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reduccién de sueldo. Yo reduzeo el sueldo, aun asi, no pueden contar conmigo, en teoria para ascensos oficiales porque yo tengo reduccién de jornada pero yo hago el trabaj ble, pero no cobro como responsable”. ‘tin sin haber nacido la hija, solo por estar embarazada, "la desclasan, le quitan su proyeccién de forma automatica”. Esa pro- yeecién que habia seguido de forma rapida, ascendente y que la habia “acomodado”, resignando sus estudios univer desploma de un dia para otro. Llevandose consigo su autoafirma- cin “parece que soy buena” y aceptando sin mas que, a pesar de ser responsable de tres pe omo soy responsa~ js, se bre como responsable. ‘Tener reduecién de jornada supone, en su caso, trabajar solo 40 minutos menos. Tiene reducida una hora, pero ella se queda 20 minutos més, apurando el tiempo para recoger a sus hijas. “Pero con la reduceién de jornada se supone que tii no te vas alas sy te vas alas 4.20... {Sabes? algo vaa pasarde las 4.205 tino ‘vas a estar.” capmutoa COMPRENDER EL TRABAJO: EQUILIBRIOS ENTRE PRODUCIR Y REPRODUCIR Jo es adentramos en las estrategias ividuales y colectivas que llevan a cabo las personas entrevista- das para lograr equilibrar la vida y el trabajo. Para ello, nuestro anilisis profundiza en el caracter diverso, en las ambigtiedades y enlos costes que representan algunas de las estrategias adoptadas, jalmente por las mujeres, tanto en el terreno personal y (in)satisfaccién, autoafirmacién, culpa, como en el profesional, renuncias a promocionar, desencanto por eltrabajo, frustracién, innovaciones, ete Gentraremos, pues, nuestras reflexiones en las tacticas y iag més extendidas entre los perfiles entrevistados que responden a parejas jdvenes de clase media en las que ambos cestrat miembros son laboralmente activos y. en particular, en las opi- niones, comportamientos y percepciones que expresan (véanse Jos anexos 3y 4). En muestras observaciones de partida nos llama la atencién la generalizacién de dos situaciones que pricticamente se cumplen en todos los hogares estudiados. La primera se refiere al tiempo desigual que los dos miembros de la pareja destinan a la 65 organizacién y ejecueién de las tareas reproductivas y, la segunda, tiene que ver con a extendida estrategia de mercantiizacién parcial de esas mismas tareas por medio de la subeontratacién de emplea- das domeésticas externas, en su mayoria trabajadoras inmigrantes, a las que se transfiere una parte del peso global del trabajo. 1, CONCILIAR QUE, COMO Y CUANDO: ELTRABAJO DE REPRODUCIR Para comprender el significado y el aleance del trabajo reproduc tivo debemos comenzar por especificar (y secuenciar) la cadena de actividades y tareas concretas que implica “la reproduceién social bisica” enlos hogares estudiados. En sentido a carga total reproductiva abarca un tipo de tareas y ocupaciones destinadas a cubrir las necesidades de cuidado de las personas, que sabemos que varian a lo largo del ciclo vital. Basicamente, aparecen dos tipos de demandas reproductivas especificas: por un lado, las tareas y protocolos que tienen que ver con el mantenimiento de la infraestructura doméstiea (limpieza, ropas, compras). Y, por otro, ¢l trabajo instrumental y emocional que representa atender las necesidades y los cuidados de los hijos y las hijas menores y otros familiares dependientes. Como hemos visto, un hogar tipo de nuestro escenario de estudio esté formado por una pareja de progenitores y dos o tres nitios y niflas menores de 14 afios, lo que nos presenta situaciones {familiares en etapas de demanda intensiva del ciclo de erianza, La carga total de trabajo cotidiano en un hogar de estas caracteristicas requiere, junto con el aprovisionamiento fisico doméstico, un encadenamiento de trabajos destinados a la alimentacion, higie ne, acompanamiento, distraccién, euidado personal, atencién emocional, de los hijos ¢ hijas. Es un trabajo que inctuye la mater- nidad pero que “no se agota con los primeros aftos de vida; cambia de naturaleza y contenidos a lo largo de la vida y es compuesto, relacional y no es uniforme en el tiempo” (Zanuso, 2010: 19) Mientras los hijos son bebés, lacrianza y los cuidados impli- canun trabajo intensivo que se conereta en una inversién de tier po, en entrega fisica y emocional y aceptacién de los muchos cambios del ritmo cotidiano que introduce la Negada al mundo de una criatura, emperando por las alteraciones del descanso noctur- no. Pasados los cuatro meses de baja maternal, los tiempos de atencién y cuidados variaran en funcidn de la situacién familiar y de las opciones individuales a las que se tenga acceso. Por ejem- plo, en los casos explorados, la guarderia infantil privada es la opeién mas extendida tras la reincorporacidn de la madre al traba jo asalariado. Las rentas medias y altas de estos hogaresy la ausen- cia de redes familiares conducen a esta escolarizacién temprana de las hijas e hijos de menos de un aio, lo que permite otras posi- bilidades en el reparto de los cuidados infantiles. En estos casos, taly como muestran los testimonios, el trabajo de atendery cuidar alos pequefios se concentra a primera hora de la matiana (desper- tarles, darles el desayuno, lavarles, vestirles, preparar el almuer- 20, mochila, muda...) y. por la tarde, de regreso a casa, a partir de las 4. 