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Roberto Schmit (2004)

CONCEPTOS, HERRAMIENTAS Y RESULTADOS RECIENTES SOBRE LA HISTORIA ECONÓMICA


RIOPLATENSE DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX

I. Introducción
Desde hace tres décadas se asiste a una significativa crítica y redefinición sobre la hegemonía indiscutida que tuvieron por aquel
entonces la historia económica serial francesa y los enfoques estructurales de base socioeconómica, ya sea los que provenían del
marxismo o del funcionalismo social. Aquellas tradiciones dejaron afuera o descuidaron en sus explicaciones buena parte de los
comportamientos y de las experiencias individuales y colectivas de los actores sociales. Por tanto aquellos estudios no dieron cuenta
finalmente de las complejas dinámicas económicas y de las múltiples interacciones sociales. De manera que los diversos niveles de
conflictos y solidaridades que caracterizan a las sociedades quedaron muchas veces ocultos u otras totalmente simplificados, tras el
presupuesto de un permamente nivel de regularidad y rigidez en el funcionamiento y en la dinámica de la sociedad. Las críticas y
revisiones efectuadas sobre aquella historiografía estructuralista han generado nuevas tradiciones y tipos de abordajes históricos. Pero la
emergencia de valiosos replanteos a través de nuevas modalidades e instrumentos, como los diversos recortes del universo de estudio o
los nuevos conceptos de análisis, no deberían confundirse y leerse como una evidencia de reducción del valor que tienen los estudios
socio-económicos. Por tanto, más allá de haber perdido su otrora popularidad y ser actualmente una minoría dentro de la producción
historiográfica, los abordajes, los conceptos y las explicaciones económicas lejos de ser líneas de trabajo en extinción han sido
reorientadas y actualmente se están replanteando, a un ritmo muy desigual, desde nuevas perspectivas y presupuestos. En toda una nueva
literatura han quedado expuestos los peligros y las falencias de usar abusivamente las series estadísticas o de aplicar automáticamente
aquellos conceptos propuestos por las miradas estructuralistas y funcionalistas, que habían articulado una historia desprovista de “carne
y sangre”, que muy a menudo perdía de vista a los sujetos y a sus complejas interacciones desplegadas a los largo de la dinámica
histórica.

