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Enunciado Alcohdlicos Anénimos ® es una Comunidad de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema comun y ayudar a otros a recuperarse del alcoholismo. El unico requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. A.A. no esta afiliada a ninguna secta, religion, partido politico, organizacién o institucion alguna; no desea intervenir en controversias, no respalda ni se opone a ninguna causa. Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohdlicos a alcanzar el estado de sobriedad. (Impreso con el permiso de The Grapevine A.A., Inc.) Tres Charlas a Sociedades Médicas ALCOHOLISMO LA ENFERMEDAD Introduccién Dees: su fundacién en 1935, el Programa de Alcohdlicos Anénimos ha encontrado el apoyo y la ayuda activa de miem- bros de la profesién médica. Al crecer A.A. muchos grupos com- puestos por médicos generales y especialistas se han intere- sado progresivamente en el método de Alcohdlicos Anénimos para la recuperaci6n del alcohdlico. Lo significativo de los (3) trabajos impresos en este folleto, estriba en que fueron los primeros informes detallados sobre el Programa de A.A. presentados ante asambleas formales de conocidas sociedades médicas. Representan una parte muy importante del aumento gradual de la comprension sobre Alco- hdlicos Anonimos de parte de uno de sus mejores aliados: La Medicina. Estos tres trabajos fueron presentados por Bill W. uno de los fundadores de A.A. ¢ 4 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS El primero de ellos fue leido ante la Seccion de Neurologia y Psiquiatria de la Sociedad Médica de Nueva York, en su Reunion Anual de mayo de 1944. El segundo ante la 105a. Reunién Anual de la Asociacién Norteamericana de Psiquiatria en Montreal, Quebec, Canada, en mayo de 1949 y publicada en la Revista Norteamericana de Psiquiatria correspondiente a noviembre de 1949. El tercero fue presentado ante La Sociedad Médica so- bre Alcoholismo, en la Ciudad de Nueva York, el 28 de abril de 1958. Nota: Debe tenerse en cuenta que las cifras dadas en estos trabajos respecto al numero de Grupos y total de miembros co- rresponden a las de 1944, 1949 y 1958, respectivamente. (*) * Los totales para 1999 son: Grupos: 98,710 | Miembros: 1'989,124 | Paises: 161 | TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 5 éES ELALCOHOLISMO REALMENTE UNA ENFERMEDAD? La Asociacién Médica Norteamericana y la Organizaci6n Mun- dial de la Salud, como muchos otros grupos profesionales, con- sideran al alcoholismo como una enfermedad. Los jueces y le- gisladores también lo van reconociendo como enfermedad. Algunas autoridades continuan mirandolo solamente como ex- presion de problemas emocionales ocultos. Otros lo ven como un sintoma que antecede a una enfermedad, aunque requiere tratamiento por si mismo. El Comité sobre Alcoholismo y Dependencia de las Drogas, de la Asociacién Médica Norteamericana define al alcoholismo como una enfermedad en la cual se presenta ansiedad por el alcohol y pérdida del control sobre su consumo, como un tipo de depen- dencia que puede causar dafio a la salud de la persona o interfe- rir su habilidad para trabajar y para avenirse con los demas. El alcohdélico bebe usualmente en grandes cantidades y con frecuencia llega al estado de embriaguez. Sin embargo, la can- tidad y la frecuencia no son mas que sintomas. Si bien es cierto que algunos alcohdlicos beben en menores proporciones que algunos bebedores sociales, este hecho no modifica su condi- cién basica ni la hace menos grave. El factor clave esta en la pérdida del control y la ansiedad por la droga, en este caso el alcohol. Los defectos fisicos y las dificultades para ajustarse a la vida pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad o ser un resultado de ella. La bebida solitaria o el beber temprano por la mafiana pueden ser signos de alcoholismo, pero no siempre se presentan. En forma similar, el vivir en sitios de baja condicién, la irres- ponsabilidad y otros tipos de conducta comtinmente asociados con el alcoholismo, ni se limitan a este desorden ni forman nece- sariamente parte de él. En realidad, la clase de alcohdlicos com- puesta por miembros de alto nivel profesional y econdmico cons- tituye probablemente la mas numerosa y, con toda seguridad, una de las clases de alcoholismo mas ignoradas en este pais. Del folleto "La Enfermedad Llamada Alcoholismo", publicado por la Asociacién Médica Norte- americana (Comité sobre Alcoholismo y Dependencia en Drogas, Consejo de Salud Mental, Departamento de Educacién de la Salud). Impreso con permiso 6 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS CONCEPTOSBASICOS | SOBRE ALCOHOLICOS ANONIMOS Por Bill W. (Presentada ante la Sociedad de Neurologia y Psiquiatria de la Sociedad Médica de Nueva York, en su Reunion Anual de mayo de 1944). Alcohdlicos Anénimos o A.A., como generalmente se le Ila- ma, no tiene mas que un propésito, solamente un objetivo: "Ayu- dar a otros alcohdlicos a recobrarse de su enfermedad”. Nada se le pide al alcohdlico que viene a nosotros, salvo el deseo de recuperarse. No tiene que llenar solicitud de ingreso ni pagar cuotas u honorarios, ni se le exige ninguna creencia en particular sobre puntos de vista médicos, religiosos 0 politicos. Como Grupos, no intervenimos ni en pro ni en contra de puntos de vista que son discutibles. Declaramos enfaticamente que no somos evangelistas ni reformistas. Siendo alcohdlicos que nos hemos recuperado, procuramos ayudar a aquellos que deseen recibir nuestra ayuda. Hacemos esto porque hemos descubier- to que trabajar con otros alcohdlicos desempefia una parte vital en el mantenimiento de nuestra propia sobriedad. Indudablemente querran ustedes saber exactamente la raz6n del éxito de Alcohdlicos Anénimos. No podemos contestar a esa pregunta en forma completa. Se han adoptado en A.A. diferen- tes métodos después de largos afios de experiencia con acier- tos y errores que nos han conducido a interesantes resultados. Pero como individuos no profesionales, dudamos de nuestra propia capacidad para explicar estos resultados. Podemos so- lamente contarles lo que hacemos y lo que, segtin nuestro pun- to de vista, nos sucede. Para empezar, deseamos dejar bien aclarado que A.A. es un concepto sintético; decimos que es sintético porque ha sido for- mado tomando conceptos de los recursos de la medicina, la psiquiatria, la religion y nuestras propias experiencias de bebe- dores, asi como también de nuestra recuperacion. Es inutil que TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 7 busquen en el Programa de A.A. un solo principio fundamental que sea nuevo. Solamente hemos analizado principios proba- dos de la psiquiatria y la religion en tal forma que el alcohdlico pueda aceptarlos. Y luego, hemos creado una asociacion de al- cohdlicos donde entusiastamente podemos poner en practica estos principios, en nuestro propio beneficio y en el de otras personas que sufren de alcoholismo. Asi, también hemos tratado, por sobre todo, de capitalizar nuestra gran ventaja natural. Esta ventaja es, por supuesto, nuestra experiencia personal como bebedores que nos hemos recuperado. Cuantas veces los médicos y los clérigos se des- esperan cuando después de tratamientos y exhortaciones pro- fundas, el alcohdlico todavia insiste: "Pero usted no me com- prende; nunca fue usted un gran bebedor y por lo tanto no puede comprenderme. Ni tampoco puede mostrarme ningun numero crecido de personas que se hayan recuperado". Ahora bien, cuando un alcohdlico que se ha recuperado le habla a otro que no lo ha conseguido, estas objeciones rara vez se presentan, porque el enfermo se da cuenta en seguida que esta hablando con un espiritu gemelo, con alguien que lo com- prende. Ni tampoco puede el miembro de A.A. ya recuperado dejarse engafar tan facilmente por el enfermo, pues conoce to- das las tretas, todos los argumentos usados por el bebedor al- cohdlico. De modo que todas las barreras se vienen abajo re- pentinamente. La confianza mutua, indispensable en toda tera- pia, se establece en forma tan segura como que el dia sigue ala noche. Y si esta identificacién tan indispensable no se produce de inmediato, con toda seguridad se producira cuando el nuevo miembro conozca a otros a.a. Alguien llegara, como decimos nosotros, a “identificarse" con él. Tan pronto como esto suceda tendremos una excelente opor- tunidad de inculcarle al candidato esos mismos principios esen- ciales que ustedes, los médicos, han venido recomendando des- de hace tanto tiempo y el bebedor problema encontrara en nues- tra sociedad el ambiente adecuado para estudiar estos princi- pios por si mismo y con la ayuda de sus compafieros alcoholi- cos. Quiza por primera vez en afios, el enfermo se siente com- 8 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS prendido y se siente util y de una utilidad Unica, por cierto, pues- to que a su vez le llega el turno de promover la recuperacién de otros. No importa lo que la gente pueda pensar atin de él, pues ahora sabe que puede llegar a recuperarse completamente, ya que se encuentra rodeado de infinidad de casos peores que el suyo y que sin embargo han alcanzado la sobriedad. Siempre hay casos precisamente como el suyo; una aportacién general de testimo- nios que muchas veces sirve para darle una seguridad excesiva y hacerle creer, en ocasiones, que no tiene necesidad de Alco- hdlicos Anénimos. Estos Uultimos, los que creen poder arreglar- se solos, (si no sucumben en seguida) con seguridad caeran cuando el deseo de beber empiece a encender los fuegos que creyeron apagados para siempre, bloqueando este deseo, to- dos los planes cuidadosamente estudiados para resolver su pro- blema sin tener que pertenecer a Alcohdlicos Anénimos. El autor recuerda setenta y cinco fracasos durante los prime- ros tres afios de A.A.; gente a la que se consideraba completa- mente sin esperanza. En los ultimos siete afios, sesenta y dos de estos casos han vuelto a nosotros y la mayoria se encuen- tran sobrios. Ellos mismos nos han confesado que volvieron porque comprendieron que si no lo hacian, moririan o perderian la raz6n. Habiendo intentado todo lo demas dentro de sus me- dios, habiendo agotado todos sus argumentos y excusas favori- tas, volvieron y aceptaron su "Medicina". Por esto, es que nun- ca necesitamos evangelizar a los alcoholicos. Si aun conservan algo de razon, siempre vuelven cuando han estado alguna vez bien expuestos a la influencia de A.A. Ahora, para resumir: Alcohdlicos Anénimos ha hecho dos gran- des contribuciones importantes a la psiquiatria y ala religion. Es- tas son, nos parece a nosotros, los eslabones de unién de la cadena de la recuperacion, tanto tiempo buscados. 1. Nuestra facilidad como ex-bebedores de ganarnos la con- fianza del candidato, para poder llegar a crear una linea de comunicaci6n a lo intimo del enfermo. 2. Que formamos una comprensiva sociedad de ex-bebedores, en la cual el nuevo miembro puede poner en practica con TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 9 éxito los principios de la medicina y la religion, en si mismo y en otros. Por lo que a nosotros en A.A. se refiere, estos principios que ahora usamos todos los dias, muestran una similitud sorpren- dente. Permitasenos comparar brevemente lo que en un modo general la medicina y la religin dicen del alcohdlico. Dice la Medicina: . El alcohdlico necesita un cambio de personalidad. 