El Problema de la Definicion
de la Seguridad Social y el Derecho.
Jaime Alvarez Soberanis,
Profesor de Problemas Sociales de México e
Introducci6n al Estudio del Derecho en ta Escuela
de Derecho de la Universidad Iberoamericana,
L- INTRODUCCION
El tema de la seguridad social ha constitu/da, sin duda alguna, una de las
preacupaciones basicas del hombre a través del devenir historico. La busqueda de
formulas eficaces para desterrar la miseria, la ignorancia, las enfermedades y el
hambre resulta ser una constante en la historia de la humanidad. En la
actualidad, después del descubrimiento y la institucionalizacién de diversos
sistemas de seguridad social en casi todos los pafses del orbe, aunque operen
con muy diverso grado de extensi6n y eficacia en cada uno de ellos— la seguridad
social se nos presenta, ante todo, como una impostergable tarea por realizar,
como un reto que nos impone la época contempordnea, Tratase pues, de un
menester de ineludible e insoslayable realizacién para las actuales gener: es,
de una verdadera vocaci6n generacional cuyo desconacimiento implicar‘a
obstaculizar y hasta impedir el desarrolio humano, ya que no hay que olvidar
que la seguridad social se dirge precisamente a proteger y preservar la vida del
hombre, de todo ser humano, cualquiera que sea su raza, religién, o credo
politico.
La urgencia de instarurar sistemas cada vez més perfectos de seguridad
social, resulta evidente, y esta urgencia se acentua precisamente en aquellas
parses que, como ef nuestro, se encuentran todavia muy lejos de haberlos
alcanzado a pesar de todos los esfuerzos realizados hasta el momento. Pero para
poder crear o perfeccionar esos sistema que con tanta premura fequiere nuestra
comunidad, es preciso previamente no sé!o captar !a problematica vinculada con
la seguridad social, sino buscar apasionada y diligentemente soluciones a la
misma; es decir, antes de construir y realizar, se necesita planear y proyectar,
ofrecer una vision teérica y descriptiva del fenémeno con todas sus
implicaciones, Ic cual constituye precisamente et objetiva de nuestro estudio,4 . Juridica.—Anuario
Fueron esas las motivaciones que nos decidieron a abordar el tema de la
seguridad social, no con ta pretensi6n de ofrecer planteamientos originales y
novedosos en cuestién que por su misma naturateza, es de suyo compleja y, par
lo tanto, diffcilmente los admite, sino con la intencién de precisar algunos
aspectos que nos parecieron importantes, Adelantamos pues desde ahora, que
Nuestra aportacién en tema de tan dificil andlisis, necesariamente tendré que ser
limitada, no sélo en funci6n de la complejidad det mismo, y que debemos
entender como multiplicidad factorial, sino también en virtud de la relatividad
que afecta substancialmente el fendmeno que trataremos de describir.
A lo anteriormente expuesto, se auna fa circunstancia de que mucho se ha
hablado ya en Ja actualidad respecte a la seguridad social y son muy diversos los
pareceres de los autores, e inclusive son también diferentes las experiencias que
se han puesto en practica en los parses, elementos, todos ellos, que han
Contribuido a ocasionar una gran confusién en cuanto al concepto de la
seguridad social, En efecto, éste no sélo no ha sido esclarecido en forma
definitiva por la doctrina, sino que por el contrario, se ha vuelto relativo al ser
ubicado en contextos ideolégico—politicos diferentes, pues no hay que olvidar
que perteneciendo este concepto fundamentalmente a la Politica Social como
demostraremos opertunamente y siendo los gobernantes los encargados de
aplicarla, est sujeto a la variabilidad de las circunstancias de cada regién y ala
misma inestabilidad de las ideologyas sustentadas por aquéllos.
