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TEMAS DE LOS DOS TRABAJOS PRÀCTICOS PARA EL PRIMER

CUATRIMESTRE

EL OBJETO DE LA ÉTICA
EL SENTIDO DEL BIEN

El bien es lo que falta, lo que no está, lo que no se percibe a simple vista, y por
eso es deseado. Esa es la teoría de Platón. El Bien está en otra dimensión, la de las
ideas, no la de las cosas. El bien no es una cosa, ni un hecho, es una idea, es decir, un
ideal. Por eso nunca muere, y por eso, porque su naturaleza no es material sino ideal, en
la Tierra sólo existe el tormento. El dolor de no vivir el Bien absoluto, la tensión de
desearlo. Lo que sí se vive a diario es lo otro: la injusticia, y el mal.
Trasímaco era un hombre conocido en la Grecia clásica y floreciente del siglo V
a. de C.. Era un pragmático, militar y político exitoso, descartaba los ideales y el Bien
absoluto y sólo se inclinaba ante las exigencias de la realidad siempre distante de la
ética. En su célebre diálogo que sostuvo con Sócrates, Trasímaco sostenía con esa
convicción irreductibles de los hombres de acción: “La justicia es en realidad la ley del
más fuerte. Observa, candoroso Sócrates, que al hombre justo le va peor, en todo lugar y
circunstancias, que al hombre injusto. En el ámbito de lo público, el injusto saca buen
provecho, y el justo nada. Cuando uno y otro ejercen una magistratura, el hombre justo,
si es que no sufre además otros perjuicios, sufre al menos del obligado abandono en que
deja sus asuntos privados, sin aprovecharse en nada de los bienes públicos por ser justo,
y además se hace odioso a sus parientes y amigos al no querer favorecerlos en contra de
la justicia. Con el hombre injusto ocurre todo lo contrario... obtiene grandes ventajas
sobre los demás... De tal modo la injusticia, dice Sócrates, es más fuerte que la justicia”.
El Bien para Trasímaco lleva a la perdición individual, y el Mal, a la salvación y
al rédito. ¿Cuál es entonces el rédito de actuar bien? ¿Cuál es el sentido de la Ética?
¿Qué es la Ética?. Para Sócrates, la Ética es tender hacia el Bien ideal y absoluto aunque
jamás pueda alcanzarse. La ética es la conducta en aras de Bien. El ético es el idealista.
Sócrates creía eso y aseguraba que “es inevitable que un alma mala gobierne y
administre mal, y que un alma buena lo haga bien”. De manera que el bueno es el que
hace el bien a los demás y el malo es el que hace el bien sólo para sí, lo cual está muy
mal.
El injusto, según Sócrates, obtiene réditos individuales pero es infeliz porque se
queda solo. Se conduce siempre contra los otros. Y la soledad, aun en medio de la
riqueza, es la piedra angular de la desdicha. La soledad es la desaparición del diálogo.
Es el imperio de los que sólo monologan. El diálogo es el reino de la racionalidad, y el
monólogo es la pérdida de la razón: es la locura. Hay una relación nefasta entre
monólogo y poder. Si el poderoso no dialoga, se convierte en un tirano. Adviene el
totalitarismo, la expansión unilateral de una sola manera de ver las cosas. El tirano
siempre es para Sócrates un ignorante. Desconoce que la felicidad es el servicio
desinteresado a los demás. El que logra servir es el sabio, el que escucha al prójimo, el
que construye saber democráticamente, porque el saber jamás es individual. La
injusticia y el mal son la estrategia de los ignorantes, los que no saben que luchar por el
Bien es fortalecer los vínculos entre los unos y los otros, de los que desconocen que en
esa trabazón de lazos solidarios radica el bienestar más profundo.
LA MORAL DEL ARQUERO

Aristóteles fue el discípulo más lúcido de Platón, que fue a la vez el más lúcido
de los discípulos de Sócrates. Para Aristóteles existía una distinción fundamental entre
placer y felicidad. El placer es enfermo, alimenta al cuerpo pero no al alma. Los
hedonistas son muy infelices porque están condenados a conseguir siempre más placer,
y nunca lo consiguen del todo. La felicidad es apuntar al Bien como un arquero apunta a
su blanco. Es enfocar la vida hacia lo verdaderamente importante y no hacia lo menos
importante: se trata de apuntar hacia la belleza, hacia el amor y hacia el pensamiento. Es
decir, hacia la filosofía. El hombre sabio es el hombre sereno, el que no se esclaviza a la
neurastenia de conseguir regodeos superficiales, y por eso tiene paz; es el que sabe que
el placer se compra y que como se compra se vende; es el que sabe fundamentalmente
que lo esencial, que es el Bien, está al margen de toda forma de prostitución. Lo bueno
es lo que no puede comprarse ni venderse, es aquello que está fuera del mercado. El
Bien está en otra parte. Es saber y no es poder.

