asiendo el troncn duro y udoso, como si fuera vara delicada se le pone en el hombro poderoso. La gente enmudeci maravillada de ver el fuerte cuerpo tan nervoso; la color a Lincoya se le muda, poniendo en su vitoria mucha duda. El brbaro sagaz de espacio andaba y a toda priesa entraba el claro da; el sol las largas sombras acortaba mas l nunca descrece en su porfa. Al ocaso la luz se retiraba ni por esto flaqueza en l haba; las estrellas se muestran claramente, y no muestra cansancio aquel valiente. Sali la clara luna a ver la fiesta del tenebroso albergue hmido y frio, desocupando el campo y la floresta de un negro velo lbrego y sombro. Caupolicn no afloja de su apuesta, antes con mayor fuerza y mayor bro se mueve y representa de manera como si peso alguno no trujera.