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http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com.ar/2010/01/en-la-muerte-de-jd-salinger.html
lo que no es descabellado: el cazador atrapa su presa, se cobra una pieza, la derriba y siempre, en ltimo caso,
la toma. Si uno lee un poco en castellano, un poco en ingls, no tiene dudas de que Holden Caulfield no est en
la vida en general atrapando mariposas o escarabajos, y mucho menos, papando moscas. En ningn caso,
adems, est en posicin de guardin. No vigila nada en lo absoluto. Es posible incluso que Salinger aluda a la
posicin de un ctcher que corre tras la pelota entre el centeno, algo que se aviene a la visin onrica de
Caulfield, porque el ctcher, en la realidad, no corre, sino que atrapa la pelota cuando viene mal servida o
cuando el bateador marra.
La cuestin es que, para m y gran parte de una generacin que ley a Salinger, el imperceptible cazador oculto
es un mito. Un mito de un traductor oculto, se dir. Digamos que s.
Salinger, informado sobre la cuestin de los ttulos de su novela, zanj el litigio en favor de El guardin entre el
centeno. De este modo, la editorial Sudamericana perdi los derechos de la obra de Salinger. Edhasa, que se
apresta, seguramente, a re publicar El guardin entre el centeno, es la depositaria de esos derechos en
castellano. Esto puede contarlo mejor Fernando Fagnani.