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Crotalo

Haba sido un da caluroso y ahora estaba puesto el tiempo y el viento gema


tristemente y las
ramas de los rboles se agitaban con repentina violencia y se oan los
truenos severos rodando
lejos por el cielo. Sin embargo, el suelo permaneca seco y tibio porque no
haba llovido en muchos
meses y la piedra desde la que vigilaba despeda un calor agradable.
Tan inmvil como la piedra, ella haba estado mirando buen rato hacia la
cabaa. No saba por
qu. Slo saba que cuando el hombre baj los escalones y camin hacia el
galpn y la mujer
se qued en el corredor con el nio en los brazos, ella tuvo que detenerse en
su excursin de
caza y mirar hacia la mujer y el nio, y que su cabeza haba comenzado a
oscilar como un fusil
que apunta hasta quedar a ras del piso de la cabaa donde estaban los pies
de la mujer. Algo
despus, cuando la mujer entr, su cuello como de cera fue depositando
lentamente la cabeza
sobre la arena tibia. Entonces sinti que en las fauces se le inquietaban los
curvos colmillos y
que segregaba con mayor abundancia su veneno en las bolsitas receptoras
que pronto empez a
sentir bastante cargadas.
Crtalo Gustavo Daz Sols3
3
Daz Sols, Gustavo (2004). Cuentos escogidos. Caracas: Monte vila Editores
Latinoamericanos.

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