veo la clara luz de tu ventana y tras de ella a ti, ensimismada y leve, como una hache, bajo tu rostro alegre y tus ojos de agua. Te imagino distrada, lquida y liviana, buscando alguna frmula, entre sueos mojados, que te ensee a vivir. Vivir como t quieres: dulce, lejana; mar. A ratos volvindote al espejo para buscar una sonrisa cmplice y amena que, poco a poco, diluya tu vigilia hasta hacerte flotar, como flota la luz de tu ventana, sobre el vertiginoso ail de la ciudad.