Está en la página 1de 34
2 Lo que hay tras la guerra de Irak: los datos basicos Grupo de Investigacién en Economia Politica ay tres temas de la historia de Irak en el ultimo siglo que, a la vista de los actuales planes [mayo de 2003] de los Estados Unidos de inva- dir y ocupar ese pais, cabe destacar. En primer lugar, el intento de las potencias imperialistas de dominar Irak para hacerse con sus vastas riquezas petroliferas. A ese respecto, apenas si existe una linea divisoria entre las empresas petroleras y los gobiernos de sus paises, que se encargan de promover, dar seguridad y proteger militar- mente a sus empresas petroleras. En segundo lugar, los intentos de cada una de las potencias imperialis- tas de excluir del premio a las demas potencias. En tercer lugar, la vibrante oposicion —de orientacion nacionalista— del pueblo iraqui y, de hecho, de toda la zona, a tales planes del imperialis- mo. Ello se manifiesta a veces en levantamientos masivos y otras en forma de presion popular sobre quienquiera que esté en el poder para exigir unas mejores condiciones de parte de las companiias petroleras 0, incluso, su expropiacion. La explicacion que sigue a continuacién se limita a Irak, y es slo un somero esbozo. * Articulo publicado en MR, vol. 55, n® 1, mayo de 2003, pp. 20-49. Traduccién de Joan Quesada. Este ensayo, escrito bastante antes del inicio de la guerra, es una adaptacion del libro Behind the Invasion of Irag, escrito por el Grupo de Investigacion en Economia Politica (Research Unit for Political Economy) y publicado por Monthly Review Press. El libro incluye las notas a pie de pagina, aqui ausentes, que aportan una completa documentacién. 30° CAPITULO 2 De colonia a semicolonia El imperialismo entra en escena Irak, el pais mas oriental del mundo arabe, acogié la que fuera quizas la pri- mera gran civilizacion del mundo. En la época clasica se lo conocia como Mesopotamia («la tierra entre los rios», en referencia al Tigris y al Eufrates), y fue en el siglo vil cuando se lo bautizo como Irak. Durante siglos, Bagdad fue una ciudad rica y llena de vitalidad, el centro intelectual del mundo arabe. Desde el siglo xvi hasta 1918, Irak pertenecio al Imperio turco oto- mano, y estaba dividido en tres vilayets (provincias): Mosul, en el norte; Bagdad, en el centro; y Basora, en el sur. La primera era predominantemente kurda, la segunda predominantemente arabe sunita, y la tercera predomi- nantemente arabe chiita Cuando el Imperio otomano entré en decadencia, Gran Bretafia y Francia empezaron a extender su influencia hasta sus territorios, con el desarrollo de grandes proyectos de construccion tales como el ferrocarril y el canal de Suez, asi como con el mantenimiento de los paises arabes fuertemente endeu- dados con los bancos britanicos y franceses. A principios del siglo xx, Gran Bretafia gobernaba directamente Egipto, Sudan y el golfo Pérsico, mientras que Francia era la potencia dominante en el Libano y en Siria. Iran estaba dividida entre las esferas de influencia britanica y rusa. Y en las agendas de las potencias imperialistas figuraba el reparto de los territorios otomanos (desde Turquia hasta la peninsula Arabiga). Gran Bretafia se alarmé cuando Alemania, que se habia sumado relati- vamente tarde al banquete imperialista, intento aumentar su influencia en la region con la obtencion de una «concesién» para construir un ferrocarril desde Europa hasta Bagdad. Para entonces, el gobierno britanico —y, en particular, su armada— ya era consciente de la importancia estratégica del petroleo, y se creia que la region podia ser rica en ese recurso. Gran Bretafia invirtio 2,2 millones de libras en la Compajiia del Petroleo Anglo-Persa (Anglo-Persian Oil Company, una empresa enteramente britanica que ope- raba en Iran) para quedarse con el 51% de la empresa. Gulbenkian, un aven- turero empresario armenio, sostenia que también debia de haber petrdleo en Irak. Por iniciativa suya, se creé la Compaiiia Petrolera Turca (Turkish Petroleum Company, TPC): 50% britanica, 25% alemana y 25% de la Royal Dutch-Shell (de propiedad holandesa y britanica) La Primera Guerra Mundial (1914-1918) puso de relieve para los impe- rialistas la importancia que tenia el control del petroleo para fines militares y, por lo tanto, la urgencia por controlar las fuentes del petroleo. Tan pron- to como se declaré la guerra con los otomanos, Gran Bretafia desembarco GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 31 sus fuerzas (compuestas mayoritariamente de soldados indios) en el sur de Irak y acabo tomando Bagdad en 1917. Tomé Mosul en noviembre de 1918, con lo que violaba el armisticio firmado una semana antes con los turcos. Durante la guerra, los britanicos llevaron a cabo dos conjuntos contra- dictorios de negociaciones secretas. Primero, con Sharif Husayn, de la Meca. A cambio de la rebelién de los arabes contra los turcos, los britanicos pro- metian apoyar la independencia arabe después de la guerra. Sin embargo, Gran Bretafia insistfa en que Bagdad y Basora serian zonas de especial inte- rés para los britanicos en las que serfa necesario alcanzar «arreglos admi- nistrativos especiales» para «salvaguardar nuestros mutuos intereses econdmicos.» El segundo conjunto de negociaciones secretas, en flagrante violacién del acuerdo que acabamos de explicar, fue entre briténicos y franceses. En el Acuerdo de Sykes-Picot, en 1916, las dos potencias se repartian Irak: Francia se quedaba con el vilayet de Mosul y los otros dos eran para Gran Bretaria. Por su consentimiento, a la Rusia zarista se la recompensaba con territorios en el noreste de Turquia. Cuando los revolucionarios bolcheviques toma- ron el poder en noviembre de 1917 e hicieron publicos los tratados secretos del régimen zarista, incluido el Acuerdo de Sykes-Picot, los arabes se ente- raron de la magnitud de la traicion de la que habian sido objeto. Irak bajo domi britanico Después de la guerra, los vencedores se repartieron los restos de los imperios aleman y otomano. Las promesas de independencia hechas por los britani- cos a los arabes durante la guerra quedaron rapidamente enterradas. Francia obtuvo el mandato en Siria y en el Libano, y Gran Bretafia, en Palestina e Irak. (El sistema de «mandato», apenas un disfraz del gobierno colonial, se cre6 bajo los auspicios de la Liga de Naciones, el predecesor de las actuales Naciones Unidas. Los territorios bajo mandato, anteriores posesiones del Imperio otomano, serian «guiados» por las potencias imperialistas victo- riosas hasta que demostraran estar capacitados para autogobernarse.) Gran Bretafia amenazé con ir a la guerra para asegurarse de que la pro- vincia de Mosul, que se sabia que contaba con reservas petroliferas, se que- dara en Irak. Los franceses cedieron Mosul a cambio del apoyo britanico al mandato francés en el Libano y en Siria y de una participacion del 25% en la TPC. Sin embargo, las rebeliones antiimperialistas fueron un problema para los britanicos desde un buen comienzo. En 1920, con el anuncio de la con- cesion a Gran Bretaria del mandato sobre Irak, se desencadeno una revuel- 32¢ CAPITULO 2 ta contra los gobernantes britanicos que se extendié por gran parte del terri- torio. Los britanicos reprimieron despiadadamente la rebelion —entre otras cosas, bombardeando desde el aire los pueblos iraquies (igual que habian hecho un aio antes para reprimir las agitaciones de Rowlatt en el Punjab). En 1920, el secretario de Estado para la Guerra y el Aire, Winston Churchill, proponia que Mesopotamia «podia patrullarse con poco gasto con aviones armados con bombas de gas, apoyados por tan solo 4.000 soldados brita- nicos y 10.000 indios», una politica que se adopto formalmente en 1921 en la conferencia de El Cairo. Los britdnicos instalan a un virrey Sacudidos por la revuelta, los briténicos creyeron oportuno crear una falsa apariencia constitucional. (En palabras de Curzon, ministro de asuntos exte- riores, Gran Bretafia queria tener en los territorios arabes «una fachada arabe dirigida y administrada con la guia de los britanicos y controlada por un musulman nativo y, en la medida en que fuera posible, por una estructura fun- cionarial arabe [...] No deberia incorporarse de hecho el territorio con- quistado a los dominios del conquistador, sino que la absorcion deberia ocultarse con ficciones constitucionales tales como un protectorado, una esfera de influencia, un estado tapon y otros.») El alto comisionado brita- nico proclamé rey de Irak al emir Faisal 1, perteneciente a la familia hache- mita de la Meca, que habia sido expulsado del mandato francés de Siria. Faisal 1, que actuaba de titere, firmé rapidamente un tratado de alianza con Gran Bretafia que reproducia en gran medida los términos del mandato. Eso desencaden6 tales protestas nacionalistas que el gabinete se vio obligado a dimitir y, durante varios aiios, el alto comisionado britanico asumié un poder dictatorial. Los Ifderes nacionalistas fueron deportados del pais a gran esca- la. (En este periodo toda la region estaba en fermento, con la aparicién de luchas antiimperialistas también en Palestina y en Siria.) Los britanicos dise- faron, ademas, una constitucion iraqui que concedia al rey poderes casi dic- tatoriales sobre el Parlamento. En 1925, las manifestaciones generalizadas en Bagdad a favor de la inde- pendencia total retrasaron la aprobacion del tratado por la asamblea cons- tituyente. El alto comisionado solo podia forzar la ratificacion si amenazaba con disolver la asamblea. Incluso antes de la ratificacion del tratado de alian- za —y antes incluso de que existiera un gobierno fachada iraqui—, se le otorgo a la Compariia Petrolera Turca una nueva concesién en Irak, a pesar de la oposicién generalizada y de la dimisién de dos miembros del gabine- te. (Entre otras cosas, los briténicos chantajearon a Irak con la amenaza de GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °33 que, en las negociaciones con los turcos, cederian a éstos la provincia nor- tefia de Mosul, rica en petroleo —lo opuesto a lo que los britanicos exigian en las negociaciones ya mencionadas con los franceses. Asi pues, incluso las fronteras de los paises de la region se trazaron a conveniencia de la explotacion imperialista. Los que més sufrieron fueron los kurdos, cuyo territorio quedo dividido por las potencias imperialistas entre el sur de Turquia, el norte de Siria, el norte de Irak y el noroeste de Iran.) Los términos de la concesion, que abarcaba la casi totalidad del pais hasta el afio 2000, eran ultrajantes. El precio por tonelada de petroleo pro- ducida era de cuatro chelines (la quinta parte de una libra esterlina). Por su extraordinaria generosidad, el rey titere Faisal recibio un regalo personal de 40.000 libras esterlinas. Esta seria la concesion que las empresas petro- leras defenderian, durante medio siglo a partir de entonces, como su «legi- timo» derecho Conflicto por el petréleo Con la derrota de Alemania en la guerra, su parte de la Compania Petrolera Turca paso a manos britanicas, Asi pues, Gran Bretatia controlaria la casi totalidad de la empresa. Sin embargo, tal arreglo apenas si resultaba ya sos- tenible a tenor de la nueva correlacion de fuerzas entre las diferentes poten- cias imperialistas. Incapaz ahora de competir con otras economias industriales, Gran Bretafia intento utilizar desesperadamente el control exclusivo sobre sus colonias para apuntalar su poder econdmico, mientras que los Estados Unidos, que ya eran la primera potencia capitalista, exi- gian lo que denominaban una «puerta abierta» a la explotacion de las pose- siones de las antiguas potencias coloniales. Dos afios después del final de la Primera Guerra Mundial, Woodrow Wilson, el presidente