podan trascender los lmites que mi percepcin le haba impuesto a mi conciencia al nacer. Cada mnimo detalle reflejado en la tinta de sus cabellos recorra milenios y galaxias hasta llegar al momento en que los escriba, postergando y retrasando mi vida sin detenerme a preguntar cuanto iba a tardar. Descubr aos despus que mi imaginacin nunca fue la culpable de forjar los que crea que eran mis recuerdos, porque la verdad de esas palabras siempre se inspir en hechos diez veces ms reales que mis sueos. Al final, la liga roja de su dedo izquierdo termin con ms existencia que la sangre encerrada afuera de mis venas, y desde aquella visita a la habitacin de los espejos no volv a creer ms en ficcin que hubiera sido escrita por otra mano que no fuese la que mova la pluma sin tocarla.