II. Nuevos caminos para una historiografía des-balanceada


Los nuevos enfoques no conllevan implícitos el abandono de determinado tipo de abordaje y de sus preguntas o problemas, sino que
plantean una redefinición de sus conceptos, preguntas, métodos e interpretaciones. En la historiografía argentina también se han
adaptado aquellas nuevas formas de abordar la historia, pero en muchos casos ésta se ha caracterizado por una manera muy particular de
asumir las novedades. En ese último sentido buena parte de la producción histórica reciente ha tomado los nuevos enfoques de una
manera casi excluyente de la historia económica, como si los mismos fueran un corte abrupto con su pasado historiográfico.
Especialmente la historiografía argentina del siglo XIX continúa caracterizándose por sostener una acumulación espacial muy desigual,
pues el grueso de las investigaciones está centrado sobre el espacio bonaerense lo que tiende a dar una perspectiva y una visión muy
sesgada del complejo proceso histórico. Asimismo sus estudios y explicaciones continúan volcadas a jerarquizar en sus explicaciones
sobre todo el orden político y el rol de sus elites. Entonces, en función de ponderar los alcances generales de estas nuevas miradas en la
historiografía rioplatense, no se debe olvidar que las novedades aportadas por los estudios europeos surgieron a partir de una previa
maduración de debates y de la construcción de bases empíricas sólidas para su interpretación. Incluso se retomaron cuestiones que ya
habían sido marcadas u observadas, aunque inicialmente pudieran haber quedado subordinadas a las series económicas y a los ejes
explicativos estructurales del comportamiento económico-social. Más allá de ponderar los balances y novedades de la historiografía
europea y norteamericana o de su apropiación y fluctuación de ciclos con des-balances en la historiografía argentina, es importante
resaltar que en nuestro contexto local también en los estudios económicos se han tomado en cuenta las críticas y propuestas de las
nuevas relecturas, que han permitido repensar la historia rioplatense al menos en tres grandes tópicos básicos. Por una parte se ha puesto
en evidencia la importancia que tiene en los estudios la vuelta a los “sujetos” históricos, como actores que despliegan sus propias lógicas
de interacción y conflicto a través de variadas estrategias y prácticas dentro de la dinámica social. De modo que la emergencia de
conceptos que apuntan a dar diversidad de racionalidad al comportamiento de los actores ha implicado encontrar un nuevo lugar de
análisis donde puedan emerger cuestiones relevantes como, por ejemplo, las relaciones y prácticas personales, familiares, parentales, de
vecindad, étnicas, grupos, clanes, etc. En un mismo sentido se ha propuesto un tipo de recorte metodológico y de análisis más “denso”
sobre los espacios y escalas estudiadas, que permite comprender mejor el contexto histórico y sus actores, planteando cómo el objeto de
estudio está claramente construido por los investigadores. Dentro de estos enfoques existe una clara preeminencia por aprehender los
intereses y las prácticas de sus agentes y de no hacer prevalecer un determinismo automático desde una visión exterior general que
explicaría el comportamiento de los mismos. De ese modo buena parte de los estudios se han centrado en diversos niveles de lo “micro”.
Ese recorte analítico para la historiografía rioplatense ha sido planteado en el estudio regional y en la micro-historia local concebida
como lo particular de un modelo que no significa necesariamente su fragmentación empírica, sino sólo una escala diferente de
observación de las evidencias históricas de una perspectiva de interpretación teórica más amplia. Se trata entonces de encontrar una

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escala de observación desde donde se pueda reconocer el espacio económico particular (regional, provincial, local, familiar, de ciertos
actores, etc.), pero siempre en conexión o interrelación con lo más general. Desde esta perspectiva el estudio micro será convincente y
explicativo cuando permita estimar el tejido de relaciones que lo hacen característico como un espacio determinado, dentro de los cuales
deben aparecer articuladas las relaciones hacia afuera y hacia adentro, a través de diversos mecanismos de interacción económicos,
sociales e institucionales. Entonces por todo lo expuesto en torno a la construcción del microanálisis no se trata de plantear una historia
“menor” o “pequeña” entendida sólo como una micro-geografía, es decir como una investigación sobre una porción de un territorio o
espacio. Es vital que en el análisis la micro-historia no se confunda la escala con el objeto de estudio, dado que se la debe concebir como
un procedimiento analítico aplicable a cualquier espacio, independientemente del tamaño del objeto analizado. Asimismo dentro de la
reubicación del estudio económico nuevas propuestas han realzado la importancia de integrar el marco institucional para la explicación
de la racionalidad y la dinámica de lo micro y macro histórico. Es decir, el rol y peso de los llamados componentes “¿extraeconómicos?”
que influyen en la conducta individual y colectiva a la hora de explicar los conflictos existentes en una sociedad. Desde aquellas
cuestiones se están introduciendo en las problemáticas históricas rioplatenses los conceptos y las herramientas de una renovada historia
socio-económica para esta sociedad pre-industrial de la primera mitad del siglo XIX. Dentro de esos problemas se trata de mostrar que el
mercado no explica todo, pues tuvo un alcance limitado y su dinámica varió en el tiempo, ya que los comportamientos dependían no sólo
de las preferencias materiales de los “capitalistas”, sino también de las complejas relaciones provenientes desde “afuera” de la economía,
como eran las provistas por las relaciones institucionales, parentales, políticas, étnicas, personales, culturales, etc. En estas sociedades se
entiende claramente que los actores sociales, además de sus intercambios económicos de “mercado”, se caracterizan en su dinámica por
sus variadas tradiciones y prácticas culturales de economías complejas y por sus diversas estrategias de reproducción social que van
“más allá” del mercado, lo que finalmente debe ayudar a entender mejor como funcionaban las solidaridades, los conflictos y la
movilidad social de esas sociedades. Junto a la revisión de los actores sociales se intenta redefinir la escala más apropiada para
profundizar el análisis, ajustar los conceptos y el carácter de sus explicaciones. Quizá una reubicación en los estudios socio-económicos
a largo plazo permita revisar explicaciones generales. Es necesario re-examinar el viejo dilema sobre los actores o agentes de la historia,
¿cómo explicar a los individuos y a los grupos? ¿Hasta dónde pueden enfrentarse y sostenerse con éxito las pautas que los sistemas y los
actores históricos pueden tener margen de libertad de acción y elección? Asimismo los estudios también apelan a encontrar motivos
conscientes e inconscientes en los actores sociales.