norteamericano, escribia: Resulta evidente que estamos en visperas de una guerra comercial del tipo mas severo, y me temo que Gran Bretafia sera capaz de mostrar el mismo grado de salvajismo comercial que durante tantos arios ha mostrado Alemania en sus méto- dos comerciales (Joe Stork, Middle East Oil and the Energy Crisis, Monthly Review Press, Nueva York, 1975, p. 14) Las comparifas petroleras norteamericanas, con el respaldo del gobier- no, exigian una parte de la Compafifa Petrolera Turca y, para 1928, dos com- pafifas norteamericanas, Jersey Standard y Socony (conocidas mas tarde como Exxon y Mobil y, actualmente, como la fusion Exxon-Mobil) obtu- vieron una participacion del 23,75%, equivalente a los intereses de los bri- 346 caPi{TULO 2 tanicos, de los franceses y de la Royal Dutch-Shell. Asi pues, la mayor parte de las principales comparifas petroleras del mundo estaban representadas en la Compania Petrolera Turca (ahora rebautizada como la Compania Petrolera de Irak [Iraq Petroleum Company], IPC en lo sucesivo) Conflicto con el nacionalismo La continua oposicién local al gobierno britanico acabé forzando a Gran Bretafia a conceder a Irak la «independencia» en 1932. Pero Gran Bretaria sdlo lo hizo después de lograr un nuevo tratado que estipulaba una «estrecha alianza» entre los dos paises y una «postura defensiva comun» (efectiva- mente: la continuacién del gobierno indirecto de los britanicos). Gran Bretafia mantenja sus bases en Basora y al oeste del Eufrates. Y Faisal seguia ocu- pando el trono iraqui. Ni siquiera una «independencia» de ese tipo resulto muy duradera. En 1941, ciertos sectores del ejército y de los partidos politicos iraquies dieron un golpe de estado contra el rey y estuvieron a punto de aliarse con las poten- cias del Eje para liberarse de los britanicos. Gran Bretata volvié a invadir y a ocupar Irak y colocé a un nuevo rey y a un gabinete titere dirigido por su perro faldero Nuri as-Said (nombrado primer ministro catorce veces en el turbulento periodo de 1925-1958). Tras el fin de la guerra en 1945, la ocupacion britanica prosiguio. Se declaré la ley marcial para reprimir las protestas contra los acontecimientos de Palestina en 1948 (la expulsion de los palestinos y la toma de sus tierras por el nuevo Estado sionista). Justo en ese momento, el gobierno iraqui firmo un nuevo tratado de alianza con Gran Bretafia por el cual Irak no emprenderia ninguna accion en politica exterior contraria a las instrucciones britanicas. Se pretendfa instaurar una junta de defensa comun britanico-ira- qui. No obstante, cuando el primer ministro regresaba de Londres después de sellar el pacto, se produjo una insurreccién popular en Bagdad que forzé su dimision y la repudia del tratado. En los afios siguientes, las fuerzas nacio- nalistas exigieron la nacionalizacién de la industria del petréleo (lo mismo que habia hecho Iran en 1951). En 1952, se produjo otro levantamiento popular, protagonizado por estudiantes y por «extremistas». La policia no pudo controlar a los mani- festantes y el regente convocé al ejército para mantener el orden publico. El jefe del personal general de las fuerzas armadas goberno el pais durante mas de dos meses bajo la ley marcial. En 1954 se suprimieron todos los parti- dos politicos. GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °35 Creciente intervencion estadounidense en la regién EI precio de plantar cara a las compaiiias petroleras quedaba de manifiesto en la vecina Iran. Alli, el regimen encabezado por Mossadeq nacionalizo la British Petroleum en 1951 y, después de un devastador boicot por parte de todos los gigantes petroleros a lo largo de los dos afios siguientes, fue derro- cado por un golpe de estado dirigido por la CIA en 1953. El hombre de la CIA encargado de la operacion se convertiria mas tarde en vicepresidente de Gulf Oil Por otra parte, los regimenes de toda la region se encontraban sometidos ala presion de las masas arabes. Gamal Abdel Nasser, que ascendio al poder en Egipto con un golpe de estado en 1952, adopté una postura de confron- tacion con los Estados Unidos y Gran Bretana, nacionaliz6 el canal de Suez y buscé la ayuda de la Union Soviética. La postura de Nasser le granje6 el apoyo popular del mundo arabe, en el que Irak y Egipto luchaban por el liderazgo. En ese periodo una oleada de antiimperialismo asol6 los paises arabes, ame- nazando asi la estabilidad de los regimenes titere pro-occidentales. Los Estados Unidos se convirtieron en el nuevo gendarme de la region y se encargaron de suprimir cualquier insurreccion contra el imperialismo y sus estados cliente. Por ejemplo, cuando en 1953 tanto Arabia Saudita como Irak reprimieron las huelgas de los trabajadores del petréleo con el uso de tro- pas y del régimen de ley marcial, el envio de armas de Estados Unidos a ambos paises fue inmediato. En 1957, el rey jordano (primo hermano del rey iraqu{) arresté a su primer ministro, disolvié el Parlamento, prohibio los partidos politicos y encerré a sus oponentes en campos de concentracion. con la ayuda econémica y militar de los Estados Unidos. En 1958, el régimen derechista libanés utilizo equipos norteamericanos en su intento de repri- mir la oposicion nacionalista. Por insistencia de los Estados Unidos, tres regimenes pro-Estados Unidos y pro-Gran Bretafia —Irak, Turquia y Pakistén— se unieron para formar una alianza contra la URSS: el Pacto de Bagdad (més tarde conocido como la Organizacion del Tratado del Oriente Medio y la Organizacion del Tratado Central; Gran Bretafia e Iran se incor- poraron mas tarde). Irak, el tinico pais arabe que se sumé al pacto, tuvo que afrontar la denuncia de Nasser por su actuacion. Camino de la nacionalizacién En julio de 1958, una faccion armada liderada por Abdel Karim Qasim tom6 el poder en Irak, ejecuté al rey y a Nuri as-Said e instaur6 una republica ante una amplia aceptacion publica. Fue el primer derrocamiento de un régimen titere en un pafs productor de petrdleo. El nuevo régimen invoca- 366 cAPiTULO 2 ba la conciencia popular antiimperialista en su misma primera declaracion: «con la ayuda de Dios Todopoderoso y con el apoyo del pueblo y de las fuerzas armadas, hemos liberado el pais del dominio de un grupo corrupto que habia sido colocado por el imperialismo para acallar al pueblo.» Los Estados Unidos y el Reino Unido llevaron inmediatamente sus tropas al Libano y a Jordania respectivamente, como preparacion para invadir Irak. Fue una desgracia para Estados Unidos que el desprecio que inspiraba el régi- men depuesto fuera tan general en Irak que no se pudo encontrar ninguna fuerza que contribuyera al plan norteamericano. Sin embargo, los Estados Unidos lanzaron un ultimatum en el que amenazaban con intervenir si el nuevo régimen no respetaba sus intereses petroliferos. Por su parte, los lide- res del golpe de estado declararon repetidas veces que dichos intereses, de hecho, no serian alterados. Solo entonces se retiraron las tropas norteame- ticanas y britanicas. Asi pues, la amenaza de invasion imperialista no es algo nuevo para Irak. La presién popular y el contraataque de las empresas petroleras A pesar de sus comentarios tranquilizadores a los norteamericanos, el nuevo régimen iraqui estaba sujeto a la presi6n popular. Las masas iraquies espe- raban que la caida del rey titere provocara la renegociacién o la anulacion de la concesi6n realizada a la IPC en el periodo colonial. (Segiin Michael Tanzer, la inversion total que habian efectuado las comparifas petroleras en Irak estaba por debajo de los 50 millones de dolares, siendo los beneficios obtenidos tras esa inversion suficientes como para financiar todas las inver- siones futuras; Joe Stock, por su parte, calcula que los beneficios obtenidos por las compafifas procedentes de Irak fueron de 322,9 millones de délares solo en 1963.) Incluso Iran y Arabia Saudita habian obtenido mejores con- diciones que Irak, ya que sus primeras concesiones no abarcaban la totalidad del territorio, mientras que la IPC posefa todo el territorio de Irak. Sin embargo, las propietarios de la IPC, sobre todo los gigantes petrole- ros norteamericanos y britanicos, también tenian campos petroliferos en el resto del mundo, y no eran los costes de produccion los que determinaban qué campos explotarian antes, sino unas complejas consideraciones estra- tégicas. No tenfan prisa alguna en desarrollar los campos iraquies o en edi- ficar una mayor capacidad refinadora en dicho pais —las instalaciones de la IPC existentes cubrian solo el 0,5% del area de la concesién. Cuando el régi- men de Qasim exigio que la IPC renunciara al 60% del area de concesion, que doblara las instalaciones existentes y que doblara la capacidad de refina- miento, la IPC respondio con una reduccién de la produccion. Los gigan- GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 037 tes petroleros habian decidido que Irak sirviera de ejemplo para evitar que cualquier otro pats productor de petréleo les plantara cara Qasim respondié a la intransigencia de los gigantes petroleros con la reti- rada del Pacto de Bagdad, la salida del bloque de la esterlina, con la firma de un acuerdo de ayuda econémica y técnica con la Union Soviética en 1959, con la orden de que las tropas britanicas abandonaran la base de Habbaniya y con la cancelacién del programa de ayuda norteamericano. En 1961 cerré las negociaciones con la IPC y promulg6 la Ley 80, por la cual la IPC podia seguir explotando las instalaciones existentes, pero el resto del territorio (el 99,5%) era restituido al gobierno. Los gigantes petroleros respondieron con una mayor reduccién de la pro- duccion de la IPC. Qasim, por su parte, anuncié en 1963 la formacion de una nueva compatiia petrolera estatal para explotar las tierras que no forma- ban parte de la concesi6n e hizo publica una nota de los norteamericanos en la que se amenazaba a Irak con sanciones si no cambiaba de postura. Cuatro dias después fue derrocado por un golpe de estado que el semanario parisi- no LExpress afirmaba rotundamente que habia sido «inspirado por la CIA» El golpe de 1963 y las negociaciones con la IPC El golpe lo habia llevado a cabo una alianza entre el Partido Baath (nombre completo: Partido Arabe Socialista Baath; «ba’ath» significa «renacimiento») y una faccion del ejército, pero el Baath pronto se vio expulsado del poder por sus socios en el golpe. Los nuevos gobernantes pronto otorgaron a la IPC un 0,5% mas de area de concesi6n, lo que incluia el rico campo petro- lifero de Rumaila del Norte que la IPC habia descubierto pero no habia lle- gado a explotar. La IPC acord6 constituir una sociedad mixta con la nueva Compaitia Petrolera Nacional de Irak (INOC en sus siglas inglesas) para explorar y desarrollar también una gran porcién del area expropiada No obstante, el acuerdo sufrié la condena de la opinion arabe naciona- lista y el régimen dudo durante afios respecto a su ratificacion. Mientras tanto, en 1967 estallaba la Guerra Arabe-israeli, en la que Irak participo. Israel, con el respaldo norteamericano, se apoder6 de tierras pertenecientes a Siria, Egipto y Jordania y las ocupo. Los lazos diplomaticos entre Irak y los Estados Unidos quedaron rotos. La fuerza de los sentimientos antinor- teamericanos y antibritanicos hizo imposible que después de la guerra 1967 el régimen iraqui devolviera a la IPC Rumaila del Norte. En lugar de eso, el gobierno iraqui promulgo la Ley 97, por la que la INOC era la unica com- patifa que podia producir petréleo en todo el territorio, a excepcion del 0,5% de éste concedido todavia a la IPC. 38° CAPITULO 2 Entre 1961 y 1968, la IPC aumento la produccion en Irak sélo en una fraccion del incremento que obtuvieron los mismos gigantes del petrdleo propietarios de la