Jesucristo, el Hijo de Dios, hizo el mundo y todas las cosas que
existen; pero el mundo no lo conoci. Aun hoy, esta palabra se
sigue cumpliendo porque el mundo no conoce a Jesucristo tal como lo presenta la Biblia. La tradicin religiosa que algunos conservan en sus familias, no los llevan al conocimiento verdadero de Jesucristo como el Hijo de Dios y como salvador del mundo. Su eterno poder y deidad se ignoran voluntariamente porque les parece locura que el Dios todopoderoso se haya dejado matar en una cruz para pagar los pecados del hombre. La ciencia y la tecnologa que crecen cada da, no son las herramientas indicadas para conocer los asuntos espirituales de Dios. El amor de Dios que qued demostrado cuando su Hijo tom carne y anduvo por el mundo dando vida a los hombres, no se puede comprender a travs de los mtodos de la ciencia. Solo cuando nos acercamos y conocemos el Dios de la biblia, podemos aceptar ese amor y recibir el regalo ms grande, el perdn de pecados por la muerte de su Hijo Jesucristo. Jesucristo es el nico que venci el pecado y la muerte. Sin usar su condicin de Dios, conoci y super las circunstancias normales que enfrentamos los seres humanos sobre la tierra. Vivi y muri como hombre, pero resucit como Dios porque era imposible que la muerte lo retuviera. Y as no solo demostr que posea naturaleza divina, sino que se convirti tambin en el primer resucitado de entre los seres humanos. Jesucristo es una roca fuerte sobre quien podemos construir nuestra vida. A diferencia de la confianza que podemos tener en nosotros mismos o en nuestras familias, en l encontramos el amor y el poder que nos sacan adelante en las distintas situaciones de nuestra existencia. Porque Jesucristo no solo es el cordero que muri en la cruz por amor a nosotros, sino que el mismo, es el que sustenta todas las cosas que existen en el universo, con la palabra de su poder. Sin dejar a un lado la ciencia y la tecnologa, podemos buscar el poder y la inteligencia que duran para siempre, basta que confiemos en Jesucristo, quien es poder de Dios y sabidura de
Dios, para que alcancemos este objetivo. Confiar en su muerte y
resurreccin nos garantiza perdn de pecados, vida eterna, conocimiento infinito y bienestar sin lmites.