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MATILA C. GHYKA ESTETICA DE LAS PROPORCIONES EN LA NATURALEZA Y EN LAS ARTES POSEIDON Esta obra de Matila C, Ghyka es fundament para la investigacion de las relaciones entre la turaleza y las Artes. 'No existe una separacion absoluta entre el Al y la Ciencia, Aunque la Ciencia sea, esencialmen el estudio de Tas leyes de la Naturaleza, y el Ad fnos depare una imitacion Della de la misma Natus Teza, ambos conocimientos se hallan intimamer} vinculados. Desde los origenes de la civiizacion, los sabif se preocuparon de encuadrar las creaciones hombre (obra artistica) dentro de las proporcior] que. existen inmutables en los seres naturales través de los siglos. Estos estudios alcanzaron 5 etapas culminantes primero en Egipto, despues Grecia y posteriormente en el Renacimiento. Sf tes pindculos fueron Pitagoras, Platon y Leonart da Vinci. Este libro parte de los viejos tratados de Pe pectiva, de Matematica y de Arquitectura que ecieron abundantemente —en Italia y Alemania tun modo especial— en tiempos del Renacimient y va avanzando paralelamente, hasta los cono} mientos estéticos y constructivos mas recientes, dos direcciones: ia de la alta especulacion mat mitica que escruta las leyes de la Mecdnica celes y la del empirismo que analiza las normas de creacion estética a través del inmenso acervo wi versal legado por las artes plasticas. Se recorre asi todo el proceso de la Geomett estética, desde la simplicisima particion de Ia Lin recta, y'a través de las figuras planas (poligonos de lds volamenes (poliedzos), hasta los cuerp} regulates en el espacio de cuatro dimensiones, q habfan sido ya intuidos por el Analisis Mate tico. Comprendemos de esta suerte el triunfal mino recorrido en la Ciencia del Nimero y en Arte de la Forma, por la Humanidad, desde ymeto de Oro divinizado por Platon, hasta audaces concepciones de Albert Einstein Es ésta una obra, por consiguiente, que ha interesar no solo al artista plistico o al gedmetr: matemitico, sino también al naturalista, al fi} sofo, al esteta, al historiador y al literato y a tou los que se sienten atraidos por el desarrollo de. cultura humana en sus miltiples manifestacion: Se comprueba en sus paginas como el cre miento armonioso de los seres vivos se proyecta los principios matemiticos y en las reslizaciones a Arquitectura en las grandes épocas de la cult occidental, cuya culminacion y sintesis se encu tran en lo que el autor denorhina Ciencia Medit be ESTETICA DE LAS PROPORCIONES EN LA NATURALEZA Y EN LAS ARTES Del mismo autor: EL NUMERO DE ORO Vol, 1: Los Rrrmos Vol. H: Los Rrros MATILA C. GHYKA ESTETICA DE LAS PROPORCIONES EN LA NATURALEZA Y EN LAS ARTES EDITORIAL POSEIDON Titulo ori ‘TeaducciOn del francés: J. Bosch Bousquet al, Esthétique des proportions dans la nature et dans les arts Poscidon, S.R.L-, Buenos Aires, 1953 Poseidon, SL, 1977, Liansé, 51, Barcelona-15, Espaha Segunda edicién Printed in Spain Impreso en Expaa ISBN: 84-85083.06-7 Depésito legal: B,10.396-1979 ROMARGRAR, S.A. Juventud, 55, Hospitalee de Llobregat. Barcelona Lisa 1 Fra Luca Paccioli di Borgo, por Jacopo da Barba A Antoine Bibesco, en recuerdo de las charlas de Grosvenor Road. PREFACIO Un dia, mientras examinaba un lote de libros italianos en la pequefia sala donde los seriores Sotheby, Wilkinson y Hodges exponen las bibliotecas destinadas a dispersarse al golpe del martllo, me intrigé la extrana a la par que bellisima encuadernacicn de un volumen en 4? sobre cuya piel oscura ucla el oro mate de un grupo de elefantes al tresbolillo, y, al hojearlo, vi magnificas éminas en negro que representaban figuras de Geometria del es pacio, cuerpos regulares, semirregulares, etc., de una original ejecucién, que engastcha los vokimenes como moldes en la armazén vigorosa de las aristas. En el frontispicio estaba la fecha de impresion, 1509, Venecia, y encima el titulo, de wna serena audacia: De divina Proportione. Atravesaba yo justemente por un periodo en que los viejos tratados de Perspectiva, de Matemética o de Arquitectura me atraien por el sabor de sus ilustraciones, Iniciado en este gusto por los pintorescos croquis y bosquejos del Tratado de las Proporciones de Durero, que comprara un dia en aquella ‘misma sala de Bond Street, habia adquirido alli sucesivamente a hermosa edicién veneciana de Palladio, los Tratados de Perspectiva de Vignola, de Damiel Barbaro, Patriarca de Aquilea —que fue embajador de Venecia en la conte de Eduardo VI-, los pavorosos vohimenes de Gnoménica, Catdptrica, Escenografia e Hidrdulica, del Padre Atanasio Kircher y de su correligionario Gaspar Schott, ete. Recorriéndolos, me habia sorprendido en el primer mo- ‘mento y luego confundido ante la vasta cultura matemética exhibida por Tos pintores, arquitectos 0 estetas aficionados del Cinquecento. Recientemente habia leido un libro interesamtisimo y deliciosamente ilustrado, The Curves of Life ®, en el cual un critico de arte contemporaneo, Sir Theodore Cook, a la vez que desarrolla puntos de vista muy ingeniosos sobre el papel de la espiral (de cierta espiral en particular) en el Arte y en la Vida, demuestra —especial- mente por lo que toca a Durero y Leonardo da Vinci— cuén seniversales eran © Constable y Comp, editores. 12 Esrérica pe as Proronciones . la curiosidad y los conocimientos cientificos de los grandes artistas del Re- nacimiento, Examiné, pues, mas de cerea el texto en letras géticas del libro de Tos lefantes y, con gran sorpresa, comprobé que la divina proporcién preconizada por Fra Luca Paccioli di Borgo (tal era el nombre del autor hasta entonces desconocido para mi) con el fanatismo imperioso de un Savonarola, ert el mimero de oro caracteristico de la espiral elogiada por Sit Theodore Cook, quien descubre su empleo consciente en las obras de Fidias. Fra Luca la atri- buia triunfalmente al divino Platén. Decidido a procurarme el viejo texto, autoricé al mozo de sala que habi- tualmente hacia mis comisiones para que pujara en el remate hasta cinco ‘guineas, suma respeiable para sn logogrifo matemitico. Pero yo no habia con- tado con la encuadernacién, y asi, cuando al dia siguiente me presenté para tomer posesién de la obra, se me contesté que habia sido adjudicada en veinti cinco guineas a un biblisfilo norteamericano, Algiin tiempo después de este fracaso, cays en mis manos un estudio publicado en Norteamérica bajo el titulo de Dynamic Symmetry: The Greek Vase, ex el cual Jay Hambidge exponta sobre los cdnones geométricos empleados en las grandes épocas del Arte su nuevo criterio de los reeténgulos de médulo estitico o dindmico. Su teoria, aunque diferente de la de Cook como punto de partida y como aplicacién, convergia también a la preeminencia —entre los diferentes recténgulos dindmicos— de aquellos cuya estructura se relaciona con el famoso miimero de oro, Parecia apuntalada por centenares de medidas rigurosas efectuadas por el doctor L. D. Caskey, Conservador de Antigiie- dades Clisicas del Museo de Boston. Esto me sirvié de estimulo para revisar el libro de Paccioli y sus bellas Iéminas atribuidas —ahora ya lo sabia— a Leonardo da Vinci, amigo intimo del autor. Sabia ademés que Durero, recomendado probablemente por Jacopo da Barberi, tuvo que emprender en el otono de 1506 la cabalgata de Venecia @ Bolonia, donde residia Paccioli, para ser iniciado en los arcanos de wna perspectiva secreta. La obra figuraba felizmente en la biblioteca del British ‘Museum, y le consagré una neblinosa tarde londinense. Del texto, apretado entre las niveas margenes, brotaba de nuevo el dspero entusiasmo del monje ebrio de bellesa, Encontré alli también, al resplandor del gran incendio de las ideas del Renacimiento, la austera claridad de la amiorcha traida de Egipto por Pitdgoras, , dorada por la sonrisa de Platén, era propiamente la brillante mistica del Niimero Puro, rigiendo y traduciendo todo orden, toda belleza, desde el suspito de la flewta hasta la armonia de las esferas. Como el audaz geémetra que antaiio concibié la Gran Pirémide, como los arquitectos ¥y fildsofos del siglo de Pericles, el minorista de Bolonia y sus Pazracto 3 (que fue su profesor de Geometria), Alberti, Leonardo da Vinci, Jacopo da Barberi (que fue su discipulo), erefan que en ‘amigos, Piero della Francesca la naturaleza viva y en el arte, que es su emanacién, resuena indefinidamente esta ley del Neimero, Bramante, Rafael, Miguel Angel, Vignola, pensaban del mismo modo y estimaban también que el conocimtento completo de la Geometria, la meditacién profunda de la Ciencia del Espacio eran indispen- sables a aquellos que con el pincel, el cincel o la cuerda debian crear o fijar Tas formas. 2Exageraban tal vez? Pero ¢acaso no exageramios nosotros en sentido contrario? “Los arquitectos de este tiempo —dice Le Corbusier ), arquitecto él mis- ‘mo no tienen el concepto de los volimenes primarios. Jamas se les ha ense- ado esto en la Escuela de Bellas Artes’. El movimiento cubista, tan revolucioncrio en apariencia, fue una reaccién, ‘no siempre consciente, de sus razones profundas contra esta enfermedad, El estudio teérico de la forma en si, contorno o volumen; el examen mate- miético de la estructura general y del crecimiento de los seres vivos, por un lado, de las creaciones del arte decorativo, pléstico 0 monumental, por el otro, parecen propiamente denunciar la recurrencia de ciertas proporciones titles 0 simpéticas, y, por lo general, ambas cosas a la vez. {Nos complacen porque el ojo ha experimentado la larga disciplina de su costumbre, o porque son precisamente los pélidos reflejos de la trascendente Ley de los Nrimeros? Sea de ello lo que fuere, receta de capataz despejado, estropeado talismén de roswcruz retido con Vehme o fantasma de Arquetipo a la deriva, la divina proporcién de Luca Paccioli se revela, por cierto, cuando se le adjuntan caracteristicas notables, tanto por sus cualidades extraordinarias como constante © como invariante algebraico, cuanto por la fecundidad de las aplicaciones a que se presta su manipulacién gréfica. Estas reflexiones, esbozadas bajo la tranquila cipula de la Royal Library, notas tomadas después al azar de los viajes y de las lecturas, el estimulo, en fin, de Lucien Fabre, poeta y matemético, que un dia encontré en casa del amigo comin que cito en Ia dedicatoria, dieron nacimiento al presente libro, cuyo plan estd indicado por los titulos de los capitulos, El mm estulia, en particular, los poligonos y poliedros regulares y semirregulares, es decir, las entidades geomeétricas fundamentales en morfologia, tanto desde el punto de vista de sus propiedades comunes como de sus caracteristicas personales, por decirlo asi, manifestadas en la estructura de cada uno de ellos. Las construc: ciones geométrieas de los diagramas y de las Iiminas que ilustran el texto son casi todas elementales y faciles de reproducir mediante la regla y el ©) Hacia sna arguitectura, Editorial Poseidon, Barcelona 4 Esrérica pr LAs PRoponcrones compas. Por el contrario, he dejado pasajes (en lo posible rezagados en las notas) cuya armadura algebraica tiene a veces apariencia indigesta, Pero, aparte de que no serin inidtiles a quienes interese especialmente el aspecto tedrico de los sistemas esboaados en la obra, podrén también recordar a los demds que toda armonia puede expresarse o simbolizarse por niimeros y que, a la inversa, de los mimeros y de las notaciones mateméticas que traducen sus relaciones, se desprende a menudo wna armonia rimada que justifica la exclamacién de Spengler: “La Matemitica es un arte verdadero, junto con las artes plisticas y la ntsica” Los resultados que he sratado de coordinar en este resumen de Geometria y Estetica, se deben a las investigaciones de diversos autores. He citado antes 4 Sir Theodore Cook y a Jay Hambidge, a cuyas obras he acudido con fre- cuencia, asi como al estudio aiin més reciente ©) del arquedlogo noruego F. M. Lund, sobre los trazados géticos. En homenaje a Luca Paccioli se reproduce, encabezando el libro, su re- trato por Jacopo da Barbari. Sobre el fondo negro del cuadro dominado por la austera figura encapuchada por la tosca saya, flota —enorme joya— wn poliedro arquimediano de cristal sombrio; a la izquierda, sobre la tapa de un voluminoso libro de miiltiples brockes, reposa, tallado en mérmol blanco, il corpo nobillisimo supra gli altri regulati ditto el duedeced:on. . © Ad Quadratum, por F. M, Lund, 2 volmenes; traduccién inglesa publicada por Batsford, editores, Londres. También hay una francesa hecha bajo los auspicios de les ediciones Morancé. Caviraco 1 DE LA FORMA EN GENERAL Beauty is fimess expressed Generalidades sobre la evolucién de las formas.—La evolucién morfo: ogica de una especie viva en el curso de las edades, por ejemplo, del caballo, de tal o cual grupo de peces, de ceticeos, etc., sugiere la de un tipo de meca- nnismos, de aparatos adaptados a un fin, conformados durante un largo transcurso de generaciones, tal como, verbigracia, la evolucidn de la forma de las embarcaciones y navios desde la prebistoria, En uno y otro caso hay series de esfuerzos, de tanteos, de ensayos més 0 menos felices, con fijacién de tipos iitiles y soluciones que difieren segin las condiciones de vida o de empleo Cadaptacién al medio). No se tienen noticias de una produccién de tipos occidentales por com- inaciones Kaleidoscdpicas; el esfuerzo continuo, paciente. parece desempefiar tun papel preponderante, mientras que los accidentes, el azar, intervienen —no como creadores~ sino en especial como eliminadores de los tipos menos aptos. Una casacteristica comiin a los mecanismos, herramientas 0 medias de trans porte obtenidos por Ientos tanteos, y a las formas animales evohucionadas con tuna lentitud todavia mayor, es su perfeccién desconcertante desde el punto de vista préctico de su empleo 0 de su funcionamiento en su. medio normal. EI ingeniero naval y el marino comprueban hasta qué punto la superficie de carena de una piragua de salvaje o del pescador de esturiones de las bocas de! Danubio es en todo y por todo la forma dptima que responde a las respectivas condiciones de navegacién. Obtienen i éntica impresién cuando examinan las formas de un tiburén o de un cetéceo, Las curva y superficies de carena conseguidas directamente por el célculo y 1a mecinica aplicados a la teoria del navio, son a menudo idénticas a las que Fesultan de la evolucisn gradual en el caso de los barcos y de los peces. Son dos Procedimientos diferentes para resolver el mismo problema (*). La distin reac) Et Primer procedimiento eorresponde en Filosfia a le hipétesis del finalismo *eacionisa, para el cual la perfecciin mecinica teleolégica de los organismos vivos es cién no ¢s tan absoluta cn la préctica, pues la construccién del ingeniero rara vez es definitiva al primer intento: Ja comparacién de los tipos de automé- viles durante los ultimos veinticinco afios revela una evolucién muy gradua- da a pesar de su rapidez. La formula Beauty is fitness expressed (Belleza es aptitud expresada) ©, que encabeza este capitulo, es intraducible en su brevedad, Diluyamos: El sentimiento de la perfecta adaptacién de un objeto o de un animal a su razin de set (o a sus condiciones de vida), sugerido por su forma a nues tro subconsciente, es Jo que causa el placer estético que procura su contem- placién. PMs arriba he hecho constar o6mo las embarcaciones de ls hordas pri- ritivas, las herramientas, los mecanismos, los medios de transporte comunes, evolucionades por adaptacién lenta, tuvieron formas mecénicamente perfec tas desde el punto de vista de su empleo prictico. Estos instrumentos nos procuran ademés una satisfaccién estética que en vano buscariamos en la simple chucheria, La fitness Captitud) en cuestién, en un objeto por ejemplo, puede re lacionarse: 1°) Con condiciones puramente estiticas, como en el caso de tun puente, de una casa, de un vaso Ceconomfa de peso, de volumen, esta: blecimiento del perfil éptimo que da la seccién de mayor resistencia 0 de equilibrio de las fuerzas de corte y de flexién, y también, en el caso del vas, 0 del flotador, de un perfil que da un nivel de estabilidad suficiente para hacerlo recuperar su posicién inicial cuando se la haya alterado}; 2°) Con condiciones dindmicas, cuando el objeto esti destinado a efectuar un movimiento, como en el caso de un coche, un navio Cligereza, solidez de co- nexiones, minimo de pérdidas de energia debidas a) rozamiento, seccién 6p- tima en cuanto a la resistencia del aire o del agua, etc.). Los animales, pé- jaros, peces, satisfacen perfectamente las condiciones complejas de los objetos de la segunda categoria y son mecénicamente perfectos desde el punto de vista de la distribucién de los pesos, perfil de mayor resistencia, estabilidad estitica 0 dindmica para su medio normal, y, en general, su aspecto nos pro: porciona una sensacién armoniosa. El cisne y el pato estén admirablemente equilibrados para flotar, pero no para caminar y si cuando nedan nos dan vuna impresién de perfecta armonia, pueden parecer ridiculos cuando cami- nan, El ganso es ya una solucién transitoria entre Ja vida acuética y Ja vida 1a reali eh lel plan de una conciencia suprema que, como al ingenietc, da las penmaznse el problema y ealeus 0 intuye su aolucin de inmediato, sin tanteos ex ales: el segundo comresponde a la evoluciin creadora bergoniana hte de Caen et 1 el fees : texrestre; es menos bello que el cisne, menos armonioso que el pato como flotador, pero, a la inversa, €s menos ridiculo como paseante, De igual modo, un caballo o un gato son bellos cuando caminan, y pro ducen una penosa impresién cuando nadan. Las plantas, por whimo, sa tisfacen en su perfil y en Ja distribucién de su peso, las mejores condicio nes de forma y de resistencia en relacidn con su crecimiento y su ciclo vital, y también son armoniosas a Ja vista, La correlacidn entre el éxito estético y el equilibrio estitico o dindmico, Ja adaptacién a su fin de un objeto, de un mecanismo o de un animal, tiene su importancia incluso cuando sélo se trata de su imagen, de su pro: yeccidn més o menos deformada en el arte representative 0 decorative, Seré, pues, natural encontrar nuevo este paralelismo en el arte decorative apli- cade. The first necessity of sound design is fitness for use (La primera necesi- dad_del dibujo puro es su idénea aplicacién préctica) decia el prospecto de Is Sociedad Design and Industries Association (Asociacion de Industrias y Dibujo), fundada en 1915 para la cooperacién entre los artistas y los fabri cantes de objetos usuales, y el Times ® aprobaba el manifiesto con estas atinadas palabras: “Nuestro error en todas las artes aplicadas ha sido suponer que habia incompatibilidad, conflicto inevitable entre las facultades artfsti- cas, por un lado, y las facultades mecénicas, cientificas 0 comerciales por el oto porque, de hecho, el arte y el sentido comin no tenian ningin punto de contacto. Pero no se puede Cen arte aplicado) tener arte sin sentido co- miin, ni sentido comin sin arte”. El vaso destinado a contener agua, alimentos, etc., y que cumple todas Jas condiciones de estabilidad, solidez y comodidad prictica, requeridas por el empleo a que se destina, satisfari también al sentido. estético, y de aqui el encanto especial de los jarrones, de las alfarerias primitivas 0 popu lares, Se trata de alfarerias populares realmente evolucionadas por el uso y no de las que han sido hechas conscientemente en un estilo ingenuo o pri ‘tivo, porque lo primitive esté de moda. Sin embargo, aun este primitivo artificial puede tener, al menos por la sencillez de sus Kineas, una superior dad estética sobre las reproducciones comerciales de otros estilos sentidos con poca sinceridad o sobre las formas artificiales concebidas por prutito de nevedad, como ocurre por ejemplo con el estilo moderno. Simbolismo de Ia forma, — Aparte de los vasos especialmente destinados al cotidiano uso prictico y a los cuales bastan Ja solidez, la estabilidad y la sencillez. de lineas para conferirles un encanto estético, hay otros que tienen ( Nameto del 17 de mayo de 1915. 18 Esrérica pe LAs Proroncionss tun cardcter o:amental premeditado, como los vasos griegos, las Snforas grie- gas y romanas, los vasos destinados a la omamentacién de jardines (Roma imperial), los destinados a contener flores (China), los rituélicos que fueron importantes accesories del culto en casi todas las religiones. En estas cate gorias, las formas copiadas de las flores y los frutos parecen haber provisto especialmente Iineas que, por una parte, se adaptan a las necesidades pricticas y, por otra, satisfacen el sentido de las proporciones armoniosas y la busqueda del simbolo, Las Iineas de la flor, del fruto, y hasta del huevo, no son solamente perfiles de mayor resistencia C“ophélimité” estética) y de crecimiento armonioso Csugestién dinémica), sino también formas que evo- ‘can directamente las ideas de germinacién, de florescencia, de fecundidad, y que desempenan un papel primordial en el simbolismo subconsciente de la humanidad. La forma de flor o de fruto que tiene el vaso, en general, y la copa en particular, sugiere también la idea de ofrenda Cla copa biidica 0 taoista, el ciliz gético, el loto y el lirio). Lo que es verdad para el perfil en general, se aplica también a los de talles; los motives en relieve, tanto como los grabados 0 pintados, tienen a menudo un simbolismo floral: el loto en Asia y en Egipto, el jacinto y el clavel en el arte cretense, y Iuego en Ia cerémica musulmana del Asia Me- nor y de Rodas, la rosa y el lirio, que en el arte decorativo occidental reempla- zan al loto, descomponiendo los elementos de su simbolismo. En arquitectura, las columnas egipcias y griegas se inspiran en el perfil ‘itil del dcbol y copian, como mis tarde la columna gética, su ormamentacién Ccapiteles, follajes) de las formas florales; los temas simbélicos del ereci miento, de la fecundidad, se agregan todavia a la armonfa estética dada por la mejor distribucién de los pesos y de las resistencias. Simbolismo de la linea en la pintura del Extremo Oriente Asidtico.