1s Afirma la Religion: EI alcohdlico necesita un cambio profundo, un des- pertar espiritual. El paciente debe ser anali- 2. El alcohdlico debe hacer zado y debe llevar a cabo examen de conciencia y una completa y honesta ca- confesarse o un inventario tarsis mental. moral y una franca discu- sién. Graves defectos de la per- 3. Los defectos de caracter o sonalidad deben ser elimi- pecados pueden ser elimi- nados a través de un exac- nados adquiriendo mas ho- to conocimiento de si mis- nestidad, humildad, toleran- mo y un reajuste sincero a cia, generosidad y amor, eli- la realidad. minando el egoismo, etcé- tera. El alcohdlico neurético se 4. El problema basico del al- retira de la vida, es el retra- cohdlico es la preocupacion to de la angustia y la anor- por si mismo. Lleno de te- mal autopreocupacién: Se tror y egocentrismo, ha ol- aleja del "rebafio humano". vidado el concepto de la hermandad entre los hom- bres. El alcohdlico debe encon- 5. El alcohdlico debe aprender trar un nuevo interés domi- nante en su vida. Debe vol- ver al "rebafio humano". "el poder curativo de un nue- vo afecto", el de servir alos hombres y a Dios. Debe Debe encontrar una ocupa- cién interesante, pertene- cer a clubes, partidos poli- ticos, tener actividades so- ciales 0 encontrar un pasa- tiempo que Ilene en su vida TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS "perder su vida para encon- trarla"; debe unirse a su iglesia y buscar el olvido del "yo" al servicio de los de- mas. Porque "la fe sin obras es letra muerta". el lugar del alcohol. Hasta aqui la religion y la medicina estan de acuerdo en casi todo, pero en un aspecto difieren. Cuando el médico le ha mos- trado al alcohdlico sus fallas, cuando le ha prescrito un trata- miento para su rehabilitacion, le dice: "Ahora que usted com- prende lo que tiene que hacer para recuperarse, ya no depende mas de mi. Debe bastarse a si mismo. Vaya y haga lo que ya sabe que debe hacer". Evidentemente el objetivo del médico es hacer que el alcohé- lico pueda bastarse a si mismo, si no completamente, por lo menos en parte. La religi6n en cambio nos dice algo distinto. Afirma que la fe por si misma no es suficiente, atin para el que no es alcohdlico. El clérigo dice que debemos encontrar y depender de un Poder Superior: Dios. Aconseja la oracién y recomienda una actitud de completo apoyo en Aquél, que todo lo preside. Por este medio, nos dice, descubrimos una fuerza muy superior a nuestras pro- pias fuerzas. De modo que la diferencia principal puede resumirse de la siguiente manera: Dice la Medicina Afirma la Religion "Condcete a ti mismo, pide fuer- zas a Dios y seras verdadera- mente libre". "Conécete a ti mismo, sé fuer- te y podras hacer frente a la vida". En Alcohdlicos Anénimos nuestros miembros pueden probar cualquiera de los dos métodos. Muchas veces eliminan la parte espiritual de los "Doce Pasos Sugeridos" para la recuperacion, TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 1 y se apoyan enteramente en la honestidad, tolerancia y el traba- jar con otros alcohdlicos. Pero es interesante destacar que lo hacen con el espiritu libre de prejuicios y, mientras tanto, con- servan su sobriedad. Sin embargo, si el contenido espiritual de nuestros Doce Pasos se desprecia totalmente, pocas veces El enfermo logra conservar su sobriedad por mucho tiempo. Esa es nuestra experiencia en A.A. en todas partes. Si insistimos sobre lo espiritual, es simplemente porque miles de nosotros hemos descubierto que no podemos pasarnos sin esta parte del Programa. Resumiendo, estos Pasos significan simplemente: 1) Admision de alcoholismo. 2) Analisis de la personalidad y catarsis. 3) Reajuste de relaciones personales. 4) Dependencia de un Poder Superior. 5) Trabajar con otros alcohdlicos. Queremos hacer resaltar en forma bien clara que no es con- dicién indispensable aceptar estos principios para ser miembro de Alcohdlicos Anonimos. Cualquier alcohdlico que admita que tiene un problema con la bebida puede considerarse un a.a., sin tener en cuenta lo mucho que pueda estar en desacuerdo con el Programa. Basados en nuestra experiencia, todo nuestro pro- grama sdlo es sugerido. Al alcohdlico que al principio rechaza el factor espiritual se le recomienda que mantenga su mente libre de prejuicios y que, mientras tanto, considere a su propio Grupo de A.A. como el "Poder Superior". Bajo estas condiciones el nuevo miembro comienza a experi- mentar un cambio de personalidad de tal magnitud y con tal rapi- dez que honestamente no puede aceptarlo como una autorealizacion, resultado de su propia disciplina. No sdlo des- aparece su obsesién alcohdlica, sino que se encuentra progresi- vamente libre del miedo, del resentimiento y de sus complejos de 12 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS inferioridad. Estos cambios parecen haberse producido en for- ma automatica. Por lo tanto, llega a la conclusién de que un "Poder mas grande que él" debe haber estado trabajando en su beneficio. Aceptado esto, comienza a formarse su propio con- cepto de Dios. Luego desarrolla confianza en este concepto que crece al comprobar en su vida diaria que esta nueva fe realmen- te produce resultados. Esto es lo que la mayoria de los a.a. tratan de decir cuando hablan de experiencias espirituales. Se refieren a algo distinto en el cambio de personalidad que en su opinién no podria haber ocurrido sin Ja ayuda y presencia del Espiritu Creador del Uni- verso. Con el a.a., promedio, varios meses pueden transcurrir an- tes de que sienta la fe en el sentido espiritual. Sin embargo, casi ninguno de los que tienen un afio o mas de antigledad siguen creyendo que su transformacién se debe exclusivamen- te a un fendmeno fisiolégico, basado Unicamente en sus pro- pios recursos humanos. Muchos de nuestros miembros dicen que, si bien no estan de acuerdo con el concepto de Dios sus- tentado por los clérigos, han llegado a formarse su propio con- cepto del cual pueden depender positivamente: "Algo que tra- baja para su bien". A nosotros los a.a., nos es indiferente lo que la gente pue- da pensar de esta experiencia espiritual nuestra. Pero a mu- chos nos ha resultado algo asi como una conversion; preci- samente lo que la mayoria de los alcohdlicos habian jurado que nunca podrian experimentar. No queremos afirmar que sea asi, aunque uno de nuestros mejores amigos, el Doctor Harry Tiebout', psiquiatra, dijo ante su propia sociedad profe- sional, la Asociacién Americana de Psiquiatria, que lo que no- sotros los a.a. experimentamos es una especie de conversion. Y si el espiritu del gran psicdlogo William James pudiera ser consultado, indudablemente nos indicaria que consultaramos a su famoso libro Variedades de Experiencias Religiosas, donde el cambio o conversién de la personalidad a través de la varie- ‘El Dr. Tiebout murié en 1966. TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 13 dad educativa de experiencias espirituales ha sido magistral- mente desarrollado. Cualquiera que sea este misterioso proce- so, ciertamente ha dado buenos resultados y, para nosotros que estabamos en el camino que conduce al manicomio 0 al ce- menterio, cualquier cosa que de buenos resultados nos parece digna de ser tomada en cuenta. Y me alegro mucho de poder decir que numerosos y distin- guidos miembros de vuestra profesién han declarado que nues- tros Doce Pasos son una excelente medicina. Los clérigos de todas las denominaciones opinan favorablemente también y a nosotros los a.a. nos agradan porque nos dan resultados positi- vos. Deseamos sinceramente que todos los médicos aqui pre- sentes hoy estén de acuerdo con estas opiniones. En los prime- ros tiempos de A.A. nos parecia, a nosotros los alcohdlicos, que nos encontrabamos vagando por una especie de "tierra de na- die", que aparentemente dividia la ciencia de la religién. Pero todo ha cambiado desde que Alcohdlicos Anénimos se ha con- vertido en el lazo comtin de los dos conceptos. Indudablemente, Alcohdlicos Andénimos es un movimiento de cooperaci6n. Todos los casos que necesitan tratamientos fisi- cos son orientados por nosotros hacia ustedes, los médicos. Frecuentemente trabajamos con psiquiatras y a menudo des- cubrimos que ellos pueden decir y hacer por el paciente cosas que nosotros no podemos. Los psiquiatras aprovechan muchas veces el hecho de que nosotros como ex-bebedores podemos aventurarnos en terrenos que ellos vacilan en explorar. En mu- chos lugares del mundo estamos en contacto diario con sana- torios y hospitales puiblicos y privados. El apoyo entusiasta que nos han dado muchas de vuestras Instituciones es algo que agra- decemos profundamente. La oportunidad de trabajar con alcohd- licos significa todo para nosotros y para la mayoria significa la vida misma. Sin la oportunidad de olvidar nuestros propios pro- blemas ayudando a otros a solucionar los suyos, muchos de no- sotros con seguridad pereceriamos. Esto es el corazén de Alco- hdlicos Anonimos. Es la sangre que nos da vida. Hemos arrancado ademas otras hojas del Libro de la Medici- na y les hemos dado uso practico. Es de ustedes sefiores mé- 14, TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS dicos, que hemos aprendido que el alcoholismo es una enferme- dad compleja; que el beber en forma anormal es un sintoma de un mal ajuste personal en la vida; que, como clase, noso- tros los alcohdlicos tenemos una tendencia a ser sensibles, emocionalmente inmaduros, exagerados en nuestras exigen- cias para con los demas y para con nosotros mismos; que frecuentemente hemos fracasado en algtin ideal de perfec- cion y que, al no cumplirse nuestros suefios, como personas sensibles hemos escapado de la fria realidad refugiandonos en la botella; que este habito de escape se ha convertido fi- nalmente en una obsesién 0, como dicen ustedes los médi- cos, en una,.compulsién por beber tan sutilmente poderosa que ni siquiera los mas grandes desastres, ni aun el temor a la muerte o a la locura, parecen tener el poder para destruir- la. Somos, en fin, las victimas del antiquisimo dilema del al- coholismo; nuestra obsesion garantiza que seguiremos be- biendo, mientras que nuestra siempre creciente sensibilidad fisica, garantiza que enloqueceremos o moriremos si no de- jamos de beber. Cuando estos hechos indudables, aprendidos de ustedes los hombres de ciencia, son presentados por un miembro de Alco- hdlicos Anénimos a otro alcohdlico, causan una impresion pro- funda. El efecto es demoledor. El "ego" inflado, las excusas cui- dadosamente elaboradas en un sentimiento de inferioridad con que el alcohdlico trata de bastarse a si mismo, se disipan. Algu- nas veces el alcohdlico se desinfla como un globo al que se le hubiera aplicado un hierro candente. Pero esto es precisamente lo que nosotros en Alcohdlicos Anénimos buscamos. Es nues- tra experiencia universal de que, mientras no podamos 'desin- flar' al enfefmo y hacerle ver las cosas como son, no tendremos ningtin éxito. Cuando mas completamente logremos destruir la ilusion del alcohdlico de que podra recuperarse por sus propios medios o que algun dia podra beber como un caballero, mas éxito tendremos. De hecho, tratamos de provocar una "crisis" y de hacer que el enfermo "toque fondo", como decimos en A.A. Por cierto, deben ustedes entender que todo esto se hace indirectamente. Nunca pronunciamos sentencias ni le decimos a ningun alcohdlico lo TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 15 que debe hacer. Ni siquiera le decimos que es un alcohdlico. Re- latamos nuestras propias historias y dejamos que él saque sus conclusiones. Pero una vez que el enfermo ha aceptado el hecho de que es un alcohdlico, y que no puede recuperarse sin apoyo, la mitad de la batalla esta ganada. El enfermo se encuentra atrapado en un cerco psicolégico, que si no lo retiene con suficiente fuer- za al principio, mas bebera, hasta que se vaya estrechando este cerco a tal punto que el enfermo diga jbasta! Entonces es cuando decimos que esta "ablandado". Esto reduce al enfer- mo aun estado de completa dependencia hacia lo que pueda ayudarle a dejar de beber. Esta exactamente en el mismo es- tado mental que el enfermo de cancer que llega a depender completamente, humildemente, de lo que ustedes los hombres de ciencia puedan hacer contra el cancer. Mas aun, se pone "dulcemente razonable", con el espiritu verdaderamente recep- tivo, como solo los moribundos suelen ponerse. En estas condiciones, el aceptar los aspectos espirituales del Programa de Alcohdlicos Anénimos no presenta dificulta- des, ni aun para los mas renuentes. Aproximadamente la mi- tad de los miembros de A.A. fueron al principio agndsticos o ateos. Esto sirve para desmentir la creencia de que solamente podemos tener éxito con los religiosamente inclinados. Permi- taseme recordar la famosa frase: "No hay ateos en las trinche- ras". Lo mismo sucede con casi todos los alcohdlicos. Una vez bajo la influencia de A.A., un verdadero bombardeo de evi- dencias iniciara un cambio radical en sus puntos de vista, ac- titudes y personalidades. Estos son algunos de los factores basicos que quiza pue- dan explicar el éxito que hemos tenido. Quisiera disponer de tiempo para darles una idea intima de nuestra vida juntos, nues- tras reuniones, esas firmes y sinceras amistades que nunca conocimos