Yo siembro las penas, las amarguras, el dolor y la
desesperacin por toda parte arrastrando a los insondables abismo de la desgracia al hombre, a la familia a la sociedad. El bebedor que me sostiene en la mano trmula no puede esperar de mi si no un lugar desdichado, una salud quebrantada y un sepulcro prematuro. Yo degrado al hombre racional; lo privo de su salud entorpezco su facultad y apego en su corazn los ms sagrados afectos hasta convertirlos en brutos, los numerossimos jvenes que me beben pierden por completo su delicadeza y se hacen despreciables a los ojos de la sociedad y quebranto los corazones de las esposas, lo lleno de acbar vertindose en los sufrimientos ms horribles y pongo sobre la frente de los inocentes hijos, la marca infame de la vergenza. Yo me encargo de llenar a mas no poder los manicomios, sanatorios, as los, lazaretos, y las crceles soy hijo legitima del infierno; mi amo es el diablo y soy su instrumento vil de la muerte y perdicin. Produzco todas las enfermedades y no curo ninguna soy. La peste, la desolacin y la muerte eterna, apartaos de mi como apartaras de los vosotros a mas formidables e implacables enemigos.