Asi pues, el concepto de seguridad social, no resulta de facil aprehensién
intelectiva y en tales condiciones, precisamente habremos de dedicar nuestro
esfuerzo a esclarecerlo, hasta donde nos lo permitan los obstéculos que
describimos en parrafos precedentes,
Ahora bien, en cuanto al método que seguiremos en el desarrollo de este
trabajo, conviene precisar para evitar posteriores equivocos, que el tema de la
seguridad social puede recibir tratamientos muy diferentes, correspondientes a
diversos puntos de vista, tales como el hist6rico, politico, sociolégico, jurfdico o
filos6fico, por lo que debe elegirse una vfa de andlisis propia, sin que resulte
aconsejable mezclar los enfoques. Nosotros intentaremos sobre todo captar la
esencia del fendmeno, obtener una visién en abstracto de la seguridad social, lo
cual implica que hemos seleccionado el acercarnos filoséficamente al concepto,
aunque también adelantamos que no habremos de detenernos ahr, sino que
posteriormente intentaremos cotejar el propio concepto con la realidad e
inclusive, apuntar las correspondientes implicaciones juridicas.E/ Problema de fa Definicién de la Seguridad Social y ef Derecho 5
Por otra parte, parece’ que al concepto de seguridad social séla puede
definirse procediendo por exclusi6n, es decir, por opsicién a lo que se entiende
por inseguridad, Este es el camino que recorren la mayor parte de los autores que
consultamos, to cual nos coloca frente a la primera apor/a metodoldgica en el
tratamiento del tema, ya que las definiciones por exclusién no suelen ser
descriptivas, pues en definitiva nada predican con relaci6n al ser cuya esencia se
pretende captar, sino que aluden a otro ser distinto de aquél,
En las paginas subsiguientes de este. estudio, intentaremos algunas otras
vias de andlisis respecto al concepto de la seguridad social, Si alguna de ellas
conduce al lector a una mejor comprensién del fenémeno cuya naturaleza
pretendemos precisar, sentiremos que ha quedado satisfecho ef abjetivo principal
de estas meditaciones, de lo que se concluye que nuestro esfuerzo tiene, sobre
todo, una funcién heur/stica, pues intenta despertar inquietudes para que se
investigue, en profundidad, la problematica relativa a la seguridad social, pues de
ello habran de derivar provechosos frutos para nuestra comunidad.
1L— PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
Iniciémos el andlisis a partir de la significaci6n etimol6gica. E1 vocablo
“seguridad” tiene su origen en los términos latinos “sine” y “cura” pues “se” no
es sino una contracci6n del primero. Estas palabras quieren decir “sin cuidado” y
por lo tanto, la acepcién meramente gramatical del término es la “calidad de
seguro” y éste ultima significa “exento de todo peligro o riesgo”.
De fo anterior se desprende que ain desde el punto de vista gramatical,
volvemos a encontrar el problema que ya antes hab/amos descrito, 0 sea que la
seguridad s6lo se define por oposici6n a la inseguridad,
A esta caracterfstica ontolégica que hemos descubierto en ef concept de
seguridad, debemos afiadir que si a tal vocablo le agregamos el calificativa de
“social” el problema se agrava, pues estando, por definicidn, este concepta en
relaci6n con los riesgos que afectan la conducta humana y siendo el hombre un
animal en camino como le llama Corts Grau, o sea un ser sujeto a evolucidn,
tenemos que concluir que, la seguridad social se ha visto y se ve afectada por la
evolucion en las formas de vida de la humanidad,
Pero no sélo existe el problema consistente en que el concepto cuya
definicién buscamos se relaciona con la evolucién de las formas de convivencia
humana, sino que ademas, la definicién misma del “hecho social” plantea una6 Jur(dica,—Anuario
ingente problematica,
En efecto éQué es lo social? Como sefiala Guzman Valdivia: “lo social es
un fendmeno de convivencia; la sociedad implica, forzosa y necesariamente la
vida en comin, la participacifn de varios seres en algo que no puede estar fuera
de su propia vida”. Sin embargo, afiade el autor mexicano que “si lo social es un
fendmenc de convivencia, ello no quiere decir que toda convivencia sea un hecho
social, Dentro de la convivencia ocurre lo social; m&s también ocurren hechos
que no pueden ser hechos sociales”.‘1?