III. Tópicos y senderos de la historia económica rioplatense

Economía y actores sociales

Hace veinte años que empezaron a demolerse los estereotipos de una historia socio-económica esquemática y simplista en torno a una
economía pecuaria consolidada y hegemónica, con actores sociales en su mayor parte ligados con los establecimientos de aquellos
propietarios. O de suponer también la existencia de orientaciones económicas firmes, espacios mercantiles integrados o políticas
monetarias y fiscales definidas. Los nuevos trabajos han comenzado a plantear una visión más compleja, ya que muestran una variedad
de actores y prácticas económicas en el Río de la Plata. Entonces los estudios de la época tardo-colonial comenzaron a interrogarse sobre
la presencia de una sociedad con ámbitos urbanos y rurales más complejos, que denotaba la necesidad de replantear las miradas sobre los
actores de la historia rioplatense. Estos estudios han enriquecido el universo de análisis y han puesto un nuevo punto de partida para las
interpretaciones sobre la sociedad rioplatense. Pero esa riqueza de información y agentes tienen todavía mucho margen de especulación
que resolver en sus explicaciones sobre la compleja urdimbre de su dinámica temporal y espacial a lo largo de los siglos XVIII y XIX.
Por ello, se necesitan explicaciones más profundas sobre sus múltiples interacciones, así como poder ponderar y comprender mejor el
alcance de sus mecanismos de reproducción y de cambios dentro de las tendencias que aquellas sociedades tuvieron en torno a la
convivencia y hegemonía de las diversas estrategias de reproducción socio-económicas.
En tanto en los estudios sobre las elites o los notables cada vez más se están privilegiando abordajes que apuntan a revelar la acción
colectiva centrada en los grupos, en los nexos familiares y en la formulación de múltiples relaciones personales de poder que
constituyeron los patriarcas locales. Estos trabajos plantean como punto de partida, para entender la organización de los liderazgos,
analizar el rol que jugaron dentro del patriciado, además de los vínculos económicos, las relaciones de parentesco, las redes personales
de relaciones y otros vínculos estratégicos que resultaron las herramientas básicas para que aquellos actores sociales alcanzaran
posiciones políticas y socio-económicas privilegiadas. Entre las más significativas se encuentran los conceptos de prácticas y estrategias
familiares y redes de relaciones sociales. Algunos análisis han propuesto como nexo fundamental del análisis a las redes de relaciones
personales como el objeto a partir del cual ordenan el comportamiento de los agentes sociales. Estos abordajes basados en las relaciones
personales y de la parentela además de observar el comportamiento empresario de los agentes históricos, plantean también tratar de
analizar desde esta perspectiva la lógica con que se desenvuelven las prácticas institucionales y de la administración del Estado. Incluso
plantean que en un último sentido estos vínculos explicarían el consenso social; ya que estas relaciones de cadenas informales de mando
permitirían analizar la forma en que se daba la asignación de recursos de todo tipo y la racionalidad con que la usaban los individuos,
que no provenía en gran parte de las instituciones o el mercado, sino de las lógicas consolidadas por las redes de relaciones personales.

