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LA ENFERMEDAD COMO CAMINO THORWALD DETHLEFSEN RupiceR DAHLKE Tealucisn de ‘Ana M? pe La Furnte Provoco INDICE PRIMERA PARTE DE LA ENFERMEDAD Y LA CURACION: |. Enfermedad y sintomas |. Polaridad y unidad.. Lasombra . Bien y Mal Elser humano es un enfermo La bisqueda de las causas El método de ta interrog profunda SEGUNDA PARTE LA ENFERMEDAD Y SU SIGNIFICADO. La infeccion El sistema de defensa La respiracion eo) CONDICIONES TEORICAS PARA LA COMPRENSION, 2B 25 51 61 73 cece WT . 133 139 8 __taenfermedad co Los 6rganos sensoriales . |. Dolor de cabeza . Corazén y ci ae : 7 locomotor y los nervios Relacién alfabética de los érganos y partes del ‘cuerpo con sus respectivos atributos psiquicos ... 319 PROLOGO Este libro es inc6modo porque arrebata al ser humano el recurso de utilizar la enfermedad a modo de coartada para rehuir problemas pendientes. Nos proponemos demos- trar que el enfermo no es victima inocente de errores de la naturaleza, sino su propio verdugo. Y con esto no nos refe- res, sino que pretendemos situar en primer plano el aspec- to metafisico de la enfermedad. A esta luz, los sintomas se revelan como manifestaciones fisicas de conflictos psiqui- cos y su mensaje puede descubrir el problema de cada pa ciente. En la primera parte, se expone una filosofia de la en- fermedad y se dan las claves para su comprensién, Reco- mendamos muy especialmente leer con toda atencién esta primera parte, mas de una vez si es necesario, antes de pa- sara la segunda. Este libro puede considerarse como conti- rnuacién o comentario de mi anterior Schicksal als Chance, si bien nos hemos esforzado por hacerlo completo en si mismo. De todos modos, consideramos que la lectura de Schicksal als Chance es una buena preparacién o comple- mento, especialmente para quienes tengan dificultades con la parte te6rica. la segunda parte, se exponen los cuad tuna nueva perspectiva que le permita reconacer los sinto ‘mas y entender su significado por si mismo. Simulténeamente, hemos utilizado el tema de la enfer- medad como base para muchos temas ideologicos y esoté- nce rebasa el marco de la enfermedad. Este camino, a matar el tiempo con labarismos y espe s. El que busca la luz n Conox Munich, febrero de 1983, Los autores PRIMERA PARTE CONDICIONES TEORICAS PARA LA COMPRENSION DE LA. ENFERMEDAD Y LA CURACION i ENFERMEDAD Y SiNTOMAS Elentendimiento humana ro puede aprehender la verdadera ensefanza, Pero cuando dudes yn entendiis “Bustosamente dlalogaré con vosotres. Yors Onis Sonex Vivimos en una época en la que la medicina continua ofrece al asombrado profano nuevas - idades que rayan en lo milagroso. Pero, “empo, se hacen mas audibles las voces de des- ianza hacia esta casi omni Es cada dia mayor el niimero de los que confian mas en los métodos, antiguos 0 modemos, de la medicina n de la medicina homeopatica, que en la archi de los sintomas, falta de huma- nidad, costes exorbitantes y otros muchos— pero més interesante que los motivos de critica es la existencia de la ica en si, ya que, antes de concretarse racionalmente, jovenes. De tunanimidad se rompe oponer alter: ta, Para unos la soluci a socializacién de la medicina, para otros, en la su ion de la quimioterapia por remedios naturales y vege- tales, Mientras unos ven la solucién de todos los problemas icas, otros pro- pugnan Los acupuntores y fos invest dores de los focos abogan por desplazar la atencion del plane morfolégico al plano energético de la fsiologia, Si ‘contemplamos en su conjunto todos los esfuerzos y méto- dos extraacadémicos, observamos, ademas de una gran receptividad para toda la diversidad de métodos, el afan de iano en su tolalidad como ente fisico- edicina aca- i son los conceptos fundamentales een los que se basa la invesligacién, pero estos métodos, al tiempo que proporcionan un conocimiento del detalle mas minucioso y preciso, hacen que el todo se: Si prestamos atencién al animado debate que se man- tiene en el mundo de la medicina, observamos que, ge- neralmente, se discute de los métodos y de su funciona- mmiento y que, hasta ahora, se ha hablado muy poco de la teorfa o filosofia de la medicina. Si bien es cierto que la medicina se sirve en gran medida de operaciones cor cretas y précticas, en cada una de ellas se expresa —del berada o inconscientemente— la mn sino por el concepto sobre el que —a menudo ¢ irreflexivamente— basa su actuaci6n. La medi- ‘mas exaclamente, por su falta rmedad y sintomas 15 de filosofia, Hasta ahora, la actuacién de la medicina res- ponde s6lo a criterios de funcionalidad y eficacia; la falta de un fondo le ha valido el calificativo de sinhumanas. Si bien esta inhumanidad se manifiesta en muchas si- tuaciones concretas y externas, no es un defecto que pue- da remediarse con simples modificaciones funcionales.. ‘Muchos sintomas indican que la medicina esta enferma. Y¥ tampoco esta epaciente» puede curarse a base de tratar los sintomas. Sin embargo, la mayorfa de criticos de la me- dicina académica y propagandistas de formas de curacién ternativas asumen automaticamente el crterio de la me- dicina académica y concentran todas sus energias en la modificacién de las formas (métodos). En este libro, nos proponemos ocupamos del problema de la enfermedad y la curaci6n. Pero nosotros no nos ate- rnemos a los valores consabidos y que todos consideran in- dispensables. Desde luego, ello hace nuestro propésito di- cil y peligroso, ya que comporta indagar sin escriipulos fen terreno considerado vedado por la colectividad. Somos conscientes de que el paso que damos no sera el que vaya a dar la medicina en su desarrollo. Nosotros, con nuestro planteamiento, nos saltamos muchos de los pasos que aho- ra aguardan a la medicina, cuya perfecta comprensién ha de dar la perspectiva necesaria para asumir el concepto que se presenta en est ccon esta exposicién 1no pretendemos contt general sino que nos 103 a es05 individuos cuya vi- sin personal se anticipa un poco al (un tanto premioso) rit mo general. Los procesos funcionales nunca tienen significado en si. EI significado de un hecho se nos revela por la interpre- tacién que le atribuimos. Por ejemplo, la subida de una columna de mercurio en un tubo de cristal carece de signi- ficado hasta que interpretamos este hecho como manifes- tacién de un cambio de temperatura. Cuando las personas dejan de interpretar los hechos que ocurren en el mundo y el curso de su propio destino, su existencia se disipa en la a fo que se ha de interpretar. los procesos de este mundo material de las formas no pueden ser interpretados sin recurti a un marco asta que el mundo visible de las. ;oria» (Goethe) no adquiere y significado para el ser humano. Del mismo modo {que la letra vel numero son exponentes de una idea subya- todo to visible, todo fo concreto y funcional es éni- dos campos forma y contenido. En la forma se manifiesta el ido que es el que da significado a la forma. Los sig nos de e: fen ideas ni significado re- sultan tontos y vacios. ¥ esta no lo cambiara el analisis de 4os signos, por minucioso que sea. Otro tanto ocurre en el arte. EI valor de una pintura no reside en la calidad de la los componentes materiales del cuadro color permiten la visual fisica libro para la interpretacién e enfermedad y curaci6n, Nosotros abando- y deliberadamente ef terrena de la «me- ». Nosotros no tenemos pretensiones de ya que nuestro punto de partida es muy dis- La argumentacin o Ia ¢ pues, objeto de nuestra con ino a aquellas per- sonas que estén dispuestas a seguir los senderos tortuosos ¥ no siempre légicos de la mente humana. Serén buenos je por el alma humana un pensa~ imaginacién, ironfa y buen oido para los tras- fondos del lenguaje. Nuestro empefio exige también to- lerancia a las paradojas y la ambivalencia, y exclu) pretension de alcanzar inmediatamente la univoca destruccién de una de las opciones. ‘como en el lenguaje popular se ha- bla de las mas diversas enfermedades. Fsta inexactitud verbal indica claramente la universal incomprension que sufre el concepto de enfermedad. La enfermedad es una palabra que s6lo deberfa tener singular; decir enferme- dades, en plural, estan tonto como decir saludes. Enferme- dad y salud son Conceptos singulares, por cuanto que se re- fieren a un estado del ser humano y no a 6rganos o partes, del cuerpo, como parece querer indicar el lenguaje habi tual. El cuerpo nunca esta enfermo ni sano, ya que en él s6lo se manifiestan las informaciones de la mente. El cuer- pono hace nada por si mismo. Para comprobarlo, basta ver tun cadaver. EI cuerpo de una persona viva debe su funcio- namiento precisamente a estas dos instancias inmateriales que solemos llamar conciencia (alma) y vida (espiritu). La conciencia emite la informacién que se manifesta y se hace visible en el cuerpo. La conciencia es al cuerpo lo ‘que un programa de radio al recept ciencia representa una cualidad inmater ralmente, no es producto del cuerpo ni depende de la exis- tencia de éste. Lo que ocurre en el cuerpo de un ser viviente es ex- presién de una informacion 0 concrecién de la imagen correspondiente (imagen en griego es eidolon y se refiere también al concepto de la videas). Cuando el pulso y el temperatura cor- poral mantiene un nivel constant, las glandulas segregan hormonas y en el organismo se forman anticuerpos. Estas funciones no pueden explicarse por la materia en si, sino que dependen de una informacién concreta, cuyo punto de partida es la conciencia. Cuando las distintas funciones ale Talerierinat cole TO ee corporales se conjugan de un modo determinado se pro- duce un modelo que nos parece armonioso y por ello lo tlamamos salud. Si una de las funciones se perturba, la ar- ‘moni del conjunto se rompe y entonces hablamos de en- fermedad. Enfermedades significa, pues, la pérdida de una armo- ©, también, el trastorno de un orden hasta ahora eq ibrado (después veremos que, en realidad, contemplada desde otro punto de vista, la enfermedad es la instauracién de un equilibrio). Ahora bien, la pérdida de armonia se produce en la conciencia, en el plano de la informacién, y en el cuerpo sélo se muestra, Por co es vehiculo de la manifestacién o realizacién de todos los procesos y cambios que se producen en la conciencia. As sitodo el mundo material no es sino el escenario en el que se plasma el juego de los arquetipos, con lo que se convier- te en alegoria, también el cuerpo material es el escenario ‘en el que se manifiestan las imagenes de la conciencia, Por lo tanto, si una persona sufre un desequilibrio en su con- Ciencia, ello se manifestara en su cuerpo en forma de sinto- ma. Por lo tanto, es un error afirmar que el cuerpo est enfermo —enfermo s6lo puede estarlo el ser humano—, Por més que el estado de enfermedad se manifieste en el ‘cuerpo como sintoma. ( dia, lo tragico noes el intomas hay muchos, pero todos son expresién de un nico e invariable proceso que llamamos enfermedad y que se produce siempre en la conciencia de una persona. Sin la conciencia, pues, el cuerpo no puede vivir ni pue- de «enfermars. Aqui conviene entender que nosotros no suscribimos la habitual division de las enfermedades en somaticas, psicosomaticas, psiquicas y espirituales. Esta Clasificacién sirve mas para enfermedad que para fa Nuestro planteamiento coincide en parte con el mo- delo psicosomatico, aunque con la diferencia de que osotros aplicamos esta visién a todos los sintomas sin 19 puede referirse, a lo sumo, al plano en el que el sintoma se manifiesta, pero no sirve para ubicar la enfermedad. El antiguo concepto de las enfermedades del espirtu es to- talmente equivoco, dado que el espiritu nunca puede en- fermar: se trata exclusivamente de sintomas que se mani- fiestan en el plano psiquico, es decir, en la conciencia del individuo. ‘Aqui trataremos de trazar un cuadro unitario de la en- fermedad que, a lo sumo, sitie la diferenciaci6n «som: o»/spsiquicoe en el plano de la manifestacién del sinto- ma que predomine en cada caso. Con la diferenciacién entre enfermedad (plano de la con y sintoma (plano corporal) nuestro examen se desplaza del anélisis habitual de los procesos corporales hacia una contemplacién hoy insélita del plano psiquico. Por lo tanto, actuamos como un critico que no trata de me- jorar una mala obra teatral analizando y cambiando los de- corados, el atrezzo y los actores, sino que contempla la obraen st. Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un sintoma, éste (mas 0 menos) llama la atencién interrum- piendo, con frecuencia bruscamente, la continuidad de la vida diaria, Un sintoma es una sefial que atrae atencién, interés y energia y, por lo tanto, impide la vida normal. Un én, lo queramos o no. Esta inte- i6n que nos parece llegar de fuera nos produce una imolestia y desde ese momento no tenemos mas que un ob- jetivo: eliminar la molestia, £1 ser humano no quiere ser ‘molestado, y ello hace que empiece la lucha contra el sin- toma. La lucha exige atencién y dedicacién: el sintoma siempre consigue que estemos pendientes de él Desde los tiempos de Hipocrates, la medicina acadé- mica ha tratado de convencer a los enfermos de que un sin- toma es un hecho mas o menos fortuito cuya causa debe buscarse en los procesos funcionales en los que tan afa- nosamente se investiga. La medicina académica evita cui- 20__ La enfermedad como camino dadosamente la interpretacién del sintoma, con lo que les. Vamos a poner un ejemplo: un automévil lleva varios indicadores luminosos que s6lo se encienden cuando exis- fa en el funcionamiento del vehiculo. fa. Nos sentimos obligados por la sefial a intertumpir el viaje. Por mas que nos moleste parar, com prendemos que seria una estupidez enfadarse con la luce- cita; al fin y al cabo, nos esté avisando de una perturbaci6n que nosotros no podriamos descubrir con tanta rapidez, ‘como recomendacién de que que arregle lo que haya que arre} apague y nosotros podamos segi famos, y con raz6n, si, para consegu mecanico se limi Desde luego, el indicador ya no estaria encendido —y eso es lo que noso- os—, pero el procedimiento utilizado para cconseguirlo seria muy simplista, Lo procedente es eliminar la causa de que se encienda la sefal, no quitar la bombilla, Pero para ello habré que apartar la mirada de la sefal y dirigirla a zonas més profundas, a fin de averiguar qué es lo que no funciona. La sefial s6lo qui Lo que en en (0 cuerpo, como sintoma es la expresién visible de un tro proceder hi fay obligar- nos a hacer una indagaci También en este caso, es una toma y, absurdo, tratar de festacién. Lo que debemos suprimirlo impidiendo su ma Enfermedad y sintomas 21 tenemos que apartar la mirada de él y buscar mas allé.. Pero la medicina académica es incapaz de dar este paso, y en esto radica su problema: se deja fascinar por los intomas. Por ello, equipara sintomas y enfermedad, es de- no puede separar la forma del cont se regatean los recursos de la para tratar érganos y partes del cuerpo, mientras se descuida al individuo que esta enfermo. Se fen una fraccién del uno por ciento. Ahora hay tantos enfer- mos como hubo siempre —aunque los sintomas sean otros—. Esta cruda verdad es disfrazada con est que se refieren s6lo a unos grupos de sintomas determina- dos. Por ejemplo, se pregona el triunfo sobre las enferme- dades infecciosas, sin mencionar qué otros sintomas han aumentado en importancia y frecuencia durante el mismo periodo. Elestudio no ser le hasta que, en vez de considerar tomas, se considere la wenfermedad en sis, y ésta ni ido ni parece que vaya a disminuir. La enferme- iga en el ser tan hondo como la muerte y no se la ‘cuantas manipulaciones Si el hombre comprendiera la gran- deza y dignidad de la enfermedad y la muerte, veri ridiculo del empefio de combatirla con sus fuerzas. Na- Imente, de semejante desengafio puede uno protegerse por el procedimiento de reducir la enfermedad y la muerte iples funciones y asi poder seguir creyenda en la pro- pia grandeza y poder. En suma, la enfermedad es un estado que indica que el individuo, en su conciencia, ha dejado de estar en ordeno puede gruentes y funcional fuerzas del Denota un bisica y su relacién con la 10 considera el icciOn debe ser 1a un aliado que a y ast vencer la enfermedad. Porque entonces el sintoma sera 10 que nos ayude a atender a nN maestro severo que sera duro con nos leccién mas importante. La fe un fin: ayudarnos a subsanar sintoma como su gran enemigo cuya dk su mayor objetivo sino que descubre NOs GUE es lo que nos fi 10S que aprender su ayudar a reaprender iprender, ya que este no se trata de El lengua- jon entre el intomas. ¥ nos dicen cosas mas impor- semejantes, ya que son compafieros NOS pertenecen por entero y son los Gnicos que nos conocen de verdad, _ Enfermedad y sintomas 23 Esto, desde luego, supone una sinceridad portar. Nuestro mejor amigo nunca se atreveria a d Ta verdad tan erudamente como nos la dicen sempre los de extrafiar que nosotros hayamos lenguaje de los sintomas. ¥ es que re- mas comodo vivir engaftado. Pero no por cerrar los que andar a vueltas con ellos. Si nos atrevemnos a pre les atencién y establecer comunicacién, serén gufas in bles en el camino de la verdadera curacién. Al decirnos lo que en realidad nos falta, al exponernos el tema que no- sotros deberos asumir conscientement conseguir que, por mé diferencia entre combat y transmutar la enfermedad. La curacién se produce ex- clusivamente desde una enfermedad transmutada, nunca desde un sintoma derrotado, ya que la curacién si que el ser humano se hace mas sano, mas completo aumentativo de completo, gramaticalmente incorrecto, se pretende indicar més proxit perfeccién; por cierto, tampoco sano admite aument ‘uracion significa re- dencién, aproximacién a esa plenitud de la conciencia que también se a curacién se consi- gue incorporando lo que falta y, por lo tanto, no es posible sin una expansién de la conciencia. Enfermedad y cura- un cuerpo no esta enfermo ni sano. En él s6lo se reflejan, en cada caso, estados de la conciencia Sélo en este contexto puede c1 iempre y cuando ésta lala pretensién de curar. La medicina medicina 1a; No se pueden ue; si acaso, tiva de si uno va a porfiar en el intento de cambi do por medidas funcionales o si ha comprendido que ello es vano emperio y, por lo que le atafie personalmente, de- siste. El que ha visto la trampa del juego no jugando (... aunque nada se ro no tiene derecho a 1a natural como ala acadé fa de conseguir la idas funcionales y habla de impedir la enfermedad y de vat vida sana. La filosofia es, pues, la misma; s6lo los ‘métodos son un poco menos t6xicos y mas naturales. (No hacemos referencia a la homeopatia que no se alinea ni con la medicina académica ni con la natural El camino del individuo va de lo enfermedad a la salud y a la salvacién. La ent 5 un obstéculo que se cruza en medad en sies el camino por ia curaci6n, Cuanto mas con mos el camino, mejor podra cu ; para Conseguir esto tenemos que ampl onte. Tt POLARIDAD Y UNIDAD esis es dijo: Cuando de os dos hagas uno y cuando hag de era y lode fuera como lo de dentro y lo de ‘ojo yuna mano.en vee de una mano yun pie en Jmagen en vez ce una imagen, entonces As, Evangelos Apscr tema que idad. Por un nes, pero, por creemos que la comprensién de la polaridad es requi- sito indispensable para seguir los razonamientos que ex- ponemos més adelante. De todos modos, nunca se hace ié en la polaridad, por cuanto constituye I de nuestra existencia imano se separa de todo lo que per- cibe como ajeno al Yor Tis y, desde este momento, el se humano queda preso en la polar 8 contrapuntos que no se cifran s6lo en el Yoy el sino también en lo intemo y lo externo, mujer y hom bre, bien y mal, verdad y mentira, etc. El ego del individuo it, reconocer o imaginar siquiera {a unidad o el todo en cualquier forma. La conciencia lo escinde todo en parejas de contrarios que nos plante: un conilicto porque nos obligan a diferenciar y a decidir. Nuestro entendimiento no hace otra cosa que desmenuzar la realidad en pedazos mas y mas pequefios (analisis)y di- ferenciar entre los pedazos (ciscemnimiento). Por ello, se dice sa una cosa y, al mismo tiempo, no a su contrario, pues es sabido que «los contrarios se excluyen mutuamen. tes, Pero con cada no, con cada exelusién, incurrimos ea una carencia, y para estar sanohay que estar completo. Tal vez se aprecie ya lo estrechamente ligado que est el tema enfermedad-salud con la polaridad. Pero atin podemos ser mas categéricos: enfermedad es polaridad, curaci6n es su- peracién de la polaridad. ‘Mas alla de la polaridad en la que nosotros, como indi viduos, nos encontramos inmersos, esta la unidad, el Uno que todo lo abarca, en el que se atinan los contrarios. Este Ambito del ser se llama también el Todo porque todo abarca, y nada puede exist fuera de esta unidad, de est Todo. En la unidad no hay cambio ni transformacion ni evolucién, porque la unidad no esta sometida al tiempo nial espacio. La Unidad-Todo esta en reposo permanenio, es el Ser puro, sin forma ni actividad. Llama la atencion que todas las definiciones de la unidad hayan de ser formu !adas en negativo: sn tiempo, sin espacio, sn eambio, sn mite. Todas las manifestaciones positivas nacen de nuestro mundo dividido y, por consiguiente, no pueden aplicarse a la unidad. Desde el punto de vista de nuestra conciencia bipolar la unidad se aparece como la Nada. Esta formula- ci6n es correcta, pero con frecuencia nos sugiere asocia- excluye automa ‘De una identificacién sue- | t damente también una valoracién: «&n la vida hay que ser activo y trabajador; no es bueno ser pasi Yo y vago.» Por mas que esta opinién se sustente con argu- mentos y teorfas, esta valoracién no pasa de subjetiva. Desde el punto de vista objetivo, esto es solo una po- idad de plantearse las cosas —y una posibilidad muy convencional—. ;Qué pensariamos de una rosa roja que proclamara muy convencida: «Lo correcto es florecer en rojo. Tener flores azules es un error y un peligro.»