente, Esto puede depender de cambios significali:’ vos en lo que-coniemplamos coma posible o permitido respecto de las rela-% clones hetarnsexuales, un movimiento que creo podri 7. tener efor: tos muy enriquecedores en las relaciones entre hombres y mujeres, permi- tiéndolos a ambos formas de amor y amistad menos cargadas de angnstia ‘Aunque el idoalismo ile Soper contrasta con la comprensida psicoanali- tica del destino infausie que compartimos mujeres y hombres como seses humanos incompletos y escindidos, el punto que se debe pensar es la aspi- yacién 8 “lograr una situacién en la que Ja Hamada sexualidad desviada no sea solamente tolerada, sino que deje de ser marcada como diferente” Hoy en dia na se concibe le identided social de un sujeto sin una defini. clén-de su sexualidad: es mis, lg conducta sexval sirve para caracterizar & as porsonas como “normales” 0 “anormales”. El psicelogismo popular re- toma Ip que definio Foucault ld identidad sexual vinculeda @ una especie Gensed 2 meNtDAD de nsicies psiquies. La confusitn sobre lo que es “normal” o “natural” se desprende fambign de fa ignorancia: no se sabe que Ja identidad sexual depende del posicionamienta Inconsciente del deseo, y que éste sblo puede darse en relaci6n con él cusrpo femienino o masculino, Por eso es fundamen- tal distinguir que cada sexo puede tener dog identidades sexuales: miujér/homosexual, mujer/helerosexual, hombre/homosexual y hom: bré/heterosexual, Estas cuatro identidades basicas se amplian ante la con- ducta bisexual El ginero, como simbolizacion de la diferencia sexual, ha detinido a la mujer yal hombre como séres“complementarios” con diferenicias "netura- les” propias decada quien, Esta simbolizacidn de la complementarindad, jar ha dificultade Ia conceptualizacién de las mujeres ¥ los humbees como "iguaies”, también ha excluido (simbélicamente) 18 srxualidad entre per sonas del shising sexo. % MAS ALLA DEL GENERO ‘Como la identidad sexual nare de una estructuracién jssfquice (que alae a Iaubicacién del deseo}, sabre la cual no hay control, slo se puede modificar ia valoracién cultural que se le otorga. No se trata, enfonces, de defender el derecho de und supuesta minaia sexual a sus prétticas “extrafias” y “des vindas", sind de comprender ef poder penetrante def pensamiiento Bina la logica del, gener. Si se considerg a las personas homasexuales un grupo mingritario al que hay gue respétar o tolerar, en ¢] sentido de “yo heterose- xual normal te folero 4 {, homosexual anormal”, no se legs al meoilo del asunto y $e atantendré la homofobia, edulcorada con una rapa de politicn! correctie3s, ‘Al conocer la variedad dle formas de simbolizacton, interprotacién y or ganizacién del géiero se liega a una postura antiesencialista: no existe el ‘hombre “natural” 6 la mujer "nattiral; no hay-conjantos de caracter 124 ay un debons ene sila Bisenitad nerdlouina practca os! inca unt emctuaclén paiquicacomalshnmeroa fs hémoseeaiéad 12. Michal Walzer. en Syicn-of festicr: A Deginse of Piecitsir wat Exanity NA, BasieBooks, 126d ele sun on enero seval pare corsivaaprseniechy neni iderentes couno wqpivalenies inosdenbeasy porasah propane dads, Peri tana. a neién plltea de uatdad Induve,y delzho depetsse de, up necorceimieno de lx iets ‘irl dferenta, Las demands fs igaldad ve han cpeyado an arg susualpieate 29 veconneids de diferencis Jos gras oes itcaduos fe iguales no habia neceeiiad de pace aguiaidad. La iguslded podria Aefinis enna na Snvdierencis delibecorsfeante a farang espociicas CuERro E oENTIOAD 7 9. de conductas exclusivas de un sexo, ni siguiere en la vida psiquica La inexistencia de una esencia femenina o masculina nos fleva a desechar ia supuesta “superioridad” de un sexo sobre oft, y a cuestionarla idea de una forma “natural” de la sexualided humana. Lamentablemenie, los avances teéricos no garantizan una transforma- cién delas costumbres; ésta es el resultado de movilizaciones sociales auna- das a una persisiente critica culeural, dirigida a deconstruir lo, simbélico, Judith Butler (1987) se plantea la déconstnicci6n del gévera como tin proceso de subversion cultural. Partiendo de la idea de que las personas no sélo sgmios construidas socialmente, sino que én cierta medida nos construimos a.posotras mismas, ella concibe el género como “el resultado de un proceso mpdiante af cual las personas recibimos significados culturales, pero tam- bign os innovamos”. Builer habla de elegir el génere, ne como un acto volun- tarisla, sino como un acto en el que la persona interpreta Jas normas de 3éero recibidas.de tal forma que “las reproduce y organiza de nuevo”. Este conceproalizacion sugierela provacadora idea de! géero como un elémento para rénovar la historia cultural. Pero ze6mo lograr esto? Para responder ese interroganie, Butlér (1990) hace una revisiGn erftica del pensamiento moderno sobre la logica de) género. Desde su formaci filosofics, retoma varios autores para mostrar distintos aspectos de los pro- cesus de construccién y deconstruccién del gérevo, y su estrecharelacién con Ja subjetividad, Mas que