— EI simbolismo directo o alegérico, la accién evocadora sobre el subconsciente de Ta forma de un objeto estructurado, de una construccién humana o de un sex orginico y de la Kinea que traspone una de estas formas al arte repre sentativo 0 decorativo, han desempefiado un papel mayor en las civilizaciones asidticas que en la nuestra; al igual que su sentido del color, su sentido de la forma es agudo y sutil y se manifiesta continuamente en sus relaciones préc- ticas 0 especulativas con el mundo exterior. El formidable empuje del misticismo gético y el simbolismo decorative que lo acompaié, presentan en nuestra civilizacién una onda auténoma ori ginal que tiene puntos de correspondencia con la estética asidtica. Més tarde, como reaccién natural, y con el oleaje del neo-humanismo, que llegé a ser parasitario, la alegoria reemplazé al simbolo. Por su parte, la especializacién técnica de la civilizacién curopeo-americana impidi6 que nuestro sentidy De ta Foraa GrNeRar. lo estético conservara o alcanzase en ciertos dominios el grado de finura y de gusto adquirido desde tiempos remotes por los pueblos que vivieron en una comunin mistiea con las formas y las fuerzas de la naturaleza (de una na- turaleza —debemos agregar para descargo nuestro mis exuberante, més rica en vida, en formas, en colores y en sugestiones que la nuestra). Tanto el japonés como el hindi y el chino cultos admiten el ingenio de nuestros in ventos téenicos y de nuestro maquinismo y le eficacia de nuestra organiza- cin industrial 0 militar; pero, en cambio, desde el punto de vista ético u estético, les parecemos bastante birharos; nuestra concepcién representativa de la pintura y de la plistica (muy debilitada, por lo demds, actualmente) sti para ellos al margen del arte, y, en cierto modo, equidistante de la Fotografia y de los dibujos para eatélogos comerciales. Esta severa apteciacién no es demasiado injusta si se aplica a Ia produccién europea del siglo x1x, en cuyo transcurso se vio, ademis, atrofiarse el sentido de las. proporciones que, no sélo bajo su forma critica, sino también como generador de com- posiciones arménicas, habfa sido durante miles de afios el patrimonio indu: dable de la civilizacién mediterrénea . Los demés capftulos de este estudio estén justamente consagrados a lo que fue la concepcién mediterrinea de la armonia aplicada a los volimenes y a las superficies; en éste, me extenderé todavia algo més, para no volver Sobre ello en Jo sucesivo, sobre el simbolismo directo de la forma, tal como lo entienden —en especial— los artistas del Extremo Oriente asiético. Pues, si nuestra irradiacién artistica sobre las otras razas no es ya muy fuerte ni muy feliz, el fenémeno inverso es, por el contrario, muy marcado: el prestigio del arte asistico y, especialmente, del arte del Extremo Oriente, sobre Ja mo: derna estética europea parece inmenso. El fendmeno no es nuevo, y se ha producido reiteradas veces al corer de la historia (Bizancio, Cruzadas, in: fluencias persas, egipcias, arabes en Espaia, invasién de formas y motives chinos durante los siglos xvit y xvi), pero la ola de ascendiente asiético que naciera en el siglo x1x, luego de abrirse los puertos chinos y japoneses al twifico maritimo europeo, no ha hecho sino ganar en fuerza, sobre todo desde (© Observemos qu, pana ser cmpletmente equitativos, que este sentido de a eopcin por nemelinal ae georbudat de Gadhac” bl St huela a etatuaia y ly pinta binds, chines y japonesa. Es diel imaginar Lo Give ubita ei el arte eign de Asi sin la fonaein, por una pare del ejecta de Aleandio, de ese pequetio eina helnizante en Ios confines de ts India. Dulefcado Dr tira sensuildag, espirtvalzado. por el_amargo rendnciamiento eyes perumes se merc con el incienso metafsico de Sakya-Mouni, fc el canon griego de I beleca hhuriana el que guid a los autores de ls frescos de Ajants, de la pinturos y eae de Tilo de" Nara, y tun poco mis tarde, en Javay el modlador annie de Ix dia de ln Tntnta Sabiduda”¢ Prajapacanita de Borobodue 20 Esrisrica pe Las Propon que el mundo artistico europeo y americano se puso en contacto con les producciones de las grandes épocas del Japin y de la China. I estudio de las teorias estéticas y filoséficas de la India, de la China y del Japén trajo también un contacto mis fntimo con la esencia de la concepeitn del mundo, de Ja actitud hacia la vida adquiridas por esas ci vilizaciones sobre bases tan diferentes de las nuestras, y esta influencia len- tamente progresiva es un desquite inesperado de Ia vieja Asia, dicho sea, por Jo demés, en honor de Ja facultad de comprensién de los birbaros cientificos de Occidente. in la contemplacién de un paisaje, el chino, por ejemplo, no se emo: ciona solamente por la percepcin directa de la pujanza viva de la selva, del Arbol o de Ja Flor, ni por las ideas de crecimiento, de fecundidad, de lucha, de juventud, de decadencia, de muerte, que un bosquecillo de bambiies, un frbol en flor 0 cubierto de frutos, las flores marchitas 0 los Arboles ya sin vida presentan en su espontinea naturaleza, sino también por las ideas menos evidertes sugerides a un tiempo y en conjunto por las propias Kineas del paisaje. Toda estructura geolégica local y las formas resultantes que son el esqueleto del paisaje, representarén el residuo, la huclla cicatrizada de un conflicto de fuerzas naturales; una montafia recordaré un violento espasmo fisico que levanté la corteza terrestre y que, en vez de quedar olvidada como una cla del océano, deja un efecto que mucho tiempo después de Ia desape- ricién de la fuerza misma, evoca su intensidad y fija su recuerdo, “Todo paisaje es asi la huella de un conflicto dinémico que fue actual, y la evocacién de ese conflicto es lo que interesari mis que nada al paisajista de Tas grandes épocas chinas, y en ningtin caso Ja representacién grifica 0 fotogrifica de un conjunto de detalles. Es un impresionismo particular de Ja forma, la idea de la silueta caracteristica del paisaje, continuada luego con tanto éxito en el Japén por Hokusai y Hiroshige. A esta silueta —evocadora en si misma~ que sirve de fondo o de armadura, el pintor podré agregar otros temas: drboles en flor, patos dormidos, cascadas; y alli buscaré también las lineas que resumen la impresién de crecimiento, de reposo armonioso 0 de renovacién perpetua que el drbol, el pijaro o el torrente Te hayan sugerido, ¥ no stt reproduccién fotogréfica, Por lo mismo, no pensar en reproducir el detalle de los efectos dptimos de luz y de sombra que un paisaje pueda pre- sentat en un momento dado a un cierto observador, sino que respetard o atin dis- cemiré lo que, segén él, es la esencia, lo invariable del paisaje: deseo, fuerza, melancolia, armonia, etc. Y en las nubes 0 en Ja bruma con que podré inun dar la cima de una montaha o el fondo degradado de su cuadro, trataré de evocar la impresién de lejania melancélica 0 fantistica, de vago ensueo, ¥ no la correcta representacién de las nubes en un instante dado. Esta escuela de pintura china en gue el misticismo taoista se depura por De 1a Forata ex GENERAL Ja metafisica budista , que alcanzé su apogeo en la época de los Tang, com- bina, pues, en cierto modo con el esquematismo condensado de la silueta egipcia Cjeroglificos), las teorias del futurismo dinémico (Boccioni, ete.) y los medios de accién de la musica induetiva de estados de alma (Wagner). Resonancias anélogas se acusan, por lo demés, en las obras de nuestros gran- des primitivos y, en el otro extremo de un ciclo casi vuelto al punco de partida, en las de ciertos postexpresionistas. Sefialemos aqui como caso curioso de convergencia, Ja fase poco conocida de la escuela cubista-dadafsta japonesa del siglo xm. Simbolismo de las formas en la pintura decorativa, — En el arte decovativo puramente ornamental, por ejemplo, en el que los alemanes Iaman Flichen Malerei o decoracién de las superficies, pueden de igual modo interven.r ne- cesidades morfolégicas. Aun cuando los motivos de decoracién no aspiran a evocar objetos o animales concretos, sino que son temas simbélicos estilizados © geométricamente abstractos, la forma y la disposicién de las superficies co- loreadas, independientemente de sus colores, procuran efectos més 0 menos felices, mis 0 menos agradables, segiin que estas leyes, dificiles de discernir, sean més 0 menos observadas, Las posiciones respectivas de los centros de figura en los motivos propiamente diches, y su posicién en relacién con el centro de figura del conjunto de la superficie decorada (comprendiendo el fondo sobre el cual se destacan los motives) desempefian un gran papel. Cuando los motives simbolizan animales 0 plantas Cérboles, flores estilizadas, lotos, liios, claveles, jacintos) cada uno de ellos debe conformarse hasta cierto punto a condiciones de equilibrio y de posibilidad orgénica; cuando los motives no de- penden més que de un simbolismo abstracto (independiente de la evocacién de un organismo real 0 fantistico) estas condiciones de equilibrio orgénico particular desaparecen, Sin embargo, aun en este caso extremo, el ojo relacionés ficticias entre los motives abstractos y el fondo sobre el cual se destaca, y ciertas disposiciones lo satisfacen més que otras (. Los temas de simbolismo puramente dindmico pueden evocar, sea la trayectoria de un cuerpo mévil, sugiriendo asi Ja idea general de su movi- miento, sea la representacién de un ambiente en movimiento. En el primer caso puede tratarse de la trayectoria de un mévil consciente o de fa de uno mecinico o aun abstracto que obedece a una ley puramente cinética que se © Véase en la Reoue des Arts Asitiques, de junio de 1925, el articulo de Sergio Blissey sobre el papel de Ja filosofia Zen en Ia vida y en Ia obra del gran paisaista Japonés Sessha (1420-1506), monje y_pintor (9 A menudo parece exigit, por ejemplo, que el contro de figura o el eje ce un sistema de motivos coincida con el centro de figura (o el eje) del conjunto de la super fice © marco considerado. Esto se aplica rigurosamente en herdldica Esréica px LAs Proronciones reduce, en general, a la evocacién de un movimiento uniforme o periédico. En el otro caso Cevolucién de un ambiente en movimiento), el resultado se ob- tiene por una disposicién de lineas de fuerza que sugieren un remolino 0 una ondulacién 0 mezcla de estos dos movimientos, como por ejemplo, los estudios de los torbellinos de espuma por Leonardo da Vinci; los motivos del trueno, de las olas, de la cascada en la decoracién china, las olas en la escuela de Korin y en Hokusai. Los dinanrstas modernos en pintura partieron de este Principio, pero sus obras fueron a menudo desagradables porque ignoraban las leyes de verosimilitud cinética que un Leonardo o un Korin respetaban siempre consciente 0 intuitivamente, Lo que es comin a ambos casos, es la evocacién del movimiento en si, simbolizado ora por la trayectoria, ora por Jas lineas de fuerza; la representacién del mévil o del ambiente mismo es esquemética e incluso suprimida, y la impresién simbélica del movimiento uniforme o ritmico podré darse al pasar al limite Ia serie continua por la simple repeticién de un motivo (la greca, el Key-pattern).. Giertas pinturas representativas podrén contener también un elemento decorativo que actie independientemente del conjunto y provoque suges tiones psicodindmicas (un vuelo de péjaros silvestres podes sugerie el deseo, €l esfuerzo cuyo resultado es Ia trayectoria en el espacio), dinémicas simples Ctorbellinos, olas) 0 ritmicas (por la simple repeticidn de un motivo). El en- canto de las perspectivas geométcicas en los cuadros de Canaletto se debié en parte a la sugestién obtenida por las series de columnas, de ventanas 0 de pavimentos, y la disminucién progresiva de las dimensiones que convergen hacia el punto de dispersiin da una impresién de ritmo en amplitud unifor- memente decreciente, como el ondular de una ola que va a morir sobre la playa, o una melopea que se extingue (limina 2). Por el contrario, el ritmo sugerido por la repeticién de un motivo sin deformacién perspectiva precon- cebida es el de una ondulacién continua, sostenida (. La arquitectura, en cuanto arte mayor, es decir, considerada independiente- mente de sus detalles omamentales 0 de las propiedades decorativas de sus superficies, actiia sobre nuestra sensibilidad estética por un simbolismo mis abstracto, pero de idéntica complejidad que el que acabamos de examinar suma- riamente. En los capftulos que siguen nos veremos en el caso de separar algu- ( En tanto que como regla general y conforme al punto de vista expresionista bosqucjado més arriba, cl pintor chino no se ocupa de perspectiva; su canon le impone ‘por paradoja— desde el momento en que hace figurar en su obra un edificio cualquiera alco, templo, pabellén) Ia perspectiva rigurosamente isométrica que sélo’ los. srqui tectos emplean en Europa y en la cual el zespeto a la igualdad de los éngulos y al patalelismo de las rectas produce justamente este ritmo sottenido. La lémina 3 reproduce ‘una pintura de este género. El canon isométrico no se aplica més que a las partes arqui tecturales, recuperando el artista su libertad absoluta para el resto del cuadco. nos de sus componentes. Recordemos desde ahora que en ella se encuentran a menudo, planteados casi del mismo modo, los problemas de Ja distribucién de los pesos y del perfil 6ptimo, resueltos inconscientemente por las plantas. No debers, pues, causarnos extrafieza el hecho de encontrar, a veces, el trazado general de una construccién humana (casi, torre, etc.) 0 de sus partes (eo; Jumna, escalera establecido sobre un tema parecido al que estudiaremos més adelante con el nombre de crecintiento ermonioso. Estos temas, estas relaciones encerradas en las formas naturales, 0 creadas por el artista, despiertan resonancias logicas o afectivas en el que las con templa. Cuando In percepcién de estas relaciones —definiciém del juicio en gencral— es consciente, practicamos la Estética, ciencia de las relaciones ar Cariruvo Il DE LA PROPORCION Pero es imposible combinar dos cosas sin wna tercera: es preciso que exista entre ellas wx vineulo que las una. No hay mejor vinewlo que el que hace de si mismo y de las cosas que une tun todo tinico e idéntico. Ahora bien, tal es la rnaturaleza de la proporcién. Pearox “Time” E] segmento rectilineo determinado por dos puntos es en Geometria, en Mecénica y en Arquitectura, el elemento més sencillo al que se pueden apli- car las ideas de medida, comparacién, relacién. La operacién més féeil a que conducen estos conceptos es la eleccién de un tercer punto cualquiera, pasando de la unidad a Ja dualidad para llegar a enfrentarse con la Proporcién, La divisién en dos de un segmento dado de Kinea recta AB por la elec cin de un tercer punto C situado entre A y By designando por a, b,c las longitudes respectivas de los segmentos AC, CB, AB, medidas con un sistema de unidades cualquiera (sistema métrico, por ejemplo) da lugar (fig. 1) a seis razones posibles y diferentes: a oe b Bb « 4 4 2 2 - . ab bea cs deci, las tes razones +, 2, sus inversas 7, £ Las proporciones mis sencillas légicamente entre el segmento ¢ = AB y sus partes componentes a = AC y b = CB se obtienen igualando dos ra- zones cualquiera de estas seis, de donde resultan quince combinaciones “) (1 EL mamero de ecuaciones obtenidas al igualar dos razones cualesquiers de las seis posibles entre tras cantidades ee quince, porque el nimero de combinaciones de im abjetos pa p, es cha MOMaD GHD oo Gnopt D ” 123.07 De La Prororcion ‘ocho de las cuales deben rechazarse, y las siete restantes se reducen (suprimien- do las combinaciones idénticas donde figuran las razones inversas) a cuatro que s¢ pueden clasificar asf @: vo alk @ | Dos combinaciones que conducen al mismo a ob \ resultado a = bo AC = CB. ba Puesto que C equidista de Ay B,setienela 4 A Cys particién simétrica Cfig. 1, b). cee 2 a a a ae er eee Por ser ¢ = a + b, esto equivale a: a, ¢ : ath Fro. 1 b a +b y siendo evidentemente superior a 1, 1o mismo sucede con = luego a es mayor que b, y el punto C esti més cerca de B que de A. te donde: © He aqut el detalle [Las quince igualdades imaginables pueden clasficarse en seis grupos @) L ¥ estas tres igualdades conducen al mismo resultado b = c, es decit CB = AB, que fe desecha, pues al coincidi entonces el punto C con A no habria particién, ® de donde resulta a = ¢ 6 AC = AB, pues es un caso limite que, igualmente, se elimi- nna, y tampoco hay particiéa porque C se confunde con B. cc) 26 Esrérica ps Las Paororcionss AC _ AB <= > puede traducinse ast: tenga sentido, es igual, en valor absoluto, a La rafe menor xp ‘que es siempre negativa, porque a debe ser ite El producto de las dos rics (para un mismo valor de a) es siempre igual «a. Poniendo Tt ra Te x = limite a + Vat Va, xy =~ lim De xa ProronciOn 33 w= Gavin de Ja circunferencia a su diimetso) = 3,14159265, _BxX#x ex # "EXE XEXEX Como en los desarrollos del inconmensurable algebraico , se ven ondu- Jar en cortejos rimados Ja serie de niimeros enteros. Ademés, entre + y @, “los dos mimeros que dominan todo el Anilisis’, existe también una relacién directa y breve, en la que se encuentran, el cero, Ja unided y su pariente imaginario \/—T, cominmente Hamado i. Se tiene, en efecto: 1 f= 0, y entre ¢ y @ existe también un intimo parentesco que veremos al ocuparnos mis adelante de la sucesién de Fibonacci se obtione el cuadro siguiente: a 1 ° | on : 3 1 | 20 5 —4 1 * 7 30 6 —5 2 2 =i 2 7 =6 6 3 2 1 56 8 ay En particular: 2ala4V2+V2 4+ () Para les aficionados a los radicales dimos también la féemula siguiente: Vz Esrénica pz as Pnoponciones Volvamos ahora a la construccién geométrica rigurosa de la seccién 4urea 0 proporcién ®, que como hemos visto, se deduce de la formula: se V5+1 - AB _ AM Si, después de haber construido la longitud BM, tal que-Byr AB e repetimos esta construceién con respecto a BM construyendo MN tal que: BM _BN _, MN BM” estando entre si los tres segmentos consecutivos AB, BM, MN en la propor. cién ®, tenemos también AB = BN = Esta propiedad resulta de Ia relacién &" = 1 + o-? (vilida inclu- 0 para los valores negativos o frac cionarios de m) 0 més generalmen: te ab" = abet 4. ad", entre tres términos consecutivos (longitudes © miimeros) de una progresién geo- métrica de razén @: ¢l mayor es siempre igual a la suma de los otros dos. Fe 5 En la fig. 5, AB = BM + MN traduce exactamente la igualdad r= 14 4 Seve también que AN ba nes son curiosas puesto que = <> son os niimeros inconmensurables V5 V5. 2 2 2) 3s He supuesto AB = 1 para simplificar la escritura; si en vez de tomar como unidad de longitud AB, este segmento tuviera un valor numérico cual quiera, respecto del metro o de cualquier otro médulo de medida, todas las re laciones aditivas y todas las razones entre los diferentes segmentos permane: cerfan idénticos y el factor comtin a desaparece discretamente de Jas ecuacio- Como Ia ecuacién * = @! + G2 es vélida para los valores ne- Lisnina, EL gran cml Lanna 3 pur Canaletts. (Lowe, Paris Linuya 5 Fl Doriforo, de Pollet Pia, De ta Proponciin fraccionarios de los exponentes %), se tiene en part cular 4 = &1 + 4 que no es mis que otra forma de escribir Ja igualdad Consideremos todavia la particién de una recta en dos segmentos des- iguales que, al comienzo de este capitulo, nos condujo a la seceién durea. En hhay que efectuar muchas veces cortes desiguales, pues la parti cin simétrica en. partes iguales, aunque a veces necesaria con relacién a uno de los cjes de figura, es a menudo indeseable respecto de otto (un eje 0 plano de simetria horizontal en un monumento es, en. general, tan nefasto estéticamente como lo seria en un bipedo) EI niimero de particiones asimétricas posibles es, naturalmente, infinite; 10) Sim = = m, siendo mun mim 0 positivo Centero o fraccionario) mo op gee sc convierte, en virtud del convenio relativo a los exponeates negativos, ae cuando m tiende hacia infinito Esto resulta de la formula general 1 de 4 Las longitudes AB, BM, MIN, tomadas de izquierds a derecha en Ia figura 5, for de ta2én an parte justamente de estén decrecient parte justamente de una sucesién decrecien: que se ven) o& 20 del. nimero (0 Teystan Edwards en The Things which are seen (Las e raceeriza muy ingeniosamente a inferoridad del dualismo. simi tren genera, desde el punto de vista atten, por la expresion “umresslved duality” din 0 cauty hotones como ut puente de dos o cust arcon, tna fila de yentanas en rrimero par, A este nespecto cheera, por lo demés, que a un nimero par de em Jumnas ¢ de pilaes conresponde un minero impar de intervalos y vieewersay y que el juego de las sombras y laces de los lenoy y de los vacis, puede hocer que an, ya las Separacones Ceokumnas, ete), ya los intervalos, los que consttuyan los elements de Joy series enumeradas por la vista, pero, Jo mismo que la seccion ures, aunque introduce lo inconmensurable, es el resultad> de una operacién ligicamente més sencilla que In determina- cién, para el segmento menor, del tercio o de una fraceién cualquiera yi del mayor, y de sgual modo —dicin sus partidarios~ produce una impresién de armonia lineal, de equilibrio en la desigualdad, més satisfactorio que el de cualquier ota combinacion, Tal era la opiniin de Leonardo da Vinei y de la mayor parte de los ar tistas y subios del Renacimiento Entre éstos, Kepler fue el iiltimo en dle brar las virtudes esotéricas de la divina proporcién en un latin musical cuyo olor de sacristia habria apreciado Huysmans. Por lo demés, fue recompensado fen su creencia por una sinfona eésmica a causa del descubrimiento de las leyes que Hevan su nombre: La seccién urea cayd después en el olvido por espacio de mis de dos siglos y fue el alemin Zeysmg quien, hacia 1850, volvié a descubrirla En sus Aestetische Forschungen publicados on 1855, proclama: “Para que un todo, dividido en partes desiguales, parezca hermoso desde el punto de vista de In forma, debe haher entre Ja parte menor y la mayor a misma azn que entre la mayor y el todo”. Llama a esto ley de las proporciones (Proportional Gesetz) y declara que se cumple en las proporciones del cuerpo humano, de las especies animales que se distinguen por la elegancia de sus formas, en ciertos templos griegos Cparncularmente el Partenén), en Boténica, y hasta en Musica. En las estatuas antiguas y en los hombres perfectamente proporcionades, el ombligo divide su altura total segiin la seccién durea. Esta comprobacién, que esti de acuerdo con los cinones muy estudiados de Durero y de Leo nardo, ha sido hecha nuevamente en las estatuas griegas de la época de Fi dias. El propio Zeysing efectud medidas sobre miles de cuerpos humanos y encontré que este canon ideal parece ser la expresiin de una ley estadisti- ‘ca media para Jos cuerpos sanamente desarrollados. Encuentra, al operar so: bre estas series de observaciones, que las proporciones del cuerpo masculino oscilan en torno a la razén media = 1,625 reduciendo un poco (2) También la. proporcién esta determinada en la altura del cuerpo humano Gero con la menor abajo) por el nivel de la extremidad de los dedos medianos eusn do los brazos caen verticalmente Tgualmente, €e tiene altura del rostro (hasta la rafe de lo los) ‘Franc vertical desde ol arco supecliar hasta el término dal mena = __Alstaneia desde Ia punta de la nariz al térming del mentin © Gistancia de Ta comisura de Tes abios hasta el vézmino del mentan De ta ProvonciOn 39 nds la seccién urea para Jas mismas proporciones del cuerpo femenino en el cual se verifica que el valor de Ia razén media de # es y = 16. Por lo demis, Zeysing no se Timita a la medida de esta proporcién — en los adultos, sino que también estudia su variacién durante el crecimiento. Ob- serva que en los recién nacidos el ombligo divide el cuerpo en dos partes iguales, de modo que Ja razén + ende gradualmente hacia su valor de- finitivo. Para un nifio varén, que Zeysing pudo seguir desde su nacimiento hasta Ta edad de 21 afios, he aqui los valores consecutivos de la razén — y de la % Crepresentando b, como en Is figura 6, la altura total, w la dis. tencia vertical entre el ombligo y Ja planta de los pies y m Ia distancia entre Ja cima del créneo y el ombligo). hb AC nm _ AB 7 AB’ m ~~ BC Altura hen Edad A » metros (en afios) z a 8 o 2 1 ones 1 190 Mu 0863 209) 184 17 3 179 126 4 175 134 5 170 142 6 1168 146 7 167 150 8 165 154 9 164 136 10 164 157 n 163 138 2 168 139 B 1,625 1,60 wo 59 1,70 1,731 al ieeeea <2: pepe <0) 08) Observemos en este ejemplo que la creencia popular de que a los dos aos RS 40 Esrérica pe 14s ProroncionEs p02 basta recordar que Para pasar de la razin + Zeysing observa que en este caso tipico, Ia razén p, Iuego de haber alean- zado una primera vez el valor definitivo (1,60), hacia los trece anos, lo so- brepasa por una fuerte oscilacién que. hacia el décimoséptimo afio, da al cuerpo del adolescente pro- porciones ultrafemeninas, para volver rapidamente a la razén masculina 1,60 al término del crecimiento. La division determinada por el ombligo es la manifestacién mis importante de la seecién urea en el cuerpo humano, pe- ro se encuentra también fécil mente en las proporciones de las demés partes del cuerpo. Un di- bajo de Durerot, recargado de construcciones geométricas y de cifras, que pertenece a la Socie- Fro. 6 dad de Artes de Brema, parece ha- berse basado en esta observacién. Sir Th. Cook'*® considera nuevamente la idea de Zeysing y, comparan do las diferentes estatuas antiguas y los cuadros de los maestros del Renaci- miento, constraye un canon ideal para el cuerpo femenino, basado en la seceién éurea, que reproduzco en la limina 4 del peesente volumen; la es cala vertical, determinada en relacién con Ja figura, esté graduada a partir del extremo superior segtin los términos de una serie # creciente, de 4 a #7 8, Los cuerpos de los animales y de los insectos denuncian también, en muchas de sus proporciones, cl tema de la seccién durea; en las patas de- lanteras del caballo, lo mismo que en el indice de la mano del hombre, apa- rece la sucesién de tres términos conseeutivos de una serie decreciente; esta triada es muy importante, pues por el hecho de que su término mayor es Ce de edad un niffo tiene la mitad de su furura talla de adulto, se encuentra confirmada con una pequeds diferencia de 5 milimetros. 14) Reproducido en Konsiruierte Figuren und Keepfe unter den Werken Albrechts Durers, por Ludwig Justi, Leipzig, 1902 (Hermann, editor). 