Del parrafo antes transcrito se llega a la conclusién de que “lo social” no es
un hecho simple, Un gran sociélago norteamericano C, Wright Mills, ha sefalado
inclusive que el estudio social debe desbordar sus propios I/mites, si en verdad
quiere aprehender lo que es social propiamente. Asi se desprende del siguiente
parrafa: “Ningdn estudio social que no vuelva a los problemas de la biograffa de
la historia y de sus intersecciones dentro de la sociedad, ha terminado su jornada
intelectual’’.‘?)
Reconociendo esas dificultades que presenta para su captacién lo social, el
maestro Luis Gonzdlez Rodrfguez ha indicado que “Dada la abrumadora
pluralidad del fendmeno humana, es evidente lo complejo de {a investigacién
social, de su experimentaci6n y metodologfa’,') y sin embargo, esa
investigaci6n es incuestionablemente necesaria entre otras Tazones para realizar,
por ejemplo, proyectos de desarrojlo de !a comunidad, que se vinculan, de
manera directa, con Ja propia seguridad social,
En conclusién, para nosotros lo social implica simplemente “relaciones
humanas”, es decir, las refaciones que se dan entre los hombres en cuanto se
desarrollan en un orden constante, en cuanto existen “pautas de comportamien-
to” standarizadas que nos es dable observar y describir. En este sentido nos
adherimos, con Joseph H. Fichter, ata escuela sociolégica del “behavior”.‘4)
Asi pues, estamos frente a un concepto huidizo, en primer lugar porque
1),— Isaac Guzmén Valdivia “EI conocimiento de lo social”, Editorial Jus, $.A., 2a. edicion
México, 1964, pég. 120.
(2). Mills Wrigt C., citado por Margarita Suzan, en el artfoulo “C. Wright Mills y la
‘Saciologfa”, Comunidad, Volumen tll, n¢mero 11 pg. 25.
(3)— Luis Gonz6tez Rodriguez, “Ciencia Social y Compromiso” en la Revista “Comuni-
dad”, Volumen !V, némero 18, México, Abril de 1969, pag, 146,
(a) Cfr, Joseph H. Fichter “Sociologls”, Editorial Herder, Barcelona Espafia, Pégs. 15 y
sigs,El Problema de la Detinicion de la Seguridad Social y el Derecho 7
solo es definible por exclusién: seguridad es lo opuesto a fa inseguridad y en
segundo lugar porque se trata de un concepto relativo, y ademas existe el
problema de que el fenémeno cuya definici6n se busca, est4 inmerso en to social,
Trataremos ahora de superar los obstdculos. En primer término,
reubicando ei problema de la seguridad social en el contexto que le es propio, y
que no puede ser otro que el hist6rico, pues hay que recordar que es el hombre
el actor de Ja historia y que ésta puede explicarnos los fendmenos humanos, las
instituciones creadas por la inteligencia del ser humang, aunque a dimensién de
su historicidad de hecho no lo agota, sino que es apenas una de las dimensiones
en que actiia el hombre.
Desde ei punto de vista cronolégico, si consideramos las formulas
institucionalizadas de seguridad social, éstas se nos presentan sobre todo, como
un producto de la vida contempordnea, es decir, como un resultado de la
superacién del individualismo; en cambio, si tamamas en cuenta que la seguridad
social es un instrumento o un medio para combatir la inseguridad, una formula
para ayudar a resolver, en to genérico, el problema de la supervivencia, hemos de
concluir que esta necesidad es perenne y permanente en el hombre y por to tanto
que lo nuevo s6lo son las formulas que el propia ser humano ha buscado y
encontrado para combatir lus factores, de todo género, que amenazaban su vida
y sobre tods, aquellas derivados de las circunstancias sociales, es decir, de ciertos
obstéculos, inconvenientes, carencias que tvajo consigo la opresién de los
diversos reg’menes de explotacién que los sistemas sociales han impuesto a las
comunidades humanas, desde la esclavitud, hasta el capitalismo, pasando por el
feudalismo, etc.
