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LA ARAUCANA -ERCILLA 54

Por entre dos altsimos ejidos


la esposa de Titn ya pareca,
los dorados cabellos esparcidos
que de la fresca helada sacuda,
con que a los mustios prados florecidos
con el hmido humor reverdeca,
y quedaba engastado as en las flores
cual perlas entre piedras de colores.
El carro de Faetn sale corriendo
del mar por el camino acostumbrado;
su sombra van los montes recogiendo
de la vista del sol, y el esforzado
varn, el grave peso sosteniendo,
ac y all se mueve no cansado,
aunque otra vez la negra sombra espesa
tornaba a parecer corriendo a priesa.
La luna su salida provechosa
por un espacio largo dilataba;
al fin, turbia, encendida y perezosa,
de rostro y luz escasa se mostraba.
Parse al medio curso ms hermosa
a ver la estraa prueba en qu paraba,
y vindola en el punto y ser primero
se derrib en el rtico hemisfero,
y el brbaro, en el hombro la gran viga,
sin muestra de mudanza y pesadumbre,
venciendo con esfuerzo la fatiga
y creciendo la fuerza por costumbre
Apolo en seguimiento de su amiga
tendido haba los rayos de su lumbre
y el hijo de Leocn, en el semblante
ms firme que al principio y ms constante.

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