piantear [a posibilidad de construir nuestras pro- pias versiones del género, ella insiste en que-hay que desarrollar “una estra- togia pare desnaturalizar los cuerpos y resignificar categorias corporales”. Su reflexion es un slegsto antiesencialista, en e] que confluye mucha de la critica feminista, Buller propone una “resignificacién subversiva” del géncro y deses lograr que ésie prolifare “ms alld de un marco binario”. Ella Se pregunta si la “naturalidad” se constituye a través de actos culturales gue producen reacciones en el cuerpo {ser femenina ¢s un hecho “natural“o tuna “performance cultural?) v le thteresa dilucidar cudles son las eategoriis [undanues de la identidad: 4] sexo, ol género 0 el deseo? [oer sthre une via iec unda pare el feminismo al afirmar que no hay que trenar le tarea politica para explorar las cuestiones de la identidad. Su critica al esencialismo la love 2 plantearse qué nueva forma-de politica emerge cuando la identidad ya no restringe el discurso de la politica feminista, ide la Jucha feminista es el problenia de la Jegalidad: la ley cé.ala ley juridica, Ya lo dijo Michel de Certeau (1988): La uerpo. Esto se puede interpretar de dos manergs: 1) que cis Ginero e mente introyeetan de tal rhanera la ley'socin! que la hacen parte de su cuerpo. Este ‘proceso da inscripcin ae la ley se manifiesta dentro de las cuatro areas (the Pour RS que Serial6 Tamer (1984); reproduccién, representacion, regulacisn. ‘prepnesion. Por eso urge deconstruir las mediaciones psiquicas y cuRturales: innbricadas ed el sexismo y la homofobia, ‘Para enfrentar el sexismo y a homofobia se reqijere reconocer Ja com- pleja articulacibi del sexe, el género, el posicionamiiento del deseo y la pric: fica sextial. Es-evidente que Ja relacion entre esas Cuatro variables no esta determinada estructuralmente; ni todas las mujeres (biolégicamente ha- biando) son consideradas femeninas, ni todas las mujeres conisideradias fe- meninas desean setualmente a los hombres, ni todas tienen las mismas Practicas sexuales. Desde el psicoanélisis se puede registrar la inoperancia dal género en el posicionamiento del deseo: no basta identificarse tomo hombre, asumif Ios emblemias mascufinos, para degear a bia siuijer, ¥ vioe- versa, EI punto que s@ cuestiona es, precisamente, que la ligiee del génern vequieré normativainente que la identifieacién con Jo thasculino 0 con lo femeninc se complemente Con un posicionamiento del deseo: si te identifi- ‘£85 domo pérteneciendo al griero femerino, debes desear al masculino, y viceversa: Lalgica dil género postula una heterasexualidad simbélica, ero ta rea- lidad muestra persistentemente su: inconsistencia: las persorias desean con independencia total de su génere, por procesos psiquicos que no pasan ni por la volantad ni por la contiencia. La homofobia opera precisamente a través de la légica del génevo, alfibuyendo una inversion a Ta ndrnba que se considers *natural”: los homasexualss son considerados hombres “fement- nos” y las lesbianias “mujeres” rhasculinas. Pero camo la estructuracién psi- “quia 116 siempre corresponidé ala normatividad de} géners, la realidad & de ser tan esquematica, y es fretuente encontrar a homosexuales “masculi- nos” y & lesbianas “femeninas™ ‘La fobia que lz homosexualidad genera en’ muchas personas tambi tiene que ver con procesas identificatorios. Ei miodo a que ser “un hombre cabal” o “una mufer de verdad” no sea algo “natural” pone on riesgo 18 propia identidad, Bl terrors perdés Ia dentificacién dé ginero es un olemen- io caracitristico de le homofobia, Si uha mujer con los emblemas dé ]a femi- nidad desea aot mujer, me poulya pasar a mi? Una necesidad de limites -daros sobre qué es ser mujer 0 ser hombre alimenta tanto la homofobla ‘coms e].suxissio’ hay panico a reconocerse en él “diferente”. El temor ¢ la diferencia marca la fornia coro se asume al otra, al ¢ ste imieda es constitutive las-practicas de exclusiéin: el racismo, el sexismo, la homofo- ‘bia, Ja iitoleravicia politica y ol fisndamentalismng religioss. Es crucial desens Cunmro EE EnAD 1. tranar le forma como opere el discurso social pare construira un “diferente” —mujer, indio, negro, judio, comunista, hereje, homosexual-— que sirva de blance y de chivo expiatoric. in fin, ojalé que esta reflexién sirva para argumentar que mediante ta deconstruccién de ciertas précticas, discursos y representaciones critics sociales que discriminan, oprimen o vulneran a fas personas en funci6a de lz Logica del génere nos acercaremos al objetivo etico-palitico primordial del feminism: reformulas, simbélica y politicamente, una nueva definicién de ui es ser persoiaz —un ser humano y un sujeto— sea en cuerpo de mujero dg siowih ae BaLOcRAHA Adios, Parveen, 1990/"Thy Distinction between Sexual Division ard Sexual Differ rentes’. en Parveen Adams y Elizabeth Cowie (eds, The Wlonan in Question, 3982, “Hacer de madre” en dehate femininta No. 6, septiembre. Amoros, Celia, 1985, Critica de ia razén patriarcel, Bezeclona, Anthropos. Blumenteld. 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