IPC entre los dociles regimenes de Iran, Kuwait y Arabia Saudita. Como el tamario de los pagos de la IPC al gobierno iraqui depen- dia del tamafio de su produccién de petroleo, y puesto que los ingresos del gobierno dependian en gran parte de estos pagos, la tactica de los gigantes petroleros conllevo para Irak grandes rigores financieros y evito que empren- diera proyectos de desarrollo. Segan un informe secreto del gobierno de los Estados Unidos, la IPC, de hecho, excav6 pozos a profundidades erréneas y cubrié otros con excavadoras para reducir la capacidad productiva. Ese pro- longado punto muerto se habia hecho pagar un gran precio: «mas de una docena de arios de estancamiento econdmico, inestabilidad politica y con- frontacion.» La llegada al poder de Saddam Hussein El partido Baath volvié al poder con un golpe de estado en 1968 (con él, Saddam Hussein se convirtio en vicepresidente, jefe del Consejo de Mando Revolucionario y, progresivamente, en el verdadero poder), prosiguiendo a continuacién con el proceso de liberacin de la industria petrolera del control de la IPC. Finalmente, la IPC fue nacionalizada en 1972 y se pago una compensacién de 300 millones de dolares a sus accionistas (compen- sada en términos practicos por los 345 millones de dolares de atrasos en los pagos de la compatiia). El pais recurrié a Francia y a la Union Sovietica en busca de ayuda técnica y de crédito. Para 1972, los soviéticos habian desarrollado el campo de Rumaila del Norte mas 0 menos en los plazos previstos. Para los soviéticos, Irak suponia un importante avance en la region: Irak tenia grandes reservas petroliferas, a diferencia de Egipto y de Siria, con quienes los soviéticos tenian lazos (del primero fueron expulsados en 1972) Asi pues, eso produjo lucrativos contratos petroleros, inversiones en Europa del Este procedentes de sus excedentes petroleros, enormes ventas de armas y la promesa de una mayor influencia soviética en la region. También Francia sostuvo lazos con la industria petrolera iraqui. (Resulta significativo que, a pesar de la inmensa importancia del petroleo para la economia iraqui y del alto precio de la dependencia de las empresas extranjeras, el pais no alcan- zara en ese campo el nivel de independencia tecnologica que habia logrado la China socialista en esos mismos afios. Por el contrario, Irak meramente intento relajar los vinculos con los gigantes petroleros de los Estados Unidos y el Reino Unido por medio de su vinculacion a otros paises avanzados.) GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 239 La nacionalizacion iraqui se produjo en el contexto de una mayor auto- afirmacién también de los regimenes pro-norteamericanos de la region. Los expertos en petréleo arabes radicales (el mas prominente era Abdullah Tariki) capturaron la imaginacion popular con sus bien documentadas exposicio- nes de como se estaba entregando al saqueo la riqueza petrolera de las tie- tras arabes. La Organizacion de Paises Exportadores de Petroleo (OPEP) exigio activamente mejores condiciones para su petrdleo. Un grupo de jove- nes oficiales del ejército, liderado por Muammar el-Gaddafi, derrocé a la monarquia libia en 1973 y buscé la confrontacion con los gigantes del petro- leo. Y nacio la lucha armada palestina. La derrota de los ejércitos arabes en la guerra de 1973 con Israel alimento atin mas los sentimientos antinortea- mericanos. El proceso culmin6 con el embargo de petréleo contra los esta- dos occidentales y con un enorme incremento de los precios pagados a los paises productores de petréleo. Irak, como uno de los principales produc- tores petroleros (con las segundas mayores reservas del mundo, después de Arabia Saudita), jugo un papel crucial en la organizacion de ese desafio. Hasta el derrocamiento de la monarquia en 1958, Irak se habia mante- nido como un pais eminentemente agricola. Solo después de la deposicion del monarca titere en ese afio se emprendieron algunos proyectos de de- sarrollo. Después de 1973, como resultado y fruto del incremento de los precios del petroleo, el gasto del Estado en programas de bienestar aumen- t6 considerablemente. Aumento enormemente la provision de viviendas y la calidad de vida mejoré considerablemente. Sin embargo, el régimen fue atin mas lejos e inicié un amplio espectro de proyectos de diversificacion indus- trial, lo que redujo las importaciones de productos manufacturados, aumen- t6 la produccion agricola, redujo las importaciones agricolas y aumentaron sustancialmente las exportaciones no petroleras. Se realizaron grandes inver- siones en infraestructuras, sobre todo en proyectos relacionados con el agua, en carreteras, en ferrocarriles y en la electrificacion de las areas rurales. La for- maci6n técnica se desarrollo enormemente y se form6 a una generacion de personal cualificado para la industria. Todas esas medidas contrastaban sorprendentemente con las de las monar- quias del Golfo: Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos. En esos paises, una parte del gran incremento de las ganancias después de 1973 se gasto en la mejora de los estandares de vida de los stbditos reales. El resto se invirtié en bancos extranjeros y en bonos del tesoro extranjeros, sobre todo norteamericanos. Asi pues, los Estados Unidos no estaban fundamentalmente amenazados por el ascenso de los precios del petrdleo: aunque pagaban pre- cios mas elevados, la mayor parte del diferencial de fondos retornaba a su sector financiero. Por el contracto, Irak invertia en el interior una parte mucho 40° CAPITULO 2 mayor de los beneficios del petroleo que la que invertian los demas estados arabes y, por lo tanto, tenia la economia mas diversificada de todos ellos. Vale la pena sefialar que la atmésfera cultural de Irak y el progreso en ciertos ambitos de la vida social les resulta abominable a los fundamentalis- tas islamicos. Hasta 1991, la alfabetizacion crecio rapidamente en Irak, tam- bién entre las mujeres. Irak es tal vez la sociedad mas libre para las mujeres de toda la region, siendo posible encontrar mujeres en diversas profesiones. La guerra irano-iraqui: al servicio de los intereses norteamericanos En 1979, Saddam, ya lider efectivo de Irak, pasé a ser presidente y jefe del Consejo de Mando Revolucionario. La totalidad de la region se encontraba en una coyuntura critica. Por un lado, el pilar de los Estados Unidos en el Asia occidental, la monarquia Pahlevi de Iran, fue derrocada por una masiva insu- rreccién popular que los Estados Unidos no pudieron reprimir. Eso alimento la preocupacion de los Estados Unidos y de sus estados clientes ante la pers- pectiva de que se produjeran acontecimientos similares por toda la region. Por otro lado, en Irak, Saddam Hussein habfa utilizado la riqueza petrolife- ra del pais para crear una gran estructura militar, con gastos militares que engullian el 8,4% del PNB en 1979. A partir de 1958, Irak se habia con- vertido en un mercado cada vez mas importante para el armamento sofisti- cado de la URSS y era considerado uno de los miembros del campo soviético. En 1972, Irak firm6 un tratado de amistad, de cooperacion y militar para quince afos con la URSS. El régimen iraqui se esforzaba por desarrollar o adquirir armamento nuclear. Aparte de Israel, el tnico ejercito de la zona capaz de rivalizar con el de Irak era el de Irn. Pero después de 1979, afio de la deposicion del sha de Iran, gran parte del equipamiento norteamericano del ejército irani habia quedado inoperativo Asi pues, la invasion iraqui de Iran en 1980 (bajo el pretexto de resol- ver unas disputas fronterizas) les resolvia a los Estados Unidos dos grandes problemas. En el transcurso de la década siguiente, las dos principales poten- cias militares de la region, ninguna de las cuales era amiga de los Estados Unidos, se enfrascaron en un extenuante conflicto. Tales conflictos entre paises del Tercer Mundo generan toda suerte de oportunidades para que las potencias imperialistas busquen nuevos puntos de anclaje, y eso es lo que ocu- trio también en este caso A pesar de sus fuertes lazos con la URSS, Irak recurrio a Occidente en busca de ayuda para la guerra con Iran, lo que recibio masivamente. Tal y como después revelaria Saddam Hussein, los Estados Unidos e Irak deci- GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA ol dieron restablecer las relaciones diplomaticas —rotas después de la guerra de 1973 con Israel— inmediatamente antes de la invasion iraqui de Iran en 1980 (la puesta en practica final de dicho restablecimiento se retrasaria algu- nos afios para que el vinculo no resultara demasiado explicito). Las relacio- nes diplomaticas entre los Estados Unidos e Irak se restablecieron formalmente en 1984, bastante después de que los Estados Unidos supieran, y de que un. equipo de Naciones Unidas confirmara, que Irak estaba utilizando armas quimicas contra las tropas iranies. (El emisario enviado por el presidente estadounidense Reagan para negociar los acuerdos no era otro que el actual secretario de defensa, Donald Rumsfeld.) En 1982, el Departamento de Estado de los Estados Unidos borr6 a Irak de su lista de «estados patroci- nadores del terrorismo» y se opuso a los intentos del Congreso de los Estados Unidos de volver a incluirlo en la lista en 1985. Mas crucial fue el hecho de que los Estados Unidos bloquearan la condena de los ataques quimicos ira- quies en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los Estados Unidos fueron el unico pais que voto en contra de una resolucién de 1986 del Consejo de Seguridad que condenaba el uso de gas mostaza por parte de Trak contra las tropas iranies (una atrocidad en la que, segun ahora ha sali- do a la luz, los Estados Unidos estuvieron directamente implicados, tal y como veremos mas adelante). Al abastecer a Irak se hacia comercio activo. Gran Bretafia se uni6 a Francia como el principal origen de sus armas. Irak importo uranio de Portugal, Francia e Italia y empezo a construir plantas centrifugas de enriquecimiento con ayuda alemana. Los Estados Unidos le procuraron a Irak enormes prés- tamos por parte de paises clientes de Norteamérica, tales como Kuwait y Arabia Saudita, para financiar los crecientes gastos de la guerra. La Administracion estadounidense le proporcion6 helicépteros para rociar cose- chas (para ser utilizados en ataques quimicos en 1988), permitié que Dow Chemicals enviara sus productos quimicos para su utilizacién sobre seres humanos, alent6 a sus oficiales aéreos a trabajar con sus equivalentes iraquies (a partir de 1986) y aprobo las exportaciones tecnologicas destinadas a la agencia de obtencion de misiles de Irak (1988) para que agrandara el radio de accion de aquéllos. En octubre de 1987 y en abril de 1988, las propias fuer- zas norteamericanas atacaron barcos y plataformas petroliferas iranies. Militarmente, los Estados Unidos no sdlo le proporcionaron a Irak datos e informacion de sus satélites sobre los movimientos militares iranies, sino que, tal y como han revelado recientemente al New York Times oficiales de la Agencia de Inteligencia de Defensa (Defense Intelligence Agency, DIA), también prepararon detallados planes de batalla para las fuerzas iraquies duran- te ese periodo, incluso cuando Irak se granjeaba la condena publica interna- 42 CAPITULO 2 cional por su repetido uso de armas quimicas contra Iran. Seguin un alto cargo de la DIA, «si Irak se hubiera hundido, eso habria tenido un efecto catastr6fico sobre Kuwait y Arabia Saudita, y toda la region podria haberse hundido, tal era el telon de fondo de esa politica.» Una de las batallas para la que los Estados Unidos aportaron paquetes de planes de batalla fue la captura iraqui de la estratégica peninsula de Fao, en el Golfo Pérsico, en 1988. Como