9) The Curves of Life. (9 La hermosa obra de R. Francé titulada BiosDie Gesetze der Welt (W. Seifert, editor), da (fig. 113) una variante del canon de Ia sccciin éurea aplicada al cuerpo hbumano, segiin el ensayo de reconstruccién por Fritsch del famoso canon de Policleto. De ta Proroncion Ss. > pulgadas Lénuwa 4 EL cuerpo bumano y la serie # Repmaducciin de The Curves of Life 41 | 2 Esrérica pe ras Proponcionns igual a la suma de los ottos dos, vuelve a aparecer la dualidad, la particién simétrica, de la que era su contradiccién a priori, lo cual tendra su interés en arquitectura ‘Aunque Zeysing no precisa el concepto de la serie # como Io hicieron més tarde Barr y Schooling en el libro de Sir Th. Cook, observa —sin em- bargo~ (a propésito del cuerpo humano) Ia principal consecuencia practica del hecho de que sea a la vez. geo- $+. mnttrca y aditiva, a saber: que a A 5 CD pantie rds fice aca eens oa Fo. 7 secutivos, se puede construir 1a serie creciente 0 decreciente de los otros por simples adiciones 0 sustracciones grificas, y resume de tun modo general las causes de la preexcelencia estética de la seccién urea al demostrar que, aparte de la simeteia (cara desde Pasteur hasta la Quimica orpénica, como cl miimero impar lo era a los dioses) introduce una comtinuidad infinita 0 fa cultad de repetirse, de reflejarse indefinidamente. Timerding, que recientemente publicé un pequefio folleto titulado Der Goldene Schnint*™, y que, sin ser un Fanético de la seccién Surea, admite que esta proporcién produce, en general, una impresién visual agradable, da de ella la explicacién de que en el caso de tes lineas horizontales (por efem- plo, la Iinea del horizonte en una marina, entre las partes superior e inferior del marco) el ojo, al comparar el espesor de la pequefa tira con el de la grande, recorta mentalmente en esta tihiima un espesor igual al de la pequefia y obtiene (cuando los intervalos verticales estin en Ta razén &) un 4A resto que obedece a la misma pro: poreién, ete., y de aqui la impre- sién de reposo, constancia, segu- ridad, en un ritmo indefinidamen- 8 te continuo, “La seceién urea se impone, pues, cuando se trata de conse- . guir —por una nueva subdivi- } sién— que dos porciones conse- vas iguales formen parte de una progresién geométrica y re- Fro. 8 uir asf el triple efecto de la equi- particién, de la sucesién y de la proporcién continua, El empleo de dicha sec- cidn no és més que un caso particular de una regla general, la del retomo de Ja misma proporcién en los detalles de un conjunto". 07 Teubner, editor. Leipeig. Dz ta Proroncion 43 En oto pasaje, el mismo autor vuelve todavia sobre esta idea a pro del notable rectingulo cuyos lados estin en la razin de Ja seccién éurea: 4. = ®. Fechner, el inventor de la Psicologia fisica, hizo, en 1876, una serie de experiencias de estadistica estética, pidiendo a numerosas personas Gue escogieran entre diferentes rectingulos (compren diendo también el cuadrado), aquel cuya forma les agradase mis y el rectingulo definido mas arriba Cel de médulo ©) tuvo una acentuada mayorla de sufra 8 Timerding comprucba que en dicho rectangulo (figura 9), la separacién de un cuadrado, corriendo hacia abajo el lado mencr, deje un pequefo rectingu Jo semejante al rectngulo inicial y sugiere asi la ‘im: presién de seguridad causada por Jo que permanece igual a si mismo en la diversidad de la evolucién”. Volveremos a encontrar este rectingulo en un capit lo especial, pero podemos decie desde ahora, que su empleo debe estar, como observa Timerding, muy jn tegrado en nosotos, ya que los formatos de I mayorfa de los libros, del papel de oficio, de las tabletas de chocolate, de las tarjetas postales, etc., son rectan- ulos @. Volviendo a Zeysing, creo que fue el primero en observar Ia secciéa urea como médulo en la fachada del Partenén y en el perfil de muchos huevos, no sélo por la relacién entre Jos dos ejes, sino también por la posicién del menor, (Véa- x el capitulo ¥) Finalmente descubre en Bo- ténica una ley de los éngulos pa- o> BC_ AD, AB" DBT? a las separaciones angulares de Jas amas correspondientes a las Fic. 10 de la particién en @ del cuerpo humano por el ombligo, a saber: que el valor medio de esta separacién angular es « = 137° 30 28”, tal que . « 360° 30" 360° + B, esto equivale a Si se hace y = 360° = r= ose: 8 Es 44 Esrérica pe 14s Proronci En la ecuacién candnica de la seccién éurea, «es el éngulo cuya dife: rencia a 360°, B, divide la unidad de angulos, 360° (la circunferencia 2 de radio unidad), en media y extrema razén = 137° 30 27" 95. Antes de entrar en mayores detalles es interesante comprobar que se ha encontrado demasiado tarde la razén stil de la presencia de la seccién urea angular en Boténica. Si se calcula qué éngulo constante de- ben formar entre si las hojas o las ramas de una planta (dispuestas oe cen hélice ascendente sobre a ra- “Ee Ga ma o el tronco) para asegurar el maximo de exposicién a una luz vertical, 0, lo que viene a ser lo mismo, para que sus proyeccio- nes horizontales no se recubran jamés exactamente, se encuentra ‘como solucién matemética un &n- gulo de 137° 30° 27” 95. Church, que en sus estudios sobre la filo- taxia fue el primero en descubrie esta razén prictica (confirmada mateméticamente por el profesor oD Wiesner en 1875), did al valor “Gr = 137° 30° 27” 95 el nombre de dngulo ideal. ‘Auin en Miisica, donde ef niimero entero y las relaciones entre ntimeros enteros imponen su dominio y donde lo inconmensurable no aparece a pri- mera vista, Zeysing noté Ja presencia de los niimeros 3—5—8—13 en el célculo de los intervalos aferentes a los dos principales tipos de acordes per- fectos. AI médulo dominante, = ( = en Ia notacién de antes ) ane en- contré en las proporciones del cuerpo masculine, hace corresponder el acorde mayor; los dos tonos del acorde mayor final, mi y do por ejemplo (la sexta menor o tercia mayor invertida en do mayor), estin entre si en la razén De ta Paoroncion 4s Al médulo S dominante en las proporciones femeninas, corresponde =por el contrario— el acorde menor; los dos tonos del acorde menor fi c b 0 = 0 Lanuna 6 CConlaciin ent as proprciones.del_everpo humano y los andes perfection, segin Zeysing por ejemplo, mi bemol y do (sexta mayor 0 tercia transpuesta en do menor) 3 da la razén 5 Zeysing emplea le demostracién grifica reproducida en la lémina 6, don- de la longitud ab representa a la vez la altura de un cuerpo humano y la Jon- sgitud de un monocordio (cuerda de un sonémetro). ab ac punto ¢ divide ab en media y extrema razin( = = = — |, El punto c divide ab y ext (2 = \ des el punto que, dividiendo ab en ocho partes iguales, corresponde al seg- mento 3—5; ¢ es el punto que dividiendo ab en trece partes ‘guales correspon- de al segmento 58, y entonces, "© = > indica, por un lado, el inédlo medio *) del cuerpo masculino, y, por el otro, el acorde perfecto en do mayor (09 Se toma aqui como médulo el inverso de Is raeén entre el segmento mayor y el menor determinados sobre la altura total por la posicién del ombligo. 46 be dominante, por ejemplo do, ae sexta menor, por ejemplo mi), indica, por un lado, el médulo medio del cuerpo femenino y por otro el acorde perfecto en do menor, correspondiendo hd a do y da a mi bemol Generalizando estas analogias, Zeysing lama menores 0 femeninas a las o 1 3 8 2 34 yy mayores © masculinas a las de la serie 12 35 13 34 VS 8 2 35 Para todos Jos términos de Ja primera la razén entre el numerador y el denominador (el elemento menor y el mayor) es inferior a la razén que ca racteriza un término cualquiera de la segunda serie, y adivina un parentesco 0,618, “ 1 entre todas estas razones y el mimero 1 Todos los términos de Ta serie menor som inferiores al valor —- hecia el cual convergen répidamente, y todos los términos de la serie mayor son su: periores @ S hacia el cual también convergen Si hubiera conocido la forma: hhabria observado que los términos de la serie 1 1 2 3 5 8 1B 21 34 55 89 r23 8 13 21 34 55 89° 14d 0 En su manual de estética musical (Grundlinien der Musikasthetik, Max Hes 8, editor), el profesor Riemann (hijo del gran gesmetra) concluyé que, devde el pun- to de visia psicolégico, hay dos acordes musicales importantes: El corde menor que evoca una relacién entre la unidad y sus mnltiplos, EL acorde mayor gue evoca una relacién entre un todo y sus partes. El conjunto de los dot produce la combinacién musical més satisfactoria_y mAs zica De 1 Provoncion 47 obtenida combinando las dos series anteriores no son més que las reduci- das Caproximaciones sucesivas obtenidas deteniéndose en los diferentes esca- 1 Jones del denominador) de la fraccién continua equivalente a >: Esta serie fraccionaria desempefia un papel importante en filotaxia (par- te de la Botinica que estudia la disposicién de las ramas, de las hojas, de las semillas) especialmente en la distribucién de los granos de muchas plantas. Si se examina, por ejemplo, de frente, el ovario maduro de una flor de gi rasol, se tiene la impresién de un disco plano dividido en pequefios rombos por las intersecciones de dos grupos de curvas (espirales logaritmicas); los miimeros respectivos de las curvas dan en cada sentido y para cada flor un par de niimeros que siempre corresponden a una de las fracciones siguien- By 21 34, 89 tes: 57 para las flores degeneradas), = 6 144 eo) Ta li a 34 ey “yyy 0 La limina 7, iguierda, muestra una flor de girasol de indice > 9. y_excepcionalmente El tipo normal, de gran rendimiento, recomendado para el cultivo, tiene como pareja = Estas parejas se encuentran en toda la serie fraccionaria de antes: 1 1 2 3 5 8 1B 2m 34 55 89 TQ 35 8 i a BF 55° ay iad” en Ia cual cada fraceién tiene como numerador el denominador de la prece- dente, Las pitias y otras coniferas presentan sistemas andlogos de curvas intere- santes caracterizados por las parejas 2, %, ete, explicitas 0 encubiertas Ja lémina 7, derecha, muestra una manzana de la variedad Dipsacus pilosus ®, de indice 10. 2X5 1% ~ 2x8 (20) Estas observaciones numéricas sobre las flores de girasol fueron hechas primero per Braun en 1835, (25) Reproducido en The Diagonal, n° 1. (2 Losindice apareaos 2 Sete... estin algunas veces enoubleros en um pe queso mimero de flores o de frutos que pertenecen a una planta normal, por el he ho de gue los dos mrimeros caractersticos estin mulplicados por un mismo eoeficen te panasitario, que, por lo general, es 2. (28) Reprodvcido de The Diagonal, n° 3. 4g. Esrérica pe tas Proronciones Si se estudia la disposicién de las hojas altededor del tallo de las plantas, los angulos caracteristicos o divergencias( estin dados por la serie 142 3 5 8 1B oa 2 5 8 FW Ws ccuyos términos representan las reducidas 0 aproximaciones sucesivas de la fraccién continua: 1 cuyo limite es es 9 Si en tomo al tallo se desexibe una hélice Cespital folicular) que pase por los puntos de intersecidn de las hojas, Tega um momento en que se encuentia una hoja que se halla exactamente situada en el plano de intesseccién de Ta primera hoja. Si se cuenta el mimezo de hojas encontradas, sean, y el mimero de vueltas efectuadas ab read el sen pe fesein 2 eu la diene des os dag de divergencia, constante para una misma planta). La serie 2123 5 8 Ba aes anaes erg a Tas divergencias mas frecuentes. Yas otras se encuentran en as ene a4 7 TT BB de formacién aditiva andloga a partir del primer término. © La serie Loa nm ondT Get Sap? Ses” Bes representa las reducidas o aproximaciones sucesivas de la fraccién continua: 2n—1—vo De ta Proporcton 49 Las dos series: 5 8 2B 8B 2 5 8 B Boa aw cuya importancia capital en Boténica acabamos de ver, tienen de comin que tanto los numeradores como los denominadores de cada una son los térmi- nos de la sucesién 1 1 2 3 5 8 13, 21, 34 55, 89 144. cada uno de cuyos términos es igual a Ja suma de los dos precedentes, Es la IMamada sucesién de Fihonaeci Caludiendo al sobrenombre de Leonardo de Pisa, quien fue el primero que la observé en 1202 en un problema de com binaciones®, En Andlisis se lama también serie de Lamé. Hemos visto que esta propiedad aditiva de formacién de los términos pertenecia también a la serie ® C1, , 4%, @%,.., @*) que es, ademés, una peogresion rigurosamente geométrica, siendo la raain entre dos términos con: secutivos constante e igual a ® Ya en la serie de Fibonacci, Ja razén entre dos términos consecutivos tiende muy ripidamente hacia «in limite © que es precisamente = 1,618.5 por ejemplo, 2 da 161818. «da Tas evi B a B B B a 2B wi Boo ts 88233 Tis’ ist" Fs" Fon” HS” Tho (9) Tratindo de cacular el ndmero de conejos nacdes de wna pareja determinada sue cada mes predice una nueva pare, que a su ver despa de un mes 72 eth «pea [a repeducitie, encont que el mimery de paras gil cada mes seria 1, 2 55, 8 1321, et (2 Em ents seri 1, 1,2, 3, 5, 8, 13, 21s... que est defile pr: nt me al 50 Esrérica DE Las Prororciones Por lo demis, Kepler (De Nive Sexangila) ya habia relacionado la su cesidn de Fibonacci con la set jn aurea y el exccimiento de las plantas, pero Barr y Schooling fueron los primeros Cen una carta publicada en el Field del 14 de diciembre de 1912) en demostrar que la propiedad (de te ner como limite de la razin entre dos téminos consccutivos) es comin no solamente a las series que los trabajos de Braun, Church y Bravais han evidenciado en Botinica, sino a todas las series aditivas de dos tiempos ob tenidas a partir de dos términos cualesquiera y cuyo tipo ¢s: 4, b, (@+b), b+CAth), b+ 2a+b), 2b-+3atb), 3b+5Ca+b), es decir: ab, (a+ Dd), a-4+ 2b, 2a+ 3b, 3a+ 5b, 5a+8b.. 0% Como se demuestra en The Curves of Life, la conexién intima entre la sucesién de Fibonacci o serie F y su arquetipo, la serie +, se revela constan: temente en el estudio de esta ditima, En efecto, es facil deducir de las dos = Pf 1, oe = at gee Jos cuadros 1 y m de las paginas 47, 48 y 49, se demuestran las propiedades siguientes: +, uma de los n primeros términos) = Ba FL ee a (8) Sim representa el enésimo término de Ta sucesién especial de Fibonacci y U, el msimo téemino de Ia serie general gue comionza por a, b, o, et., se encuentra yen dl limite, para n = 0, se tiene: Luege: De xa Proroncion SI cuADRO 1 ah a eee 6 5p tay sd 1 | * + = B+ > weer ee te 84Re=24+2 1 + BOS A+ eS e = 245 a 2 MSBP WAH ET B= 1+ Wa F45 ue 9 =U +e = & , $30 = 545 Wa 2+ Wa SHS S 2) a a Se = ES = 34 = 842 en donde se ven cuatro series F verticales desarrollandose una al lado de otra Mark Barr observa que los coeficientes de las potencias de @ asi agrupa- 1 1-1 1—2— 1-3— 3-1 1—4— 6- 1—5—10—10- 1—6—15—20. 1-7-2135 — das cepzesentan el tridngulo de Pascal: 4— 18 —28—56~ 1-9 3— 2-7-1 70— 56-—28— 8—1 36 —84— 126 — 126-84 36—9—1 que se forma escribiendo primero una linea vertical de unidades, después ono 1 a Ia derecha del segundo de Jos términos Ca partir de arriba) de esta fila, y continuando el cuadro de modo que cada término sea igual a la suma del término que se encuentra inmediatamente encima de él y del de Is iz quierda de este Gltimo. Esrérica pk Las Proroncionss CUADRO MI lp? = 1910 j=16" $108 $2074 1as6 =107 430°4. 3054 104 26 $4054. Got 4084 1a? lonts S18 4. 100"—19.4 Jan-20 lone ys asi, por ejemplo, para n = 10, el cua 74 185 504+ 15074 10524 SB1t 140 3 | =10! $60 4150°:2004} 1564 OBL 18 os S10? 4762421843504 35044 216-24 To-1 4. lot ge 3 z 129 {8728894 560-14 7OE-2- 56094 284-4 8O-FL14-8 aE Ss 1 4.9694. 360-14. 84-24 1260-94 126044 846-04. 360-698-7418? Tenemos, pues, una correlacién intima entre & y el diagrama numérico ris rico en propiedades algebraicas y geométricas. Como los clementos del tridngulo de Pascal representan, entre otros, Jos coeficientes de los desarrollos sucesivos del binomio de Newton (a--b)* , podemos sefialar el parentesco entre el mimero ® y el mimezo trascendente e=tim (147) CUADRO + S6ae—1 9) La fila (m+ 1)-sima del tingulo de Pascal representa los coeficientes del des serollo de (a + b)% les ténminos de esta fila representan también, respectivamente, cl niimero de combinaciones posibles de w objets 0a 0, Lal, 282 3a 3.0 nam, La suma de todos los téeminos de la fila da e] mimero 2% 2 + 3 + i i : b Lore 4an7 4 lows + 5601-4 704 pe b 35HM OL 350114 21gIE oS 4 200-9 150-104 Gor sf 450"12.4. 1200"! 2100144 2526-18 4 2100"-16-4 1200" q Siendo Cel simbolo usual que designa el nimero de combinaciones dew ob s 4 . a3 2 jetos pe p, 0 sabe que + nas 4 Geet a RED OD oo + D 14 4 ; g Tae 2 & 2828 LE Ess Ce vésminns de la fila Gof 1D-sima del réngulo de Pascal represensan ++ tt adh 23 también mumdsamente todos Js tips de combinaines gu se pueden baer cn» eid T4073 os objetos de dos especies diferentes, pues Ct, mimero de las combinaciones de m objetos \ = 28 B23 2 8 a2 Pa py es igual a CI” , mimero de las combinaciones dem objetos de dos especies Ho Wh 1 you g& diferentes que pueden hacerse tomando (m — p) objetos de una especie y p de la otra, ! 3 qe : = 2 Las columns del triingulo de Pascal consideradas de izquierda a derecha dan suces: 54 Esrérica pg Las Proronciones Una de las propiedades caracteristicas de la funcién exponencial en And- a saber: que las derivadas primera, segunda, etc... de e* reproducen idénticamente la funcién, tiene su contrapartida en una propiedad comin a Ja progresién ® y a todas las series aditivas de dos tiempos, cuyo tipo més pu- ro es la serie de Fibonacci: las diferencias primeras, segundas, etc... de los términos de estas series reproducen indefinidamente la serie inicial. Se podria, para emplear nuevamente el concepto de los ntimeros figurados poligonales, gratos a los matematicos griegos 9, dar a los de la sucesiéu de Fibonacci el amente: In seie 1,1, 1, Iyeesy ity Ta de Jos mmerosentems 2, 3,.., % la de Toe ndmerr tangles 1, 3, 6, 10, 15, 21... % oe ee 12 Js de lor nimero tetaddicos 1,4, 10, 20, 35, 56,,.., SED ot?) T23 Ts de Jos mimeros pentaédriccs # $1) (42) 43) aaa y asf sucesivamente, permitendo, a los que Jo intentaran, ceslver problemas de “balas” Liperpramidnes en un expacio de un nmero cuslewuier de dimensiones Ente ls Jropiedades menos conccidas del tsingiln de Pascal, citaré ls dos siguientes, observ : disten un arioulo de MottSmith aparecido en 1916 en el Monit y tiuleds The Avitk- etic Pyramid of many dimensions (La plctimide aritmétice de rtuchas dimensiones). 1° si se depila el wingulo de Pascal suprmiendo la fila vertical y Ta diagonal que con tiene todos los 1, conservando Ta n-sima fila horizontal del tréngulo da, para el espcio de m dimensiones, todas las catacteristcas de In hipespimide de'n dimensiones, 3 Sabet sucesivamente: el nimero de elementos de Cw =I), (a — 2)y-+.y 0 dimensiones del reliopo en even Pox cempl, I fla eth d'or nme $, 10 10, 5, ore ondiente alos 5 tezaedros, 10" tidngulos, 10 dos y 5 vertices del pentacdroide Cpl mide de euato dimensiones). “ eee 2 Se puede constuir una Pirémide de Pascal (de tes dimensiones), de malo que 41 Gut1stme corte Cerangulat) horizontal dé todos os coefcientes del dearello tel trinomio (a + b + c)%; estos coeficientes representan también los mimeros de todas las combinaciones posbles dem cbjeor de tres especies diferentes, El mimero total de ex tas combinaciones (obrenido por la summa de todos Tos coeicents del corte) es igual a 3 ae pDey iano ale se pele inaginar y constris numéscamente una “hipeprimide le Pascal” de m dimensiones de modo que su corte (n-+1)-simo, euja propia dimension 5 rch conteng tds ls cocficemes del desalo del polinamio arte) tos cocicentes representan también los miners de todas las combinacionespostbles den objeres de m especies diferentes. El nirmero total de estas combinacioner (obtent Alo por Ia suma de todos ls coefiientes del corte) es igual a 1, 5, 15, 35, 70, 126, (29) Los conceptos de miimeros figurados Cplanos y sélidos) y de 2 a dos) y de crecimiento. gno- seco sammie emesis ‘un iumento nallico muy "fee or reponde » musto ello dens diferencias. Los empleaemot Ceap.¥) al er De 1a Proponcion nombre de niimeros espirales. En los capitulos siguientes precisaremos las re- laciones entre , la serie F y la espiral logaritmica, Recordemos atin el papel que las curvas binémicas 0 curvas en campana (obtenidas tomando como abscisas las variaciones y como ordenadas los coefi- Gentes binémicos, es decir, los elementos de una fila del tridngulo de Pascal, (0 sus cuadrados) intervienen como curvas de distribucién de los errores en el célculo de probabilidades, Cuando se toma un niimero muy grande de orde- nadas, el ntimero e aparece en Ja ecuacién de la curva; por ejemplo y = Ce-®* (siendo C y K constantes) en la teoria de Ja ruleta. El parentesco entre # y e es real; tiene afinidad de estructura entre el invariante algebraico nacido de Ia teoria general de las proporciones y el més importante de los dos invariantes trascendentes. Por lo que respecta al otro mimero, 7, no hay entre él y & conexién inti- sma real excepto una razén indirecta por e que se deriva de las relaciones tras- cendentes: Jim Leer im, Vie, sino una afinidad que se podria Hamar accidental, que procede del hecho de 1,273...; Ve 127 (2)'= 0617...; + = 0618. 4) 7 Esta coincidencia, puramente fortuita, hard que les construcciones ar- quitecténicas basadas en Ja seccién urea, puedan —en algunas de sus propor- ciones— evocar la razén de la circunferencia al dié ‘metro (el ntimero ) de un modo tan claro que inspi- x re Ia tentacién de interpretar su trazado como un sutil ensayo de cuadratura del circulo. Z E! ejemplo mis interesante de una coincidencia par 4 recida resulta del empleo, como perfil regulador, de cigr- to tridngulo cuyas propiedades carecteristicas han sido reveladas en una carta publicada en la revista inglesa 7 Y The Field por W. A. Price. Después de recordar que Tie. 12 no existe mas que un solo triéngulo recténgulo cuyos Jados forman una serie aritmética, a saber: el triéngulo sagrado cuyos lados son proporcionales a los enteros 3, 4 y 5, Price demuestra que no hay més que un tridngulo rectingulo cuyos lados estén en progresién geométrica, tal como y y x 56 Esrévica pe Las Proronciones y que en este tridngulo, la razén entre Ja hipotenusa y el cateto menor x es igual a & @, La razén constante — = 2 es igual a V@=1,272... x EI angulo XYZ, vale 51° 50... Price hace notar que el éngulo de Ja ba- se SMO del tridngulo meridiano de la gran pirimide de Gizeh medida en 1840 por el general Howard Vyse, es, precisamente, de 51° 50/, deducien- do de ello que el semi-triéngulo meridiano SMO es semejante a este no- table tridngulo XYZ, Las medidas efectuadas por Piazzi-Smyth compruc- ban esta hipétesis empiricamente, ya que encontxé Ja aproximacién 14852 para Ja altura SO de la Gran Pirdmide y 232.8 para el lado de la base AB = DA = 20M, con un error menor de un decimetro Gigs. 12 13). Si se reemplazan y y x por 148,20 y2 gulo rectingulo de Price, se tiene, en efecto: y _ 1482 oF — 116,4 en el tridn- ae 1272... x i164 os 4 pero G57 €S casi con Ia misma aproximacién préctica, igual a — = 1,273... y de aqui les dos tesis diferentes que conciemnen al plano de Ja Gran Piri mide’ que encontraremos en el capitulo vit, en el que volveremos a hablar al del triingulo recténgulo de Price y del rectingulo de médulo Vi, det es ls mitad En The Curves of Life, Sir Th. Cook no ataca ex abrupto la cuestién de las proporciones, sino que estudia primero, con una documentacién foto- géfica cuya riqueza bastarfa para hacer su libro infinitamente atractivo, 1a presencia en muchos organismos vivos, plantas 0 animales, de la espiral en que Goethe vefa el simbolo matemético de la vida y de la evolucién espirtual. 