? El repu- dio de cualquier forma de manifestacién es siempre sefial de falta de identificaci6n (.. por cierto que la violeta, por su parte, not Por lo tani aci6n que si jon descarta ‘Ahora bien, todo no queremos ser, Io que no queremos ack identidad,, forma que nosotros fen nuestra tro Negativo, nuestra «sombras. Por- {que el repudio de la mitad de fas posibilidades no las hace desaparecer sino que s6lo las destierra de la identificacton ‘ode la conciencia, | ano» ha quitado de nuestra vista un polo, pero no lo ha ido. £1 polo descartado vive desde ahora en la sombra de nuestra conciencia. Del mismo modo que los nilfios creen que cerrando los ojos se hacen i personas imaginan que es posibl spe que permanecer en la oscuridad donde uno no to, vea. El no ver se considera tanto como no tener y se cree que lo uno puede existirsin lo otro. Llamamos sombra (en la acepcién que da a la palabra CG. Jung) a la suma de todas las facetas de la realidad que el individuo no reconoce o no quiere reconocer en si y ‘que, por consiguiente, descarta. La sombra es el mayor ‘enemigo del ser humano: la tiene y no sabe que la tiene, ni la conoce. La sombra hace que todos los propésitos y los afanes del ser humano le reporten, en ciltima instancia, lo contrario de lo que él perseguia tun mal anénimo que existe en el taciones que salen de su sombra porque tiene miedo de en- contrar en si mismo la verdadera fuente de toda desgracia. Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra, que es la suma de todo lo que él no quiere. Ahora bien, la nega- tiva a afrontar y asumir una parte de la realidad no con- duce al éxito deseado. Por el contrario, el ser humano ne que ocuparse muy especialmente de os aspectos de la realidad que ha rechazado. Esto suele suceder a través de la proyeccién, ya que cuando uno rechaza en su interior un principio determinado, cada vez ycuentre en et mundo exterior desencadenaré en ¢ reaccién de angustia yrepudio. 'No esard de mas recordar, para mejor comprender esta relaci6n, que nosotros entendemos por eprincipios» regio- icas del ser que pueden manifestarse con una enorme variedad de formas concretas. Cada manifestacién es entonces representacién de aquel principio esencial Por ejemplo: fa multiplicacion es un principio. Este princi pio abstracto puede presentarsenos bajo las mas diversas manifestaciones (3 por 4, 8 por 7, 49 por 248, etc.). Ahora bien, todas y cada una de estas formas de expresiOn, ex- teriormente diferentes, son representacién del principio amultiplicaciéns. Ademas, hemos de tener claro que et mundo exterior esta formado por tos mi arquetipicos que el mundo interior. La ley d dice que nosotros s6lo podemos conectar c lo que estamos en resonancia. Este razonamiento, expues- to extensamente en Schicksal als Chance, conduce a la identidad entre mundo exterior y mundo interior. En la fi sofia hermética esta ecuaci6n entre mundo exterior y mun- do interior o entre individuo y cosmos se expresa con los términos: microcosmos = macrocosmos. (En la segunda parte de este libro, en el capitulo dedicado a los érganos sensoriales, examinaremos esta problematica desde otro punto de vista.) 4 La enioemedad como camino Proyeccion significa, pues, que con la mitad de todos los principios fabricamos un exterior, puesto que no los ueremos en nuestro interior. Al principio deciamos que el 0 es responsable de la separacién del individuo de la sma de todo el Ser. El Yo determina un Ti que es conside- rado como lo externo. Ahora bien, sila sombra esté forma- da por todos los principios que el Yo no ha querido asumir, resulta que la sombra y el exterior son idénticos. Nosotros siempre sentimos nuestra sombra como un exterior, por- que si la vigramos en nosotros ya no seria la sombra. Los incipios rechazados que ahora aparentemente nos aco- 1eten desde el exterior los combatimos en el exterior n, dado que esto es imposible —véase la ley de polaridad—, este intento se convierte en una pugna cons- ‘ante que garantiza que nos ocupamos con especial inten- dide la parte de la re ipio rechazado lo. Es conveniente no olvidar las dos ‘mas frases. El repudio de cualquier principio e: mas segura legue a vivir este principio, re acaban por adquirir las 1» odiado en sus pa- tas, di- humano son aquellos que él combate y repu- los echa de menos en su conciencia y le hacen incompleto, A un ser humano sélo pueden molestarle los principios del exterior que no ha asumido. La sombra 55 En este punto de nuestras consideraciones, debe haber quedado claro que no hay un entorno que nos marque, nos, moldee, influya en nosotros 0 nos haga enfermar: el en- torno hace las veces de espejo en el que s6lo nos vemos a nosotros mismos y también, desde luego y muy especial- mente, a nuestra sombra, a la que no podemos ver en noso- tros, Del mismo modo que de nuestro propio cuerpo no po- demos ver més que una parte, pues hay zonas que no podemos ver (los ojos, la cara, la espalda, etc.) y para con- templarlas necesitamos del reflejo de un espejo, también para nuestra mente padecemos una ceguera parcial y s6lo podemos reconocer la parte que nos es invisible (la som- bra) a través de su proyeccién y reflejo en el llamado en- tomo 0 mundo exterior. El reconocimiento precisa de la polaridad. empero, solo sive de algo a aquel que se re- 1 espejo: de lo contrario, se convierte en una ilusién. El. que en el espe} sus ojos azules, pero no sabe que lo que esta propios ojos, en tu- gar de reconocimiento s6lo obtiene engafto. € este mundo y no recanoce que todo lo que ve y lo que sien- te es él mismo, cae en el engafo y el espejismo. Hay que reconocer que el espe|ismo resulta increiblemente vivido y teal que y real, mientras dura. Hay que despertarse para descubrit que el suenioes suefio. Lo mismo cabe decir del gran sueno de nuestra existencia. Hay que despertarse para descubrir el espejismo. ‘Nuestra sombra nos angustia, No es de formada exclusivamente por aqu rentes de la realidad que nosotros hemos repudiado, los que menos queremos asumir. La sombra es a suma de todo, Jo que estamos firmemente convencidos que tendria que desterrarse del mundo, para que éste fuera santo y bueno. Pero lo que ocurre es todo lo contrario: la sombra contiene todo aquello que fal en el mundo —en nuestro mundo— ia sombra nos hace enfermay para estar completas nos, © ico que hay en La narraci biema, Ef rey fas son simbolos inequivacos de la sombra de Anlort su adversario, invisible para él, $u sombra y él no puede sanar por sus propios medios, no puede re- cobrar la salud, porque no se atreve a preguntar la verda. Gera causa de su herida. Esta de formu paz de ello, porgy por el medio», por Mal, con Ivadora: «Qué te falta, Oheim?» La pregunta -mpre la misma, tanto en el caso de Anfortas como en el de cualquier otro enfermo: «jLa sombral» La sola pre- gunta acerca del mal, acerca del lado oscuro del hombre, ne poder curativo, Parsifal, en su viaje, se ha enfrentado valerosamente con su sombra y ha descendido a las oscu- profundidades de su alma hasta maldecir a Di ro (enga miedo a este viaje por la oscuridad sera te un auténtico salvador, un redentor. Por ello, todos los os han tenicio que luchar contra monstruos, ef mismo i d, y el encararse con ara la comprension de la enfermedad y la c intoma te de sombra que se ha ido en la materia, Por el sintoma se manifiesta aquelio que falta al ser humano. Por el sintoma el ser humano experiment aquello que no ha La sombia 57 principio de comple impide que el ser humano deje d forma de sintoma. Entonces el individuo ni medio que asumir el principio rechazado. Por to tanto, al hombre, es el sucedineo fisico de en el alma, joma indica to que aquello q En realidad, el » at pa ausente que se hace material y visible en el cuerpo. No es de extrafiar {que nos pusten tan poco nuestros sintomas, ya que nos nosotros repudia- mos. ¥ entonces proseguimos nuestra lucha contra los sin- tomas, sin aprovechar la oportunidad que se nos brinda de tutilizarlos para completarnos. Precisamente en el poclemos aprender a reconocernos, pademos ver esas par- tes de nuestra alma que nunca descubrirfamos en nosotros, puesto que estén en la sombta. Nuestro cuerpo es espejo de nuestra alma; él nos muestra aquello que el alma no puede reconocer mas que por su reflejo. Pero sde qué sirve el espejo, por bueno que sea, si nosotros no nos reconoce- ‘mos en la imagen que vemos? Este libro pretende ayudar a desarrollar esa vision que necesitamos para descubrimos ‘a nosotros mismos en el sintoma. La sombra hace simulador al ser humano. La persona siempre cree ser s6lo aquello con fo que se identifica 0 ser sélo tal como autovaloracién Namamos -mino designiamos sierm- Jas mentiras 0 fal- sedades que se cuentan a los dem8s), Todos los enganios de este mundo son insignificantes comparados con el que el ser humano comete consigo mismo durante toda su vida. La sinceridad para con uno mismo es una de las mas duras, exigencias que e! hombre puede hacerse. Por ello, desde siempre el conocimiento de si mismo es la tarea mas im- Portante y mas dificil que pueda acometer el que busca la iento del propio ser no significa descu- brir el Yo, pues el Ser lo abarca todo mientras que el Yo, icién, Constantemente impide el conocimi , del Ser. Y, para el que busca la sinceridad al contemplarse a si mismo, la enfermedad puede ser de gran ayuda. jPorque la enfermedad nos hace sinceros! En el sin- toma de la enfermedad tenemos claro y palpable aquel que nuestra mente trataba de desterrar y esconder. La mayoria de la gente tiene dificultades para hablar de sus problemas ma: le a la menor oca- sidn. Desde luego, es imposible descubrit con mas detalle la propia personalidad. La enfermedad hace sincera a la gente y descubre implacablemente el fondo del alma que se mantenia escondido. Esta sinceridad (forzosa) es sin simpatia que sentimos hacia el en- fermo, La sinceridad lo hace simpitico, porque en la enfer- medad se es auténtico. La enfermedad deshace todos los, sesgos y restituye al ser humano al centro de equilibrio, En- tonces, bruscamente, se deshincha el ego, se abandonan las pretensiones de poder, se destruyen muchas ilusiones y se cuestionan formas de vida. La sinceridad posee su pro- pia hermosura, que se refleja en el enfermo, En resumen: el ser humano, como microcosmos, es ré- plica del universo y contiene latente en su conciencia la suma de todos los principios del ser. La trayectoria del in- dividuo a través de la polaridad exige realizar con actos Concretos estos principios que existen en él en estado la- lente, afin de asumirlos gradualmente, Porque el discerni- iento necesita de la polaridad y ésta, a su vez, constante- mente impone en el ser humano la obligacién de decidir, Cada decisién divide la polaridad en parte aceptada y polo rechazado. La parte aceplada se traduce en la conducta yes asumida conscientemente. El polo rechazado pasa ala ta sombia 59 sombra y reclama nuestra atencién presen rentemente procedente det exterior. ley general al hacer allorar elementos seres humanos. Iv BIEN Y MAL Bun Si Tos. ‘Tenemos que abordar necesariamente un tema que no sélo pertenece al ambito mas contflictivo de fa aventura humana sino que, ademés, se presta a malas iones. Es muy peligroso limitarse a entresacar de sofia que nosotros exponemos slo alguna que otr pasaje aqui y fas. Precisamente la contemplacién del Bien y del Mal provoca en los seres humanos prot facilmente pueden empat pregunta qt la naturaleza del Mal. Y es que, si en la enfermedad hemos descubierto la accion de la sombra, ésta debe su existencia a la diferenciacion del ser humano entre Bien y Mal, Ver= dad y Mentira. ion, pero lo cierto es que los relatos y las imagenes cas Se prestan a hacer mas comprensibles ‘blemas metafisicos. nos dice que Ada sgina—, es depositado en el Bien y Mal 63 5 importante re tura androgi esta sometido a una pareja de elementos contrapuestos, Adan todavia es este estado césmico de la conciencia se nos describe con la imagen del criatura Adan posee todavia la conci de la polaridad ya est boles mencionados. jema de la di lanteado, en presente desde el prin- de la Creacién, ya que la Creacion se ion y separacion. Ya el Libro Primero ha- luz-tinieblas, tierra-agua, sol- luna, etc. Unicamente det creado como hombre y la narracién, se acentia e! tema de la polaridad. ¥ st que Adan concibe el deseo de proyectar hacia el ext dar forma independiente a una parte de su ser. Semej paso supone necesariamente una pérdida de conciencia y esto nos lo explica nuestro relato diciendo que Adan se surié en un suefio. Dios toma de la criatura completa y sana, Adan, un costado y con él hace algo independiente. La palabra que Lutero tradujo por «costilla» es en el ori- ginal hebreo tselah (costadol. Es de la familia de tse! (som- bra). El individuo completo y sano es dividido en dos as- pectos diferenciables llamados hombre y mujer. Pero esta no alcanza la conciencia de la criatura, sino que ». Y, a medida que avanza de permanecen en formas, empero, promete a la mu ‘na, que si come facultad de di tendra discernimiento. eel Bien y el Mal, es decir, que incapacidad de acertar y éste es precisamente ef simbolo de fa unidad, 1 ser humano resulta a un Bien y Mal 65, y sin (alsear en la ue el ser humano decida lo que decida, siernpre f jca del pecado fue para ta 10. Ef constante afan de los larse, ysuele pillar desprevenidas a las almas nobles. La polarizacién del Bien y del Mal como opuestos con- dujo también a la contraposicién, atipica en otras reli nes, de Dios y el diablo como representantes del Bien y del Mal. Al hacer al diablo adversa insensiblemen- se hizo entrar a Dios en la pol ‘on lo que Dios 1 fuerza salvaclora. Dios es la Unidad que rene en ‘Aqui vemos la gran diferencia que existe entre religion y labor social. La verdadera religion nunca ha emprendido la tentativa de convertir este mundo en un paraiso, sino que ensefia la forma de salir del mundo para entrar en fa vunidad. La verda 66 La enfermedad como Polaridades no se puede asu mundo, hay que pagar cada aleg nico polo. En este con el sufrimiento, Por ica», ya que ta la plura- yotencial humano a un fin fun- e siempre algo de diabolico, ya que conduce energia a la polaridad e impide la unidad. Este es el sentido dela tentaci6n de tests en el desierto: porque, en realidad, ‘el demonio s6lo insta a Jesus a aplicar sus posi la realizacion de unas modificaciones inofensi les, Por stipuesta, cuando nosotros calificamos algo de «dia- balico® no pretendemos condenarlo sino tratar de acostum- brar al lector a asociar conceptos como pecado, culpa y dliablo a la polaridad, Porque asi puede calificarse todo lo que a ellos se refiere, Haga lo que haga el ser humano, fa- Fa, es decir, pecaré. Es importante que el ser huma- no aprenda avi ejemplo, en este sentido, la ciencia es «diab aboga por la exp: lidad. Toda yhasta Fo anhelar la unidad es imposible para el que renie- 4g de la mitad de la realidad. Esto es lo que hace tan di el camino de la salvaci6n: el tener que pasar por la culpa En los Evangelios se pone de relieve una y otra vez este viejo error: os fariseos representan la opinién de que el ser humano pued preceptos y evi esis los desmiente con las palabras: «EI que de vosotros se halle limpio de pecado que tire la primera piedra.» En el Sermén de la Montana hace hincapié en la ley mosaica, que habia sido deforma- da pork 4 tiene Cieron més severos sino que se disip6 la ilusién de que pu- diera evitarse el pecado viviendo en la polaridad. Pero la doctrina ya habia resultado tan desagradable dos antes que se trat6 de hacer caso omiso de. A Bien y Mal 67 amarga, venga de donde venga. Destruye todas las ilusio- ‘nes con las que nuestro yo trata una y otra vez de salvarse. La verdad es dura y cortante y se presla mal a los ensuetios, sentimentales y al engafio moral de uno mismo. En el Sandokai, uno de los textos basicas del zen, lee: Luz y oscuricdad ‘estan frente a frente. Perolauna depende de la otra como el paso de la piemna izquierda depende del paso de ta derecha. En El verdadero libro de las fuentes originales podemos leer la siguiente «Prevencién contra las buenas obras». Yang Dshu dice: «El que hace el bien no lo hace por la glo- ria, peto la gloria es su consecuencia. La gloria no tiene nada que ver con la gananci ganancia no tiene nada que ver con la Jucha, pero la lucha, va con ella. Por fo tanto, el justo se guarda de hacer el bien.» Sabemos qué gran reto supone cuestionar el principio, considerado ortodoxo, de hacer el bien y evitar el mal También sabemos qui suscita te- mor, un temor que el individuo conjura aferrandose con- vulsivamente a las normas que han regido hasta ‘A pesar de todo, hay que atreverse a detenerse en el tema ry examinarlo desde todos los angulos. No es nuestro propasito hacer derivar nuestras tesis de mala interpretacién dei pecado hemos expuesto mas arriba ha determinado el arraigo| cen la cultura cristiana de una escala de valores que nos condiciona mas de lo que queremos reconocer. Otras reli- giones no han tenido ni tienen forzosamente las mismas di ficultades con este problema. En la trilogia de las divini- dades hindiies Brahma-Vishna-Shiva, corresponde a Shiva juda se cuenta que de que lo acep- humano es pecador, es cu culpa festaci del temor represién, acti pansion. Se puede e cer el bien, lo cual ue hacer algo mas hos exige que, cada vez latidad en todo, sin reto de! mal reside en que en rei que, por encima de toda polaridad, esté la Unidad lamamos «Dios» 0 «la luz». En un princ de la luz no habia nada, 0 la luz no hubiera sido el todo. La ‘oscuridad no aparece sino con el paso a la polaridad, cuyo fin es Gnica y exclusivamente el de hacer reconocible la luz. Por consiguiente, las tinieblas son producto arti de la polaridad, para hacer visible la luz en el plano de la idad sirve a la luz, es su ica el nieblas no es tal lucha, ya que el resultado siempre se sabe de antemano. La oscuridad nada puede contra fa luz. La luz, por el cont inmediatamente convierte la oscuridad en luz —por lo cual la oscut la luz para que no se descubra su ine Esta ley podemos demostrarla hasta en nuestro mundo fisico, como expresa la frase de «ast abajo como arribas. ‘Vamos a suponer que tenemos una hal y que en el exterior de la habitacién rein. y ventanas, también esta vez la luz transmutard la oscu- idad e inundard la habitaci6r mal es un producto ar de nuestra conciencia polar, al igual que el tiempo y el espacio, y es el medio de prehension del bien, es el seno materno de la luz. El por lo tanto, es el pecado, porque el mundo de la dual no tiene finalidad y, por lo tanto, no posee existencia pro- pia. Nos lleva a la desesperaci6n, la cual, a su vez, condu- decir, desconocida. Sin embargo, 08 oscuros s6lo parecen malos y amenazadores mientras estin en la oscuridad. La simple contemplacién del contenido por ello, les resulta di- se pide al hombre es n. El supremo ol imarlo sabiduria 0 ilumina- ientras el individuo se sienta molesto por s considere que algo necesita ser cambiado, Tenemos que aprender a contemplar las cosas y los he- chos de este mundo sin que nuestro ego nos sugiera de in- nosotros car el vibrar. Esta impasibi contemplar los fenomer apasionados, sin identi confundirse con la act ferencia, que es ‘Sio.un No 1a ecuanimidad no debe id que cominmente se llama indi- de inhibicion y desinterés. realmente no alcanza ‘onoce lo conti temor conscientement aprehendiiendo, esta polaridad, a fin de dominarla. Porque