0 5 de la tarde, Pero, ademas, estas ocupaciones a me incluyen desplazamientos en coche, con dificultades de aparca miento, atascos, horarios ajustados, etc, lo que exige una planifi cacién y coordinacién muy medida de los tiempos de la jornada que, logicamente, se complica cuando aumenta e] ntimero de hijos alos que hay que atender, llevar, traer, siempre cumpliendo v horario establecido. Este ctimulo de tareas se desarrolla en el tiempo de no trabajo asalariado, sumando la jornada el desplaza~ miento al lugar de trabajo y el contenido- carga que este suponga. Pero, ademés de todo este trabajo concreto, la atencién y el cuidado familiar implican una “elaboracién subjetiva” de las précticas, saberes y, sobre todo, del “tiempo necesario para darle forma y sentido a la vida cotidiana propia y de los otros”. El "estar disponible” (de muchas mujeres) para la familia, lleva implicito “disponer de tiempo para la edueaci6n y el cuidado de los hijos, ppara las relaciones, los afectos y los sentimientos, para el cuidado de los cuerpos y la salud y para responder con rapidex a las infinitas incidencias de la vida cotidiana”. Visibilizar estos aspectos subjetivos imbuidos en el llamado trabajo familiar nos permite, porn lado, explorarla complejidad la necesidad de esti- mar el valor de la reproduceién, un trabaj Imente “estandari- zable, como insiste Lorenza Zanuso, que implica un continuo (re) ordenar las prioridades y los limites entre actividades diversas, no solo para racionalizar el empleo del tiempo, sino para descifrar pre- vviamente su valor para cada una y para las demas"! Por otro lado, prestar atencién a las expresiones subjetivas del trabajo reproductivo nos muestra el ctimulo de actividades y destrezas mentales, cognitivas y emocionales necesarias para ges~ tionar el dia a dia de la reproduccién de los hogares. El sobrees- fuerzo y la saturacién mental que implica la gestién de un hogar con niifos es una constante en las experiencias vitales de las mujeres trabajadoras entrevistadas. Con todo, la dimension inmaterial y emocional del trabajo reproduetivo adquiere un interés capital ala hora de situar “Ia especificidad de los cuida dos", particularmente, cuando estos se delegan o subcontratan, como veremos mis adelante cuando exploremos el compromiso afectivo de las trabajadoras domésticas y/o cuidadoras: "Los cui- dados se hacen siempre si no con amor, si al menos con trabajo emocional” (Vega, 2009: 34). Precisamente, la perspectiva y el debate en torno al trabajo emocional (o jo con compo- nente “relacional”) nos aporta algunas claves para entender mo las emociones y los trabajos de cuidado de la familia se convierten en mercanefas, jercambiables a escala transnacio- nal hasta el punto de modificarlas estructuras sociales y los equi- librios econémicos a escala global (Hochschild y Ehrenreich, 2003; Hochschild, 200 En los escenarios familiares que hemos explorado, aparece un patrén comiin, la parte sustancial de la atencién y cuidados de los hijos se asume desde dentro del hogar, en una desigual dis- 6n entre los miembros de la pareja. Precisamente los desequilibrios aparecen cuando indagamos en el reparto y dis- tribuci6n de esa carga reproductiva en la que se integra el grueso smpos y compromisos de atencién y cuidado de las largo de la jornada diaria, En este punto, los diseur 08 y las précticas igualitarias de los entrevistados y las entrevista- das se debilitan, revelando la realidad que enmascara el discurso politicamente correeto de la coneiliacién: son las mujeres, las, trabajadoras-madres, las que asumen el peso fundamental del de tareas, criaturas a trabajo reproductivo. Por ejemplo, el hecho de que sean los varones (entrevistados) los que flexibilizan el horario de entrada al trabajo porque mantienen la jornada partida condiciona que sus parejas tengan que estar disponibles para recoger a los hijos del colegio y ocuparse de ellos a partir de las 4 0 5 de la tarde, asumiendo la asistencia y los cuidados en la franja horaria de mis demanda, como ya hemos mencionado (actividades extraes- colares, entretenimiento, tareas, bafios, cenas). "Las tardes son de ellas” es, en resumen, lo que ponen de manifiesto las entre- vistas realizadas en esta investigacién al reconocer que son las, propias mujeres las que estén “plenamente disponibles”, en ‘muchos casos, a partir de las 4 de la tarde para atender las ocu- paciones familiares, fundamentalmente, las demandas de sus hijos e hijas. En la mayoria de estos hogares el trabajo doméstico “puro y duro” se subcontrata a una empleada doméstica externa. Se trata de un trasvase parcial del euidado material del hogar a otra mujer cuyo trabajo, precarizado y mal pagado, que Ja contratan de la carga fisica y rutinaria de las tareas domésticas (harrer, fregar, quitar polvo, recoger la casa, limpiar, cocina, ba‘ios, lavary planchar ropa...). Una estrategia de la mereantiliza~ cién de los cuidados domésticos mente extendida, que incluye a menudo también la transferencia de una parte dela ges- mn y satisfaccién de las necesidades cotidianas de las eriaturas y otros familiares dep rutinarias del hogar pierden protagonismo en las exper vitales (reproductivas) de algunas mujeres entrevistadas, lo que les sigue pesando, particularmente a las trabajadoras-madres, es el cuidado de los demés. ibera” a las pare} veremos cémo las tareas jentes. Por B ey cuaDRo 1 IDENTFICACION vREPARO DE TAREAS DE COADO DOMESTICO Y FAMILAR Lo OUE HaceN ELAS (MARES TRABAJADORAS) * Linpieza y rcen casa ‘ cueads rope tana, eer + Cain arimante ‘tad compras ‘compas iments ‘postions domestica) + Pago dela cnlends 1 Cueias det hogar {Cuidado anoles (rascal ouaoRo1 IDENTPICAGON Y REPARTO DE TAREAS Lo gue Hacen eLLas (ADRES TRABAIADORAS! ‘Arpcton eevee Higeney vsti * Propara y dan dso, ‘ami meena yeaa « lctary rcoger de fslegloe puree svar reaper 6 yeadatos Geniesos vidas enrassclareseCoarscen de + Matas eines + Compr y epasictn de Suaiomiete ear y nracaclar materi Tre, unormes. ropa ‘cesorioe s Reampafanientsy teeotres + eat pargue. enzlener Ke reins Moras « Liev cumploafesy Lo QUE Hacen eLL0s (Panes TeaasaooRes) ‘Aapecios subjetves Aspects ebjevos Aspects sujelvos * Peneain daria ipiezs compres arretes. + Organon Pawar Taboo de mead * Cacinar cans fine