A primera vista, fas dos premisas sefialadas en e! pdrrafo precedente,
podr/an resultar contradictorias, pero una reflexién mas honda nos ha tlevado al
convencimiento de que no resultan excluyentes, En efecto, es cierto que desde
siempre el hombre se ha preocupado por su subsistencia en un plano biolégico,
pero las soluciones que histéricamente fue descubriendo no corresponden en
esencia, a la idea de fa seguridad social, sobre todo si concebimos a ésta como un
sistema institucionalizado por el Estado de proteccién a tados sus miembros, y
en especial, a las clases econdmicamente débiles de la sociedad. Algunas de éstas
formulas, 1a beneficencia publica por ejemplo, estén definitivamente superadas y
no s6lo abandonadas por absoletas como instrumentos de seguridad social, sino
que en realidad no corresponden al concepto cientifico de ésta, que en su
oportunidad habremos de ocuparnos en reseiiar,8 Jurfdica,—Anuario
Arce Cano apunta que “La forma primitiva de resolver esos males (que
genéricamente hemos concebida como carencias del hombre y especialmente del
hombre: proletario, es decir, de aquél que s6la tiene como fuente de ingresos su
propio trabajo) es la caridad privada; después la beneficencia publica. El Estado,
con sus recursos, sin cétculos ni bases actuariales, se encarga de proporcionar los
auxilios indispensables al trabajador y a sus familiares. Pero éstos no tienen
derecho a reclamar ta ayuda, El beneficio se concede discrecionalmente, pues
depende de la capacidad econémica del Estado, que es impotente para afrontar
todas las exigencias del sector asalariado, en crecimiento constante debido a la
concentracién de capitales, La beneficencia publica no inspira afecto a la clase
proletaria. Su naturateza de socorro suscita en las trabajadores animadversi6n
hacia ella, La caridad, ya sea de los particulares o publicas, no es halagadora,
porque hiere el honor y la dignidad de las personas que la reciben y extingue el
est/mulo de éstas y convierte en permanente la indigencia,“">)
Muy atinado nos parece el pdrrafo anteriormente transcrito. Zien es cierto
que los acontecimientos hist6ricos hay que enjuiciarlos desde ta perspectiva de la
6poca en que se suscitaron, es decir, en el contexto de circunstancias politicas,
sociales, econémicas y culturales del momento y por ello no es carrecto
concenar, desde nuestro tiempo, con sus peculiares caractertsticas los sistemas
Propios de pasadas épocas, pero también es cierto que, hay como ayer, la
beneficiencia piblica o la caridad no son solucién para el problema social,
Parque no promueven el desarrollo del hombre, sino al contrario extinguen el
est/mulo para la acci6n, c por lo menos, lo entorpecen o retardan,
Fanto la caridad publica como la privada, independientemente de! valor
moral que pueden tener como actitudes frente a! pr6jima necesitado, enjuiciadas
desde el punto de vista de los efectos que acarrean sobre quienes las reciben,
resultan nocivas, pues no fomentan la responsabilidad personal, el que sea la
Persona misma quien se haga responsable de construir su propie destino, sino
que la soluci6n, ademas de {0 parcial y provisoria, derivada de esas medidas,
viene impuesta por el otro. Con razén muchos autores han ubicado ambas
attitudes dentro del “paternalismo” que, como su mismo nombre lo indica,
implica el considerar al préjimo en una especie de “capitis diminutio” y en el
fondo, menospreciarlo por no creerlo capaz de alcanzar su propia perfeccién y
desarrollo.
Cualquiera que sea la filosoffa que se sustente respecto al problema de fa
(5) Arce Cano Gustavo “Los Seguros Sociales en México”, Ediciones Botas, México,
1944, pig. 16,El Problema de fa Definicién de la Seguridad Social y el Derecho 9
seguridad social, es evidente que, para tener derecho a ella, debe tratarse de un
trabajador, en el sentido més amplio que pueda darse a este términa, es decir, el
sujeto de fa misma debe ser o haber sido un miembro Util a !a comunidad.
