DEFINICIONES (Ideas centrales) ZONA ERGENA. Toda regin del revestimiento cutneo puede funcionar como zona ergena y Freud extiende la propiedad llamada erogeneidad a los rganos internos. Todo el cuerpo puede ser considerada zona ergena, pero algunas zonas parecen predestinadas a esta funcin. Son fuente de diferentes pulsiones parciales, determinan cierto tipo de fin sexual. Si bien, la existencia y el predominio de ciertas zonas corporales en la sexualidad humana siguen siendo un dato fundamental de la experiencia psicoanaltica, no basta la explicacin anato-fisiolgica. Se tiene que considerar que las zonas ergenas constituyen los puntos de eleccin de los intercambios con el ambiente, al mismo tiempo que solicitan, por parte de la madre, la mxima atencin, cuidados y, por consiguiente, excitaciones. APUNTALAMIENTO (APOYO). Trmino introducido por Freud para designar la relacin primitiva de las pulsiones sexuales con las pulsiones de autoconservacin: las pulsiones sexuales, que slo secundariamente se vuelven independientes, se apoyan sobre las funciones vitales que les proporcionan una fuente orgnica, una direccin y un objeto. El sujeto se apoya sobre el objeto de las pulsiones de autoconservacin en su eleccin de un objeto amoroso; Eleccin de objeto por apoyo. Freud describe la ntima relacin existente entre la pulsin sexual y ciertas funciones corporales bsicas. La satisfaccin de la zona ergena se hallaba al principio ntimamente asociada a la satisfaccin de la necesidad de alimento. La funcin corporal proporciona a la sexualidad su fuente o zona ergena. Finalmente, procura un placer que no es reductible a la mera satisfaccin de la necesidad, sino que es una especie de suplemento de placer. Pronto la necesidad de repetir la satisfaccin sexual se separar de la necesidad nutritiva. SEDUCCIN PRIMARIA. La descripcin del lazo preedpico con la madre, especialmente en el caso de la nia, permite hablar de una verdadera seduccin sexual por la madre, en forma de los cuidados corporales prestados al lactante, seduccin real que sera el prototipo de los fantasmas ulteriores: Aqu el fantasma tiene su base en la realidad, puesto que es realmente la madre la que necesariamente ha provocado y quizs incluso despertado, en los rganos genitales, las primeras sensaciones de placer, al proporcionar al nio sus cuidados corporales.