is coma Compras sper *Recge cpr + Kregos domestics + cue jsran * Cuertasomlares pages, ‘ecraciones Renae.) * Avarias.imieay revision ech * Claboraren Vo que agate De curnabo DOMESTICDY AMLIAR (CONT) Lo aye Hacen extos (PARES TeABALAOORES) ‘Aapectssujebvon Apacs cbjetvos Aepecassubjetvos bona alec ‘mocona (Geaeac ra + Seguiminto au alia essen Presence ‘usd paternal + Rpayeyeampat { Apore con ls «+ Conrulea = Bates apoyo en latigre tera + Propar aesayuee yore lity rcoger teeta gsr - Recoper da dds tnraeselres Eooecory ugar pretordepartes fomanareacones (eto. racine. Secklesy redes ool fines oe semana poyocon ss ‘adres pares, + Organic de sci pritcn e Sapo eae ce ‘+ Ralcona fetias anietamica heros y genes sine Lo QUE HACE LA EMPLEADA (a8 EXTERNAD ‘specie chetor Aspects subevos * Limp hacer cama, + op lavas tender, planena ordensr. pes pure {itender animales (mascot + Dsibucn dal impo Cimpieon e spent y Termes de Lo QUE HACE LA EMPLEADA (ardoR ExTERNA ‘pecs oben Aspects cubjetvs Colds amocenaly Sea amiores epenaents Estar de spared tos tutes por sursen Ireideeoe = Prapra 7 (eenyne, car Inevende9exna| levy recger cel ‘log gutters 1 Leary receger tnd raeaealres + Reompafametoey papoose excoares + Herts compa {Ltrs a peru 1 Hable jae Con énimo de ilustrar algunos contenidos concretos de este trabajo no retribuido que venimos abordando, en el cuadro ante rior ofrecemos una relacién de las tareas asociadas al euidado doméstico-familiar y su reparto en funcién del sexo y estatus doméstico de la persona que la realiza. Se ordenan. asi, expresio- nes y aspectos subjetivos que aparecen de forma constante en las entrevistas, lo que no implica que todas las mujeres y todos los hombres entrevistados realicen las tareas apuntadas. Se pretende con ello mostrar muy gréficamente las tendenecias y particularida~ des de las estrategias femiliares estudiadas, 2. NARRACIONES DE LAS EXPERIENCIAS: MUJERES (Y HOMBRES) FRENTE A LOS EQUILIBRIOS ENTRE TRABAJO Y FAMILIA Enel desarrollo de este apartado analizam is detalle algu nas de las cuestiones avanzadas que, en buena medida, tienen sx origen en el arraigo de una cultura masculina centrada en una adiccién al trabajo retribuido. Revisamos culturas y estructuras sociales que tienden a reducir la vida al abajo, dificultando otras formas de ordenar y administrar Ios tiempos y las necesidades de euidados de las personas. Para ello, volvemos a la materia prima de muestra investigacién, los testimonios y las vivencias de las personas entrevistadas, desgranando despacio las distintas estra tegias que ponen en préctica mujeres y hombres para compatibi- lizar la vida personal y el trabajo. Somos conscientes de una descompensada acumulscion de informacién que nos habla més y mejor del lugar que ocupan las mujeres en el ambito doméstico, de lo que realmente hacen y sienten. Enlas entrevistas, en el andlisis delos relatos biograficos. constatamos e6mo ellas se prodigan en detalles minuciosos sobre 1a planificacion doméstica, las rutinas de los hijos, los deseos y ambiggiedades que les plantes la inversion de tiempos diferencia: dos en sus vidas. Por el contrario, las voces de los varones 6 ‘entrevistados, centradas de manera persistente en sus proyectos profesionales, se muestran reticentes y evasivas ala hora de com> partir lo que pasa en sus hogares o valorar el signifieado de sus decisiones (o la ausencia de las mismas) en los proyectos familia~ res. En este sentido, la permeabilidad del género enriquece las opiniones. 10s silencios o las ausencias sobre algunos de los aspectos tratados y nos permite indagar enlos contrastescontra- dicciones que emergen de las propias percepeiones y experiencias de las mujeres (y de algunos hombres) entrevistadas. 2.1, TRABAJADORAS CUALIFICADAS Y MADRES: AMBIVALENCIAS, CONFLICTOS Y ESTRATEGIAS tunnieleo feeundo delos testimonios recogidos nos permite tran- titer por lov vivencias de mujeres que decinaron el tener que logit ene materidady trabajo y hoy viven las diicatades Sonbighedades que cnileva la condicién del dbles@, Junto a las srraegias coneretas, y en parte conocidas, que comparten la sreyos parte de las teres que ansian trabgjar eno que les gusta in remuneiar al deseo de ser madres, nos interesa interrogarnos ae pién sobre el significado que para ella representa la expe vaevcia de Ie maternidad (en su mayori, se muestran madres Tehezs)oen el hecho de asumir un protagoniemo activo ena ges- ti6n del trabajo doméstico y familiar sin euestionar ni reivindicar tr exceso una mayor implicaciOn de sus pares. Principalmente, los relatos recogidos nos hablan de mujeres modenar" trabojadoras formadas ycon experiencia laboral que qeedioron ser madres 1a ver que estabilzaban sus proyectos profeeionaes, Pars entener Ta tascendencia de las estratess aevnésticasy personales, es importa conocer Te situacién de ota de cote grap de mujeres-trabajadoras-madres. En p= tet ar, on ajres con ede comprenda ene 108379 revo que viven en pareja mayoritariamente tienen entre dos y season adeno cupenre lo 4 80s Siguiendo la tendencias demogréficas, la mayoria ha sido madre por primera segundo 0 tercer hijo o hija, han alargado su ciclo reproductor hans ator, Adems, despues de ener ase bij, todas han continuado trabajando e, incluso, una muestra signifi- cativa de ellas permanece empleada en la misma empresa?, Por un retrato aproximativo de la situacién ti -40 atios, con pareja y dos o tres hijos en edad escolar que trabaja fuera de casa con jornada conti- nuada, preferentemente en horario de mafiana, entre las 8 y las 16 2.2, TIEMPOS DE TRABAJO REDUCIDOS, FLEXIBLES YDEMANANA NARRACION I. OCUPACION Y DISTIBLCION DE TIEMPOS EN JORNADA 5 Un nite de 2.Diecte de empresa antes etancs me dj randy viendo atl. ¥ mi srraglan alot y ands Mara venga, dl risa, Mar Ps ime habisagade a et