0 En efecto, de se deduce y2 = 6x2 = xd 4 92 como consecuencia el teorema de Pitigoras; eliminando y2 se encuentra: = 1, de donde = =e prereset, De 1a Prororctin st Las conchas, esqueletos exteriores de muchos organismos marinos, ofte- cen ya al matematico un verdadero parque de caza de variedades inéditas que su imaginacitn hubiera sido incapaz de concebir CVéase Arcy Thompson, Growth and Form, y 8, Colman, Proportional Form). Sic Th. Cook estudia en seguida la presencia de la espiral en Boténica, sea directamente en el perfil mismo de la planta o de sus partes, sea en el anilisis matemético de los diagramas de crecimiento y de disposicién de las hojas y de los granos, analiza tam ign las espirales variadas que se manifiestan en los cuemos de los ovinos, caprinos, antilopes, ete., y ob- serva que una progresién geométrica como la serie & Ceuya presencia en Botinica seftala), se puede consi derar como el esquema numérico de las. pulsaciones radiales de una espiral. Toda progresién geométrica es, en efecto, suficiente para caracterizar Cy para dibujar) una espiral logaritmica, pues dada una cualquiera de estas mismas y un radio que pase por su polo O, las longitudes OA, OB, OC, OD... (fig. 14) estin en progresién geométrica, es decir, que: Fic. 14 OA _ OB | OC ‘0B ~ OC ~ OD" representando 1m una razén 0 néimero constante que es el mismo para una spiral Ingaritmica dada, cualquiera que sea el radio escogido, de donde re sulta, ademds, que las longitudes comprendidas en un mismo radio entre las espiras. sucesivas forman también una progresién geométrica de la-misma = m @, Be ~ CD ~ Toda espiral, o fragmento de espiral, puede asf evocar (y a veces has- ta representar, como en el caso de las conchas marinas) una ley de creci miento Co de pulsaciones ritmicas) resumida por la razén o miimero m. Fsta es una de las causas del encanto del motivo de Ja espiral en arte apli- (92) Es propiedad pertenece a Is series goométricas en general, pues si son los téeminos de una progresiin geométrica, lag diferencias de los términos, de dos ' fen dos, dan la serie: Cm 1), @ CoD, aL), Com —1 Dont gue es también una progresién geométrica de razén mt. 58 Esrérica DE Las Proroncrones cado 0 como detalle arquitecténico. Estando la parte artistica de st libro tan generosamente documentada como la que trata de morfologia biolégica, Sir Th. Cook examina los ejemplos més variados del empleo de la espiral, desde las fibulas de bronce de Ja época La Téne hasta la escalera del castillo de Blois, pasando por la voluta del capitel jénico. Entre todas, le interesa una espiral que aparece, precisimente, en hermosos ejemplos de la voluta j ca: es aquella para la cual la razén ‘m e8 igual a, es decir, que el in- tervalo entee dos espiras consecuti vas es igual a la suma de los dos si- guientes (acercandose al polo), y los radios OA, OB, OC, OD,... for @:) man también una serie ®. Lo mismo que Zeysing, Sir Th. Cook y sus colaboradores, M. Barr y W. Schooling, atribuyen a la sec cién urea el papel de proporcién armoniosa por excelencia °, y en- tre todas las espicales examinadas co- mo diagramas 0 simbolos de creci- miento 0 de evolucién, es la espiral de pulsacién radial descrita més arriba la que consideran como la ‘eurva de crecimiento armonioso. Examinaremos més adelante el fundamento de este interesante punto de vista, En el curso del capitulo siguiente estudiaremos en el plano, y luego en el espacio, todas las figuras regulares que se pueden formar por medio de rectas, Ser4 un resumen de la Geometria de los poligonos y poliedros examinados desde el punto de vista especial de las proporciones caracteris: ticas reveladas por su estructura. 5 Fie, 15 69) Es on al fondo lamentable que la expresion proporcién arménica esté ya. apl cada a otra clase de relaciones (se dice que tres miimeros a, b, e, forman una propor 2 eb cién aménica cuando * estos tes nibmeros corresponden a los. segmentos eterminados por cuatro puntos sobre un segmento de Iongitud a + b ++ e)jpues este nombre resumicia bien la opinién que se han formado de Ia tezin # la mayoria de Jos que se han ocupado del estudio de las proporciones y dispensarla de las denomina- cones de cardeter tan abiertamente mistico como seecién durea o divina, Cariruxo IIL LAS ENTIDADES GEOMETRICAS EN EL PLANO Y EN EL ESPACIO POLIGONOS Y POLIEDROS REGULARES. Y SEMIRREGULARES Y es de tal modo como todos estos géneras ast consttuidos, recibieron del Ordenador sus figuras, por le acciin de las Iieas y de los Niimeros. Prados 1 LOS POLIGONOS EI conjunto formado por n puntos situados en el mismo plano, de tal ma- era que ninguna recta pase por mis de dos de ellos, y por todas las rectas que Jos unen de dos en dos, es un poligono completo que tiene » vértices y EOD aden Si en este poligono completo se escogen todas las combinaciones posi- bles de m lados de tal modo que dos de ellos y solamente dos Cen lugar de n—1) converjan en cada vértice, se obtienen todas las especies posibles de poligonos de 1 vértices, en miimero de 2%, La figura 16 da un ejemplo Para n = 5; 2"? = 4, y de aqui los cuatro tipos de pentigonos ABCDEA, ACEBDA, ACDBEA, ADCBEA (fig. 16 a, b, c, @). Los poligonos cuyos dngulos en el vértice y lados son iguales, se llaman* regulares y son inscriptibles en una circunferenci El mimero de las especies de poligonos regulares de m lados es, si n= at, Bt. ¥'... Gsiendo a, B, 7... los Factores: primos de ») 2H 3(-l-)O-3)- 60, Esrérica pe Las Proponciones Si mes primo: poe Para cada valor de m se tiene un poligono regular convexo de 1 Iados completamente situado hacia un lado en cualquiera de ellos. prolongados); les otros son estrellados. Hay, pues, 1 pentigono estrellado, 2 eptigonos; 1 ‘octégono; 2 nondgonos (més correctamente enedgonos), 1 decdgono, etc. ip St? RS 2s Seo 4 ! Fro. 16 Gauss demostré que por medio de Ia xegla y del compas se puede eucli dianamente construir un poligono regular de » lados (dividir una circun- ferencia en » partes iguales) cuando Cy solamente cuando) Wn = 2, 2° mes un mimero primo de Ia forma: waeiM 3 m es un producto de factores diferentes de esta clase, es decir, de la forma: 2X ALD 4D... siendo 2 + 1, 2° -+ 1, mimeros primos distintos. Ni el enedgono (nw =9 = 3 X 3), ni el poligono de dieciacho lados (n = 18 = 2 X 3 X 3) se pueden construir rigurosamente porque 3, aunque satisfaciendo la condi- cién 2, (3 = 2 + 1), estd repetido dos veces ®, Del teorema de Gauss resulta que los poligonos regulares de 3, 4, 6 © En este caso, es deci, cuando 241 es un mimero primo, siempre se tiene = 2; pero la reciproca no es verdadera: = 2741 no es slempre un mimero pri ‘mo. Por ejemplo. es primo pars: 1 = 0, Ge = 3, q = b Ge = 5g = 2, (= ID, 4g = 3, Ce = 257) 1 = 4, (wn = 65.537, pero mo para q = 5, ni para q = 6,7, 9, 11, 12, 18, 23, 36, 38,73 (© EL teorema de Gauss resulta del hecho de que Ia ecuacién x—1 = 0 tiene sus races representables por una combinacién de ralieles cuando (y solamente uth: Exrimapes Gromérucas 61 8, 10, 12, 15, 16, 17, 20, 24,... lados, pueden construirse, pero no asi los de 7, 9, 11, 13, 14, 18, 19, 21, 22, 23, 25,... lados, Entre ottos, es, pues, imposible construir exactamente un poligono re- gular de siete lados; el eptigono Ca pesar de las virtudes del miimero 7) es, de este modo, inutilizable en un plano de trazado riguroso ©, También en arquitectura u omamentacién se emplea muy rara vez el trazado eptagonal; Viollet-le-Duc cita no obstante un pilar roménico de Ia iglesia de SaintRemi de Reims, cuya base es un prisma de siete caras y en Notre-Dame hay un rosetén eptagonal. EI cuadto 1 de la pig. 58 da los valores de los radios de los cfreulos cir- cunscritos e inscritos y de las reas de los seis poligonos regulares més usuales en funcidn de su lado. Observemos que, para el decigono regular, tenemos R = p. , y para el extellado R = ©, de modo que si insribimes un decégono regular y uno estrellado en la misma circunferencia, el lado del decégono regular, el radio de la circunferencia y el lado del decégono estrellado forman una progre- sin ® de tres términos (se, tendré, pues: pr = R + p). ‘Mis adelante se verd que en Ja misma circunferencia: lado pentigono estrllado 4 wy, lado pentégono regular do) se cumple una de las tres condiciones enunciadas ces de esta ecuacién pueden ponerse bajo Ia forma. 2kry- y vuclven a aparccer los mimeros @ y %. © No existiendo esta teoria de las posibles subdivisiones del eirculo en la época de Durero, se dedicé a Ja construccién (imposible) del eptigono y encontré para te un método clegante y a primera vista exacto Cver més alelante fig, 35), pero en verdad hay que estar al corriente del teotema de Gauss para dudar de su igor ab- solato. Hemos visto que entee Toe poligonos cayo mimero m de lados es primo, hey muy pocos que se puedan construir: para los valores primos de m inferiores « 4.000.000 ro hay més que cinco valores x = 3, 5, 17, 0257 y 65.537 que satisfacen al criteria de Gauss. El poligono de 257 lados fut estudiado Cen 1832) por Richelot; y hasta su burs 0 cofrade el 65.537 lados encontrd un aficionado: el profesor Hermes, de Gtutingen, que lo estudié durante 10 afios y Hegé a establecer con éxito su constuccién (1894), (© Comprobacién algebraica: hay que demostrar Ja igualdad, Vio 10-25 3 4 10 Esrérica_pr_1As Proponcions CUADRO IV p_ lado del poligono regular de 7 lados no strellado. — R radio del eisculo circunscrito al poligono de m lados. ro inscrito en el —— — — 5 rea del poligono regular de 1 Jados. Nose et R r | Poticoxo | | | Tridngulo equilétero ‘Cusdrado Pentégono regular Pentégono estrellado Exégono regular Octégono regular ] Decégono | regular Decégono estrellado Bosh |f V5-2v5 Obsérvese que se tiene siempre satiny Exripapes Gromérnicas y que, para un pentégono regular dado: r radio del circulo ins x Entre los poligonos regulares, el triéngulo equilétero, el cuadrado, el ito ppentigono, el exigono, el octégono y (con menos frecuencia) el decégono, son (con el rectingulo y la circunferencia) los elementos esenciales de todo trazado arquitecténico, y desempefian un importante papel en arte decorati- vo. Los cuatro primeros con sus colaterales el pentagrama Cpentégono estre- Ido) y el exagrama (formado por dos triéngulos equiléteros superpuestos en sentido inverso) han sido la base de los simbolos de escuelas mfsticas y cofra- dias magicas de todas Jas razas. Vamos a estudiar un poco més en detalle ‘sus caracterfsticas morfoldgicas. ex TmANCULO Ademés del triingulo regular o equilitero, que es el mas sencillo de los poligonos regulares, hay otros varios triéngulos que pueden interesar al ar- quitecto o al dibujante. 19 EI mas conocido, Hamado por la mayor parte de los autores tridngulo & by Fro. 17 sagrado egipeio 0 wiingulo perfecto, es el triingulo rectingulo cuyos lados son proporcionales a los mimeros 3, 4 y 5 (fig. 17a). Hemos visto anterior- clevando al eusdrado y simplificndy reste Vir = VES, ¥ volviendo a clevar al euadrado se tene Ta identdad 541-2V3 64 Esritica pn tas Proroncionss Lanta 8 Anna: Pentigono regular y estellado Anajo: Decigono regular y estrellado mente Ceap. 12) que es el dinico tridngule re ceuyos lados forman una serie aritmética ©, {ngul Este triingulo, Hamado también, a veces, triingulo de Pitigoras o de ) Demestracion de donde z AL dividie todos Toe eérminos de z x 3 reemplazar % por 2. se encuentra pla > por Fio. 18 Exrmpapes Gromémucas 65 Plutarco, era ya empleado por los agrimensores griegos y por los harpedonap: tas egipcios para trazar Angulos rectos y rectingulos con una cverda de nudes 3 mareada en Jos =, en los => y en los 5 de au longitud, Los anuitectos aqueménides y sosinidas se servian de ella para trazar los perfiles de sus cit pulas clipticas ©. Forma parte de la especie interesante de los triéngulos rectingulos dio fantieos, cuyes tres lados son proporcionales a mimeros enteros ©. ©) He agut su procedimiento: partiendo de NOP, f sgyados que tienen comin el lado menor, se trazan con Py slo NQ y PR, y después, con © come centro, el arco OSR. Re: pitienda la construcen hacia aba jo se obtendria.naroralmente una pseudo clipse completa, 3 ejemplos de tring los rectingules dioféntions Tos da la curiosa serie de igualdades: R 32 5 ae Fie. 19 Los eatetos menotes son proporcionales Tos mimeros impares y los mayores for man um serie O-4-12-24-40-60-84..., tal que sus primeras diferencias 4-8. 12=16—-20—24... constiuyen una serie aritmética de rardn 4. La hipotenusa se btiene en cada cxto agregando 1 al cateto may Esta serie esti, por lo demés, lejos de co alos rectingulos diofinticos postbles, Hay muchos otes que es ener Tas caractedsticas de rodes Tos sgevantizados por el procedimniento siguiente Un nimenm entero x que puede ponerse bajo In forma de producto de dos nt syeros enters x = p X q, representa uno de log lados del dngulo recto de un tri ty la bipotenusa 2 = P44 slo cectingulo euyo otto lado et y =P Se tiene en efecto: (S°Yt = ee (24) volor de x tantas porejas y, 2 como parejas de Este procedimiento garantiza para ), par puedan ‘enchnwarse. Por ejemplo, factors p,q, diferentes de (p2— 66 Esrérica De as Provonciones La figura 17b que se encuen- tra en el TchouPéi, tratado de matemiticas chino, probablemen- te del siglo xn antes de Jesucristo pero arreglado a principios de nuestra era), demuestra que los chinos conocian también este ca- s0 particular del teorema de Pi: tdgoras (5% = 48 + 32), La mis mma figura se encuentra en el tra- tado hind’ de Bhaskara. Como hace observar Plutarco, el rea del tridngulo 5-4-3 es igual a 6 y el cubo de esta drea es igual a la suma de los cubos de los a dos 63 = 8 4 43-4 53, igual- dad que sitve de armadura a Pla tén para el jeroglifico muisico-fi- siolégico conocido con el nombre de miimero nupeial CRepiblica, libro vr). Ageeguemos atin que [a se- gunda pirimide de Gizch tiene este triingulo como semi-perfil meridiano y que se ha sugerido emplear la relaciOn 5 == 4# 4. 3 entre los invariantes destinados a establecer el primer contacto Linuxa 9 Iégico cuando comience Ia era de Jas comunicaciones. interplaneta- ‘Annona: Construceién del pentigono regular segin Prolomeo ‘Anaso: Constuccién del pentigono y del decé- gono regulares segiin Euclides 2° Otto tridngulo recténgulo egipcio es el presentado por Pri- x= 3X 7 = 21 nos da 29? = 212 + 20%, caracterstica del triingulo meridian de la pirdmide de Snofru en Dahschur, Dos tciingulos diofdnticos yuxtapuestor que tienen comin un cateto forman un ‘nidngulo heroniano cuya dcea es un mimero entero. Ejemplo: los triingulos $—12—13, 1x12 y 9-12-15 componen elf triingulo heroniano 12—14—15 euya dren es Exrwanss Gronémnicas Gl ce como caracteristico del (semi) perfil metidiano de Ja Gran Pirémide y cu yas propiedades he bosquejado en el capitulo m Cfig. 20). zy a 2 = Ve = 127... GH yO 2 y x 0 a = 5194938", x Recordemes que este tsiéngulo rectingulo es el Pea Xinico cuyos lados forman una progresién geomética 3° En el triéngulo rectingulo ABC, presentado también como egipcio por Viollet-leDue (fig, 21), se tiene: A 1,250 = 1601... apn oa[y 51°2024" jolletleDuc encuentra un triimgulo isésceles formado por A, dos de estos trimgulos reunidos ; que tiene, pues, una altura de 5 c 4 B %=4 — C unidades por una base de 8, co- Fic. 21 mo elemento director del trazado vertical de varias catedrales g6t cas, en particular de NotreDame de Paris. En el Tratado sobre Isis y Osiris de Plutarco dice que éste menciona su empleo por los egipcios, quienes lo habian derivado del triéngulo perfecto 3-4-5. Observemos que este tiingulo rectingulo tiene caracteristicas bastan- te andlogas a las del precedente; de modo que el tidngulo isésceles ACC’ formado por ViolletleDuc doblindolo sobre si mismo, se puede considerar 8 encuadrado en un rectingulo cuyo médulo -—~ = 1,6 forma parte de la se- rie de Ios acordes mayores 0 masculinos de Zeysing y de las aproximaciones de ® que da la serie de Fibonacci. 4? El triéngulo isdsceles cuyo angulo en el vértice mide 36°, estudiado por los pitagéricos, o triéngulo del pentalfa, Jo encontraremos, en efecto, més adelante como elemento del pentigono estrellado y del decégono regular. Es un triingulo isésceles tal que el Angulo de la base sea el doble del &ngulo en el vértice (fig, 22). De a + 28 = 180°, 6 = 2a se deduce Sa = 180°, a = 36°. De a = 36° resulta que si este triéngulo tiene como vértice el centro de un circulo cuyo radio R sea igual al lado mayor, la base (lado menor) se- 14 igual al lado p del decégono regular inscrito en este circulo, Pero hemos visto antes que en este caso se tiene: ®. En el AC tp =hed tinico tridngulo isésceles que goza de esta propiedad , Si-se traza la bisectriz BD del Angulo de 72° ABC, _ AD _ BC _ AC se tendré DA = DB = BC y 5 = Re = Ge = porque el tridngulo BDC es semejente al ABC. Hasta aqui, este triéngulo ha escapado a la deno- minacién de egipcio; pero, en cambio, fue calificado de sublime por sus admiradores, 5? El tridngulo isésceles cuya altura es igual a Ja base (figura 23), se parece también a la seccién urea, pues en funcién de la base a el lado es igual a tridngulo considerado tenemos, pues: a a 2 Vs=L ann» 2 V 2 Antes de terminar con los triéngulos observemos que dos triéngulos equiléteros reunidos ot = 63°26" forman un rombo que, sin ser tun poligono regular Cao es Fie, 23 inscriptible en una ciecunfe- rencia), desempeia cierto papel en el estudio de las particiones del plano y como elemento de superficie de ciertos poliedros semirregulares. Lo lamaré rombo regular (fig, 24). (© Observemos que no puede haber teiémgulo Cni atin escaleno) en el que les fret lados, a. by ¢, formen una progresion -P creciente o decreciente porque se tends, cen efecto: «= b ++ ¢ Co bien ¢ = b + a); y en todo tridngulo la suma de dot de sus Tados es mayor que el tercero ©) Vesemos en Jos expitulos wr y vi a propésito de Ja teoria de Lund, que este tridngulo del doble cuadrado (su lado igual es, en efecto, la diagonal de un dable cus- Grado) es un serio rival del triingulo egipeio de ViolletleDuc como elemento diree tor de los trazados giticos Enripapes Gromérnicas 6 BL BXAGONO REGULAR Después de los triingulos, consideraremos el exigono regular inmadiata- mente a causa de su parentesco con el tridngulo equilétero Cfig. 25). El exigono puede, en efecto, descomponerse en seis tridngulos equilite- ros iguales. Tiene la propiedad, tinica entre los poligonos regulares, de ser stu Jado igual al radio del circulo circunscrito, lo que hace muy sencilla su cons truccién Para inscribit un triéngulo equilétero en un circulo dado, se comienza, pues, por marcar los vértices del exigono por medio de una abertura de com: Fro, 25 Fre, 26 pis igual al radio y se unen entre si tres de estos vértices A, B, C, saltando log intermedios (fig. 26). Si se unen también los tres vértices restantes se obtiene el pseudoexé- xgono estrellado 0 exagtama, formado por dos triingulos equiléteros ABC y A’BYC’, Este exagrama (sello de Salomén) desempefia un papel importante en Ia mistica y el arte decorativo judaicos “, El tridngulo equilétero es también, por lo demés, un simbolo hebreo. Igualmente se emplea, como su parien- te el tridngulo rectingulo isésceles Cescuadra), como simbolo masénico. (0) Eyes propiedad confere a Tae de pntosconsinda en un plano, por lo série ye anton de um stoma de exons popes i prcolarad de petccacenteidvope, Las disancis de cusiguleca de lor puntos de ln rod a Te sit Poo quel oan euler ente sy foran dnguleriales co Ib decones Ce Una manifesaciin curio de fecha tasala sobre el mimero 6 ba side cbservada lin los de les pleas de Hent Bertin: Te Marché, Le Détow, le Grtfe ta Raft, Te Valeur, TAsiant, Te Sore, Toa, Samson, Juthy Le Galore 1 Giacesrompe et eto, con Fat psa a sgno del pentgrama. 70 Esrinica pe Las Proronciones La construccién del cuadrado inscrito en una circunferencia dada —del cuadrado que tiene un lado o una Jongitud dada— se reduce a Ja de trazar una perpendicular a una recta, y encontraremos de nuevo al cua: drado como elemento importante de las modulaciones rectangulares. EL, PENTAGONO ¥ EL DECAGONO Al examinar las caracteristicas algebraicas contenidas en el cuadro 1v, dijimos que la seccién durea aparece en las razones lineales que resultan de los trazados conexos del pen- tagono regular y del estrellado, y del decégono regular y del estre Jado. Entre otras, observé que en Ja misma circunferencia circuns- crite se tenia: ellado lado pentigono Tado p lado decigono estrellado radio tigono regular radio ® Jado decigono regular En su Tratado de las Pro pporciones explica Durero la cons- truccién adjunta (fig. 274) de los lados del pentégono y del decé- ‘gono regulares inseritos en una circunferencia dada. Puede com- probarse por medio de las relacio- nes siguientes: p= 2 Vi0-NS para el lado del pentégono. Regi k Foo. 27 4=2 say =2 para el decigono, siendo PH Ia Tongitud del lado del pentégono regular inscrito en el cicculo de radio IJ y PL €l lado del decégono regular. Exrmapes Gromérnicas n La figura 27b, que es sencillamente la construccién norma’ de Ia sec: ion urea cuando I] es el término mayor, presenta los interiores geométricos del diagrama de Durero. Observemos que PJ es el lado decigono estellado por ser 7 = Se ve inmediatamente en la figura la relacién Iamada teorema de Eudoxio. Si: pres el lado del pentégono regular fe — = estrellado, hel del exdgono igual al radio, d, al lado del decégono regular, a= — — estrellado, se tiene, en el triéngulo rectingulo PHI: pea Re 4de=l + de. El lado del pentagono estrellado inscrito en la misma circunferencia de radio IH es HE, También se pueden comptobar en Ia figura 28, las rela- Cd, +4)? = p? + pe pea Rds QRY = p2 + de Los rectingulos HGEI y HERP tienen como d éddulos respectivos y - siendo los dos igua- Tes a ®. EI médulo del rectan- ‘gulo PIHO es igualmen- R weeny También se puede comprobar_algebraica mente que PE es el la- do del pentagono estre- Vado inscrito. en una circunferencia de ra dio PH. Esta relacién existe entre la diagonal y el lado menor de todo rec- tingulo de médulo . Si se divide una circunferencia en diez partes iguales, ‘A DE LAs Proponciones tomando como sbertuca de compis d, == <=, se obtiene, uniendo entee si los 3 puntos consecutives: ef decigono regular (fig. inf. izda, Mim, 8), uniendo el Primero con el tercero, etc... (saltando un punto cada vez): cl pentagono regular (fig, sup. i2da., Kim. 8) uniendo ef primero al euarto, ete... Csaltan: do dos puntes): el decagono estiellado (fig. inf. dcha., kim, 8), uniendo el primero al quinto, ete... Csaltando tres puntos): el pe ede Ci gura sup. deha. kim, 8). En [a figura 29, Jas cuatro el mismo circulo Cinco triingulos isdsceles su blimes (de Angulo en el vértice igual a 36°) entrelazados, dan el pentagrama completo (pentagono regular y estrellado). En la limina 9, la figura de arriba representa Ja construccién de un rosetin pentagonal segtin el Almagesto de Ptolomeo, y la de abajo, dos variantes de la cons: truccién del lado del decégono; Jas tres construcciones son varian- tes de la seccién aurea, En la pagina 69 damos el cuadro v que recapitula las relaciones algebraicas entre la razin © y los lados Fic, 29 de los pentigonos y decigonos regulares y estrellados (lig. 30, a, b) La figura 1, Limina 10, reproduce la elegante construccién con una sola Exripanes Grontérnicas. B cUADRO V a = 36°, 8 = Qn = 72%, y = 3a = 108 pr lado del pentagono regular convexo, pe lado del pentégono estrellado, d, lado del decagono regular convexo, d, Jado del decigono estrellado. Ree | inseritos en et circulo de radio R sen 18° cos 72) cos 36° abertura de compas de un pentégono de lado dado AB, dade por Durero y encontrada nuevamente por F. M. Lund (en un tratado de Geometria del siglo xv. La construccién es empirica, y el pentégono asi obtenido, aunque equilitero, no es regular, sino ligeramente alargado hacia arriba. La construc: cin rigurosa necesita el empleo de la seccién éurea (fig. 2, Mimina 10), y conduce, como lo observa Lund, a Ja figura Hamada pentagrama de Hips- crates 1) (fig, 3, ldmina 10). 