En efecto, por mds que constituya un ideal por alcanzar el hecho de que
los métodos ce seguridad social se extiendan de tal forma que llegue a estar
protegida la totalidad de la poblacién de un determinado pais, hay que indicar
que en este dmbito, ef Estado actda subsidiariamente, es decir, solo cuanca el
individuo per se, no es capaz de superar el problema de su propia subsistencia.
Concebir en otra forma la seguridad social, serfa tanto como incidir en lo que ya
habfamos condenado, o sea en el paternalismo, que en este caso serviria para
fomentar los males que se pretenden combatir. En efecto, el problema del fin
Giltimo del hombre, que no es otro que alcanzar su desarrollo arménico e
integral, es esencialmente, un problema personaf. El Estado en esta materia slo
esté obligado < crear las condiciones para que la persona pueda desarrollarse,
pero no puede ni debe substituir a ésta.
A este respecto, apunta con toda justicia el ilustre jurista mexicano Mario
de la Cueva que: “El hombre cumple su misién en la sociedad y en la vida,
cuando desarrolla, en la medida de sus fuerzas y en tanto las conserve, una labor
Util y honesta; nada més se le puede exigir; y cuando la adversidad o la vejez le
impicen continuar trabajando, ta Sociedad, el Estado y el Derecho, tienen la
obligacién de acudir en su ayuda’.(®)
De lo expuesto se sigue que el problema de la seguridad social se relaciona
de una manera inmediata y directa con un fendmeno contemporaneo que afecta
la concepci6n misma de ta funcifn del Estado; me refiero al intervencionismo
estatal que hoy permea todos los dmbitos de actividades que en el pretérito se
entend/an reservados a la persona 0 a los organismos intermedios de la sociedad.
Resulta un hecho incuestionable para los estudiosos de la Ciencia Pol'tica
que, si se pretende definir teleolégicamente al Estado, debe concebirsele, antes
que bajo cualquier otra formula, como un Estado de servicio, Ello implica la
quiebra absoluta y radical de las viejas teorfas liberales que, al definir al Estaco
por su finalidad, lo contemplaban como encargado de “tutelar el orden piiblico,
ya externo, ya interno, a fin de que, como decfa Kant, la libertad de cada uno
coexista can la libertad de los demas "7?
(o).— Mario De la Cueva, “Derecho Mi
Porrbia, México, 1961, Pag.
no del Trabajo", Tomo Il, 4a. Edici6n, Editorial
{7}, Juan Rossignoli “La familia, el trabajo y la propiedad en el Estado Moderno”, Trad.
de Damian {sern, Gustavo Gili, Editor, Garcelona, 1911, paq. 49710 Jurfdica.—Anuario
Constituye ya un lugar comin el sefialamiento de que el Estado no debe
limitarse a ser un simple guardién del orden establecido, sino que tiene la
obligacién de proveer activa y eficazmente al bien comdn. Juan XXIII en su
Enefclica “Mater et Magistra” de manera concreta indic6, por ejemplo, que es
deber indeclinable del Estado “contribuir activamente al mejoramiento de las
condiciones de vida de los obreros”,'®) e independientemente de ta ideologia
polftica que se sustente, los autores estén de acuerdo en otargar al estado un
papel activo en las mas variadas y diversas empresas humanas entre las cuales
destaca, de manera predaminante en nuestros dias, la de la seguridad social.
Asi pues, tal como habramos sefialado, el tema de la seguridad social se
encuentra vinculado, de modo indisoluble con la teleolog’a del Estado
contemporaneo, con ei problema de las finalidades de la comunidad politica.
Si camo atinadamente se sefiala en la obra “México y la Seguridad social”
de! Instituto Mexicano del Seguro Social, “El Estado liberal y 1a sociedad que le
did forma y contenido fue abstencionista de manera general, tanta respecto a los
problemas de inseguridad social como a tantos otros, ..”'?’, ante la proble-
matica creciente planteada por ia revoluci6n industrial, por el surgimiento de
agrupaciones profesionales y la aparicién de ideolog(as socialistas preocupadas
con el problema de la justa distribucién de la riqueza, no quedé mas remedio al
Estado liberat, contra su voluntad, que ir interviniendo en esa problematica,
aunque en forma discontinua y generalmente ineficaz, creando por ejemplo,
servicios de asistencia social minimos que a la postre por insuficientes e
inadecuados, no pudieron evitar las sangrientas revoluciones que, en busca de
reivindicaciones sociales, ensafiorean el panorama del Sigla X!X.