antes, la participacion de miles de nuestros miem- bros en la ultima guerra, cuando muchos a.a. descubrieron en los campos de batalla que estaban en condiciones de hacer frente a la realidad, atin lejos de la influencia de sus Grupos. Hemos descubierto que se puede tener confianza en Dios en 16 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS cualquier parte del mundo, que la fuerza puede surgir de la debilidad y que, tal vez solamente aquellos que han probado los frutos de la dependencia en un Poder Superior, pueden com- prender el verdadero significado de la libertad personal, la liber- tad del espiritu humano. Seguramente ustedes, sefiores médicos reunidos hoy aqui, comprenderan lo mucho que los alcohdlicos anénimos les de- bemos, lo mucho que les hemos tomado prestado y lo mucho que atin dependemos también de ustedes. Pues han sido ustedes los que nos han proporcionado las municiones que hemos utili- zado como vuestros asistentes no profesionales. Hemos sido la guia de vuestra artilleria. He puesto a vuestra disposicién mi versién de los factores que han resultado en los cambios de personalidad experimentados por nosotros, asi como también nuestro método de analisis, rehabilitacién y catarsis. He tratado de mostrarles un poco de nuestro nuevo y dominante interés en la vida. La semblanza de nuestra Asociacién, donde hombres y mujeres nos entendemos los unos a los otros, donde los clamores del egoismo quedan ahogados ante nuestro gran objetivo co- mun, donde podemos aprender a tener la suficiente paciencia, tolerancia, honestidad, humildad y deseo de ser utiles, para lle- gar a dominar a nuestros antiguos amos, tales como la insegu- ridad, el resentimiento, el egoismo, la envidia y los insatisfechos suefios de poder. TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 17 COMENTARIO DEL DOCTOR FOSTER KENNEDY Hemos oido una disertacién conmovedora y elocuente, con- movedora en su forma y por sus hechos. No tengo dudas de que el hombre que se cura a si mismo del anhelo por el alcohol tiene mucho mas poder para curar al alcohélico, que el médico que nunca se ha visto afectado por la maldici6n alcohdlica. No importa lo comprensivo y paciente que pueda ser el mé- dico en su aproximacion al enfermo. Este, casi con seguri- dad, sentira 0 se lo imaginara, que el médico lo trata en forma condescendiente o puede ocurrirsele la idea de que esta tra- tando de dominarlo uno de los "pequefos profetas". Esta Asociacién de Alcohdlicos Anénimos ha recurrido a dos de los mas grandes recursos de fuerzas conocidas por el hombre. La religi6n y el instinto de unirse con nues- tros semejantes que ha sido descrito por Trotter como el | "instinto de rebafio". La fe religiosa ha sido descrita por Matthew Arnold como una creencia firme en un Poder Superior a nosotros, que nos impulsa a las actitudes honestas, pudiendo adquirirse esta conversion espiritual, que puede muy bien llamarse una varie- dad de experiencias religiosas. La asociacion del enfermo con los que han estado enfer- mos 0 se estan mejorando, es una sugerencia terapéutica de curacién y le hacen olvidar el sentimiento de que es, social- mente, un paria. El aprovechamiento de estas profundas fuer- zas intimas queda demostrado por el crecimiento de este vi- goroso y benéfico movimiento que es Alcohdlicos Anénimos. | Ademas, este movimiento da un objetivo de gran poder emo- | cional, al confiar a cada alcohdlico recuperado la misién de | ser un misionero entre los enfermos. 18 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS Nosotros los médicos, segtin creo, siempre hemos tenido | dificultades para dar a nuestros pacientes convalecientes el | suficiente poder emocional que sirva para reemplazar los efec- tos fisicos del alcohol que se le ha quitado. Estos hombres se llenan de un celo sagrado y este mismo celo mantiene al hom- bre sobrio, mientras que el nuevo miembro se recupera. Creo que nuestra profesién debe tener bien en cuenta y | apreciar en su justo valor esta gran arma terapéutica. Si no lo hacemos, quedaremos convictos de esterilidad emocional y de haber perdido la fe que mueve las montafias y sin la cual la) medicina pipece puede hacer. | COMENTARIO DEL DOCTOR G. KIRBY COLLIER El comprender la futilidad de nuestros esfuerzos en el tra- tamiento del alcohdlico comun, a través de los principios psi- quiatricos generalmente aceptados, fue lo que me llev6 a in- vestigar a Alcohdlicos Anénimos. Con uno de sus miembros tuve el privilegio de asistir a una de sus reuniones en Nueva York y discutir su filosofia con Bill W. En primer lugar, me quedé impresionado por la honestidad y sinceridad de los miembros de A.A. que conoci y, segundo, con el amplio campo social-religioso y sus implicaciones psi- quiatricas, principalmente el reconocimiento humano del pro- pio ser, sus capacidades y sus defectos y ese Poder intangi- ble que toda la humanidad reconoce, lo admita o no. Al regresar a mi casa pedi a tres alcohdlicos crénicos, de 20 a 25 afios de edad, que se organizaran en Grupo, después _de explicarles la situacion como yo la entendi. Estos tres se | pusieron en contacto con otros y celebraron su primera re- | union en el departamento de uno de ellos. Al crecer, se pusieron en contacto conmigo para obtener un lugar donde reunirse. Eliminamos la Y.M.C.A., librerias pu- TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 19 | debe merecer nuestra consideracién. Como dijera Tiebout mos por decidirnos por una habitacion en uno de nuestros hoteles céntricos. Esto ha resultado muy bien y las reunio- nes se llevan a cabo los sabados y miércoles por la tarde. Del Grupo original de tres, se han establecido contactos con mas de 500 personas, de las cuales el 60% se han encami- nado hacia su recuperacion, estando libres del alcohol entre uno o dos afios. blicas y locales de iglesias, por razones obvias, y termina- | En nuestra ciudad tuvimos un Consejo sobre Alcoholismo durante los ultimos tres afios. El grupo se componia de psi- quiatras, trabajadores sociales y otros que se reunian una vez al mes para cambiar impresiones. En dos de estas re- uniones han hablado miembros de A.A. y, como resultado de esto, dos de sus miembros pertenecen ahora a este Conse- jo. A los miembros de A.A. se les pide muchas veces que hablen ante Grupos diversos y es interesante ver que hom- bres que nunca han hablado en publico estan siempre dis- puestos a ponerse de pie en cualquier momento y hablar ante cualquier Grupo. En Rochester estan especialmente intere- sados en ponerse en contacto con Grupos juveniles. Debo decir que he asistido a muy pocas reuniones del Grupo de Rochester y esto, siempre por invitacion del mismo. Creo que los a.a. son Grupos Uinicos que pueden producir sus mejores resultados bajo su propia guia y de acuerdo con su filosofia. Cualquier terapéutica o filosofia que pueda de- mostrar un término medio de recuperacién del 50% al 60% en un trabajo leido en Detroit, Michigan, ante la Asociaci6n Americana de Psiquiatras en mayo de 1943, "es altamente imperativo para nosotros, presumiblemente hombres de | ciencia sin prejuicios, que consideremos detalladamente y con seriedad los esfuerzos de otros en nuestro campo de accién. Puede ser que estemos mas ciegos de lo que creemos". 20 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS COMENTARIO DEL DOCTOR HARRY TIEBOUT Mi primer contacto con Alcohdlicos Anénimos tuvo lugar | | hace cinco afios, cuando una paciente con la cual yo habia estado trabajando por mas de un afio, se sometié a la in- fluencia de este Grupo. En un tiempo relativamente breve | dejé de beber y, por lo menos por cuatro afios, se ha mante- nido relativamente sobria. Al principio, intrigado y un poco in- dignado porque mis mejores esfuerzos habian fracasado mien- tras A.A. tenia éxito, me mantuve atento y segui enviando a | mis pacientes a este Grupo. Ahora la situacion ha cambiado, | ya que me siento intrigado y un poco indignado cuando A.A. no da resultados. Como psiquiatra he pensado mucho en la relacién de mi especialidad hacia los alcohdlicos anénimos y he llegado a la | conclusion de que nuestra funcién principal puede frecuente- | mente consistir en preparar el terreno para que el paciente acepte cualquier tratamiento 0 ayuda exterior. Ahora conside- | ro que el trabajo del psiquiatra consiste en romper la resistencia | interna del paciente, de modo que pueda florecer lo que lleva | _ adentro, como sucede bajo la influencia del Programa de A.A. | A este respecto quiero destacar que el mismo florecimien- | to puede tener lugar con pacientes no alcohdlicos y deseo dejar sentada mi gratitud a Bill W. y a Alcohdlicos Anénimos, por la comprensién a la que me han ayudado a llegar, que ha hecho que mi propia terapéutica sea mas inteligente y efectiva. Ten- go ahora mas fe en los recursos propios interiorizados en el enfermo. E QUE PIENSAN LAS AUTORIDADES MEDICAS DE ALCOHOLICOS ANONIMOS? En 1967, la Asociacién Médica Norteamericana declaré que el hacerse miembro de A.A. era todavia la manera mas efec- | tiva para tratar el alcoholismo y citaba a la doctora Ruth Fox, TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 21 eminente autoridad en alcoholismo y luego directora médica del Consejo Nacional sobre Alcoholismo: "Con sus miles de Grupos y sus 300,000 alcohdlicos recuperados (en la actua- lidad mas de 2'000,000), A.A. indudablemente ha Ilegado a mayor numero de casos que todos nosotros unidos. Para los pacientes que pueden y tienen la voluntad de aceptarlo, | A.A. puede resultar la Unica forma de terapia requerida’. | | "Tengo el mas profundo respeto por el trabajo que A.A. esta | desempefiando, por su espiritu, por su filosofia esencial de | ayuda mutua. No pierdo oportunidad de apoyarla publica y pri- vadamente cuando veo que merece la pena hacerlo". Karl Menninger, M.D. Fundacién Menninger “Tal vez el tratamiento mas efectivo en la rehabilitacion del alcohélico es una filosofia de la vida que sea compati- ble con el individuo y con su familia, una fe absorbente en si mismo la cual viene una vez que él ha aprendido a enten- | derse a si mismo y una intima asociaci6n con otros, cuyas vidas y experiencias son paralelas a la suya. | En la colaboracion del médico con Alcohélicos Anonimos se | halla el camino para obtener estos logros para su paciente". Marvin A. Block, M.D., miembro del Comité de Alcoholismo y Drogas de la Asociacion Médica Norteamericana | 22 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS LA SOCIEDAD DE ALCOHOLICOS ANONIMOS Por Bill W. (Presentado ante la 105a. Reunion Anual de la Asociacién Nor- teamericana de Psiquiatria, Montreal, Quebec, Canada, mayo de 1949). Alcohélicos Anénimos agradece esta invitacién de aparecer ante la Asociacién Norteamericana de Psiquiatria. Es ésta una circunstancia muy feliz. Siendo individuos no profesionales, no tenemos més que una historia que contar y, debido a esto, el caracter de esta narracién es completamente personal y no cien- tifica. Cualesquiera que sean las influencias, las actitudes y he- chos que culminaron con la fundacién de Alcohdlicos Anénimos, son faciles de relatar: El orador describe aqui su experiencia personal para lo- grar su sobriedad, sus fracasos iniciales con otros alco- hélicos y su encuentro finalmente en Akron, Ohio, en mayo de 1935, con el Dr. Bob S., quien se convirtié en co-funda- dor de Alcohélicos Anénimos. Dos alcohdlicos conversan frente a una mesa de cocina. Uno esta bebiendo, el otro no. Son dos serios casos crénicos, con la amenaza de ser confinados en una Institucién para enfermos mentales pendiente sobre ellos. Esto sucede en noviembre de 1934. El bebedor activo se convirtié afios mas tarde en el autor de este trabajo. Mi sobrio visitante era un amigo y compafiero de colegio, que hacia mucho tiempo habia sido catalogado por los médicos y por su familia como un caso incurable. Yo estaba en la misma categoria y demasiado bien lo sabia. Mi amigo me habia visitado para contarme como se habia librado del alcohol. En verdad la "calidad" de su sobriedad pare- cia "diferente". Habia establecido contacto con el Grupo Oxford, un movimiento evangelista no relacionado con ninguna religion, donde fue profundamente impresionado por un alcohdlico que conocio alli, un ex-paciente del doctor C.G. Jung. El doctor Jung estuvo tratando sin éxito a este individuo por espacio de un afio TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 23 y finalmente le aconsejo procurase llegar a una conversion reli- giosa, como su Ultima oportunidad de salvacién. Aunque no estaba de acuerdo con muchos de los conceptos del Grupo Oxford, mi antiguo compafiero de colegio atribuia su nueva sobriedad a ciertas ideas que este alcohdlico recuperado y otras personas del Grupo Oxford le habian inculcado. Las prac- ticas principales que mi amigo habia elegido para si mismo eran muy simples: 1. Admitié su impotencia para solucionar su problema. 