2) Ad Quadratwm, citado mis adelante, en el expitalo vt 02) Hipderates, reo aemador de Chios, se dedicé al estudio de la Matemitica y fue expulada de la secta pitagérica por haber divulgado ciertos secretos _geomeétrces "4 Esrénica bE Las Proroncionss En la Kimina 11, yuxtapongo a la misma escala Ja construccién rigurosa detallada Cabajo) y el diagrama de Durero (arriba). En este tltimo, el tridn- gulo equilétero, el cuadrado y un pentigono equilitero, pero no’ rigurosa mente inscriptible, estén enlazados en un trazado simple y vigoroso, Veremos Lassa 10 ‘Tees construcciones del pentigono regular Capitulo v1) que cl arquedlogo noruego F, M. Lund antes mencionado, en- contré de nuevo el diagrama de Hipécrates y sus variantes en muchos pla nos géticos de estructura pentagonal radiada, Ya hemos visto que Ia razin de la seccién furea gobiema las relaciones entre los pentigonos y decégonos regulares y estrellados y las circunferencias inscritas 0 circunscritas tanto en las ecuaciones como en los grificos Los antiguos conocian esta afinidad; los disefpulos de Pitigoras dieron el puesto de honor al pentégono entre Jas figuras planas. Paccioli Jo exalta Enripapes Gronté CAS 78 con fervor, Vignola, muy influenciado por la doctrina del monje de Bolonia, levanta sobre un plano francamente pentagonal el soberbio palacio de Cx arola. Prac el pentégono estrellado 0 pentagrama el que tuvo el honor del simbolo, Pitagéricos y neo-pitagéricos lo usaron bajo el nombre de pentalfa como emblema de la salud y de Ja vida (cinco A entrecruzadas), de tal mo- do que las letras situadas en los vértices componian la palabra vyins, que més adelante los gnésticos Ja sustituyeron por Inovs. Como estrella de cinco pun tas, el mismo simbolo sirvié en la Edad Media de sello a la Santa Vebme; Paracelso en el siglo x y el P. Kircher en el xvis, lo mencionan también, Ademis, el sabio jesuita narra a este propésito en el capftulo De Magicis Amuletis de su Aritmologia, que en visperas de una batalla contra los gilatas, Antioco vio en swefios a Alejandro mostrindole la estre Ia de cinco puntas y que sus ma: gos le aconsejaron enarbolar este emblema como estandarte duran- te el combate. He vuelto a encontrar una variante especial del pentagrama fig. 31) estampada en la parte inferior de las actas masénicas de tuna logia del rito egipcio hacia 1860 ©, cuyo dltimo avatar es Ja Estrella Roja de los Soviets En un articulo publicado en enero de 1921 en el L'Amour de FArt, Monod-Herzen menciona una ley de la Taza de Oro que, Fo. 31 enunciada en Egipto y en Gre- cia, habria sido recogida en Bizancio por los cruzados para ser emplea- da en seguida por los arquitectos y orfebres de Occidente. “La crénica cuen- ta que en tiempos de los griegos se construyé un maravilloso tazén de oro compuesto de una copa propiamente dicha y de su pie. No se dice cuél era su perfil, sino solamente que si se dibuja un pentigono convexo regular ABCDE y se trazan las diagonales BE, BD, EC, la parte sombreada da la armadura esquemética de la taza”. © Gran Oriente de Egipto, Logia de los sabios de Helidpolis. Los puntos T ‘equidistan del centio O y de los vértices de la estrella, A Cfig. 31); la figura se ob- tiene uniendo cada punto T a los dos vértices adyacentes, B y E, de un pentigono del gue sélo se marean los vertices 6 Esrénica ne 1as Pnoronciones Lésuwa 11 Construccién del pentégono regular dado el lado, segin jo) Durero (arriba) y segin Hipéerates (4 Exripanes Gromérnicas. 7 La Rezin de la Taza de Oro esté dada, segin Monod-Herzen, por: i epee Vi0r2v5 2 que en todo pentégono convexo relaciona las longitudes del lado y de la agonal, y se ve que: diagonal, y 1 een No sé en qué erénica se encuentra esta historia de la Taza de Oro, pero, auténtica 0 no, veremos mis adelante, a propésito de las medidas prac- ticadas por Hambidge y Caskey sobre un gran niimero de vasos griegos, que resume o simboliza bastante bien el resultado de sus observaciones. En el diagrama de la fig. 32 se observa que B BE NI AM_ NM BA ‘@ ~ IM ~ NM” N = NL ABE = EBD = Dic = 36°. ‘Como todos Jos poligonos regulares construibles cuyo mimero de lados || pentgono ha sido a menudo empleado en el tra- no es demasiado gran zado de los rosetones géticos: re produzco en el capitulo v el es quema original de un per de ba- yas agujereadas de motivo penta- gonal que se encuentran en Notre-Dame de Pars EI pentagrama completo, que Lund descubre ya esculpido en una iglesia bizantina del siglo v1 en Spalato, figura también expl- citamente en un vitral de Notre- Dame. Hemos visto ya que el deci- gono regular, pariente cercano del entigono, se componia de diez tridngulos isésceles sublimes (de alos en el vértice iguoles a 36°) yuxtapuestos en tomo a un centro al que convergen sus vértices: ha sido empleado en Arquitectura en Jos trazados del templo de Minerva Médica en Roma, del Mausoleo de Teodori- co en Rivena, de la iglesia roménica de San Gergon, en Colonia y da tam- bién el trazado de uno de los rosetones de la Sainte-Chapelle. Esrénica DE LAs Pxoponcrones ocrécono, El octégono no es estructuralmente més que una ampliacién del cua- drado por el desdoblamiento de sus lados, lo mismo que el exégono lo es del tridngulo equilitero por ef mismo procedimiento. Uniendo de todas las maneras posibles en una circunferencia los ocho puntos equidistantes ABCDEFGH, se obtiene, ademas de la forma degene- rada 0 pseudo-octogono estrellado (fig. 33¢) compuesta simplemente de dos cuadrados (lo mismo que el exagrama, pseudo-exigono estrellado, se xedu- ce a dos tridngulos equiléteros) 19 El octégono regular (con- vexo) ABCDEFGH (lig, 332), ha representado un gran_papel en Arquitectura, habiendo servido para el trazado de muchas igle- sias, cdpulas y torres, principal- mente en las épocas bizantina, frabe y roménica (San Vital de Ravena, catedral carolingia de Aguisgram, mezquita de Omar en Jerusalén, Saint Nectaire, etc.) 2° El octégono estrellado ADGBEHCFA (Cig. 33b), ha sido especialmente empleado co- mo motivo geométrico de orna- mentacién en el arte decorativo musulmin Cestucos y techos mo- riscos, encajes de mérmol indo- mongoles, etc. Enripanes Gromérmicas 79 Los poligonos de un niimero de lados superior a diez no oftecen gran interés desde el punto de vista grifico, y a pesar de los diez afios que el profesor Hermes le consagré, el 65.537-gono corre el riesgo de no alcan- zar un empleo corriente, Adjunto, sin embargo, una construccidn elegante del pentedecigono poligono regular de quince lados) que copio del Gran Larousse Tlustrado Gig. 34). R Se construye primero el lado del decégono regular AC = >; luego se traza AB = R, lado del exigono; BC sera el lado del pentedecigono, ya que subtiende un areo de = - xe = 24° que es la quinceava parte de Ja circunferencia, La longitud de este lado BC es: La catedral de Rudn y la de ‘Amiens poseen cada una un 10- setén de trazado pentedecagonal, que tiene como niicleo el pen- tagrama, Para los que, desdefiando el teorema de Gauss, quieran inscri- bir un eptigono regular en un circulo 0%, doy finalmente la construceién de Durero que, aun- que empirica, es sorprendente co, mo aproximacién (fig. 35). So- bre I, punto medio del radio OA, se traza una perpendicular a éste: TH es entonces un valor aproxi mado del lado del eptégono, Fic. 35 05) La fSemula dada al comienzo del capitulo demuestra que existen también dos pentedecégonos estrellados. wa , G8) Los pitagérieot sabian que no se puede dividir una cixcunferencia en siete partes jguales; si 5 era para ellos el mimero de Afrodita, de Ia vida universal, suma el principio masculino y del femenino (del primer mimero impar completo, 3, y del primer mimeso par), 7 era, por el contario, el simbolo de la vieginidad, PE1ICA DE LAS PROPORCIONES WL LOS POLIEDROS Hemos visto que el néimero de poligonos regulares (Jados iguales, n- gulos en los vértices iguales y situados éstos sobre una misma circunferencia) es infinito; se pueden concehir poligonos regulares convexos de 3, 4. 5, 6, 7, 8,9, 10, 11, 12, 13, 14, 15,... m,.-. lados, representando un niimero en tero cuslquiera, tan grande camo se quiera. También hemos visto que, aun- que la construccién geométrica cuclidiana (con la regla y el compas) de una gran parte de estos poligonos sea imposible queda, a pesae de todo, wn nt mero infinito para los cuales puede hacerse, como por ejemplo, la serie de po ligonos para los quem — 2m, siendo sm un mimero entero cualquiera Si del plano pasamos al espacio de tees dimensiones, resultan como co- lamadas rrespondientes. a los poligonos regulares convexos, figuras sélidas poliedros regulares, que ticnen como caras poligonos regulates idénticos (pa: ngulos.silidos a el mismo superponibles), unidos por aristas de igual longitud. Cada uno de estos. por liedros regulares es inscriptible en una esfera: pero su niimero, en Ingar de set infinito, esté Jimitado a cinco (), y estén representados en In Kimnina 12, ementos constan en el cuadro vr de la pigina 78. liedro), que convergen en vértices idénticos Entre el mimero de vértices, Jados y caras, tenemos para cada poliedro Ja formula de Euler shfse+2 Exta formula es general para todos Jos poliedros convexos, incluso para Es Fel demostr que no puede haber mis de cinco, abservanda que para que wrexas posibes, expresso que ‘en cada 360°, dcbiendo estar estos dngules planos nima de 3. Esto lar tenga angalos slides vn poliedio « sea inferior vértice Ja suma de los éngulo CGeietas Tas caras.planas pe ignnales a que pertenecen) en mime exdluye, deste luego, Ia posbilidad de un poliedro regular que tenga exigonos como cates (pues 3 120° es ya igual a 360°) y a fortiori, poligonos de mas de seis lados, Esto exeluye también los poliedtor en cuyos vértices convergiesen mis de tres pen 81 Lanta 12 Los cinco, paliedros regulates o euerpos platénieos Enripapes Gzomérnicas 83 2 Esrética pm_1as Proroncionss i independientes unos de ottos, los cinco poliedros regulares tienen entre si ‘Neimero| — OSIe-_ T_T intimas relaciones estructurales. ) te | Nuimero de tados| Nuimero de caras | Nombre Observemos primero que del octaedro se puede deducir el cubo y de | peices! Camis) | Con sus earactetsiess) | del éte el octaedro por medio de una transformacién recfproca, tomando los js e f | poliedro centros de figura de todas las caras 0 haciendo pasar por los vértices planos a |, = tangentes a la esfera circunscrita, 4 6 4 tridngulos equiléteros) Tetraedro La misma relacién de reciprocidad existe entre el icosaedro y el dode- G por vértice) | C3 por vértice) | caedro, E] tetraedro, en particular, es autopolar, lo que quiere decir que se 6 12 |8 wiingulos equiliteros: Octaedro convierte en si mismo por trans: | C4 por vértice) C4 por vértice) foam recipe €. E Existen otras formas de pasar, SY) o | @ portcicey| Cpe ae directa 0 indicectamente, de uno jy AE a ° : cualquiera de los cinco poliedros R 20 20 tridngulos equiliteros; Teosaedro platénicos a cualquiera de los | | G por vértice) | CS por vértice) Lee | 20 30 12 pentigonos Dodecaedro 19 Los vértices ABCD de un 3 por véstice) |G por verte) | los irregulares ), Los cinco poliedros regulares se aman cuerpos platénicos por su importancia en la teorfa molecular y en la cosmografia de Platén. ‘Otra distincién importante es que mientras en el plano, el tridngulo, el cuadrado y el pentigono, por ejemplo, son geométrica y algebraicamente tégonos (siendo el éngulo en el vértice del pentigono regular de 103" se tiene gue 3x 108 < 360°<4 x 108"), mis de tres cuadrados (4 xX 90° de cinco tiingulos equiliteres (6 x 60" = 360°), (Fig. 36). No quedan, pues, como posible: vértices para un poliedro regular, sino aque os en que se encuentran tres, cuatro o cinco tringulos, tres cuadrudos o tres penté gonos. Se obtienen_precisamente asf los cinco peliedios regulases, Ch) Hay en Anat Sins unn tena gta my genel do Tos sstemas de par try lineas dela que ne pode deducir ln tora de’ 16 poled sera deter Co tin aimere caslquer) dimensiones, en particular, la TSmrula de Euler a sto gene ralizada por Schlifli para un espacio de un mimero cualquiera de dimensiones, y et Fo vey DE ARS h siendo An el niimero de elementos de K dimensiones de un hiperpelisdry conver Co ds bien politopo) de m dimensiones. Sin salir de los silogismos numéricos del Ana Isis Situs, se pueden establecer —partiendo de la fécmula f+ 2 = ¢ -+ 2 las entacte- risteas de los cinco puliedros Ceonvexos) regulures. En efecto, si en cada vértiee convergen 4 aristas y si cada cara ex un poligono de b lades, se tiene a.2 = b. f = 2c. Por lo 2e tam: s = f= Ey teniendo en events f + ¢ = © + 2, raul: cubo son vértices de un tetraedro regular cuyos Tados son seis de las diagonales de las caras del cubo “Zé B Gig. 37); las seis diagonales y los {| cuatro vértices EFGH dan oto C9 F tetraedro Peer 29 Los puntos medios de fos seis lados de un tetraedro regular son los véstices de un octaedro regular (fi gura 38). «(2+ pa ij=a De aqui se deduce que a yb no pueden ser a la vex iguales o mayores que 4, y como, segun su signifiercén, no pueden ser menores que 3 juno de los dos por lo me- hes debe ser igual a 3. Pero si uno es igual a 3, el otro debe ser menor que 6, porque rod 1 2g Les mayor que 4; huego los sinicos casos posbles son: 4 oF mayor que 5: nego los és posi a=3 0 ba3 e a4 Tetracdo a=3 b=4 oc s=8 Cabo s=4 bad cc s= 6 Octaedeo e=30 bes ¢ s= 20 Dodecaedro e=5 b=3 c= 30 r= Teesaedeo (29) Entre um poliedeo y su reciproco existen las relaciones siguientes: el miimero de caras de uno es igual al mimero de véstices del otto; y el miimero de lados es el mismo. (20) Estos dos tctracdros enantiomarfos (idénticos sin ser superponibles, como ‘un objeto y nu imagen reflejada en an espejo) forman la Stella Octangula de Kepler y tienen como micleo comin el octaedro reefproco del cubo ABCDEFGH. 84 Esvérica DE Las Enripapes Gromirucas 85 39 Los veinte vértices de un dodecacdro son también los vértices de cinco tetraedros regulares (con el centro de figura comiin con el dodecaedro); su miicleo comin es un icosaedso. Los vértices de un dodecaedeo pueden obtenerse, ademis, de dos gra pos diferentes de cinco tetraedros cada uno, siendo los dos grupos enantion norfos entre si 4° Un grupo de cinco cubos puede dar también los veinte vértices del dodecaedro de modo que cada vértice de éste coincida con dos del cubo (si en cada cubo se inscriben dos tetraedros se obtienen de nuevo los dos jue- ‘gos de tetraedros de que hemos hablado antes) 59 Los doce vértices de un icosaedro estin sobre la Fic. 28 superficie de un cubo (fig. 39) @. 6 Si se prolongan todas las aristas (0 caras) de un dodlecaedro, los puntos de interseccién son los doce vértices de un icosaedro @), | 345) 3041 ¢ @ =o. 2 Sat R | VE ES ) ee V5 42/5) 79 Si se prolongan todas las aristas Co caras) de un icosaedro, se obtie- nen los veinte vértices de un do- decacdro , Estos dos procesos de trans: Formacién por brote del icosaedro en dovlecaedro y reciprocamente, estin representados en In fig. de V5 radio de la esfera tangente en los puntos medics de las aristas 'S-Gea total del poliedeo V volumen del poliedro CUADRO VII abajo de la lim. 14, en proyeccién simétrica ortogonal. El niicleo generador es un icosaedro que da origen al dodecaedto punteado y &te, a su ver, produce un icosae- dro que Io envuelve todo. Basta examinar el cundro vit para observar que el icosaedro y el dodecacdto presentan, en todas inserito a un poliedio is poliedro regulae sus proporciones numéricas, mo dulaciones sobre el tema de la Fic. 39 seecién urea y desde este punto de vista parecen gozar en el espacio del mismo monopolio que el. pentigono y el decigono en el plano. @D La razén entre Ia asta del cubo y le del icosaedro inserto 5 &. (2 La raain entre Ia arista del icosdedso envolvente y Ia del dodecaedro gene- rador es #2, Dodecaedro (2) La rasta entee Ia arista del dodecaedso envolvente y la del icosaedso ge nerador e @. a Tongitad de Ta atista de 1 radio de la esfera Tetraedro Octaedro 86 Esrérica pe as Pnoroncionrs eeeed Lo ------ SS Lana 13, Anausa: Proyeccién oxtogonal de un ieosaedro y de un dovlecaedro inscrito en un cubo Asajo: Variante Geométricamente se comprende todo esto al examinar las siguientes laminas La lim. 13 (arriba), re presenta las proyecciones de un icosaedro y un do- decaedro, inscritos en un cubo de tal manera que sobe la superficie de é&te se encuentran los doce vértices del icosae- dro Cy seis de sus aris- tas) y doce vértices (de los veinte) del dodecae- dro Cy seis de sus aris- tas). Sia es la longitud de la arista del icosaedro, y aa la longitud de la arista del dodecaedro, se tiene en este caso: Los ocho vértices res tantes del dodecaedro coinciden con los ocho del cubo interior (de la- 1 do con respecto. al del cubo mayor) cuya arista es igual a la del icosaedto. La Kim. 13 (abajo), re- presenta una proyeccién andloga, Los doce vérti- ces del icosaedro Cy seis de sus aristas) se en- cuentran también sobre Ja superficie de un cw bo, cuyos ocho vértices coinciden con ocho de los vertices de un dode- caedro que tiene su arista igual a la del ico- saedro, Los otros doce vertices y seis de las aris tas del dodecaedto se en- cuentran sobre Ta super- ficie de un cubo envol- vente tal que la longi- tud de su arista y la de Ia arista del otro cubo estin en la razén @, Si se colocan sobre la superfice del cubo menor Jos seis vértices de su cetaedo reciproco y los cuatro vértices de un te traedco coincidiendo es- tos ultimos con cuatro de los vértices del cubo Cque pertenecen tam- bién al dodecaedro) se obtiene una proyeccion de todo a uno de los cinco cuerpos platénicos iimina 14, arriba). Las figuras de las Ke minas 13 y 14 presentan todas modulaciones rec tangulares en © que vol- vveremos @ encontrar en el estudio de los rectén gulos dinémicos. Se pueden todavia in- dicar, de acuerdo con el cuadro vit y las liminas 15 y 16, que representan las proyecciones simétri- cas del icosaedro y del dodecaedro, una serie de relaciones entre el pen- Exrmapes Geomérnicas 87 NWS y unidos por 2 triéngulos equiléteros, siendo 1 el ntimero de lados de los poligonos directores). Los prismas y los antiprismas regulares asi definidos tienen todas las propiedades de los poliedros arquimedianos y se adaptan a su definicién general, Los trece poliedros arquimedianos, ast como los prismas y_antiprismas regulares, pueden representarse en desarrollo plano y construirse en seguida ajustando las caras por el método elemental de Durero. Entre los poliedros arquimedianos, dos son lo bastante notables, debido a sus propiedades geométricas, para merecer especial mencin, Son los si- guientes: 19 El cuboctaedro que tiene doce vértices, veinticuatro aristas Ciguales), catorce caras, ocho de las cuales son triingulos equiliteros y seis cuadrados. OA=AB: arista BC, etc. (en realidad) R, § = 2R* G43), VaZRye 5 RV Puede obtenerse tomando los puntos medios de las aristas de un cubo 0 de un octaedro, La fi gura 43 representa esta construc: cin aplicada al cubo. El cuboc- tacdto tiene la notable propiedad de que su arista es igual al radio de la esfera circunscrita, y corres- ponde —desde este punto de vis- Fie. 43 © La férmula de Euler s + f = 0 + 2 se aplica a lor prismas y antiprismas regulares lo mismo que a todos los poliedros convexos 94. Egrérrea DE Las Proronciones tax al exégono regular que, como hemos dicho, goza de una propiedad ané- Joga en el plano (su lado es igual al radio del citculo circunscrito) Veremos en el capitulo siguiente @ que tiene dos propiedades xinicas corespondientes a las caracteristicas del exigono, Si se considera la esfera que circunscribe, sus doce vérntices coinciden con los de los tres exigonos deter- minados por las intersecciones de tres circulos maximos inclinados 60° uno sobre el otro, El] cuboctaedio tiene capital importancia en Cristalografia En Arquitectura suministra, con la esfera ciscunserita, el diagrama de Ja construccién de una ciipula bizantina sobse pechinas. Los vértices del cu- boctaedro coinciden, en efecto con los puntos de contacto de seis circu- los tangentes ortogonales Cinscritos en las seis caras cuadradas del cubo generador). Si se considera la mitad superior de Ia figura 44, los semi- circulos verticales AEB, BFC, CGD, DHA, son las posiciones de los ar- cos torales, el casquete esférico MEFGH representa la cdpula, y los triingulos esféricos EBF, FCG, GDH y HAE las pechinas que, en esta solucién (la empleada por el arquitecto de Santa Sofia) forman : parte de la misma esfera que la cd- Fic. 44 pula #9 Clim, 17, arriba). 20 El octaedro truncado o tetra kaideeaedro de lord Kelvin, 0 eptaparaletoedra de Fedorow, que tiene veinti- cuatro vértices, treinta y seis aristas iguales, catorce caras de las que ocho son cexigonos y seis cuadrados Lo llamaremos poliedro de Kelvin, Puede obtenerse dividiendo en tres partes iguales todas las aristas de un octaedro; los dos puntos que sirven par ra esta divisién sobre cada arista dan los veinticuatro vértices del poliedco @ En el examen de los problemas DP Particién isdtropa ideal de los puntos deb espacio; 2° Cobertura isitropa del espacio por esferat tangentes, teniendo estos dos problemas como solucién el mismo conjunto de puntos 20) Se sabe que existe otra solucién en la que la eépula es un hemisferio com- pleto colocada sobre cl cisculo EFGH como circulo ecuatorial. En este caso, la edpula Y Sie pechinas no forman parte de la misma esfera (lim. 17, abajo), Enrrmapes Gronémicas 98 arquimediano buscado, que tiene ocho caras exagonales y seis cuadradas Gig. 45). Como ha demostrado lord Kelvin posee la propiedad tinica entre los trece ceuerpos arquimedianos Cy reservada al cubo entre los cuerpos platdnicos) de poder (por repeticién) lienar el espacio sin dejar intersticios. El exgono tie- ne la propiedad plana correspondiente. El prisma exagonal (y, a fortiori, su subméltiplo el prisma triangular) posee también esta propiedad heredada directamente del exigono. Se puede decir que, lo mismo que el dodecaedro y el icosaedro represen- tan la ampliacién del pentigono regular en el espacio de tres dimensiones, el poliedro de Kelvin y el prisma exagonal son ampliaciones del exigono regular, Se ve, pues, que a medida que se pasa a un espacio de ma- yor niimero de dimensiones, re sulta una especie de especializa- cién, de divisién del trabajo, pa- za las propiedades concentradas en un solo individuo del espacio inferior. Por otto lado, tipos que —en dos dimensiones— no tie- nen ningtin parentesco estructu: ral o algebraico, como el cuadra- do, el triingulo, el pentagono, descubren afinidades insospecha- das cuando se generalizan con Jos corespondientes tipos supe Se puede construir también el poliedro de Kelvin partiendo de ocho cu bos yuxtapuestos, En el centio de cada una de las seis caras del cubo ast for- mado se encuentran cuatro aristas, y los puntos obtenidos al tomar las mita- des de estas veinticuatro aristas son los vértices del poliedro buscado (lémina 18, arriba). ‘Antes de dar por terminado este estudio, consagraré todavia algunas It neas a otros dos poliedros arquimedianos: N° 3, el triakontigono 30 vértices; 60 atistas iguales; 32 caras de las cuales 12 son pentégonos y 20 tridngulos equiléteros, obtenidos tomando como vértices los puntos medios de las treinta aristas del Fie, 45 96. Esrérica DE LAS PRoPoncIONES i Lésaa 17 Annina: Cépula bizantina sobre un cuboctaedro ‘Anajo: Variante con cipula sobreelevada dodecaedro 0 del icosae. dro, En la limina 18, abajo, no doy los detalles de esta derivacién a partir del poliedro generador, porque complicaria mucho Ia figura, sino el resulta- do, es decir, el triakonté- gono en una proyeccién simétrica ficil de cons- truir partiendo de un pen- tégono y de un decégono concéntricos y de lados iguales. Siendo derivado del Aodecaedro (0, a eleccién, del icosaedro), este cuer- po debe acusar Ja presen- cia de la seccién durea. Se tiene, en efecto, la rela- cién = R de la esfera circunscri- tay la aristat del triakon- tégono, que es pues, en cierto modo, la ampliacién del decégono regular a la tercera dimensién, Sus treinta vértices coinciden, por lo dems, con los vér- tices comunes de seis de- cigonos definidos por las intersecciones de seis cfr- culos méximos sobre esta esfera circunscrita, Yn? 4: El cuerpo arquime- diano de 24 vértices, 48 acistas iguales y 26 caras, de las que 8 son triéngu: los equiléteros y 18. son cuadrados. ® entre el radio Exrpapes Gronérnicas ” Lintina 18 ‘Anasoa: Poliedso de Kelvin. - Anayo: Triakontégono (proyecion orogens) 98 Esrérica pe_1as Proronciones Se deriva del cuboeteedso tomando como vértices los puntos medios de las veinticuatro aristas de este iltimo. También se puede obtener combinando tres prismas regulares octogonales ortogonales dos a dos. Es el poliedro de cristal que esté flotando en el aire en el cuadro de Ja- copo da Barbari. En general, no oftece gran interés, si no es que, siendo muy facil de construir, sirvié en otro tiempo de modelo para ciertos faroles de vidrio. Prolongando las caras 0 las aristas 0 uniendo a través del cuerpo los lados de Jos poliedros arquimedianos convexos, se obtiene un cierto niimero de po: liedros estrellados, semirregulares, que se pueden amar arquimedianos estre- Mados. El mis interesante es el icosadodecaedro, cuyas caras son pentégonos estrellados y triingulos equiléteros. También se pueden construis los poliedros reciprocos de Jos trece arqui- medianos tomando los centros de figura de todas sus caras, Se obtienen ast trece poliedtos que no son inscriptibles en una esfera, cada uno de Jos cuales tiene por caras polgonos iguales, pero no regulares; los éngulos sélidos en los vértices son, por el contrario, regulares pero no iguales (no superponibles). No doy el cuadro, pues puede deducine del de le poliedros arguimed anos me- diante una relacién de reciprocidad (9, Tiencn nombres pintorescos: granatoedros, lencitoedros, diamantoedros, gi roedros; pero oftecen poco interés, salvo los dos granatoedros: 1° El granatoedro octaédrico, mis comtinmente Ilamado dodecaedro rém- bico, cuyas doce caras son rombos regulares. Tiene veinticuatro Iados y cater ce vértices (ocho de tres aristas convergentes, y seis de cuatro aristas). Es la figura reciproca del cuboctaedro @) Tiene In propiedad de poder (por repeticién) Ienar el espacio sin dejar intersticios (como en el plano el rombo regular, del que es su ampliacién al espacio de tres dimensiones). 