Extirpados los peores recuerdos de una vida mal vivida, Raimundo emerge hacia el
mundo de los sueos.
Su cabeza planibaja explota multidimensionalmente hacia realidades alternas, man tras exquisitos de muerte y amor. La paradoja carcomio la logica. Se envalentono hacia delante y como besando el borde del mejor vino, disparo hac ia un final intangible. Reuso las balas a un momento especial, que lo elevaron en un hermoso vuelo taxit urno. Baja y baja, en la repeticion del vacio. -"Clasistas son las fobias de todos tus hermanos"- Aullo el padre. Apaguen a ese imbecil, pues en el vuelo de Raimundo hay magia, hay libertat, hay dios. Re instituyo a la constitucion con sus vaivenes anarquicos. Miren, nios. Aprendan a jugar, que la opresion es alimento de los cerdos. Bajamos y bajamos, hacia las alturas. Pues aqui somos Raimundo, y l es feliz. Som os tan invencibles que nos tratan de invicibles. Corremos por los campos, bebemos de la saliva de las montaas, respiramos el mismo fuego que los escorpiones. Y llueve donde nunca llovio, y florece la primavera en lo profundo del oceano, y la luna sonrie manantiales de alegria mientras el sol callado apaga su luz para dejar ver su desnudes. Raimundo nos rie con una inmensa tristeza, pero nosotros en su melancolia capta mos la verdat que no nos pueden decir los inocentes que no hablan. Nos sentimos sucias ratas, viles asesinos, porque una vez fuimos Raimundo pero y a no lo seremos. El rie, rie y baja y baja. En la repeticion de la inmensidat.