2. Procedié con honestidad consigo mismo, como nunca an- tes. Hizo examen de conciencia. 3. Hizo una rigurosa confesién de sus propios defectos. 4. Consideré sus relaciones anormales con otra gente y les vi- sito para efectuar reparaciones y restituciones. 5. Resolvié dedicarse a ayudar a otros necesitados sin el inte- rés usual de ganancia material o prestigio personal. 6. Por medio de la meditaci6n pidid ayuda de Dios para su vida y para practicar estos principios en todo momento. Todo esto me parecio bastante ingenuo. Sin embargo, mi ami- go se limit6 a relatarme lo que le habia ocurrido sin intentar evan- gelizar. Me contd como al practicar estos principios habia logra- do dejar de beber en forma inexplicable. El miedo y la soledad desaparecieron y recibid una considerable tranquilidad de espi- ritu. Sin disciplinas rigidas ni grandes resoluciones, estos atri- butos comenzaron a aparecer desde el momento en que se re- conocié impotente para solucionar su problema por si mismo. Su liberaci6n habia sido la consecuencia de esto. Aunque esta- ba sobrio por solo unos meses, sabia que tenia en sus manos la respuesta basica. Evito con gran sabiduria entrar en argumen- tos conmigo y de pronto se marcho. La chispa que Ilegé a con- vertirse en Alcohdlicos Anénimos habia sido encendida. 24 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS £Qué habia ocurrido sobre esa mesa de cocina? Tal vez sea mejor que esto lo decida la medicina 0 la religion. Confieso que no lo sé. Posiblemente la conversién no se entendera completa- mente bien nunca. Mirando ahora hacia afuera, desde el interior de semejante experiencia, sdlo puedo decir lo que ocurrid. Sin embargo, algo sucedié que cambié instantaneamente la corriente de mi vida, en tal forma que no he tocado una gota de alcohol por mas de 14 afios. Todo lo demas son meras opiniones personales 0 sim- ples fantasias. La historia de mi amigo habia despertado en mi emociones mezcladas. Me sentia atraido y repelido al mismo tiempo. Continué bebiendo en forma solitaria, pero no podia ol- vidar la visita de mi amigo. Diversos pensamientos cruzaban mi mente. Primero: Que su evidente estado de liberaci6n era extrafia e inmensamente convincente. Segundo: Que habia sido desahuciado por médicos compe- tentes. Tercero: Que esos antiguos preceptos, cuando me los tras- mitio él, me habian impresionado profundamente. Cuarto: Que yo no podia ni queria aceptar ningun concepto sobre Dios. Nada de tonterfas acerca de conversién para mi. Asi reflexionaba. Trataba de apartar mis pensamientos de esto sin éxito. Por lazos de comprensién, de sufrimiento y de verdad simple, otro‘alcoholico me habia atado a si mismo y yo no podia liberarme. Una mafiana después de mi racién de ginebra, un pensamiento me asalto. "Quién eres tu, pensé, para elegir la forma en que has de curarte". "Los mendigos no pueden elegir". "Suponiendo que la medicina dijera que tu problema es cancer no elegirias extracto de Pond's para curarte. Con una premura abyecta le rogarias al médico que matara esas demoniacas células can- cerosas. Si el médico nada pudiera hacer y pensaras que con la TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 25 conversién podrias curarte, tu orgullo no te detendria. Pronto es- tarias en la plaza publica clamando "Amén" juntamente con las otras victimas”. "{Qué diferencia hay, pues, continué reflexio- nando, entre tu caso y las victimas de cancer? El cuerpo enfer- mo del canceroso se viene abajo. En la misma forma se de- trumba la personalidad del alcoholico. Tu obsesién te garanti- za la locura o el cementerio. ¢Vas a probar el método de tu amigo, 0 no?". Por cierto, lo probé. En diciembre de 1934 me apareci por el hospital Towns de Nueva York. Mi viejo amigo el Doctor W.D. Silkworth sacudio la cabeza. Pronto me vi libre del alcohol y los sedantes y me senti terriblemente deprimido. Mi amigo al- cohdlico vino a visitarme. A pesar de que me alegré de verlo, me cohibi un poco. Temia que intentara evangelizarme. Des- pués de tocar temas sin importancia, le pregunté de nuevo por los Grupos Oxford. Tranquilamente, con mucha lucidez me dio las explicaciones que le pedia y me dejo. Acostado alli en terrible conflicto cai en una negra depresi6n, momentaneamente mi orgullosa obstinacién estaba rota. Dije en voz alta: "Ahora estoy preparado para cualquier cosa, cual- quier cosa con tal de recibir lo que mi amigo ha obtenido". Sin esperar nada hice este desesperado pedido. "Si hay un Dios, g4por qué no se muestra?" El resultado fue instantaneo, eléctri- co, indescriptible. La habitacion se ilumind con una enceguece- dora luz blanca. Cai en un éxtasis y me parecié estar en una montafia. Un gran viento soplaba envolviéndome y atravesando- me. No era de aire, pero si de espiritu. Como un rayo, me lleg6 el tremendo pensamiento: "Eres un hombre libre". Luego la sen- sacion de éxtasis se disipo. Aun en la cama me encontraba aho- ra en otro mundo consciente, iluminado por una Presencia. Sin- tiéndome unido al Universo, una gran paz me invadio y pensé: "De modo que éste es el Dios de los predicadores. Esta es la Gran Realidad". Pero empecé a razonar. Mi educacién moderna se impuso. Evidentemente habia enloquecido. Un gran terror se apoder6 de mi. El Dr. Silkworth vino a escuchar el tembloroso relato del fe- nomeno. Me aseguro que no estaba loco y que posiblemente 26 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS habia sido una experiencia que podria ayudar a salvarme. Hom- bre de ciencia, escéptico como era entonces, se mostr6é muy carifioso y astuto. Si hubiera dicho "alucinaci6n", yo podria muy bien estar muerto ahora. Al Dr. Silkworth le estaré eternamente agradecido. La buena suerte me acompafio. Alguien me trajo un libro titula- do "Variedades de Experiencias Religiosas". Escrito por James, el psicdlogo, sugeria que la conversion podia tener realidad obje- tiva. La conversién altera los motivos y semi-automaticamente hace que una persona sea y haga lo que antes le resultaba impo- sible. Era significativo que las experiencias marcadas de conver- sién les viniefan generalmente a los individuos que sufrian una completa derrota en lo referente al control. El libro ciertamente es variado. Pero brillantes u opacas, repentinas o graduales, teoldgicas o intelectuales, dichas conversiones tuvieron un co- mun denominador. Cambiaron por completo a individuos totalmen- te derrotados. Asi lo declaraba William James. El zapato me que- daba a la medida y he tratado de usarlo siempre desde entonces. Para los ebrios, la respuesta es obvia, era el desinfle en "lo profundo" y atin mas. Eso parecia claro como el agua. He sido preparado como ingeniero, de modo que los puntos de vista de este autorizado psicdlogo significaban todo para mi. Armado aho- ra con mi completa convicci6én y fortificado con un gran poder de accion, decidi ayudar alcoholicos al por mayor. Actuaba como si estuviera dotado de propulsion a chorro y las dificultades no significaban nada para mi. La enorme vanidad de mi proyecto ni siquiera se me ocurrid. Continué los ataques por seis meses. Mi hogar estaba siempre lleno de alcohdlicos. Reuniones prolongadas con muchos de ellos no producian el mas insignificante resultado. Ninguno de ellos dejo de beber. Para mayor desilusién mia, mi amigo de la mesa de la cocina, que estaba mas enfermo de lo que yo creia, tomé muy poco interés en otros alcohélicos. Esto puede haber sido la cau- sa de sus interminables recaidas mas tarde. Porque descubri que el trabajo con otros alcohdlicos tenia una enorme importan- cia en la conservacién de mi propia sobriedad. Pero, {por qué ninguno de mis nuevos candidatos podia alcanzar la sobriedad? TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 27 Poco a poco se hizo la luz. Como un fanatico religioso esta- ba obsesionado con la idea de que todos debian tener una expe- riencia espiritual exactamente como la mia. Habia olvidado que existian variedades. Por eso, mis compafieros alcohdélicos me miraban incrédulamente cuando les contaba mi historia o me tomaban el pelo por mi "visién". Esto habia arruinado mis posibi- lidades de llegar a la comprensi6n absoluta, tan facil entre alco- hdlicos. Yo me habia vuelto evangelista y era evidente que tenia que cambiar de sistema. Lo que me ocurrid a mi en seis minutos podria llevarle seis meses a otros. Tuve que aprender la impor- tancia de las palabras y también que uno debe ser prudente. Era ademas evidente que algo no funcionaba bien con mi técnica para "desinflar" al alcohdlico. Decididamente no daba resultados. Razonando que la compulsién del alcohdlico debe provenir de un nivel muy profundo, era ldgico que el desinfle debia también ser profundo o, de lo contrario, no podria producirse ninguna libera- cién fundamental. Aparentemente, las practicas religiosas no lle- gaban al alcohdlico hasta que su situacion lo preparaba para ello. Afortunadamente todas las armas estaban a la mano, facili- tadas por ustedes, los médicos. El énfasis fue cambiado de "pe- cado" a enfermedad; la enfermedad fatal: Alcoholismo. Comen- zamos a repetir lo dicho por médicos, de que el alcoholismo es mas fatal que el cancer, que es una obsesién de la mente apa- rejada a una siempre creciente sensibilidad fisica. Alli teniamos a nuestros dos ogros gemelos: la Locura y la Muerte. Nos apo- yamos firmemente en la afirmacion del doctor Jung de cuan gra- ve podia ser esta enfermedad y luego descargamos nuestra desvastadora dosis de conocimientos entre los alcohdélicos que se ponian a nuestro alcance. Para el hombre moderno, la cien- cia es omnipotente. La ciencia es Dios. Por lo tanto, si la cien- cia decretaba la muerte del alcohdlico y nosotros incluiamos ese veredicto en nuestra cadena de transmisi6n de conocimientos sobre el alcoholismo, podiamos hacer ajfiicos la resistencia del alcohdlico. Pudiera ser que entonces se volvieran hacia el Dios de los tedlogos al no encontrar otro lugar adonde ir. Cualquiera que fuera la verdad que contenia este método, tenia ciertamen- te méritos practicos. Inmediatamente toda nuestra atmosfera cambié. Las cosas comenzaron a funcionar. 