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El da que los caminos sean llanos en su moribundo espritu sin brillo propio,

Las hojas se quemarn en colores inimaginables al recuerdo innato de morir,


Marcando nueve estrellas que suplican ahogarse en vida sin razn,
Y acabar la agona de mil demonios que despista el alma en su inocente
mirada.

Muchas veces al no haber forma de abandonar la simetra de la melancola,


Se adelgaza la fina lnea que separa sus muecas de afiladas navajas que se
estremecen,
A voces que nunca llovern desde el cielo renunciando a lo que la piel exige,
Escondiendo su semblante con una capa invisible que su voz quebradiza
confiesa.

Y mientras se toma las cienes y se cubre la sangre de la nariz por las


maanas,
Un ltimo susurro vuela contornendose en lo alto de sus paredes marcadas,
Para dar cabida a aquellas campanadas que nunca sonarn desde el averno,
Que destruyen los abrazos por aquel camino que la maleza dibuja con
espinas.

Abismos sepulcrales se forman cuando las lgrimas ruedan en el olvido


atado,
En aquel infierno que atraviesa al sonrer tras tomarse el corazn al escapar
de sus senderos,
Con dolores inimaginables y a la derecha del karma que la encanta,
Sedienta de noches que se esfuman sin ni siquiera haber atardecido.

Mientras en la distancia pasos temerosos avanzan al desangrarse sin


ataduras,
Un tumulto de cenizas funestas se alza en el cielo encargndose de
asfixiarla,
Marcando la complejidad de una vida perdida que nadie entiende,
Que a pesar del desgaste se niegan a romperse ante su soledad fingida.

No basta que cinco esquinas la engaen con horas infructuosas que no


pasan,
Ni que el cansancio de sus ojos entreabiertos se nuble con espinas de dolor,
Al caer sobre tajantes palabras que el cuerpo necesita para resucitar,
Experimentando dolosas sensaciones que ni la muerte ha presenciado.

Y all, en donde una pestaada se escarcha en el tiempo luego de delinear


sus ojos,
Con colores fugaces y efmeros que el tiempo se encarg de hacer arte,
Existe an esa demencia en los latidos de sus ojos por caer en un vaco sin
fin,
Contando los instantes de magia hasta volver a despertar del sacrificio.

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