Ri: Lefemas stables ast err ane ara que por aad et anes en cas, ‘re 67. y pueda tua también doe is. Tana loa por eta ana tern de a Ym malo cle pst cocina ys eda bien. Sleras hacer cosas 18 menos curt ya empieza ponerse ne Porque ap “Aunaue sn maride me pinch mucho, mis structured Fone mas in tes en oe horas ,aAgubnara se acuta? Ro tipequei sya eth en aces durmleno. ania me cust mis AY po jemple mi mario ests devi esta seman a queria meter a dormir cone Sk cuando ya etn acstadas ermatmens. me pongos trabsjary estat un poco lo que os et trabajo para el da siguiente respond corres ugenes, Pues. pane det a dt mari ee Pues ela tele tee est nea nes hemes mudado hace un par aos yan estamos aeeglando, les may mantasyrepara cosas. pro principale tee i ie Una parte que ya conocemos de la vida de Reme (E.n) © desarrolla en su trabajo como directora de Marketing Corporativo cen una de las empresas informéticas estudiadas. Esta mujer, de 38 fos y con dos hijos, ocupa su actual puesto de responsebil trabajando al mismo ritmo aunque reconoce “haber tenido ten~ taciones”, no ha llegado a reducir su jornada dada la flexibilidad de regular su tiempo de trabajo ("me lo ban permitido porque saben que respondo”). En Ia actualidad, ha legado aun acuerdo con la empres. tarde y salir antes "para poder levar y tracr alos nifios” y bio, trabaja al menos dos horas diarias desde casa. Una primera lectura, con la que ella misma esta de acuerdo, nos presenta esta opcién como un pacto-trampa en el sentido en que no le permite desconectar nunca del trabajo y, al estar mas tiempo disponible en eLhogar, le sobrecarga de ocupaciones y responsabilidades fami- liares. En su caso, los desequilibrios en el reparto de la carga reproductiva se hacen evidentes, el tiempo disponible de cada 9 miembro de la pareja esta descompensado, mal distribuido, a Pesarde trabajar ambos en una empresa sensible alas necesidades de conciliacién de sus empleados y empleadas. 7 [NARRACION 2, OCUPACION Y DISTRIBUCION DE TIEMPOS EN JORNADA a cone (Lolo E9, mae de na ria de 1 afoy un io de Tenia de apres or sea) Porta mafans as suelo lear 26s ds yo sempre. Yo dgemes. que sy ia ‘eeponsble dela manana Por motives rcs y org a 20 Tob le gusta macro rosy cuando ane de mafann sles. etonces, decade Promo, Enlonces. me evant 35 7, tengo mele hore param. despa a ajr despiero al puoi alas 8 menos carte» ls 830 slime. Ds may sty qu cle, as ? menos caro dejo a pequefien agua ya las 230 i ges tahoe aba? Yoestey aqui traajando de 930.4 mens carts. Tengo jada reduc esis hares, 1 minsos pars comer y alge 330, A menos curt Me sudo rat caida rita Porque cuanto anes a eaque, pb an merends 90 yo reco al rif que sale ae 20. Adan usia mas, ae esi birt de 40 28 y puede hablo con las mares, omentamos ls esos 4 Jesis, el marido de Reme, es informético y trabaja en el departamento de IvD de Ia misma empresa, con idéntico nivel jendo la le) y se-va. Ella se ocupa de levantar al bebe, de preparar y dar el desayuno a los dos, de ve: ‘var sus mochil: oa clas yIeaon al clei, dejand aca reg llega a trabajar una hora més tarde que él. A mediodia, él sale a + te comer con los compatieros de trabajo por los restaurantes de la zona, mientras ella come algo répido que se lev de casa para poder salir antes y aprovechar la hora de la comida. La “onganiza~ cin mental” de Reme es apurar en el trabajo hasta las para salir -ara sus hijos. El trabaja por la tarde y llega a casa sobre las 7, salvo los jueves. "que pasa por el supermercado”. Normalmente, se encarga de preparar la cena ("otra vez pizza?") ‘mientras ella bafta a los nifios, le dala cena al bebé, lo acuesta ye entretiene con las tareas escolares de la hija mayor. Después de corriendo a b cenar, de recoger la cocina y acostar a st hija, Reme se conecta al ordenador para trabajar. destina esas dos o tres horas para plani- ficar y organizar el trabajo de su equipo del dia siguiente, algo que desde la oficina es complicado por las numerosas interrupeiones, Para su pareja, ha terminado la jornada (una chica rumana que vive en Galapagar se ocupa bisicamente de la laplancha) Si bien es cierto que el desarrollo del relato de Reme mani fiesta recelos por la vida més desahogada y "desconectada” de su pareja —puesto que ¢s ella la que asume el peso de los euidados familiares, no lo expresa como una situacién de diseriminacion sexual ni conflictiva en la relacién de pareja, sino que més bien lo vive como estrategia propia para compaginar sus ocupaciones de madre con un trabajo que le gusta. Sin obviar, ni minusvalorar, las complicaciones (y el estrés) de comprometer dos horas diarias de teletrabajo, el esfuerzo le compensa, disfruta de las tardes en casa, en compaiiia (y dedicandose), in situ, de sus hijas y aprovecha mejor el tiempo desde casa para planificar el trabajo del dia siguiente. Un acuerdo que refleja, por su parte, una estrategia de modulacién de su tiempo de trabajo en la empresa. Su pareja ha tenido las mismas oportunidades pero no lo ha hecho también podria, pero no lo hemos planteado. Creo que prinei- palmente por cardeter. A mi me beneficia, de esta manera me pongo limites en el trabajo, mientras que él es més aleman {risas). Cuando termina, termina, si entrando a las 8 puede terminar a Jas 6, pues hacemos un poco un horario flexible, Prineipalmente, jena de la casa y a el horario es de 8 a 6, pues a las 6 y pico esté saliendo. Le es mas abajo y decir: 'Me voy a casa’. Mientras que yo soy an) La narracién de Lola (E.s), programadora informética, nos transmite igualmente la ausencia de equidad en la distribucién de los tiempos y ocupaciones familiares que comparte con su Pareja, En este caso, la rigida jornada laboral de su companero, controlador aéreo que trabaja por os, es la raz6n expresada lla se ocupe de atender a los la asumird el