28 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS Me encontraba arruinado financieramente en esa época, cuan- do se me presento un negocio que me llevo a Akron, Ohio, don- de dicho negocio fracas6 rapidamente dejandome completamen- te desanimado. Me hallaba solo y me entro un terrible panico de emborracharme. Esto era algo nuevo y comprendi que no habia pensado si- quiera en la bebida desde mi experiencia en diciembre de 1934. Por cierto que ahora me encontraba en condiciones de ver cla- ramente mi peligro y de rechazar los razonamientos alcohdli- cos. Con alivio percibi que mi nueva condicién espiritual real- mente significaba algo ahora que se me habia despertado el deseo de beber. Pero eso no detenia el compulsivo deseo que me avasallaba. Necesitaba hablar con otro alcohdlico y urgente- mente. Pronto me presentaron al Doctor Robert S., un cirujano. Era un alcoholico en estado muy avanzado. Esta vez no hubo prédi- cas de parte mia. Le conté mi experiencia y lo que yo creia sa- ber sobre alcoholismo. Necesitandole a él, tanto como me ne- cesitaba él a mi, se cred por vez primera una genuina compren- sién y, como decimos ahora en A.A., el Doctor S. se "sincroni- z6" conmigo para nunca mas beber. Esto ocurrié en junio de 1935. Comenzamos a pasar largas horas con ebrios en el hos- pital local. Uno de ellos atin esta sobrio sin haber tenido ni una sola recaida. Aunque sin nombre, el primer Grupo de A.A. se habia iniciado. El Doctor "Bob" ha hospitalizado desde entonces a unos 4,000 casos en Akron, la mayoria de los cuales se han recuperado. Todo esto sin un solo centavo de ganancia moneta- ria para él. En esta forma se convirtié en cofundador de Alcoho- licos Anénimos. Cuando dejé Akron en septiembre de 1935, tres alcohdlicos se estaban manteniendo sobrios. Llegué a Nueva York, me puse a trabajar y otro Grupo de A.A. comenzo a tomar forma. Pero nada era seguro. Auin volabamos a ciegas. Pronto tuvimos que retirarnos del Grupo Oxford. La buena gente de alli habia expresado su desaprobacion sobre nosotros. Para nuestros propdsitos, la atmosfera del Grupo Oxford no era TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 29 exactamente la conveniente. Fueron éstos buenos amigos y les debemos mucho. De ellos aprendimos lo que debiamos hacer y lo que nos convenia evitar. Luego comenzo una temporada de tres afios de experimen- tos y errores, que culminé con nuestro libro de texto. Alcohdli- cos Anénimos, publicado en 1939. Este libro, que es ahora la espina dorsal de nuestra socie- dad, se inicia con una tipica historia de alcoholismo y recupera- cion. Luego viene un capitulo de esperanza, titulado "Hay una solucion". En el lenguaje peculiar de A.A., dos capitulos descri- ben al alcoholismo y al alcohdlico, siendo por cierto su objeto el identificar la enfermedad y luego "desinflar" al alcohdélico. Hay un capitulo dedicado al "ablandamiento" del agnéstico. Esto lle- va alos "Doce Pasos" de Alcohdlicos Anénimos. El corazon de nuestra terapéutica y un método rapido de vida, estos "Pasos" no son sino la version de los principios enunciados por mi amigo de la mesa de la cocina, ampliados y puestos en orden. El resto del texto esta casi todo dedicado a la aplicacion practica de los "Doce Pasos" y a reducir la resis- tencia interior del lector. El trabajar con otros alcohdlicos se recomienda insistentemente. Hay capitulos dedicados a las esposas, parientes y empleadores. El ultimo capitulo describe a la nueva sociedad y pide al alcohdlico recuperado que trate de iniciar nuevos Grupos. Luego, esta ideologia es completada por historias personales escritas por miembros de A.A. Esto completa la identificacién y aviva la esperanza. Las paginas de Alcoholicos Anénimos no contienen ninguna nueva teoria; so- lamente relatan experiencias. Cuando el libro aparecié en abril de 1939, teniamos alrededor de 100 miembros. Un tercio de ellos tenia récords de sobriedad impresionantes. El movimiento se habia extendido a Cleveland y luego a Chicago y Detroit. En el Este se incliné a Filadelfia y Washington. En Cleveland sucedié algo extraordinario, "El Plain Dealer" publicé una serie de articulos sobre nosotros, apoyados por comentarios editoriales. Un bombardeo de llamadas telefo- nicas descendié sobre 20 miembros de A.A., la mayoria de ellos 30 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS gente muy nueva. Con el libro de A.A. en la mano atendieron a todas las consultas. Los nuevos miembros trabajaban con los recién llegados. Dos afios mas tarde Cleveland tenia, debido a esa reaccion en cadena, cientos de miembros. El numero en término medio de los que venian a nosotros y se quedaban fue muy elevado. Fue nuestra primera experiencia de que podemos digerir un elevado numero de alcohdlicos rapidamente. Luego vino una gran publicidad de alcances nacionales. El "Saturday Evening Post" (fechado en marzo de 1941) hizo que llega- ran miles de frenéticas consultas a nuestra pequefia oficina de Nue- va York. Esto nos dio listas de alcohdlicos en cientos de ciudades. Hombres de negocios pertenecientes a Grupos de A.A. ya establecidos y que viajaban frecuentemente utilizaron estas lis- tas para establecer nuevos Grupos. Con nuestros envios de li- teratura y frecuente correspondencia, nacieron Grupos de A.A. "por correo". Sin absolutamente ningun contacto personal, esto era extraordinario. Los miembros del clero y los médicos co- menzaron a dar su aprobacion a nuestra obra. Deseo hacer notar que el Doctor Harry Tiebout, que preside hoy esta reunion, fue el primer psiquiatra que se interesé y apo- yo amistosamente a nuestro movimiento. Alcohdélicos Anénimos crecié rapidamente. La época experimental habia terminado y estabamos ahora en el mapa de los Estados Unidos. Aqui el orador hace un resumen de! tamajfio de la Socie- dad en 1949, aproximadamente 80,000 miembros en 3,000 Grupos en treinta paises, y su composici6n general. Segutn estadisticas hasta 1949 nuestras cifras totales son las siguientes: La sociedad de Alcohdlicos Anénimos, con 14 afios de existencia, tiene aproximadamente 80,000 miembros en 3,000 Grupos. Hemos entrado a 30 naciones extranjeras y territorios de ultramar de los Estados Unidos, donde estamos enviando traducciones de nuestra Literatura’. 2 En 1993 hay aproximadamente dos millones de miembros en mas de 90,000 Grupos distribuidos en 141 paises. TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 31 Por nuestras ocupaciones representamos todos los gru- pos sociales, culturales, etc. de América. Por afiliacién reli- giosa somos 40% catélicos; protestantes nominales y acti- vos, muchos exagnésticos y unos pocos judios componen el resto de nuestros miembros. De un 10 a 15% son mujeres. Algunos negros se estan recuperando sin grandes dificulta- des. El apoyo de altos circulos médicos y religiosos es casi universal. Los miembros de A.A. estan aumentando en forma rapida y en cadena, a un término medio de 30% anualmente. Durante 1949 esperamos por lo menos 20,000 recuperacio- nes permanentes. La mitad de éstos seran casos no muy gra- ves y semigraves (edad media 26 afios), lo que es una alen- tadora novedad reciente. De los alcohélicos que se quedan con nosotros y realmente tratan de aplicar el programa, el 50% llega a la sobriedad in- mediatamente y la conserva, un 25% alcanza la sobriedad des- pués de una 0 varias recaidas y el resto experimenta notables mejorias. Pero muchos alcohdlicos abandonan A.A. después de un breve contacto; tal vez tres o cuatro de cada cinco. Algu- nos son demasiado psicépatas o estan demasiado arruinados. Pero la mayoria se aferra aun a argumentos muy arraigados que deben ser quebrados. Esto es exactamente lo que suce- de, siempre que el enfermo tenga lo que Ilamamos una "buena dosis" de A.A. en sus primeros contactos. El alcohol enciende fuegos tan terribles que muchas veces vuelven a nosotros, en ocasiones afios mas tarde. Estos nos han dicho que tuvieron que volver, ya que era cuestion de elegir entre A.A. o la ruina total. Habian aprendido sobre el alcoholismo de los propios al- cohdlicos y estaban mas golpeados de lo que creian. Estos casos nos han dejado la agradable impresion de que la mitad de los que originalmente se alejan de A.A. vuelven, la mayoria para recuperarse. De modo que solamente instruimos al nue- vo miembro. Nunca evangelizamos, ya que la bebida se encar- gara de ello. Los clérigos declaran que hemos capitalizado al Diablo, pero el caso es que los que vuelven son muchos y los conservamos. Creemos que el término medio final de los que se recuperaran sera mucho mas elevado de lo que original- mente calculamos. 32 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS Esto es un resumen de nuestro origen, nuestra idea central de terapéutica y nuestros resultados en cifras. Por lo que se refiere a los resultados en cuanto a calidad, es un tema dema- siado extenso para ser tratado en este trabajo. Alcohélicos Anénimos no es una organizacién religiosa. No tenemos dogma. La unica proposicién teolégica es "Un Poder mas grande que uno mismo" y atin este concepto no se le exige a nadie. El nuevo miembro simplemente se sumerge en nuestra Sociedad y trata de aplicar el programa lo mejor que pueda. Si se le deja tranquilo con toda seguridad que gradualmente nos contara que ha tenido una experiencia que le ha transformado, llamando a esta experiencia como é! quiera. Los observadores pensaban en un tiempo que A.A. podia tener éxito solamente con los religiosamente inclinados. Sin embargo, entre nosotros tenemos a un ex-miembro de la Sociedad Ateista Americana y, aproximadamente 20,000 mas, casi tan duros como él. Los mo- ribundos suelen volverse maravillosamente comprensivos. Por supuesto que casi no hablamos de conversién en estos dias, pues a la mayoria les causa temor esta idea. Sin embargo, la conversion, como la describe James en lineas generales, pa- rece ser nuestro proceso basico. Todos los otros métodos nues- tros no son sino el camino que llevan a este proceso. Cuando un alcohdlico trabaja con otro, no hace mas que experimentar y consolidar la experiencia esencial. Las fuerzas de la anarquia, democracia y dictadura juegan papeles importantes en la estructura y contenido de nuestra sociedad. El alcohol, gran dictador, es bastante impersonal. Hitler jamas tuvo‘una Gestapo tan eficiente. Cuando la anarquia del alcohdlico se enfrenta a su tirano, ese alcohdlico debe conver- tirse en un animal social o perecer. Por lo tanto, nuestra socie- dad se ha decidido por la forma mas pura de democracia. Natu- ralmente, el potencial explosivo de nuestra algo neurdtica so- ciedad es enorme. En todas partes gira alrededor de los eternos provocadores: Poder, Dinero y Sexo. A través de los Grupos de A.A., estos volcanes entran en erupcién por lo menos mil veces por dia, pero podemos ahora mirar estas explosiones con una buena dosis de humor, con mucha magnanimidad y casi sin TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 33 miedo alguno. Consideramos que son valiosas lecciones objeti- vas para nuestro crecimiento. Nuestra intima comprension mutua, la urgencia de nuestra misién, la necesidad de dominar nuestra neurosis para vivir feli- ces; todo esto, junto con el amor a Dios y a nuestros semejan- tes, nos han mantenido en una sorprendente unidn. Cuanto mas sean los mensajes que nos rodean y tienen nuestro mismo pro- blema, mas seguridad obtendremos; de la misma manera como bastantes bolsas de arena amortiguan el estampido de cualquier cantidad de dinamita. Creemos que somos una familia bastante segura y feliz. Los invitamos a que asistan a cualquier reunion de A.A. para comprobarlo. Afortunadamente, no existe la menor evidencia de que el destino final de Alcohélicos Anénimos seran las neurosis violentas, la locura o la embriaguez sin fin. Estos oscuros presagios no se han materializado. Muchos alcohélicos son enviados hoy en dia a A.A. por sus propios psiquiatras y, ya libres de la bebida, vuelven a sus médi- cos con mejores probabilidades de ser tratados. Casi todas las esposas de alcohdlicos se han convertido, en cierto grado, en sus madres posesivas. Casi todas las mujeres alcohdlicas, si aun conservan sus maridos, viven con un padre desconcerta- do. Esto algunas veces significa que habra muchos disgustos. Demasiado bien lo sabemos nosotros los a.a., de modo, caba- lleros, que aqui tienen un problema que entra exactamente en la especialidad de ustedes. Ahora, para terminar: Nosotros en A.A tratamos de tener pre- sente que jamas podremos tocar sino una parte del problema total del alcohol. Tratamos de recordar siempre que nuestro éxi- to creciente puede llegar a ser como un vino que se sube a la cabeza y que nuestros propios recursos seran siempre limitados. Sean pues ustedes, hombres y mujeres de la medicina, nues- tros socios, utilicen sabiamente nuestros invisibles escalpelos y trabajemos todos unidos, ustedes los médicos y nosotros, en una causa comun. Nos agrada pensar que Alcohdlicos Anéni- mos es el lazo de unién entre la medicina y la religion, el esla- bén tanto tiempo buscado en la cadena de la recuperaci6n. Es- 34 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS peramos que esto sea asi, a fin de que los millones que atin sufren puedan emerger de la oscuridad a la luz. Estoy seguro que ninguno de los presentes en este gran Sa- lon de Medicina lo tomara a mal si cedo la palabra a nuestra gran socia, la Religion: Dios concédenos Serenidad ... para aceptar las cosas que no podemos cambiar ... Valor para cambiar las que podemos ... y Sabiduria para reconocer la diferencia. TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 35 ALCOHOLICOS ANONIMOS INICIACION Y DESARROLLO Por Bill W. (Presentada ante la Sociedad Médica sobre Alcoholismo de la Ciudad de Nueva York, 28 de Abril de 1958). Hace catorce afios me correspondié leer un articulo ante la Sociedad Médica del Estado de Nueva York, durante su Reunion Anual. Para nosotros, los alcohdlicos anénimos, esto fue un even- to historico ya que sefialé la primera vez en que una gran aso- ciacién médica norteamericana se percataba