Elisa Beamonte Relato ganador del I Certamen de Relato Breve El Blog Onanista
A la princesa Arabella la haba secuestrado un dragn haca dos semanas.
Sus padres, el rey y la reina, se despertaban al alba esperando escuchar noticias de su hija, quizs un joven que la hubiera rescatado de las garras del feroz reptil o que ella misma hubiera conseguido escapar y regresara a casa por su propio pie. Sin embargo no llegaban a palacio ni mensajeros, ni jvenes, ni princesas. La esperanza se agotaba poco a poco y la alcoba de la princesa segua vaca. El prometido de la princesa, un apuesto prncipe del reino vecino, aguardaba su regreso y ocasionalmente sala l mismo a buscarla, esperando poder casarse como haban planeado sus familias. Arabella, por su parte, estaba felizmente acomodada en la cueva del dragn, perdn, dragona. Jams podra pagarle lo que haba hecho por ella. Nunca olvidara el alivio que haba sentido montada en su lomo alejndose del palacio real. Tena diecisis aos y haba vivido toda su vida bajo el mandato de sus padres y estos pretendan que a partir de ahora viviera bajo el mandato de su marido. La princesa quera vivir su vida. Ser libre, volar por encima de las nubes, disfrutar del viento que agitaba su melena. Slo por pasar un par de semanas con la dragona su piel haba dejado de ser suave como un melocotn. Ahora era spera y curtida, morena por el sol de la maana que resbalaba suavemente por sus curvas mientras ella recoga frutos y pona trampas para los pequeos mamferos. Cada da se senta como si creciera, como si ya no fuera pequea y frgil sino fuerte y grande, capaz de conseguir cualquier cosa que se propusiera. Dorma acurrucada contra las duras escamas carmeses y nunca haba tenido el sueo tan profundo y tan placentero. Nunca se haba sentido tan llena de posibilidades, tan liberada. Finalmente, la familia real dej de buscarla, asumiendo que el reptil volador que la haba capturado la habra digerido haca ya tiempo. El prncipe regres a su reino y se cas con una condesa, olvidndose de que la princesa Arabella haba existido alguna vez. Mucho tiempo despus, Arabella oy una distante llamada. Le pedan ayuda sin hacerlo en voz alta. Era como pedir un deseo a una estrella fugaz, un ardor en el pecho que nunca consegua salir de los labios. As que Arabella bati sus escamosas alas de color esmeralda, escupi una bocanada de fuego por la boca y ech a volar en busca de una princesa que desesperadamente necesitaba que la salvase un dragn, perdn, dragona.