trabajo de aten de, Su jornada, al poder reducir (0 la exeusa perfecta) para que hijos. En el reparto domést derlos por la mafanay por lat: 1a, se lo permite, En esta misma linea, otras experiencias escuchadas nos muestran una situacién muy extendida en algunos contextos labo- rales: mujeres con posiciones laborales estables se las arregla (porque no siempre es una eleccién individual) para reordenar sus tiempos de trabajo retribuido acogiéndose a £6 jos. En buena parte, la preferencia por estas técticas de redue~ ci6n de tiempo de trabajo, por muy minimo que sca (recordemos. clcaso de Blanca (E.3), que reduce su jomnada solo en 40 minutos) se explica por la eficacia del discurso predominante de la co cién que viene alimentando la idea de que conciliar trabajo y familia cesalgoquelesincumbe especialmentea as mujerest. Efectivamente, cs evidente que algunas de estas experiencias biogréficas se sitian muy proximas a ¢808 modelos sociales de bienestar, bastante esta~ bilizados en los paises nérdicos, donde el em concentra en empresas privadas y sobre todo pitblieas, con hora~ ios compatibles con las ocupaciones familiares, mientras que el masculino permanece en empleos con jornadas partidas o turnos més largos. femenino se Sin embargo, la tendencia de que cada ver més mujeres (con ‘empleos eualificados) autorregulan sus tiempos de trabajo, defi- niendo y practicando estrategias que ponen Iimites al trabajo 83 ‘tion el signif fragmentacién de los tiempos de trabajo rrizan la dedicacién a sus hijos, parece poner en cues- do mismo y las vivencias del trabajo retribuido. La Ta dismainucion del tiempo invertido en la vida laboral es una tendencia que se extien- de enlas sociedades modernas. En este sentido, ra comprender elaleance de los cambios e "innovadoras” estrategias que mucs- tran algunas mujeres en sus biografias, conviene tener presente el peso analitico de algunos clementos directamente relacionados como la decisién responsable (y tardia) de ejercer la matemnidad, la satisfaccién o el desencanto con los resultados y reconocimien- tos profesionales o el deseo de disponer de otros tiempos para adquirir nuevos conocimientos y aprendis sus proyectos vitales, = [NARRACION CCUPACION YDISTRIBUCION DE TEMPOS EN JORNADA comouna (Bianca (.19, mare de desis 79 afl, Emplstaen empresa de segues) Ye me levane sobre ns 630, me dich me yoy al abajo y melee mi tarde, més las is elas teeny, comida y a merents el ue me eve pus eta b ni deseyna, a comida melenda as nis, ms vin os bse de sale. mise belas de amenco porque odo eto pueden tener: Mas mech ae ro de enguale musi y ode, con todo esto voy. av parece que m= Pay ‘Cato lain ear preparade por la noche yl ema porte mafanss, edo o prepare? paracomer ye me prepar na erelad, uns cores y ras pus te evo, slamre tres cas. Hoy levaban chocolat yun yoqur Siempre ide res ceaasy a betel do agua La nein a ej rate elroy pane un pos sal de grange ans pasa del ose ager meriends” para no dare rmerienda} PY pr as ards. ‘Re Enlances voy yo abuser als nls, De a lat enoyvamas mis menos ripe. depend actividades emplzan alas 5:00 alas 630 porque van Eee jes que enriquezean 83 Jueves. Pre vames. yo tengo gue tods ls 35. PAY a qt ator regent cass? Alas 730) Je yaw, a a eacad lal pero ol sac ye Enonces Ya empezamos con onl evade ls mecha. a cons, dbers.Etoces yo hag aca, a mand sabes? yy ome dicho oe senor un 1 Paslescomos asa cont ota aver cgeria ccm em yale ace 23. TRABAIAR Y EJERCER DE MADRES. Trabajo y mate id se perciben como proyectos compatibles para una muestra significativa de mujeres con un nivel de estabi- dad profesional y con la seguridad de que la empresa para la que jan no penaliza “ser madre”. En efect yy las condiciones de flexibilidad con algunas de las empresas estudiadas ex yyeetos fami 1 Ia estabilidad en el raria que se permiten in en parte los pro- vistadas, el momento de decidir ero de hijos, Maruchi (E.3) tuvo a dos de sus tres hijos trabajando e1 empresa bancaria donde contintia. Después de diez anos de trén- [por puestos monétonos y cre: dio, gana bien, no wres de algunas iternidad, su planificacion, el ha acomodado en un esponsabilidades y su “prioridad en este momento no es el trabajo [retribuid mucho menos” negra: “Sith esta entre hace ocho atios, te cuento, me salen culeb 7 ulebras por la boca, porque a mis hijas yo no las podia hacer caso en ese momento porque yo legaba més tarde y me ponia a hacer camas, a limpiar. Ahora me puedo pe: tienes més pare vista me la ir una ayuda en casa, con lo cual miento, >. quita es0. Tengo mis tiempo para dedicarles, ‘Sin embargo. trabajar en condiciones que faciliten la conci liacién no significa que el trabajo reproductivo se desarrolle de «especialmente con bebés e hijos pequefios. como iados de Marisa o Reme. Ejercer de ‘madres responsables para muchas de estas jévenes y adultas pro- fesionales exige reordenar priotidades, tiempos y energias, Observamos cémo la maternidad es una opeién deseada y elegida que se siente y se ejerce mediante téeticas muy diversas, ninguna de ellas exenta de duros equilibrios y contradicciones. La mayoria de las madres entrevistadas comparten la necesidad y el deseo de "estar sobrevalora 0 mistifica, si observamos emo una buena parte del tiempo se invierte en llevary recoger—y en esperas pasivas— alos 8 de las miiltiples actividades extracscolares que saturan las tardes de hmes a viernes. En contraste, en otras biografias exploradas, nos encontrannos aque el decir de las mujeres al trabajo y la maternidad penaliza cla ramente su trayectoria profesional. Es el caso, ya comentado, de Blanca, que desde el momento en que se quedé embarazada empez6 jortunidades de promocin. El desconcierto que express el jefe de otra directiva entrevis- tada ante la noticia de que estaba (de nuevo) embarazada ("es