favorablemente de nuestra Hermandad. Los médicos de la época hicieron mucho mas que enterarse simplemente de que existiamos; nos recibieron con los brazos abiertos y permitieron que un articulo sobre A.A. fuera incluido en su publicacién oficial. Reimpresiones del citado articulo han sido esparcidas mediante decenas de miles de co- pias por todo el mundo, convenciendo a los médicos del orbe de los méritos de A.A. Solo Dios sabe todo lo que este acto genero- so ha significado para incontables alcohdlicos y para sus familias. Vivamente agradecidos a los miembros de la Sociedad Médi- ca sobre Alcoholismo de Nueva York, quienes dentro del mismo espiritu generoso me han invitado esta noche. Austedes, con un sentido de agradecimiento imperecedero, les traigo el saludo de aquellos 250,000 alcohdlicos recuperados que en la actualidad comprende nuestra hermandad, distribuidos en unos 7,000 Gru- pos, aqui y en el extranjero’. Y quizas la mejor forma para entender los métodos y resulta- dos de A.A. es la de comprender su iniciacion; época en que la medicina y la religion entraron en amistosa relacién con noso- tros. Esta relacion es hoy la base de todo el éxito que hemos alcanzado desde entonces. Es verdad que nadie inventd a Alcohdlicos Anénimos. A.A. es la sintesis de principios y actitudes que nos han llegado de la medicina y de la religion; nosotros simplemente los hemos en- 3 Datos actualizados a 1993, pagina 1 36 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS causado y adaptado para nuestro uso especial en una sociedad en la cual funcionan efectivamente. Nuestra contribucién no fue mas que el eslabén perdido de una cadena de recuperaciones que en la actualidad es de tanta significacion y que nos ofrece tantas promesas para el futuro. Muy pocas personas saben que las primeras raices de A.A. comenzaron a germinar hace unos 30 afios en el consultorio del Dr. Carl Jung, aquel gran pionero de la psiquiatria quien conver- saba con un paciente alcohdlico. A continuacién relato lo ocurrido: El paciente a "quien llamaremos sefior R", un prominente hom- bre de negocios americano que habia seguido la ruta tipica del alcoholismo, agotando las posibilidades de la medicina y de la psiquiatria, acudié con el Dr. Jung, como Ultimo recurso, quien lo haba tratado anteriormente por cerca de un afio. El abrigaba la confianza de que los resortes ocultos que lo inclinaban a be- ber habian sido ya descubiertos y extirpados. No obstante, se hallo nuevamente borracho después de haber salido del consul- torio, regresando a un estado de absoluta desesperacién. Le pregunté al doctor cual era su situacion, obteniendo la siguiente respuesta: "Durante algun tiempo después de sus visitas a mi consultorio continuaba en la creencia de que seria usted uno de los rarisimos casos que podrian lograr la recuperaci6n. Pero ahora debo admitir francamente que nunca he visto un solo caso que se recupere por medio de la psiquiatria, y menos en una neurosis tan severa como la suya. La medicina ha hecho todo lo que es posible por usted. Esta es su realidad. La desesperacién del, 'Sr. R.', se profundizaba. Pregunto: "4No hay excepcion? ~Es esto realmente el final del camino para mi?" "Bueno", contest6 el médico, "Hay algunas excepciones, muy pocas, en las que algunos alcohdlicos han tenido lo que se lla- ma una experiencia espiritual vital. Esta se presenta a manera de desplazamiento y enormes reestructuraciones emocionales. Ideas, emociones y actitudes que antes constitufan la pauta que guiaba a estos hombres son repentinamente arrojados a la ori- lla y, en su lugar, comienza a dominarlos un nuevo juego de con- cepciones y motivos. De hecho, yo he estado tratando de pro- TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 37 ducir esta reestructuracién emocional en usted. Con muchos tipos de neurdticos, los métodos que empleo tienen éxito, pero nunca he logrado triunfar con un alcohdlico de su descripcién". "Pero", protesté el paciente, "soy hombre religioso, atin tengo fe". A esto el Dr. Jung contesto: "La fe religiosa comun no es suficiente. De lo que le hablo es de una experiencia transforma- dora, de una experiencia de conversién, si le parece mejor el término. Sdlo puedo recomendarle que se site en la atmésfera religiosa de su preferencia, que reconozca su impotencia per- sonal y que se entregue a cualquier Dios que usted crea que exista. El rayo de la experiencia transformadora podria enton- ces golpearlo. Debe intentarlo, es la Unica salida que le queda". En esta forma hablaba un grande y humilde médico. Para el a.a. en prospecto, este golpe era diez veces mas fuer- te. La ciencia habia declarado sobre el ‘Sr. R.' como un caso perdido. Las palabras del Dr. Jung le penetraron profundamen- te, produciendo un enorme desinfle de su ego. Hoy este "desin- fle" profundo es la piedra angular entre los principios de Alcohd- licos Anénimos. Asi por primera vez, en el consultorio del Dr. Jung, fue utilizado en beneficio nuestro. El paciente escogié el Grupo Oxford de la época como at- mosfera y asociaci6n religiosa. Terriblemente castigado y, casi sin esperanza, comenzé a trabajar activamente con el grupo. Para su intenso jubilo y asombro, su obsesion de beber desaparecié. Al regresar a América, se encontré con un antiguo compafie- ro de colegio mio, un alcohdlico crénico. Este amigo, a quien llamaremos Ebby, iba a ser confinado en breves dias, en un hos- pital mental del estado. Con este encuentro, otro ingrediente vi- tal se le agregé a la sintesis de A.A. El 'Sr. R.' comenzé a ha- blarle a Ebby, ambos alcohdlicos y hermanos en los sufrimien- tos; lo cual logré que se identificaran a fondo, un segundo princi- pio vital en A.A. Sobre este puente de identificacion le comunico el veredicto del Dr. Jung, de cuan impotente, médica y psiquiatricamente, es el alcohdlico. Luego lo presenté al Grupo Oxford, donde mi amigo rapidamente logré la sobriedad. 38 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS Mi amigo Ebby conocia muy bien mis aprietos, pues yo ha- bia recorrido el camino familiar. En el verano de 1934 mi médi- co, el Dr. William D. Silkworth, me habia abandonado y tildado de caso perdido. Se vio obligado a decirme que era victima de una compulsién neurética hacia la bebida, para la cual no habia poder de voluntad, cultura, ni tratamiento que pudiera curarla. Agregé que era victima de un desarreglo corporal que podria consistir en una especie de alergia, una compulsi6n fisica que virtualmente garantizaba dafios cerebrales, locura o muerte. Nuevamente aqui el dios Ciencia, que en esa época era mi Uni- co dios, me habia desinflado totalmente. Estaba ya maduro para el mensaje que pronto llegaria de Ebby, mi amigo alcohdlico. Lleg6 una vez a mi casa en noviembre de 1934 y se sento al otro lado de la mesa de la cocina contrario a aquel donde yo bebia. "No gracias, dijo, no quiero licor". Muy sorprendido pregunté qué le habia pasado. Mirandome directamente, me dijo que habia "encontrado religién". Esto era realmente apa- bullante, una afrenta a mi educacién cientifica. Con la mayor cortesia que pude reunir, le pregunté qué tipo de religion ha- bia adoptado. Me conto entonces acerca de su conversacion con el Sr. R. y de lo desesperante que es el alcoholismo en realidad, de acuer- do con el Dr. Carl Jung. Esto, agregado al veredicto del Dr. Silkworth, era la peor noticia que podia recibir. Tuve un fuerte golpe. A continuacién Ebby enumeré los principios que habia aprendido del Grupo Oxford. Aunque él temia que los miembros del grupo eran a veces demasiado agresivos, no les encontré fallas en el resto de sus otras ensefianzas. Después de todo, él conservaba su sobriedad gracias a sus ensefianzas. He aqui los principios, en resumen, segtin mi amigo se los aplicaba a si mismo en 1934: 1. Ebby admitié su impotencia para conducir su propia vida. 2. Llegé a ser honesto consigo mismo como nunca antes; hizo un "examen de conciencia". TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 39 3. Hizo una confesion rigurosa de sus defectos personales y, por lo tanto, renuncié a vivir a solas con sus problemas. 4. Efectuo un reconocimiento de las distorsionadas relaciones que sostenia con otras personas, visitandolas para excusar- se como mejor pudo. 5. Resolvio dedicarse a ayudar a otros necesitados, sin exigir por ello prestigio personal ni lucro alguno. 6. Por medio de la meditacion invocé la ayuda de Dios como guia de su vida y como ayuda para practicar estos principios de conducta en todo momento. Todo esto me parecié bastante ingenuo. Sin embargo, mi amigo se limito a relatarme lo que le habia ocurrido. De como al practicar estos principios habia logrado dejar de beber en forma inexplicable. El miedo y la soledad desaparecieron y re- cibié una considerable tranquilidad de espiritu. Sin disciplinas rigidas ni grandes resoluciones, estos atributos comenzaron a aparecer desde el momento en que se reconocié impotente para solucionar el problema por si mismo. Su liberaciOn habia sido la consecuencia de esto. Aunque estaba sobrio por solo unos meses, sabia que tenia en sus manos la respuesta basi- ca. Evité con gran sabiduria entrar en argumentos conmigo y pronto se marcho. La chispa que habia de convertirse en Alco- hdlicos Anénimos habia sido encendida. Un alcohdlico habia estado conversando con otro, haciendo una profunda identifi- cacién conmigo y poniendo al alcance de mis manos los prin- cipios de la recuperacion. La historia de mi amigo habia despertado en mi emociones mezcladas; me sentia atraido y repelido al mismo tiempo. Con- tinué bebiendo en forma solitaria por algunas semanas, pero no podia olvidar la visita de mi amigo. Diversos pensamientos cru- zaban mi mente: Primero, que su evidente estado de liberacion era extrafio e inmensamente convincente; segundo, que habia sido desahuciado por médicos competentes; tercero, que estos antiguos preceptos, cuando me los transmitio él, me habian im- presionado profundamente; cuarto, que yo no podia ni queria 40 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS aceptar ningun concepto sobre Dios. Nada de tonterias acerca de conversion para mi. Trataba de apartar mi pensamiento de esto, sin éxito. Por lazos de comprensi6n de sufrimientos y de sencilla verdad, otro alcohdlico me habia ligado con él mismo y yo no podia liberarme. Una mafiana, después de mi racién de ginebra, este pensa- miento me asalto: "{Quién eres tu, me pregunté, para elegir la forma en que has de curarte?" Los mendigos no pueden elegir, suponiendo que la medicina dijera que tu problema es cancer, no elegirias Crema Pond's para curarte, con premura le roga- rias al médico que matara esas demoniacas células cancero- sas. Si el médico nada pudiera hacer y pensaras que con la conversion podrias curarte, tu orgullo no te detendria, pronto estarias en la plaza publica clamando "“Amén" juntamente con las otras victimas. "4 Qué diferencia hay, pues", continué reflexio- nando, “entre tu caso y las victimas de cancer?" El cuerpo en- fermo del canceroso se viene abajo. En la misma forma se de- rrumba tu personalidad, tu obsesién te garantiza la locura o el cementerio. Vas a probar el método de tu amigo, 40 no?". Por cierto que lo probé. En diciembre de 1934, me apareci por el Hospital Towns de Nueva York. Mi viejo amigo, el Dr. William D. Silkworth, sacudié la cabeza. Pronto me vi libre del alcohol y los sedantes y me senti terriblemente deprimido. Mi amigo Ebby vino a visitarme. A pesar que me alegré de verlo, me cohibi un poco. Temia que intentara evangelizarme, pero nada de esto ocurrié. Después de tocar temas sin importancia, le pregunté de nuevo por su método de recuperacién. Tranquilamente con mucha lucidez, me dio las explicaciones que pedia. Luego me dejo. Acostado alli en terrible conflicto, cai en una negra depresion. Momentaneamente mi orgullosa obstinacion estaba rota. Dije en voz alta: "Ahora estoy preparado para cualquier cosa con tal de recibir lo que mi amigo ha obtenido". Sin esperar nada hice este desesperado pedido: "¢Si hay un Dios, por qué no se muestra?" El resultado fue instantaneo, eléctrico, indescriptible. La habita- cidn se ilumind con una enceguecedora luz blanca. Cai en éxta- sis y me parecié estar en una montafia. Un gran viento soplaba envolviéndome y atravesandome. Para mi, no era de aire, sino TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 