Irak acabé confiando enormemente en el gas mostaza para esa batalla, esta claro que los planes de batalla de los Estados Unidos contemplaban tacitamente el uso de tales armas. Los ofi- ciales de la DIA realizaron una vuelta de reconocimiento de la peninsula de Fao después de que las fuerzas iraquies la reconquistaran e informaron a sus superiores de la extensa utilizacién de armas quimicas, pero sus superiores mostraron poco interés. El coronel Walter P. Lang, oficial superior de la DIA en aquellos tiempos, dice que «la utilizacion de gas en el campo de batalla por parte de los iraquies no era un tema que provocara una gran preocupa- cion estratégica.» La DIA, afirmaba, «no habria aceptado nunca el uso de armas quimicas contra civiles, pero su utilizacién contra objetivos militares se contemplaba como algo inevitable en la lucha iraqui por la supervivencia.» (Tal y como veremos mis adelante, el ejército iraqui utilizé extensamente las armas quimicas contra los civiles kurdos, pero los oficiales de la DIA nie- gan haberse visto «implicados en la planificacion de ninguna de la opera- ciones militares en las que se produjeron esos ataques.») En palabras de otro oficial de la DIA, «[los iraquies] mejoraban cada dia mas y mas» y, después de un tiempo, las armas quimicas «habian quedado integradas en sus planes de ataque para cualquier operacion de envergadura.» Un antiguo partici- pante en el programa declar6 al New York Times que los altos cargos de la Administracion Reagan no hicieron nada por interferir en la continuacion del programa. El Pentégono «no estaba tan horrorizado por el uso iraqui del gas,» dijo uno de los antiguos participantes en el programa. «Era tan solo otra forma de matar gente —era indiferente si se utilizaban balas o fosge- no,» declaraba. La reconquista de la peninsula de Fao supuso un punto de inflexion en el conflicto que Ilev6 a Iran a sentarse a la mesa negociadora. Una investigacion de 1995 del Senado de los Estados Unidos revelé acci- dentalmente que durante la guerra irano-iraqut los Estados Unidos habian enviado a Irak muestras de todos los tipos de gérmenes, que éste ultimo utiliz6 para fabricar armas biologicas. Los tipos fueron enviados por el llamado Centro para el Control y la Prevencion de Enfermedades y por la Serie Americana de Cultivos Tipo a los mismos enclaves iraquies que més tarde los inspectores de armas de Naciones Unidas decidieron que formaban parte del progra- ma de armas biologicas iraqui. GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 243 Resulta irénico escuchar hoy hablar a los Estados Unidos de los ataques de Saddam Hussein contra los kurdos en 1988. Tales ataques contaron con su pleno apoyo: Como parte de la campatia de Anfal contra los kurdos (febrero a septiembre de 1988), el régimen iraqui utilizo extensamente armas quimicas contra su propia poblacién civil. Entre 50.000 y 186.000 kurdos murieron en esos ataques, mas de 1.200 pueblos kurdos quedaron destruidos y 300.000 kurdos fueron des- plazados. (...) La campatia de Anfal se Ilevo a cabo con el consentimiento de Occidente. En lugar de condenar las masacres de kurdos, los Estados Unidos aumentaron su apoyo a Irak, Se sumaron a los ataques iraquies a las instalacio- nes irantes, volaron dos plantas petroleras iranies y destruyeron una fragata irani un mes después del ataque a Halabja. Al cabo de dos meses, los altos cargos nor- teamericanos animaban a la coordinacién empresarial mediante un foro patro- cinado por el Estado iraqui. La Administracién estadounidense se opuso a un proyecto de ley del Senado que suspendia los préstamos a Irak, y acabo blo- queandolo. Los Estados Unidos aprobaron la exportacion a Irak de productos susceptibles de doble utilizacién, civil y militar, al doble de su precio, tras la accion de Halabja, igual que habian hecho en 1988. El ministerio de comercio de los Estados Unidos acepté las garantias escritas de Irak, y no exigié ni licencias ni revisiones (como hacia con muchos otros paises). La Administracion Bush aprobé la venta de mecanismos avanzados de transmisién de datos por valor de 695.000 dolares el dia anterior a la invasion de Kuwait por parte de Irak (Alan, Simpson, MP y Dr. Glen Rangwala, «The Dishonest Case for War on Iraq», Labour Against the War Counter-Dossier, septiembre de 2002). El alcance completo de la complicidad de Estados Unidos con el pro- grama iraqui de «armas de destruccion masiva» quedo claro en diciembre de 2002, cuando Irak envio al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un informe de 11.800 paginas sobre tales programas. Los Estados Unidos insistieron en examinar el informe antes que nadie, incluso antes que los inspectores de armas, e inmediatamente insistieron en que habia que supri- mir 8.000 paginas del informe antes de permitir que lo vieran los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. Segun parece, Irak filtro la lista de empresas norteamericanas cuyos nombres aparecian en el informe a un diario aleman, Die Tageszeitung. Aparte de las empresas norteamericanas, también habia empresas alemanas seriamente implicadas. (El uso de armas quimicas por parte de Saddam Hussein, igual que la supresion de la oposi- cion interna, ha servido continuamente a los intereses de los Estados Unidos: durante los periodos de alianza entre ambos paises, se lo disculpa y se acta con complicidad, y en periodos de tension y de guerra se lo explota con fines propagandisticos.) 446 CAPITULO 2 A la vista de esta historia, atin nos falta entender los aspectos estratégi- cos y econémicos del giro aparentemente inexplicable de los Estados Unidos respecto a Irak a partir de 1990. El tormento de Irak La guerra irano-iraqui finalizo en 1990 después de que ambos participantes —paises potencialmente présperos y poderosos— hubieran sufridos terri- bles pérdidas. La «guerra de las ciudades» habia tenido como objetivos los grandes centros de poblacion y grandes areas industriales de ambos bandos, sobre todo las refinerias de petroleo. Iran, que carecia de la entrada constante de armas sofisticadas y de ayuda norteamericana de la que gozaba Irak, habia conseguido repeler los ataques iraquies gracias a la movilizacion de grandes «olas humanas» de voluntarios jovenes, muchachos adolescentes incluso. Mientras funciono dicha tactica, el coste en vidas humanas fue enorme. Fueron los temores a una sublevacion interna los que Ilevaron a los lideres iranies a pactar con Irak después de la caida de la peninsula de Fao en 1988. Ademis, la economia de Irak necesitaba una urgente reconstruccién. Los programas de desarrollo habian quedado sumidos en la negligencia duran- te la década anterior. La exploracion y el desarrollo de los fabulosos recur- sos petroliferos del pais habian quedado estancados. Para pagar la guerra, el pais habia acumulado una deuda exterior de 80.000 millones de dolares, mas de la mitad de los cuales se adeudaban a los estados del Golfo. Sin ganancia alguna que mostrar por el terrible precio que habian pagado por la guerra, los gobernantes iraquies estaban desesperados Una oportunidad para Estados Unidos Sin embargo, lo que para ambos paises suponta una catastrofe era para los Estados Unidos una situacion satisfactoria que prometia ganancias todavia mucho mayores. Un Iran extenuado ya no representaba un amenaza signifi- cativa para los intereses norteamericanos en la zona. Y, como veremos, la situacién de inestabilidad en Irak estaba creando las condiciones para que los Estados Unidos lograran un objetivo vital: la instalacién permanente de su ejército en el Asia occidental. El control directo de los recursos petroliferos del Asia occi- dental —los mas ricos del mundo y de acceso mas barato— permitiria a los Estados Unidos la manipulacion del abastecimiento de petrdleo y de los pre- cios de éste segtin sus intereses estratégicos y, por lo tanto, la consolidacion de la supremacia global norteamericana frente a cualquier futuro desafiador. La situacion mundial favorecia tales planes. La Union Soviética estaba a punto del colapso y no podria evitar la intervencién norteamericana en la GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °45 region. Tampoco las reservas de europeos, japoneses o chinos tendrian dema- siadas consecuencias. El verdadero obstaculo era la oposicién de las masas ara- bes a la presencia de tropas norteamericanas y, atin mas, a la instalacion permanente de éstas. Asi pues, lo que hacia falta era un pretexto creible para la intervencion de los Estados Unidos y para el mantenimiento de una presencia continuada Conmocién sobre Irak Tras la estrecha colaboracion entre los Estados Unidos e Irak durante la gue- rra irano-iraqui de 1980 a 1990 que acabamos de describir, no resulta sor- prendente que Saddam Hussein esperara algtin tipo de compensacién por parte de Occidente por su guerra contra Iran, y que estuviera seguro de que sus peticiones serian escuchadas de forma comprensiva. Dado que, en el proyecto de Occidente y de los estados del Golfo (Kuwait, los Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita), la guerra era una accion defensiva contra la posibilidad de que Iran invadiera toda la region, Saddam daba por supues- to no solo que la deuda de Irak con los estados del Golfo seria condonada, sino, de hecho, que esos mismos estados ayudarian a la reconstruccion, de- sesperadamente necesaria, de la economia iraqui. Pero en lugar de eso, lo que ocurrié fue lo contrario. Los regimenes clien- tes de los Estados Unidos, como Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos, comenzaron a aumentar su produccién de petroleo, lo que pro- longaba el hundimiento de los precios del petréleo que duraba desde 1986 Eso tuvo un impacto devastador sobre un Irak destrozado por la guerra. El petroleo representaba la mitad del PIB de Irak y era la principal fuente de ingresos del gobierno, de manera que el hundimiento de los precios del petroleo era catastr6fico para la economia iraqui. También pondria freno al rearme de Irak. Otro acontecimiento destacable es que Kuwait estaba robando petrdleo del campo de Rumaila con perforaciones inclinadas (perforaciones en angu- lo, en lugar de hacia abajo verticalmente) cerca de la frontera. (El campo de Rumaila se encuentra casi por completo en territorio de Irak.) Dado que Kuwait es rico en petréleo por si mismo, el robo del petrdleo iraqui parece una provocacion deliberada. Vale la pena tener presente que Irak no sdlo tenia disputas fronterizas especificas con Kuwait, sino que también, de vez en cuando, habia reclamado para si la totalidad de Kuwait. A la vista de eso, es dificil imaginar que la pequefia Kuwait, poco armada, hubiera realizado actos de provocacién tales como la perforacion inclinada del bien armado Irak sin verse animado a ello por los Estados Unidos. 