2° El granatoedro icosaédrico 0 triakontaedro rémbico, reciproco del tria- Kontégono, Sus caras son treinta rombos y tiene sesenta aristas y treinta y dos vértices (veinte con tres aristas y doce de cinco aristas convergentes) de wis de uno igus ade cat ees ye de los de ana cars coespnde ST de arsas que concern en wits conepontones ie sto talc, Le hee tecen deol poste obteens lanbeehasada peas Eres, wie a dy de sn peice Irae pe lon iS cans ean deieaele Ste = * Jos treinta Iados de uno sean perpendiculares a lot teinta lados del otco en sas puntos Enxriaes Gromérnicas 99 Como ya hemos dicho, el nombre de Platén esté asociado all grupo de los cinco poliedros regulares propiamente diches. Piero della Francesca les consagré su tratado de Quinque Corporibus dedi cado al duque de Urbino en 1492; Arquimedes estudis los trece cuerpos se aliz6, junto a los cuer- cl cuboctae mirregulaces que luego tomaron sti nombre; Paccioli a pos platénicos, ciertos poliedros semirregulares, y, en particular, dio y el poliedro de Kelvin “il corpo de 14, cive 6 quadrate, 8 exagone” Darero construyé ocho de ellos por su método de desarrollo sobre el plano. Pe ro el autor del Renacimiento que més se dedicé a Ia representacién de ‘os cuerpos arquimedianos fue el omnisciente Doniel Barbaro, patriarca de Aqui- ea y diplomético veneciano, En su Prattiea de la Perspettiva (Venecia, 1569), Jos obtuvo todos por ablacién de los Angulos o de las aristas de los pole: dros generadores ); Jos desarrollé sobre el plano por el método de Durero, construyé los cuerpos estrellades obtenidos colocando pirdmides regulares s0- bre sus diferentes caras, y reanudé también los estudios de Paolo Uccello Cha- cia 1400), el primer pintor gedmetra del Quattrocento, sobre Jos anillos pris iiticos conseguides inscribiendo poligonos regulares en toros @ que eriza a su vex. de pirémides, Por iiltimo, Kepler, matemético y astrénomo del emperador Rodolfo II, protector de los alquimistas, se ocupa extensemente de los cinco cuerpos regu lares en sui Mysterinm Cosmographicum, inspirado tal vez por las pechinas es- telares que, en Ja catedral de Hradschin, sirven de candelabros a la capilla de Jos Caballeros de la Estrella Roja, y estudia y bantiza (1619) los poliedros es trellados. E] siglo x1x reanudé el estudio matemético y la clasificacién, de los séli: dos. geométricos que, sirviendo de punto de partida a la teorfa de las pati ciones homogéneas, permitieron establecer las bases de Ia Cristalografia. Ob: servemos que, por un curioso efecto de boomerang, fue la consideracién de Jos diversos movimientos posibles del icosaedro regular lo que permitié a Klein aplicar Ja teorfa de grapos a la solucién de Ia ccuaciin general de quinto grado ©), relios estes teint pares de lados perpendculares reptesentan Jos tcinta pares de Alagoncles de Tas canny de un tcshomtedeo embien (0) Ente un método pido para cbtenerinmediaterente, sin intermedia de Figu tas, las cataterien del polled derivado de cto, tomando uo9 © dos puntos sobre Gia ios de sor aizar Este proceliniento, alo sobre una netaetin Sibi muy Sencilo, permite orentarse sin confusion en esas abundantesfillciones de_ polos tis o ence regular, a partir de sus cinco anteasadin platénicos {i} Figues Hamade maszochio, aludiendo al nombre de um bonete de patio de ext forma que se taba en aquellaépic "Las susttuciones dels tacos de In ecusciin de quinto grado correspenden 4 los sesenta movimientos posibles del icosnedo. Cariruzo IV PARTICIONES DEL ESPACIO, EQUILIBRIO CRISTALINO Y PRINCIPIO DE MINIMA ACCION La Naturalesa no infringe jamés eu propia Ley. (Oh, necesidad inexorable! Obligas a todos Tos efectos a ser los resultados directos de sus ‘ausas, y, por una ley supreme e irrevocable, ada accion natural te obedece de acuerdo con el process mis corte Leoxanoo pa Vexet 1 PARTICIONES DEL PLANO Recortemos trozos de cartin en forma de tridngulos, cuadrados, pentigor nos, exigonos y octégonos regulares, y tratemos de colocarlos unos al lado de otros sobre una hoja de papel, con objeto de cubrie su superficie sin dejar in- tersticios, Si intentamos hacer este mosaico, este dibujo de pavimento con un sélo tipo de figuras, Io conseguiremos con el triéngulo equilétero, el cuadra- do y el exégono, pero no con los otros dos. La teoria nos demuestra también inmediatamente que sélo los poligonos regulares cuyo ingulo en el vértice es un subméltiplo de 360° pueden satisfacer Jas condiciones impucstas, y obte- nemos (fig, 46) los éngulos de 120°, 90° y 60° que coreesponden justamen- te al exigono, al cuadrado y al trifngulo equilétero, y no hay otra solucién. La limina 19 representa estas tres redes elementales. La red exagonal se de- riva de la triangular suprimiendo cierto niimero de lineas, y, a la inversa, Ja segunda puede sacarse de la primera descomponiendo cada exigono en seis tridngulos. Si se inscribe una circunferencia en cada una de las casillas de la red exagonal, se obtiene (lim, 20, arriba) la distribucién més compacta de circun- ferencias iguales tangentes en un plano cada una lo es a las seis que la ro dean), El sistema triangular también da Ta misma agrupacién de circunferen- Panriciones et Esracio tol cias con los vértices de los tridngulos como centros y las mitades de los Tados como radios ‘. Tomando los centros de Jas circunferencias tangentes ins- critas en la red exagonal, se vuelven a encontrar los vértices de la triangular, y el mismo resultado se obtiene con los centros y los puntos de conc a b Si se consideran los vértices 420° or Wr y los centros de los exagonos (o yo Lec de tonmene d ie oe wor 7 cunferencas y los eentos de 6 20° soe | 90° tas), Ia red eriangular es también Ja ‘nica perfectamente isétropa en el plano, es decir, homogénea desde el punto de vista de la es ‘ructura lineal y angular. Esto se debe a la propiedad del exigono de tener su lado igual al radio del cireulo circunscrito, Se puede obtener este sis: tema de puntos (red triangular, red de vértices y centros de exigonos yuxta- puestos, 0 red de los puntos de tangencia y centros de las circunferencias ins- critas), dividiendo el plano en tridngulos equiliteros por medio de tres sistemas igualmente incl nados de rectas paralelas equidis: tontes (fig. 47), La figura puede concebirse obtenida a partic de un teidngulo central (el teiingulo som breado) como néicleo o de un tridn: gulo envolvente. La red exagonal propiamente dicha se encuentra ADA EDAAL WVAVAVAVAVAVAVA LDAAIYYSA YVYVVV con mucha frecuencia en la Natu: raleza, como cuando las céhulas vi- yas en gran niimero y mis 0 Fie. 47 menos isotrspicamente dispuestas— se desar En cl espacio, la tensién superficial hace tomar a la célula (como en los organis- smos unieellars) la forma esférica que, ademis de la igual repartiién de ls 18 por extensién lateral. (0) Si se toman los lados como radios se obtione la red lenticular de la Mmina 20. abajo, que es un pavimento ya empleado en Ninive. 102 Esrerica pe_1a8 PRoronciones tensiones, proporciona el voluinen miximo para una superficie dada (Co la su- petficie minima para un volumen dado) y, del mismo modo en el plano, la Jgualdad de tension y Ia tendencia a 1a economia de sustancia Cun méximo de superficie para un perimetro dado) baré tomar forma circular a las figuras que crecen por expansion, de dentzo hacia fuera, Silas células estin igualmen- te distribuidas, se hallan lo bastante proximas y su fuerza de expansién es Jo suficientemente grande para Henar todos los intersticios, adoptardi un con: torno exagonal que, entre los nos regulares que pueden servi para Ia patticién del plano, es el que mis se acerca al circulo y da, por consiguien- te, el méximo de superficie Co el minimo de perimetro de cierre) compatible con las demas condiciones del sistema. La red exagonal se encontraré, por tan to, en la superficie de muchos tejidos celulares vives, en las colonias de ma déporas, en el ojo de Ia mosca, ete. Una presién exterior isétropa Cque se produce en todas direcci cada en un plano a un sistema de eélulas cizculates deformables, > apli mo resultado. Si la presién exterior se ejerciera segiin direcciones les a Jos cuatro lados de un cuadrado envolvente, se obtendria Ia red de cuadrados (am, 19, centro); si sélo se consideraran dos dicecciones de presiin opuestas entre si Cun torn con dos planos paralelos) resultari una red de rombos més 0 menos aplastados, y, en particular, una red de rombos regulares (1é- rina 20, centro), Recordemos que el rombo regular no es un poligono regular porque no es inscriptible en una circunferencia y sus éngulos en el vértice nno son iguales), sino que acupa entze los poligonos el lugar que corresponde en Ios sélidos al dadecaedro rmbico: poliedro semirregular cuyas caras son doce rombos, Esta red de rombos submiltiplos de la red exagonal (el exigono regular puede, en efecto, des componerse en tres rombos como en la figura 48) y miltiplo de la red triangular, puede disponerse en una variante (ldmina 20, centro derecha), a menu- do empleada en los pavimentos de mosaico, y que da la impresién de la proyeccién oblicua de una red Fe. 48 de cubes escalonados También se puede intentar hacer pavimentos con combinaciones de poligonos regulates de diversas especies que tengan sus Tados de Ja misma Jongitud, en cuyo caso las soluciones son muy numerosas. He aqui las mis sencillas para estos pavimentos equiliteros Cparticiones regulares equiléteras del plano) 1° Cuadrados y triéngulos. — La yuxtaposicién de n cuadrados y 2n triéngulos da dos combinaciones (ldmina 21), cada una de las cuales su- ministra dos variantes suplementarias no regulares obtenidas reemplazando Panricionzs pet Espacio Yyeyeyreayes AINININVINAN AALALY LILLY VAALDA Equipaiciones regulares del plano 105 los Parniciones pet Espacio KINA DAy USININININ YAABAY LDAAA NININININ KKK YAALAY ANININININ WABBY WY Lisuna 20 Laneva 21 iingulos cen cuadrados y te regular del plano Anayo: Variante equiltera 2 108 Esrémea pe Las Proronciowrs Panrrcroxes pet Espacio 109 Lanna 24 Linea 25 Partciin equiliera regular del plano en dodecigonos, ‘Tres particiones equilterss smiregulares del plano cexigonos y cuadrados no gran niimero de otras igualmente compuestas de poligonos regulaces yuxta- puestos, pero cuyos vértices no son superponibles Cpresentando, por ejemplo, dos o més caracteristicas o disposiciones diferentes de sus éngulos). La Kimi- na 25 da tres ejemplos de agrupaciones de este género) (particiones equi- Viteras semirregulares), u PARTICIONES DEL ESPACIO EL cubo es el tinico poliedro regular por medio del cual se puede Menar el espacio sin dejar intersticios. Ocho cubos y doce aristas Creabsorbidas en seis direcciones) se encuentran en cada vértice de esta agrupacién. La red (de tres dimensiones) de puntos asi obtenida no es isétropa, como tampoco Jo era la red de dos dimensiones resultante de la particién del plano en cua- Grados. Se debe tener una red isétropa de puntos en el espacio partiendo de cuatro series de planos equidistantes e igualmente inclinados, es decir, pa- ralelos a las cuatro caras de un tetraedro; pero, en contra de lo que pudiera creerse, esta red no corresponde en ningiin caso a una particién del espacio en tetraedros regulares, Io cual es irrealizable en el espacio euclidiano, sino a una particién en tetraedros y octaedros (los primeros en niimero doble que los segundos), 0 en cuboctaedros y octaedros en igual nitmero, Esta red estd tambien, si se quiere, formada por los vértices y los centros de una agru- pacién de cuboctaedros, agrupacién que no cubre el espacio, pero deja vactos rellenables por los octaedros. Es también idéntica a la obtenida al cubrir el espacio con el sistema mas compacto posible de esferas iguales tangentes en- tre si tomando todos sus centros, 0 todos estos centcos y, ademés, todos los puntos de contacto, lo que da una red semejante, pero cuyos puntos estén dos veces més prdximos. Puesto que lo mismo que en el plano se pueden colocar fuera de una ircunferencia otras seis iguales tangentes entre si y a la primera cuyos cen- tros sean los vértices de un exigone regular, se pueden colocar en el espacio, fuera de una esfera, doce esferas iguales tangentes entre si y a la primera ©) © La teoria completa de los pavimentos equiliteros se eneuentea en la obra de E. Fourrey itulady Curiarités géometriques (Vuibert, editor, Paris) ©) Si se continia indefinidamente la consteuccién de citcunferenciss en el plano, agregando cada vex un anillo de circunferencias tangentes, se obtienen figuras. exago 1 nales que contienen sucesivamente, I, 7, 19, 37, 61, 91... 1 + 6 circum: 2 ferencias cuyos centros forman una red plana isétropa. Si se hace la construccién correspondiente en el espacio con esferas tangentes, se Panrictonss pet. Espacio i Linu 26 Agrupaciones de trece esferas tangentes ccon sus centros en los doce vértices de un cuboctaedro, Los doce puntos de contacto entre la esfera interior y las exteriores corresponden también a los vértices de un cuboctaedro, de arista dos veces menor que el anterior. En el capitulo rm he mencionado ya que la propiedad de tener su aris ta igual al radio de la esfera circunscrita es lo que confiere al cuboctaedro obtienen agrupaciones de esferas que contienen sucesivamente I, 13, 55, 147, 309, 14 non 4 6) fea La capa cannon gromon an senile igo de pba, ema ca al copale™) us, apps een agree 6 see a's gus oat Ee ee al eae eae ataee oa atee ee Tio de i win pein de Mendcict. Tas sents de cs apuperons We of Be Seapetce dl cqds ei nines he meals cabelas Linuxa 27 Distribucidn isétiopa de un tetraedso Co del espacio) por cuatro series de planos panillos ese monopolio con res- pecto a las redes isétro- pas y a las agrupaciones de esferas. tangentes, Io mismo que el exigono debe a la propiedad co- rrespondiente (lado igual al radio de la circunfe- rencia circunscrita) su privilegio andlogo en et plano. La Himina 26 mues. tra el niicleo de trece esferas tangentes Cuna en el interior) del que puede derivarse la red isétropa si se continiian agrogando indefinida- mente capas de esferas tangentes iguales. Las dos figuras de a limina 27 presentan cen perspectiva oblicua y en proyeccién recta la forma de obtener la red que hemos mencionado fen primer lugar y que consiste en trazar cuatro series de planos parale- Tes equidistantes e igual- mente inclinados, para To cual puede partirse de un tetracdro regular que sewvies de envolven- te y tomar sobre cada arista m puntos equidis- tantes que deteeminarsn cuatro series de_planos que responden a las con- diciones exigidas, La misma red se Panriciones prt. Espacto 3 obtiene también partiendo de una agrupacién de cubos y derivando de cada uno de éstos um cubsctaedro por media de los puntos medins de todas las avistas. Lord Kelvin bused entre todas las equiparticiones posibles del espacio cual es la que da para cada célula el volumen méximo para una superficie dada Co In minima superficie cerrada para un volumen dado) y encontsd como solucidn dptima Ja forma det ectacdso ttuncado que amd tetrakaide- cacdro, y al que en el capitulo anterior he Hamado poliedro de Kelvin, Este es, pucs, el cuerpo que en el espacio hereda del exigono 1a propie- dad de ser Ia célula de equiparticiin dptima, lo mismo que el cuboctaedro hereda In propiedad de isouropismo, Entre las células regulares posibles, es también la que més se acerca a Ta esfera. Las tres caras que en este poliedso se encuentran en cada vértice, se cortan de dos en dos segiin un dngulo me- ridiano de 120°, igual al ngulo en el vértice del exigono. Von Fedorow observé que, adlemés del cubo y del poliedso arquimedia- no de Kelvin (que lama eptaparateloedro a causa de los siete pares de pla- nos paralelos de dos en dos que determinan sus caras), el prisma regular exagonal (que pertenece, como los dos primeros, a la categoria de los cuer pos inscriptibles) y por consiguiente sw submiltiplo el prisma triangular, permiten igualmente la equipacticién del espacio. Puede obtenerse también aces no inscriptibles, que son los reciproces de los trece cucrpos arquimedianos, a saber: el granatee- dro 0 dodecacdro rémbico, eu Si se supone que Jos elementos de una red de esferas tangentes dispues tas en la forma mis compacta y mis estable (formando los centres la red isdtropa de trazado cuboctaédrico) ®, tienen la propiedad de expansiin elés tica indefinida, debe resultar una agrupaciin de poliedros de Kelvin, y tam- por medio de uno do los trece poliedeos semirre 8 doce caras son rombos regulares ‘®, 1 Ademas de las einee equipaniciones anotadas por von Fedorow que. product dlas por euerpos con pares de csras. paralelas, tienen gran importancia en el estudio de Jos sistemas de puntos sobre el que se hasa la Cristalografia modems, existe una equi ppitickin sugerida por Ia agrupacién de n octaedios yw cuboctaedros cuya edtula uni Ala es el zueco integular, pero de aris: tas jgaales foemado por un semiocine- Alto Cpirimide regular de base evadra dda) y por tin tettedro reunidos. (Fig eae Este nucco asimétien tiene seis vénices que conesponden a Ta figura ada por Ja reunién de un cu y igulo, que habfsmos ‘do en las variantes ireguleres de la equipatticién del plano Ci ©) Esta ree) cubuctaédrica pertenece al sistema lamado exagonal en Cristalograia 14 Esrérica DE Las Proponcionss Panriciones pet, Esracto 1s bién si la presién se aplica, desde el exterior, en todas las direcciones a Ia misma red de esferas supuestas deformables. Si desde el exterior se hubieran aplicado a este sistema presiones nor males y opuestas dos a dos a las seis caras de un cubo, las esferas se dis pondrian segin una red cibica, como si fueran tangentes interiores a las 6 ulas de una porcién de espacio distribuida con regularidad en cubos por tres sistemas de planos ortogonales equidistantes, y luego tomarian la forma de cubos para Henar el espacio (, puede obtener la agrupacién compacta de poliedros de Kelvin par tiendo de una agrupacién regular de cubos distribuida en bloques de ocho cubos. En cada uno de estos bloques Jos puntos medios de todas las aristas exteriores determinan un poliedro de Kelvin. Es la aplicaciin en serie de la construccién empleada en la limina 18 Carriba) del capitulo 1, También puede comproharse que esta construccidn equivale a la siguiente: considere- mos en el cubo formado por los ocho cubos pequerins que se cortan en un punto, VY NY NT Jos catarce radios que parten de este punto segiin las seis direcciones de las doce aristas y las ocho de otras tantas diagonales de los cubos. pequefios. Si trazamos un plano normal en el punto medio de cada uno de Ios ocho radios- diagonales, obtendremos las catorce caras de un poliedro de Kelvin. La Vimina 28 representa dos proyecciones ortogonales planas de una agrupacién de di chos poliedros. El trazado de Ja figura de arriba, en particular, se empleé an tiguamente en los pavimentos bizantinos y roménieos. ‘Antes de terminar este bosquejo de las equiparticiones del espacio se : cordemos que mientras en el plano Ja red exagonal (o triangular) y la cus: drada no presentan ninguna afinidad estructural, en el espacio de tres di mensiones los. sistemas exagonal y cibico mo tienen In misma irreducti- bilidad. La agrupacién de poliedos de Kelvin comesponde ala agrupacién exagonal plana, pero si en cada una de sus casillas se inscribe una esfera tangente a Jas seis caras cuadradas, se encuentra de nuevo la red citbica de has esferas tangentes. Como hemos hecho para el plano en el pirrafo precedente, se pueden estudiar en el espacio, ademas de las equiparticiones regulares, las regulares cuyas células son poliedros regulares 0 semirregulares de dos o més tipos di- ferentes, pero de igual arista. La més interesante es la ya mencionada, que corresponde a la red de puntos perfectamente isétropa Cy al conjunto isétropo o 1 suprimen dos de estas presiones opuestas entte sf, Ios cubos se deform cen paralelepipedos oblicuos y pueden dac, en ciertas condiciones, la red de dodecaedzos i rémbicos. Esta puede obtenerse tambien partienda de la red isctmopa Cexagonal cuboe taédrica) de esferas tangentes y aplicindole presiones convergentes en las direcciones de Tos dace radios que unen el centro de una eefern com lot de lee esferas circundantes Geis tornillos compuestos cada uno de un par de planns parlelos) Linwa 28 2 Dos proyecciones de una agrupacién de poliedros de Kelvin 16 Esrérica_pe_tAs Proronciones de las esferas tangentes) y en la cual el espacin esta distribuida, sin intersti- ios, en cuboctacdros y octaedros Cen niimero ignal) 0 en tetraedros y en oc taedros (dos tetraedros por cada octaedro). Los véztiees de los poliedros en ‘estas dos particiones © forman la misma red puntual por el hecho de que a causa de la propiedad de tener sus aristas iguales al radio de la esfera civ cunscrita, todo cuboctacdro puede descomponerse en seis semioctaedros y ocho tetraedros que convergen en su centro de fig EL examen detallado de Jas equiparticiones y de las particiones homo: _géneas del espacio conduce a la teoria completa de las redes de puntos que, en los ttimos cien afios, ha permitide construir 1a Cristslografia, encruci- jada de la Ciencia en donde se encuentran la Geometria, la Quimica mole- cular y la teoria general de la simetefa Mt EQUILIBRIO CRISTALINO ¥ PRINCIPIO DE MINIMA ACCION El estudio, por una parte, de Jos poliedros regulares y semirregulares, y €l de las equipariiciones del espacio, de las agrupaciones de esferas tangen: tes y de las redes de puntos, por otra, constituyen, pues, la armadura de la teoria de los sistemas de simetria sobre Ja cual se basan la Cristalografia. y una buena parte de Ia Quimica molecular. Hay siete grupos fundamentales de simetria, cada uno de los cuales co- rresponde al tipo de simetria de_un_ poliedro . Los trabajos de Bravais, Sohneke, Fedorow, Schinfliess y Barlow demuestran que a estos siete grupos fundamentales pertenecen doscientos treinta tipos posibles de redes ® de puntos que dan una particién del espacio en clementos homogéneos. Un Gristal se compone de tantas redes semejantes Cy entrclazadas) de puntos como itomos tenga por molécula, y estas redes pertenecen siempre a uno de los doscientos treinta tipos que acabamos de citar. EI examen de estos dife- rentes tipos ha confirmado el buen fundamento de Ja ley ya adivinada por (1 Tal como en la equipartcién irregular en suecos por la reuniin de un semioctaedeo y de un tetraeeo (9) Cuho, prisma exagonal, rom de base témbica, prisma «bli ios de seis vértices, woe, prisma recto se cndrads, prima’ de base rémbiea y ‘pipedo oblicun. Los sistemas cristalinos respectivos se exagonal, rombacirico, euadration, or torrimbico, elinorrémbico y wielinico, El miimero y la naturaleza de los ejes de simetria son los ue dlferencian # cada tipo (©) Para see gyecises, ceria necesario decie: una fila de puntos (sobre una linea), una red de filas (en un’ plano}, una eelosia conjunto de reles Cen el espacio); en inglés: row, met, latice; pero he aplicads més bien la palabra agrupacién a los cow juntos de poliedtos y empleo, por consiguiente, el término red tanto para los sistemas {de puntos en el plano como para los que tienen tres dimensiones Parmiciones per. Esracto 17 el abate Haity (1743-1822), padre de la Cristalografia, y luego enunciada como ley de los indices racionales: “Los coeficientes que expresan las rela- ciones de las diferentes caras planas de un cristal segiin las direcciones de los tres ejes principales de simetria son néimeros enteros pequetios” “®, Las diferentes configuraciones de la materia cristalizada son estados de equilibrio estable, © relativamente estable, determinados