sabe que, mas tarde ‘0 més temprano, tendrd que aunar los opuestos que su yo hha creado, No se arredra ante las necesarias decisiones, a pesar de que sabe que siempre elegira mal, pero se esluer- za en no quedarse inmovilizado en ellas. Los opuestos no se unifican por si solos; para poder do- minarlos, tenemos que asumirlos activamente. Una vez cde ambos polos, podremos encon- mpezar la labor de te», porque sélo 1105 a nosolros mismos en todos nu dir que nos extraviemos en hace fa persona y «Malo» contempla siempre qué hace una persona. No- sotros sustituimos esta contemplacién por la pregunta de ecémo una persona hace algon. zActtia conscientemente? actos puede impe- menos qué implicacion de su [as a estas preguntas indican si una persona moral no conducen al feccién. La obediencia es Los mandamientos y ficados hasta que ima de cada indi iru verdadero todo lo que es. n de opuestos se Hama Igo que has- , onces estaba fuera, El amor busca la unidad: el am« . Elamor es la clave de la jos ama a los hombres. Aqui no encaj parte su amor proporcionalmente. Y, menos 5. celos porque Dios quiera a otros. Dios —la Uni- dad— no hace distinciones entre bueno y malo, y por eso es el amor. £1 sol envia su calor a todos los humanos y no ‘Sus rayos segiin merecimientos, Unicamente el ser inzar piedras: que no le siempre se apedree a si mis- Vv EL SER HUMANO ES UN ENFERMO Todas las consideraciones hechas hasta aqui tienen por objeto inducimos a reconocer que el ser humano es un en- fermo, no se pone enfermo. sta es la gran diferencia exis tente entre nuestro concepto de la enfermedad y el que tie re la medicina. La medicina ve en la enfermedad una molesta perturbacién det «estado normal de salud y, por lou lo antes posible sino, ‘como contra que el ser humanotiene pe- ica del peca- do original, a escala microc6smica. Estas definiciones no tienen absolutamente nada que ver con una idea de cast sino que s6lo pretenden indicar que el ser humano, al part- 3 de la polaridad, participa también de la cul fermedad y la muerte, En el momento en que la persona re- conoce estos hechos basi negativas. Sélo el no inguin defecto, sélo es- ibros de anatomia, En la vida normal, semejante hhaber personas que du- nas evidentes o graves: 1no obstante, también estén enfermas y moriran. La en- fermedad es un estado de imperfeccién, de achaque, de vulnerabilidad, de mortal so observar la serie de dolencias que tienen los esanoss.. yam, en su Leh (Tratado de medicina psicosomatica) cuenta, con motivo de «entrevistas mantenidas con obreros y empleados de Una fabrica que no estaban enfermos», que, «en un exa- icas y psiquicas ‘Afecciones de 200 empleados sanos entve Trastomos generales. Dolor de estémago Estados de ansiedad Estrenimiento Sofocos ' Pericarditis, taquicar Dolor de cabeza Eccema Dispepsia término medio una enfermedad muy grave, vei tunas doscientas menos graves. lusién de que es posible e ccriatura conflictiva y, por lo tanto, enferma. La naturaleza ‘cuida de que, en el curso de su vida, el ser humano se adentre mas y mas en el estado de la enfermedad al que la muerte pone brocke fin: esel destino mineral. La naturaleza, de forma soberana, cuida de que, con cada paso que da en su vida, el ser humano se ivo. La enfermedad y la muerte destru- yes de grandeza del ser humano y ‘us aberraciones. y el ego siempre ansia fo» es expresion de este afan de po- con disiraces nuevos y Elser humano poder, Cada «yo der. El Yo se hind cada vez més exq el entorno. La enfermedad compensa todos estos prejuicios por el proce- dimiento de empujar al ser humano, en la misma medida fen que él se desplaza det centro hacia un lado, hacia el Te 0, por medio d contrarresta cada pi sintomas. La enfermedad ser humano da descie el ego, n'y la indefensidn, Por lo fomenta la enfer- medad. Sabemos que estas ideas no encajan en nuestra poca. Al fin y al cabo, la medicina no hace mas que am- pliar sus medidas preventivas; por otra parte, asistimos a tun auge de la «vida sana y natural». Ello, como reaccién a la inconsciencia con que se manejan los venenos, est jus- tificado sin duda y es muy encomiable, pero, por lo que se lere al tera enfermedads, es tan inoperante como las ‘medidas adoptadas con el mismo fin por la medicina aca- démica. En ambos casos, se parte del supuesto de que la enfermedad es evitable y de que el ser humano es intrinse- camente sano y puede ser protegido de la enfermedad por determinados métodos. Es comprensible que se preste mas ido a los mensajes de esperanza que a nuestra decepcio- ante aseveracion: el ser humano esta enfermo. La enfermedad esta ligada a la salud como la muerte a fa vida. Estas ses son desagradables, pero tienen la vir- ‘observador imparcial puede com- idez. No es nuestro propésito levastesis doc sino ayudar a quienes la y completar su hori- inclase en una perspectiva insélita. La iones nunca es facil ni agradable, pero siones hasta que Jue aprende a ver en muerte los inevita- y verdacleros acompafiantes de su existencia, descu- (4 muy pron ‘onocimiento no le conduce a la desespe le proporciona a unos amigos sa- El ser humano es un er bios y serviciales que constantemente le ayudaran a encon- trar el camino de la verdadera salud. Porque, desgraciada- un amigo se per sgamos de eenemigo». Lo mismo ocurre con la ent Es demasiado sincera como para hacerse simpatica. ‘Nuestra vanidad nos hace tan ciegos y vulnerables ‘como aquel rey cuyos nuevos ropajes estaban tejidos con sus propias ilusiones. Pero nuestros sint bornables y nos imponen la sinceridai ros indican qué es lo que todavia nos falta en realidad, qué es lo que no permitimos que se realice, lo que se encuentra en la sombra y esta deseando aflorar, y nos hacen ver cuén- do hemos sido parciales. Los sintomas, con su insistencia 0 su reaparicién, nos to el pro- blema con tanta rapidez y eficacia como nos gusta creer. La enfermedad siempre ataca al ser humano por su parte mas vulnerable, especialmente cuand der de cambiar el curso del mundo. Basta las, una ciatica, una gripe o una diarrea para co arrogante vencedor en un infeliz gusano. Esto es precisa- mente lo que nos hace tan odiosa la enfermedac Porello, todo el mundo est yores esfuerzos para desterrar la enfermedad. Nuestro ego. nos susurra al oido que esto es una pequefiez y nos hace cerrar los ojos a la realidad de que, con cada triunt Cconseguimos, mas nos sumimos en el estado de enferme- dad. Ya hemos dicho que ni la medicina preventiva ni la «vida sana ti para prever aleman Vorbeugen ist besser als hei ‘Mas vale prevenir que cui una formula de éxito si dad como camino medad hace curable al s lad es el punto de inflexién en el que lo incompleta ‘completarse, Para que esto pueda hacerse, el ser hu- que abandonar la lucha y aprender a oir y ver La eni Vermedad viene a decirle. El paciente tiene que arse a si mismo y establecer comunicacién con sus sintomas, si quiere enterarse de su mensaje, Tiene que es- tar dispuesto a cuestionarse rigurosamente sus propias opi- niones y fantasias sobre sf mismo y asumir conscientemen- te lo que el sintoma trata de comunicarle por mi cuerpo. Es deci proceso y sintoma, con ‘onscientemente el principio di redime de su existencia material VI LA BUSQUEDA DE LAS CAUSAS a lad radisrazarse de ideal, Quizé muchos se sientan perplejos ante nuestras con- cocasionado por nuestros habitos de pens: serhumano se ha convertido en algo completamente natu- ral interpretar de forma causal todos los procesos percepti- gas cadenas causales en las que-causay efecto tienen una.inequivoca-elacién. Por ejemplo, usted eas porque yo las escribt y porque el msémagtig «| TMAD OMOO wHETIel away Hirea qa 1 mas te aye La enfermedad hace curable al ser humano. La enfer- medad es el punto de inflexién en el que lo incompleto puede completarse. Para que esto pueda hacerse, el ser hu- mismo y establ tomas, si quiere enterarse de su mensaje. Tiene que es- dispuesto a cuest pO y se manifesto la curaci6n se conseguira invirtiendo el proceso y asumiendo conscientemente el principio del Jo cual se le redime de su existencia mater VI LA BUSQUEDA DE LAS CAUSAS icionestenen una asombrosa. para dstazarse de Hues Hee Quiz’ muchos se sientan perplejos ante nuestras con- sideraciones, ya que nuestras opiniones parecen di de conciliar con ios dictsmenes cientiticos acerca de las, ccausas de los mas diversos sintomas, Desde luego, en la mayoria de casos, se atribuye total o parcialmente a deter- minados cuadros clinicos una causa derivada de un proce- so psiquico. Pero zy el resto de enfermedades cuyas causas, icas han sido inequivocamente demostradas? “Aqui nos tropezamos con un problema fundamental, ocasionado por nuestros habitos de pensamiento. Para el serhumano se ha convertido en algo completamente natu- ral interpretar de forma-causal todos los procesos-percepti- bles y construir largas cadenas causales en las que-causay efecto tienen una inequivoca.relacién. Por ejemplo, usted puede leer estas lineas porque yo las escribé y porque el El concepio filos¢ te que la mayorra de las personas lo consideran requisi- to indispensable del entendimiento humano. Y por todas partes se buscan las més diversas causas para las mas diver- festaciones, esperando conseguir no s6lo mas cla- terrelaciones sino también la posibilidad Preguntas y mas preguntas, con la pretensién de averiguar la verdadera causa, ia causalidad no e: lara y concluyente como parece a puede decise ly 4 numerosos) qu mucho menos tan imple vista. Incluso nes esto afirman son cada vez mas afin del ser humano por explicar el lad ha provocado mucha confusién y ia del pensamiento la forma y, por dltimo, la lad, la que se deriva de por ejemplo, en la inversién y la mano de obra (causa effi- ciens), también se necesitan planos (causa formalis) y, finalmente, material como cemenio, vigas, madera, etc. (causa materialis) Si cilmente podra realizarse la casa Sin embargo, la necesidad de hallar una causa autén- va una y otra vez a reducir el concepto de los cuatro elementos. Se han formado do: ‘con conceptos contrapuestos. Unos verian en la causa fi nalis la causa propiamente dicha de todas las causas. En huestro ejemplo, el propésito de construir una casa serfa ppremisa primordial de todas las otras causas. En otras pala- bras: el propdsito u objetivo representa siempre la causa de te concepto de la causa fin los6ficas, de las que las ciencias naturales se han isamente apartadas, en virtud del modelo un propésito te era regirse por una {uerza 0 impulso. ¥ las ciencias naturales se ads- cribieron a una ley causal gobernada por un impulso ener- gético. Estos dos conceptos diferentes de la causalidad han separado hasta hoy las ciencias filoséficas de las ciencias naturales y hacen la mutua comprensi6n dificil y hasta im- a causa en el pasado, mientras que el mulada, esta «Me marcho ahora porque dentro de una horas o «He comprado un regalo porque la proxima semana es su cumpleafiose. En todos estos casos, luro tiene proyeccién retroactiva. Observando fos hechos cotidianos, comprobamos que Unos se prestan mas a una causalidad energética del pa- sado y otros, a una causalidad final del futuro. Ast de- aHoy hago la compra porquemafiana es domingo.» florero se ha caido porque le he dado un golpe.» Pero también es posible una visién ambivalente: por ejem- wedacl come camino lo como en el deseo de descala- al cényuge, Todos estos ejemplos indican que uno y ‘otro concepto contemplan un plano diferente y que ambos tienen su justificaci6n, La variante energética permite es- tablecer una relacion de efecto mecénico, por lo que se refiere siempre al plano material, mientras que la causa lidad final maneja motiva tos que no pue- den asociarse a la materia sino s6lo a la mente. Por lo tan- (0 presentado es una formacién especial de las siguientes polaridades: «causa efficions pasado materia cuerpo Aquf conviene aplicar lo dicho sobre la polaridad. En- tonces podremos prescindir de la eleccién al comprender que ambas posibilidades no se excluyen sino que se com- plementan. (Es asombroso comprobar lo poco que ha apren- dido el ser humano del descubrimiento de que la estructu- de la luz se compone tantode particulas comode ondas rambién aqui todo esté en funcién de la Optica que se adopte y no es cuestién de error o de acierto. Cuando de § sale un paquete la moneda que se ha echado en la maquina o en el propésito de fumar. (Esto no es un simple juego de palabras, pues sino existiera el dex ropésito de fumar, no habria méquiinas expende- doras de cigarillos.) Ambos puntos de vista son legitimos y no se excluyen mutuamente. Un solo punto de vista siempre serd incom- pleto, pues las causas materiales y energéticas por sf mise mas no producen una maquina expendedora de La busqueda de fas causas 8s dad bastan tampaco por sf mismas para producir una ‘cosa ‘También aqui un polo depende de su co : Lo que hablando de maquinas de venta automatica de cigarrillos puede parecer tr lucion humana, un tema de deb: cadena causal materi tra existencia el efect y procesos selectivos desde el atomo de oxigeno ha cerebro humano? 30 acaso esta mitad de la causalidad precisa también de la intencionalidad que opera desde et futuro y que, por consiguiente, hace discut hacia un objetivo predetermina Para los cientificos este segui demasiado hipotético»; para los fildsofos el primero e suficiente y muy pobre». Desde luego, cuando observ procesos y «evoluciones» més pequefios y, por lo tanto, + mas asequibles a la mente, siempre encontramos_ ambas tendencias causales. La tecnologia por si sola fie produce, aeropuertos mientras fa mente no concibe la idea del-vue: lo, La evolucién tampoco es resultado de decisiones y evo- luciones caprichosas sino ejecucion rat de un esquema eterno. Los procesos matei pula por un lado y la figura final atraer desde el centro pueda producirse una mi legamos al siguiente problema de es La causalidad requiere como condicion previa una lidad en la que pueda marcarse un antes 0 un después con respecto al efecto. La linea su vez, requiere del tiempo y esto precisamente no existe iempo surge en nuestra con to de la polaridad que nos obliga a dividir en correlacién consecutiva la simultaneidad de la unidad. fendmeno de nuestra conciencia q mos al ext luego creemos que Pn con independencia de nosotros. A ello se afiadle que {ros imaginamos el discurrir del tiempo siempre lineal y en an solo sentido. Creemos que fut po corre del pasado al ¥ pasamos por alto que en el punto que presente se encuentran ta Esta cuestion que en un Bla. Nosotros nos imaginamos el curso del tiempo como tna recta que por un lado discurre en direccién al pasado y extremo se lama futuro. no hay lineas espacio, toda linea recta, sila prolongamos hasta el infini- (o, acabard por cerrarse en un circulo (Geometria de Ri esunarco Si trastadamos esta teoria al eje di tiempo trazado arriba veremos que ambos extremos de la , asapo, Fururo. arsine Es decir: siempre vivimos hacia nuestro pasad bién, nuestro pasado fue determinado por nuestro aplicamos a este modelo nuestra idea de la causalidad, ‘el problema que discutiamos al princi ve en el, acto: a causalidad fluye tam hacia cada punto, fo mismo que el tiempo. Estos planteamientos pueden parecer insolitos, aunque en realidad son analogos al consabido ejemplo de que, en un vuelo alrededor del mundo, volvemos a nuestro punto de partida a fuerza de alejarnos de él En los afios veinte de este si Ouspenski alu cripcion de la carta 14 det Tarot (la Templanza), hecha en. clave de revelacién, con estas palabras: «El nombre de! an- gel es el Tiempo, dijo la voz. En la frente tiene el circulo, signo de la eteridad y de la vida. En las manos del hay dos jarras, una de oro y la otra de plata. Una jarra es, pasado, la otra, el futuro. El arco iris que va de la una a la otra es el presente. Como puedes ver, discurre en ambos sentidos. Es el tiempo en su aspecto incomprensible para el hombre. Los hombres piensan que todo fluye constante- cin. No ven como todo se une eter- ‘ni que el tiempo es una diversidad de circulos que giran en. distintos sentidos. Comprende este secreto y aprende a dis- tinguir las corrientes contrapuestas en el rio del arco iris del presente» (Ouspenski, Nuevo modelo del universo) También Hermann Hesse se ocupa reiteradamente del tema del tiempo en sus obras. Y hace decir a Klein en tran- ce de muerte: «Qué dicha que también ahora haya tenido, la inspiracién de que el tiempo no existe. Sdto el tiempo separa al hombre de todo lo que anhela.» En su obra Sid- dhartha, Hesse trata en muchos pasajes el tema de la no existencia del tiempo. «Una vez le pregunté: “iNo te ha revelado también el rfo el secreto de que el tiempo no exis- te?” Una sonris i, Siddhar- tha —dijo—. Lo que ti quieres decir es que el rfo es el mis- LTTE rmedad como camino s: en las fuentes y los rapid en todas partes igual. Y que para él solo hay pre- sombta ‘futuro’." "Eso es —tlijo Siddhartha—. Y cuando lo descubri contemplé mi vida y vi que también era un rio, y el Siddhartha nifio solo estaba separado del Siddhartha hombre y del Siddhartha an- iano por sombras, no por cosas reales. Los anteriores na- 1a tampoco eran pasado y su muerte no eran futuro, Nada {ue ni nada la desembocadura, como dijo David Hume, una enecesidad del alma». Desde: luego, no existe razén para no contemplar el mundo desde tuna perspectiva causal, pero tampoco la hay para interpre- tar el mundo desde la causalidad. En este caso, indicada tampoco puede formularse en t dad o ment ono apropiado? Desde este punto de vista se observa que la Optica cau- sal es apropiada muchas menos veces de las que ru Alli donde tengamos que habérn: wer sino, a lo sumo, en cada caso: sapropiado, 3s concep- idad nos bastan en la siones disparatadas que precisa siempre de un punt Ja pregunta. En la imagen del tacién tiene una causa, por lo cual no s6lo es permitido sino, incluso, necesario buscar la causa de cada causa, Este proceso conduce ciertamente a la investigacién de la cada manifés-? La basqueda de las causa d o por desgracia no a un punto La causa pi igen de todas las causas, no puede ser hallada. O bien uno deja de indagar en un momento que la de «qué fue primer - Con ello deseamos sefialar que el concepto de la causa- lidad puede ser viable, en el mejor de los casos, en fa vida ‘como mecanismo auxiliar del pensamiento pero es iciente e inservible como instrumento para la com- loséficas y metafisi- cas. La creencia de que existen nes operativas de causa y efecto es errénea, ya que se basa en la suposicion puede servir de ayuc Pero en nuestra filosofia actual predomina la opinion de que la causalidad es a se existente e, incluso, demos- trable experimentalmente, y contra este error debemos re- belamos. El ser humano no puede contemplar un tema mas que dentro del contexto de esiempre-cuando-entonces». Esta contemplacién, empero, no revela sino que se han, imanifestado dos fenémenos sincrOnicos en el tiempo y que se una correlacién. Cuando estas observa- rpretadas causalmente de modo inmediato, dicha. La obstinacion en mitado en gran medida nus ia isenberg dice que een campos in campos del causal. Werner de espacio-tiempo muy pequeitos, es decit ‘orden de magnitud de las particulas elementales, el espacio, eel tiempo se diluyen en un modo peculiar de manera que €en tiempos tan pequefios ni los conceptos de antes y des- carse nada, per ‘on la posibilidad de ue experimentos sobre los procesos en campos de espa- Cio-tiempo muy pequenos indiquen que, en apariencia, determinados procesos discurren inversamente a como co- rrespondea su orden causal». Heisenberg habla claro, pero con prudencia, pues como fisico limita sus manifestaciones a lo observable. Pero estas observaciones encajan perfectamente en el con- wan ensefiado desde siem- aci6n de las particulas elementales se produ- ceenel linde de nu indo determinado por el tiempo y el espacio: nos encontramos, por asi decirlo, en la «cuna de la materia». Aqui se diluyen, como dice Heisenberg, tiempo y espacio, El antes y el después, empero, se hacen tanto mas claros cuanto mas penetramos en la estructura ‘mas tosca y grosera de la materia. Pero, si vamos en la di reccién opuesta, se pierde a clara diferenciaci tiempo y espacio, antes y después, hasta que in acaba por desaparecer y llega Unidad y la indiferenciacién. Aqui no hay ni entre lempo ni es- ahora eterno. Es el punto que todo lo abarca y que, no obstante, se lama «nada». Tier. po y espacio son las dos coordenadas que dividen el mun- do de la polaridad, el mundo del engafio, Maja: apreciar su concepto del hemisferio izquierdo: no es de extrafar que aqui se haga tanto hincapié en la causalidad. El hemisferio derecho, sin embargo, prescinde de la causalidad, ya