Es de hacerse notar que en esta evolucién, a veces violentada por los
estallidos revolucianarios de las clases proletarias, tuvieran parte importante los
idedlogos que pudiéramos enmarcar dentro del “socialismo”, pero sobre todo,
fue motivo de los cambios la accién directa de las clases econémicamente débiles
de la comunidad.
“En resumen, el sacialismo y el movimiento social, los sindicatos de
trabajadores, la presién de éstos sobre las empresas y los parlamentos nacionales,
(8)— Juan XXII Enciclica "Mater et Magistra” de 15 de mayo de 1961, en la obra
Doctrina Social de la Iglesia, Comisin Episcopal de Apostolado Social, Ediciones
Rialp, S.A, Madrid, 1963, pg, 236,
(Q).— Instituto Mexicano de! Seguro Social, “México y la Seguridad Social”, Tomo |,
México, 1952, Pg, 205,Ef Problema de Ia Definicion de la Seguridad Social y ef Derecho WwW
sitan y encajan el problema en sus verdaderos términos”° La solucion
técnicamente adecuada a los problemas dal trabajador, esta en lo que la doctrina
cenoce como “seguro social” que es una idea definitivamente incorporada a los
sistemas jurfdicos y polfticos del mundo contemporaneo tal como se veré mas
adelante,
En conclusién, podemos sefialar que los madernos sistemas de seguridad
social a los que nos referiremos mas adelante, son el resultado de dos
coordenadas confluyentes que han venido actuando hist6ricamente: por una
parte ta accién a veces revolucionaria del proletariade y las teor/as socialistas de
diversos autores que han actuado como levadura de los movimientos
reivindicativos obreros y que han llevado a una humanizacién del trabajo
NL OEFINICION DE LOS ACTUALES METODOS DE LA SEGURIDAD
SOCIAL,
Como sefialamos en el ep(grafe precedente, la definicidn de
Ahora bien épor qué las normas que requlan la seguridad social deben
quedar inclufdas en el texto canstitucional? De nueva cuenta acudamos a De
(43), Recasens Siches Lus, Op cit., Pag. 601,
(44},— (dem, Pég, 608,
(45),— De Quiros, Op. cit, Pég. 51.28 Juridica,—Anuario
Quiros, quien expresa: ‘Y ‘es que en este derecho social son del toda necesarios
los principios constitucionales en los que se base, apoye, mantenga y defienda la
norma social, evitando, o al menos dificultando ta anulacién de estas
reivindicaciones humanas por intereses privados, presiones sociol6gicas o
reacciones politicas”.4®)
€n la evolucién constitucional de 1a seguridad social, nuestra pais, ha
jugado un papel preponderante. Como sejiala el propio De Quiros, “respecto a
América Latina, la iniciativa de México de 1917, el proceder de la Republica de
Weimar, de 1919, y el influjo republicano espafiol, de 1931, marca un proceder
que se va acelerando, hasta llegar a ia generalidad, no faltando base
constitucional de la seguridad social en ningunas de las Cartas Fundamen-
tales”.