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De ese modo, el estudio de las elites a través de sus múltiples vinculaciones también permitirá transitar desde las acciones individuales a
las colectivas; y también nos habilita para unir esa línea tan difusa que separaba en aquella época a los ámbitos privados y públicos.

Actores económicos e instituciones


Si los aportes descriptos han permitido un avance sobre el conocimiento de los actores y sus prácticas económicas, es aún necesario una
evaluación más certera de cómo interactuaron sobre aquellos contextos otros factores que explican la naturaleza de su racionalidad
socio-económica en la primera mitad del siglo XIX. Así se debe considerar que la guerra no fue un factor coyuntural durante la primera
mitad del siglo XIX, sino que resultó un elemento estructural para entender el comportamiento de los agentes económicos. Asimismo, se
debe ponderar también cómo impactó sobre el dominio del territorio, que efecto produjo sobre los negocios mercantiles regionales e
internacionales y en la organización del ciclo productivo. Numerosos casos muestran la íntima relación existente entre la evolución de
los ciclos bélicos y el universo de las expectativas y las preferencias de inversión de los diversos actores sociales, así como también el
modo en que esos contextos se correlacionan con la evolución del valor de los bienes dentro de la estructura agraria y mercantil. Un
ejemplo interesante de aquella racionalidad presenta H. Osorio, en su estudio sobre Río Grande del Sur tardo-colonial, cuando muestra
claramente como los ciclos de guerra y la movilidad de la economía riograndense afectaron el precio de los bienes y sobre todo
condicionaron el riesgo de las actividades. El caso de Entre Ríos entre 1820 y 1850 muestra otro ejemplo similar de una estructura rural
en un contexto de guerra que estuvo basado en la cría de ganado vacuno extensivo, que al igual que Río Grande tardo-colonial,
funcionaba en torno a la inversión pecuaria y al procreo del ganado alzado y móvil. También para Buenos Aires, J. C. Garavaglia ha
mostrado como los patrimonios rurales también sufrieron cambios significativos desde el tardo-colonial hasta mitad del siglo XIX.
Pero mucho más visibles resultan las variables institucionales para el acceso adecuado a los mercados que para muchas economías
rioplatenses estuvieron fuertemente vinculados con las coyunturas militares. De ese modo, la guerra además de ser un factor central para
la organización de la producción, también a menudo permitió o impidió la concreción de los negocios o rentabilidades mercantiles que
se relacionaron estrechamente con el éxito o dominio militar. Las políticas fiscales y monetarias también resultaron factores importantes
a la hora de definir los patrones de inversión y las preferencias de los agentes económicos. Pues el desempeño de las instituciones y de
las políticas jugaron siempre un rol central en la determinación de posibilidades del tipo de desarrollo económico. M. A. Irigoin ha
postulado, para el caso de Buenos Aires, que resultó fundamental en el patrón económico la emisión de papel moneda inconvertible y las
políticas fiscales, las cuales estipularon que las mercancías importadas fueran gravadas ad valorem mientras que las exportaciones
pagaron derechos específicos, así también como otros impuestos que se pagaban en papel moneda.