que piensa anal6gicamente. En la analogia tenemos una Optica ‘puesta a la Causalidad que no es ni mas cierta ni mas fal- 52,,ni mejor ni peor, pero que sin embargo representa el La biisqueda de las causas_ 89 iplemento de la unilateraidad de la causa- Tidad. Solo las dos juntas —causalidad y analogia— pue- den establecer un sistema de coordenadas con el que po~ ddamos interpreta coherentemente nuestro mundo pol Mientras la causalidad revela relaciones horizontal la analogia persigue fos principios originales en sentido vertical, a través de todos los planos de sus marifestacio- nes. La analogla no busca una relacién de efecto sino que Se orienta ala bdsqueda de la identidad del contenido de Tas distintas formas. Si en la causalidad el tiempo se ex- presa por medio de un «antes»/edespuéss, 1a. analo fe nutre del sincronismo del «siempre-cuando-entonces Mientras que la causalidad conduce a acentuat a analogia abarca a dversidad paya (| ‘apacidad de la ciencia para el pensamientd’ana- Aégico la obliga a volver a estudiar todas las eyes en cada tino de os planos. la ciencta estudia, por ejem investigacion atmica, en en los hemiserios ce- y.con independencia de los plaza el punto de vista noventa grados y pone las formas, mas diversas en una relacién analégica al descubrir en to- das elas ef mismo principio original. Y por ello, el polo /o de la electricidad, el ldbulo izquierdo del cerebro, ios, el sol, el fuego, el Yang chino, et ner algo en comin a pesar de que entre ellos no se ha es- tablecido relacién causal alguna. La afinidad a se deriva del principio original comin a todas la especificadas, que en jemplo podrfamos Hamar también el principio masculine o de la actividad Esta 6ptica divide ef mundo en componentes arqueti- picos y contempla los diferentes modelos que pueden cconstruirse a partir de los arquetipos. Estos modelos pue- den encontrarse anal6gicamente en todos los planos de los fenémenos aparentes, asf arriba como abajo. Este modo de F se aprende lo mismo que la observacién causal 1a parte del mundo diferente y hace vi Cones y modelos que se sustraen a s ventajas de la causalidad se al, la analogia sirve para la manifest s relaciones esenciales. redio de la causalidad, puede descomponer y an: ero no puede concebir el mundo como un tho, a su vez, debe renunciar a procesos de este mundo, Et sentido que puede expresarse noes el sentido eterno. Elnombre que puede nombrarse ‘n0 es el nombre eterno. «No ser» llamo yo al origen del cielo VIL ELMETODO DELA INTERROGACION PROFUNDA La vida toda no es mis sragaciones hechas deforma » y respuestascargadas de manual de consul toma, para ver lo que para, a continuacién, mo- ver la cabeza en sefial de asentimiento 0 de negacién. Quien utilizara el libro de este modo demos! berlo entendido. Nuestro objetivo es transmi minada manera de ver y de pensar que permita al lector ver, la enfermedad propia y la de sus semejantes de modo dis- into a como la ha visto hasta ahora. __'mndtodo de {a intermgacion profunds _23 de plomo del aire hasta la propia sociedad, nada ni nadie est a salvo de ser utilizado como causa de enfermedad. ‘Nosotros, empero, consideramos la busqueda de las ‘causas de la enfermedad el callején sin salida de la me- dicina y la psicologia. Desde luego, mientras se busquen pero la fe en el concepto Causal impide ver que las causas halladas s6lo son resulta- do de las propias expectativas. En realidad, todas las cau- -sachen) no son sino cosas (Sachen) como tantas oncepto de ia causa solo se mantiene me un punto inadio, uno deja de ‘causa. Por ejempl jon en unos detert pregunta de por qué estos gérmenes han 0 especilico. La causa de interpretacién reporta ‘ cio, ya que la interpretacién convencion: mejor de ios casos, s6lo proporcioi lo que con la interpretacién de los sue el libro de claves para aprender a Por esta raz6n, tampoco la segunda parte pretende ser completa, a pesar de que nos hemos esforzado por tomar de las defensas del gn consideracién y abarcar con nues jones to- ganismo, lo cual, a su vez, plantea el interrogante de los los ambitos corporales, a fin de que el lector pueda pudo ser la causa de esta disminucion de las defensas. El examina su intra concreto, Desputs de tatar de sentar juego puede prolongarse indefinidamente, ya que incluso tuna base filos6fica, en este tiltimo capitulo de la parte te6- jando, en la bisqueda de causas, se Hega al Big Bang rica se ofrecen unas normas basicas para la interpretaci6n siempre quedara la pregunta de cual pudo ser la causa de de los sfntomas. Es la herramienta que, con un poco de a, permitira al interesado interrogar en profundidad romas de modo coherente. era explosion... tanto, en la practica se opta por pararen un punto 1ado y hacer como si el mundo empezara en este punto. Uno se escuda en frases convencionales como A oe ‘locus minoris resistentiae», «factor heredi edebili- La causalidad en la medicina dad organica» y concepios similares cargados de sigr do, Pero ide donde sacamos la justificacion para El problema de la causalidad tiene tanta importancia ‘ecausa» un eslab6n cualquiera de una cadena’ Es una fal tema porque sta, la psict ridad hablar de una causa 0 de una terapéutica ya que, como hemos visto, el concepto causal no fo la medicina académica 35 caUSdS fe permite el descubr nto de una cau: de ia enfermedad y traer a Mas acertado seria trabajar con el concepto causal bi- ‘minacion de tales causas. Asi, unos indagan en los agentes polar del que hablabamos al principio de nuestras con- atgenos la contaminacin ambiental y los otros en os sideraciones sobre la causalidad. Desde este punto de traumas de la primera infancia, fos métodos edu vista, una enfermedad estaria determinada desde dos di- las condiciones del lugar de trabajo. Desde el cont recciones, es decir, desde el pasado y también desde el fu- 94 La enfermedad como camino El método de la interrogacién profunda 95 de que Gnicamente es- tos procesos son las causasde la enfermedad. Como queda expuesto, la enfermedad tiene un propé- y una finalidad que nosotros hemos descrito hasta hora, en su forma mas general y absolut: unidad. tivo, se puede interrogar en profundidad cada para averiguar cudl es su propésito y qué infor pose, y saber qué paso es el que procede dar en cada mo- mento. Esta pregunta puede y debe hacerse para cada sintoma y no puede descartarse invocando el origen fun- iran condiciones funcionales, mpre ro enfo- ntado al pasado. a una madre omatico no esta ¥ todas son importantes stro punto de vista puede de bien, o mejor, con el dentes por igual bien con la «c cepto intemporal de la an: El hombre posee un ser independiente del tiempo at izado y asumido con spo. A este modelo in se llama el ser. La trayectoria vital del individuo es el cami- no que debe recorrer hasta encontrar este ser que es simbo- lo del todo. 1 hombre necesita esta totalidad, y, no abstante, est P reside fa duo nec opi (Cuando algo resulte di los ejemplos tangibles: en un libro esta toda la novela a la vez, peto el lector necesita tiempo para enterarse de toda la accién que ha estado ahi desde el principio.) Llamamos 2 este proceso «evoluci6ns. La evolucién es la realizacion nsciente de un modelo que ha existido siempre (es decir, temporal). En este camino hacia el conocimiento de uno mismo, continuamente surgen obstaculos y espejism dicho de O10 modo, uno no puede o no Quiee ver una parte determinada del modelo. A estos aspectos no asumi- dos los llamamos la «sombra». La sombra denota su pre- sencia y se realiza por medio del sintoma de la enferme- dad. Para poder comprender el significado de un sfntoma No se necesita en modo alguno el concepto del tiempo o del pasado. La biisqueda de las causas en el pasado viene determinada por la informacién propia, ya que, por medio de la proyecci6n de la culpa, uno traslada la propia res- ponsabilidad a la causa. lerrogamos a un sintoma acerca de su significado, la respuesta hace visible una parte de nuestro propio es. quema. Si indagamos en nuestro pasado, naturalmente también en él hallamos las diversas formas de expresion de este esquema. Con esto no debe montarse uno una causa- lidad: son mas bien formas de expresién paralelas, adecua, das al momento, de una misma problematica. Para experi- mentar sus problemas, el nifio necesita padres, hermanos y maestros, y el adulto, pareja, hijos y compaferos de traba- jo. Las condiciones externas no ponen enfermo a nadi pero el ser humano utiliza todas las posibilidades y one al servicio de su enfermedad. Es el enfermo el que convierte las cosas (Sachen) en causas (Ur-sachen) nder, hay que volver a * que con ello el enfermo se roba a si El método de ta interrogacién profunda _97 Elenfermo es verdugo y victima a la vez y s6lo sure por su propia inconsciencia. Esta afirmacién no es un valor, pues s6lo el «iluminado» carece de sombra, sino que (0 proteger al ser humano de la aberracion de ima de unas circunstancias cualesqui ismo a posi de transformacion. Ni los bacilos ni las radiaciones pro- vocan la enfermedad, sino que el ser humano los utiliza como medios para realizar su enfermedad, (La misma fra- se, aplicada a otro plano, suena mucho més natur snz0 hacen el cuadro sino que el artista los utiliza como medios para realizar su pint Después de todo lo dicho, deberia ser posible poner en practica la primera regla basica para la interpretacién de los cuadros patolégicos de la segunda parte. 1.* regla: en la interpretaci6n de los sintomas, renun- iar a las apatentes relaciones causales en el plano fun- ional. Estas siempre se encuentran y su existencia no se discute. Sin embargo, no son aptas para fa interpretacién intoma Gnica- de un sintoma, Nosotros interpretamos el mente en su manifestacién cualitativa y subj denas causales fisiol6gicas, morfoldgicas, viosas, etc., que puedan sintoma son indiferentes para la ex cado. Para reconocer una sustancia s6lo importa que algo. esy cOmoes, no porqué es. La causalidad temporal de la sintomatologia Appesar de que, para nuestras preguntas, el pasado care- ce de importancia, sies importante y revelador el momen- to en el que se manifiesta un sintoma. E] momento exacto en el que aparece un sintoma puede aportar informacion trascendental sobre la indole de los problemas que se mani- fiestan en el sintoma, Todos los sucesos que discurren sin- venga ala cabeza y no sgruent lo requiere practica y conece mojor de lo camino, sintoma. Indagar en la fants i EL método de fa interrogacion profunda 99 Analogia y simbolismo del sintoma ‘Ahora Hegamos a fa técnica de ta interpretaci piamente dicha, la cual no es facil exponer y ensefiar con palabras. Primariamente, es necesario dominar el lenguaje y aprender a escuchar. La palabra es un medio portentoso as profunclos e invisible brs fa palal gua. Casi todos los conceptos se mueven en varios pla- bi tad de percibi tiempo. sera porque se ha pasado por ‘undo plano, su dobie significado, Para llamar la atencion sobre los pasajes importantes, izado ta cursiva y . No obstante, en dk todo depende de idad de cada cual pi para la palabra es como adquiere, aunque, en cierta medida, puede ejer com-prender lo que le rest tema para una extensa disertacién que puede sintetizarse ‘ser humano, para cada experiencia y cada paso de ‘808 impone una tremenda vinculacién que hi t \cin no podemos 100 nedad como camino a conduce lento de que no se puede proteger al fermeda Pero volvamos al significado del tema. El que ha aprendido a per i cosoma lenguaje comprueba que el enfermo, al ha- blar de sus sintomas corporales, suele describir un proble- ma psiquico: éste tiene tan mal la vista que no puede ver las cosas claras, el otro sufre un resfriado y estd hasta las narices, el de mas allé no puede agacharse porque esta agarrotado, otro ya no traga més, hay quien no oye nada, ¥ quien, del picor, se arrancaria la piel. Uno no puede sino escuchar, mover la cabeza y comprobar: «jLa enter. medad nos hace sin \guaje para nuestro la ambivalencia curado habilmente impedir que las palabras nos revelen esta relacién esencial En todos estos casos, el cuerpo tiene que experimentar lo que el individuo no ha asumido con la mente. Por ejem. a persona no se atreve a reconocer que en realidad esté deseando artancarse la piel, 0 sea, romper la envoltura de lo cotidiano, y el deseo inconsciente, a fin de darse a conocer, se plasma en el cuerpo, utilizando como si una erupcién, Con la erupcisn como pretext se atreve al fin a expresar en voz alta su deseo: «|Me caria la piell» Y es que ahora ya tiene una causa esto es algo que hoy en dia todo el mundo se toma en s Q el caso de la empleada que no se atreve a reconocer ni ante si misma ni ante ices y que le gustaria quedarse en casa un par d ladada al terreno fisico, no obstante, la congestién nasal se acepla si 1d y conduce al resultado apetecido. lemas de captar el doble significado del lenguaje también es importante poseer la facultad del pensamiento analégico. La ambivalencia del lenguaje se basa en la ana- logfa. Por ejemplo, si se dice de un hombre que no tiene coraz6n, a nadie se le ocurriré suponer que le falta ese or. ano, como tampoco tomard al pie de la letra la recomen- 8 método de ta interrogacién profunda 101 jones qu Un principio abstracto. Al decir que no tiene sentacién de un principi ee bolismo arquetipico, siempre se ha relacionado icamente con el coraz6n. El mismo principio se re- Presenta también conel sol con el or, snsamiento analogico exige la fa cle , lo concreto el ;Agamos por caso, unas normas qk Psguieo la misma funcion que la piel en el somo. Cuando damos a la piel la equivalencia de unas normas no estamos atribuyéndole una denidad ni esableiendo ura i6n cau: ros referimos a la analogia relacién causal sino que a analgia del cuerpo son indicio de conflictos en la men- -a que los conflictos produzcan Nila mente genera corporales determinan b go, en cada plano encontramos siempre el modelo anal idos en la ment En este ser todoes sintoma. La paseo o la posesién ce labi finos tienen tanta calidad de sintoma como unas amigdal purulentas. (Véase el procedimiento de la anamnk zado por la homeo} mente en fa valoracion subjetiva que su poscedor lesa buye. A fin de cuentas, son el repudio y la resistencia los ue convierten un sintoma cualquiera en sintomas de en- fermedad. La resistencia nos revela también que un deter- 12__ba eniermedad como minado sintoma es expresién de una zona de la sombra, porque todos aquellos sintomas que expresan nuestra alma Consciente nos son queridos y los detendemos como ex- presion de nuestra personal entre sano y enfer- inormal, sélo puede contestarse desde la va- © no puede contestarse en absoluto. Cuando examinamos sintomas corporales y los explicamos psicologicamente, en primer lugar instamos al individuo a dirigir su mirada hacia un terreno hasta ahora inexplora- do, para comprobar que asi es. Lo que se manifesta en el cuerpo est también en el abajo como arriba. No se trata de modificar 0 eliminar algo inmediatamente sino {odo lo contrario: hay que aceptar lo que hemos visto, ya que una negacién volverfa a relegar esta zona a la sombra, Sélo la reflexién nos hace conscientes: si la amy stico! Pero todo propésito de modificar algo produce el efecto contrario. El propésito de dormirse enseguida es el medio mas seguro para permanecer despier- to; olvidamos el propésito y el suefio viene solo. La falta de Proposito representa aqui el exacto punto intermedio entre el deseo de evitar y el de incitar. Es la calma del punto inter- medio lo que permite que suceda algo nuevo. Elque comba- te 0 persigue nunca alcanza su objetivo. Si, en nuestra in- terpretacién de los cuadros clinicos, alguien percibe un tono peyorativo 0 negativo, ello es indicio de que la propia valoracién le cohibe. Ni las palabras ni las cosas, ni los he- cchos pueden ser buenos 0 malos, positivos 0 negativos por sf mismos; la valoracién se produce s6lo en el observador. Por consiguiente, en nuestro tema es grande el peligro de incurrir en semejantes equivocos, ya que en los sinto- ‘mas de las enfermedades se manifiestan todos los prin pios que son valorados muy negativamente, tanto por dividuo como por la colectividad, lo que impide que sean vividos y vistos conscientemente. Por consiguiente, con frecuencia topezamos con los temas de la agresividad y la Kerragacién profunds 103 sexualidad, los cuales, en el proceso de adaptacion a las normas y escalas de valores de una comunidad, suelen ser imas faciles de la represion y tienen que buscar su rea- lizacién por caminos secretos. La indicacion de que detras de un sintoma hay pura agresividad no es en modo alguno luna acusacién sino la clave que permitira descubrir y reco- ocer en uno mismo esta actitud, Al que pregunte con es; panto qué horrores no ocurririan si la gente no se reprimie- ra debe bastarle saber que la agresividad también esta ahi aunque no la miremos y que no por mirarla se hard mayor ni peor, Mientras la agresividad (o cualquier otro impulso) permanece en la sombra se sustrae a la conciencia y esto, es lo que la hace peligrosa, Para poder seguir nuestras explicaciones debidamen- te, hay que distanciarse de las valoraciones habituales. ‘Al mismo tiempo, es ir un pensamiento fico y racional por un pensamien- lastico, simbélico y analégico. Los concepts y asocia- jomaticas nos permiten captar la imagen con mas rapidez que un razonamiento rido. Son las facultades del hemisferio derecho las mas aptas para descubrir el signifi- cado de los cuadros de la enfermedad. 3.* regla: hacer abstraccién del sintoma convirtiéndolo en principio y trasladarlo al plano atencién las expresiones idiomatica vimos de clave, ya que nuestro lenguaje es psicosomatico. Las consecuencias obligadas Casi todos los sintomas nos obligan a cambios de con- ducta que se clasifican en dos grupos: por un lado, los sin- tomas nos impiden hacer las cosas que nos gustaria hacer y, por otro lado, nos obligan a hacer lo que no queremos hacer. Una gripe, por ejemplo, nos impide aceptar una in- vitacién y nos obliga a quedamos en la cama, Una fractura ingenuidad 0 de tonteria nos a zonas nuevas, de cconsciente y volu todamos sentido a cevelar Equivalencia de sintomas orios Al tratar de la polaridad vimos que d lad vimos que detrés de cada Ma- ‘mado par de contrarios hay una unicad. Tabi a un tema comin puede giear una en torno, EL met ‘como tema central el man de la presién sanguinea muy alta o muy mos la huida de los conflictos. AL igual que la cde manifestarse tanto con la risa como miedo unas veces paraliza y otras hace salir corriendo, cada tema tiene la posibilidad de manifestarse en sintomas, aparentemente contrarios.. Hay que sefialar que, aunque se viva con espe tensidad un tema determinado, ello no quiere des individuo no haya de tener problema con ese tema ni que gran agresividad cdo, ni una sexu que no padezca problemas sexuales. 2 bipolar. Cada punta con bastante precision a un problema. Tanto a los iddos como a los bravucones les falta seguridad en si ‘no medio es ello significa, Un tema o un problema pueden mat diversos Organos y sistemas. No hay ley que obligue a un joma determinado para realizarse. Esta mas determina el éxito toma. Desde luego, se preveni nales, pero en manifestacion: es el tiene una coloracién especial, todos los. 10 tema basico. Quien observe detenidamente el I clinico de una pers ; rapidamente hallara el hilo conductor que, generalmente, habra pasado por alto al enfermo. 