466 capPituLo 2 La suplica de Saddam Parece que Saddam pensaba que podia amenazar con la invasion de Kuwait, o de hecho invadirlo, como baza en la negociacién para lograr sus exigencias —en particular, la condonaci6n de los préstamos y frenar la produccién de petrdleo de los estados del Golfo. La transcripcion de la conversacion de Saddam con la embajadora estadounidense en Bagdad, April Glaspie, solo una semana antes de la invasion iraqui de Kuwait en 1990, es enormemente reveladora respecto a la relacién entre los dos paises. Saddam ni aparece como una persona megalémana, ni insiste en las aspiraciones historicas y legales de Irak sobre Kuwait. Insiste mas bien en sus necesidades financie- ras. Implora la comprension de los norteamericanos y sefiala explicitamen- te los servicios que Irak ha prestado a los Estados Unidos y a sus estados clientes en la regién: La decision de establecer relaciones con los Estados Unidos [fue] tomada en 1980, en los dos meses anteriores a la guerra entre nosotros e Iran. Cuando comenz6 la guerra, y para evitar malas interpretaciones, pospusimos el estable- cimiento de relaciones con la esperanza de que la guerra terminaria pronto. Pero, dado que la guerra duré mucho tiempo y para resaltar el hecho de que somos una pais no alineado [es decir, que no forma parte del bloque soviéticol, era importante que restableciéramos las relaciones con los Estados Unidos. Escogimos hacerlo en 1984 (...) Cuando las relaciones quedaron restablecidas, esperaba- mos una mejor comprensién y una mejor cooperacion (...). Hicimos tratos duran- te la guerra, y fueron tratos en diferentes niveles (...). Irak salié de la guerra con una carga de 40.000 millones de dolares en deu- das, si excluimos la ayuda prestada por los estados arabes, algunos de los cuales consideran que ésta es también una deuda, aunque sabian —como también sa- bian ustedes— que sin Irak ellos no habrian tenido tales sumas y el futuro de la region seria totalmente diferente. Comenzamos a afrontar la politica de descen- s0 del precio del petréleo (...) En cierto momento, el precio hab{a bajado hasta los 12 délares por barril, y una reduccién de 6.000 a 7.000 millones de dolares en el modesto presupuesto iraqui es un desastre (...) Esperabamos que las autoridades norteamericanas pronto tomarfan la deci- sin correcta con respecto a sus relaciones con Irak (...). Pero, cuando una poli- tica planeada y deliberada fuerza el descenso de los precios del petréleo sin que existan buenas razones comerciales, eso representa otra guerra contra Irak. Porque, si la guerra militar mata a las personas derramando su sangre, la guerra econ6. mica mata la humanidad de las personas al privarlas de la oportunidad de tener una buena calidad de vida (...). Kuwait y los Emiratos Arabes Unidos estaban a la cabeza de esa politica destinada a rebajar la posicion de Irak y a privar a su gente de una mejor calidad de vida. Y ustedes saben que nuestras relaciones con los Emiratos y con Kuwait habfan sido buenas (...). GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °47 He leido las declaraciones norteamericanas que hablan de amigos en la zona. Por supuesto, todo el mundo tiene derecho a escoger a sus amigos. No pode- mos objetar nada. Pero saben que ustedes no fueron los que protegieron a sus amigos durante la guerra con Iran. Les aseguro que si los iranies hubieran inva- dido la region, las tropas norteamericanas no los habrian detenido, a no ser que se hubieran utilizado armas nucleares (...). La suya es una sociedad que no sabe aceptar 10.000 muertos en una batalla. Saben que Iran no accedié al alto el fuego porque los Estados Unidos hubieran bombardeado una de las plataformas petro- liferas después de la liberacion de Fao. ;Es ésta la recompensa de Irak por su papel a la hora de asegurar la estabilidad de la region y por protegerla de un alu- vion desconocido? (...) No es razonable pedir a nuestro pueblo que derrame rios de sangre duran- te ocho anos para decirle después «ahora tenéis que aceptar las agresiones de Kuwait, de los Emiratos, o de los Estados Unidos, o de Israel.» (...) No incluimos a Norteamérica entre nuestros enemigos. La situamos en el lugar en que quere- ‘mos que estén nuestros amigos, e intentamos ser amigos. Pero las repetidas decla- raciones norteamericanas del tiltimo afio hacen que parezca que Norteamérica no nos ve como a sus amigos (New York Times International, 23 de septiembre de 1990). Una respuesta calculada Sin las intenciones norteamericanas antes descritas, la respuesta de Glaspie a las afirmaciones de Saddam resultaria desconcertante. La conversacion se celebré a pesar de que Irak habia concentrado tropas en la frontera kuwaiti y habia declarado que consideraba que las acciones de Kuwait eran una agresion: estaba claro para todo el mundo que Irak estaba a punto de invadir. Dada la posterior respuesta norteamericana, uno podria haberse esperado que, una semana antes de la invasion, los Estados Unidos envia- ran un mensaje claro en el sentido de que su respuesta a una invasion seria Ia intervencién militar. En lugar de eso, la embajadora de los Estados Unidos respondia en los términos mas suaves posibles («preocupacion») y resal- taba que: Carecemos de opinion alguna respecto a los conflictos entre arabes, como en el caso de sus discrepancias fronterizas con Kuwait, Yo estuve en la embajada estadouniden- se en Kuwait a finales de los atios sesenta. Las instrucciones que tenfa durante ese periodo eran que no debfamos expresar opinion alguna sobre dicha cues- tion, y que la cuestion no tiene nada que ver con los Estados Unidos. James Baker se ha dirigido a nuestros portavoces oficiales para que insistan en estas instrucciones. Esperamos que puedan resolver el problema recurriendo a cualquier méto- do que resulte adecuado, por medio de Klibi o del presidente Mubarak. Todo lo 48¢ CAPITULO 2 que deseamos es que estos asuntos se solventen rapidamente. Con respecto a todo esto, gpuedo pedirles que presten atencién a como vemos nosotros la cues- tién? Mi evaluacion, después de 25 aftos de servicio en la zona, es que su obje- tivo debe contar con un fuerte respaldo de sus hermanos arabes. Estoy hablando de petroleo. Pero usted, sefior Presidente, ha librado una horrible y dolorosa guerra. Francamente, lo nico que podemos ver es que ha realizado un desplie- gue masivo de tropas en el sur. Normalmente, eso no seria asunto nuestro. Sin embargo, cuando eso sucede en el contexto de lo que ha dicho en el dia de su fies- ta nacional, después de leer los detalles presentes en las dos cartas del ministro de exteriores, después de conocer el punto de vista iraquf segiin el cual las medi- das tomadas por los Emiratos Arabes y Kuwait son, en su analisis final, equiva- lentes a una agresién militar contra Irak, seria razonable entonces que yo estuviera preocupada. Y, por esa raz6n, he recibido la instruccion de preguntarle, con espi- ritu amigo —no con espiritu de confrontacion— por sus intenciones (Ibid.; énfa- sis nuestro). Eso indicaba claramente que, aunque los Estados Unidos mostraban su «preocupacién» ante una invasion, se mantendrian a distancia y tratarian el asunto como una disputa entre estados arabes que debia resolverse median- te la negociacion. Asi pues, Saddam malinterpreto gravemente las verdade- ras intenciones de Norteamérica. Su invasion de Kuwait, Estado soberano miembro de Naciones Unidas, proporcions a los Estados Unidos la opor- tunidad de movilizar rapidamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y formar una coalicion mundial contra Irak. Fue crucial el hecho de que la invasion por parte de Irak de un Estado arabe creara una situacién en la que un buen numero de otros estados arabes, como por ejemplo Egipto, Siria y Arabia Saudita, podian unirse a la coalicién La retirada pacifica como «escenario de pesadillan La resolucién 661 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aproba- da en agosto de 1990, exigia la retirada inmediata e incondicional de Kuwait e imponia sanciones a Irak. Se intento solucionar el problema por medio de sanciones solo durante el tiempo que tardaron los Estados Unidos en empla- zar suficientes tropas en la region y en asegurarse la financiacion interna- cional de sus esfuerzos militares. En noviembre de 1990, los Estados Unidos consiguieron que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobara la resolucion 678 que contemplaba el uso de «todos los medios necesarios» para poner fin a la ocupacién de Kuwait. Los Estados Unidos frustraron todos los esfuerzos diplomaticos de la URSS, Europa y los paises arabes al con- tinuar insistiendo en que Irak se retirara incondicionalmente GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 249 Los franceses realizaron una propuesta de ultima hora seguin la cual Irak se retiraria si los Estados Unidos estaban de acuerdo en convocar una con- ferencia internacional sobre la paz en la region (ésta incluirfa la discusion de la continuada ocupacién ilegal por parte de Israel de Cisjordania, Gaza y los altos del Golan, la cuestion del incumplimiento de la resolucion 242, asi como la ocupacién en esos momentos del sur del Libano por parte de Israel) Sin embargo, también esa propuesta fue vetada por los Estados Unidos y Gran Bretafia. En diciembre de 1990, la prensa citaba de forma reveladora a cargos de los Estados Unidos que decian que una retirada pacifica iraqui seria un «escenario de pesadilla». «Peces en una pecera» La escala colosal y las tacticas despiadadas del ataque a Irak en 1991 sugie- ren que los objetivos de los Estados Unidos excedian con mucho la mision respaldada por Naciones Unidas de expulsar a Saddam de Kuwait. La poten- cia militar reunida y utilizada por los Estados Unidos, Gran Bretafia y sus aliados era grotescamente desproporcionada para las defensas iraquies Evidentemente, la intenci6n era castigar a Irak con tanta severidad que cons- tituyera una leccién inolvidable para cualquier nacién que contemplara la idea de desafiar los deseos de los Estados Unidos. La campatia de bombar- deos aéreos de la Guerra del Golfo fue la mas atroz desde Vietnam. Durante los 43 dias de guerra, los Estados Unidos realizaron 109.876 salidas y arro- jaron 84.200 toneladas de bombas. El tonelaje medio de material de arti- lleria utilizado por mes casi igualé el de la Segunda Guerra Mundial, pero la destruccién que produjo fue mucho mas eficaz debido a la mejor tecno- logia y a la debilidad de las defensas antiaéreas iraquies. Mientras la guerra causaba estragos, el ejército de los Estados Unidos ges- tionaba con cuidado las notas de prensa para que diera la impresion de que los bombardeos eran ataques quirtirgicos contra objetivos puramente mili- tares, posibles gracias a una nueva generacién de «armas inteligentes» dirigidas con precision. La realidad era muy distinta. El 93% de las municiones que utilizaron los aliados consistfa en bombas convencionales «no inteligentes» arrojadas primordialmente por aviones B-52 de la era de Vietnam, utilizados para bombardeos masivos (carpet bombing). Aproximadamente un 70% de las bombas y misiles fallaron sus objetivos y, con frecuencia, destruyeron viviendas privadas y mataron a civiles. Los Estados Unidos también utilizaron extensivamente armas antipersona, entre las que se contaban: los explosivos de fuel-aire y las bombas de 6 toneladas denominadas daisy-cutter («segado- ras de margaritas») —explosivos convencionales capaces de provocar una 50° CAPITULO 2 destruccion equivalente a la de un ataque nuclear, también usadas por los Estados Unidos en Afganistén—,; napalm incendiario derivado del petroleo (uti- lizado para incinerar a los soldados iraquies refugiados en las trincheras); y 61.000 bombas de racimo (cluster) que dispersaron 20 millones de «mini- bombas» que atin hoy siguen matando a iraquies. Era previsible que este esti- Jo de guerra provocara una enorme cantidad de bajas civiles. En un incidente bien recordado, fueron 400 los hombres, mujeres y nifios que murieron en un solo ataque cuando, indiferentes al parecer a la Convencion de Ginebra, los Estados Unidos apuntaron a un refugio antiaéreo civil en el distrito de Ameriyya, en la zona oeste de Bagdad. Miles de personas murieron de forma parecida a causa de los repentinos ataques aéreos diurnos a zonas residen- ciales densamente pobladas y a distritos comerciales de todo el pats. Segtin esti- maciones de Naciones Unidas, las muertes civiles como consecuencia directa de los bombardeos aliados ascienden a 15.000. Mientras tanto, entre 100.000 y 200.000 soldados iraquies perdian la vida en lo que puede describirse literalmente como una gran masacre. El mayor ntimero de victimas parece