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LA edicién: mayo de 1977 28 edicién: julio de 1978 3% edicida: marzo de 1980 42 edici6n: octubre de 1982 slo original HE TRANSITION FROM FEUDALISM TO CAPITALISM Cubiesta: Alberto Corazin © 1976: NLB, Led., Londres © 1977 de la teaduccion castellana para Espafla y América Euitorial Critica, 8. A., calle Pedré de la Creu, 38, Barcelona-34 ISBN: 84-7423-017 Depésito legal: B. 32.589 1982 Impreso en Espatia 982 ~ INELVA, S. A., Paseo de Carlos I, 142, Barcelona-13 Ropney Hutton INTRODUCCION Los Estudios sobre el desarrollo det capitalismo de Mautice Dobb fueron publicados en 1946. Karl Polanyi, a pesar de Ta dureza de su critica, aparecica en el Journal of Economic Histo- 1y (1948), deseribe el trabajo de Dobb en los siguientes términos un erudito y original volumen sobre el declive del feudalismo, el mercantilismo, la revolucisn industrial y el siglo x1x, el pee rfodo de entreguerras, es deci, sobre la historia toda del capita lismo occidental hasta Negar al Plan Marshall». Polanyi cree que Dobb retiene lo menos velisso del anglisis de Marx (Ia teoria del valor-trabajo) en tanto que descarta lo que él, Polanyi, cree que fue la «penettacién fundamental —de Marx— en In natura Jeza histéricamente limitads de la organizaciéi de mercado Desafortunadamente, la reseia de Polanyi no era suficientemente extensa como para desarrollar tan interesante critica, aunque a0 por ello deje de adoptar una muy seria actitud frente a los pro- bblemas que suscita un andlisis marxista del feudalismo como modo de prodaccién (que el propio Marx no acometié de una forms sis temitica) y de la transicidn del feudalismo al capitalismo (punto sobre el que Marx tavo necesidad de extenderse més, sungue no dijera lo suficiente) La larga resefia del libro que R. H. Tawney publicé en 1950 cen la Economic History Review muestra muy escaso interés on los problemas tedricos que suscita un enfoque marxista. No obs. 8 DEL FEUDALISMO AL CAPITALISWO tante, fue de gran impottancia que se publicara una reseiia amplia y valorativa, aunque critica, salida de la pluma de uno de los nds destacados histotiadores ingleses, que no sélo han dedicado toda su vida a investigar en las fuentes originales todo el perfodo de Ja atransiciéan sino que reconoce de facto la realidad del c2- pitalismo como un orden social y econémico diferenciado, y ello cn una época en que abundan los historiadores, economistas y pollticos que pretenden sostener su inexistencia histérice. Buena parce de las eriticas de Tawney poseen un enorme interés précti co para el historiador de los siglos xvi y xvii, y deben tomarse muy en serio, Sin embatgo, aunque Tawney indicé en su reseiia gue «uno de los méritos del libro es haber combinado historia y teorfa», no sacé a la palestra ninguno de los problemas tes cos a los que Polanyi habfa aludido vagamente y que han sido objeto de debate por parte de estudiosos marxistas del texto de Dobb. A pesar de todo, Tawney, y presumiblemente el editor de la Economic History Review, pensaton, como Polanyi, que un libro tan erudito y original sobre un tema de tal importancia jus- tificaba plenamente que se Je tomara en consideracidn, aun cuan- lo a veces fuera para tratarlo con severidad, Por desgracia, este interés no fue compartide por los editores de algunas otras publicaciones situadas muy cerca del niicleo de lo que podria denominarse el gue, por ahora, gova de bastantes signifcados diver. fentes, tanto entre los historiadores marxistas come entre los que 10 lo son. Cuando Marx escribe sobre efeudslismo» to hace usendo ele ‘ino en un sentido que debe haber sido, al menos en cierto grado, familiar sus contempotineos. A sabes, lo usa para describir un forden social global cuya. principal caracteristin es el dominio cjer do por una aristocracis milfs y terrteniente sobte el resto de la socieded, en especial sobre los campesinos. Desde luego, Marx anal 24 esta dominecién de acuerdo con su metodologia, es decir, basando dicho andlisis sobre te forma espectfiea en que el trabajo del pro. ductor directo pasa a convertise en la fuente de ingresos de Ta clase lominente, una vez hun sido satsfechas las necesidades de subsisten- cia de aguel, Por analogia con su andlisis totalizador del modo de broduccidn capitaista, que era el objetivo central de Marx, solemos Feferitnos al modo de produccidn feudal, hablando de sus fuerses pproductivas (los materiales tbésicos del proceso productive) y de sus telaciones de producciga (las relaciones que existea entre sus dife- clases). En sentido marxista, la esencia del modo de produc. in feudal reside en la relacién de explotaciéa que se da entre los tetracenientes y Tos campesinos a ellos subordinados, y a través de Ta cual aquéllos cbtienen por coaccidn el producto excedente del tra. RODNEY HILTON 39. Sop de, fos una ver satdechas, eos nenndes de. essisenn jacién que adopta Ie forma de servicios © prestaciones de tra rein se Je suelz denominar

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