106 _La enfermedad como camino Etapas de escalada Si bien un sintoma hace completo al ser humano al rea lizar en el cuerpo lo que falta en la conciencia, es posible que este proceso no resuelva el problema definitivamente. Porque el ser humano sigue estando mentalmente incom. pleto hasta que ha asimilado la sombra, Para ello el sin- toma corporal es un proceso necesario pero nunca la solu- cion. El hombre s6lo puede aprender, madurar, sentir y experimentar con la conciencia, Aunque el cuerpo es una condicién necesaria para esta experiencia, hay que reco- nocer que el proceso de aprehensién y tratamiento se pro- duce en la mente. Por ejemplo, el dolor lo sentimos exclusivamente en la no en el cuerpo. También en este caso, el cuerpo sirve de medi iNsmitir una experiencia en este plano fantasma’ demuestra que tampoco es imprescindible el cuerpo). Nos parece importante, a pesar de la intima relacién existente entre la mente y el cuerpo, mantener periectamente separados uno de otro, para ci prender debidamente el proceso de aprendizaje por la en- fermedad. Hablando graficamente, el cuerpo es un lugar en el que un proceso que viene de arriba llega al punto mas, bajo y da la vuelta para volver a subir. Una pelota que cae necesita tropezar con la resistencia de un suelo material en el que rebotar hacia arriba, Si mantenemos esta «analogia arriba-abajo» los procesos mentales descienden a lo cor- poral lizar aqul su giro y poder volver a subir a la esfera de la mente, Todo principio arquetipico tiene que condensarse hasta la encamacién y plasmacién material para poder ser vivido. y aprehendido por el ser humano. Pero, al vivitlo, abando- | y corporal y nos ele- vamos a lo mental. El aprendizaje consciente, por un lado, 1a dolor fantasma al que siete un amputado en el miem- bro queyanatiene. justifica una manife ria, Esto, aplicado a la enfermedad, significa mano puede resolver el problema en el play ‘s6lo proporcionar el medio para realizar un aprendi Todo lo que pasa en el cuerpo da exps qué punto de la conciencia Hlegara la experiencia en cada caso no puede predecirse. Aqui rigen las mismas leyes que en todo proceso de aprendizaje. Por ejemplo, un nifio, con cada cuenta que hace, aprende algo, pero no se sabe cuan- do llegar a captar el principio matematico del calculo. Hasta que lo capte, cada cuenta le hard sufrir un poco. Sélo la captacion del principio (fondo) despoja fa ct (forma) de su cardcter doloroso. Andlogamente, cad: toma es un llamamiento a ver y comprender el problema de fondo, Si esto no se consigue porque uno, por ejerpl rno ve lo que hay més alla de la proyeccién y considera sintoma como un trastomo fortuito de cardcter funcional, las llamadas a la comprensién no s6lo continuaran sino que se harén més perentorias. A esta progresién que va desde la suave sugerencia hasta la mas severa pr Mamamos fases de escalada. A cada fase, aumenta sidad con la que el destino incita al ser humano a cu nnarse su habitual visién y asumir conscientemente al ‘que hasta ahora mantenia reprimido, Cuanto mayor es la iencia, mayor serd la presién del sintoma. wwacién desglosamos la escalada en siete et esta divisi6n no pretendemos fijar un sistema at yg sin exponersinopticamentelaides dela escolada 1)_presion psiquica (pensamientos, deseos, fantasias) 2) ‘trastornos funcionales; 3) trastomnos fisicos agudos(inflamaciones, heridas, pequefios accidentes); 4) afecciones crénicas 5) procesos incurables, 66). muerte (por enfermedad o accident 7). defectos 0 trastornos congénitos (karma faciones organicas, cancer; 108 _La enfermedad como se manifieste en el cuerpo se anuncia en la mente como tema, idea, fa. Cuanto mas abierto y receptivo sea un 40 a los impulsos del inconsciente y cuanto mas dispuesto esté a dar expansion a estos impulsos tanto ‘a (y heterodoxa) sera puede pert del inconsciente que ponen en entredicho el pasado y su ividuo en- impulsos y vivi- imera fase de Ia escalada: uno empieea a tener ua sintoma pequeio, inofensivo, pero persistente. Con ello se ha realizado un impulso, a pesar de que se pretendia e su realizacién, Porque también el impulso psiquico tiene aque set realizado, es decir, vivido, para descender a lo ma- terial. Siesta realizacién no es admitida voluntariamente se producirs de todos modos, a través de los si n este punto se puede advert ' aguda que pueden instalarse casi en cualquier parte del cuerpo, segin el problema. El pro- 19 reconoce faci las afecciones por el sufijo 2 comprender algo y pretende —como explicamos snsamente en la segunda parte— hacer visible un con- 10 ignorado. Sino lo consigue —al fin y al cabo, nuestro mundo es enemigo no s6lo de los conflictos sino también de las infecciones— las inflamaciones agudas adquieren cr6nico (-osis). El que desoye la incitacion a se carga con un acompattante inoportuno decidi- 0 abandonarle en mucho tiempo. Los procesos créni- * que el concepto de los sintomas El método de Ia interrogacién pr cos suelen acarrear alteraciones ineversibles calificadas de enfermedades incurables. Este proceso, mis tarde o mas temprano, conduce a la muerte. A esto podré aducirse que la vida acaba siempre en la muerte y, por Jo tanto, la muerte no puede conside- rarse una fase de la escalada. Pero no hay que pasar por alto que la muerte siempre es una mensajera, dado que re- cuerda inequivocamente a los humanos de que toda la e q que, por lo tanto, es insen: mensaje ibérate de la smpo y libérate de I 1 La muerte fs sintoma en tanto que expresién de la polaridad y, como todo sintoma, se cura con la consecucién de la unidad. Con el ultimo paso de la escalada, el de los defectos © trastomos congénitos, se cierra el circulo. Porque todo to que el individuo no haya comprendido antes de su muerte, ser un problema que gravara su conciencia en la siguiente fencamacién. Con esto tocamos un tema que todavia no ha adquirido carta de naturaleza en nuestra cultura. Desde ste no es lugar adecuado para di scerca dela reconocer que nosotros creemos en el algunos casos, nuestra exp! curacin no seria coher Porque a muchos les parece la enfermedad no es ‘a las enfermedades infantiles ni, por descontado, alas afecciones congénitas. La doctrina de la reencarnacién puede ser la expli- cacién. Desde luego, existe el peligro de que se nos ocu- sa buscar en vidas anteriores las ecausas» de la enferme- dad actual, empefio no menos descabellado que el de s en esta vida. Ya hemos visto, no obstante, que precisa la nocién de linealidad y tiem- ra observar los procesos en el plano de la existencia lea de una vida an- el cami aprendizaje. Por ejemplo: un individuo se despierta una manana cualquiera y decide programar a su antojo el nuevo dia, ‘Ajenoa (0, el recaudador de impuestos se pre- a pesar de que iro hombre noha hecho ninguna tansaccion a medida en que esta visita sorprenda a nues- tro hombre dependera de su di t spondor pr meses y afios que han scribirse ci Jue ha de recorrer la conciencia en su ue existe una continuidad que, a pesar de | idn de la noche y el sueho, se mantien , producida por la noche como ficarse s6lo con el nuevo dia y desentenderse del pasado, las mencionadas manifestaciones tendrian que parecerle grandes injusticias y obsticulos fort Sus propositos. Suslitiyase en este ejemploel dia poruna vids porla muerte y se apreciara la diferencia entre la vida que reconoce la reencamacién y la que la niega. La reencamacién aumenta la dimensién del Smbito contem plado, hace mas percept ‘omo suele ocurir, ra proyectar hacia atras mnmal uso. Perocuan- esta vida no es sino un fagmento mindsculo de su camino de aprendizaje, le re. mas facil reconocer como justas y naturales las distin. 6 posiciones en las que cada cual viene al mundo que si cree que cata vida se produce como una existencia Uni. «a por la combinacién casual de unos procesos geneticos _El método de la interrogacién profunda 111 Para nuestro tema bastard comprender que el ser hu- ‘mano viene al mundo con un cuerpo nuevo pero con una conciencia vieja. El conocimiento que trae es fruto del aprendizaje realizado. €1 ser humano trae también sus pro- blemas especificos y utiliza et entorno para plantearlos y mirlos, El problema no se produce bruscamente en esta ja sino que sélo se manifiesta. sas tampoco se produjeron en es, ya que los problemas y con- como la culpa y el pecado, formas de expresion irrenunciables de la polaridad , vienen da- dos. En una exhortacién esotérica encontramos la es la imperfeccién de la fruta no madurada.» Un tan sumido en problemas y conflictos como un adulto. Desde luego, los nifios suelen tener un mejor con- tacto con el inconsciente y, por lo tanto, poseen el valor de realizar esponténeamente los impulsos, siempre que «las, personas mayores que saben lo que les conviene» se lo permitan. Con la edad suele aumentar la separacion res- ‘onsciente y también la petrificacién en las pro- , con Io cual aumenta también la jomas de enfermedad. Y es que, fundament 1do ser vivo que participa en la pola- ridad esta incompleto, es decir, enfermo. la predisposicién a la enfermedad. Cuanto mas se sume una criatura en la polaridad y, por lo tanto, en el discerni- miento, més expuesta esté a la enfermedad. El ser humano posee el discernimiento mas desarrollado que conocemos, ¥, por lo tanto, experimenta con mas intensidad la tension de la polaridad; por consi la enfermedad laespecie humana mayor incidencia. Las escalas de la enfermedad deben entenderse como un mandato que se hace progresivamente més perentorio. cidentes que se pro. ‘como un chaparrén con e se empefan en aferrarse 1 sure desenganos, La ceguera para consigo mismo see tian la lectura de los siguientes cuadkos de a en- fermedad, seria conveniente que asociaran cada uno de los sintomas descritos a una persona conocida, familiar o amt. 89, que padezca 0 haya padecido el que ppodelan comprohar ta validez de las asociaciones que’ se establecen y la exactitud de las interpretaciones. Ello pro. porciona, ademas, un buen conocimiento de las persones, Pero todo esto deben hacerlo ustedes mentalmente y en in caso agobiar al préjimo con sus interpreta fin de cuentas, 9 roblema del »y toda observacién que impertinencia. Cada perso- propios problemas; nada de-este universo en nosotros les recomendamos que relacio on una persona determinada, es Unica- onvencerles de la validez del método y de lo acertado de tas asociaciones. Porque, si se limitan a obser, oma, es probi el mayor problema de nuestra empresa: «La a pare con uno mismo,» Esta cepuera es endémica, a interpretacion da nombre a este principio ¥ sehala que i bien els presente en ol ser human, ce or mio puede ser visto, El FI método de 1 sti c380, 1a interpretacién jo esencial: precisamente, que ine que aprender a 10, desde luego, exige ‘ha consigo mismo y no se cree tener la prueba de qu imp Por lo tant ido un sintoma encierra agresividad, la persona tiene precisamente este sintoma porque no ve la sividad en sf misma, ola vive. Siesta persona, por la in- ion, es informada della presencia de la agresividad, lea con vehemencia, como la ha rechazado esividad, porque, ta violencia de la reaccién, puede deducirse lo acertado de una interpretacin. Las in- ciones correctas empiezan por desencadenar una una sensaci6n de miedo y, por consi- Enestos casos, puede ser degran ayuda “ompafiero o amigo al que se pueda interrogar y que ten | valor de decirnos las debilidades que observa en noso- ros, Pero atin es mas seguro escuchar las manifestaciones y icas de los enemigos, porque siempre tienen raz6n. Regla Cuando una observacién es acertada, duele. RESUMEN DE LA TEORIA ‘humana es polar. Esto, por un lado, nos dda discernimiento y, por otro, nos hace incompletos e imperfectos. 2. El ser humano esti enfermo. La enfermedad es expre- 114 _La enfermedad como camino Un principio no vivido conscientemente se procura su ficacién de existencia y de vida a través ima corporal. En el sintoma el ser humano tiene q aquello que en realidad no queria vivir, ues, os sintomas compensan todas las uni- iades. yma hace sincero al ser humano! ser humano tiene aquello que le falta 8. Lacuracién s6lo es posible cuando el me la parte de la sombra que el sintoma encierra, Cuando el ser humano ha encontrado lo que le faltaba, hhuelgan los sintomas. 9. La curacién apunta ala consecucién dela pl Unidad. €1 hombre esta curado cuando encut verdadero ser y se unifica con todo lo que es, 10. Laenfermedad obliga al ser humano a no abandonar el ‘camino de la unidad, porello.a nretwe0Ao est camino PEReECCION, SEGUNDA PARTE LA ENFERMEDAD Y SU SIGNIFICADO Tadijise: verds aumentar tu suftimiento Fasouoow ArTAR I LA INFECCION La infeccién representa una de las causas mas frecuen- le enfermedad en el cuerpo humano. La mayoria de los deel tuberculosis. En la ter mayoria de personas infeccién, hoy, en los pafses dotados de buena sanidad, las "muertes por infeccién s6lo se dan en casos exce Esto no quiere decir que act ymente que disponemos de buenas armas logia (por cierto, habit ebélica», recuérdese que el proces inte de una «guerra en el cuer una fuerza de agentes enemigos (bacterias, virus, toxin _ que adquiere proporciones peligrosas es atacada y comba- con esta expresion no Icci6n emotiva porla que lamacion-gue- rni mas ni menos que la clave de la la amiento soslayad en fa mente (con todos sus dolores y peligros) se plantea en el cuerpo en forma de inflama Examinemos este proceso en los tres planos de macién-conflicto-guerra: 1. Estimulo: penetran los agentes, Puede tratarse de yxinas). Esta penetracion no de- . profanos— de la pre- agentes coro en se puede aplicarse casi que tampoco aqui se trata de hacer que el re de gérmenes, es decir, de pro- blemas y de conflictos, sino de que sea capaz de convivir con ellos. Que la inmunidad esta condicionada por la ‘mente se reconoce incluso en el campo cientifico, donde se esta profundizando en las investigaciones del estrés. De todos modos, es mucho més impresionante observar jones en uno mismo. €5 deci 5 agente 1ados puntos del cuerpo, lamados loci minoris resistentiae, considerados por la me- dicina académica como debilidades congénitas. El que sea incapaz de pensar anatogicamente, al llegar a este punto se ‘embarullard en un conflicto teorico insoluble. La medicina académica limita la propensién de determinados érganos a 120 _La enfermedad como camino 2 las infecciones a estos puntos débiles congénitos, lo cual, aparentemente, descarta cualqui todos modos, a la psicosomatica intrigé que de- sminado tipo de problemas se rel ran siempre con los mismos érganos, actitud que rebate la teoria de la medi- ccina académica de los loci minorisresistentiae. De todos modos, esta aparente contradicci6n se desha- ce rapidamente cuando contemplamos la batalla desde un tercer angulo. El cuerpo es expresion visible de la concien- cia como una casa es expresion visible de la idea del arq tecto, Idea y manifestacién se corresponden, como el posi- tivo y el negativo de una fotografia, sin ser lo mismo. Cada ssponde a una det 'a problem: ‘orrespondencias se basan, parte y cada érgano del cuerpo co minada zona psiquica, determinada (en estas luo se encarna en una conciencia to de lo aprendido hasta el momento. La conciencia trae consigo un determinado modelo de pr blemas cuyos retos y soluciones configuraran el destino, porque cardcter + tiempo = destino. El caracter no se here- dani es configurado porel entorno sino que es «aportado». es expresion de la conciencia, es lo que se ha encarnado. Este estadio de la conciencia, con las especificas cons- telaciones de problemas y misiones, es lo que la astrologfa representa simbolicamente en el hordscopo mediante medicién del tiempo. (Para mas informacién, véase Sc sal als Chance.) Per andlogo el que utiliza, por ejemplo, el diagndstico del iris, aunque hasta ahora no se ha tomado en consideracion una posible correlacion psi- colégica. El locus minoris resistentiae es ese 6rgano que siempre tiene que asumir el proceso de aprendizaje en el plano cor- poral cuando et psiquico que corresponde a es ma que corresponde a cada érgano es algo que nos propo: rnemos aclarar paso a paso en este libro. El que conoce esta correspondencia ap oceso patologico, dimensi hasta ahora pen« ciencia y nos ai que, desde al mente como cor cionan muy bien, somos inmunes al desat al desarrollo. También aq) enunciamos a la impera la disyuntiva de bblema, forman un ejé dos los esfuerzos se di comporal,a este proceso se i foco del conflicto. En lo lama: 2. Fase de exudaci6n: los atacantes se han introduci- do y formado un foco de inflamacién. De todas partes aflu- uido y experimentamos hinchaz6n de los tejidos y Si durante esta segunda fase observamos el con- rmedad como camino se 10 psiquico, veremos que también en él au- sin. Toda nuestra atencién se centra en el 1a, no podemos pensar en otra cosa, nos per- sigue de dia y de noche, no sabemos hablar de nada mas, todos nuestros pensamientos giran sin parar en tono al pro. blema. De este modo, casi toda concentra en el cor hhinchamos hasta que se tafia inaccesible. El con tras fuerzas psiquicas. to ha inmovilizado todas nues- 3. Reacci6n defensiva: el organismo fabrica unos an- ticuerpos espectficos para cada tipo de atacantes (anti- Ccuerpos producidos en la sangre y en la médula). Los linfo- citos y los granulocitos construyen una pared alrededor de {os atacantes, os cuales empiezan a ser devorados por los ‘macr6fagos. Por lo tanto, en el plano corporal, la guerra esté en su apogeo: los enemigos son rodeados y atacados.. nflicto no puede resolverse localmente, se impone la movilizaci6n general: todo el pais va a la guerra y pone su actividad al servicio de la conflagracién. En el cuerpo experimentamos esta situacién como 4, Fi s fuerzas defensivas destruyen a los ata- antes, y los venenos que con ello se liberan producen la reacci6n de la fiebre. En la fiebre, todo el cuerpo responde ala inflamacién local con una subida general de la tempe- ura. Por cada grado de fiebre se duplica el indice de ac- 1d del meta de lo que se deduce en qué medi- -a los procesos defensivos. Por ello la bre es saludable. La inten- bre es, pues, inversamente proporcional a la fe la e en lugar de com- Iquier aumento de ; ‘el uso de antitérmi- cos a los casos en los que la fiebre alcance proporciones ppeligrosas para la vida del paciente, La infeccién 123 jebre corporal y la exc te, por lo que también hablamos de expecta gustia febril. (La célebre cancién pop Fever expresa la ambivalenci .cién y temblamos de ansiedad. agradable, pero si saludable. Porque no bre sea saludable, es que més saludable los conflictos, a pesar de re y de sofocar los c Fla represion, atin es afron trata de bajar més, se ufana de pra resultara tan divertda... represion no 5. Lisis (resoluci6n): supongamos que ganan las de- fensas del cuerpo, que ponen en fuga a una parte de los agentes extrafos y se incorporan a los demés (devorén- dolos) con la consiguiente destruccién de defensas e inva~ sores, Estas bajas de ambos bandos constituyen el pus. Los punto de vista dientes, con pérdidas por ambos lados. No obstan- te, el vencedor sale del cor fontalecido, ya que ahora conoce al adversario y puede estar preparado, 6. Muerte: también puede ocurrir que venzan los in- vasores, lo cual produce la muerte del pacient sotros consideremos nefasto este resultado se debe exclu- sivamente a nuestra parcialidad; es como en el fatbol: todo depende de con qué equipo se identifica uno. La victoria siempre es victoria, gane quien gane, y también termina la ermeciad como camino guerra, ¥ también se celebra el triunfo, pero en el otro lado. consigue 1 compromiso entre atacantes y defensas: 10s gérmenes per- manecen en el cuerpo, sin vencerlo (matarlo) pero sin ser vencidos por él (curacién en el sentido de la restitutio ad integrum). Es to que se llama la enfermedad crénica. Sin- tomaticamente, la enfermedad crénica se manifiesta en un aumento del niimero de linfocitos y granulocitos, anticuer- sangre y 10 ha podido quedar des- \doun foco que cons- andola al resto ‘esta ni enfermo ni sano, ni en guerra ni en paz, sino en una ‘especie de compromiso que, como todos los compromisos el objetivo de los co- ios» (less dijo: «Me gustarfa escupirlos. temen las consecuen- equilibrio absoluto entre dos polos ni posee fuerza a. £1 compromiso significa pugna permanente, ‘a de posiciones que consume ita y hasta paraliza los nacién, como la econo- fa. para tomar una dec supone un sacrificio—en cada caso, s6lo pademos hacer 0 tuna cosa 0 la otra— y estos sacrificios necesarios generan, ansiedad. Por ello, muchas personas se quedan indecisas ante el conflicto, incapaces de decantarse por uno u otro polo. No hacen mas que cavilar cual nada es correct ni erréneo, porque, para estar completos y sanos, necesitamos ambos pol pero dentro de la polaridad, no podemos realizarlos simul- Téneamente sino uno después del otro. jEmpecemos, pues, por uno de ellos y decidamonos ya! Toda decision libera. El conflicto crénico consume energia constantemente, provocando en el plano psiquico la consabida abulia, pasividad o resignacién. Ahora bien, ‘cuando nos decantamos p mente percibimn | enfrentarse con fos polos opuestos uno iado fronteras y se ha hecho mas conscient Conflicto extraemos informacién (toma de conciencia) que, andlogamente a la inmunidad especitica, permite al indivi- duo que en adelante lea sin peligro. ‘Ademas, cada conflicto superado ensefia a los humanos a afrontar mejor y con mas valentia fos problemas, lo cual Corresponde a la inmunidad no especifica del plano Si en lo corporal cada solucion exige grandes sacri sobs a mente las decisiones, le cuestan sac chas convicciones y costumbres deben ser enviadas muerte. Porque todo lo ‘Como los grandes focos di ces en el cuerpo, asi también en la psique quedan cica- trices que, al mirar atrés, vernos como profundos cortes en, nuestra vida. ‘Antiguamente, los padres sabfan que un nifio, después de una enfermedad (todas las enfermedades de la infancia son infecciones), daba un salto en su desarrollo. Al salir de a enfermedad, el nifio no es el mismo que antes. La enfer- medad le ha hecho crecer. Pero no s6lo las enfermedades fuerte y capaz. Todas | 3s nacieron de grandes retos, y el propio Dar la evolucién de las especies a la facultad de domi las condiciones del entorno (jlo cual no quiere decir que aceptemos el darwinism #La guerra es la made de todas las cosas», dice grandes mos comparado guerra, es a y otra nunea (oc el ser humano, Lo m: e 10 de los planos vencer las defen. * en todos los drdenes. Despues de lo expt vo esquem: del individuo y, generatmen produce. Ahora bien, si el hombre no se abre al cont como una inflamacién. el error de restar enfermedades infecciosas alegando «yo (0 algunos. Precisamente este cerrar los conduce a la enfermedad. Para esta algo mas que una idad implacable que imo la infecci dlagacién hace fal se necesita una sinc c6moda para la conciencia cuerpo. Y es esta incomodidad fo que queremos evit foes para el todo momento. {os conflictos siempre prod plano en el que los experiment fenel cuerpo (un absceso). )Cabe entonces preguntarse qué ‘es mas bonitoo mejor?t.a enfermedad nos hace sinceros. fuerzos realizados medades infecciosas. La lucha con- iz los eficaces Jos conflictos, pero en nombre tra las infecciones es la lucha cont el orden material. Honesto es, por que se dio ne de dos voces griegas, {Esto es sinceridad! icos a la vida se funda en famos que el conflicto es el verdadero motor del desarrollo, es decir, de la vida, toda represion de toes también un ataque contra la dinémica de la Pero también en el sentido puramente médico los an- tibiéticos son hostiles a la vida. Las inflamaciones repre- sentan unos procesos resolutivos agudos y rapidos que, por medio de la supe iminan toxinas del cuerpo. Sies- tos procesos resolutivos se cortan frecuente y prolongada- mente por medio de antibidticos, las toxinas tienen que almacenarse en el cuerpo almente, en los tejidos conjuntivos) lo cual determina el incremento de posibili- dades para el proceso canceroso. Es el lamado efecto del basura: se puede vaciar el cubo con frecuencia 1) © acumuilar la basura dejando que crie una vida propia que acabard por amenazar toda la casa (cdncen). 