por una causalidad rigurosa, y las propias reacciones quimicas de los diferentes elementos sim- ples se pueden explicar como una tendencia de los electrones a combinarse segiin disposiciones cada vez més estables. Uno de los principios més gene- rales que gobieman los estados de equilibrio de los sistemas fisico-quimicos es el criterio de Dirichlet, tomado de la Mecénica racional: "Para que el equili brio de un sistema cerrado sea estable basta que su energla potencial pase por un mfnimo”, ‘Aplicado especialmente a los equilibrios quimicos, este principio condu- ce ala ley dindmica de la equiparticién de la energia formulada por Curie: “Un cuerpo tiende a tomar ln forma que presenta una energia superficial minima compatible con las fuerzas de orientacién”, En muchos casos (tanto para los sistemas cristalinos como para Jos mas complejos de Ja Quimica orginica), la minima energia potencial de super- ficie introduce como solucién la que para un volumen dado comesponde a la superficie minima compatible con las conexiones (, Un principio més general que el criterio de Dirichlet es el del que Poincaré y Planck decfan que, mas importante que el principio de Ia conser- vacién de la energia, permitia teéricamente prever, predeterminar en forma univoca toda la evolucién de un sistema fisicoquimico aislado, incluso un universo, y que no sélo no ha sido desmentido por la fisica cinsteiniana, sino que permanece consagrado bajo el nombre de principio de accién estacionaria, como ley dominadora, y relacién invariable por excelencia, del universo fi- sico, Es el principio de minima accién, cuyo enunciado clisico es el siguien- te: “Para pasar en el intervalo de tiempo t — fo de un estado a otro, un (0) De acuerdo con Ia Geometsfa analitica, st la ecuacidn de una cara plana que pertenece a un cristal se pone baja Js forma he + ky + Geortindose los tres plance coordenados en el cento de simetria del cristal y estando determinados por sus jes de simetria), los coeficiemtes h, k, 1, son los indices en cuestin. GW) Recordemos que el eireulo contiene la mayor superficie para un perimetro dado (caso limite de: entre los poligonos regulares isoperimettos, el que tiene mayor niimero de lados encierra la mayor dtea; lo mismo, entre los poligonos isoperimetros de igual miimero de lados, of regular es el que tiene el érea méxima). En el espacio, es Ja esfera la que contiene el mayor volumen pura una superficie dada, y la que tiene Ja menor superficie para un volumen dado, También es el cuerpo que da la simetsfa amas general, la equiparticién més perfecta de la eneryia superficial, y la tensién super- ficial minim. révICA DE LAS Proronciones us Parniciones pet. Espacto sistema de cuerpos debe tomar un camino tal que el valor medio de la ac- cidn (diferencia entee las energias cinética y potencial del sistema) durante cl tiempo considerado, sea lo mas pequeiio posible”. Su expresién analitica més sencilla es: 3 [e (Ea — Ep) edt = Una funcién toma él valor minimo © méximo cuando se anula su incre- mento diferencial, Jo que también se esctibe ax / : Fp]. dt =o. De igual modo se puede decir que entre todas Jas transformaciones_posi- bles que satisfacen la ley de conservacién de la energia se verifica E, ++ Ey constante ‘*, Se trata, en efecto, de sistemas o de ciclos en los que no inter- vienen trabajos de Fuerzas exteriores, y Ia que se produce realmente es aque: Ma para la cual Ja integeal pasa por un minimo, EI principio de minima accién (a menudo llamado principio de Hamil- ton bajo la formula adoptada antes) aparece como ultimo substratum de to das las leyes fisicas en los dominios mas diversos de las ciencias exactas 0 ex perimentales; pero es fécil descubrislo bajo sus diferentes disfraces Ley de CarnotClausius (segundo principio de la Termodinémica). En todo sistema termodinémico aislado, la energia se degrada progresivamente pasando de Jas formas de alta a las de baja tensién, la iiltima de las cuales el calor radiante. Es la ley de la degradacién de la energfa, del aumento de la entropla 9 de la nivelacién entrépica Ley de Gibbs (simple). — En um sistema aislado, el estado de equili- brio estable corresponde a un méximo absoluto de entropfa Variante: para que haya equilibrio de fases en un sistema quimico com- plejo, es necesario que ninguna modificacién posible (virtual) sea suscepti ble de provocar un aumento entrépico, una degradacién de energia en el conjunto. Principio de Thomson-Berthelot. — Cuando una serie de cuerpos estin cen presencia, cuando son posibles miiltiples reacciones quimicas, se produci (02) Ey representa la energia potencial, o latente, independiente de las velocidades, y Ea la enerpia cinética o actual, que es igual a 4 208, (08) La entropia de un sistoma, la parte de energia degradada en calor difuso, se re- presenta algebraicamente por Ja funcién: * kof sends de Ia cantidad de calor desprendida durente um inevalo de tempo infnitésimo, YT ie temperatura sbsluta dl sina en ene momen. ” 4 generalmente la que corresponde a la mayor cafda de grado cnergético, a Ja mayor emisién de calor Cexotermia, que no es una produccién de traba- jo resistente, sino desgaste, despilfarr0). Ley de las fases de Gibbs (para los sistemas quimicos heterogéneos). — Representado por F el numero de grados de libertad de un sistema en equi librio, por $ el mtimero de fases del sistema, y por C el ntimero mfnimo de componentes (variedades moleculates posibles para todas las fases del siste- ma), se tiene F + $ = C + 2. Obsérvese la analogia con la formula de Euler que liga los mimeros de caras, vértices y lados de un poliedro convexo. Leyes de Boltzmann, — E] Universo va constantemente de los estados menos probables 2 los més probables. La entropia de una configuracién en equilibrio es proporcional al logaritmo de su probabilidad (el coeficiente de proporcionalidad es una constante universal b = ¥ siendo R la constante de los gases relativa a una moléculagramo, y N el mimero de Avogadro de moléculas en una molécula-gramo. La configuracién de probabilidad méxima es, pues, al mismo tiempo, la de mixima entropia (de la mayor degradacién de energia).. Principio de Curie. — Para que un fenémeno pueda producirse, en un medio, es necesario que no existan en este medio ciertos elementos de sime- tria, (La causa del fenémeno es Ja disimetsfa, En un medio perfectamente homogénco e isétropo, no hay ninguna razin suficiente para que se produz- ca un cambio). Las formas modemnas del principio de minima accién o principio de Ha- milton, generalizado a consecuencia de los trabajos de Einstein, Weyl y Ed- ington, son las siguientes: 19 — El movimiento de un punto material libre del Universo esté de- terminado por la ley de accién estacionaria de la formula fds = 0, en Ja que el elemento ds de una linea mundial est§ definido en cada punto por observadores en caida libre, situados en el mundo euclidiano tangente en di: cho punto al Universo real. La linea mundial de un punto material libre es, pues, una geodésica trazada en la multiplicidad de cuatto dimensiones que es el conjunto de todos los sucesos o universo. La geodésica que une dos puntos, dada por el de intervalos fds para el cual 8{ds = 0, corresponde en el espacio de cuatro 0 de m dimensiones a la linea recta en el plano y al arco de circulo méximo de la esfera 2° Forma més general. — Todas les leyes de la Mecénica se pueden re- sumir en un principio generalizado de minima accién 0 més bien de accién estacionaria &=0 DE srEIES DE LAS PROvORCIONES La accién es: A=JG.V— sae, siendo dv la diferencial de la coordenada generalizada que representa el cle- mento de hipervolumen, de capacidad de cuatro dimensiones sly «shy dh «lv (la integcal es en realidad una integeal cuddruple); g es el determinante com pleto gur-gua ©, G es el invariante de la curvatura generalizada de Gass! y G.V=§ corresponde en el espacio de cuatro dimensiones a una densidad. En el espacio ordinario de tres dimensiones, el producto de la densidad por el volumen es igual a la masa; en el de cuatto dimensiones la densidad mult plicada por un volumen de cuatro dimensiones da Ia accién, Como \/=3.dv fes un invariante, la acciéa es proporcional a G, curvatura del Universo fi sico, Las ecusciones de Einstein para la gravitacién [Gy = 0, en notacidn tensorial %} resultan como consecuencia inmediata de 64 = 0, lo que per mite prescindir de toda otra hipétesis y de toda Ja casuistica relativista, 3@ Existe una tercera forma mais general del principio de minima ac- cin de Ja que al parecer se pueden deducir no sélo las ecuaciones de la gra vitucidn, sino también todas las leyes electromagnéticas y termoxlindmicas El factor G, en la expresion anterior se amplia en (Gy + Gz + G2)) siendo G, el invariante de Ja curvatura gaussiana y Gz y Gs los parime niilogos relativos a los campos electromagnetics y entropi tres invaciantes 3) Estas g 0 potenciales son los téeminos del intervaly ds (ilistancia generalizada) ‘entre dos puntos ptoximos en un espicia de cuatro dimensiones cuando esté expresado Dajo ta siguiente Jonna cuadrética by? + ee = dh? + gue lst + gue + dee? sy «sy bea» day ody P28 doy dey diy dy 2a alg ay + ag» sy dy 0 G 2 Ky + KK, + KK, fb KK) KK, ob KK). siendo Ky, Ky, Kyy Ky, los radios principales de euratura del epucio de cuatro di rmensiones Cinchiido ea wn espacio de cinco). Es el invarante principal de Ta forma cundritia g,,. dh... dey. Em la notacién tensorial de la tworia de Finsein es igual a ger Guy 0) Un tensor representa una relacién isica independiente ide Ja eleccion de ejes coordenados, Einstein ha demostrado que se pueden reprsentar las leyes naturales de tal forma que sean independientes de todo sistema de ejes de referencia, bajo la forma de ecuationes tensoriales, Encontré completamente hecho el Cileulo diferen ial absoluo, tratamiento analitico de Ja teoria de ta invariacion. Tambiin se puede laborar légicamente el concepto de tensor aplicando la tecria de grupis a la nocién & since sbracia desaalada por Cure (Ver Rougier: Ew marge ae Carnot, de Parniciongs pet, Espacio ea cos (termodinamica), La ley mi Universo Fisica se escribir BS GAG +G,. VRE. dy = 009 Perdone el lector Ja extensién que he dado al presente capitulo que, pa ra terminar el estudio morfol6gico de los sélidos regulares, habria podido li mitarse a indicar las relaciones entre la teoria de las equiparticiones del es- pacio, Ia Cristalografia, el principio de a equiparticién de la energia y la tendencia a la energia superficial minima. No obstante, estas detalladas con- sideraciones permitiean captar mejor las ideas directrices del capitulo siguien- te, en el cual entratemos por este éspero camino naturalmente en el dominio de la Geometria estética propiamente dicha. Y para demostrar que la estética y el amor a las ciencias naturales no son incompatibles, recordaré que fue Leonardo da Vinci el primero en pre sentir el principio de minima accidn como ley césmica, y To unié al prin- ipo de causalidad en la frase de sus cuadernos intimos que sitve de ep grafe a este capitulo, general, el invariante funcional del (19 Se yodtion natralmente agregar ote components Gy. 6, si habia nec sade ‘Swede mucos compos pro ces 363 prcon te col sta ato lela Pin ‘5 "La enome importancn, de este principio (de minima aciin) se dei del hecho de que te pusdon sear del ls eyes Fandamentls des. Fisc. Conene ailemis, toda la teora de la relatvidad de Einstein, cuyo mécto atmbuirin a Hamil ton le generaciones furs” CR, Fran’, Die Gesetce er Wel) se tambien en J, Beequetel, Le principe de rate (Gauthier ils, 1923), fl cap. avr tbe el pipe de acién etconaia Bryne a propio de exe concepts de accion en el prinpio generiado. de rnin actin, due el quanti de la tia de los quonts pode consider como Una nad, wa yuantum de sctn. El quanti mmmécanente ua Facstin me nor que 1 que prede tents también com la probaiidad de lgo 0 wna funeion Be uke probable. Gietin co de Ia esouelaertaiicn de Planck y Bllemsnn, hin supuest que la actin ea “menos el lgurinne de la probsbiidad exatiica dl estado del mundo tn ia fase considered Cariruto V DEL CRECIMIENTO ARMONIOSO Sensa il suo suffragio, non se possa mai formare el pentagono, et sense el penagono, none possibile formare ne immaginare el cor po nobilissimo supra tutti gli altri regulatt dit to el duedecedron.., la cui forma el divin Plar tome atribus a Ia 8. ssentia cive al cielo Fra Luca Paccrou nx Bonco ‘De Divina Proprtone” Todo sistema fisico-quimico aislado Cy en el cual no se encuentran or- {genismos vivos) tiende hacia una posicién de equilibrio estable segin una evolucién regida por el principio de minima accién (principio de accién es- tacionaria de la teoria de la relatividad),cuya forma estatistica es, como hemos visto en el capitulo precedente: “Un sistema Cpor ejemplo am soni verso) evoluciona constantemente de los estados menos probables a los mas probables, siendo la configuracién de probabilidad méxima al mismo tiempo Ja de entropfa méxima, la de mayor degradacién de energia”. Cuando el es- tado de equilibrio final da lugar a configuraciones relativamente estables e in- cluso rigidas, como en los cristales, pueden resultar formas 0 agrupaciones aproximadamente geométricas cuyos detalles estin igualmente determinados ‘por incidencias especiales del principio general antes recordado: ley de equi- particién de la energia, ley de la energia potencial de superficie minima , Jey de reparticién homogénea o simétrica de los elementos moleculares y atémicos. ‘Ahora bien, entre las doscientas treinta agrupaciones posibles estableci- des combinando estas leyes con la teoria de las particiones homogéneas del espacio, se encuentran las redes cibieas y exagonales y todas sus mutuas combinaciones, pero nunca el pentigono ni el sistema pentagonal; del mismo ©) Un cuerpo tiende 4 tomar Ta forma que presenta una energis superficial mf ima compatible con las fuerzas de crientacién (Curie). Este minimo de la energie potencial de superficie introduce como tolueién Cpats un volumen dado) la que da la superficie minima compatible con Ise conexiones, Det, Carcruznro AnMon1oso modo, en las formaciones cristalinas © geométricas que ofrece realmente el reino inorgénico, se encuentra el tetraedro, el cubo Cy su reciproco el octae- dro) y todos sus desivados arquimedianos u otros, de simetria ortogonal u oblicua, pero nunca los dos cuerpos platénicos de armadura pentagonal, es decir, el dodecaedro y su reciproco el icosaedro, ni ninguno de sus deri- vades. El estudio general de las redes isotedpicas (véase el capitulo 1v) podia ya hacer prever una preferencia de los sistemas en equilibrio por las redes ciibicas 0 exagonales, o una combinacién de estos dos tipos (tipo cuboctaedro, poliedro de Kelvin, dodecaedro rémbico, etc.). La ley de los indices raciona- Tes (que no sélo es una observacién empirica, sino que puede deducirse te6- ricamente del estudio general de los grupos de simetria y de la ley de parti ciones homogéneas del espacio) prueba que la comprobacién del hecho pre- cedente tiene una razén légica que excluye rigurosamente que el pentigono, el dodecaedro y el icosaedro, puedan aparecer en una forma cristalina inor ginica, El examen microscépico de los cristales de nieve da una de Jas ma- nifestaciones més caracteristicas de Ja simetria exagonal ©. En la Mimina 29 reproduzco algunos tipos diferentes de dichos cristales Pero el pentagono y su derivado superior, el dodecaedro caro a Platén, toman inesperado desquite cuando se pasa al examen de los sistemas vivos ‘© que contienen vida. Basta hojear un atlas de Boténica 0 un libro de Zoo- logfa para observar que en ellos, al contrario, las formas pentimeras (de simetria pentagonal) aparecen a menudo e incluso con mds frecuencia que las derivadas de los sistemas ctibico y exagonal Esta observacién ha sido hecha recientemente por algunos sabios que, conociendo a fondo la Cristalografia, han aplicado la teoria de la simetria al estudio morfolégico de los seres vivos. Me refiero a F. M. Jaeger: “Tan- to en el caso de los animales como de las plantas, parece existic cierta pre- ferencia por Ja simetria pentagonal, una simetrfa claramente relacionada con a importante proporcién de la seccién durea y desconocida en el rmundo de a materia inerte... En efecto, desde el punto de vista del papel desemperia- do por el principio de simeta es dificil negar que haya una Iinea fronte- riza de demarcacién entre las formas del reino inorginico y las formas vivas; en éstas, la evolucién gradual de las formas a partir de una simetria perfec- ( Véase Kepler, De Nive Sexangula (S) Los trazados de pavimentor obtenidos en ol capitulo rw por medio de las par ticiones homogéneas del plano son también todas de tipo eristalino, com simetia cubica © exigonal. (Lectures om the Principle of Symmetry, pigs. 195 y 196. La casa Gauthier Villas publicé una traduccién francesa de esta obra en 1925 14 Esréica DE LAs Proponciones ta (csférica) hacia una simetsia inferior, y Ia preferencia caracteristica por Ja razén inconmensurable de Ja secciin Surea; en aquellas, la tendencia ha- ia una simetsia més perfecta, como condicién de una mayor estabilidad me- cénica, y la exclusién de toda relacién irracional en los periodos de los ejes de simetria’. Jaeger muestra que en los radiolacios de Haeckel se encuentran los cin- co poliedeos regulates, mientras que en las formas cristalinas minerales ja: is aparece el dodecaedco regular ni el icosaedto. “istas dos formas no se encuentran nunca en Cristalografia... en la que se ha probado que no pueden producirse, porque sus indices (coeficientes ‘que expresan las relaciones de las caras planas con los tres ejes principales de simetria) son irracionales. Ahora bien, una de las leyes ctistalograficas fundamentales, deducida de Ja teoria matemética de las particiones del espa- cio, es que los indices de cualquiera de las caras de un cristal son miimeros centeros pequeios... El dodecaedro pentagonal del radiclario © es perfecta- mente regular, y debemas presumir que no es el resultado de Jos mismos rincipios de particién del espacio que los establecidos en Cristalografia”, En efecto, en el mundo vivo, el principio de minima accién y sus var riantes proteiformes (Hamilton, Curie, Gibbs, Boltzmann, Mie) no ejercen yya una dictadura absoluta coma entre los sistemas inorgénicos. El equilibrio ‘estitico que converge hacia las hermosas redes cristalinas es el menor de los cu dados del organismo vivo. Hay otros dos desiderata con los cuales os prin- cipios de simetria y de equilibrio deben ponerse de acuerdo més tarde: el ere: cimiento y la reproduccién seguladas por una ley de economfa, no ya de la accién o de Ia energia, sino de la sustancia, Mientras que en un sistema pura. mente fisicoguimico, aungue fuera tan grande como el universo estelar, el sistema de Hamilton-Mie (© permite prever teéricamente el desarrollo del de venir, un sistema aislado en el que s¢ encuentra un poco de materia viva, ©) EL radiolario en cuestiin pertenece al grupo de los citcopéridos: es el circor segme dodecorn, Eta forma se acuenta,tmibiin en ose tadislaron de velne gjes y en el polen de muchas plantas. (Fumaria spicata, Buchholsia martina, etc.) EL grupo de los circopéros reproduce también el icosiedzo regular (ercogonia. ico saedra, forma que se vuelve a encontrar en muchos radiolaios de doce ees) y el oc tacdro’(Circoporus oetaedrus). Citemos, también pari completa los cinco cuerpos pla ténicos, los radiolarios teraplekte y Lithocubus, de forma tetragdeica y cibiea, respec- ‘No poseo, por desgraca, una fotografia del Circorhegma dodecaedra, que hubese dedicado 8 ee anes te Paci, ™ " ‘Citemos, entre ctor organismos marinos de tendencias geometrizantes los Hexac- tinelle (0 esponjas de videio) formadas por redes de silicato tansparente de seis cjes rectangulares que producen Ia forma cristina del cubo o del oetacdzo, y la fami las cubomeduse 0 medsas cabicas. (6) Véase el capitulo precedente. Det Crscrsigero Anmonroso animal o vegetal, asi sea Ja pareja de conejos de Leonardo da Pisa 0 la amiba microscépica o autofecundante Cparamacium) de la que un bidlogo norteame- icano cultivé en trece afios més de 8.000 generaciones ‘, no parece obedecer yaa la economia de trabajo ¢ ignora a menudo las Jineas geodésicas de accién estacionaria galantemente ofrecidos por los pullpos de referencia de servicio. ¥ ésto no en forma arbitiaria, sino a fin de permitie a Ja vida, una vez encar- nada, construir su receptéculo morfolégico, adaptarse y perpetuarse. Si no hhay economia de trabajo resistente ® hay, en cambio, sobre todo en las espe- cies que han Hegado a un grado avanzado de evalucién, una notable econo- mia de materia, de sustancia, que no se manifestaba en los sistemas inor- ginicos ©) Esta economia de sustancia, realizada con un éxito extraordinasio expe- cialmente en las planta, los pjaros y los animales de rapido andas, deriva no de principio alguno de Mecdnica general, sino de una necesidad teleoligica, Ja Jucha contra la gravedad terrestre, para permitie a las plantas Hegar a Ia huz, 2 los péjaros volar, a los animales corter o saltar. La arquitectura gitica ha tratado en forma anéloga el problema del empuje vertical: Iucha contra la accién de la gravedad; de igual modo, ha realizado una notable economia de materia con respecto a las alturas alcanzadas. C, Culmann, el fundador de la Estitica grifica, ya habla observado que los huesos del hombre y de los animales aparecen como un sistema que tiene Ia maxima resistencia con el minimo de sustancia. La disposicién de las cé- lulas en Jas partes esponjosas de los huesos que deben sostener grandes es- (© Estas $000 generaciones de protazotios nacidas de un slo individun forma tian juntas un vohuten més grande que el globo terriquco. La experiencia tenia por bjeto comprobar si el poder de reproduccién sin que intervenga Ia fecundacién sexual se ogotaba 0 no al cabo de cierto miimero de generaciones. No conozco el resultado final de In eepesiencis, pero en ls época cel itimo comunicado que tare a ly vista (B460 generaciones) no se habie manifesado. ninguna degradaci’n. de vitaidad. (9) EL principio de minima acciin implies ne ccomemia, wns perera, un menor ssfuerzo, en lo que concierne al trabajo llamado resistencia en Mecinica, es decit, al trabajo que acummula energia como el que consiste en estar un rewrte, 0 levantar un volimen de agus. El menor esuerzo armoniea, por ol contari on mayor gis posible de trabajo acumulada con anterioridad, cuyo desgaste no exige ningin esfuer 30: la energa obtenida ab solar un resrte entiado, al dejar caet un peso, al encender ‘un combustible (degradaciin de Ia energi), Helmholtz fue el primero que observé esta Wnea de demarcaciin matemitica entre los fenimencs fiieoguimices ye] fenémeno vital ©) “Hay una fuera que observamos en todas tas especies wivas actusles, y que no estaba ton marcada en las especies desaparecidas) que inde a l4 economia de la sustancia sea, con la distibucidn de materia constituyente que tealiza el méximo de potencia en tndar lis direciones sequerdas” (D'Arcy Thompson: Groseth and. Form ‘Cambridge University Pres). erica DE_LAS PRopoRcIONES fuerzos, presentard, por ejemplo, Jos diagramas que la Estitica grifica prevé precisamente como curvas de méxima resistencia a la traccién y a Ja flexién. El examen microscépico de los tallos de las plantas demuestra que en ellos el problema de la mixima resistencia con el minimo de materia tiene sohr ciones que harian honor a un ingeniero . El hecho de que el principio de minima accién no se aplique rigurosa- mente a un sistema aislado que contiene materia viva, no significa que no se cumplan en él las leyes fisicoguimicas, sino que dicho sistema no se com- porta ya como un sistema aislado. La vida actia Co puede actuar) como tuna fuerza exterior cuando esti Jocalizada en él, en el sentido de que una fuerza que procede de la tercera dimensién fuera exterior respecto de un mundo plano () para los observadores infinitamente aplastados de Poincaré. (00 EL bitlogo alemin Trancé etableié a Biotdenicn,clencia que consite en co plar o aplcara ls tdnica humana Tos invents, lo equemas mecinics das por los Ihimsles'y ls plntse Enie eto, Gita€ una sembradora conruida durante Ta guera tn ls euil Io dspersiin homegines de los ganos se cbtavo por meio de un disp vo copiado ée la