De los actores y los contextos


Es fundamental entender que sólo se podrá avanzar en las explicaciones históricas si se conoce mejor a sus actores y sus múltiples
factores “económicos”. Tan importante como ello es disponer de información consistente sobre esos procesos rurales y comerciales de
largo plazo y para diferentes contextos; por lo cual es importante comprender el valor que para ello siguen teniendo las series
estadísticas sobre factores como por ejemplo: los costos de las tierras, los precios de la mano de obra y los contextos de demanda de los
mercados internacionales. Así como también tienen un valor “económico” vital las trayectorias de las políticas institucionales y la
dinámica del poder político que afectaba notablemente aquellos procesos.
Hace décadas T. Halperin Donghi planteó algunas de las principales características de la denominada “expansión ganadera”
bonaerense. Recientemente se ha reexaminado aquel proceso rioplatense mostrando que no se ha tratado de un desarrollo lineal ni
sencillo. Por un parte se ha visto que hubo una creciente disponibilidad de tierras puestas en producción, y que éstas tuvieron un tipo de
tenencia en la que coexistió la pequeña y mediana explotación con la gran propiedad. También se ha observado que la propiedad de la
tierra no puede ser estudiada en general bajo una sola mirada, sino que se debe tener en cuenta su desarrollo regional y temporal, que
muestra diferencias muy marcadas. Ha quedado planteada una característica central de largo plazo de estas economías: la abundancia de
tierras fértiles disponibles y la falta de brazos en el “mercado” estacional de trabajo. Esto último, junto al papel que desempeñaron los
mercados locales consumidores de granos probablemente explica la persistencia, en grado desigual, de una estructura rural combinada
que incluyo desde los hacendados hasta una amplia gama de pequeños productores rurales. Otro de los factores que han sido ponderados
en los estudios del desarrollo rural ha sido el incentivo de la demanda externa y la apertura al libre comercio. Actualmente, diferentes
trabajos muestran con solvencia cuál fue el ritmo y los ciclos del sector externo de la economía pecuaria rioplatense. Schmit y Rosal han
planteado que en la segunda década del siglo XIX, la economía instaurada en el Río de la Plata sufrió un colapso como consecuencia de
fuerzas combinadas surgidas del movimiento revolucionario, en el orden interno, y de cambios estructurales en las relaciones
económicas internacionales. A partir de entonces, en una amplia región del Río de la Plata fue posible un marcado incremento de la
producción pecuaria y del comercio de sus productos. Las exportaciones pecuarias rioplatenses aumentaron a un ritmo equiparable a las
más importantes economías de la región. Pero es fundamental enfatizar que aquel dinamismo exportador no tuvo un ritmo constante,
sino que mostró un incremento irregular durante las décadas de 1820 y 1830 para finalmente alcanzar un impulso notable en la década
de 1840. El avance en la formulación de parámetros socio-económicos de largo polazo, y su distribución y variación espacial, resultan

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fundamentales para poder interrelacionar y ponderar adecuadamente en los estudios densos del microanálisis para explicar la relación
existente entre los sujetos y los contextos históricos.

IV. A modo de reflexión


Buena parte de los logros del trabajo acumulado está asociado a una profundización de las escalas de análisis, a una mayor diversidad
de enfoques y a una mayor riqueza conceptual y metodológica, que actualmente permite discutir mejor las hipótesis, elaborar los
instrumentos más adecuados para la medición y formular argumentos sólidos para el análisis. Para que aquello suceda sin duda resulta
vital entender las nuevas perspectivas para continuar profundizando el análisis a través de una adopción inteligente (es decir no
mecánica y a-crítica) de nuevas herramientas conceptuales y metodologías provenientes de las otras ciencias sociales que se puedan
aplicar con éxito al análisis histórico. El alcance de aquellos objetivos de la historia económica no sólo debe importar o “sacudir” los
cimientos a los que plantean el estudio desde esta más “antiguo” abordaje, sino que sin duda resulta vital para entender los factores
culturales y políticos que influyen en la conducta individual y colectiva, pues no sólo importan al tiempo de pensar cuestiones relativas a
la organización de la producción, el ahorro, la inversión, sino a los “nuevos tópicos” como la familia, la infancia, la sociabilidad, el
juego, el ocio, etc.

[Roberto Schmit, “Conceptos, herramientas y resultados recientes sobre la historia económica rioplatense de la primera mitad
del siglo XIX”; en Beatriz Bragoni (editora) Microanálisis: ensayos de historiografía argentina, Prometeo, Buenos Aires, 2004, pp.
55-79]

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