05 son sustancias extrafias que el individuo ‘no ha elaborado con su propio esfuerzo y que, por lo tanto, 10s de su enfermedad: a informacion Angulo cabe examinar también brevemente \cunaciéne. Conocemos dos tipos basicos de vacunacién: la inmunizaci6n activa y la pasiva. En la inmunizacién pasiva se inoculan anticuerpos formados en ‘otros cuerpos. Se recurre a esta forma de vacunacién cuan- do la enfermedad ya se ha mplo, la ‘gamma teténica contra el del tétanos). En el plano Psiquico, ello corresponderia a la adopcién de soluciones. de problemas convencionales: mandamientos y preceptos morales. E1 individuo adopta férmulas ajenas, con lo que ita el conflicto y la experimentacin: es una via cmoda activa se inoculan agentes debili- tados, a fin de estimular al cuerpo a fabricar anticuerpos por si mismo. A este grupo pertenecen todas las vacunacio- nes preventivas, como la antipolio, la antivaridlica, la anti- ponde al ensayo de resolucién de conflictos hipotéticos (algo asf como las mani fs). Muchos sistemas pedagégicos y la mayorfa de las terapias de grupo quedan dentro de este campo. Se trata de aprender y asimilar estra- tegias en casos leves, que capaciten al ser humano a tratar los conflictos mas serios con mayor eficacia. Estas consideraciones no deben interpretarse como con- signas. Nose rata de evacunarse ono vacunarse» ni de xpres- ccindir de los antibiéticoss. A fin de cuentas, es completa- mente indiferente lo que haga e individuo, siempre y cuando sepa lo que hace. Lo que buscamos es el conocimiento, no unos mandamientos 0 prohibiciones prefabricados. Se suscita la pregunta de si, basicamente, el proceso de la enfermedad corporal puede sustituir a un proceso psi- quico. No es facil responder a esto, ya que la division entre conciencia y cuerpo es s6lo una herramienta de argumen- tacién, pues en la realidad el linde no esté muy marcado. Porque aquello que se produce en el cuerpo lo experimen- tamos también en la conciencia, en la psique. Cuando nos golpeamos el dedo con un manillo, decimos: me duele el dedo. Pero ello no es exacto, ya que el dolor esta solo en la mente, no en el dedo. Lo que hacemos es s6lo proyectar la Ta distrac- i EI que consi- dere exagerada esta afirmacién, recuerde el fenémeno del dolor fantasmal) Todo lo que experimentamos y sufrimos en un proceso de enfermedad fisica ocurre s6lo en nuestra mente. La definicién «psiquica» 0 «somética» se refiere s6lo a la superficie de proyeccién. Si una persona est en- ferma de amor, proyecta sus sensaciones sobre algo incor- Oreo, es decir, el amor, mientras que el que tiene anginas las proyecta en la garganta, pero uno y otto s6lo pueden, sufrir en la mente. La materia —y, por lo tanto, también el cuerpo— s6lo pueden servir de superficie de proyecci6n, eel 130 _La enfermedad « igar en el que surge un problema y, iampoco el lugar en el que pueda resol- verse. El Cuerpo, como superficie de proyeccién, puede para un mejor discer- soluciones s6lo puede darlas el cono- 0, cada proceso patolégico corporal representa Gnicamente el desarrollo simbélico de un pro- blema cuya experiencia enriquecera la conciencia. Esta es también la raz6n por la que cada enfermedad supone una fase de maduracién, se dramati- (0. La expe- ina vez superada la enfermedad, pasa a pesar de las experiencias recogidas, la coneiencia sigue siendo incapaz de captar el problema, éste volveré al cuerpo, para que siga generando experien- hasta que las ex- resolver de- imbién por la mente) hal Ponemos otra cuenta, que debe resolver sin la consi se repite hasta que el mente y puede prescindir de la ayuda material de la tabla, En realidad, la operacién se hace siempre en la mente, nunca en la tabla, pero ta proyeccién del problema sobre el plano visible facilita el aprendizaje. Si me extiendo tanto sobre este particular es porque de la buena comprensién de esta relacién entre el cuerpo y la sobrentendida: la de que el cuer puede resolverse un problema. Cina académica se orien ran fascinados los procesos fis INFECCION = UN CONPLICTO MENTAL ‘QUE SE HACE MATERIAL La persona propensa a las inflamaciones trata de rehuir il EL SISTEMA DE DEFENSA Defender equivale a rechazar. EI polo opuesto de re- chazar es amar. Se ha definido el amor desde multitud de ngulos y en los planos mas diversos, pero cada forma de amor puede reducirse al acto de dar acogida. En el ‘amor, el ser humano abre barreras y deja entrar algo que estaba fuera de ellas. A estas barreras solemos llamar Yo (ego) y todo aquello que queda fuera de la propia ide cacién es para nosotros el otro. En el amor, esta barrera se abre para admitir a un TG que, con la unién, se conver en Yo. Alli donde ponemos una barrera rechazamos y don- {amos la barrera amamos. Desce Freud utilizamos la expresién de emecanismo de defensa» pi ue impiden la penetracién de ss del subconsciente, Aqui conviene in crocosmos, ya que todo repudio o rechazo de una mani- festacién procedente del entorno es siempre expresion externa de un rechazo psiquico interno, Todo rechazo con- ida nuestro ego, ya que a la separacion. Por ello al ser humano la negacién le resulta considerablemente sentimos a nos bras lo que expresar con pala- sa, ya que sélo se por lo menos, en ‘otras personas. Los mecanismos de defensa son la suma de todo lo que nos impide ser perfectos y completas. En teoria es facil definir en qué consiste el camino de la - cién: en todo lo bueno, Comulga con todo lo que es y seras uno con todo lo que es. Este es el camino del amor. empiezan las ‘ego que, en su aff de separa se pr mds piadosas, habiles y nobles teorias. Y ast juego al mundo. is sagaces aduci ‘odo lo que es, es, bueno, también la defensa tiene que serlo, Desde luego, lo 5, pues nos hace experimenta ci6n en un mundo polarizado que, para seguir adelante, no tenemos mas re- medio que discriminar, pero, a lo sumo, no es mas que una ayuda que, al ser utilizada, se obvia a si misma. En el mis- ‘mo sentido se justtica también la enfermedad a la que no- sotros deseamos transmutar en salud cuanto antes. Como las defensas contra elementos a enemigos «externoss, dos agentes patégenos 0 toxina: brados a manejar despreocupadamente unos si valores montados por nosotros realidad no hay mas enemi el sefialamiento de enemigos. Los mismos alimentos que un método tacha de absolutamente perniciosos, otro los El sistema de defensa 135, a de muy saludables. La dieta que nosotros recomen- «damos es: leer atentamente todos fos libros de dietética y ‘comer lo que a uno le apetezca.) Hay ciertas personas que se dejan impresionar de tal modo por este subjetivo sefala- ‘miento de enemigos que no tenemos mas remedio que de- clararlas enfermas: nos referimos a los alérgicos. Allergia: \a alergia es una reaccién exagerada a una sus- ue reconocemos como nociva. Desde luego, la actuacién del sistema de defensas del organismo esta jus- ada cuando se trata de supervivencia. El sistema in- produce anticuerpos para combatir {que proporciona una defensa contra lo cual, fisiologicamente, es irreprocha- 0s, esta defensa, en si encomiable, se ico construye un gran parapeto y cons- tantemente alarga la lista de sus enemigos. Cada vez son mas numerosas las sustancias consideradas nocivas y, por lo tanto, hay que fabricar mas armas para mantener a raya a tantisimo enemigo. Ahora bien, como en el terreno ‘as0s, no reconoce y, por ‘no puede asumi (Para evi recordemos que al hablar de un aspecto psiquico reprimidonos referimos al que no es conscientemente reconocido por el individuo. Puede ser que la persona viva plenamente este aspecto sin reconocer en s{ mismo tal propiedad. Pero también, que la propiedad haya sido reprimida de modo tan absoluto que la persona no la viva. Por lo tanto, la represiOn puede exis- tirtanto en un sujeto agresivo como en el mas manso de los, morales.) 1. Un antigeno ra, que es capaz dees 136 _La enfermedad como camino En el alérgico, la agresividad es trasladada de la con- ia al cuerpo y aqui se expansiona a placer con ata- as. Para que la diversién de enemigos, se declara la guerra a las cosas mas inofensivas: el polen de las flores, el pelo de los alos 0 de los caballos, el polvo, los articulos de limpieza, sas, los perros o los tomates. La variedad es no respeta nada, es capaz de luchar todo y contra todos, si bien, generalmente, da prefe- rencia a ciertos elementos cargados de simbolismo, Es sabido que la agresividad casi siempre va ligada al miedo. Sélo se combate Io que se teme, Si examinamos, atentamente los alergenos’ elegidos, en casi todos los ca- 30s, descubriremos enseguida cudles son los temas que atemorizan al alérgico de tal modo que tiene que comba- tirlos encamnecidamente en el simbolo. En primer lugar, esté el pelo de los animales domésticos, especialmente el de los gatos. Al pelo del gato (y a cualquier pelo) suelen asociarse las caricias y los artumacos: es fino, sedoso, blando, y, no obstante, «animals. Es un simbolo del amor y tiene una connotacién sexual (véanse los animales de felpa fe Los nifios se llevan a la cam: Algo parecicio puede decirse de la piel del conejo. En el caballo esté mas acentuado el componente sensual y, en el perro, el agresivo; pero las diferencias son pequefias, in- significantes, ya que un simbolo nunca tiene limites muy marcados. EI mismo tema es representado por el poten de las flo- res, alergeno predilecto de los que sufren la fiebre del he- ro. El polen es simbolo de fertlidad y procreacién, y la gravida primavera es la estacién en la que los enfermos, de fiebre del heno mas epadecens. Las pieles de los anima- les y el polen actuando como alergenos indican que los te- mas de xamor», «sexualidads, «libido» y «fentlidady susci- 1. Alergeno es et igeno de una reaccién alérgica(alergia es la dalteradap ipersensibilida).(N. de aT.) a wma de defensa 137 ._ tan ansiedad y, por lo tanto, son activamente rechazados, es decir, no son admitidos, r ocurre con el miedo a la suciedad, la in- impureza, que se manifiesta en la alergia al 0. (Recordar expresiones como: chiste gua- mismo empefio los alergenos con ellos, en lo cual le ayudan de buen grado una medicina comprensiva y el entorno, Nadie se resiste al despotismo del enfermo: los animales domésticos son eliminados, no se puede furar en su pre- etc. En esta tirania sobre el entorno, el un campo de actividad que le per s6lo hallard la curaci6n cuando aprenda a affontar cons- que evita y rechaza, y asimilarlo en su concie ico no se le hace ningdn favor ayudandole en su estrategia defensiva: él tiene que recon- ciliarse con sus enemigos, aprender a quererlos. Que los, alergenos ejercen exclusivamente un efecto simbélico y ‘nunca un efecto material o quimico es algo que debe que- dar perfectamente claro, incluso para el ma empedernido, cuando comprenda que una alergia, para manifestarse, necesita el concurso de la mente. Por ejem- en la narcosis no hay alergia; igualmente, durante una psicosis, desaparecen todas las alergias. A la inversa, in- cluso la simple imagen, como por ejemplo la fotografia de Un gato o la secuencia de una locomotora que echa humo, ‘en una pelicula desencadena el ataque en el asmiatico. La reacci6n alérgica es absolutamente independiente de la materia de los alergenos. La mayoria de los alergenos sugieren vi lidad, amor, fertlidad, agresividad, suciedad: en todos es- tos campos la vida se muestra en su forma mas activa. Pero 138 La enfermedad como camino precisamente idad que exige una expresién infun de miedo en el alérgico. ¥ es que su actitud es contraria a la vida. Su ideal es una vida estéril, sin gérmenes, exenta dle sensualidad y agresiones: estado que apenas merece el nombre de «vida». Por consiguiente, no sorprende que en muchos casos las alergias puedan degenerar en autoagre- siones que llegan a ser mortales, en las que el cuerpo de es- tos individuos, jay!, tan delicados, prema y exenta de todo alergeno ALERGIA = AGRESIVIDAD HECHA MATERIA El alérgico debe hacerse las siguientes preguntas: 1. gPor qué no asumo mi agresividad con la conciencia ver de obligatla a realizar un trabajo corporal? 2. ;Qué aspectos de la vida me infunden tanto miedo que 10 de evitarlos por todos los medios? 3. 2A qué tema apuntan mis alergenost Sexual 0, agresividad, procreaciOn, suciedad, en el se 428m qué mi entorno? 5. 1Qué hay de mi capac ia para manipular de amar, de mi receptividad? Wi LA RESPIRACION La respiracién es un acto ritmico. Se compone de dos fases, inhalacién y exhalaci6n. La respiracién es un buen ejemplo de la ley de la polaridad: los dos polos, cién y espiracién, forman, con su constante fovoca la espiracién, thién podemos decir que un 10 no puede vivir sin el polo opuesto, porque, si destrui- ‘mos una fase, desaparece también la otra, Un polo com- claramente cuando suspiramos. Hay un suspiro de ci6n que provoca coniraccién y un suspiro de espiracién que provoca relajacién, respiracién es un proceso de intercambio: por la inspira- in el oxigeno contenido en el aire es conducido a los, globulos rojas y en la espiracién expulsamos el anhidrido arbyénico. La respiraci6n encierra la polaridad de acoger y 140 expulsar, de tomar y dar. Con esto hemos hallado fa sim- ie de la respiracién. Goethe escribié: n hay dos mercedes, mo alma. En indostanico encontramos la palabra atman ‘que tiene evidente parentesco con el atmen (respirar) ale- mn. En la India al hombre que alcanza la perfecci6n se le llama Mahatma, que textualmente significa tanto ealma grande» como «aliento grande». La doctrina hind nos en- sefia, también, que la respiracién es portadora de la autén- lama prana. En el i alma. Ya estamos legando al misterio de la respiracion, La respiraci6n acta en nosotros, pero no nos pertenece. El aliento no esta en nosotros, sino que nosotros estamos en ef aliento, Por medio del aliento, nos hallamos constantemen- te unidos a algo que se encuentra mas alld de lo creado, mas alla dela into hace que esta unién con el mbi- rente: con lo que esta detrés de la na- no se rompa. Vivimos en el aliento como dentro ‘materno que abarca mucho mas que ‘ado —es la vida, ese secreto su- . de contact La cespiracion a premo que el ser humano no puede definir, no puede ex car—, la vida s6lo se experimenta abriéndose a ella y dose inundar por ella. Larespiracién es el cordén uml por el que esta vida viene a nosotros. La respiracién hace quenosmantengamos en esta unién. ‘Aqut reside su importancia: la respiracién impide que el ser humano se cierre del todo, se aisle, que haga im: r muy deseoso que el ser que nosotros res enemigo. Es el mismo aire que respiran los animales y las plantas. La respiraciOn nos une constantemente con todo. Por més que el hombre quiera aislarse, la respiraci6n lo tune con todo y con todos. El aire que respiramos nos une a unos con otros, nos guste 0 no. La res que ver con «contacto» y «relajacién» Este contacto entre lo que viene de fuera y el cuerpo se produce en los alvéolos pulmonares. Nuestro pulmén tiene Una superficie interna de unos setenta metros cuadrados, mientras que el rea de nuestra piel no mide sino entre me- yy medio y dos metros cuadrados. EI pulmén es nuestro 6rganos de cor Imones y piel; el contacto de la piel es inmediato y directo. Es mas compro- ido y mAs intenso que el de los pulmones y, ademés, esté sometido a nuestra voluntad. Uno puede tocar a otra persona o no tocarla. El contacto que establecemos con los pulmones es indirecto, pero obligatorio. No podemos evi- tarlo, ni siquiera cuando una persona nos inspira tanta anti- patia que no podemos ni olerla, ni cuando otra nos impre- siona tanto que nos deja sin aliento. Existe un sintoma de enfermedad que puede pasar de uno a otro de estos érganos ‘una erupcién cuténea abortada puede mani- ma de asma que, a su vez, con el correspon- to, se convierte en erupci6n. El asma y la festarse en diente tratamit 142__La enfermedad como camino _ erupcién cuténea corresponden al mismo tema: contacto, roce, relacién. La resistencia a establecer contacto con todo el mundo por medio de I facién se manifiesta, por ejemplo, en el espasmo resp prendernos de auténomos, indepen respirar, -acon la madre y hacernos ibres. Cuando a uno le cuesta que teme dar por sf mismo tad le corta la respiraci temor. La misma rela advierte en el que s esfera en la que se siente «desahogado» 0, La respiracion 143 Qué me impide respira 16 es lo que no quiero adi 16 es lo que no quiero ex qué no quiera entrar en contacto? {Tengo miedo de dar un paso en una nueva libertad? ‘Asma bronquial de acceso, cara produce un estrech. congestion y secrecién de la mucosa» (Br El ataque de asma es experimentado por como un ahogo mortal, el enfermo jadea y la espiracion queda muy di Co coinciden varios problemas que, a pesar de su examinaremos por separado, por motivos didct 1. Tomar y dar EI asmatico trata de tomar dem damente y provoca una excesiva dil nes y un espasmo esp rebosar y, cuando tiene qu iado. inspira profun- de los pulmo- |144_La enfermedad como camino El flujo respiratorio es interrumpido en el asmatico por se excede al tomar. Ocurre luego que no sabe dar y enton- ces no puede volver a tomar lo que tanto ansia, Al inspirar tomamos oxigeno y al espirar expulsamos anhidrido carbé- nico. El asmatico quiere conservarlo todo y con ello se en- venena, ya que no puede expulsar lo usado. Este tomar sin dar produce sensacion verdadera de asfixia, El desequilibrio entre tomar y dar, que de forma tan im- jonante se manifiesta en el asma, es un tema que puede arse a muchas personas. Suena muy simple, y, sin em- hhargo, muchos fallan en este punto. Sea lo que fuere lo que uno desea tener —ya sea dinero, fama, ciencia, sabiduria— siempre ha de haber un equilibrio entre el tomar y el dar, o uno se exponea asfixiarse con lo tomadbo. El ser humano re- ibe en la medida en que da. Sise suspend el dar, elflujose n son quienes quiere dan avariciosamente lo poco que pudieron adq nunciana la riqueza que espera atodo el que sabe devolver, transformado, lo que ha ret Ta gente pudiera comprendet bundancia para todos! Sia alguiei rquie se autoexcluye. Observemos al asmatico: él ansfa el aire, a pesar de que hay tanto aire. Pero los hay ansiosos. 