que lo infligieron los bombardeos masi- vos de posiciones iraquies cercanas a la frontera entre Kuwait e Irak, donde decenas de miles de reclutas mal alimentados y mal equipados se vieron atrapados sin remedio en las trincheras. La mayoria de ellos estaban ansio- sos de rendirse cuando dio comienzo la guerra terrestre, pero las fuerzas aliadas que avanzaban tenian poco que hacer con los prisioneros. Miles de ellos fueron enterrados vivos cuando los tanques equipados con arados y palas de excavadora atravesaban y arrasaban unas defensas hechas de tierra y arrollaban las trincheras. Otros fueron abatidos sin piedad cuando intentaban rendirse o huir. «Es como cuando alguien enciende la luz de la cocina de madrugada y las cuca- rachas empiezan a escabullirse. Por fin lograbamos que salieran alli donde podiamos encontrarlos y matarlos.» comentaba el coronel de las Fuerzas Aéreas Dick «Snake» White. Seguin John Balzar, de Los Angeles Times, las peliculas de los ataques de los Estados Unidos filmadas con infrarrojos mos- traban algo parecido a «ovejas saliendo en estampida del corral: unos sol- dados de infanteria iraquies desconcertados y aterrorizados, bruscamente despertados, que hufan de los buinkeres bajo una infernal tormenta de fuego. Uno por uno eran derribados por unos atacantes a los que no podian ver ni entender. Algunos literalmente reventaban en pedazos con el estallido de los proyectiles explosivos de 30 mm.» Como resistir era inutil y rendirse, potencialmente fatal, los soldados ira- quies desertaban siempre que les era posible. El 26 de febrero, Saddam reco- nocia lo inevitable y ordenaba a sus tropas que se retiraran de Kuwait. Los GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA o51 soldados supervivientes requisaron vehiculos de todas las condiciones y salieron huyendo hacia casa. Aunque ya se habia conseguido una aplastante victoria, las fuerzas esta- dounidenses y britanicas lanzaron un ataque despiadado contra las inde- fensas tropas iraquies que se batian en retirada. La masacre resultante, inmediatamente apodada «el tiro al pavo» por los soldados estadounidenses, se prodyjo en el tramo de autopista de menos de 100 km que une Kuwait con Basora, donde los aviones norteamericanos cortaron el camino por delante y por detras a los largos convoyes y procedieron a bombardear los vehiculos atrapados. Fueron muchos los miles de personas que murieron despedaza- das o incineradas, incluida una cifra incalculable de refugiados civiles. «Era como matar peces en una pecera,» declaraba un piloto estadounidense. Lo que hay detras de la destruccién sistematica de las infraestructuras civiles iraquies El bombardeo de Irak dio comienzo el 16 de enero de 1991. En lugar de limitarse a expulsar a Irak de Kuwait o a atacar inicamente objetivos mili- tares, la campatia de bombardeos liderada por los Estados Unidos destruy6 sistematicamente infraestructuras civiles iraquies, incluidas la produccion de electricidad, las comunicaciones, y las instalaciones de abastecimiento de agua y de saneamiento. El bombardeo de Irak se prolong durante mas de un mes sin que se realizara intento alguno de enviar a las tropas a cumplir con el supuesto objetivo de la operacién Tormenta del Desierto, a saber: expulsar a las tropas iraquies de Kuwait. Que los Estados Unidos conocian bien las consecuencias de dicha cam- pafia de bombardeos resulta evidente a la vista de los documentos de los servicios de informacién que ahora estan siendo desclasificados. «La vul- nerabilidad del tratamiento de aguas de Irak», fechado el 22 de enero de 1991 (una semana después del inicio de la guerra) expone la justificacién del ataque a las plantas de tratamiento y abastecimiento de agua de Irak: «lrak depende de la importacion de equipos especializados y de algunos productos quimicos para purificar el agua (...). Dado que carece de pro- duccién propia tanto de recambios para las plantas de tratamiento de aguas como de algunos productos quimicos esenciales, Irak no cejara en los inten- tos de burlar las sanciones de Naciones Unidas e importar dichos productos esenciales. Si no logran asegurarse el abastecimiento, habra escasez de agua pura potable para gran parte de la poblacién. Eso podria provocar una mayor incidencia de las enfermedades, si no de las epidemias.» Las importaciones de cloro, sefiala el documento, estaban sometidas a embargo e «informes recientes indican que las provisiones de cloro son ahora criticamente bajas.» 52° CAPITULO 2 Ya se podia percibir una «pérdida de capacidad para el tratamiento de aguas» y, aunque no existia peligro de «suspension inmediata», el sistema tardaria probablemente seis meses o mas en quedar «completamente degradado.» Mas explicitamente, la Agencia de Inteligencia Defensiva de los Estados Unidos escribia un mes més tarde: «las condiciones son favorables para la apa- ricion de brotes de enfermedades infecciosas, sobre todo en las grandes areas urbanas afectadas por los bombardeos de la coalicin (...). Los actuales pro- blemas de salud publica pueden atribuirse a la reducci6n de la medicina pre- ventiva normal, de la eliminacion de residuos, de la distribucidn/purificacion del agua, a los problemas de electricidad y a la disminuci6n de la capacidad para controlar los brotes de enfermedades. Cualquier area urbana iraqui que haya suftidos darios en sus infraestructuras tendra problemas similares.» En el sur de Irak, los Estados Unidos arrojaron mas de un millén de bombas con cabezas de uranio radioactivo (mas de 340 toneladas en total). Eso produjo un gran aumento de problemas de salud tales como el cancer y las deformidades. Aunque los Estados Unidos no han admitido que exista conexion alguna entre su uso de proyectiles de uranio empobrecido (DU) y los citados problemas de salud, los gobiernos europeos, al investigar las quejas de sus veteranos en el ataque de la OTAN en Yugoslavia, han confir- mado una amplia presencia de contaminacién radioactiva en Kosovo como consecuencia de la utilizacion alli de proyectiles de DU La manipulacion para justificar la ocupacién parcial Durante el conflicto, los Estados Unidos decidieron no avanzar sobre Bagdad sino, por el contrario, detenerse en las afueras de Basora y Nasiriya. Evidentemente, los Estados Unidos esperaban que la derrota provocaria el reemplazo de Saddam gracias a un golpe de estado a cargo de alguno de los hombres fuertes pro-norteamericanos del mismo entorno dirigente. (Para que un régimen asi mantuviera la estabilidad, hacia falta preservar la fuerza militar de élite de Saddam, la Guardia Republicana, que a finales de la gue- rra se encontraba concentrada en las posiciones defensivas en torno a Bagdad.) Los Estados Unidos no sabian con certeza cudles serian las fuerzas politicas que desencadenaria cualquier otro curso de acontecimientos. Por ejemplo, los Estados Unidos se temian que el sur de Iran, predominantemente chii- ta, entraria en la orbita de influencia irani en caso de secesion. La indepen- dencia formal de las regiones kurdas del norte de Irak desestabilizaria al vecino del norte, Turquia, estado cliente de los Estados Unidos y pais que reprime brutalmente las demandas de independencia de su enorme pobla- cién kurda. GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °53 A pesar de que George Bush padre, entonces presidente, instigo la rebe- lion en el sur de Irak con su llamamiento a que la gente «se ocupara perso- nalmente de los asuntos», cuando realmente se produjo la revuelta, las numerosas fuerzas de ocupacién norteamericanas que seguian presentes en la region contemplaron en silencio como se la reprimia. De forma parecida, cuando las fuerzas iraquies empujaron a los rebeldes kurdos del norte hasta la frontera turca, los turcos les impidieron la entrada. La complicidad norteamericana en esas dos actuaciones tenfa como obje- to la cinica manipulacion de los acontecimientos por parte de los Estados Unidos para justificar una infraccion sostenida de la soberania iraqui. La resolucion 688 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de abril de 1991, exigia a Irak el «cese de la represién» de sus minorias, pero no solicitaba que se obligara al cumplimiento de la resolucion por la fuerza militar. No obstante, los Estados Unidos y Gran Bretafia utilizaron la resolucién 688 para justificar su vigilancia de las que denominaban «zonas libres de vue- los», con las cuales no se les permitia a los iraquies sobrevolar ni el norte ni el sur del pais (ni por encima del paralelo 36, ni por debajo del paralelo 32). Tales zonas de exclusion se vigilaban con patrullas de los Estados Unidos y Gran Bretatia y con bombardeos casi diarios. Tras la retirada de los inspecto- res de armas de Naciones Unidas en 1998, la media de bombas arrojadas por dia aumento enormemente y paso de 0,025 a 5 toneladas. Los aviones de los Estados Unidos y del Reino Unido podian ya apuntar a cualquier parte de lo que Estados Unidos considerara como sistema iraqui de defen- sa aérea. Entre 1991 y 2000, los aviones militares norteamericanos y brita- nicos realizaron mas de 280.000 salidas. Los funcionarios de Naciones Unidas han documentado que esos bombardeos alcanzaban por rutina a civiles ya infraestructuras civiles esenciales, asi como al ganado. Sanciones: geno Después de la guerra, Irak siguié sometido al omnicomprensivo régimen de sanciones impuesto por Naciones Unidas en 1990. Las sanciones durarian al menos hasta que Irak cumpliera con la resolucion 687: la supresion de sus programas de investigacion para el desarrollo de armas quimicas, bio- logicas y nucleares, el desmantelamiento de sus misiles de largo alcance, un sistema de inspecciones que verificara el cumplimiento, la aceptacién de las fronteras entre Irak y Kuwait establecidas por Naciones Unidas, el pago de compensaciones por la guerra y la devoluci6n de las propiedades y los pri- sioneros de guerra kuwaities. Como la verificacién del cumplimiento era probable que resultara ser un proceso largo y polémico, las sanciones po- dian prolongarse indefinidamente 54¢ caPituLo 2 Las consecuencias han sido catastroficas: la mayor catastrofe de una déca- da de grandes catastrofes econémicas en todo el mundo. En 1993, la eco- nomfia iraqui, bajo el peso aplastante de las sanciones, habia quedado reducida a.una quinta parte de su tamafio en 1979, y la caida atin fue mayor en 1994. Las raciones sdlo duraban entre un tercio de mes y medio mes. Aunque los «productos humanitarios» estaban excluidos del embargo, éste no definia claramente cuales eran tales productos, algo que tenia que clarificar el comité de sanciones de Naciones Unidas. Mas adelante, para desviar las crecientes criticas a las sanciones y evitar contrapropuestas por parte de Francia y Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos introdujeron la resolucion 986. Segiin ésta, los beneficios procedentes de las ventas de petroleo iraqui iran a una cuenta controlada por Naciones Unidas e Irak podra solicitarlos para adquirir productos humanitarios —que seran escru- tados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los Estados Unidos intentaron restringir la definicion de «productos humanitarios» a la comida y las medicinas, y evitar la importacion de todo lo necesario para restablecer el suministro de agua, el saneamiento, la ener- gia eléctrica 0, incluso, los equipamientos médicos. Entre los productos que desestimaba el veto norteamericano, sobre la base de que podian tener una aplicacion militar, estaban los productos quimicos, los equipos de labora- torio, los generadores, los equipos de comunicaciones, las ambulancias (con el pretexto de que éstas incluian equipos de comunicaciones), los clorado- res y hasta los lapices (con el pretexto de que contenian