41 de Espiritu. Como un rayo me llego el tremendo pensamiento, "Eres un hombre libre". Luego, el éxtasis se disip6. Aun en la cama, me encontraba ahora en otro mundo consciente, ilumi- nado por una Presencia. Sintiéndome unido al universo, una gran paz me invadié. Pensé: "De modo que éste es el Dios de los predicadores, ésta es la Gran Realidad". Pero pronto empecé a razonar, mi educacion moderna se impuso, pensé que habia enloquecido y un gran terror se apoderé de mi. EI Dr. Silkworth vino a escuchar mi tembloroso relato de este fenémeno. Después de interrogarme cuidadosamente, me ase- guré que no estaba loco, que posiblemente habia pasado por una experiencia psiquica que podria resolver mi problema. Hom- bre de ciencia, escéptico como era entonces, se mostré muy carifioso y astuto. Si hubiera dicho, "alucinacion", muy bien po- dia estar muerto ahora. A él le estaré eternamente agradecido. La buena suerte me perseguia. Ebby me trajo un libro titulado Variedades de la Experiencia Religiosa, escrito por William James, el psicdlogo. El libro indica que la experiencia de con- version puede contener una realidad objetiva. La conversion al- tera la motivacion y, por consiguiente, en forma semiautomatica, capacita a la persona para ser y hacer lo que antes le era im- posible. Era muy significativo que las experiencias de conver- sidn mas marcadas ocurrian principalmente a individuos que habian sufrido una derrota completa en un area importante de sus vidas, es un libro en verdad muy variado. Pero aparte de si las conversiones descritas resultaban brillantes u opacas, ca- taclismicas o graduales, de orden teoldgico o intelectual, to- das ellas tenian un denominador comtn: Obraban en perso- nas totalmente derrotadas. Asi lo declaraba William James, padre de la psicologia moderna. El zapato me quedaba y he querido llevarlo puesto desde entonces. Mas aun, para los borrachos, la solucién obvia era la desinfla- cién total. Esto era claro. Fui educado como ingeniero y, por lo tanto, los puntos de vista de un tan autorizado psicdlogo signifi- caban todo para mi. Este eminente hombre de ciencia habia con- firmado y documentado extensamente todo lo que habia dicho el Dr. Jung. Por lo tanto, William James afirmo los fundamentos 42 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS sobre los cuales yo, y muchos otros, hemos estado sostenidos todos estos afios. No me he tomado un trago de alcohol desde 1934. Armado ahora con una conviccién total y fortificado por mi caracteristico esfuerzo creador, me lancé a ayudar alcohdlicos al por mayor. Algo asi como con propulsion a chorro; las dificul- tades nada me importaban. No se me ocurrié vislumbrar la vas- ta vanidad de mi proyecto. Continué la labor por seis meses y mi casa se lleno de alcohdlicos. Los discursos por docenas no producian ni el mas leve resultado. (Lamentablemente, Ebby, mi amigo de la mesa de la cocina, quien estaba mas enfermo de lo que yo crefa, le puso muy poco interés a estos otros alcohdli- cos. Este hecho pudo ser el causante de sus recaidas posterio- res, aunque eventualmente se recuperd). Pero descubri que el trabajo con otros-alcohélicos tenia una enorme importancia en la conservacion de mi propia sobriedad. No obstante ninguno de mis protegidos lograba su sobriedad. {Qué sucedia? Poco a poco, los defectos de mi enfoque fueron haciéndose visibles. Me habia convertido en algo parecido a un charlatan religioso y estaba obsesionado con la idea de que todo el mun- do debia someterse a una "experiencia espiritual", igual a la mia. Habia olvidado que James decia que existian muchos tipos de experiencias transformadoras. Mis hermanos alcohdlicos se li- mitaban a mirarme con incredulidad 0 me tomaban el pelo por mi "vision". Esto, desde luego, echaba a perder la potente iden- tidad que era necesario establecer con ellos. Me habia converti- do en predicador. Era claro que deberia modificar mi sistema de acercamiento. Lo que a mi me habia Ilegado en seis minutos, podria tomar seis meses para otros. Tuve que aprender que uno debe ser prudente. Para esta época, primavera de 1935, el Dr. Silkworth me se- fialaba que yo ya habia olvidado todo lo relativo a la 'desinfla- cién' total. Me habia convertido en un predicador. "gPor qué", decia él, "no explicas los tremendos hechos médicos a esta gente antes de hacer algo? {Has olvidado lo que dijo William James acerca de la desinflacion del ego a fondo? Indicales, en la forma mas recia posible, las consecuencias médicas. Pasa TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 43 por alto aquello de la "calida Iluminaci6n". Diles en forma ex- tensa tus sintomas, de modo que obtengas una adecuada identificacion de fondo. Cuando hagas esto, tu protegido po- dria estar dispuesto a adoptar los simples preceptos morales que has estado tratandole de ensefar". Lo anterior es una contribucién vital a la sintesis. De nuevo, habia sido ejecuta- da por un médico. El énfasis fue cambiado de "pecado" a enfermedad, la enfer- medad fatal, alcoholismo. Comenzamos a repetir lo dicho por médicos, de que el alco- holismo es mas fatal que el cancer; que es una obsesi6n de la mente aparejada a una siempre creciente sensibilidad fisica. Alli teniamos a nuestros ogros gemelos: la Locura y la Muerte. Nos apoyamos totalmente en la afirmacion del Dr. Jung de qué grave podia ser esta enfermedad y luego aplicamos nuestra desvas- tadora dosis de conocimiento entre los alcohdlicos que se po- nian a nuestro alcance. Para el hombre moderno, la ciencia es omnipotente, virtualmente un dios. Por lo tanto, sila ciencia de- cretaba la muerte del alcohdlico y nosotros incluiamos este te- rrible veredicto en nuestra cadena de transmisién de conoci- mientos sobre alcoholismo, una victima comunicandoselo a la prdéxima, podriamos hacer afiicos la resistencia del alcohdlico. En estas condiciones el alcohdlico podria volverse al Dios de los tedlogos, ya que no existe otro lugar a donde ir. Cualquier elemento de verdad que se encontrara en este sistema, por lo menos, tenia méritos practicos. Nuestra atmésfera cambidé. Las cosas comenzaron a mejorar. Pocos meses mas tarde fui presentado al Dr. Robert S., un cirujano de Akron. Se trataba de un alcohdlico en pésimas con- diciones. Esta vez no hubo sermén de mi parte. Le conté mis experiencias y le hablé de mis conocimientos sobre alcoholis- mo. Hallamos por primera vez un terreno de genuina mutualidad pues nos entendiamos y necesitabamos. Esto marco el fin de mi actitud sermoneadora. Esta idea de necesidad mutua afiadié el ingrediente final a la sintesis de la experiencia médica, religio- sa y alcohdlica que hoy llamamos Alcohdlicos Anénimos. 44 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS "El Dr. Bob", quien era un caso muy desesperado, adquirio la sobriedad casi inmediatamente y no volvid a probar licor hasta su muerte, acaecida en 1950. El y yo comenzamos a trabajar con numerosos alcohélicos que encontramos en el Hospital Mu- nicipal de Akron. Muy pronto hubo una recuperacion y luego otra. Se habia formado asi el primer Grupo de A.A. Regresé a Nueva York en el otofio de 1935, esta vez con todos los elementos de recuperacion y rapidamente se formé otro Grupo en esta ciu- dad. Sin embargo, el progreso de los Grupos de Akron y Nueva York fue dolorosamente lento en los siguientes afios, aunque se atendieron centenares de casos, muy pocos respondieron. Sin embargo al finalizar el afio de 1937, ya habia cuarenta personas recuperadas y nosotros empezamos a estar mas seguros de nosotros mismos. Vimos que posefamos una formula que, trans- mitida de un alcohdlico al siguiente, podria eventualmente pro- ducir, como una cadena, un elevado numero de recuperacio- nes. Vino entonces la pregunta: "{ Qué podemos hacer para ex- tender nuestro alcance, para llevar nuestro mensaje a los millo- nes de alcohélicos de América y del mundo entero?" La res- puesta basica parecié estar en la literatura que detallara nues- tros métodos. Otra necesidad basica era una amplia publicidad que atrajera un gran numero de casos hacia nosotros. Hacia la primavera de 1939, nuestra Sociedad habia publica- do un libro llamado Alcohdlicos Anénimos, en el cual se habian descrito nuestros métodos muy cuidadosamente. Teniendo en mente el lograr una mayor claridad y mejor fundamentacion, el programa verbal que me habia entregado mi amigo Ebby habia sido desarrollado en los que hoy se denominan los "Doce Pa- sos sugeridos para la recuperacion”, que constituyen la espina dorsal de nuestro libro. Para ilustrar los métodos deA.A., el libro incluyo veintiocho casos reales. Esperabamos que aquellos ca- sos pudieran identificarnos plenamente con los lectores lejanos, lo cual efectivamente sucedié. Puesto que ya nos habiamos re- tirado de los Grupos Oxford, nuestra comunidad adopté el nom- bre de nuestro libro, Alcohélicos Anonimos, para su denomina- cién. El advenimiento de dicho libro sefial6 un punto sobresa- liente en nuestra historia. En los veinte afios transcurridos des- TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 45 de entonces, este texto basico ha incrementado su circulacién hasta una cifra cercana a los 400,000 ejemplares. (En 1973, la distribucién supero el millon de copias). Incontables alcohdlicos han logrado la sobriedad sin mas ayuda que la lectura de este volumen y la practica de sus principios. Nuestra siguiente necesidad era la publicidad y pudimos ob- tenerla. El famoso editor y escritor, Fulton Oursler, publicd un articulo acerca de nosotros en la Revista Liberty, en 1939. En el afio siguiente, John D. Rockefeller Jr. ofrecié una comida a los a.a. que obtuvo una amplia difusién publicitaria. En 1941 hubo un articulo de fondo en el Saturday Evenning Post. Este solo articulo atrajo a nosotros miles de personas. A medida que cre- cia nuestra membresia, crecia también nuestra efectividad. La proporcion de recuperacion se incremento. De todos aquellos que ensayaron nuestro programa, un gran porcentaje logré re- sultados inmediatos, otros los obtuvieron a corto plazo y otros mas que continuaron a nuestro lado lograron una notoria mejo- ria. Nuestra alta proporcion de recuperacion se ha mantenido desde entonces, alin en aquellas personas que escribieron sus historias personales para la edici6n original de Alcohdlicos Ané- nimos. En efecto, el 75 por ciento de ellas lograron finalmente la sobriedad. Sdlo un 25 por ciento murieron o se perdieron antes de lograrla. La mayoria de quienes atin viven ha permanecido sobria por un lapso de veinte afos como promedio. Desde nuestras primeras épocas hemos encontrado que un gran numero de personas vienen a nosotros y luego se retiran. Pero sabemos felizmente que la mayor parte regresan nueva- mente pasado algtin tiempo, siempre y cuando no se trate de personas demasiado psicépatas o con el cerebro muy deterio- rado. Una vez que han aprendido de labios de otros alcohdlicos la naturaleza frecuentemente mortal de la enfermedad que pa- decen, la bebida que ingieren posteriormente no hace mas que acelerar el proceso, hasta que, eventualmente, se ven forzados a ingresar aA.A. Sienten que deben hacerlo o morir. En ocasio- nes esto sucede afios después de su primer contacto con.A.A. Por consiguiente, la proporcién definitiva de recuperaciones es mucho mas alta de lo que nosotros pensabamos inicialmente. 