que le descoloeé completamente, no supo cémo reaceionar, es que no cencias a acep~ Jcamente cerca” de los hijos, aunque este deseo a veces se a experimentar reducciones en sus, ina muestra de las resi n vidas propias al me dijo nada") es tambic tar que las trabajadoras y trabajadores margen del trabajo y la mayoria, y especialmente las mujeres, gon perfectamente aptas para desempafar sus trabajos eficazmente sin desatender las necesidades del cuidado familiar. ‘A pesar de que muchas mujeres se esfuerzan en ordenar y priorizar sus vidas para ejercer el derecho a cuidar y educar a sus empos y espacios tranquilos para estar cone! joner de un tiempo de calidad aparece incluso en los relatos de algunas mujeres que se ocupan todas las tardes de sus hijos. Una paradoja que se entiende si pen samos en el sobreesfuerzo que representa la cotidianidad de la doble jornada y las opciones individuales que se diseflan y proyee tan para ampliar la formacién de los hijos. Alargar los horarios eseolares tud de actividades extraeseola~ res contribuye a incrementar la vivencia del "tiempo exiguo” y la jos, no es facil coneiliar srolongarlos con mul 83 acumulacién de estrés en algunas madres, sin proporcionar beneficios probados al bienestar de los menores. En el relato de Blanca, que recoge a sus dos hijas "a la carrera” todas las tardes, acompailéndolas en las miltiples clases extraescolares (violin, lenguaje musical, danza, coro...), es realmente ilustrativo de la (sobre)earga que representan algunas decisiones familiares en relacién a las prioridades educativas y de ocio de los hijos. Ella misma reconoce que para organizarse tuvo que "hacer un plan- ning”:"... este ¢s mi planning {muestra su programacién sema- nal en un papel doblado que lleva suelto en el bolso] porque si no me hago unos lios. N, [la hija menor], este dia lo tiene libre, pero claro llegas aqui C. [la hija mayor] tiene baller. El martes, C. tiene esto y luego misica y movimiento y violin y luego ballet yN. ala misma hora, site das cuenta a las 5.30, alas 5.30 tengo que estar en dos sitios diferentes, porque como estén de obras, pues uno esté en un sitioy otro esté en otro, Estan reubicados en los colegios. Aqui hacemos mmisica, aqui hacemos ballet” (E13). Ademis, esta intensa actividad postescolar retrasa la vuelta a casa a las 7.30 de la tarde, enlazando pricticamente con los. cuidados cotidianos, el baiio, la cena (algo de tele), lo que le deja un tiempo muy escaso para compartir con sus hijas. Al final de su relato, Blanca retoma el tema de las tardes de sus hijas, saturadas de actividades, para cuestionarse si las decisiones que tomamos por los hijos, proyectando aspiraciones o frustracio- nes propias (la miisica, ‘voeacién frustrada”), no terminan por complicarnos demasiado la vida: "A mi me da pena cuando salen del colegio, y vamos corre, corre que tienes no sé qué, corre, corre que tienes no sé cuantos y corre, corre que tienes lo otro, Nada, dices: ';Qué estrés de vida me estoy metiendo!”. Entonees, jsabes?, pues aunque voy corre, venga, corr corre, venga que vamos al coche que corre, animandolas, qué emocién porque vamos a ballet o qué emocién, voy corriendo porque tengo muchas ganas de empezar con el violi como cambiando... el chip. gsabes?” (E.13). jno? Un poco 86 En la mayoria de los testimonios recogidos predomina la percepeién de que son las mujeres las responsables del euidado, las que desarrollan la inclinacién y el sentimiento de obligato~ riedad hacia los cuidados de los hijos. Nada extratio, si tenemos presente que es este precisamente el rol que aprendemos las mujeres, “cuidary ocuparse de los demés” , que contincia impreg. nando desde muy temprano la socializacién de género: "Yo ahora estoy supercomprometida [con ser madre], y aunque tengo ayuda en casa, yo soy incapaz de quedar con una amiga un martes a tomarme un café. Pues no sé por qué, pero tengo esa obliga~ cin, es mi rutina, nolo sé. Porque no lo pienso, ¢s mi prioridad LJ” 6). "He tenido vocacién de madre desde pequeiia, ‘siempre he querido tener hijos. Disfruto mucho con mi hija yereo que lo hago bien” (E.17). Como estas, son Ilamativas otras expresiones de autoafirma- ciénde la funcién de ser madre en sus aspectos mas convenciona- les ("ser dulce, buena y cariftosa...” o asumir el deber de “ser la mejor madre del mundo, como reconoce alguna entrevistada”) que parecen responder a patrones reproductivos de otra época centrados en el discurso de la domesticidad, esto es, en el papel insoslayable de la madre en el euidado y la educacién de los hijos. Percepciones que en casos excepeionales se identifican con esa mistica de la feminidad: madres entregadas, siempre apresuradas y sin vida propia, que sobrevuela por algunos relatos. Flestilo de estrategia doméstica desplegada por Marisa (E.7) cat mas préximo a la “autogestién ejecutiva” de la que nos habla Hochschild (2008), ala traslacion al hogar de las formas organiza~ tivas y niveles de exigencia desplegados en el entorno laboral. Nuestra entrevistada empequeniece los esfuerzos que invierte en elcuidado de sus hijos, donde también constatamos los efectos de la intensificacién del trabajo, minimizando el valor del cuidado. "En casa lo primero son los deberes. Es que hay gente que dice, pobrecitos... No, primero los deberes y luego ya, pobrecito. Soy ‘muy dura, exigente, con el mayor, que ya tiene responsabilidades. Con los otros dos me pongo a jugar, porque antes hacia cosas en 8 que nole necesito, solo tengo que batiar a uno [el hijo menor] alas. Tle meto en la banera. A las 7.30 preparas cena. Alas 8 ala cama, 8.30 los otros dos. Ahora, al mayor le dejamos leyendo, nada de teley ordenador. Pero no es tanto [trabajo]. Solo es euestién de or- ganizarte, de gestionar bien, tareas, tiempos. Hacer una cena, unos suis dias, la fruta primero, comen bien. Todo es cuestién de una buena organizacién” (E.7). 