Prélogo
Durante mas de veinte afios he escrito articulos y pronunciado conferencias, Mu-
chos de ellos tienen una forma insdlita —esto es especialmente cierto en el caso
de las conferencias— porque he utilizado métodos de composicién andlogos a los
que utilizo en el campo de la misica. A menudo mi intencin era decir lo que te-
nia que decir de una manera que resultara ilustrativa; es muy posible que esto per-
mitiera al oyente experimentar lo que yo tenia que decirle, en vez de simplemen-
te oirlo. Esto significa que, estando como estoy ocupado en diversas actividades,
intento introducir en cada una de ellas aspectos normalmente limitados a una o
varias de las otras
Asi fue que alrededor de 1949 pronuncié mi «Conferencia sobre nada en el
Artists’ Club de Ia Eighth Street de Nueva York (el club de artistas fundado por Ro-
bert Motherwell, anterior al popular asociado con Philip Pavia, Bill de Kooning, et
al.), Esta eConferencia sobre nada» fue escrita en la misma estructura ritmica que
usaba por aquella época en mis composiciones musicales (Sonatas and Interlu-
des, Three Dances, etc.). Una de las divisiones estructurales era la repeticién, unas
catorce veces, de una misma pagina en la que aparecia el estribillo «Si alguien tie-
ne suefio déjenle dormir». Recuerdo que Jeanne Reynal se levanté al cabo de un
rato, gritd y dijo, mientras yo seguia hablando: «John, te adoro, pero no puedo so-
portar ni un minuto més». Entonces salié. Mas tarde, durante el tiempo dedicado
a las preguntas, di una de las seis respuestas previamente preparadas, sin tener en
cuenta la pregunta formulada, Se trataba de una reflexién sobre mi compromiso
con el Zen.