NIETZSCHE.
El idealismo helénico le repugnaba. Friedrich Nietzsche (1844-1900) reivindica
a Trasímaco. “La felicidad es una farsa, lo único que moviliza a los hombres es la
voluntad de poder. Sócrates y sus amigos son hipócritas”. Nietzsche sospecha del Bien.
Considera que los “buenos” inevitablemente tienen segundas intenciones. Cree que el
Bien es una mentira. Detesta las “cátedras de virtud”. Nietzsche es un filósofo de
combate constante. Para él nada es seguro, ni el Bien, ni el Mal. Prefiere la belicosidad a
la cándida moraleja. En todo caso, postula una moral “más allá del bien y del mal”, más
allá de las clasificaciones infantiles de valores y disvalores. El, Nietzsche, abrió los
senderos hacia la postmodernidad, hacia la postmoralidad que no juzga ni condena
porque “todo es relativo”. Tan relativo que hasta un genocidio puede ser digno de
perdón.

Jean Paul Sartre (1905-1980)


Coincide con Nietzsche en negar la existencia dogmática y sustancial del Bien y
del Mal. Pero afirma la superioridad ética de la libertad por sobre todo. Los que negaron
y erradicaron el derecho a la vida y a la libertad de los demás, no pueden gozar de ella
después como si no hubieran hecho nada.

Charles Buodelaire.
FLORES DEL MAL
Charles Pierre Baudelaire (1821-1867), el poeta maldito parisino, vivió
condenado a la desdicha. Perdió a su padre a los seis años, contrajo sífilis en su
juventud e intentó suicidarse a los 24 porque la madre se oponía a su matrimonio con la
actriz mulata Jeanne Duval. Cargado de resentimiento, el escritor embistió al mundo
con una obra de suprema maliciosidad: “Las flores del mal”. Enemigo encarnizado de la
belleza y las artes románticas, Baudelaire depositaba los versos de “Las flores....” en el
buzón de madame Sabatier, dueña de un salón literario, de quien estaba enamorado.
Escribió en su prefacio: “Este libro quedará sobre toda su vida como una mancha”. Le
Fígaro no tuvo compasión a la hora de juzgar sus versos: “Nada puede justificar a un
hombre más de treinta años, después de haber dado a la publicidad un libro lleno de
semejantes monstruosidades”. Más tarde, la justicia francesa lo multó por ultraje a la
moral. Baudelaire odiaba al Bien, y amaba al Mal y los demonios: “es el diablo quien
sostiene los hilos que nos mueven”.

A los 46 años, la sífilis finalmente embotó el cerebro del poeta, con lo cual sólo
podían tartamudear algunas maldiciones a las enfermeras del hospital donde estaba
alojado. Terca pero impávidamente, Baudelaire continuó endemoniado hasta en su
última agonía. “Las flores del mal” fueron rehabilitada por la Justicia un siglo después,
ya finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando el Mal, ya estaba legitimado.
LA ETERNA BATALLA ENTRE LOS QUE POSTULAN LA EXISTENCIA DE
VALORES MORALES Y AQUELLOS QUE SOSTIENEN QUE TODO ES
RELATIVO.
(Extraídos de la revista NOTICIAS, del 30 de diciembre de 1995)

TRABAJO PRÁCTICO
ACTIVIDAD:

1. Lea detenidamente todos los textos.

2. Reflexiones una postura relacionando el saber vulgar (doxa) con el saber


científico.(episteme)

3. Compare con nuestra época.

4. Exprese su propia teoría.

5. Haga una reflexión sobre el sentido de un hombre contemporáneo


posible.

EN EL HOMBRE ACTUAL

1. Identifique las posibles perversidades que se identifica con el planteo del siglo V
a. de C.

2. Imagine una utopía para construir un hombre ético en el hombre del siglo XXI.

3. Implica su construcción un hombre individual o un hombre social.

4. ¿Cuál serían sus diferencias?


TRABAJO PRÀCTICO:
ADAPTACIÒN DRAMATIZADA E TIEMPOS NUEVOS “EL MITO DE LA
CAVERNA”
EL TRABAJO SE REALIZARÀ EN GRUPO DE TRES MIEMBROS
Se puede trabajar con videos, películas, etc.
La presentación del trabajo será en el curso con una duración no superior a los 120
minutos.

TRABAJO PRÁCTICO DEL SEGUNDO CUATRIMESTRE

El trabajo Práctico final será la confección del “Código Ético Profesional” (SU
PRSETACIÓN SERÀ PARA FIN DEL SEGUNDO CUATRIMESTRE).

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