2.4, DESAPEGADAS DEL TRABAJO RETRIBUIDO Como ya hemos comentado en otras partes de est libro, las bio rafias de algunas mujeres como Blanca o Belén coinciden en mostrar un claro desencanto con sus experiencias y/o situacio nes profesionales, Posen una buena formacién, han invertido mucho tiempo y esfuerzo en adquirir experiencias y altos niveles de eualficacién profesional, aunque la realidad de los entornos y empresas donde trabajan (o han trabajado) se empene en reducir sus responsabilidades y oportunidades de promocién, En el momento actual, valoran eu situacién laboral en términos de horario y de compensacién personal: “Soy una privilegiada porque tengo un horario muy bueno y tengo muy buenas vacacio. (como funcionaria inte sta abogada manifiesta alo to actual de su vida, comprometida casi a tiempo completo con el bienestar de su familia. Se siente "conforme” en un tipo de tra- bbajo que no se corresponde con su nivel de cualificacién pero que le permite ejercer sus ocupaciones de madre en una etapa tensiva de erianza: "Te lo digo de verdad, yo disfruto de mis js... Me compensa poder llegar a comer a mi casay tener tres uarttos de hora para mi” Desde otros niveles profesionales y vivencias de fuerte implicacién en el trabajo, Rocio y Julia nos muestran las ganas y 88 lanecesidad de poner limites, de acabar con “la sensacion de que no llegas y de que nunca es suficiente”. Tres duros afios soporté Julia (E.13) como directora de Marketing en una multinacional; la tensién, la ausencia de horarios y el desgaste emocional del ‘trabajo terminaron en una baja por estrés. Como ya ilustramos en el apartado dedicado al trabajo formal fue una experiencia traumética en un momento vital en el que nuestra entrevistada se estrenaba como madre. Julia reconoce que aprendié mucho de aquella vivencia y que le sirvi6 para reflexionar y dar un giro radical a su vida; "Yo ya pasé por ahi yes una etapa que he dejado atrés, quiero un trabajo que me haga feliz, que me dé para comer . Su situacién actual es muy diferente, se y tenga un horari siente feliz, trabaja desde casa (pocas horas) en un nuevo em- prendimiento empresarial y atiende a sus hijos con la dedicacion que antes no tuvo, ‘Cuando Raquel (E.18) tuvo a su hijo, decidié viajar menos y poner limites alos dias de 24 horas de trabajo. Desde ese momen- 10, esta empresaria tiene muy claro el orden de prioridades en su vida. Su familia, sin desatender el negocio, es lo primero. ‘Ala luz de los cambios tan importantes que el trabajo fuera jcamente) en la vida de las mujeres, interpretar, sin caer en reduccionismos tebricos o ideol6gicos, estas practicas de abandono o rupturas radicales en las trayecto- rias de mujeres cualificadas no es tarea fécil. En muchos casos aparece una toma de postura consciente respecto a los motivos de abandonar, cambiar 0 romper con trabajos que conllevs opeiones de vida que solo gratifican en lo econémico. Como alo anterior, avanzamos en el ¢a bajos muy exigentes en entrega y tiempo personal, sin el recono- cimiento esperado en muchos casos, 8€ contempla como un elemento explicativo de la “despreocupacién” que expresan algunas mujeres hacia la continuidad de su promocién laboral. Sin ignorar el peso de esta u otras explicaciones sobre el fen6- ‘meno del desapego femenino en momentos cruciales del desem- peo profesional, sospechamos que, de alguna forma, estas experiencia previa en tra~ 89 vivencias estén expresando reacciones y voluntades de resisten- cia, de cuestionamiento a formas totalizadoras y abusivas de pla nificar y tutelar el trabajo. Hemos recogido testimonios de rau~ jeres que plantean abiertamente su descontento hacia la légica de un sistema que todo lo convierte en trabajo pagado. Yen este sentido, son “ellas” (con la excepeién de uno de los hombres entrevistados) las que expresan su desacuerdo con P ciény organizacién del trabajo que las somete a ritmos y tiempos donde no caben los hijos, ni otros euidados vitales, como refle- jan en sus duras eriticas a esas empresas que premian la presen- cia, Sibien este repliegue al hogary a ejercer el derecho de cuidar ion (y posicién) legitina que toman las mujeres, conviene tener presentes los riesgos que entrafia para el ejercicio de algunos derechos yi tades costosamente conquistados también por las mujeres, para que la historia no se repita. En este sentido, interpretamos el relato de Sara (E.16) a la hora de valorar ambiguamente el aban- dono de su proyecto profesional en términos de opciones libres, (© por “la fuerza de las circunstancias”) mas que de eleceiones personales, algo que no hace cuando se refiere ala exitosa earre rade su pareja, "un consultor en un puesto muy reconocido, con posibilidades de ascenso”. En el fondo, la autojustificacién de Sa- ra es un reflejo de los estereotipos que prevalecen a la hora de valorar el esfuerzo de las mujeres que se enfrentan al reto del doble si. Los éxitos (y los fracasos) en la vida familiar o en el tra bajo, de hombres y de mujeres, se miden con raseros diferentes, como se aprecia en los discursos de algunas entrevistadas. El gozando de los hijos puede leerse como una eles resentes en algunas interpretacio- nes que ponen de manifiesto la débil “libertad de eleccién” de Jas mujeres y que nos alertan, especialmente, sobre la falta de com- prensién social hacia lo que son y quieren las mujeres (Pazos, "or qué a los hombres no se les exige el mismo esfuerzo le elegir entre familia o éxito profesional? ;Por qué el sometimiento o la renunci ‘més minima sombra de ello, no figuran en los proyectos vitales masculinos? 9° 2.5. CUANDO LOS HIJOS NOS CAMBIAN EL ‘CHIP’ "Ma. sto TENEMOSAMSATOR sts lU-C1-CHU-CU-CHU CON EL PODREVERLATELE.”