cipsla dele adormider. Vewse también en le Science Moderne enc de 1926 areal del profesor MHL. Cudnot de la Facultad. de Ciencias de Nancy, sabe las Coupteiones Cpor ejemplo, el érgano de sao en los clr. (21) En este mismo orden de ideas ciertos gedmetsas familiarizados con el espacio texadimensional cieen que ls vids actin en Ia soars dimensén. Segin las tevias re Insts el tempo es In cases dimensi6a y Ta vida podsia concebise como actuando en ln guinta dintensidn THe agu(-un ejemplo concteto de aciin exten: Un péndalo que oscil y una probeta en que se realiza una reaccién quimica se colocan sobre una mesa. Pucdo con Elear I cee, ls prota y ol pendulo Cols presho decir ponialoglobo tenesre> yore inpodoe)cotsmente Ta Tunsin poten depend) como "um ta Frrosmedamente aldo El principio de. Hamilton, apiadb en forma adeeuada, pee ite prever lo que succicd mintns no interven una facta exterior St en ln rit toa clout, on oberador da um golpe al péndulo 9 viete ido slfico en la pr ben st une rif de viento vuelve Ia babii, el astema, mese probe pind Crogard ls ecuscenes hamiltonianas peesedectemente esubleias, yu. que ls inter enein de estas fuer no haba so prevst yo pola selo por ells porque —de Serco con Is rele del ue slo habiros intodeico datos reuantes de eer Pencils, cides, quinis, ey del stra tes probes pendula. Abora bien, Po Mir producine una Uveordanca andloge sl se agregata al sistema ua redama con Pe ces tes 0, ing sentllamente, sia poeta confuvera un culivo micobano; pete fay uma dfecncia,y es que en ln acon deca del pevonaje que gapea el pendul, @ viene el Sido slfsio, la fires que itersionen, aunque extesores al ssema Srbiwatamenteeicgido, se mueven en el mismo expacio y pueden aumentar dicta dente o absorber as energies tanto poteniles como cinguc de este sistema. Puede Iberalicn o susiccdn, no slo de enexla sino tambien de sustanca. Al eontaio, le accdn de a vida se manifesta verdadetamente camo 5! poviniee de una dlree Gién perpeniiclar prteneente al espacio de custo 0 cine dimensiones: no agrege fm relace nada ab mast os I enegla total, pero pucde reardor 0 detenet lor Glogeses de enegia poten Cotte Ta hota siguiente) actuando en opmsiién al pein Dex Cheomttenro Anmoxioso 127 Desde este punto de vista, puramente determinista, no es riguroso el principio de Hamilton ni permite prever el devenir, Seria preciso comple- tarlo en cada caso con términos y coeficientes empiricos o estadisticos en los que intervendrfan ciertas probabilidades. EI sabio moderno ya no tiene derecho a burlarse de las palabras empi- ricas; las bellas ecuaciones diferenciales de antes se han convertido en apro- ximaciones; el determinismo clésico, cuya austera actuacién habian estable- cido Laplace y Lagrange, ha sido reemplazado por un determinismo esta- distico, y la fisica molecular de hoy no se distingue ya rigurosamente de las disciplinas a las que hace treinta afios se negaba el titulo de ciencias exactas: Economia politica, Biometria, estadisticas de mortalidad 0 de acci- dentes. El céleulo de probabilidades ha sustituido la causalidad directa al introducit la ley de Ios grandes mimeros cuando las causas miiltiples estin fen escala microscdpica con respecto al sistema considerado, Contrariamente a lo que se podria creer, la Quimica vegetal est mas a menudo en contradiccién con Ia segunda ley de la energética que la Biolo- ‘gia animal; el efecto sobre la atmésfera del metabolismo vegetal es, contra riamente al del metabolismo animal, absorber el dcido carbénico y emitir coxigeno, y la fotosintesis continua del almidén por las plantas constituye una reaccién endotécmica més improbable atin, que el quimico no podria repro- ducir sino a una temperatura muy alta con aduecién de energia 2) y cipio de Hamilton bajo su forma de degradaciin de la enengia. La acciin exterior de la vida weneste no se manifestaré en las ecusciones de orden ioteplanetario ¢ iter estelar en las cuales figuran, en general, tayectorias de centoe de_gravedad, porque lee efueroe mecinicr lo. puntot de. apoyo cucioe no. pueden, auaque, oiée cece dinados y dirigidos conscentemente, influr sobre la trayectria del centto de_grevedad de un sistema Clo que demuestr Ia Mecénia racional por el postulado de Te igualdad de la aecién y Tn reactiém; ejemplo concreto; un hombre que eamine hacia la roo dle una borea atracada en aghas muerts, no podré desembarear, porque la barca te trocederé autondticamente afin de mantener invasable la postin del centvo. de sgravedad del sistema barerhombre). La acciin de la vida o de fuereas conscientemen: te dirgidas al interior de un sistema en movimiento puede, sin embargo, desempenr el Papel del demonio de Manvell y actuae de manera’ directs, en ningin cise sobre la ttayectora del centro de gravedad, sino sobre el momento’ de. inereia de un sistema fn roucién, modificando 4 yoluntad la velocidad angular de éxte, Puesto que el pro ducto Ma? es constante, un aumento de M exige, en efecto, una disminuctin de oy 4a inversa. (Esto no Fee comprendido hasta fines del siglo xix y permits explicer Poradoja del gato que cae). (08) La absorcin de la energla degradads de la radiacin solar por la clorofia de las hojas verdes da lugar a le siguiente reaccida improbable: 600, + Hy0 = CyHy.0, +60, Gcido carbénico + agua = destota ++ oxigeno); Ta dextoss se transforma en se vida en almidén (Cy Hyp 05) “La mane a de ser del organismo vivo implica la inversién de la segunda ley de 128 sadadas como el agua, el acide carb que, con sustancias energéticamente di antidades de sus- nico, y una energia de muy baja tensién, Fabrica enorme tancias de muy alto potencial quimico y calorific, El principio de minima accién da, pues, una especie de tela, una al- fombra, a Jas geodésicas hamiltonianas que ky vida hace a veces ondular. En estas ondulaciones, el principio ega a ser ef menor esfuerzo compatible com fin, con las ditectivas que la vida parece proponerse. Hay todavia minimos y miximos deseables, pero. no son los mismos W. Bancroft (Reve Scientifique, 28 de septiembre de 1912) da, por cjemplo, Ia transposieién bioligica siguiente de la tendencia al equi brio estable de los sistemas inorginicos: “Los cambios que afectan a un tema (hioldgico) son tales que tenden a reduci al minimo Ja. perturbacién de origen exterior” Estas tendencias de orientaciones teleoligicas como la antes citada, de Ja economia de sustancia) pueden conducir a veces a las mismas solucio- nes que los sistemas inorginicos. En los tejidas de céhilas esféricas, Ia econo mia mixima de sustanc es que las Teves de tensién superficial minima y de superficie minima. Se encuentran redes podra dar las mismas equuipartici exagonales planas o curvas en muchos tejidos 0 agrupaciones vivas Ademiis de sus condiciones especiales de equilibsio de tipo pragmitico y de su tendencia a la economia, y en ningiin caso del trabajo, sino de Ja materia_misma, les organismos vivos presentan también un fendmeno carac- teristic, al menos como modalidad: el del crecimiente, Los cristales inorgi- 1h Teamodininica... En los fendoenos engi, las diferencias de engin no tien den. por si mianas a Te niacin.” En las marifetaciones de I vida considers fomel'un tala, lv que elxevanen ena tendencia a Is pespewaién de as fuentes Ae ene, Em les Tendmenot patente tnorgdnicos, In eteng Henle a ser degra 4s, pornos seaciones orginicat se pnen ava tenfencia En Is qroceis Vos ‘l'atmento de lo entopa es sear” (J. bosone, The Afechasion of Life, Lon dey 1921 ease también H. Guillemiont, La: Matiée et ts Vie, Flammarion, editor. Pars us inversions suspensionesimprobebtes del sogunl ley de Ta Termodininen te profucen continuamente en ls tera viea y Boltomana ha demetaly que ora que Lela ex ley en un decir de gas era pesiun esperar un mumero de Sighs gual a Ja anidad segtd de 1.000 alles de cos {2 Ejempl: la eutereglacén de Is temperatira en lot animes de sangre clint. (04 Las ealniae de crales, por ejerpl, en lis que se puede obserae, adem, una evolictinpeomestin urn lox combs pechitiries de Sceiém cand Cet Corll) estan completente extinguidor y ham sido reemplzaton por ls orale ce toganales Coctceala), nego ene coraes de seciin exngonalCexacovalla) Por el font los equinalermoy .esella de mar, que ignorn la compesin de oy fa Sinteroseclmales, ham evoiconado hac, fro edn vee ris riguenmente pom Hiner, La misma’ cbiracion coke hacer ‘para los usins y lov ernaes AnMonroso 129, nnicos aumentan por aghutinacién Cadiciiin de elementos idénticos); el orga nismo vivo crece por una especie de expansién de dentro hacia fuera a la cual se ha dadlo el nombre de fntususcepeién 9, Tambien existe la diferencia radical siguiente: en la materia inorgéni- ca, los elementos moleculares, una vez en equilibrio Crigido u oscilante) per- manecen pricticamente idénticos mientras dura el proceso de agrupacion, en tanto que loy elementos constitutivas del tejido vivo se renuevan continua. mente por combustién y eliminacién, como la personalidad de los filésofos tavistas , El organism vivo, aparte de ciertas formas primitivas todavia (5) La tiniea obra que conozco que haya estudiad las leyes del erecimiento desde el_pumto de vista matemitico es el tratado titulado Grosth and Form (Crecimiento y forms) de Arey Thompion, pablicady or la Univenidal de Cambie Te ag Algunos extracts: niniosCersales) cwecen por agluinecin: un vt cree pot Ja diem de mucvas molculs ue, naan cpu a capa, se Fuxsponen proge sivamente al susato sido yo fod, Cala pareula parece exar inltenciady mente por is prtcls proms: cada de as cele sl ageges toma, pon tain en el conunta de sus vevnas inmediat,genermerse en lo hucom y Hees Gisponiben,y de manera que enue en conaeto con el rayor numero poutle de Por Sedan imino. Cadn pavtiulas jrd en et hgae que pur alenaae méy como snone; smo hay hoecoisponible tomers la sien de eneria pene minima con sei win emis, is ens fee de sions le ffm que to quede ninguna faeea resamte que ped esa despletamie Segue en lec de ae planas porque en una dispose. erste ina humogncy, las leyes de Ta sims eigen queef lager grometion de une Yeo dd seu un plato wn grape de pawn, seo ol gat Seneteco en ene se! pane cular el de la enega sper minima, El conjmte se las de basso de gran es. Feros, que om permite imiar 9 rept las dpoiiones italinay, oy dembesta en forma vale que el tesulado es sempre la produciin, com en ef CFs nara de supe planes de dnguls mets simireamentdspuctos, Tos cuerpo arg eos por el cota cecen por itusscepeitn o ibibicim emo tao de Be Tans puede aumentar nel aga gor la peneacin tcl liquide de wa st sto sia, inflndose Ta maa gains del uy wy que Un glomo que ge Tena de sve De aqui restan » menudo formes cities miles 9 ls burbaje de ste, dandne We engin ttl de suprise mininm com una. supetie.efere! Obsemns una sens Ta importa de ts Ky de fa ena de superficie minima, ain en ls com figusciones insablesyeompleys de b mater viva Gitenos también 9H, Guleminot (op, eit): La uniad erisaina formada no es amis que una ctedad de peqtas une, fdas semejemesylevando em sat To elementos de ines dl conju, es ds, os facterentadores de Ta fo pe vera. Patel contrast, ls unidaey vras tienen fomas que mn sm inkamemte Tae fultnte de tas pepicdades moropéicas de lor clement comin y que tompo co ve jusifcan fuente por ls elcines de ls Fadil om au en, as Formas panecen,poceder dunn dhesiva ittior y propia al aegedo, para hme Sor realacin de una Toren Tt Viase en TI, Guilin Cop. et) ta eomparsin, de To ongnismos vives com ls sistemas etna en equi mnflogicn como el chro de agin la Hata 130 Esrétca pe Las Proroncrones préximas a una simetsia esférica, tiene, ademas, Ia particularidad de ofrecer, en general, un s6lo plano de simetria (en la direccién de su movimiento) y de ser notablemente asimétriea con respecto al plano perpendicular en el punto medio de su seceién por el anterior, y el ser vivo ctece conservando las lineas gencrales de su forma. Como dice D'Arcy Thompson ‘7? “La concha ( retiene su forma inmutable, a pesar de su crecimiento asimétrico y, lo mismo que los cuemos de los animales, crece slo por una extremidad, Esta notable propiedad de aumentar por crecimiento terminal sin modificacién de la forma de la figura total, es caracteristica de la espiral logaritmica y no Ja tiene ninguna otra curva matemstica”. DiArcy Thompson recuerda en seguida el concepto geométiico del gno- mon, debido a Aristoteles: Un gnomon es toda figura cuya yuxtaposicién a una figura dada produce una fi- WUE 7) gura resultante semejante a la fir H//)) gra inicial. Por ejemplo, las por- b Wf a) ) mm Fie. 50 UY ciones sombreadas de la figura 50 son los gnomones del tridngu- Jo equilitero y del cuadrado (, S © Op. it 08) Esq 9) Los griegos trasladaron también este eoncepto a los ndimeros. A la red triangu- Jar a) corresponde Ia serie de igualdades: ro exterior del molusco que la segrega o+ 1 1 1+ 2. = 3 a I 3 3 6 A,eeeeee 6 4 wo FO 10 5 5 eee 5 6 21 er a+ 7 28 oe oD natn . La se det gpomones (1,2 3y.ng#) 5 de os mess ens; y st Gel) cesién 1, 3, 6 10, 15,..., son los miémeros triangulares 15,...,0 2S I gu A la sed cuadrada b) corresponden las igualdades siguientes: o + 1 E r+ 3 2 pena et) Ba eB IIIIIn ef 7 # poorest eat) #4 9 2 eer + ou e peer e423 a beeen GD? + nay Dex, Crrcrento Anmoxioso Debemos a Aristételes un teo- A c Pp ema fundamental sobre el gnomon. f Gig. 51): En todo tridngulo ABC a se puede construir uno semejante y xe su gnomon, Basta en efecto trazar una recta BD que forme un ingulo ABD igual a BCA para obtener un wing ADB B ¢ semejante al ABC inicial. D B BCD seri, por cog b el gnomon de 8 ADB. Frc. 51 Se puede repetir indefi- nidamente a partir de una figura da- | da la construccign gnoménica. He aqui tres figuras gnoménicas inte: resantes (fig, 52): Figura @. — El gnomon del rec- ‘AB tingulo de médulo Fe = V2 es un rectingulo idéntico (a la inversa, un rectingulo de médulo V2. se puede dividir en dos rectingulos iguales que tengan también ¥/2 co- mo médulo). Figura b. — El gnomon del ree Tie, 52 es un cuadrado perfecto, En el “capitulo siguiente, veremos la importancia que tiene esta propiedad. de los gnomones es en este cato la de los niimeros impares y Jos mime 1 Cque cortesponden ala ver a las redes de puntos y a las super Ficies'de as figuras crecentes) son los mimeros cuadrados. La teoria del crecimiento ‘gnoménico es tun aspecto geaméiricn dela teoria moderna de las diferencias fn [Los conteptos de nuimeros peligonales (de los cuales son casos partculares los néme res y cuadrados) y- polidricor y el métoda de los gnomoncs hoban per rmitdo los grigos explorae el axpecto diofantico de a Geometria que mosutus hemos Ia te ros 1, 2 132 Esrérica pe_1as Proponciones _ Figura ¢, — El gnomon del tisngulo sublime ABC (triéngulo isbsceles de dngulo en el vértice igual a 36°, en ef que el lado igual y la base estén en la razin +) es un triéngulo isdsccles cuyo éngulo en el vértice es igual a 108° (es el triéngulo que se separa del pentigono regular mediante una diagonal). D'Arcy Thompson observa que si se contimian indefinidamente estas construcciones de adicién Co sustraccién, si se opera en el interior) gnomé nica, los puntos correspondientes, or ejemplo, todos los vértices de Jos triingulos sublimes de la fi- gura c) de las diferentes figuras semejantes estin situados en una espiral logaritmica. Recfprocamen- te, “toda curva plana que parte de un polo fijo, de tal modo que el area de un sector sea siempre un gnomon para cl drea prece dentemente obtenida, ¢s una es piral logaritmica” (fig. 53, a, b). 0 pasando al crecimiento de los volimenes: "Si una estructura crecien- te esti compuesta de partes sucesivas homotéticas (semejantes) y semejan. temente dispuestas, podemos siempre trazar por los puntos comespondientes una setie de espirales logaritmicas @® y cada aumento sucesivo es un gnomon de Ja estructura precedente’ De aqué resulta, reciprocamente, que en el perfil en espiral logaritmica de la concha o del cuerno (ejemplos bioligicos de crecimiento homotético) podemos inscribir siempre una variedad sin fin de otras figuras gnoménicas D'Arcy Thompson cita como ejemplo impresionante de crecimiento. gnomé: nico Ia bella concha del Haliotis splendens, et Abalone Shell de California Aescuidado y que facilmente puede ampliarse a la Geometria de 4 y de m dimensio res, (Véase en el capitulo 1 la nota relativa al triingulo de Pascal, y también el anexo). 2) He agui un resumen de las propiedades algebraicas y geométricas de la espi ral logisitmica © Spire Mirabilis de Bemouilli: Si una recta (radio vector) etd ani ‘mada de una velocidad angular uniforme en torno a uno de sus puntos (polo), un pt fo que se mueva sobre esta recta com tuna velocidad proporcional a su distancia polo describe una espital logaritmica, cuys ecuacién en coordenadas polares es p= af n efecto, de Ta definicin de a cura resulta 2 = bap, @ = oh de donde deb “ b 8, log. p= — 6; 0 = K log.p 0 sea p = af El radio crece en progresion geométrica cuando el Angulo crece en progresién arit LAvnva 29, Cristales de nieve. Det. Crecrvan 138 ‘cuyas espirales logaritmicas generatrices determinan superficies gnoménicas cencorvadas (fig. 55 y lim. 30, arriba). La espiral logaritmica es la tinica curva plana cuyos segmentos son ho- motéticos (semejantes) (2), Tie- ne, pues, la propiedad de homo- tecia continua, y es (como Jo habia _presentido Church) el simbolo matemético més impre- sionante de la relacién entre forma y crecimiento. Se emplea a yeces como sfmbolo matemético del creci- miento continuo la curva expo- nencial y == e* o espiral levan- Fre. 55 tada, o Ja curva sinusoidal de oscilaciones amortiguadas segin una ley igualmente exponencial. La espiral de Arquimedes, por el contrario, que se emplea en ciertos diagramas crista- miética; Co: los radios vectores de los puntos cuyos ingulos vectores estin en progresién ariumética, estin en geométrica). Salvo un factor constante, los fngulos vectores sony pues, los logaritmos de los radios eomes- pondientes, de donde resulta que cuando tres radios vectores tstin separadas por éngulos iguales (por ejemplo 90° 6 360°) el radio intermedio es media proporcional entre los zadios extre- ‘mos; cuando estos angulos iguales son de 90" el punto interme- dio se encuentra siempre sobre la semicircunferencia que tiene como didmetro la recta que une los otes dos puntos y pase por el poo, El radio vector forma también en toda espiral logartt rica un angulo constante (el dngulo caracteristico @) con la curva, Descartes descubrié ota propiedad importante: Si B y C son dos puntos de una espiral logaritmica, las dis tancias del polo O a B y a C son proporcionales a los radios OB y OC; el crecimiento en la direccién de la curva y el crecimiento en la direccién del radio vector estén en un & razin consante, Se tiene = cos © y $ (longitud det arco de curva desde O al punto considerado) = np, sien do n = see a, de donde sale Ia ecuacién de la curva en funcién de a, p = me? cot « Fro, 54 Se tiene también (fig. 54b): arco de la curva desde 0 a B = BI. Desde el puinto de vista puremente analitico Ja espital logasftmica posee Ia notable propiedad de ser su propia evoluta, involuta, podaria, clustics, y ademés, de reproducitse si se arolla sobre si misma. Si una curva cualquiera se arrolla sobre si misma, y se repite esta operacién indefinidamente, Esrérica DE Las Proporciones logréficos, no aparece en Botanica niien los diagramas de crecimiento: es una curva puramente estitica que simboliza, al menos, un movimiento uniforme, 4 Ta inversa de Ia espiral logaritmica y de las demés curvas exponenciales Ya hemos visto en el capitulo a que toda espiral logaritmica, esquema de crecimiento, puede a su vez ser esquematizada, caracterizada, por una pro- gresién geométrica, y como lo ha hecho observar Sir Th. Cook, la serie 1, 1, &, @,... 4%, ticne, entre los esquemas numéricos del crecimiento, la propiedad de ser una progresién a la vez geométrica y aditiva, que permite obtener el crecimiento homotético de caricter exponencial por medio de adi- ciones de clementos simples. Un esquema todavia més natural (pero sola mente aproximado) es el reflejo diofantico (en néimeros enteros) de la serie resulta como curva limite envolvente una espiral Iogaritmica, Desde el punto de vista morfoligico, citemes de nuevo las dos propiedades cuya importancia biologics destacd DiArey Thompson: 1 la espiral logiritmica es (en dos dimensiones) la vinica curva cuyos arcar son siempee semejantes, es decis, cambion de dimensiones, pero no de for- ‘ma: propiedad homotética en el crecimiento; 2, esta propiedad se extionde a las dreas eterminadas por los vectores, Toda curva plana nacida de un polo en forma til que el dea vectorial de un sector sea siempre tun gnomon para Ja totalided de Ja figura precedente, es una espital logaritmica: propiedad de crecimiento gnoménico, Observe moe que la recta y la circunferencia son casos limites de la espital logusitmica, para a=oya= 90" (2'Las posciones de una misma ciccunferencia y de una recta cualquiera son no solamente semejantes, sino superponibles; los areus de dos citcunferencias de radios distntos son semejantes, pero no superponibles en el espacio, la hice tene la pro pid andloge a la recta para la translacién y del circulo para la votacién, de ser superpo- nible a 81 misma por atorilamiento) a x ©) La espiral de Anqulmedes {ge p= 2.8, esth deserts por un punto Animado de wn movimiento de tisaciin uniforme (de © hacia X) sobre un vec tor OX que sone una velocidad angw lar uniforme sltededor del pola 0. Las ralics son normales en todo punto de la 5 cars ye toc al ete En la espiral logariimica, » = «°, estos intervalos radales cecen en pro- geesiin.geométsica (por la misma’ te in que la pulsaién radial de la cure ta). Se podria considerar la expiral de ‘Arguimedes como secién mridiana del volumen de un clindro flexible, como tun cable, y la expcallogartmica, como reridiana del volumen obtenido al des- anlar del mismo medo un cono en caracol (fig. 56) Det Carciniento ArMoNioso 137 ® representada por la sucesidn de Fibonacci, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144,... Csucesién F), en la cual (como en toda serie aditiva de dos tiem: pos) la razin de dos términos consecutivos tiende répidamente hacia @. Es ta notable propiedad (posibilidad de realizar un crecimiento homotético por simple adicién) nos permite explicar la preeminencia en Botinica de esta sueesin y de la fraccionaria derivada de ella: 23 5 8 Bw 3 B 7 3455) asi como la presencia de estos ‘érminos en las proporciones del cuerpo hu- mano ©; da también una de las razones del predominio de la simetria pen- tagonal Cintimamente emparentada con la seccién aurea y, por consiguiente, con Ja sucesiin de Fibonacci) en tantas formas vivas. (Las liminas 32 y 33 reproducen cierto niimero de estas formas pentimeras. orgénicas). Ya habjamos observado (cap. m), desde el punto de vista puramente es- tético, Ia armonia resultante de la recurrencia ritmica de formas semejantes. La explicacién de Timerding (a propésito del rectingulo ©): “la impresién de seguridad que da lo que es igual a si mismo en la diversidad de la evo- lucién” evoce no sélo el erecimiento homotético del individuo, sino también el ciclo inmemorial de ritmo mas complejo o ley biogenética de recapitula- cién de Haeckel (la ontogenia comprende a la filogenia). © Recordemos que estos tdeminos fraccionatios de la sucesiéa de Fibonacci apar recon especialmente en la flor de giraol, y que se utiliza, por ejemplo, —— para designar pe girasl, y q por ejemplo, para desig determinada camtided de semill de gan rendimieno L Emel la di de 1s ila : a = ua la disposicién de sen Ta margarita, ape rece en la mayor pate de las plas, et Hemos visto una sa26n adicional para la presencia de Jos términos de a suce- sim fraccionaria de Fibonacci en Boténica, en la solucién (aproximada) que da para Ja distibucidn éptima de las hojas bajo Ia luz cuya solucién rigurosa esté dada por 360° el ngalo ideal 9 EL hecho de que un gran niimero de mediciones hechas en individuos de uno y otto sexo, dé # como valor medio de fa razén examinada en el capteuo 1, Aesiva de ls manera oscilante cuya razén ® = 1,618 et'la de le timminos de ta seie 203 5 & 12 M55 TVT TT PW H porque ve tiene, en efecto: 2 4 33 = 1625; = 1615; 4 = 1619, ee is ii

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