46 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS En los afios recientes se ha presentado una caracteristica que representa para nosotros una fuente de satisfaccion. En los primeros tiempos sdlo podiamos tratar con casos graves. Sen- tiamos que nada podiamos hacer antes de que el alcohol hubie- ra casi destrozado a su victima. Pero hoy en dia no nos es ne- cesario esperar hasta tales extremos. Ahora podemos ayudarle al paciente a ver la direccion que lleva, antes de que "toque el fondo". En consecuencia, la mitad de los miembros actuales en A.A. son casos de menor gravedad. A menudo no se han pre- sentado fallas severas en el hogar, el trabajo o la salud de di- chas personas. Hoy en dia llegan a nosotros casos de alcoho- lismo potencial 0 personas que han sufrido muy poco. Aqui y alla, también nuestra sociedad esta haciendo lo posible por eli- minar las barreras de raza, credo y circunstancias diferentes. Sin embargo, debemos reflexionar humildemente que, hasta ahora, Alcohdlicos Anénimos solo ha logrado tocar una minima parte en el problema total del alcoholismo. Aqui en los Estados Unidos, hemos ayudado a adquirir la sobriedad escasamente a un cinco por ciento de una poblacién alcohdlica estimada en cua- tro millones quinientas mil personas. Las razones son estas: No podemos tratar con alcohdlicos que son muy psicopatas o que ya tienen el cerebro muy deteriorado; a muchos alcohdlicos no les gustan nuestros métodos y buscan una manera diferente o més facil; millones de ellos se aferran todavia a la creencia de que la causa de su problema radica en las circuns- tancias externas y, por lo tanto, la culpa es exclusivamente de ellos mismos. Es tarea muy dificil la de lograr que el alcohdlico real o potencial admita que es victima de una enfermedad progresiva y frecuentemente fatal. Es éste el gran problema que afronta- mos todos, médicos, sacerdotes, familiares 0 amigos. Con todo, hay grandes razones para la esperanza. Una de tales razones es lo que ustedes, los médicos, estan haciendo al respecto, y lo que pueden hacer. Tal vez algunos de ustedes se estén pregun- tando: "{Cémo podemos ayudar atin mas efectivamente?" A este respecto, los a.a. no podemos ofrecer nada en forma autoritaria, pero creemos que podemos aportar algunas suge- rencias para colaborar con ustedes. Consideremos al médico TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 47 general. Hace pocos afios, el borracho era principalmente una molestia para todos. El médico y el hospital sdlo podian interve- nir en casos de "crudas" muy fuertes. Cuando mucho, la familia podria proporcionarle un poco de comodidad, pero no se podia hacer nada mas. La situacion es ahora diferente. Existe un Grupo de A.A. en casi todas las ciudades y pueblos de nuestra nacioén. Sin em- bargo, frecuentemente, el alcohdlico no desea ensayar nuestro programa. En este punto es donde el médico puede jugar un papel importante, ya que es a él a quien se dirige la solicitud de ayuda cuando el problema empieza a agravarse. Una vez que se ha logrado desintoxicar a la victima y tranquilizar a la familia, el médico puede hablarle francamente al alcohdlico acerca de la enfermedad que lo aquéja. Puede hacer por su paciente lo mismo que hizo el Dr. Jung por el "Sr. R." y el Dr. Silkworth por mi; esto es, informar claramente al alcohdlico rebelde que ha contraido una enfermedad progresiva y frecuentemente mortal de la cual no puede aliviarse por si solo y que necesita mucha ayuda. Puesto que hoy en dia se tiene un gran acopio de conoci- mientos acerca de las deficiencias metabolicas y emocionales del alcohdlico, el médico general puede documentar su exposi- cidn de una manera mucho mas convincente que la expuesta por los médicos de nuestros primeros afos. Es muy satisfactorio saber que en la actualidad, el alcoholis- mo es dictado como materia académica en nuestras facultades de medicina. De todas maneras, ya es facil obtener informacion acerca del alcoholismo. Hay organizaciones como el Consejo Nacional del Alcoholismo, la Escuela de Estudios Alcohdlicos de Yale (llamada desde 1962), Escuela de Estudios Alcohdélicos de Rutgers, las cuales, afadidas a innumerables iniciativas ofi- ciales para clinicas y centros de rehabilitacién, constituyen fuen- tes apreciables de conocimiento y ayuda. Con tales herramien- tas, el médico general puede, como decimos enA.A., "ablandar" al paciente de manera que manifieste su deseo de darle una mirada a nuestra Comunidad. En caso de que no lo desee,, pue- de dirigirlo entonces a una clinica, un siquiatra o un sacerdote comprensivo. En esta etapa, lo principal es lograr que reconoz- ca su enfermedad y que empiece a hacer algo al respecto. 48 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS Si la labor del médico general se ejecuta cuidadosamente, se obtienen resultados inmediatos en gran numero de casos. Si en el primer intento no se tuvo éxito, hay mas probabilidades de que se logren resultados satisfactorios si se continuan los con- tactos de manera persistente y sucesiva. Estos procedimientos elementales no le quitaran mucho tiempo al médico, ni tienen por qué resultar costosos para el paciente. Si se hiciera por par- te de los médicos generales un esfuerzo concentrado en este sentido, los resultados obtenidos serian inmensos. En efecto, los logros que ya se han alcanzado con el trabajo de los médi- cos son muy grandes y, por ello, quiero dejar constancia de nues- tro especial agradecimiento para dichos profesionistas. Mencionemos ahora al especialista, generalmente el siquia- tra. Me alegra poder afirmar que gran numero de siquiatras es- tan enviando a sus pacientes a A.A., alin tratandose de aquellos siquiatras mas o menos especializados en tratamiento de alco- hdlicos. Su comprensién para con los pacientes alcohdlicos es actualmente muy grande. Su paciencia y tolerancia para con nosotros y para A.A. ha sido gigantesca. En 1949, por ejemplo, la Asociacién Siquiatrica Norteameri- cana me permitié leer una ponencia sobre A.A., ante una sec- cién de su Congreso Anual. Puesto que estos doctores se es- pecializan en desordenes mentales, entre los cuales se cuen- ta el alcoholismo, este permiso me ha parecido siempre un ejemplo maravilloso de generosidad y fina humildad. Los efec- tos de la reproduccién de aquella ponencia han tenido reper- cusién mundial. Estoy seguro de que nosotros en A.A. no he- mos podido apreciar esto en todo su alcance. Se acostumbra entre algunos de nosotros el rechazar la psiquiatria y cualquier otra forma de ayuda médica, excepto en aquellos casos es- trictamente necesarios para la desintoxicacién minima. Sefia- labamos los fracasos de la medicina y la religion. Nos creia- mos capaces de inflar el pecho y exclamar: "jMiren, nosotros lo hemos logrado, pero ellos no han podido!" Con gran alivio de mi parte, puedo ahora manifestar ante ustedes que tal actitud va desapareciendo entre nosotros. Los miembros sensatos de A.A. en todas partes reconocen que los siquiatras y los médi- cos han ayudado para que nuestra comunidad Ilegue al lugar TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 49 primordial que hoy ocupa y contindan colaborando con noso- tros para que alli permanezca. También nos damos cuenta de las vastas implicaciones que tienen para nosotros los alcohdlicos, los descubrimientos de la psiquiatria y la bioquimica. En realidad, estos descubrimientos son en la actualidad mucho mas que meras implicaciones. El presidente y algunos médicos de su sociedad y de fuera de ella han logrado estupendos resultados desde hace algun tiempo, habiendo obtenido la recuperacion de muchos de sus pacientes sin aplicarles ninguna terapia de A.A. Debemos anotar aqui que algunos de los métodos de recuperaci6n utilizados fuera de A.A., se encuentran en abierta contradiccién con nuestros principios y practicas. Sin embargo, los a.a. debemos aplaudir el hecho de que algunos de estos esfuerzos van adquiriendo cada vez ma- yores éxitos. Sabemos, también, que la psiquiatria puede a menudo aliviar la tremenda carga de neurosis que resulta para muchos de nues- tros miembros después de haber adquirido la sobriedad dentro de A.A. Sabemos que los siquiatras nos han enviado innumera- bles pacientes alcohdlicos que, de otra manera, nunca hubieran recurrido a nuestro programa. Muchas clinicas han hecho otro tanto. Vemos claramente que, aunando nuestros esfuerzos y re- cursos, podemos lograr conjuntamente lo que nunca se lograria al actuar separadamente o en medio de la competencia y la mio- pe incomprensién. Por consiguiente, quisiera prometer a toda la fraternidad mé- dica que A.A. siempre estara dispuesto a cooperar, que A.A. nunca tratara de sobrepasar a la medicina; que los miembros de A.A. que sientan esa vocaci6én, ayudaran en todo lo que les sea posi- ble en las grandes iniciativas de educacién, investigacion y re- habilitacion que ahora se adelantan. Es tan amenazante el creciente espectro del alcoholismo, que nada distinto al total de los recursos de la sociedad puede esperar eliminar o disminuir la fuerza de tan poderoso adver- sario. La sutileza y poder de la enfermedad alcohdlica estan impresas en cada una de las paginas de la historia de la huma- 50 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS nidad, pero nunca con mas potencialidad y destruccién como en este siglo. Cuando se combinen nuestros conocimientos y buenas vo- luntades para aplicarlas en forma masiva y extensa, sabemos que nuestros amigos de la medicina se encontraran en las pri- meras filas, sitio donde ya muchos de ustedes se encuentran actualmente. Cuando una accion benigna y cooperativa de tales caracte- risticas se encuentre totalmente dispuesta, se habra abierto, se- guramente, un mafiana mas prometedor para aquella vasta multitud de alcohdlicos que sufren de la enfermedad y padecen sus oscuras y terribles consecuencias. PRONUNCIAMIENTO SOBRE EL ALCOHOLISMO La Asociacién Médica Norteamericana identifica al alcoho- lismo como una enfermedad compleja, de componentes bio- légicos, psicolégicos y sociolégicos y reconoce la responsa- bilidad de la medicina en favor de las personas afectadas. La Asociacion reconoce que existen multiples formas de alcoho- lismo y, por lo tanto, cada paciente debera ser evaluado y tra- tado de manera global e individualizada. Cuerpo de Delegados | Asociacién Médica Norteamericana, 1971 TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS 51 LOS DOCE PASOS 1. Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nues- tras vidas se habian vuelto ingobernables. 2. Llegamos a creer que un Poder Superior a nosotros mismos podria devolvernos el sano juicio. 3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos. 4. Sin miedo hicimos un minucioso inventario moral de noso- tros mismos. 5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos. 6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos li- berase de todos estos defectos de caracter. 7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros de- fectos. 8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes ha- biamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el dafio que les causamos. 9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el dafo causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. 10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuan- do nos equivocabamos lo admitiamos inmediatamente. 11. Buscamos a través de la oracién y la meditacién mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo con- cebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cum- plirla. 12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los alco- hdlicos y de practicar estos principios en todos nuestros asuntos. 52 10. a. 12. TRES CHARLAS A SOCIEDADES MEDICAS LAS DOCE TRADICIONES Nuestro bienestar comun debe tener la preferencia; la recu- peracién personal depende de la unidad de A.A. Para el propésito de nuestro Grupo sdlo existe una autoridad fundamental: Un Dios amoroso tal como se exprese en la conciencia de nuestro Grupo. Nuestros lideres no son mas que servidores de confianza, no gobiernan. El Unico requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber. Cada Grupo debe ser auténomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a Alcohdlicos Anénimos, conside- rado como un todo. Cada Grupo tiene un solo objetivo primordial: Llevar el men- saje al alcohélico que atin esta sufriendo. Un Grupo de A.A. nunca debe respaldar, financiar o prestar el nombre de A.A. a ninguna entidad allegada o empresa aje- na, para evitar que los problemas de dinero, propiedad y pres- tigio nos desvien de nuestro objetivo primordial. Todo Grupo de A.A. debe mantenerse completamente a si mismo, negandose a recibir contribuciones de afuera. A.A. nunca tendra caracter profesional, pero nuestros Cen- tros de Servicio pueden emplear trabajadores especiales. A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o Comités de Servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven. A.A. no,tiene opinién acerca de asuntos ajenos a sus activi- dades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas publicas. Nuestra politica de relaciones publicas se basa mas bien en la atraccién que en la promocién; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradi- ciones, recordandonos siempre anteponer los principios a las personalidades.

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