grafito, que tiene usos militares). Los Estados Unidos y Gran Bretafia «retuvieron» bienes por valor de 5.300 millones de délares sélo a principios de 2002. Y eso no alcan- za a dar idea de la magnitud del impacto, ya que cada bien retenido hace que las importaciones de otras partes se vuelvan inttiles. The Economist (Londres), a pesar de su apoyo a las politicas norteameri- canas en lo tocante a Irak, describia las condiciones en que se encontraba el pais sitiado en el arto 2000: Las sanciones dejan su huella en la vida de los iraqufes a cada momento del dia. En Basora, la segunda ciudad de Irak, la electricidad va y viene, sin que sea posi- ble predecir a qué horas se podra disponer de ella (...). El humo de los genera- dores mal arreglados y de los vehiculos flota sobre la ciudad y forma una nube densa. El agua del grifo provoca diarrea, pero son pocos los que se la pueden permitir embotellada. Como las alcantarillas estén rotas, han aparecido por toda la ciudad charcos de lodo pestilente. Estos vertidos, junto con la contaminacion que avanza corriente arriba, han matado a la mayoria de los peces del rfo Shatt al-Arab y han hecho que resulte insegura la ingesta de los que quedan. El gobier- no ya no puede seguir rociando las ciudades para eliminar los mosquitos, de GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 255 forma que han proliferado los insectos, asi como las enfermedades que éstos pro- pagan. La mayor parte del antes variado conjunto de servicios del gobierno han de- saparecido. El servicio arqueolégico se ha dedicado a enterrar las ruinas que con tantas dificultades habia excavado, a falta de los productos quimicos necesarios para su preservacion. La red de irrigacion y drenaje mantenida por el gobierno esta destrozada, lo que hace que la mayor parte de los principales terrenos agri- colas de Irak resulten demasiado secos o demasiado salados para el cultivo. Las ovejas y las terneras, que ya no gozan de la proteccién de los programas de vacu- nacion del gobierno, han sucumbido a cientos de millares a las epidemias y las enfermedades. Muchos profesores de las escuelas estatales ya no se molestan en aparecer por el trabajo. Aquellos que se ven obligados a hacerlo ensefian a unos nifios apaticos y mal nutridos que a menudo carecen de libros, pupitres y hasta de pizarras (The Economist, 8 de abril de 2000) Durante los tres primeros afios del régimen de «petréleo por alimentos», el maximo anual impuesto por Naciones Unidas era de tan sdlo 170 dolares por iraqui. De esa exigua suma, se deducian 51 dolares que se destinaban a la Comision de Compensacién de Naciones Unidas, a la que podia recu- rrir cualquier gobierno, organizacion o individuo que reclamara haber resul- tado damnificado con el ataque de Irak a Kuwait y buscara una compensacion. (De la suma restante, una cantidad desproporcionada se destina, segiin ins- trucciones de Naciones Unidas, a los kurdos del norte —con un 13% de la poblacion, pero un 20% de los fondos—, porque su territorio ya no lo gobier- na Bagdad. La intencion, repleta de cinismo, es sefalar la mejora de las con- diciones en esa region favorecida como prueba de que no son las sanciones las responsables del sufrimiento iraqui, sino que el responsable es Saddam.) Después, Naciones Unidas suprimié el limite maximo de las ganancias petro- leras iraquies, pero evito que se rehabilitara la industria petrolifera iraqui, con lo que se aseguraba de que, en la practica, seguia existiendo un techo. En 1998, Naciones Unidas Ilev6 a cabo un estudio sobre la salud y la nutricion a escala nacional. Descubrio que el indice de mortalidad de nifios de menos de cinco afios en el centro y el sur de Irak se habia doblado desde la década anterior. Eso sugeriria, que hasta 1998, habian muerto 500.000 nifios mas de lo normal. Las muertes extraordinarias de nifios siguen aumentando al ritmo de 5.000 al mes. UNICEF estimaba que el 70% de las muertes infan- tiles en Irak son consecuencia de la diarrea y de infecciones respiratorias agudas. Este es el resultado —tal y como acertadamente prevefan en 1991 los servicios de informacion norteamericanos— de las averias en los sistemas de abastecimiento de agua limpia, de saneamiento y de energia eléctrica. También han perecido adultos, sobre todo gente mayor y de otros sectores vulnerables. 56° CAPITULO 2 La cifra total de fallecimientos, comprendidas todas las edades, se estimaba en 1,2 millones en un informe de UNICEF de 1997. Las pruebas de los efectos de las sanciones proceden de las fuentes mas autorizadas. Denis Halliday, coordinador humanitario de Naciones Unidas en Irak de 1997 a 1998, dimitio en protesta por el funcionamiento de las san- ciones, a las que califico de «genocidio» deliberado. Fue reemplazado por Hans von Sponeck, que dimitio en el afio 2000 por las mismas razones. Jutta Burghardt, directora del Programa Mundial de Alimentacion de Naciones Unidas en Irak, dimitié igualmente con las palabras «apoyo completamen- te lo que decia el sefior von Sponeck.» No queda lugar a dudas de que el genocidio fue una politica consciente de los Estados Unidos. El 12 de mayo de 1996, Lesley Stahl preguntaba a la secretaria de estado Madeleine Albright en la cadena de television CBS: «Hemos oido que ha muerto medio millon de nifios. Quiero decir: son mas de los que murieron en Hiroshima. Y, sabe, jvale la pena pagar ese precio?» Albright respondio: «Creo que es una eleccién muy dura, pero pensamos que el precio, el precio vale la pena.» El regreso de la ocupacién imperialista La «inspeccién de armas» como herramienta para la provocacién, el espionaje y el asesinato Tampoco cabe ya duda alguna de que UNSCOM, el cuerpo de inspectores de Naciones Unidas, se convirtié en una herramienta para la misién de los Estados Unidos de tomar Irak. UNSCOM no sélo se coordin6 de forma sis- tematica con los servicios de informacion estadounidense e israelita respec- to a cuales eran los enclaves a inspeccionar, sino que en los equipos de inspecci6n se insertaron agentes de dichos servicios. Scott Ritter, antiguo inspector de armas de Naciones Unidas, escribe: De mi época de inspector jefe en Irak, recuerdo las docenas de «expertos en misiles» y «especialistas en logistica» especialmente aptos que frecuentaban mis equipos de inspeccién y otros. Procedentes de unidades estadounidenses tales como la Delta Force o de equipos paramilitares de la CIA como el Personal de Actividades Especiales, dichos especialistas tenian un papel legitimo en el dificil esfuerzo de jugar al gato y al ratén para desarmar a Irak. Lo mismo ocurria con los operadores briténicos de intercepcién radiofénica que dirigi en Irak de 1996 a 1998 —que espiaban las conversaciones del circulo mas interno de Hussein— y con los demas especialistas en informacion que participaban en los esfuerzos por realizar la inspecci6n. La presencia de dicho personal en los equipos de ins- peccion era, y es, contemplada por el gobierno iraqui como un riesgo inacepta- GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 257 ble para la seguridad de la nacion. Ya en 1992, los iraquies veian a los equipos que yo dirigia dentro de Irak como una amenaza para la seguridad de su presidente (Los Angeles Times, 19 de junio de 2002). Rolf Ekeus, que dirigié las misiones de inspeccion de armas desde 1991 hasta 1997, desvelo en una reciente entrevista a la radio sueca que él sabia lo que estaba pasando: «No cabia duda de que los norteamericanos querian influir sobre las inspecciones para avanzar en ciertos intereses fundamentales de los Estados Unidos.» Entre las presiones de los Estados Unidos se cuentan «los intentos de crear crisis en las relaciones con Irak, lo que en cierta medi- da se vinculaba a la situacién politica general —internacional pero también, quizas, nacional (...). Existia el deseo de ocasionar crisis presionando para que se produjeran, digamos, provocaciones directas, como por ejemplo con la inspeccion del Departamento de Defensa, que, al menos desde la pers- pectiva iraqui, debia de resultar una provocacion.» Declaré que los Estados Unidos habian querido recabar informacién sobre como estaban organizados los servicios de seguridad iraquies y cudl era su capacidad militar convencional. Y dijo que él era «consciente» de que los Estados Unidos buscaban informacion sobre donde se escondia el presidente Saddam Hussein, «lo que podia ser de interés si habia que perseguirlo personalmente como objetivo.» En 1997, Ekeus informaba al Consejo de Seguridad de que el 93% de la potencia armamentistica principal de Irak habia sido destruida. UNSCOM y la Agencia Internacional para la Energia Atomica (IAEA) certificaban que los stocks nucleares de Irak se habian agotado y que la mayor parte de sus sistemas de largo alcance, habian sido destruidos. (Hasta la fecha, los ins- pectores de la IAEA siguen viajando a Irak, y sus informes indican que hay un cumplimiento absoluto.) En 1999, un grupo especial del Consejo de Seguridad informaba de que las principales plantas de armas quimicas de Irak (abastecidas, como ya hemos apuntado, por los Estados Unidos) habi- an «sido destruidas y se habfan vuelto inofensivas.» Empezaron a aumen- tar las presiones, sobre todo de Francia y de Rusia —por motivos que explicaremos més adelante—, para que se fueran levantando gradualmente las sanciones o, al menos, para que estuviera claro qué actuacion por parte de Irak Ilevaria al levantamiento de las sanciones. Los Estados Unidos vefan el cumplimiento de la resolucién 687 por parte de Irak como una amenaza a sus planes continuados de despojar al pais de su vapuleada soberania. Ekeus fue sustituido en 1997 por el australiano Richard Butler, quien debia el puesto al apoyo norteamericano y prestaba poca atencion a los demas miembros del Consejo de Seguridad. Después de una serie de polémicos intentos de inspeccionar enclaves tales como el 58° CAPITULO 2 Ministerio de Defensa y los palacios presidenciales, Butler se empez6 a que- jar de falta de cooperacién de los iraquies y retiré a sus inspectores en noviem- bre y diciembre de 1998, la segunda vez sin tomarse la molestia de consultar al Consejo de Seguridad —aunque si a los Estados Unidos. Eso preparaba la Operacién Zorro del Desierto— un bombardeo torrencial del centro y el sur de Irak por parte de los Estados Unidos y del Reino Unido del 16 al 19 de diciembre de 1998. Es significativo que los Estados Unidos y el Reino Unido no se molestaran en consultar al Consejo de Seguridad antes de emprender esta accion. El gran premio Aparte del terrible impacto humano directo de las sanciones, es importan- te tener presente otro de los calculos que llevé a los Estados Unidos a pro- longar las sanciones hasta que llegara el momento de la invasion: mientras siguieran vigentes las sanciones, no podian realizarse inversiones extranje- ras en Irak ni podia rehabilitarse la industria petrolera del pais. Ast pues, las sanciones son un instrumento importante para que los Estados Unidos eviten que otras potencias imperialistas pongan un pie en Irak —algo que recuerda un tema recurrente de la historia iraqui. Los recursos petroliferos de Irak son enormes, sélo superados por los de Arabia Saudita, y su extraccion es tan barata como la del petroleo saudita. Los 115.000 millones de barriles de reservas comprobadas del pais solo pue- den equipararse a una cantidad tal vez igual de petroleo aun por explorar. «Como no se ha realizado ninguna investigacion geologica en Irak desde la década de 1970, los expertos creen que las reservas comprobadas subestiman la verdadera riqueza petrolifera del pais, que podria alcanzar los 250.000 millones de barriles. Tres décadas de inestabilidad politica y de guerra han evitado que Irak explotara 55 de