| (bel, 6206) “Aprender 1 trabajo no lo es todo..." ti nas de las expresiones utilizadas por las mujeres entrevistadas para transmitirnos cémo la experiencia de tener hijos te cambia la vida y modifica, sustancialmente, las formas de vivir y de enfren- tarse al trabajo. ‘Aunque las vivencias de la maternidad y las situaciones de los cuidados de los hijos y las hijas son diferentes, algunas mujeres comparten y valoran los aprendizajes cotidianos con ellos y ellas, ar las cosas con més calma”, “darte cuenta de que ‘en Ia vida hay otras prioridades :n gestos y raronamientos que te cambian el chip", son algu- 8 lamadas de atenci6n en relaci6n a la ineas del trabajo remunerado en la vida personal, a las prisas y acelera- cién dela vida diaria, ala presencia o ausencia de euidadoras, ete. A través de los relatos maternos, aparecen las niftas y nifios como observaciones: testigos de excepeién, no solamente como receptores activos de Jos euidados familiares, sino. también, como protagonistas influ- ‘yentes, dada su extraordinaria capacidad para observar, escuchar ec interpretar las conversaciones de los adultos, como nos recuerda habilmente Hochschild en su investigacion de The Second Shift 989) En algunas biografias del doble st, la experiencia de “ejercer de madres” proporciona la posibilidad de revisar significados centrales del trabajo retribuido, lo que representa y aporta, por iplo, trabajar jornadas diarias de 12 0 14 horas fuera de casa. sresiones que cuestionan el micleo duro dela organizacién de la vvida social y despiertan la conciencia critica sobre la necesidad de trabajar de otra manera, incorporando prioridades, tiempos » individuales y sociales para cuidar y compartir con los hijos, la la aspiracién de hacer compatible el trabajo pagado con proyectos personales de mayor calidad de vic antes de ser madre reconozco que me era muy dificil desconectar del trabajo. ¥ ya te digo que llegé una época que vi que no podia ser. Las llamadas de atencién de mis hijos fueron importantes. Es familia, En resume: ‘una cosa muy curiosa: no sé quién est aprendiendo més, si ellos de mio yo de ellos. Mi hija tenia que leer una pagina entera al dia yme sentaba en el espacio de estar con ellos y me volvia loca de la paciencia que no lograba tener. Se ¢ nunca y la profesora me recomendé ponerme colo di asf lo hieimos. Al dia siguiente querfa leer més y claro, montamos la fiesta el dia que lo leyé: ';Ves cuanto tiempo para jugar?’. Fue un cambio radical, dejé de consultar el ordenador durante ese tiem- po... Pues yo de eso he aprendido también. Te marcas unos tiem~ ‘pos luego tienes la recompensa personal y sacas més tiempo para +i, Son cosas que aprendes de ellos, realmente. Son los nifios los que despiertan tu atencién, son ellos lo que un dia te dicen: "Mamé, sino tenemos prisa por qué vas corriendo’. Otro dia recuerdo, iba apurada y le meto prisa a mi hij afios), venga, ‘venga que tenemos que ir ano sé dénde. Y me dice: ‘Mamé, es TU problema" (E.12) 26, LAAUSE IIA DELOS HOMBRES Bl transcurso de un dia corriente en la vida de Elisa (E.12) nos ilustra cémo administra sus miltiples tiempos: de camino al tra- hhajo deja a sus tres hijos (dos nitias de 13 y 1. aftos y un nifio de 7) enel colegio y en la hora que tiene para comer, dos dias ala sema- na va al gimnasio, otros dos dia, de tiendas, y otro, come con las compaieras de la oficina, Sale de trabajar, recoge a sus hijos y comienza la ruta de extraescolares que tienen todos los dias. Las hijas van a baloncesto y el nitio a fitbol. Con los ahos y gracias a tuna red de amigas y madres que estén en la misma situacién ("Io que pasa en Las Rozas es que hay mucha gente de fuera: mucha ey gente que esté como yo, sin madre, sin hermanos, sin nadie") ha ‘conseguido coordinar algunos horarios para hacer menos trayec- toa, Algunas veces su marido también ega a recoger a los nifos cuando termina de trabajar (es médico pluriempleado) hacia las de la tarde, aunque es ella quien asume la earga personal (¢ insos~ layable) del hogar y del cuidado de los hijos:"... claramente el peso dela casalo llevo yo y de los nifios también. Alo mejor si él esté aqui se muere de la risa. Pero yo me considero asi, yo soy la que le tengo que decir: Hay que ira buscarle a tal hora’. Porque él todavia aestas alturas no sabe qué diay qué horay dnde (.,.] Adiario lo llamo para esto. Ello hace, pero claro, ;de quién es el peso de esa responsabi- lidad? Todo, todo, la ropa que hay que comprar, que la nifia no tiene no sé qué. Por supuesto no tiene ni idea” (E.12). En la mayoria de los relatos femeninos sobre los tiempos y referencias ala pareja (si no se interpela al respecto lidad de que sean sus maridos 0 compafieros varones los que ast- ‘man el protagonismo de la gestién doméstica del cuidado. Las ‘mujeres se muestran insustituibles, instaladas en.una posicién de “no renuncia” como si solo ellas tuvieran la potestad innate de eui~ dar, Ellos continian ausentes del cuidado cotidiano de los hijos durante la semana, incorporéndose timidamente a algunas tareas (véase el cuadro de Identificacién y reparto de tareas, pig. 74). Hacerla compra, levar alos niftos al colegio, cocinar por las noches (o fines de semana) o compartir el ocio de los hijos en dias no labo- tables son algunas de las ocupaciones que asume solo una parte rminoritaria de os padres entrevistados. La pervivencia de una mas~ culinidad asociada al papel proveedor o sustentador econémico del hogar es la clave para entender la eseasa dedicacién de los hombres idado de sus hijos ¢ hijas. Por su parte, en los relatos masculinos —centralizados en el trabajo remunerado— destaca la dureza y la intensidad de las jor nadas laborales dentro de estructuras muy rigidas donde no ad para atender las nece~ alas tareas domésticas y al

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