2, El deseo de inhibirse quier individuo haciéndole inspirar gases iritantes, como amoniaco, por ejemplo. A partir de una determinada con- centracién, en el individuo se produce una reaccién de 1acién de varios reflejos, a sa, broncoconstriccion y jamado reflejo de Kretsch- para impedir la entrada a amoniaco et reflejo es sa- secrecién de mucosidad. Es el mer que consis algo que viene de f un blog ra, Ante c pero en el asmatico se produce con un estimulo, mucho mas débil. El asmético percibe las su inofensivas del entorno como lament a ellas. En lo anterior he- mos hablado extensamente del significado de la alergia, por fo que aqui sera suliciente recordar el tema de rechazo yel temor. Y es que el asma suele estar intimamente ligada aunaalergia. ‘Asma, en griego, significa «estrechez de pechor, estre- cho, en latin, es angustus, voz que recuerda la palabra ale- mana Angst{miedo). Encontramos también angustusen an- gina (inflamacién de las amigdalas) y en angina pectoris (contraccién dolorosa de las arterias del corazon). Es de observar que la estrechez 0 contraccidntiene relacion con el miedo. La contraccién asmatica tiene también mucho que ver con el miedo, con el miedo a admitirciertos aspec- tos de la vida, a los que también nos referimos al hablar de los alergenos. El afén de cerrarse persiste en el asmatico hasta alcanzar su punto culminante en la muerte. La muer- tees la Gltima posibilidad de cerrarse, de encapsularse, de aislarse de lo vivo. (A este respecto puede ser interesante la siguiente observacién: se puede enfurecer ( asmatico diciéndole que su asma no es peligrosa y que nunca podra causarle la muerte. {Y es que para él tiene mucha importancia la malignidad de su enfermedad!) 3. Affin de dominio e insignificancia El asmatico tiene un gran afan de domi conoce y que, por fo tant que se manifiesta en la «soberbia» del asmatico. Esta soberbia muestra claramente la arrogancia y la me- galomania que é! ha reprimido cuidadosamente en su con- Ciencia. Por ello gusta de evadirse a lo ideal y formalista. Pero si el asmatico se enfrenta con el afan de poder y dor rnio de otro (la ley del simil) el miedo se le pone en los pul jo que él no re- 1146 _Laenfermedad como camino - mones y le deja sin habla: el habla que precisamente es ‘modulada por la espiracidn. €1 asmatico no puede exhalar: se le conta la respiracion. El asmatico se sirve de sus sintomas para ejercer el po- der sobre su entorno. Los animales domésticos han de ser eliminados, no puede haber ni una mota de polvo, prohibi- do fum: Este afan de dominio alcanza su punto c rante los peligrosos ataques, los cuales se m: su afan de dominio. Estos ataques chantajistas son muy pe- ligrosos para el propio enfermo, ya que suponen un peligro cde muerte. Es impresionante comprobar como puede llegar a perjudicarse un enfermo, con tal de dominar. En psicote- rapia se ha observado que el ataque suele ser el curso cuando el enfermo se siente muy cerca de la verdad. Pero ya esta proximidad autoinmolacién nos hace perci de este afan de dominio que se insignificancia deberia ser tarea obligada del asmatico. Después de una enfermedad prolongada, el pecho se dilata y robustece. Ello da un aspecto vigoroso, pero limita la capacidad respiratoria, a causa de la pérdida de elast dad. imposible plasmar el conflicto con mas elocuenci pretensién y realidad. de sacar el pecho hay un mucho de agresividad. El asmaticono ha aprendido a articular debidamente su agre- sividad en la fase verbal, pero no puede dar salida a su agresi amentos y se le queda der pulmones. Y estas manifestaciones agresivas regresan al plano corporal y salen a la luz del dia en forma de tos y ex- ‘én. Veamos algunas frases hechas: toser a alguno; escupir en la cara; quedarse sin respiracién del disgusto. = ta eespiracion La agresividad se muestra también en las alergias, la mayoria de las cuales estén asociadas al asma. 4, Rechazo del lado oscuro de la vida est expresarse El desea instalarse en en contacto con el tuna persona cerebral (la doctrina de los elementos atribu- ye el aire al pensamiento). La sexualidad, que también corresponde al polo inferior, la desplaza el asmatico ha- Cia arriba, al pecho, estimulando con ello la produccién de mucosidad, proceso que en realidad deberia estar re- servado a los 6rganos sexuales. El asmatico expulsa esta mucosida lucion cuya Pondencia ante entre los genil ilo posterior examinaremos mas detenidamente este turbio acontecer del valle sombrio, a distancia segura, ele- vado en la esfera donde «el aire todavia es puro», situado por encima de las tierras bajas, con sus impulsos y su fe- cundidad: arriba, en lo alto de la montafia, donde la vida sne una pureza mineral. Aqui realiza el asmatico el an- 5, por obra y gracia de laboriosos El asmatico es un individuo que tiene sed de amor: quiere amor y por eso inspira tan profundamente, Pero no puede dar amor: tiene clicultad en laespiracign, 2 AI igual que para todos los sinto- toma de conciencia eim- ismo. Cuando una persona fs debe acostumbrarse a no evitar las causas del miedo sino afrontarlas hasta poder quererlas y asumirlas. Este necesario proceso se simboliza perfecta- desconocida para la te en inyectar al enfermo la propia orina por muscular, Vista Con una 6ptica simbélica esta terapia Qué aspecto de la vida valoro negativamente y re- chazo? 2 Qué aspectos de la vida trato de evitar, cudles con- sidero sucios, bajos e inmundos? No olvidar: cuando se deja sentir la contraccién, jes miedo! ico remedio contra el miedo es la expansién, (La ‘expansién se consigue dejando entrar lo que se evitabal Resfriados y afecciones gripaies Antes de abandonar el tema de la respiracién, examina- nas en los que se manifiesta el p friado siempre se produce er Uno esté hasta las narices o se le hinchan vez haya quien considere exagerada la ci6n critica». Naturalmenie, no nos re cisas, las cuales se manifiestan tancia proporcionada. Al d referimos a aquellas que, no siendo dramaticas, so ‘cuentes ¢ importantes para la mente, que nos producen sen- saci6n de agobio y nos inducen a buscar un motivo leg indonos alcanzar nuestro inconfesado obj la ventaja de que todo el sivo, algo impensable tuacién molesta y pensar un poco mas en nos mismos. Ahora podemos carsenos, nada ni nadie puede rozamos siquiera, esti tapada y hace imposible toda comunicacién 152_La enfermedad como camino 3. Asimilacién de las sustancias asimilables. 4. Expulsién de lo no digerible. Antes de ocuparnos mas detenidamente de os prob mas que pueden presentarse durante la digestin, es con- veniente considerar el simbolismo de la nutrici6n. Por los alimentos y comidas que prefiere cada cual pueden descu- muchas cosas (dime lo que comes y te dire quién Serd un buen ejercicio aguzar la mirada y a m de manera que, incluso en los procesos mas habituales y tutinarios, podamos descubrir las relaciones —nunca fortuitas— que hay detras de los fenémenos aparentes. Si a una persona le apetece algo determinado, ello expresa tuna preferencia y nos da un indicio sobre la personalidad del individuo, Cuando algo «no le apeteces, esta aversion es tan reveladora como una respuesta a un test psico- logico. El hambre se mueve por el afan de posesién, seo de absorcién, por una cierta codicia. Comer es facer el deseo por medio de la ingestién, que tiene hambre de carino y no puede saciarla, ma- nifiesta este afan en el aspecto corporal en forma de ham- bre de golosinas. EI hambre de golosinas siempre expresa tun hambre de carifio no saciada. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce cuando de una chica guapa decimos que es un bombén y que esta para comér- sela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relacién. El de- se0 de golosinas en los nifios es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar de semejante imputacién diciendo que ellos «harian cual- uier cosa por su hijo». Pero «hacer cualquier cosa» no es forzosamente lo mismo que «amar». El que come carame- le esta regla que la té cargado que beben sin azticar (en general ticos en acid tanico). Los que gustan de comidas picantes denotan deseo de nuevas emociones. Son personas amantes de los desa- fos, a pesar de que pueden ser indigestos, diametralmente ‘opuestas a las que solo comen cosas suaves: nada de sal ni especias. Estas personas rehayen todo lo que sea novedad. ‘Se desentienden de los retos y temen todo enfrentamiento. Este temor puede acentuarse hasta hacerles adoptar un ré- gimen a base de papillas, como el del enfermo del estéma- go, acerca de cuya personalidad hablaremos mas extensa- mente muy pronto. Las papillas son comida de bebé, lo ‘que indica claramente que el enfermo del estomago ha ex- perimentado una regresion hasta la indi Infancia, en la que no se puede elegi renunci Un temor exagerado a las espinas simboliza el miedo a las agresiones. La preocupacién por los. edo a biéticos, Estas personas van en busca de problemas a los que hincar el diente. Quieren desentrafiar las cosas y pre- fieren los alimentos duros. Llegan hasta evitar los aspectos placenteros: a la hora del postre, eligen algo duro de roer. ierto miedo al amor y la ternura y su incapacidad para aceptar el amor. Algunas es sin duda la forma mas segura de vegetar sin tener que molestarse. tad defensiva puede reforzarse con estor- es convierten fa espiracién en potente arma da como me- garganta. Des de ividad defensiva, no es de extraftar que 1s defensas mas Porque tragar es (on. Y esto es precisam detalte nos revel. de las extremidades y | porcidn de estos pro- osidad purulenta, y cuanta mas ex- abundante mucosidad \goempiece a algo e en nuestra La medicina naturista, muy acertadamente, ve io un saludable proceso de limpieza por medio Iv LA DIGESTION Con Ia digestién ocurre algo muy parecido a lo de la respiracién. Con la respiracién tomamos entorno, lo asimi- amos y expulsamos Io no asimilable. Otro tanto ocurre durante la digestién, si bien el proceso digestivo se hunde mas profundamente en la materia del cuerpo. La respira~ ion esta regida aire, mientras que la di- gestion pertenece al elemento tierra, es mas material, Pero tion le fata el ritmo perfectamente marcado de la del proceso de asim menos perceptible y répida. La digestién también tiene una si res cerebrales, ya que el cerebro (es decir, la mente) pro- esa y digiere los elementos inmateriales de este mundo (porque no sélo de pan vive el hombre). Por medio de la di- gestion, procesamos elementos materiales de este mundo. La digestién abarca, pues: 1. Captacién del mundo exterior en forma de elementos, materiales. 2. Diferenciacin entre lo asimilable y lo no asimilable. Morder es un act dad de ag para demostrar su ‘decimos que vamos a censefar los dientes» a do estamos decididos a defendemnos. Una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para mani- festar su agresividad. Esta relacién se mantiene, a pesar de que hoy en dia casi todo el mundo, incluso los nios, tiene caries. De to- dos modos, los sintomas colectivos no hacen sino sefialar nuestro conciudadat do, vuelve a sal dese a pervertida como en su forma o 50n los modernos campos de bata agresividad reprimida libra una lucha sin cuartel contra sus poseedores. Aqui las personas sufren los efectos de sus propias maldades que durante toda su vida 10 se atrevieron a descubrir en sf mismas y a modificar conscientemente. ‘Anadie debe sorprender que, en la mayoria de cuadros jolencia como la ola de sexualidad desmiente nuestras palabras. A esto habria que responder que tanto la falta como fa explosién de la agresividad son sintomas de repre- a sin. Una y otra no son sino fases dis eso, Cuando, en lugar de siones fur varse. Para s6lo sirve para alimentar la sombra con la que habré que lidiar después, cuando se presente bajo la forma perv de la enfermedad. Lo mismo puede dad y de todas las demas funciones psi y capacidad de dor neralmente, suele a ‘gunos pueblos: ciones diferentes). Veamos lado no le mires el diente.» EL bre de mirar la boca al cab; calcular la edad y vi duerm un aparato| rechinar. El simbolismo estd claro, El rechinar de dienteses tl que du- La digestion 157 tuno tiene que tragar algo contra su voluntad, por ejemplo, 1s de tragar. se trata de un buen za mucho, Por lo ge- \cluso, sus- Hay numerosos trastornas de la deglucién, por ejem- plo, el nudo en la garganta o unas anginas, que producen la sensacién de no poder tragar. En estos casos, el afectado debe preguntarse: {Qué hay actualmente en mi vida que yo no pueda o no quiera tragar? Entre estos trastornos figu- ra el de la «aerofagia», afeccién que impulsa a tragar aire. aciones para descubrir lo que ocurre Igo que uno no quiere tragar, no quie- mula tragando aire. Esta resistencia la deglucion se manifiesta después con eructos y ventosidades (literalmente: epeerse en algos). Nauseas y vomitos Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estomago. ‘Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es simbolo de problema. Todos sabemos cémo puede blo- uearnos el estémago y quitarnos el apeti El apetito depende en gran medida de la 0: Solo de pensarlo me da mareo.O también: Nada mas verlo se me revuelve el estémago. El mareo se- fiala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estémago. También comer desordenada y atrope- Hadamente puede prod lo no ocurre s6lo en ina en el vomito det alimento. El duo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, El vomito es una expresi6n categ6 defensa y repudio. Ast ido Max Liebermann de- cia refiriéndose al estado de la politica y del arte en Alema- ria después de 1933: «No puedo comer todo lo que me gustaria vomit ‘Vomnitar es eno aceptar», Esta relacién se expresa clara- ‘mente en los vomitos del embarazo. Aqui se expresa el re- chazo inconsciente de la criatura o del semen que la mujer Siguiendo el razonamiento, los v6- El recibe todas las impresiones que vie- lo que hay que digerir. La capacidad de recibir exige apertura, pasividad y capacidad de entrega.. En virtud de estas propiedades, el estomago representa el polo femenino. Mientras que el tiene que admitir y digerir los sentimientos. En este caso, no es que el amor pase por el estémago sino que sentimos tun peso en el estémago que mas tarde o mas temprano se ‘manifestara como adiposidad. ‘componen: son inequivocamente agresivos. Una persona Estoy amargad persona no consigue vencer este furor conscientemente o transmnu- fen agresi6n y se traga el mal humor, o traga agresividad y su amargura se somatizan en acidos estoma- cals. El estomago reacciona produciendo un acido agre- sivo con el que pretende modificar y digerir unos senti- empresa dificil y molesta que nos recuerda que no es conveniente tragarse el mal humor ni obligar al estomago a digerirlo. El menta porque quiere imponerse. Pero esto acarrea problemas al enfermo del estémago, te con su mal humor y su agre modo responsable contlictos y pi ‘estémago o no exter tuna agresividad exagerada, carece de confianza y seg indispensable para que el individuo resuelva su problema, carencia a la que aludimos al tratar del tema dientes-en- Clas. Todo el mundo sabe que el alimento mal masticado es, dificilmente tolerable por un est6mago excitado y con ex- ceso de acidos. Pero la masticacién es agresién. Y cuando falta una buena masticacién el est6mago tiene que trabajar mas y producir mas persona que \Omago se alimenta de cosas que han sido tar por el pasapurés y que, por lo tanto, han demostrado ser ) La enfermedad como cami inofensivas. Puede haber grumos. Los problemas se han quedado en el tamiz. El enfermo del estémago no tolera los alimentos crudos, por bastos, pri La vida y la comida tienen que estar exentas de desatios. El Acido gastrico produce una sensa- cién de opresién que impide ‘nuevas impresiones. ya que eructar es 3. Con esto uno llamado desacoplamiento psicove casos graves, se realiza también qui do al enfermo de silcera ciertas ramas m ide hacer sonar una campana en el momento de poner la comida a los perros, Pavlov cconsiguié crear en los animales ur de manera que al cabo de algin do de la campana para desencadenar la se {que normalmente provoca la visi6n de la cor La actitud basica de proyectar los sentimientos y la agresividad no hacia contra uno mismo, provoca finalmente la dlcera de estémago. La Gl- ___ta digestion 161 cera es una llaga que se forma en la pared del estémago. E| de digerir las impresiones det ago tiene que aprender a jentos, afrontar conscien- conscientemente las presiones. Ademés, el paciente de ‘onocer sus deseos de dependenci ci6n materna y el afan de ser querido y mi .cisamente cuando estos deseos estén bien disimulados tras una fachada de independencia, autoridad y aplomo. ‘También aqui el est6mago revela la verdad ‘TRASTORNOS ESTOMACALES Y DIGESTIVOS personas aquejadas de /s deben hacerse las pregur Qué es lo que no puedo 0 no quiero tragar? ;Me consumo interiormente? ‘6mno llevo mis sentimientos? Jue me amarga? "6mo llevo mi agresividad? n qué medida huyo de los conflictos? Hay en mi una afioranza reprimida de un paraiso in- Intestino delgado e intestino grueso produce la digestién propia- ion en componentes (a 162_La enfermedad como ca mental y el intestino digiere las sustancias materiales. Las afecciones del intestino delgado suscitan la pregunta de si el individuo no estara analizando demasiado, ya que la funcién caracteristica del intestino delgado es el anal Ja division, el detal testino delgado suelen tender a un exceso de anal tica, de todo tienen algo que decir. El intestino dé también un buen indicador de las angustias vitales; en el Intestino delgado el alimento es valorado y aprovecha- do. En el fondo de la preocupacién por la valoracién esta {a angustia vital, angustia de no recibir lo suficiente y mor de hambre. Mas raramente, los problemas del intestino delgado pueden denotar también lo contrario: falta de ca- pacidad de critica, Este es el caso de las llamadas [Fettstuh- len] de la insuficiencia pancrestica Uno de los sintomas que con mas frecuencia se dan en la zona del intestino delgado es la diarrea. Vulgarmente se dice: Esté cagado y también Ese de miedo se lo hace en los pantalones. Estar cagado significa tener miedo. En la di fea tenemos la indicacién de una problemtica de ang tia. El que tiene miedo no se entretiene en estudiar anall ‘camente las impresiones sino que las suelta sin digerir. No hay mas remedio. Uno se retira a un lugar tranquilo y solita- rio donde puede dejar que /as cosas sigan su curso.Con el se pierce mucho liquido, ese liquido simbolo de la flex dad que seria necesaria para ampliar la angusti del Yo y con ello vencer el miedo. Ya hemos dicho que el miedo siempre esté asociado con lo estrecho y con el afan de aferrarse. La terapia del miedo consiste siempre en: tarse y expandirse, adqui lidad, observar los acon- snto de la diarrea quidos. Con ello recibe simbélicamente esa fluidez que ne- sus horizontes, en los que experimenta ea, ya sea cronica 0 aguda, nos indica el miedo. La siempre que tenemos miedo y que tratamos de aferrarnos, ynos ensefiaa soltar y dejar correr. En el intestino grueso, la digestion ya ha terminado, Aqui lo Unico que se hace es extraer el agua del resto de los alimentos indigestibles. La af que se produce en esta zona es el estrefiimiento, Desde Freud, el psicoanélisis interpreta la defecacién como un acto de dar y regalar. Para darnos cuenta de que simb6- licamente la deposicién tiene algo que ver con el dinero basta recordar una expresién comtin en Alemania de Geld- schieser (caga-dinero) y el cuento del asno de oro que, en, lugar de estiércol, defecaba monedas de oro. Popularmen- te también se asocia el pisar deposiciones de perro con la perspectiva de recibir una suma de dinero. Estas indica- Ciones deben bastar para poner de manifiesto, sin recurrir tre excremento y dinero o entre defecar y dar. Estrenimien- to es expresién de la resistencia a dar, del afan de retener ¥ esta relacionado con la problematica de la avaricia. En huestra época el estrenimiento es un sintoma muy exten- dido que padece la mayor parte de la gente. Indica clara- mente un exagerado afan de aferrarse a lo material y la incapacidad de ceder. Pero al intestino grueso corresponde otro importante sig nificado simbdlico. Si el intestino delgado se relaciona con el pensamiento analitico consciente, rresponde al inconsciente, en el sentido litera, al «submun- doe. El inconsciente es, desde el punto de vista mitol6gico, el reino de los muertos. E! intestino grueso es también un reino de los muertos, ya que er cias que no pueden ser convertidasen vida, es el lugaren el que puede producirse la fermentacién. La fermentacion es también un proceso de putrefaccién y muerte. Sielintestino sgrueso simbolizaelinconsciente, el lado nocturmo del cuer- po, el excremento representa el contenido del inconscien- te. ¥ ahora reconocemos claramente el otto significado del estrefiimiento: es el miedo a dejar salir a la luz el contenido del inconsciente. Es la tentativa de retener fondos reprit dos. Lasimpresionesespirituales se acumulan y unonocon- 164_La enfermedad como camino consciente haciendo que se manitiest que se desbloquea el atasco corporal. El ros indica que tenemos y no queremos que nada fosa a una inflamaci su propia vida de forma responsable, porque, sino, la pierde. El pancreas El pancreas forma parte del aparato digest produccién de los jugos gastricos esenciales, de cardcier La digestion 165 eminentemente agresivo, y la endocrina. Mediante la fun- tuyendo la pala- bra azticar por la pal 3s expuesto con idad el problema del diabético. Las cosas dulces no son sucedaneo de otras. 