sus 70 campos petroliferos comprobados. Ocho de esos campos tenfan una capacidad de produccién de més de 1.000 millones de barriles cada uno de «petrdleo facil», el que se encuentra cerca de la superficie y resulta barato de extraer. «No hay nada parecido en ningun otro lugar del mundo,» dice Gerald Butt, editor para Gulf del Middle East Economic Survey («Estudio Econdmico del Oriente Medio»). «Es el gran pre- mio.» La producci6n iraqui en el periodo anterior a la guerra era de tres millo- nes de barriles al dia y la capacidad de produccion actual se estima en 2,8 millones de barriles al dia. De hecho, a causa del deterioro de los equipos, es dificil pensar que se alcance tal cifra, y las exportaciones actuales son de menos de un millon de barriles al dia. Se calcula que, con la inversion adecuada, la GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA 259 produccion de Irak puede llegar a ser de siete u ocho millones de barriles al dia en cinco anos. Es comparable a la produccion actual de Arabia Saudita, de 7,1 millones de bartiles al dia, cerca del 10% del consumo mundial Una expansion tal de la produccion iraqui resulta imposible mientras sigan vigentes las sanciones. Naciones Unidas advertia en el afio 2000 de un «enorme colapso» de la industria petrolera iraqut si no llegaban recambios y equipos. Los Estados Unidos decian que el dinero extraordinario slo debe- ria utilizarse para realizar «mejoras a corto plazo en la industria petrolera ira- qui, y no para efectuar reparaciones a largo plazo.» El Departamento de Energia de los Estados Unidos decia: «a principios de enero de 2002, el direc- tor del programa para Irak de Naciones Unidas, Benon Sevan, expresaba sus ‘graves preocupaciones’ por el volumen de las ‘retenciones’ impuestas sobre los contratos de desarrollo de campos petroliferos y afirmaba que la totali- dad del programa estaba amenazado de parilisis. Segin Sevan, estas reten- ciones alcanzaban a casi 2.000 contratos valorados en unos 5.000 millones de dolares, un 80% de los cuales habian sido retenidos por los Estados Unidos.» Por lo tanto, desde el punto de vista de los intereses petroleros de los Estados Unidos, las sanciones son una hoja de doble filo: a pesar de que mantienen a raya temporalmente la competencia internacional, impiden la explotacién de reservas petroliferas por un valor estimado de varios billones de dolares. Se pretende que la guerra contra Saddam Hussein, entre otras cosas, resuelva esta contradiccion. En junio de 2001, Francia y Rusia proponian en el Consejo de Seguridad el alzamiento de las restricciones a la inversion extranjera en la industria petrolera iraqui. Sin embargo, los Estados Unidos y el Reino Unido, como era previsible, abortaron la propuesta. A las empresas norteamericanas, las leyes de los Estados Unidos les prohiben invertir en Irak y, por lo tanto, todos los contratos para el desarrollo de los campos iraquies los han acaparado las empresas de otros paises. El Wall Street Journal recopilaba la siguiente infor- macion a partir de fuentes de la industria petrolera: Empresas que iniciaron negociaciones con Irak en la década de 1990 y reservas de los campos que perforarian si se levantaran las sanciones Empresa Pais Reservas (miles de millones de barriles) Elf Aquitaine* Francia 9-20 Lukoil, Zarubezneft, Mashinoimport — Rusia 7,5-15 Total S.A.* Francia 3,5-7 China National Petroleum China Menos de 2 ENVAGip Italia Menos de 2 * Ahora parte de TotalFina€lf Fuente: Wall Street Journal, 19 de septiembre de 2002 60° CAPITULO 2 El contrato de Lukoil para perforar el campo de Qurna Occidental esta valorado en 20.000 millones de dolares, y la concesion de Zarubezneft para desarrollar el campo de bin Umar se calcula en hasta 90.000 millones. El valor total de los contratos extranjeros concedidos por Irak podria alcanzar los 1,1 billones de dolares, segun el World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energia Uno de los principales objetivos de los Estados Unidos con la inminen- te invasion de Irak es anular dichos acuerdos. «Lo que preocupa a mi gobier- no,» declaraba al Observer un cargo ruso en Naciones Unidas en octubre de 2002, «es que se incumpliran las concesiones pactadas entre Bagdad y muchas empresas, y las empresas norteamericanas entraran para llevarse la mayor parte de los contratos ya existentes (...). Si, si se puede decir asi, se trata de la apropiacion del petréleo por parte de Washington.» También Francia teme «sufrir econdmicamente a causa de las ambicio- nes petroleras de los Estados Unidos al final de la guerra.» Pero, sin embar- g0, podria respaldar la invasion: «fuentes gubernamentales dicen que temen —aparte de las concesiones actuales— que Francia podria quedar fuera del reparto de flecos si no apoya la guerra y muestra una significativa presen- cia militar. Si se llega a la guerra, Francia esta decidida a que se le conceda un papel mas prestigioso que en la Guerra del Golfo de 1991, cuando su papel principal consistio en la ocupacién de territorios escasamente defen- didos. Se han producido negociaciones entre la empresa de propiedad esta- tal TotalFinaElf y los Estados Unidos sobre la redistribucion de las regiones petroliferas entre las principales companifas petroleras del mundo.» Dicha «apropiacién de petrdleo» la hacia explicita el antiguo director de la CIA R. James Woolsey en una entrevista concedida al Washington Post: «Francia y Rusia tienen compafiias petroleras e intereses en Irak. Deberia decirseles que, si proporcionan asistencia para hacer que Irak evolucione hacia un gobierno decente, haremos cuanto podamos para asegurar que el nuevo gobierno y las compafifas norteamericanas trabajen conjuntamente con ellos.» Pero afiadia: «si comparten su suerte con Saddam, sera dificil 0 casi imposible persuadir al nuevo gobierno iraqui de que trabaje con ellos.» Ahmed Chalabi, lider del «Congreso Nacional Iraqui» con base en Londres, que goza del apoyo tactico (y probablemente temporal) de la Administracion Bush, pero de casi ningtin apoyo en Irak, se reunié con eje- cutivos de tres multinacionales estadounidenses en octubre [de 2002] en Washington para negociar el reparto de las reservas petroliferas iraquies des- pués de la invasion de los Estados Unidos. Chalabi declaro al Washington Post: «las comparifas norteamericanas obtendran una buena parte del petro- leo iraqui.» Se mostraba a favor de la creacion de un consorcio de liderazgo GRUPO DE INVESTIGACION EN ECONOMIA POLITICA °61 norteamericano para desarrollar los campos iraquies. El dominio nortea- mericano es tan completo que incluso lord Browne, director de BP (antes conocida como British Petroleum), advertia de que «las compafiias petrole- ras britanicas han quedado desplazadas del Irak de la posguerra, incluso antes de que se haya disparado el primer tiro de una invasion terrestre lide- rada por los Estados Unidos.» La légica de la invasion Dada esta légica, apenas si resulta sorprendente que Bush y su gabinete pla- nearan la invasion de Irak incluso antes de ascender al cargo en enero de 2001. El plan fue disefiado por un grupo de expertos (think tank) de derechas para Dick Cheney, ahora vicepresidente, Donald Rumsfeld, secretario de defensa, Paul Wolfowitz, segundo de Rumsfeld, el hermano menor de Bush, Jeb Bush, y Lewis Libby, jefe de personal de Cheney. Tal y como senala Neil Mackay, el plan muestra que el gabinete Bush tenfa intenciones de hacerse con el control militar de la regién del Golfo tanto si Saddan Hussein estaba en el poder como si no: Durante décadas, los Estados Unidos han querido tener un papel permanente en la seguridad regional en el Golfo. Aunque el conflicto sin resolver de Irak proporciona la justificacién inmediata, la necesidad de la presencia de una sustan- cial fuerza norteamericana en el Golfo trasciende la cuestion del régimen de Saddam Hussein («China Digs for Mid East Oil, US Gets Fired Up», Reuters, 24 de sep- tiembre de 2002). Otro informe preparado en abril de 2001 para Cheney por un instituto dirigido por James Baker (secretario de estado de los Estados Unidos con George Bush padre) seguia una linea similar: «Irak sigue ejerciendo una influencia desestabilizadora (...) en el flujo de petréleo hacia los mercados internacionales desde el Oriente Medio. Saddam Hussein también ha demos- trado su voluntad de utilizar el arma del petréleo y de usar su propio pro- grama de exportacion para manipular los mercados petroleros.» El informe se queja de que Irak «abre y cierra los grifos cuando siente que sus intereses estratégicos se ven favorecidos por tales acciones,» y afiade que existe la «posibilidad de que Saddam Hussein retire petroleo iraqui del mercado durante un periodo prolongado» para dafiar los precios. El informe reco- mienda que, «por lo tanto, los Estados Unidos deberian efectuar una inme- diata revision de su politica respecto a Irak que incluya valoraciones militares, energéticas, econdmicas y politico-diplomaticas.» El informe fue una de las fuentes principales para el plan nacional de energia —el «Informe Cheney»— 62¢ CAPITULO 2 formulado por el vicepresidente norteamericano y publicado por la Casa Blanca a principios de mayo de 2001. El Informe Cheney propone un gran incremento de la implicacién de los Estados Unidos en regiones como el Golfo Pérsico para asegurar el abastecimiento de petroleo en el futuro Pocas horas después de los ataques del 11 de septiembre, sin que hubie- ta pruebas que apuntaran a la implicacion de Irak en los mismos, el secre- tario de defensa Rumsfeld ordeno a los militares que empezaran a trabajar en la planificacion de un ataque. Las notas de la reuni6n citan a Rumsfeld dicien- do que queria «rapidamente la mejor informacion. Juzguese si vale la pena golpear a S.H. [refiriéndose a Saddam Hussein] al mismo tiempo. No sélo a OBL [iniciales utilizadas para identificar a Osama bin Laden].» Las notas citan a Rumsfeld diciendo: «haced algo impresionante. Arrasad con todo. Lo que tenga relacion y lo que no.» La recuperacién de viejos temas Asi pues, a principios del siglo xxi regresan los temas presentes en la histo- tia de Irak desde la primera mitad del siglo xx: la invasion y la ocupacion imperialistas para apropiarse de los recursos de la region y las rivalidades entre las diferentes potencias en sus esfuerzos por hacerse con el premio. No obstante, no deberiamos olvidarnos de otro de los temas principa- les de la historia de Irak: la resistencia antiimperialista de las masas iraquies. Hasta al corresponsal occidental més amarillista que informe desde Bagdad le ha sorprendido hasta qué punto hoy Saddam Hussein se ha convertido para los iraquies en un simbolo del desafio al imperialismo norteamerica- no. De hecho, se ha convertido en simbolo de tal desafio para todo el pue- blo arabe. Se acerca la hora de la invasion. Mientras escribimos este articulo, a 28 de diciembre de 2002, el gobierno iraqui ha declarado a una conferencia solidaria en Bagdad que «quien ataque nuestro pais saldra perdedor. Lucharemos pueblo a pueblo, ciudad a ciudad y calle a calle en todas las ciudades (...). El petréleo de Irak, nacionalizado por el presidente (...) para arrebatarlo de manos de los britanicos y de los norteamericanos en 1972 (...), seguira en manos de su pueblo y de su lider.» Es posible que las fuerzas armadas iraquies no sean capaces de oponer una resistencia prolongada al ataque. Pero el pueblo iraqui no se ha inclinado ante los dictados norteamericanos a lo largo de los mas de once afios de tor- mento. No se rendira docilmente a la ocupacién militar que lideran los nor- teamericanos. Y ese hecho en si mismo conlleva graves consecuencias para los planes mas generales del imperialismo norteamericano.

También podría gustarte