Pero no s6lo en el 4mbito de Io interno se ha ido generalizando la
reglamentacidn jurfdica de la seguridad social, sino que ésta ha sido cbjeto de
tratamiento jurfdico a nivel internacional. En efecto, como sefiala Canté
Esparza, “la seguridad social en el plano internacional, se ha ido desarrollando
con una importancia siempre creciente, Se ha comprobado una continua
conclusién de tratados que garantizan a las personas que se desplazan a trabajar
en otro pafs, el mantenimiento de fos derechos a las prestaciones y el
reconocimiento de su perfodo de afiliacién o de cotizacién para que puedan
tener derecho a estas prestaciones, en virtud def régimen nacional de dicho pars
La reciprocidad de tos derechos y la igualdad de trato han sido determinados en
un ndmero creciente de acuerdos”,'*®)
En el 4mbito de lo que podr’amos denominar el Derecho Internacional de
la Seguridad Social, ha jugado un papel preponderante como promotora de
convenios y tratados para reglamentar estas cuestiones, la Organizaci6n
Internacional del Trabajo,
Ahora bien, éde qué clase es esa reglamentaci6n de !os derechos sociales?
0 en otras palabras, écudl es la (ndole de las disposiciones jurfdicas en materia de
seguridad social?
(48).— tbidem, Pg, 51,
{47}. De Quiros, Op. cit., Péa. 54,
(48),— Jess Canta Esparza, “La Seguridad Social y el Derecho Internacional", en la Ri
Mexicana del Trabajo, No. 2, Tomo XV, 6a, época, Secretarfa del Trabajo y Previ
Social, México, 1968, Pég. 85,EI Problema de la Definicién de la Seguridad Social y el Derecho 29
La mayorfa de los tratadistas se inclinan por ubicar la seguridad social
dentro del Derecho del Trabajo. Tal seria la naturaleza propia de las
disposiciones imperantes en esta materia: normas laborales, Ahr las coloca,
inclusive, el ilustre maestro mexicano Mario de la Cueva, Pero existe otra
corriente doctrinaria en esta materia, la que siguen aquellos autores que
sostienen que la seguridad social es una parte, quizd la m4s importante, de un
nuevo derecho todavia en elaboraci6n, pero con caracterfsticas que justifican
plenamente su autonom(a: el derecho social,
Claro esta que el maestro De la Cueva al examinar la naturaleza jur/dica del
derecho laboral, concluye que se trata de normas no de derecho privado, sino de
un derecho social en el sentide que le di6 a este término Gierke,'*9”
Pero nosotros pensamos que, aunque es atinada la postura del Maestro De
la Cueva, hay diferencias entre el Derecho Laboral y el Derecho Social, pues
aquél no es sino una parte de éste, En efecto, esta nueva rama de la ciencia
juridica “es un derecho protector de las clases econémicamente débiles de la
sociedad. Aunque tal es e! fundamento del Derecho del Trabajo, lo novedoso de
este nuevo Derecho,-en este sentida es que el Derecho Sociat no s6lo proteger/a a
los trabajadores o asalariados, sino que extenderfa su proteccidn a todos los
necesitados, fuera e independientemente de la relaci6n laboral”’.'5°
En conclusi6n, las normas de seguridad social forman parte de una nueva
disciplina juridica fundamental que atin cuando todavia en gestacién, posee
autonomfa metodol6gica y didéctica, lo cual a nuestro juicio justifica su
existencia como una rama de la Ciencia Juridica, denominada, segin hemos
dicho, Derecho Social, Naturalmente este aserto necesariamente conduce a tratar
de determinar la naturaleza, objeto y métode del Derecho Social, cuestiones
éstas en las que existen una serie de polémicas entre los tratadistas, a partir,
inclusive, de fa propia denominaci6n de la disciptina pues hay autores que la
estiman pleondstica,
Sin embargo, consideramos que el andlisis de esta preblemética escapa al
objetivo propio de nuestro trabajo, ya que en dltima instancia, cualquiera que
sea la respuesta que se de a tales interrogantes, fo importante es que, de hecho, la
seguridad social se encuentra debidamente reglamentada por normas jurfdicas, y
ademas, que tales normas se encuentran en continua evoluci6n hacia formulas
cada vez més perfectas, recordando inclusive que, en cuanto a su ubicaci6n,
suelen estar colocadas en elds alto nivel legal: en la Constitucién.
{49),— Ctr, De fa Cueva, Op. cit,, Tomo |, Pég. 230,
(50),— Alvarez Soberanis, Op. cit,, Pég, 178,