7 incapacidad de aceptar tico —y esto es sig gramiento de todo el cuerpo y puede provoc: coma. Ya conocemos estos Acidos, simbolo de la agresi- vidad. Una y otra vez, nos encontramos con esta polaridad dad, de azicar y acido (en mitologia: Venus y Marte). El cuerpo nos ensefia: el que no ama se agria; 0, formulado mas claramente: el que no sabe disiru- tarse hace insoportable. Sélo puede ‘amor el que es capaz de di diabético da amor s6lo en forma de azéicar en la que no se deja impregnar no retiene el azticar. El diabético pero no se atreve a buscarlo 1, pero no puedo!s). No puede a dar, y por lo tanto no re- La enfermedad coma camino tiene el amor en el cuerpo: no asim expulsarlo, jCualquiera no se amarga! azticar y tiene que El higado No es facil examinar el higado, rgano encargado de miiltiples funciones. Es uno de los mas grandes del ser humano y el principal del metabolismo intermediario, 0 —expresado graficamente— el laboratorio de la persona. Repasemos de forma esquematica sus funciones mas im- portantes: 1, Almacenamiento de energia: el higado produce glucd- geno (fuerza) y lo almacena (unas quinientas kiloca- Torias). Ademis, transforma en grasa los hidratos de car- bono ingeridos, los cuales son almacenados en los de- joacidos y grasas imentacion, el higado produce glu- ). Las grasas van al higado donde son lizadas en la combustion para la obtencién de energia. 3. Metabolismo de la albtimina: ef higado puede tanto de- sintegrar los aminoacids como sintetizarlos. Por ello, igado es el elemento de unién entre ta albimina 2) del reino animal y vegetal procedente de los imentos y la del ser humano. La albimina de cada es- pecie es totalmente individual, pero los elementos que ta componen, los aminoaciclos, son universales (ejem- plo: casas diferentes [albuiminal construidas con idénti- cos ladrillos laminoacidos!). Las diferencias entre la al- buimina de los vegetales, los animales y los humanos, consisten en la ordenacién de den de los aminodcidos esta codit 4, Desintoxica s toxinas, tanto las del cuerpo como las ajenas.a él, son desactivadas e hidrolizadas en el hi grado, para poder ser eliminadas por la vesicula o los — = La tigen 167 rifiones. También la bilirrubina (producto de la desinte- gracién de la hemoglobina, el colorante de la sangre) debe ser transformada en el higado para poder ser eli rminada, La perturbacién de este proceso produce la ic- tericia, Finalmente, el higado sintetiza la urea, que es eliminada por los riniones. Hasta aqui, una rapida ojeada a las funciones mas im- portantes del polifacético higado. Empecemos nuestra in- terpretacién simbélica por el punto citado en éltimo lugar: la desintoxicacién. La capacidad del higado para desin- toxicar presupone la facultad de diferenciacién y valora- cién, porque quien no puede diferenciar lo que es t6xico de lo que no lo es, no puede desintoxicar, Los trastornos y afecciones del higado, por lo tanto, denotan problemas de valoraci6n, es decir, sefialan una clasificacién errénea de lo que es beneficioso y lo que es per} alimento 0 veneno?). Es decir, mientras la valoracién de lo que es tole- rable y cuanto se puede procesar y digerir se efectia co- rrectamente, nunca se producen excesos. Y son los excesos, los que hacen enfermaral higado: exceso de grasas, exceso de comida, exceso de alcohol, exceso de drogas, etc. Un hhigado enfermo indica que el individuo ingiere con exceso, algo que supera su capacidad de proceso, denota inmode- racién, exageradas ansias de expansién e ideales demasia- 0808. El higado es el proveedor de energia. El en- fermo del higado pierde esta energia y vitalidad: pierde su potencia, pierde el apetito. Pierde el animo para todo aquello que tenga que ver con las manifestaciones vitales, y asi el mismo sintoma corrige y compensa el problema, creado por el exceso. Es la reacci6n del cuerpo a la incon- tinencia y a la megalomania y exhorta a la moderacion. Al dejar de formarse coagulante, la sangre —savia vital— se hace muy fluida y se le escurre al paciente. Por la enferme- dad, el paciente aprende moderacién, sosiego, continen- cia y abstinencia (sexo, comida y bebida), proceso que ilustra claramente la hepatitis 168 _La enfermedad como cami Por otra parte, el higado tiene una marcada rela a con el terreno filoséfico y rel iar para muchos. Recordemos fa sin a. La albumina es la piedra angular de la vida, Se compone de aminoacidos. El higado produce Vy ion, cambiando el o1 higado, conservando los compon modifica la estructura espacial, con lo que determina un salto cualitativo, es deci ivo desde el rei- rno vegetal y animal al humano: pero, al mismo tiempo, se mantiene la identidad de los componentes, asegurando asi la uni6n con el origen. La sintesis de la albtimina es, a escala microcésmica, un proceso equivalente a lo que en el macrocosmos se llama evolucién, Mediante modifica- del modelo con los elementos originales, se crea la a dive s formas. En virtud de la homoge- lad de todo permanece ligado entre si, esta en todo (pars pro to tra forma de expresi ralmente principio, con el punto de part y lo encuentra, porque la plural Unidad no es, en de cida del juego de la distinta ordenacién de unas mismas esencias. Por ello s6lo puede hallar el camino del origen aquel que no se deja engahar por la ilusién de las formas. La pluralidad y la unidad: en este campo de tensién actiia el higado. eee ____ta digestion _169 ENFERMEDADES HEPATICAS El enfermo de! higado debe plantearse las siguientes preguntas: 1. gEn qué 6rdenes he perdido la facultad de valorar con precision? entre lo que puedo asimilary lo que es #t6xico» para ;Cuindo he sido incapaz de moderarme, cuando he ratado de volar demasiado alto (megalomani do eme he pasado ’Me preocupo del tema de mi 226n, con el origen, 0 acaso la m ver la unidad? ;Ocupan en mi vida los temas filo ‘cos una parcela muy pequefia? Me falta confianza? La vesicula biliar La vesfcula almacena la bilis producida por el higado. Pero cor iares estan obstruidos por calcul ala lis es simbolo de agresividad, tal como nos dice ;y el «colérico» es id quealmacena. Ccuentes entre las mujeres, mientras que entre los hombres, se den mas a menudo los de rifién, como corresponde al polo opuesto. Mas atin, los célculos biliares son mas fre- ‘cuentes entre las mujeres casadas y con hijos que entre las, ras. Estas observaciones estadisticas quiza puedan 1 nuestra interpretacion. La energia quiere fluir. Si se as sedimentaciones y concr que se producen en el cuerpo hurmano siempre son mani- n de energia coagulada, Los calculos biliares son y agresividad son con ceptos casi idénticos. Hay que sefialar que nosotros no atri- buimos una valoracién negativa a palabras tales como dad: la agresividad nos es tan necesaria como la dientes.) no es de extrafiar la gran icidencia de los Estas mujeres ia como una estructura que les impide dar bre curso a su energfa y agresividad. Las situaciones fami- 1 como una coercion de la que la mujer no se atreve a librarse: las energias se coagulan y petrifican. Con cl célico, el paciente es obligado a hacer todo aquello que hasta ahora no se atrevié a hacer: con las convulsiones y los gritos se libera mucha energia reprimida, jLa enferme- dad da sinceridad! La anorexia nerviosa lo sobre la digestion con una todos modos, causa la muerte de un veinte por ciento de las pacientes): la anorexia. En esta enfermedad se mani- fiestan con especial claridad la paradoja y la ironfa que entrafia toda enfermedad: una persona se niega a comer porque no tiene apetito, y se muere sin llegar a sentirse en- loso! A los familiares y los médicos de estos mostrarse tan fabulosos. En fa de casos, se esfuerzan con ahinco en convencer al fectado de las ventajas de la alimentacién y de Hevando su amor al préjimo hasta la intubacié La digestion sea incapaz de apreciar la ci un mal espectador del gran t La anorexia se da © inconscientemente— por el afan de estar delgadas. De todos modos, a veces, esta mer se trueca en todo lo contrat noche, c retener el mito. Ponen en practica todas las estratagemas imagina- bles para engafar a su preocupada familia acerca de sus habitos. Suele ser muy dificil averiguar lo que una paciente hambre canina y cuando no. Cuando comen, prefieren cosas que casi no pueden con- dems, estas pacientes suelen tomar laxan- tes, a fin de librarse cuanto antes de lo poco que comen. Tienen también mucha necesidad de movimiento. Dan lar- ar una grasa que no han in- iF con primor para los iy ver comer a los de- més, con tal de que no las obliguen a acompafiarles. Por lo demas, gustan de la soledad. Muchas anoréxicas © no menstran 0 tienen problemas con la regla. tinto, La comida alimenta el cuerpo, es de 172__ ta enfermedad como camino in asexuada, Para consegu delgada pi aparecerian lerpo unas curvas reveladoras de su feminidad. Y ella no quiere ser mu No solo se tiene miedo a las curvas por ser femeni ‘es que, ademés, un vientre abultado recuerda la posi dad del embarazo. El repudio de la propia femi la sexualidad se manifiesta, también, en la El ideal supremo de la anoréxica es la desmat Hay que apartarse de todo lo que tiene que ver con lo bajo te ideal de ascetismo, considera enfermo ni admite medidas idas Gnicamente al cuerp por medios cada vez mas refinados, todos los alimentos que se le dan, Rechaza toda ayuda y persigue denodada- ras, un ri dad y compenetracién. Pero precisamente esta compene- tracién es lo que da miedo a la anoréxica, pacien- te, sombra en la que, anhelantes, esperan realizarse los te- cconsciente, La enferma tiene hambre de vida pero, por te- m mor a ser arrastrada por ella, trata de desterrarla por medio del sfnioma. De vez en cuando, el hambre reprimida y ‘combatida se impone mediante un acceso cle gula. ¥ devo- ra a escondidas. Después, este «clesliz» sera neutralizado enferma no en- intermedio en su conflicto entre la gula y el ascetismo, entre el hambre y el ayuno, entre el egocen- trismo y la abnegacién. Detras del altruismo encontramos siempre un egocentrismo disimulado que se aprecia ense- guida en el trato con estas pacientes. Uno ansia atenciGn y la consigue por medio de la enfermedad. El que se niega a comer esgrime un poder insospechado sobre los demas ‘que, angustiados y desesperados, creen su deber obligarle a comer y seguir viviendo. Con este truco, ya los nifios pe- quefios pueden meter a toda la familia en un ufo. ‘Al que padece anorexia nerviosa no se le puede ayudar con Ia alimentaci6n forzada sino, a lo sumo, tratando de hacer que sea sincero consigo mismo. La paciente tiene que aprender a aceptar su ansia de amor y de sexo, su egocentrismo, su feminidad, sus instintos y su camalidad. Debe comprender que no pademos superar lo terreno com- batiéndolo ni reprimiéndolo sino que Gnicamente pode- mos transmutarlo sonas pueden sacar ensefianzas del cuadro patol6gico de la anorexia. No son s6lo estos enfermos los que, con una fi- losofia exigente, tratan de reprimir los deseos del cuerpo, generadores de ansiedad, yde llevar una vida pura y’ tual. Estas personas pasan por alto con facilidad que el as- cetismo suele proyectar una sombra, y la sombra se llama deseo, Vv LOS ORGANOS SENSORIALES Los érganos sensoriales son las puertas de la percep- clon. A través de los 6rganos sensoriales nos comunicamos, ‘con el mundo exterior. Son las ventanas del alma a las que nos asomamos, en definitiva, para vernos a nosotros mis- mos. Porque ese mundo exterior que «sentimose y en cuya incuestionable realidad tan firmemente creemos, en reali- dad no existe. ‘Vayamos por partes. ;Cémo funciona nuestra percep- cidn? Cada acto de percepcién sensorial puede reducirse a tuna informacion prodlucida por la modificacién de las vibra- ciones de las particulas. Miramos, por ejemplo, una barra de hierro y observamos que es negra, la tocamos y notamos que esté fra, olemos su olor caracteristico y percibimos su dureza. Calentemos la barra con un soplete y veremos que su color cambia y que se pone roja e incandescent remos el calor que despide y observaremos su dui 2Qué ha pasado? Sélo que hemos conducido a la barra una fenergia que ha provocado el aumento de la velocidad de las particulas. Esta aceleracin de las particulas ha provo- cado cambios en la percepcién que describimos con las, palabras crojo», «caliente, «flexibles, etc. Este ejemplo nos indica claramente que nuestra per- cepcién se basa en la frecuencia de la oscilacién de las jema nervioso y alli suscita una imagen compleja que nosotros catalogamos de «rojas, «caliente», colorosa», etc. Entran las particulas y sale una percepcién compleja: entre lo uno y lo otro esta la ten realmente fuera de nosotros! Ahi resi- de nuestfo error. Fuera no hay més que particulas, pero precisamente las particulas no las hemos percibido nunca. Desde luego, nuestra percepcién depende de las particu- las, pero nosotros no podemos percibirlas. En realidad, nosotros estamos rodeados de imagenes subjetivas. Desde luego, estamos convencidos de que los demas (sexisten los demas?) perciben lo mismo, en el caso de que ellos ut ccen para la percepcién las mismas palabras que nosotros; sin embargo, dos personas nunca pueden comprobar si ven lo mismo cuando dicen «verdes. Estamos solos en la esfera de nuestras propias imagenes, pero cerramos los ojos a esta verdad Las imagenes parecen tan reales —tan reales como en Jos suefios—, pero solo mientras dura el suefio. Un dia uno se despierta de este suefio de cada dia y se asombra de que ‘este mundo que considerabamos tan real se diluya en la nada: maja, ilusién, velo que nos oculta la verdadera reali- dad. Quien haya seguido nuestra argumentacin puede re- plicar que aunque el mundo exterior no exista con la forma que nosotros percibimos, existe un mundo exterior forma- do de particulas. Pues también esto es una ilusiOn. Porque en el plano de las particulas no se aprecia la divisoria entre el Yo y los demas, entre dentro y fuera. Mirando una part cula no se aprecia si me pertenece a mi o al entorno. Aqui no hay fronteras. Aqui todo es uno. Los organos sensoriales 177 Precisamente éste es el significado del viejo principio esotérico emicrocosmos = macrocosmosy. Este «iguals tie- rne aqui exactitud matematica. El Yo (Ego) es la ilusi6n, la frontera artificial que slo existe en la mente: hasta que el ser humano aprende a ofrecer en sacrificio este Yo y averi- gua, con asombro, que la temida esoledads no es sino «ser Luno con todos. Pero el camino de esta unién, la iniciacién a la unidad, es largo y arduo. Sélo estamos unidos a este mundo aparente de la materia por nuestros cinco sentidos, ‘como las cinco llagas que quedaron en Jestis después de que fuera clavado a la cruz del mundo material. Esta cruz s6lo puede superarse convirtiéndola en vehiculo del «rena- cimiento espiritual>. Al principio de este capitulo decimos que los érganos de los sentidos son las ventanas de nuestra alma por la que nos contemplamos a nosotros mismos. Lo que Hlamamos entorno 0 mundo exterior no es sino reflejo de nuestra alma. Un espejo nos permite mirarnos y reconocernos, porque nos muestra las zonas que sin el reflejo no podria mos ver. Es decir, que nuestro entorno» es un medio gran- dioso que debe ayudarnos a conocernos a nosotros mismos. Dado que la imagen que aparece en el espejo no ¢ siempre halaguena —porque también nuestra sombra se refleja en él—, nos empefiamos en hacer distinciones entre nosotros y el mundo exterior y protestar que nosotros «no tenemos nada que ver con eso». Solo aht reside el peligro Nosotros proyectamos al exterior nuestra forma de ser y ‘creemos en la indepenclencia de nuestra proyeccién, Lue- imos interiorizar la proyeccién y aqui empieza la cen la que todos se ayudan mu- tuamente y nadie se ayuda a si mismo. Para nuestra toma de conciencia, necesitamos el reflejo que viene de fuera, Pero, si queremos estar sanos y enteros, no debemos dejar de admitir dentro de nosotros mismos esa proyeccién. La mitologia judaica nos expone el tema con la imagen de la creacién de la mujer. A Adén, criatura perfecta y androgi- na, se le quita un costado (Lutero traduce «costilla») al que 178 _La enfermedad como camino ie. Ahora falta a Adén una mitad la proyeccién. Ha quedado otra vez entero unigndose a se por medio de lo externo. Siel ser humano integrar gradual- mente a lo largo de su vida aquello que percibe del ex- cediendo a la tentadora ilusién de creer que el no tiene nada que ver con él, entonces el destino a poco a poco a impedir la percepcién, Percibir equivale a tomar conciencia de la verdad. Esto s6lo es posible si el ser humano se reconoce a sf mismo en todo lo que percibe. Si se le olvida, entonces las ventanas del alma, los érganos de los poco a poco se em- arian, pierden la transparencia y obligan al ser humano a volver su percepcién hacia dentro. En la medida en que los se da forma independi que él ve como opon incompleto y s6lo podra est hacia dentro y a escuchar en su interior. igado a recogerse en si mismo. Existen técnicas de meditacién por las que el ser hu- mano se recoge voluntariamente: se cierran las puertas de ientos y estados de dnimo de la persona. Por el individuo indaga en los ojos del otro y trata de leer fen su mirada También los ojos derraman lagrimas y con ello revelan al exterior una 1uacién psiquica intema. Hasta hoy, el diagnéstico por el iris utilize el ojo Gnicamente como espejo del cuerpo, pero también es posible ver en el ojo el cardcter y la idiosincra- _ ____Los 6rganos sensoriales 179 sia de una persona, También el mal de ojo y et mirar con ‘malos ojos nos dan a entender que el ojo es un Grgano que 1no s6lo recibe sino que también proyecta. Los ojos actian, cuando se le echa un ojo a alguien. En el lenguaje popular se dice que ef amor es ciego, frase que indica que los ena- morados no ven claramente la realidad. Las afecciones mas frecuentes de los ojos son la miopiay la presbicia; la primera se manifiesta principalmente en la juventud, mientras que la dltima es un trastorno de la edad. Esta distincién es justa, ya que los jovenes slo acostumbran, in de conjunto o de al- ‘cosas. Andlogamente, es incapaz de retener hechos recien- tes pero conserva un recuerdo exacto de sucesos lejanos. La miopfa denota jetividad exagerada. El miope lo ve todo desde su éptica y se siente personalmente afec- tado por cualquier tema. Hay gente que no ve mas allé de sus narices, pero no por alargar menos est les permite conocerse mejor a si mismos. Ahi radica el pro- blema, porque el individuo deberia aplicarse a sf mismo aquello que ve, para aprender a verse. Pero el proceso toma el signo contrario cuando la persona se queda enca- Wvidad. Esto, en definitiva, quiere decir ividuo lo relaciona todo consigo mismo, subjetividad desemboca en una susceptibilidad table u otras reacciones defensivas sin que la proyeccién terpretacién. Obliga ir de cerca su propio entorno. Acerca enfoque a los ojos, a la punta de la nariz. Por lo tanto, la fa denota, en el plano corpor y, al mismo tiempo, desconocimiento de si mismo. El co- nocimiento de nosotros mismos nos hace salir de la subje- idad. Cuando una persona no ve claro, la pregunta clave «2Qué es lo que no quiere ver?» La respuesta siempre es la misma: «A si mismo.» 180 _ La enfermedad como camino La magnitud comoes se como si Sn. Este engafio se mn las lentes de contacto, porque en este caso se pretende disimular incluso que uno no ve claro. Imaginemos que de la noche a la mariana se le quitan a la gente sus gafas tes de contacto, ;Qué ocurriria? Pues que aumentaria la sin- ceridad. Entonces enseguida sabriamos cémo cada cual ve al que la vive. ‘poco clara» que ‘es su imagen del mundo, cudn sborroso» lo ve y cuan pequeita es su perspectiva. Quizé entonces a més de uno ccayera la venda de y vision de conjunto, Lastima que muchos s6lo ex- perimenten esta buena visiOn a distancia cuando la presbi- cia les impide ver de cerca. El daltonismo indica ceguera para la diversidad y el colorido de la vida: es algo que afec- ta a las personas que todo lo ven pardo y tienden a arrasar diferencias. En suma, un ser gris. La conju Como todas las i conflicto. un dolor que sé

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